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    contradecir frases de exemplo

    contradecir


    contradecía


    contradecían


    contradice


    contradicen


    contradicho


    contradiciendo


    contradigo


    contradije


    1. pesar de todos los émulos que las quieren contradecir,


    2. emperadores, ni sultanes, son dueños de una cosa para contradecir eldogma de la moral y de la razon,


    3. han podido comprobar por experiencia que los hechos suelen contradecir la teoría! ¡Si


    4. Treinta años atrás don Rupert dijo que El Capitán era seguramente finlandés, por el color de hielo de sus pupilas y la justicia irrenunciable de su mirada, y como nadie lo pudo contradecir, acabaron por aceptarlo


    5. Los ojos son más rápidos que las manos y los suyos lo fueron por fin, para siempre, mientras contemplaban a su madre, desnuda y sonriente, en la cumbre de esa belleza suya que no hacía más que crecer, agigantarse, contradecir con terquedad al tiempo, montada sobre Manuel, que la miraba y sonreía, desnudo él también, los dedos de sus dos manos, diez esta vez, sin trampa ni cartón, acariciando su cintura, sus caderas, un instante antes de aferrarla para atraerla sobre él y hacerla rodar sobre la cama


    6. No: semejantes manías son otras tantas aberraciones que no pueden contradecir la ley general


    7. Tener imperium quería decir que esa persona poseía la autoridad del cargo y no se le podía contradecir (siempre que actuase dentro de los límites de su imperium y con arreglo a las leyes que regían su conducta)


    8. Esto ayudaba a explicar algunas rarezas: los casos de la afinidad química que parecían contradecir la teoría de la capa de electrones


    9. Se quedó mirando a Ryan, desafiándole a contradecir su demanda, hasta que el otro hombre bajó los ojos y asintió a su súplica


    10. La teoría de Lobatchewsky era incomprensible para sus contemporáneos, pues parecía contradecir un axioma cuya necesidad está basada tan sólo sobre un prejuicio santificado por millares de años

    11. La audacia de su oposición y su triunfo han conducido a los matemáticos y a los científicos en general a contradecir otros axiomas o verdades aceptadas, por ejemplo la ley de causalidad que durante siglos pareció tan necesaria para el pensamiento como el postulado de Euclides parecía hasta que fue eliminado por Lobatchewsky


    12. Para contradecir al tiempo, los termómetros marcaban los veinticinco grados


    13. Mi propósito original al defender a los memes; de hecho, era contradecir la impresión de que el gen era el único darwiniano del pueblo—una impresión que [en mi libro] El Gen Egoísta, estaba de otra manera en riesgo de afirmar


    14. En esa fase preparatoria Barnabás se volvió tan altanero que, como futuro empleado de las oficinas, consideró el trabajo de zapatero demasiado sucio, sí, incluso se atrevió a contradecir a Amalia cuando ésta habló unas palabras con él, lo que era muy extraño, y además, la contradijo en lo esencial


    15. — Parece contradecir al gobernador cuando afirma que el objetivo del expediente es negociar con los gestores


    16. Pero no era prudente contradecir a Padre


    17. Sólo que el paciente sobre el que acababa de operar la psicología de la duquesa era, por lo general, un íntimo, del que aquellos a quienes deseaba ella transmitir su descubrimiento ignoraban por completo que no estuviese ya en el colmo del favor; asimismo, la fama que tenía la señora de Guermantes de incomparable amiga sentimental, cariñosa y leal, hacía difícil iniciar el ataque; la duquesa podía, a lo sumo, intervenir luego, como molesta y forzada, dando la réplica para aplacar, para contradecir en apariencia, para apoyar, de hecho, a un compañero que se había encargado de provocarla; ése era justamente el papel en que descollaba el señor de Guermantes


    18. Hasta en las Contemplaciones —añadió la duquesa, a quien no se atrevieron a contradecir sus interlocutores, no sin motivo— hay todavía cosas bonitas


    19. Eran unos nubarrones pasajeros que habían decidido contradecir las previsiones meteorológicas para la tarde en New York City, lanzando incontables rayos y truenos sobre las cimas de los rascacielos, como si el mismísimo Zeus se hubiese propuesto destruir la ciudad


    20. Razón o motivo que se alega en juicio para contradecir o desvirtuar la pretensión del demandante

    21. »Y en la química nuclear existen ciertas reacciones que parecen contradecir la ley de conservación de la relación masa–energía


    22. Gozamos de la ventaja de tener tras de nosotros mil puntos de comparación, de poder continuar con inteligencia la línea de Scopas o contradecir voluptuosamente a Praxiteles


    23. Tilney se había enterado de la falsedad de sus suposiciones por la misma persona que le había proporcionado los primeros datos, John Thorpe, a quien encontró en la capital, y que, influido por sentimientos contrarios a los que le animaban en Bath, irritado por la indiferencia de Catherine y, más aún, por el fracaso de sus gestiones para reconciliar a Morland y a Isabella; convencido de que dicho asunto no se arreglaría jamás, y desdeñando una amistad que para nada le servía ya, se había apresurado a contradecir cuanto había manifestado al general respecto de la familia Morland, reconociendo que se había equivocado en lo que a las circunstancias y carácter de ésta se refería


    24. Los dos hombres se miraron, pero ninguno se volvió hacia Ayla, sintiéndose un poco abochornados al expresar ideas personales que parecían contradecir las costumbres y creencias de su gente


