1.
ED/ se reafirma que la envidia controla la humanidad y es la causa de la destrucción de la sociedad, la desigualdad, las guerras y el hambre; y se reafirma que la columna vertebral que soporta todo, esta enquistada en la envidia entre las mujeres, la envidia entre ellas mismas para con ellas mismas
2.
Esteban apuntaba para su columna: El fiscal es un
3.
apoyo a la edición en papel en la columna vertebral,
4.
Las mujeres no cuentan en la columna vertical de las generaciones
5.
Una de las jóvenes se acercaba a la columna
6.
Si hay una columna en la tienda la revistende corsés encarnados, negros y blancos, y con los refajos hacengraciosas combinaciones decorativas
7.
La fuente es redonda; tiene en el centro delpilón una columna que sostiene una taza; de la taza chorrea por cuatrocaños perennemente el agua
8.
Se selecciona el valor 38 en la columna “gl” correspondiente al cálculo efectuado,
9.
La columna ósea formada por la fusión de los cuerpos vertebrales sacros y las líneas de soldadura entre estos, los agujeros sacros anteriores y los canales sacros anteriores
10.
En la cara anterior de la columna identifique los cuerpos vertebrales y entre ellos los discos intervertebrales
11.
Es el más medial de los tres; asciende inmediatamente por fuera de la columna vertebral
12.
Dirija su atención a la columna cervical, cerca de la parte media del cuello; palpe los cuerpos vertebrales y por delante de ellos reconozca los músculos prevertebrales o vertebrales anteriores:
13.
Identifique sus relaciones con la columna cervical, la faringe, la tráquea, la laringe, el paquete vasculonervioso del cuello y el nervio recurrente
14.
En los cortes sagitales de la cabeza y/o del cuello, identifique la base del cráneo, la columna cervical, el atlas, el axis con su apófisis odontoides, la VII vértebra cervical (prominente), la cavidad nasal, la cavidad bucal, la laringe, la faringe, la tráquea y el esófago; observe las relaciones entre cada uno de ellos
15.
La clavícula une el miembro superior al tórax mediante su articulación con el esternón, mientras que la escápula lo une a la cabeza y a la columna vertebral mediante uniones musculares
16.
· Músculo psoas mayor: obsérvelo dispuesto a lo largo de la columna lumbar, dirigiéndose de arriba hacia abajo y de adentro hacia fuera; identifique sus inserciones vertebrales y estudie sus relaciones, inervación y acción
17.
religióncomo por el amor de la ciencia, semejantes á la columna de fuego queguió en
18.
robusto y floreciente, que tenía el grosor de una columna
19.
columna de humo que el viento difundía en el cielo
20.
A vista de esto, parecia como preciso el abandonar el establecimiento dela Bahía de San Julian, dejando en él una columna ó pilastra quecontuviese las reales armas, y una inscripcion que acreditase lapertenencia de aquel terreno, el cual fuese reconocido todos los años,al mismo tiempo que lo es Puerto Egmond en las
21.
un densa columna de luz enervante generable por acopladores
22.
La computadora central envía enseguida la columna al
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vano gemelo, cuyos arcosse apoyan en una columna central; y entonces, los antiguos
24.
columna líquidadel manantial que brota, pero se revela por las ondulaciones de lashierbas que acaricia su
25.
Levantada del centro parasalir por el orificio en columna poderosa, se precipita en catarataspara convertir
26.
se hizo al cabo columna del Estado en vez de la Iglesia,
27.
columna del Orden, apoyo delas instituciones
28.
después la gran columna de los Principios,hierática y seca como el genio de la raza, y delante
29.
columna tras otra y pasando por alto las letras colocadas en ellugar de los espacios
30.
Avanzan en columna
31.
aún, en loalto de su columna, aquel deplorable rollo de cuerda,
32.
una columna, algoque hable del pasado
33.
una columna, para calcular los quetendría todo el papel, y los reales que sumarían, suponiendo que á él
34.
atentado tan espantoso, que haprivado a la Federación de su columna más poderosa
35.
Esta sucesion de fenómenos puede verificarse de la misma manera,suponiendo la columna móvil y el ojo fijo: porque es evidente que sisituado un observador en el
36.
Detúvose la cabeza de la columna al entrar en la plaza,
37.
lalactancia? ¿Para qué situar la columna vertebral en el dorso del cuerpo,lo mismo que en los
38.
una columna, que llamaban «menhir» enEuropa, y que los
39.
