1.
espaciosregulares, con toda la fuerza de su pico curvo, picotazos en el cráneo
2.
diferencia de lo recto á lo curvo, es evidentemente aplicableá las superficies y á los volúmenes
3.
enjuto y curvo de pájaro de pelea bajo elgorro adornado con un
4.
A medida que recorría el trazado curvo del túnel, Coló llegó a la conclusión de que estaba en una especie de prisión subterránea, con hileras de celdas a ambos lados del corredor, alumbrado con hachones
5.
Así, sólo supe de la visita de mi amante a la fortaleza, con redingote azul, banda, sable curvo y sombrero de plumas multicolores, por lo que me contaron más tarde
6.
Delante de él, a través de los árboles, divisó de manera imprecisa el contorno blanquecino de una casa de dos pisos con el tejado curvo
7.
Llevaba amarrado a las espaldas un cuerno curvo y en la mano tenía un largo látigo
8.
Ambos iban en precario equilibrio, Simón apoyado su pie derecho en el borde del pescante, las riendas en la zurda enrolladas en el antebrazo y sujetas en el puño y el rebenque en la diestra y David detrás suyo agarrado con una mano al hierro curvo que soportaba la capota y con la otra al respaldo del pescante
9.
Y cuando su pecho sintió la rudeza del mineral entendió que alguien, al que no podía ver, le estaba atando una corta cadena que unía el eslabón medio de la que unía sus muñecas al que hacía el mismo oficio entre los grilletes que sujetaban sus tobillos, de tal guisa que quedó totalmente inmovilizado y curvo sobre aquel potro de tortura
10.
Lo obligaron a girar la cabeza y vio una barra de hierro en posición vertical, cuyo extremo curvo se apoyaba sobre la punta de su pulgar
11.
en el curvo perfil que delimita
12.
Alguien había marcado con tiza un gran rectángulo en el plástico curvo de la pared, dentro se leía: «¿esclusa aquí?»
13.
Buntaro volvió al alto y curvo portal de la posada, sin reparar en el aguacero
14.
Arrojó los palos encendidos al montón de leña y la resina que había en ésta hizo que el fuego se avivara al instante, arrojando una luz inmensa sobre el techo curvo y los muros de piedra
15.
Esta, con forma de túnel, le recordó un baño romano, gris y oscuro, con un techo curvo y alveolado
16.
Interior del Congreso: el Conde de Reus hablaba en el pasillo curvo con Rojo Arias, Gobernador de Madrid
17.
(Algunos padres de la Patria desfilan silenciosos hacia las puertas altas que dan al pasillo curvo
18.
El comedor estaba en el segundo piso de un pabellón curvo de dos plantas conectado al fondo de la sección principal del edificio
19.
Volvió a empuñar el cuchillo curvo para las pezuñas
20.
El espacio que rodea al Sol es curvo, como este frutero
21.
Y así es el espacio en realidad: el espacio verdadero es curvo… y la curvatura varía en función de la cantidad de gravedad
22.
Rodeó el submarino, por debajo de las dos hélices gemelas, y vio el nombre pintado en el casco curvo: Deepstar III
23.
la "materia" y la "energía" no pueden existir como tales en el espacio curvo
24.
La Novena Caverna de los Zelandonii se hallaba establecida en un elevado precipicio de piedra caliza en cuya pared la erosión había creado un enorme saliente curvo orientado hacia el sur, formando casi un semicírculo completo de este a oeste y siguiendo el cauce del Río
25.
El cristal curvo estaba opaco por el hielo, pero, por una vez, no estaba cubierto de nieve ni de lonas
26.
Con mucho cuidado, Chanar desenvainó su largo sable curvo; a través del agujero en el techo, un rayo de sol arrancó destellos en el acero
27.
—hizo un gesto curvo con las manos
28.