    25. Sin embargo, los teóricos de las cuerdas querían dar un salto fantástico más allá del modelo estándar revisado, hasta la distancia de Planck, que era el espacio más pequeño posible, el movimiento cuántico mínimo, que no podía reducirse sin contradecir el principio de exclusión de Pauli


    1. superioridad y hasta decompasión que me hería; estaba distraído, me contradecía en


    2. juventud y depasión que se contradecía con la precoz


    3. Cuando se decidió a hablar, su temple era intachable y casi contradecía el febril brillo de sus pupilas


    4. A partir de entonces, los montajes se volvieron cada vez más elaborados y rebuscados, pero ninguno desafiaba las leyes de la razón ni se contradecía con lo que ya le había enseñado, puesto que el rey seguía intentando mantenerla al margen de sus actividades


    5. Pero ahora la contradecía


    6. El castigo de Dios vino como respuesta a este deseo, que contradecía un mandato aparecido anteriormente en el Génesis: «Creced y multiplicaos, llenad la tierra y dominadla


    7. El castigo de Dios vino como respuesta a este deseo, que contradecía un mandato aparecido anteriormente en el Génesis: “Creced y multiplicaos, llenad la tierra y dominadla


    8. A los 70 años cumplidos el viejo Eloy observaba sus propias normas para discurrir por la vida y si alguien le contradecía él apelaba a la razón y la experiencia para defenderlas


    9. Ellos llamaron Dios a lo que les contradecía y causaba do­lor; y en verdad, ¡mucho heroísmo había en su adoración! ¡Y no supieron amar a su Dios de otro modo que clavando al hombre en la cruz!


    10. Pero algo en su porte contradecía su estado de excitación: la condesa, por ejemplo, lo tomó inmediatamente por un oficial de rango entre medio y alto, posiblemente de un regimiento de infantería

    11. La pesada respiración de Bruenor contradecía su aparente calma


    12. Su pelo, largo, negro y brillante, respondía a la idea que tienen los corredores de Bolsa neoyorquinos sobre el pelo de los indios tanto como su estilo a la hora de vestirse, que contradecía todos los clichés acerca del «buen salvaje»


    13. Entonces reparó en que era japonés, cosa que contradecía la postrera declaración del viejo de que era inglés hasta la médula


    14. Lo vetó con severa censura, fundamentando su dictamen, no en el problema moral de la discriminación, sino en la circunstancia práctica del descenso de la población, con el apoyo de los resultados de un reciente plebiscito que contradecía anteriores mandatos territoriales:


    15. No estaba del todo convencido y la voz que le contradecía en su interior le dijo que había muchos hombres, médicos de profesión, que cuando palpaban sus propios tumores aseguraban que eran benignos


    16. El aparato experimental era interesante, y contradecía claramente la hipótesis clásica de la reproducción sexual como motor de la evolución; pero de todos modos aquello sólo tenía un interés anecdótico


    17. Y es más: siempre que Odette contaba un cuento estúpido, Swann la escuchaba complacido, alegre, casi admirado, como con un rezago de voluptuosidad; y, en cambio, en la misma conversación, las cosas finas o profundas que él dijera las escuchaba Odette, por lo general, sin interés, impaciente y de prisa, y muchas veces las contradecía severamente


    18. Desgraciadamente, no me hablaba de estrategia como en sus conversaciones de Doncières y no me decía en qué medida estimaba que la guerra confirmaba o contradecía los principios que entonces me expusiera


    19. fía, no hacían más que escribir frases en las que el final contradecía el principio o incluso lo hacía papilla, cuando sonó su móvil


    20. Mary no era una mujer de esa clase; cuanto sabía de ella contradecía aquella posibilidad

    21. Lo poco que entendió sólo le sirvió para sentirse más confusa, pues contradecía por completo sus ideas acerca del asunto, demostrando, por ejemplo, que las mejores vistas no se obtenían desde lo alto de una montaña y que un cielo despejado no era prueba de un día hermoso


    22. Y ahora Eddie Grace lo contradecía a las claras


    23. El rumor contradecía todo lo que les estaban diciendo en la embajada


    24. Su padre hizo caso omiso de sus palabras, lo que era su reacción habitual ante la gente que le contradecía


    25. El Convenio Sykes-Picot contradecía abiertamente las promesas anteriores de los ingleses garantizando la libertad de los árabes


    26. Y su conducta no contradecía su apariencia


    27. Michel recordó las épocas en las que Bruno le propinaba una bofetada cada vez que él lo contradecía


    28. Impaciente, Simón desató las sujeciones de su cota de malla y la dejó a un lado con una facilidad que contradecía el verdadero peso de la armadura


    1. Sus amigos no podían con él; estaba furioso; pocofaltaba para que insultase a los que le contradecían, y su numenparadójico se excitaba hasta un grado de inspiración que le hacíaparecer un propagandista de la secta de los tembladores


    2. Vino una discusion en que todos, olvidándose del CapitanGeneral, intervinieron; hablaban á la vez, gritaban, no seentendían, se contradecían; Ben Zayb las tenía con elP


    3. esos escrúpulos en sumente contradecían la hipótesis del


    4. Los nuevos datos contradecían las viejas


    5. Los dos hombres se contradecían, cada uno aludiendo la confusión sobre el punto donde debían reunirse


    6. Sus cálidos modales se contradecían con la aspereza de su aguda voz


    7. Los perjuros, a todas luces comprados de forma precipitada por el Sanedrín, se contradecían incesantemente, convirtiendo la sesión en una farsa