Comenzaba entonces la ascensión por el hueco de aquella columna deltemplo
40.
que la tropa desembarcaba, los batallones ibanformando en el muelle la columna
41.
Había llegado la columna á las últimas casas del pueblo cuando el señorde Morel
42.
primeros árboles desaparecía en aquel momentola retaguardia de la columna
43.
Mientras hablaba Simón había desfilado ante ellos fuerte columna dearqueros,
44.
lasbayonetas indicaba que una columna acababa de ponerse en camino, endirección
45.
ellos, la columna enemiga, que se componía de unostres mil hombres, luciendo
46.
columna de fuego, óque habían seguido el vuelo de un águila ó que habían ido colocando suspies en las
47.
fantasía del poeta ó la imaginaciónpopular, se erguía la columna central
48.
En una columna se ponen lospuntos
49.
Una columna caída le
50.
columna; pero al entrar en elpueblo examinaban las casas con
51.
lugar indicado, sobre elborrón del bosque, una enorme columna
52.
rutaseguida por la navegación regular, una columna de humo y
53.
Sonaron voces, formaron las dos compañías en columna, y al
54.
Fíjese bien: a un lado, la columna
55.
del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad
56.
Iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de laverdad
57.
Que otra columna de 1,000 hombres, al cargo del Coronel
58.
La columna denuestro General
59.
una accion profunda en el cerebro, accion que se reproduceen la columna vertebral, en
60.
Por una columna
61.
Cristo de la columna, Salvador leyendo en las rayasde la estera
62.
Caminando despues al acaso, encontré una pequeña columna
63.
Los cimientos de esta gigantesca pirámide, imitacion de la columna deTrajano, en Roma, tienen una
64.
Con motivo de la columna de Vendome, se cuentan dos anécdotas muycuriosas
65.
[Footnote 6: La columna esta fundida con los cañones que se
66.
Collopy sintió frío en la base de la columna vertebral
67.
y abajo de la columna vertebral, la localización de los músculos de la espalda
68.
Y el sol me entra por entre las piernas, me calienta los testículos, se trepa a mi columna vertebral, me revienta por los pectorales, oscurece mis axilas, cubre de sudor mi nuca, me posee, me invade, y siento que en su ardor se endurecen mis conductos seminales y vuelvo a ser la tensión y el latido que buscan las oscuras pulsaciones de entrañas caladas a lo más hondo, sin hallar límite a un deseo de integrarme que se hace añoranza de matriz
69.
Por otra parte, me había impresionado mucho, en aquellos días lejanos, la revelación de un tropo compostelano -Congaudeant Catholici-, en que una segunda voz era situada sobre la del cantus firmus con el papel de adornarla, de darle las melismas, las luces y sombras que no fuera decente agregar directamente al tema litúrgico, cuya pureza, así, quedaba salvaguardada: especie de guirnalda colgada de una severa columna, que nada le restaba de su dignidad, pero le añadía un elemento ornamental, flexible, ondulante
70.
Durante los meses en que Carrillo dirigió la Consejería de Orden Público de Madrid Gutiérrez Mellado no era, como creía muchos años más tarde el secretario general del PCE, uno de los jefes de la quinta columna en la capital
71.
Para aquel entonces Armada sentía que todo conspiraba a su favor, y la prueba es que, sin duda aconsejado por él, días atrás Milans había vuelto a reunir a su gente o a parte de su gente en General Cabrera para asegurarle que el golpe quedaba congelado hasta nuevo aviso porque la caída del presidente del gobierno y el traslado inmediato de Armada a Madrid significaban que el golpe era innecesario y que la Operación Armada había arrancado: a la mañana siguiente de la dimisión de Suárez los periódicos se llenaron de hipótesis de gobiernos de coalición o de concentración o de unidad, los partidos políticos se ofrecían a participar en ellos o buscaban apoyos para ellos y el nombre de Armada corría de boca en boca en el pequeño Madrid del poder, promocionado por personas de su entorno como el periodista Emilio Romero, que el 31 de enero proponía al general en su columna de ABC como nuevo presidente del gobierno; tres días más tarde el Rey llamó por teléfono a Armada y le dijo que acababa de firmar el decreto de su nombramiento como segundo jefe de Estado Mayor del ejército y que preparara las maletas porque volvía a Madrid
72.