Mientras seguía cotorreando me la imaginé vestida de bombasí, sea lo que sea eso, con botas abotonadas, sentada con toda ceremonia en lo alto de una escalera de granito, delante de una enorme puerta principal, en medio de un hilera de criados que bizquean; la vi, la némesis del zorro, con su traje rosa de caza y su bombín con velo, a horcajadas sobre el curvo lomo de un gran caballo negro al galope; o estaba en una enorme cocina, con sus fogones a gas, mesa de pino refrotada y jamones colgando, dándole órdenes a la anciana señora Grub acerca de qué cortes de ternera servir para la cena anual del Señor en conmemoración del Glorioso Doce de Julio
29.
Es posible mostrar representaciones visuales de un espacio curvo de más de dos dimensiones, pero tales ayudas a la perfección son tan útiles como puedan ser un par de muletas rotas para un hombre que no tenga piernas, pues no añade nada a la comprensión y son matemáticamente inútiles
30.
Recorrió el pie curvo de la aguja y la superficie plateada, grabada
31.
Tan pronto ladeaba el torso hacia la derecha para asestar un golpe con el puñal curvo como levantaba el pequeño escudo a la altura de los ojos y le lanzaba estocadas por abajo con la espada
32.
Curvo es el sendero de la eternidad
33.
Pablo Vicario, que estaba a su izquierda con el cuchillo curvo, le asestó entonces la única cuchillada en el lomo, y un chorro de sangre a alta presión le empapó la camisa
34.
Sin embargo, cuando el cielo regaló un diluvio curvo que mojó las tablas del crujiente suelo, se rompió el hechizo
35.
De su cinturón de medallones colgaba el gran arakh curvo que Dany le había otorgado cuando lo nombró jinete de sangre
36.
Se ceñía el amplio vientre con una tira de seda amarilla manchada de sudor, de la que le colgaba un largo arakh curvo
37.
Publio estaba sentado en una amplia y confortable cathedra con respaldo ligeramente curvo
38.
Hubo un sonido curvo y suave -el que hizo la puerta de la calle al abrirse-, y luego creció de pronto el ruido, Cornhill arriba, de un buldócer cuyas bandas de rodadura también hacían clics
39.
Un hombre alto y anguloso, de raza blanca, esperaba en el pasillo curvo
40.
Entraron en el gran puerto, curvo como una hoz, de Mesina a la hora del ocaso y Areté se mostró exultante como una niña al ver el estrecho que separaba Sicilia de Italia
41.
Las dos Curvo expresaron su satisfacción, mas fue la rolliza Isabel quien picó el anzuelo tomando el rumbo que yo pretendía
42.
¿Quién es el padre De León? —pregunté para que siguieran hablando, reparando, asombrada, en que Juana Curvo vaciaba otra vez su copa y tornaba a llenarla mientras hacía ver que atendía a la marquesa sin quitarle los ojos de encima
43.
Había sincera aflicción cristiana en los ojos de la gruesa Isabel Curvo, que parecía ser muy fervorosa y beata; en los de la marquesa, en cambio, odio ciego y desvarío, herida como estaba por su marido y por Clara Peralta; y
44.
Incomprensiblemente, los ojos de Juana Curvo permanecieron helados al tiempo que asomaba a sus labios una forzada mueca de modestia
45.
—Anda a casa de doña Clara y cuéntale que Diego Curvo ha entrado en la congregación del padre Pedro de León
46.
Mas satisfaz esta pregunta: toda esta artillería que van descargando en la arena, ¿ha salido de las fundiciones de Fernando Curvo?
47.
Al aprestar las flotas de la Carrera de Indias, Jerónimo de Moncada era, por tanto, el encargado de disponer y, en su caso, comprar las armas y la munición, lo que cerraba un perverso círculo en el caso de que le fueran vendidas por las fundiciones de Fernando Curvo, el mismo que con tanta amabilidad había fabricado la rejería de mi palacio
48.
Fernando Curvo, en cambio, tiene sus propias minas de hierro en la sierra que hay al norte de Sevilla, en El Pedroso y en San Nicolás del Puerto
49.
—Tomó aliento y, mirando por el ventanuco con ojos radiantes, continuó hablando—: Los mejores cañones son los de bronce, ya que pesan menos y resisten más; los de hierro, siendo más baratos, precisan de más hombres para ser manejados y acostumbran a soltarse de sus cureñas y retrancas en cuanto disparan pelotas de calibre grueso, por eso nadie los quiere en sus naos y Fernando Curvo funde cada vez menos cañones y mucha más munición: pelotas de hierro que van desde tres hasta cincuenta y seis libras [31], según dictan las órdenes reales
50.
—En resolución —concluí para poner fin a la perorata—, el tal Juan Morel fabrica los cañones de bronce y Fernando Curvo la munición de hierro para los galeones de guerra
51.
—Erráis, doña Catalina —objetó—, al recelar que don Jerónimo de Moncada le compra la munición a Fernando Curvo
52.
Mas el espíritu de mi señor padre acudió en mi auxilio y, arrancándome de la cabeza tan desatinadas cavilaciones, me obligó a recobrar el juicio y a recordar que, si no había errado yo en mis barruntos y era la insatisfacción la que amargaba la vida de Juana Curvo, ésta se sentiría irremediablemente cautivada por la belleza de Alonso
53.
Juana Curvo arrancó con esfuerzo la mirada de Alonso (quien, a su vez, haciéndose el distraído, la escudriñaba comiéndosela con los ojos), y se dirigió a mí:
54.
—Me agradaría mucho —dije a las dos hermanas, fijando mi mirada en Juana Curvo para obligarla a salir de su embelesamiento— que vuestras mercedes vinieran alguna tarde a merendar a mi palacio
55.
—¿Arias Curvo es uno de los grandes propietarios de plata de Tierra Firme? —inquirió Rodrigo, exponiendo con claridad la pregunta que a mí se me había quedado en el pico de la lengua
56.
Nada en el cuerpo o en el rostro de Isabel Curvo anunciaba tal recuperación mas, si lo decía Damiana, así debía de ser
57.
¿Acaso no había dicho fray Alfonso que Diego Curvo los había golpeado a todos con la vara hasta llenarlos de costurones? Tal era, pues, el pago que recibía por su crueldad
58.
Al punto, todo se tornó confusión y alboroto: Juana Curvo, pillada en flagrante alevosía, gritaba a pleno pulmón entretanto se esforzaba por cubrir su desnudez con las ropas de cama que yacían por el suelo; su hijo Lope, liberado del gabán, avanzaba hacia ella como un perturbado rabioso con un afilado puñal en la mano llamándola pérfida, adúltera, infiel y traicionera; los tres criados de escolta de don Luján se habían arrojado, entre gritos y exclamaciones, sobre Alonsillo, que, tan despojado como su madre le había traído al mundo, se debatía con todas sus fuerzas para liberarse de las garras de sus apresadores
59.
Otro Curvo menos, padre
60.
—¡El loco Lope está en Cartagena de Indias con Arias Curvo!
61.
Simplemente, se precipitaba en el vacío por un borde apenas curvo
62.
Le habían cerrado los ojos y sobre los párpados, a modo de peso, le habían puesto monedas; y el canto curvo de una moneda de plata le sobresalía entre los labios
63.
El pasillo curvo tras la habitación de invitados rodeaba un baño común central
64.
Esputos corrió hacia el jefe y le abrió la cabeza con un largo cuchillo curvo
65.
El contorno era curvo y liso, casi moderno en su acabado
66.
El moro levantó su puñal e hizo que la luz de las estrellas brillara sobre el filo curvo en dirección a la puerta de la ciudad
67.
Entraron en la recepción amplia y elegante, de paredes y techo blancos, donde había un sofá negro justo delante de un escritorio curvo del mismo color
68.
De repente le pareció que un punzón curvo calentado al rojo vivo le perforaba el cráneo, y tuvo la impresión de que su cerebro desprendía un hedor a chamuscado: Yevguenia Nikoláyevna le había denunciado!
69.
Se hallan emparentados, radicalmente emparentados, en todas las alturas y profundidades de sus necesidades: es Europa, la única Europa, cuya alma, a través de su arte multiforme y tumultuoso, aspira a ir más allá, más arriba, y tiende – ¿hacia dónde?, ¿hacia una nueva luz?, ¿hacia un nuevo sol? ¿Mas quién expresaría exactamente lo que todos esos maestros de nuevos medios lingüísticos no supieron expresar con claridad? Lo que es cierto es que a ellos los atormentaba un mismo Sturm und Drang` [borrasca e impulso], que ellos buscaban del mismo modo, ¡esos últimos grandes buscadores! Todos ellos dominados por la literatura hasta en sus ojos y sus oídos -los primeros artistas dotados de una cultura literaria mundial -, la mayoría de las veces, incluso, también escritores, poetas, intermediarios y amalgamadores de las artes y de los sentidos (Wagner, en cuanto músico, es un pintor, en cuanto poeta, un músico, en cuanto artista sin más, un comediante); todos ellos fanáticos de la expresión «a cualquier precio» – destaco a Delacroix, el más afín de todos a Wagner -, todos ellos grandes descubridores en el reino de lo sublime, también de lo feo y horrible, y descubridores aún más grandes en el producir efecto, en la puesta en escena, en el arte de los escaparates, todos ellos talentos que superaban en mucho a su genio -, virtuosistas de pies a cabeza, dotados de inquietantes accesos a todo lo que seduce, atrae, coacciona, subyuga, enemigos natos de la lógica y de las líneas rectas, ávidos de lo extraño, exótico, monstruoso, curvo, de lo que se contradice a sí mismo; como hombres, Tántalos de la voluntad, plebeyos llegados a la cumbre, que se sabían incapaces, en la vida y en la creación, de un tempo [ritmo] aristocrático, de un lento, – piénsese, por ejemplo, en Balzac – trabajadores desenfrenados, casi destructores de sí mismos mediante el trabajo; antinomistas y rebeldes en las costumbres, ambiciosos e insaciables, carentes de equilibrio y de goce; todos ellos, en fin, prosternados y arrodillados ante la cruz cristiana (y esto, con toda razón: pues ¿quién de ellos habría sido suficientemente profundo y originario para una filosofía del Anticristo?-), en conjunto una especie temerariamente audaz, espléndidamente violenta de hombres superiores, que volaba alto y arrastraba hacia la altura, especie que hubo de empezar por enseñar a su siglo – ¡y es el siglo de la masa! – el concepto de «hombre superior»… Que los amigos alemanes de Richard Wagner decidan por sí mismos si en el arte wagneriano hay algo alemán de verdad, o si no ocurre que lo que cabalmente distingue a ese arte es el provenir de fuentes e impulsos supraalemanes: y en esto no se infravalore el hecho de que, para que se formase del todo el tipo de Wagner, resultó indispensable justamente París, hacia el cual le mandó aspirar en la época más decisiva la profundidad de sus instintos, y que toda su manera de presentarse, de hacer apostolado de sí mismo, sólo pudo alcanzar su perfección a la vista del modelo de los socialistas franceses
70.
Eso es posible en Mundo anillo, dado que todo está a la vista y el horizonte es curvo y asciende
71.
Encontraba agradablemente aterrador levantar la vista hacia un cielo curvo de roca fundida y suelo importado
72.
La tribu se agrupó ante un gran muro curvo que se inclinaba por encima de la cabeza
73.
La conferencia se detuvo en la «concepción de un artista»: un arco borroso, curvo, de la atmósfera superior de Urano
74.
Cuando el chico salió, Lisa comenzó a desabrocharse el anorak y su cuerpecito redondo se hacía merengue con aquel jersey de rosas bordadas a ganchillo, un encaje de floretones que rodeaban el escote curvo
75.
Más allá, se encuentran solos en un pasillo curvo
76.
Recogió su bastón, un elegante cayado de marfil profusamente tallado, algo curvo y con una delicada forma ahusada y se puso en pie, apretando la bolsa de cuero contra el costado con un codo protector--, de modo que espero que cumplas con tu trabajo
77.
En ese momento, el curvo filo de la luna blanca apareció por encima de las cumbres orientales, y la luz llegó a la explanada
78.
El esqueleto del ataúd quedó en posición vertical, de pie, con el extremo curvo sobresaliendo entre las raíces y el limo
79.
Tuve que fijarme para identificar el lugar del golpe, pero una vez encontrado el primer indicio, los demás fueron apareciendo solos: el brillo del polvo de cristales sobre el asfalto, algún travesaño metálico deformado y, sobre todo, un largo frenazo que oscurecía el piso en un trazo curvo
80.
Sonaron los aceros, tanteándose, y en seguida el teniente de alguaciles se apartó de la pared con un compás curvo para tener más libertad de movimiento
81.
John estaba sacando un cargador curvo, entrecerrando los ojos debido a la brillante luz artificial procedente del techo
82.
Yaya entró por un corredor curvo, algo más lujoso que el que habían dejado
83.
Pero subieron, y continuaron un poco más de prisa, porque ella sabía que el pasaje curvo se alargaba un trecho sin recodos laterales después de la escalera
84.
El curvo pecho del dragón se abrió por completo
85.
Boudet tomó un fusil y abatió a un oficial con manto gris que chillaba alzando su sable curvo
86.
Ive y él sustituyeron el PowerBook G3, curvo y plástico, por el elegante acabado de titanio del PowerBook G4, que se rediseñó dos años más tarde en aluminio, como si quisieran demostrar lo mucho que les gustaban los diferentes metales
87.
Escuadra falsa, con uno de sus brazos recto y curvo el otro, usada generalmente por los canteros al labrar dovelas
88.
El que se compone del recto y del curvo, o del extraño y del de trepidación
89.
Madero curvo que en los carruajes antiguos sostenía en sus extremos las varas y se apoyaba por el medio sobre la tijera
90.
Juego entre dos equipos, consistente en introducir en la portería contraria una pelota o un disco impulsado por un bastón curvo en su parte inferior, y que se practica en un campo de hierba o con patines en una pista de hielo u otra superficie dura
91.
Me apoyé en una pared desde donde los podía ver a través de las altas ventanas desnudas: los jóvenes batiéndose en la noche, el brazo izquierdo curvo como el brazo de un bailarín, la gracia acercándose a la muerte, la gracia lanzándose al corazón; las imágenes del joven Freniere empuñando ahora hacia adelante la hoja de plata, o siendo empujada por ella hasta el infierno
92.
Estaba envuelto en un anuncio publicitario, tendido en el rincón curvo de una habitación blanco azulada
93.
Quizá existía una incierta timidez entre ambos, o quizá era más interesante mirar las luces móviles de los remolcadores y las naves asistentes, el destello de los campos solares, el brillo florido de las velas de distantes generadores de antimateria, que mirar las estériles mamparas del ancho y curvo pasillo donde estaban
94.
Y sin embargo la Persia refinada y la salvaje Tracia se habían aliado en Bitinia con los pastores de la antigua Arcadia; aquel perfil delicadamente curvo recordaba el de los pajes de Osroes; el ancho rostro de pómulos salientes era el de los jinetes tracios que galopan a orillas del Bósforo y que prorrumpen al anochecer en roncos cantos tristes
95.
Todos portaban un cuchillo curvo metido en el cinturón y con frecuencia también otro de hechura corriente