    8. Sus amigos no podían con él; estaba furioso; poco faltaba para que insultase a los que le contradecían, y su numen paradójico se excitaba hasta un grado de inspiración que le hacía parecer un propagandista de la secta de los tembladores


    9. Y tras él llegaron los rumores, las hablillas que contradecían la versión oficial, según la cual Germánico había muerto a consecuencia de una de esas enfermedades desconocidas que proliferan en las provincias insalubres del imperio


    10. Sus actos contradecían la humildad que predicaban

    11. En cuestiones de crianza desarrollaba unas teorías fantásticas que contradecían toda experiencia


    12. El desconocimiento podía llevarles a elaborar teorías, pero cuando los nuevos datos las contradecían, éstas morían sin un gemido de protesta, no se aferraban a ellas con esa tenacidad irracional que es tan característica del hombre


    13. Le gustaban los objetos hermosos, de modo que las tres habitaciones que tenía alquiladas en el segundo piso de aquella ínsula se contradecían con el lugar donde estaban situadas


    14. Contradecían y silenciaban las convenciones actuales con la misma frecuencia con que las apoyaban


    15. Había algo absurdo y descorazonador en el caos de datos experimentales y la terca obstinación con que contradecían la teoría


    16. En una ocasión, le había explicado a Frannie que su madre, que tenía la lengua muy afilada, se desbocaba cuando la contradecían


    17. Las voces que chillaban, se contradecían y lo volvían loco


    18. Las hambrientas miradas de los hombres contradecían sus sonrisas burlonas


    19. En cualquier circunstancia decía más o menos lo que pensaba; y esa sencillez tenía efectos devastadores entre los que le contradecían, empeñados en impedimentos y limitaciones basados en ideologías caducas


    20. En lo que respecta a esos otros vicios a que aludiera el señor de Norpois, a ese amor medio incestuoso, complicado, según decían, hasta con delicadeza en cuestiones de dinero, si bien contradecían de un modo chocante la tendencia de sus últimas novelas, henchidas por la escrupulosa y dolorida inquietud del bien, que llegaba aun a inficionar las más sencillas alegrías de sus héroes; inspirando al mismo lector un sentimiento de angustia, con el que la existencia más tranquila parecía imposible de sobrellevarse, esos vicios, aun suponiendo que se imputaran justamente a Bergotte, no probaban suficientemente que su literatura fuera mentira ni su mucha sensibilidad una farsa

    21. En suma, pese al flujo y al reflujo que, en estos casos particulares, contradecían esta ley general, los sentimientos que me dejó Albertina tardaron más en morir que el recuerdo de su causa primera


    22. Los exploradores se contradecían, los informes carecían de precisión y el rey no iniciaría tan temible aventura antes de haber aprehendido la magnitud de las dificultades


    23. Pero para otros milenaristas -muchos más que los anteriores- la condición indispensable para la Venida era la destrucción física del mundo, tal como lo habían predicho antiguas obras proféticas, que a su vez se contradecían unas a otras


    24. Las grandes intrigas que vinieron luego y, sobre todo, aquellas negociaciones entre Eichmann, Becher y los judíos, todas las historias de rescate de judíos a cambio de dinero, de camiones, sí, estaba más o menos al tanto, e incluso hablaba de ellas, e incluso conocí a algunos de los judíos implicados, y también a Becher, un hombre inquietante que había ido a Hungría a comprar caballos para las Waffen-SS y se hizo a toda velocidad, por cuenta del Reichsführer, con la mayor fábrica de armamento del país, las Manfred-Weiss Werke, sin avisar a nadie, ni a Veesenmayer, ni a Winkelmann, ni a mí, y a quien el Reichsführer encargó más adelante tareas que o bien duplicaban o bien contradecían las mías y también las de Eichmann, algo que, según acabé por entender, era un sistema típico del Reichsführer, pero que, in situ, sólo valía para sembrar cizaña y confusión; nadie coordinaba nada, Winkelmann no tenía influencia alguna ni sobre Eichmann ni sobre Becher, quienes no le informaban de nada; y debo admitir que yo no me portaba mucho mejor que ellos, que negociaba con los húngaros sin que lo supiera Winkelmann, con el Ministerio de Defensa sobre todo, en donde había establecido contacto con el General Greiffenberg, el agregado militar de Veesenmayer, para ver si el Honvéd no podría también darnos sus batallones judíos de trabajo, incluso con garantías particulares de un régimen especial, a lo que, por supuesto, el Honvéd se negó categóricamente, con lo cual sólo nos quedaban, como obreros potenciales, los civiles reclutados a principios de mes, los que se pudieran quitar de las fábricas, y sus familias, es decir, un potencial humano de escaso valor, y ésa fue una de las causas por las que tuve que acabar por considerar aquella misión un fracaso total, aunque no fue la única causa, ya hablaré de ello, incluso a lo mejor hablo un poco de las negociaciones con los judíos, porque eso también, en última instancia, repercutió más o menos en mis atribuciones o, para ser más exacto, utilicé, no, intenté utilizar esas negociaciones para que fueran adelante mis propios objetivos, con muy poco éxito, lo admito de buen grado, por todo un conjunto de razones, y no sólo la que he mencionado ya, también estaba la actitud de Eichmann, que se volvía cada día más difícil de tratar, y Becher también, y la "WVHA, y la gendarmería húngara, todo el mundo ponía de su parte, ¿sabéis?; en cualquier caso, lo que quería decir más exactamente es que si alguien desea analizar las razones por las que la operación de Hungría dio unos resultados tan magros para la Arbeitseinsatz que, bien pensado, era mi preocupación primordial, hay que tener en cuenta a toda esa gente, y a todas esas instituciones, que desempeñaban cada cual su papel, pero también se censuraban mutuamente y a mí también me censuraban, de eso no se privaba nadie, podéis creerme; en resumen, aquello era un follón, un auténtico lío, con lo que, en último término, la mayoría de los judíos deportados se murieron, enseguida quiero decir, los gasearon antes de haber podido siquiera ponerlos a trabajar, pues muy pocos de los que llegaban a Auschwitz eran aptos, unas bajas considerables, un setenta por ciento quizá, nadie está demasiado seguro de nada, por culpa de las cuales se creyó después de la guerra, y resulta comprensible, que ése era el mismísimo propósito de la operación, matar a todos esos judíos, a esas mujeres, a esos ancianos, a esos niños mofletudos y rebosantes de salud, y por eso no había forma de entender por qué los alemanes, siendo así que estaban perdiendo la guerra (pero el espectro de la derrota no estaba quizá tan claro por entonces, desde el punto de vista alemán por lo menos), seguían emperrados en las matanzas de judíos, movilizando recursos considerables de hombres y de trenes sobre todo, para exterminar a mujeres y niños, y, como no había forma de entenderlo, se atribuyó a la locura antisemita de los alemanes, a un delirio de asesinato que se hallaba muy lejos del pensamiento de la mayoría de los participantes, pues, de hecho, para mí como para tantos otros funcionarios y especialistas, se trataba de bazas esencialmente cruciales, encontrar mano de obra para nuestras fábricas, unos cientos de miles de trabajadores que nos permitieran quizá darle la vuelta al curso de las cosas, no queríamos judíos muertos, sino bien vivos, válidos, varones de preferencia, ahora bien los húngaros querían quedarse con los varones o, al menos, con buena parte de ellos, así que de entrada ya empezábamos mal, y además estaban las condiciones de transporte, deplorables, y Dios sabe cuánto me peleé con Eichmann al respecto y él siempre me contestaba lo mismo: «No es responsabilidad mía; es la gendarmería húngara la que llena y dota los trenes, no nosotros», y además estaba también la testarudez de Höss en Auschwitz, porque entre tanto, quizá como consecuencia del informe de Eichmann, Höss había vuelto, como Standortálteste, en lugar de Liebehenschel, a quien habían arrumbado en Lublin, así que estaba la incapacidad obstinada de Höss para cambiar de sistemas, pero de eso hablaré quizá más adelante y con más detalle; recapitulando, pocos de nosotros deseaban deliberadamente lo que sucedió y, sin embargo, me diréis, sucedió, es cierto, y también es cierto que a todos esos judíos los mandaban a Auschwitz, no sólo a los que podían trabajar, sino a todos, es decir, con conocimiento, sin lugar a dudas, de que a los viejos y a los niños los gasearían, así que volvemos a la pregunta inicial: ¿por qué esa obstinación en dejar a Hungría vacía de judíos, en vista de las condiciones de la guerra y todo lo demás? Y, claro, sólo puedo adelantar hipótesis, porque aquello no era mi objetivo personal, o, más bien, en ese aspecto no puedo concretar mucho, sé por qué querían deportar (por entonces decíamos evacuar) a todos los judíos de Hungría y matar en el acto a todos los que no fueran aptos para el trabajo, y era porque nuestras autoridades, el Führer, el Reichsführer, habían decidido matar a todos los judíos de Europa, eso está claro y lo sabíamos, igual que sabíamos que los que fueran a trabajar morirían también antes o después, y el porqué de todo esto es una cuestión de la que ya he hablado mucho y para la que sigo sin respuesta, la gente, por entonces, creía todo tipo de cosas acerca de los judíos, la teoría de los bacilos, como el Reichsführer y Heydrich, esa teoría a la que aludió Eichmann en la conferencia de Krummhübeí, aunque para ellos me parece que debía de ser un punto de vista intelectual; la tesis de las sublevaciones judías, espionaje y quinta columna a favor de los enemigos que se iban acercando, y era una tesis que obsesionaba a buena parte de la RSHA y tenía preocupado incluso a mi amigo Thomas; temor, también, a la omnipotencia judía, en la que algunos creían aún firmemente, lo que, por lo demás, causaba equívocos cómicos, como aquel de primeros de abril, en Budapest, cuando hubo que sacar de sus casas a muchos judíos para que quedaran disponibles sus viviendas y la SP pedía que se crease un gueto y los húngaros se negaban porque temían que los Aliados bombardeasen las zonas de alrededor del gueto y el gueto no lo tocaran (los americanos habían bombardeado ya Budapest mientras yo estaba en Krummhübel); y entonces los húngaros diseminaron a los judíos y los pusieron cerca de los blancos estratégicos militares e industriales, lo que inquietó sobremanera a nuestros responsables, pues, si los americanos bombardeaban, pese a todo, esos blancos, ésa sería la demostración de que el judaismo mundial no era tan poderoso como se creía, y debo añadir, para atenerme a la justicia, que, efectivamente, los americanos bombardearon esos blancos y, de paso, mataron a muchos civiles judíos, pero yo hacía mucho que había dejado de creer en la omnipotencia del judaismo mundial, porque, en caso contrario, ¿por qué se habían negado todos los países a quedarse con los judíos en 1937, y en 1938, y en 1939, cuando todo cuanto queríamos nosotros era que se fueran de Alemania, lo cual, en el fondo, era la única solución razonable? Lo que quiero decir, volviendo a la pregunta que hacía antes, porque me he desviado un poco, es que incluso aunque la meta final fuera indudable, la mayoría de los que intervinieron en esto no trabajaban para cumplir esa meta, no era eso lo que les interesaba y, por lo tanto, no era lo que los movía a trabajar de forma tan enérgica y encarnizada, sino que era toda una gama de motivaciones, e incluso Eichmann, estoy convencido, se comportaba con mucha dureza, pero estoy seguro de que en el fondo le daba igual que matasen a los judíos o que los dejasen de matar, a él todo lo que le importaba era demostrar de qué era capaz, estar en el candelero y también dar salida a las capacidades que había desarrollado; lo demás le importaba un carajo, y tanto la industria como las cámaras de gas, por cierto; lo único que no le importaba un carajo era que nadie se descojonara a su costa, y por eso se ponía tan gruñón en lo de las negociaciones con los judíos, pero ya volveré sobre esto, porque no deja de ser interesante; y lo mismo les pasaba a los demás, todos tenían sus razones, el aparato húngaro, que nos ayudaba, quería que los judíos salieran de Hungría, pero le importaba un carajo lo que pudiera pasarles, y Speer, y Kammler y el Jagerstab querían trabajadores y presionaban encarnizadamente a las SS para que se los consiguieran, pero les importaba un carajo lo que pudiera pasarles a los que no podían trabajar, y además había montones de motivaciones prácticas, yo por ejemplo, sólo tenía que ocuparme de la Arbeitseinsatz, pero no era, ni mucho menos, la única baza económica, como supe cuando conocí a un experto de nuestro Ministerio de Alimentación y Agricultura, un joven muy inteligente a quien le apasionaba su trabajo, que me explicó una noche, en un viejo café de Budapest, el aspecto de la cuestión relacionado con los alimentos; y lo que pasaba era que, tras perder Ucrania, Alemania tenía que enfrentarse a una grave carencia de abastecimientos, sobre todo de trigo, y por lo tanto, había mirado hacia Hungría, que era una gran productora, y, según él, por cierto, ésa era la razón principal de nuestra pseudoinvasión, asegurarnos esa fuente de abastecimiento de trigo y, por lo tanto, en 1944 les estábamos pidiendo a los húngaros 450


    25. Unas cejas rubias levantadas en silencio contradecían su afirmación


    1. Porque si uno en los medios contradice el fin, está


    2. La clonación de estos chips contradice la


    3. Se va a encontrar el lector con un capítulo en el cual no aparece una mujer por parte alguna, lo cual contradice el sentido y la intención de nuestro libro


    4. inclina al panteísmo, no espor cierto en el FAUSTO, donde más bien le contradice


    5. –Y todo lo que contradice su interpretación…


    6. Por las razones que se explican a continuación, todo lo anterior no contradice, necesariamente, las teorías más recientes sobre la trascendencia de las emociones en los planteamientos morales


    7. Ésa es la primera versión; la segunda no la contradice y sólo difiere de ella en un extremo: aparece el comandante Cortina


    8. Se resiste a aceptar una solución clara, cuando se contradice con sus ideas preconcebidas


    9. »En mi opinión, esto se contradice con la versión según la cual el autor de los disparos actuó en defensa propia, sobre todo si se toma en consideración que el señor Jones tenía una tasa de alcohol en sangre de 0,29, que es casi el triple del límite legal en Virginia


    10. Esto se contradice con su condición de vegetariano, defendida por una de las nuevas sectas cristianas, lo sé

    11. En realidad, hay una cita bíblica que contradice esa idea


    12. Eso, desde luego, contradice la información publicada en el Bulletin de Kaleidoscope, y cuando Hector se pone a enumerar los trabajos que ha realizado desde su llegada a California (ayudante de camarero, vendedor de aspiradoras, peón caminero), no menciona ninguna ocupación anterior en el mundo del espectáculo


    13. Quien contradice una "verdad aceptada" que ha parecido necesaria o razonable a la gran mayoría de los hombres durante dos mil años o más, pone en peligro su reputación científica, y quizá su vida


    14. La historia de la Matemática contradice esta feliz fantasía: el camino de transgresor en una


    15. El comportamiento del general Freyberg durante esa noche contradice la teoría revisionista de que, aunque sabía que Máleme constituía la clave de la batalla, las normas de confidencialidad que pesaban sobre el sistema Ultra le impedían actuar


    16. Cree que el método de gobierno de Iadon contradice el espíritu del Shu-Keseg, y por eso está dispuesto a reunirse con nosotros


    17. En mi humilde opinión, semejante convencimiento contradice el eje mismo de las enseñanzas del Buda… La confusión se origina en su rechazo -justo rechazo- a las cosas bajas que en su época se ocultaban tras el nombre de Dios


    18. –Eso no contradice la justicia de las leyes de Manator-repuso 0Tar-, sino que prueba que los guerreros de Manator son invencibles


    19. Sólo un necio contradice a su superior sin un buen motivo


    20. Partenio podía ver las gotas de sudor resbalando por la frente del emperador del mundo, pero ¿cómo se contradice a un César a punto de heredar el mayor de los imperios?

    21. Y en segundo lugar, porque así empezarás a dejar constancia de que intentas salvar el matrimonio, lo cual contradice el alegato de enajenación del afecto


    22. El Corán contradice en múltiples sitios cada una de las invocaciones con que comienzan los suras en los que Dios aparece como Magnánimo


    23. –Se contradice con el contenido


    24. Entre estas dos fuentes principales existe un cierto desacuerdo relativo a la extensión de la coalición propuesta que, según Azaña, debía incluir «desde las derechas republicanas hasta los comunistas» mientras que Martínez Barrio se contradice a este respecto en otras declaraciones


    25. Una perspectiva, que contradice la tradicional que sostenía que gays y lesbianas son más tendentes a residir en los grandes centros urbanos simplemente para poder agruparse en comunidades de acuerdo con su opción sexual


    26. Se contradice, además, con los principios anticapitalistas de los movimientos sociales, ya que, de facto, el boicot es pro-capitalista


    27. Se hallan emparentados, radicalmente emparentados, en todas las alturas y profundidades de sus necesidades: es Europa, la única Europa, cuya alma, a través de su arte multiforme y tumultuoso, aspira a ir más allá, más arriba, y tiende – ¿hacia dónde?, ¿hacia una nueva luz?, ¿hacia un nuevo sol? ¿Mas quién expresaría exactamente lo que todos esos maestros de nuevos medios lingüísticos no supieron expresar con claridad? Lo que es cierto es que a ellos los atormentaba un mismo Sturm und Drang` [borrasca e impulso], que ellos buscaban del mismo modo, ¡esos últimos grandes buscadores! Todos ellos dominados por la literatura hasta en sus ojos y sus oídos -los primeros artistas dotados de una cultura literaria mundial -, la mayoría de las veces, incluso, también escritores, poetas, intermediarios y amalgamadores de las artes y de los sentidos (Wagner, en cuanto músico, es un pintor, en cuanto poeta, un músico, en cuanto artista sin más, un comediante); todos ellos fanáticos de la expresión «a cualquier precio» – destaco a Delacroix, el más afín de todos a Wagner -, todos ellos grandes descubridores en el reino de lo sublime, también de lo feo y horrible, y descubridores aún más grandes en el producir efecto, en la puesta en escena, en el arte de los escaparates, todos ellos talentos que superaban en mucho a su genio -, virtuosistas de pies a cabeza, dotados de inquietantes accesos a todo lo que seduce, atrae, coacciona, subyuga, enemigos natos de la lógica y de las líneas rectas, ávidos de lo extraño, exótico, monstruoso, curvo, de lo que se contradice a sí mismo; como hombres, Tántalos de la voluntad, plebeyos llegados a la cumbre, que se sabían incapaces, en la vida y en la creación, de un tempo [ritmo] aristocrático, de un lento, – piénsese, por ejemplo, en Balzac – trabajadores desenfrenados, casi destructores de sí mismos mediante el trabajo; antinomistas y rebeldes en las costumbres, ambiciosos e insaciables, carentes de equilibrio y de goce; todos ellos, en fin, prosternados y arrodillados ante la cruz cristiana (y esto, con toda razón: pues ¿quién de ellos habría sido suficientemente profundo y originario para una filosofía del Anticristo?-), en conjunto una especie temerariamente audaz, espléndidamente violenta de hombres superiores, que volaba alto y arrastraba hacia la altura, especie que hubo de empezar por enseñar a su siglo – ¡y es el siglo de la masa! – el concepto de «hombre superior»… Que los amigos alemanes de Richard Wagner decidan por sí mismos si en el arte wagneriano hay algo alemán de verdad, o si no ocurre que lo que cabalmente distingue a ese arte es el provenir de fuentes e impulsos supraalemanes: y en esto no se infravalore el hecho de que, para que se formase del todo el tipo de Wagner, resultó indispensable justamente París, hacia el cual le mandó aspirar en la época más decisiva la profundidad de sus instintos, y que toda su manera de presentarse, de hacer apostolado de sí mismo, sólo pudo alcanzar su perfección a la vista del modelo de los socialistas franceses


    28. –Eso contradice su definición


    29. -Bueno, pues verás lo que quiero decir: ¿te acuerdas de la iglesia de Marcouville l'Orgueilleuse que a Elstir no le gustaba porque era nueva? ¿No se contradice un poco con su propio impresionismo cuando excluye así los monumentos de la impresión global en que están comprendidos, los lleva fuera de la luz en que se funden y examina como arqueólogo su valor intrínseco? ¿Acaso cuando está pintando un hospital, una escuela, un letrero en una pared no tienen el mismo valor que una catedral inestimable que está al lado, en una imagen indivisible? Recuerda aquella fachada recocida por el sol, el relieve de aquellos santos de Marcouville sobrenadando en la luz


    30. Sin embargo, el Tralfamadore de Slaughterhouse-Five contradice esta información

    31. Otra vez, alguien explicó en su presencia que si se cortaba en dos un gusano se obtenían dos gusanos, porque una nueva cabeza crecía en la parte posterior asegurándole una existencia independiente: «¡He aquí, exclamó, una prueba que contradice la tesis aristotélica sobre la entelequia!»


    32. Síntoma que contradice la indicación del remedio que parecía conveniente


    33. Sosteniendo, pues, que desde el grupo Blajaquis se tiró hacia el grupo Vandor, el juez se sustituye al perito y contradice con una invención el examen científico


    34. Es un poco áspera, cuando alguien la contradice, pero sabe ser suave si le conviene


    35. Pero se contradice al advertir que responderá si continúa la represión


    36. Parece un poco ido, un poco vago, se contradice en cosas sin importancia, como en la fecha de su boda o en el nombre de su médico


    37. Atenta contra sus principios de inmoralidad y contradice su pasión por el orden


    1. creencias contradicen en algún punto las leyes espirituales


    2. palabras que contradicen el propio mensaje original, lo ellos querrían que hubiera


    3. Los partidos contradicen su propia función teórica y programática (Ley sobre Partidos Políticos y objetivos de la formación política)


    4. que así se contradicen los corazones en sulógica de


    5. No contradicen estas referencias á las anteriores: aun tratando


    6. Percibía vagamente figuras y formas de esas que no pertenecen al mundo visible, ni a la humanidad, ni a la fauna ni a la flora, ni al cielo ni a la tierra, sino a cierta misteriosa geología, a yacimientos que contradicen todas las leyes de la estática y la dinámica; percibía una fantástica y continuada concatenación de colores geométricos que se enredaban en mi cuerpo como culebras, y en aquella transmutación de lo físico y lo moral, se verificaba el fenómeno de que un color me dolía, y un objeto semejante a una espada, a un cangrejo o a un arpa pronunciaba palabras incomprensibles


    7. —Los veo señalar, pero se contradicen mutuamente


    8. de exportación más importantes de las islas — copra, nan el acceso a los edificios contradicen esta hipótesis: vainilla, sagú, n á c a r — fueron relegados a segundo tér¬


    9. Un hombre cuyos valores no reciben expresión en forma material, cuya existencia está apartada de sus ideales, cuyas acciones contradicen sus convicciones, es un despreciable hipócrita


    10. Ahora los hombres no lo contradicen porque han entendido la alusión y quieren saber hasta dónde va a llegar

    11. Mientras tanto, en esta pausa forzada, llena, refluye, se ve recorrida por movimientos que se contradicen y contraponen


    12. Sin embargo, eso es complicado si tenemos en cuenta que, en muchas ocasiones, los objetivos de los diferentes movimientos se contradicen entre sí


    13. Luego había varios carteles en los que se describían algunas de esas investigaciones que supuestamente contradicen los datos de la ciencia convencional


    14. BENEDICTO XVI: LAS EVIDENCIAS CIENTÍFICAS CONTRADICEN SUS PALABRAS


    15. Escuchar de manera objetiva, humilde, y reconocer los errores cuando las evidencias te contradicen, sólo está al alcance de aquellos sabios convencidos de que la verdad tiene fecha de caducidad, y que la razón te la otorgan, nunca se impone


    16. Sansón y diciendo como él: “Los dos sexos morirán cada uno por su lado”; excluidos, inclusive, salvo en los días de gran infortunio, en que la mayoría se apiña en torno a la víctima, como los judíos en torno a Dreyfus, de la simpatía a veces de la sociedad de sus semejantes, a quienes dan la repugnancia de ver lo que son, pintado en un espejo que, al no adularles ya, acusa todas las lacras que no habían querido observar en sí mismos y les hace comprender que lo que llamaban su amor (y a lo que, jugando con el vocablo, hablan anexionado, por sentido social, cuanto la poesía, la pintura, la música, la caballería, el ascetismo, han podido añadir al amor) dimana, no de un ideal de belleza que hayan elegido ellos, sino de una enfermedad incurable; como los judíos, también (salvo algunos que no quieren tratar sino a los de su misma casta, tienen siempre en los labios las palabras rituales y las bromas consagradas), huyendo unos de otros, buscando a los que son más opuestos a ellos, que no quieren nada con ellos, perdonando sus Sofiones, embriagándose con sus complacencias, pero unidos asimismo a sus semejantes por el ostracismo que les hiere, por el oprobio en que han caído, habiendo acabado por adquirir, por obra de una persecución semejante a la de Israel, los caracteres físicos y morales de una raza, a veces hermosos, espantosos a menudo, encontrando (a pesar de las burlas con que el que, más mezclado, mejor asimilado a la raza adversa es relativamente, en apariencia, el menos invertido, abruma al que ha seguido siéndolo más) un descanso en el trato de sus semejantes, y hasta un apoyo en su existencia, hasta el punto de que, aun negando que sean una raza (cuyo nombre es la mayor injuria), los que consiguen ocultar que pertenecen a ella los desenmascararán gustosos, no tanto por hacerles daño, cosa que no detestan, como por excusarse, y yendo a buscar, cono un médico busca la apendicitis la inversión hasta en la Historia, hallando un placer en recordar que Sócrates era uno de ellos, como dicen de Jesús los israelitas, sin pensar que no había anormales cuando la homosexualidad era la norma, ni anticristianos antes de Cristo, que sólo el oprobio hace el crimen, puesto que no ha dejado subsistir sino a aquellos que eran refractarios a toda predicación, a todo ejemplo, a todo castigo, en virtud de una disposición innata hasta tal punto especifica que repugna a los otros hombres más (aun cuando pueda ir acompañada de altas cualidades morales) que ciertos vicios que se contradicen, como el robo, la crueldad, la mala fe, mejor comprendidos y por ende más disculpados por el común de los hombres, formando una francmasonería mucho más extensa, más eficaz y menos sospechada que la de las logias, ya que descansa en una identidad de gustos, de necesidades, de hábitos, de peligros, de aprendizaje, de saber, de tráfico, de glosario, y en la que los mismos miembros, que no desean conocerse, se reconocen inmediatamente por signos naturales o de convención, involuntarios o deliberados, que indican al mendigo uno de sus semejantes en el gran señor a quien cierra la portezuela del coche, al padre en el novio de su hija, al que había querido curarse, confesarse, al que tenía que defenderse, en el médico, en el sacerdote, en el abogado que ha requerido; todos ellos obligados a proteger su secreto, pero teniendo su parte en un secreto de los demás que el resto de la Humanidad no sospecha y que hace que las novelas de aventuras más inverosímiles les parezcan verdaderas ya que en esa vida novelesca, anacrónica, el embajador es amigo del presidiario, el príncipe, con cierta libertad de modales que da la educación aristocrática y que un pequeño burgués tembloroso no tendría al salir de casa de la duquesa, se va a tratar con el apache; parte condenada de la colectividad humana, pero parte importante, de que se sospecha allí donde no está, manifiesta, insolente, impune, donde no se la adivina; que cuenta con adeptos en todas partes, entre el pueblo, en el ejército, en el templo, en el presidio, en el trono; que vive, en fin, a lo menos un gran número de ella, en intimidad acariciadora y peligrosa con los hombres de la otra raza, provocándolos, jugando con ellos a hablar de su vicio como si no fuera suyo, juego que hace fácil la ceguera o la falsedad de los otros, juego que puede prolongarse durante años hasta el día del escándalo en que esos domadores son devorados; obligados hasta entonces a ocultar su vida, a apartar sus miradas de donde quisieran detenerse, a clavarlas en aquellos de que quisieran desviarse, a cambiar el género de muchos adjetivos en su vocabulario, traba social ligera en comparación de la traba interior que su vicio, o lo que se llama impropiamente así, les impone no ya respecto de los demás, sino de sí mismos, y de suerte que a ellos mismos no les parezca un vicio


    17. –Bueno, Matt Brennan ha encontrado pruebas -testimonios directos y deducciones- que contradicen completamente lo que el mundo contempla y cree


    18. Y, sin embargo, hay hechos que lo contradicen en todo momento


    19. No es que tenga recuerdos confusos; antes bien, me quedan muchos y muy concretos, pero gran parte se solapan e incluso se contradicen y son de condición incierta


    1. Háblale en ella, y contradicho de Izoca se desafian, y los


    2. No sabiendo exactamente cuáles habían sido sus mentiras: “-Es muy posible que me haya contradicho


    3. Hacía diez días ¿dónde se encontraba? Había andado sobre el lomo de una muía entre las montañas nevadas de la Tierra; Falk lo sabía; pero Ramarren sabía que se había despedido de su esposa en una casa de las verdes y altas llanuras de Werel… También, lo que Ramarren intuía sobre la Tierra era con frecuencia contradicho por lo que Falk sabía, mientras que la ignorancia de Falk respecto de Werel arrojaba un extraño encanto de leyenda sobre el propio pasado de Ramarren


    1. –Sí lo hizo – reconoció Helene, contradiciendo su anterior afirmación -


    2. Hasta el punto de que en los márgenes del texto aparecen airados comentarios manuscritos, a veces contradiciendo hechos de poca trascendencia (por ejemplo, que la biblioteca de la escuela contaba con tres mil libros y no sólo dos mil, como afirmaba el señor Peyton), a veces rebatiendo alguna interpretación, pero siempre con la idea de desacreditar la autoridad del libro ante los potenciales lectores futuros de aquel ejemplar


    3. Las acusaciones referentes a Satán sólo aparecen cuando se presenta el interrogador, y entonces llegan a los tribunales de dos formas: a través del propio testimonio del interrogador contradiciendo a un testigo o un acusado que niega que Satán estuviera relacionado, o por el testimonio de un testigo que confiesa relaciones satánicas en una declaración que se interpreta como arrepentimiento y los cargos por brujería se sobreseen


    4. —El viernes tenemos una charla de una señora estadounidense de la Liga de las Mujeres Occidentales, pero no vamos a ir porque será un rollo —dijo Jane, contradiciendo su resolución en su efusiva pretensión de sacrificarse para contentar a la esposa de George, pues todo era poco después de la traición y sabiendo que estaba a punto de mentir al propio George


    5. Compré dos, dije, contradiciendo la sensación de satisfacción por herir a Eduardo y a Hugo


    6. Contradiciendo las primeras impresiones del Alcázar, la habitación era hermosa y cálida


    7. Y quizá mientras se debatía y vacilaba entre la bruma (esa moral suya que se parecía bastante a la de Sutpen, esa moral que le decía que tenía razón, aun contradiciendo los hechos, las costumbres y todo lo demás), él que nunca había tenido muy claras sus ideas, pues siempre lo relacionó todo con unos cascos que galopaban, aun en los tiempos de aquella antigua paz que nadie recordaba ya, y durante los cuatro años de aquella guerra a la cual no partió, el galope se había tornado más altivo, atronador y bizarro


    8. Propuso, contradiciendo su opinión del día anterior, «en la que manifesté mi total acuerdo con todos los puntos», alguna modificación


    1. Realmente, yo no contradigo a usted: no hago más que exponer las que creo ideas y propósitos de la persona en cuyo nombre hablo


    1. —No pagamos las copas —lo contradije yo—


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    contradecir in English

    belie gainsay contradict disagree

    Sinônimos para "contradecir"

    contestar replicar argumentar objetar repeler