A esa hora, quince minutos después de que el Rey compareciera en televisión, diez minutos después de que Armada saliera del Congreso sin haber podido hacerles a los parlamentarios su propuesta de gobierno de unidad, se produjo el mínimo movimiento de tropas esperado por los golpistas: una columna de quince Land Rover ocupados por un comandante, cuatro capitanes, dos tenientes, cinco suboficiales y ciento nueve soldados de reemplazo apareció en el centro de Madrid, llegó hasta la Carrera de San Jerónimo, rompió el doble cordón de seguridad de guardias civiles y policías nacionales que aislaba el Congreso y, mientras la multitud que se arremolinaba en torno al hotel Palace intentaba discernir si el objetivo de los recién llegados consistía en desalojar a los rebeldes o en apoyarlos, se sumó a las fuerzas del teniente coronel Tejero
73.
La columna procedía del Cuartel General de la Acorazada Brunete en las afueras de la capital y estaba al mando de Ricardo Pardo Zancada, el mismo comandante de Estado Mayor que la víspera del golpe, durante un viaje de ida y vuelta a Valencia, recibió de Milans el encargo de sublevar su división con la ayuda del general Torres Rojas y el coronel San Martín
74.
A lo largo de toda la tarde y la noche Pardo Zancada había asistido entre perplejo, airado e impotente al fracaso de la rebelión en la Brunete una vez que Juste, el general en jefe, revocó la orden de salida cursada a todos los regimientos minutos antes del asalto al Congreso; avergonzado por la huida de Torres Rojas, que poco después de las ocho había partido de vuelta a su destino en La Coruña sin cumplir con su misión, y por la parálisis de San Martín y del resto de los jefes y oficiales de la unidad, tantas veces partidarios ardorosos del golpe, poco antes de la una de la madrugada Pardo Zancada cambió el uniforme de paseo por el de campaña, improvisó su columna de vehículos ligeros con la colaboración de varios jóvenes capitanes y con las dos únicas compañías acantonadas en el Cuartel General y, después de dejarla formada durante más de un cuarto de hora en las inmediaciones de la barrera de salida a modo de desafío o de invitación a sus compañeros, partió hacia el Congreso tras comprobar que nadie iba a engrosarla y amenazar con pegarle un tiro en la cabeza al soldado que desobedeciese sus órdenes
75.
La llegada de su columna levantó el ánimo de los guardias civiles sublevados, que empezaban a ser víctimas de la fatiga y del desaliento, conscientes de que el fracaso de la negociación entre Armada y Tejero había impedido un desenlace favorable del secuestro y de que a cada momento que pasaba era más difícil que el ejército acudiera en su auxilio; pero, además de proporcionar una momentánea dosis de moral a los rebeldes -permitiéndoles creer que por fin la Brunete se había unido al golpe y que aquel destacamento era sólo la cabeza de puente del esperado movimiento general-, tan pronto como se puso a las órdenes de Tejero Pardo Zancada se concentró en la tarea de insubordinar otras unidades: provisto de un listín telefónico de la división que se había procurado en el Cuartel General y saltando de teléfono en teléfono a medida que quienes dirigían el asedio al Congreso le cortaban las comunicaciones con el exterior hasta dejar únicamente cuatro o cinco aparatos en funcionamiento de los ochenta de que disponía el edificio, Pardo Zancada habló (desde un despacho de la planta baja del edificio nuevo, desde la centralita, desde las cabinas de prensa) con numerosos jefes de la Brunete dotados de mando en tropa; tras dar novedades a San Martín llamándole al Cuartel General, habló con el coronel Centeno Estévez, de la Brigada Mecanizada II, con el teniente coronel Fernando Pardo de Santayana, del Grupo de Artillería Antiaérea, con el coronel Pontijas, de la Brigada Acorazada XII, con el teniente coronel Santa Pau Corzán, del Regimiento de Caballería Villaviciosa 14
76.
Se realizó de forma ordenada: el presidente de la Cámara levantó reglamentariamente la sesión y los parlamentarios empezaron a desfilar; una última humillación los aguardaba no obstante en el patio, donde Pardo Zancada había formado en línea de a tres su columna de soldados para obligarlos a pasar ante ella, estragados por las zozobras de la noche en vela y observados de lejos por la multitud que esperaba a las puertas del Palace, antes de salir en libertad a la Carrera de San Jerónimo
77.
Él se incorporó todo lo que le permitió su columna dañada de por vida y miró a su alrededor
78.
Había algo raro, algo distinto, en la pequeña columna de arena que se derramaba entre los dedos de su Maestra
79.
En cuanto Obi-Wan y ella consiguieron que sus animales se tumbaran junto a la columna pardusca, ellos se pusieron a cubierto, sentándose muy juntos en mitad del pilar triangular
80.
Aseguraron las riendas de los suubatar alrededor de la columna pétrea tal como les enseñó Kyakhta
81.
Cuando su siervo se hubo retirado, Valerio recorrió el pasillo y salió de nuevo al exterior, donde le sorprendió un mareo que le obligó a apoyarse sobre una columna del pórtico, bajo la mirada impasible del centinela
82.
A pesar de la intención de un ataque sorpresa por parte de los borokii, su columna había sido detectada por los jinetes januul días antes
83.
Tras atravesar cada pueblo incendiado, su columna era seguida por largas filas de centenares de personas desesperadas, medio muertas de hambre, que pedían comida e imploraban protección por parte de los soldados
84.
Fue sólo durante el segundo día de marcha cuando la columna se encontró con las primeras patrullas de exploradores de Treveri y, después, con los primeros emplazamientos militares
85.
Adonde quiera que llegara la columna era acogida con alivio por parte de la población de los pueblos fortificados, a los cuales había llegado también la gente del condado
86.
La columna hubiera podido llegar a Vico Bedense en menos de media jornada, pero las cosas sucedieron de otro modo, ya que, aconsejados por la gente de los pueblos, las divisiones cambiaron de dirección, abandonando el camino militar y lanzándose por colinas boscosas en persecución de una gran banda de bárbaros, sin conseguir tomar contacto con el enemigo
87.
Fue por ello que a la mañana del segundo día la columna alcanzó los alrededores de la pequeña ciudad, de la cual Valerio vio, con angustia, elevarse grandes volutas de humo
88.
En cuanto a la columna de Metronio Estabiano, se supo que después de un sanguinario combate con los bárbaros, se había detenido en Treveri, y corría la voz de que Balbieno, preocupado por los continuos avisos de infiltraciones enemigas y por las pocas fuerzas que allí quedaban, había enviado ya mensajeros a su legado con la orden de hacerlo volver lo antes posible
89.
Aquella expedición, como la que se llevó a cabo contra Ildiviasio, era el testimonio de una voluntad de lucha, de una capacidad de reacción del ejército incluso en condiciones adversas y, por lo tanto, a él, que instintivamente siempre se sentía atraído por las batallas desesperadas, con mayor razón le hubiera gustado formar parte de aquella columna
90.
A continuación seguían los altos oficiales con su escolta y el grueso de la columna con los legionarios dispuestos en cuatro filas, cada uno de ellos con su pesado bagaje a cuestas
91.
Sin embargo, cuando de pronto centenares de pájaros alzaron al unísono el vuelo sobre la selva con un frenético y fragoroso batir de alas, la columna se detuvo de repente y, durante un instante angustioso, todos se giraron desalentados en aquella dirección llevándose las manos a las armas
92.
En pocos segundos los bátavos alcanzaron la columna, la cual se rompió literalmente en miles de fragmentos: hombres aterrorizados huían a través de la hierba alta intentando escaparse de las lanzas que los alcanzaban en los riñones
93.
Una vez pasado el ataque como una marejada, los dos troncos de la columna intentaron reajustarse en medio de un gran barullo de gritos, gemidos e imprecaciones
94.
No obstante, la cola de la columna se había quedado aislada, y el oficial romano, con una nueva orden, condujo a sus hombres contra ella, resurgiendo la pesadilla de un ataque imparable
95.
Después de haber pernoctado entre las ruinas de un pueblo devastado, su división retomó la persecución y, un poco antes del mediodía, alcanzó la cola de la columna enemiga
96.
La columna alcanzó la ciudad entrada la tarde, y habiendo el legado enviado a los correos para precederla y anunciar la llegada, fue acogida por una multitud entusiasta y aclamadora, que entre ovaciones y flores acompañó a los soldados hasta el fuerte
97.
Se ve un titular referente a la guerra y una columna con el siguiente encabezamiento: «APARECE MUERTA LA ESPOSA DE UN OFICIAL DE LA MARINA
98.
A los comunistas les inquietaba que los simpatizantes del Kuomintang pudieran intentar derribar su nuevo y recién establecido orden, así como que Chiang Kai-shek pudiera intentar el regreso y todos ellos se agruparan para formar una quinta columna
99.
Tenga por seguro que si me hubieran pagado un millón de pesos por cadáver, a estas alturas tendría mi propio cementerio, pero cuando se ponían en una columna los riesgos y en otra los beneficios, no cuadraban las cuentas
100.
El gobernador se dejó caer en uno de los sillones del amplio tresillo de cuero negro que ocupaba el rincón del despacho, lanzó al aire una columna de humo, y negó con un gesto: