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diamantes y las perlas de las revelacionesdivinas! Y este diestro artífice era entonces,
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repente el canto, yDe-Hinchú, con un rápido y diestro
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era singularmente diestro en cortar para las muñecas
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diestro; ycaminando la noche toda, aunque con bastante trabajo por los muchosárboles que se encuentran
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primeras de un su hermano Pedro, que parece era muy diestro enel manejo de la
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que si en la ciencia es más que todos diestro,
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el más diestro jardinero,exclamó, hasta con fe en las palabras del poeta:
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El símbolo del Sol de la esvástica original es diestro lo que, en los
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Todos los otros negros lereconocen como el más diestro y pujante en la carnerada
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Que me cuesta el rencuentro el diestro
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Conocía el resorte de los barberos, delas terceras, de los abates, siendo muy diestro en el uso de
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y estevolvió trayendo del diestro la bestia
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Conducía del diestro dos caballosenjaezados, cuyas colas estaban cuidadosamente trenzadas y las puntasatadas por un cordón de estambre a una argolla en el fuste de la sillapor detrás
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Entre éstospodemos citar a Brindis, músico, elegante y bien criado; a Tondáprotegido del Capitán General Vives, negro joven, inteligente y bravocomo un león; a Vargas y a Dodge, ambos de Matanzas, barbero el uno,carpintero el otro, que fueron comprendidos en la supuesta conspiraciónde la gente de color en 1844 y fusilados en el paseo de Versalles de lamisma ciudad; a José de la Concepción Valdés, alias Plácido, el poetade más estro que ha visto Cuba, y que tuvo la misma desastrada suerte delos dos precedentes; a Tomás Vuelta y Flores, insigne violinista ycompositor de notables contradanzas, el cual en dicho año pereció en laEscalera, tormento a que le sometieron sus jueces para arrancarle laconfesión de complicidad en un delito cuya existencia jamás se haprobado lo suficiente; al propio Francisco de Paula Uribe, sastrehabilísimo, que por no correr la suerte del anterior, se quitó la vidacon una navaja de barbear en los momentos que le encerraban en uno delos calabozos de la ciudadela de la Cabaña; a Juan Francisco Manzano,tierno poeta que acababa de recibir la libertad, gracias a lafilantropía de algunos literatos habaneros; a José Dolores Pimienta,sastre y diestro tocador de clarinete, tan agraciado de rostro comomodesto y atildado en su persona
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Picó espuelas el diestro jinete, trotando hacia la calle de
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era el cazador, que siendo tan diestro como yolo era en el tiro al
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Mas en medio de la faena, el diestro sufrió una colada y
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Todos gritaban, reclamando para el diestro loshonores de la maestría
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del diestro, un talabartero con tienda abierta, hombre sesudo,enemigo de la vagancia,
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La noticia del triunfo habíallegado allí antes que el diestro, y los vecinos
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sido pájaro decuenta, y tan diestro en el manejo de la ganzúa
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dejar que marchen los sucesos sin intervenir; Mauricio es diestro y el señor Roussel prudente;
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De la necesidad a incluso de la costumbre que Marguerite había adquirido de verme resultó que abandoné el juego justo en el momento en que un jugador diestro lo hubiera dejado
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Era gauche o poco diestro en el trato, en la conversación y sobre todo en sus modales
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Repartió propinas a diestro y siniestro, beneficiando incluso a quienes no habían contribuido a su bienestar
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Unas detonaciones del otro lado del barranco, el castañeteo seco de una bandada de perdices de color tierra que el perro había levantado, la doble detonación, repetida casi en seguida, la carrera del perro, que volvía con los ojos desorbitados, el hocico lleno de sangre y un puñado de plumas que Ernest y Daniel le quitaban y que, instantes después, Jacques recibía con una mezcla de excitación y de horror, la búsqueda de otras víctimas, cuando las habían visto caer, los gañidos de Ernest, que se confundían a veces con los de Brillant, y de nuevo la marcha, Jacques ahora encorvado bajo el sol a pesar del sombrerito de paja, mientras alrededor la meseta empezaba a vibrar sordamente como un yunque bajo el martillo del sol, y a veces una nueva detonación o dos, nunca más, pues uno solo de los cazadores había visto escapar la liebre o el conejo condenado de antemano si lo apuntaba Ernest, siempre diestro como un mono y corriendo ahora casi tan rápido como su perro, gritando como él para recoger por las patas de atrás el animal muerto y mostrarlo de lejos a Daniel y Jacques, que llegaban jubilosos y sin aliento
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Allí por primera vez se separaba de Pierre, que no jugaba, aunque fuera naturalmente diestro: era más frágil, crecía más rápido que Jacques, parecía cada vez más rubio, como si el trasplante no le sentara tan bien
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Se empeñaba el diestro, tozudamente, en hacerme peón de su cuadrilla
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Es muy diestro en el manejo de su sillón de ruedas, ir de la cama al sillón, por ejemplo
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En las manos no llevaba protección, seguro de que con el tiempo se acostumbrarían al frío y él se volvería más diestro, podría pasar más horas fuera y sería capaz de trabajar más los detalles de sus obras
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Eragon traspasó la defensa de Arya con un movimiento diestro y golpeó a la elfa en el pecho, desde el hombro al esternón
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Valdivia se dio cuenta muy pronto de que estaba ante un general tan diestro como él mismo, alguien que conocía las flaquezas de los españoles, pero no se preocupó demasiado
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La mente de Simón le jugaba malas pasadas y no era la primera vez que ante la aparición de una estilizada silueta o una hermosa trenza en la lejanía se precipitaba hacia ella creyendo que había divisado a la dueña de sus pensamientos, apartando a diestro y siniestro gentes a manotazos; actitud que, más de una vez, le había originado algún que otro incidente
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Los hombres iban enloquecidos de un lado a otro mientras el que parecía mandar daba órdenes a diestro y siniestro; su gente echaba cubos de agua sobre la ardiente cubierta… Tarea inútil
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Un puñado de individuos con metralletas, disparando a diestro y siniestro y, a pesar de ello, Day alcanzó a uno de ellos
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Pero ¿es que no sabéis, dice a diestro y siniestro, que los dos eminentes profesores le deben en parte su carrera al notario Cuffaro, con quien mantienen estrechos vínculos de amistad? ¿Qué otra cosa se podía esperar? El abogado Nicolosi aconsejó a Cristina realizar su última declaración cuando ya estaba seguro de los favorables resultados de las pruebas periciales
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La gente quería verlo, hombres y mujeres, niños y viejos, y él se prestaba al juego de buen grado, sonriendo a diestro y siniestro, quitándose el sombrero ante las señoras e inclinándose ante los hombres, aunque sin despegar los labios
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con su buen caballo en diestro que le llevaba las armas
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Repartía el cogulla a diestro y siniestro golpes de cuchara, y ellos se aporreaban para quitarse la ración, y entre manotadas y coces iban logrando la parte correspondiente, para retirarse después a un rincón, donde pacíficamente se lo comían
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Viendo los jinetes que era imposible abrir paso, esgrimieron los sables y descargando furibundos tajos a diestro y siniestro sobre soldados, paisanos y mujeres, gritaron:
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Pero de pronto, uno de los jugadores del bando opuesto al que dirigía el califa en persona lanzó la pelota derechamente contra la cara del califa, con golpe tan diestro y vigoroso, que infaliblemente el califa habría perdido un ojo y acaso la vida, si el joven Aslán con admirable maestría, no hubiera parado la pelota al vuelo con su mazo
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Los soldados, a culatazo limpio, quisieron despejar, y se arremolinó el mujerío procaz; pero al fin, donde menos parecía que pudiera abrirse un hueco, el hueco se abrió, y este hueco en la masa humana lo fue aumentando la tropa por el procedimiento sencillísimo de arrear golpes a diestro y siniestro sin reparar en pechos, espaldas ni barrigas, hasta formar como una plazoleta vacía de gente
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Los legionarios no tuvieron tiempo de reaccionar, y antes de que hubieran podido sacar los escudos de las fundas de piel para protegerse y de poder desenvainar las espadas y ponerse el casco, cuatro legiones de marsos deshacían la columna repartiendo golpes a diestro y siniestro como quien se entrega a un juego
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Sólo te digo por el momento que a la hora en que andaba yo tomando lenguas de lo ocurrido y examinando [253] el campo de batalla, nuestro amigo Van-Halen, sin fuerza bastante para dominar la insurrección, o poco diestro en elegir los medios y puntos de ataque, se vio precisado al abandono de sus posiciones y se replegó a la Ciudadela
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Sus pequeños cuerpos se golpeaban a diestro y siniestro, hasta que el macabro péndulo recuperaba la quietud inicial
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Bueno, el caso es que piqué espuelas para lanzar el caballo entre ellos y abrirme paso, mientras atizaba mandobles a diestro y siniestro
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Sospechaba que una turbulenta discusión tenía lugar tras aquellos muros y que la Alta Señora debía estar pidiendo pareceres a diestro y siniestro, temiendo un engaño o una falsificación
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Allí, soltando cuchilladas a diestro y siniestro, con la agilidad de una víbora
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Su movimiento era tan diestro que casi nunca necesitaba más de un golpe para obtener una chispa
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–El oficial de navegación, el teniente March, sirvió durante cuatro años en submarinos nucleares y es un diestro submarinista
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Blakelock era claramente un pintor demasiado diestro para no saber eso
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Pero su botín se convierte en imán para otros como ellos, que se lo arrebatarán a su vez, y así continúa la carrera, venciendo, no el más diestro en la producción, sino quienes emplean mayor brutalidad y rudeza
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La voz, seca y clara, la de un diestro contable
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sin el querer divino y diestro hado?
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Al otro, el que está al lado de los pobres, o de los débiles, o de los marginados, el que lleva un jersey y unas Reebok, ese mismo, habrá empezado con alguna deslumbrante aparición caótica del infinito, algo que en la penumbra de su juventud le habrá dictado vagamente el imperativo de tomar posición, y la sugerencia de qué parte estar, todo habrá empezado como debe empezar, de un modo honesto, pero luego, Dios santo, cuando vuelves a verlo ya adulto y famoso, Jesús, famoso, da cosa ya sólo decirlo, famoso, con su nombre en los periódicos y las fotografías, con el teléfono sonando sin parar porque los periodistas quieren preguntarle su opinión sobre esto o aquello, y él responde, puta miseria, responde, y participa, y marcha en cabeza de las manifestaciones; el teléfono de los sacerdotes no suena, Gould, quiero decírtelo con toda la crueldad necesaria, tú no puedes saberlo pero el teléfono de los sacerdotes no suena porque su vida es un desierto, es programáticamente un desierto, una especie de parque natural protegido, donde la gente puede mirar, pero desde lejos, son animales de parque natural, nadie puede tocarlos, ¿puedes imaginártelo, Gould?, para los sacerdotes es todo un problema incluso dejarse tocar, ¿has visto alguna vez a un sacerdote dando un beso a un niño o a una señora?, sólo para saludarlos, no pienses mal, una nimiedad, lo normal, pero él no puede hacerlo, la gente de alrededor enseguida tendría una sensación de malestar y de inminente irritación, y ésta es la durísima condición cotidiana del sacerdote en este mundo, él, que podría ser un hombre como los demás y que ha elegido en cambio esa soledad vertiginosa, que no tendría vía de escape, nada, salvo una idea, una idea incluso justa, llegada desde fuera para cambiar ese panorama, para devolverle una tibieza de humanidad, una idea que, bien utilizada, perfilada, revisada, protegida de los arriesgados choques con la verdad, conduce al sacerdote fuera de su soledad, simplemente, y poco a poco hace de él el hombre que es ahora, rodeado de admiración, y ganas de acercársele, e incluso deseo en estado puro, un hombre con jersey y Reebok, nunca solo, se mueve arropado por hijos y hermanos, nunca perdido porque está constantemente conectado a alguna terminal de los medios de comunicación, de vez en cuando entre la multitud atrapa al vuelo los ojos de una mujer cargados de deseo, piensa qué puede significar eso para él, esa vertiginosa soledad y esta vida que estalla, ¿hay que sorprenderse si está dispuesto a morir por su idea?, él existe en esa idea, ¿qué significa morir por esa idea?, estaría muerto de todas formas si se la quitaran, se salva en esa idea, y el hecho de que con ella salve a cientos o a lo mejor a miles de semejantes no cambia ni un ápice en este asunto, y es que ante todo se salva a sí mismo, con la coartada accesoria de salvar a los demás, robando a su destino esa necesaria dosis de reconocimiento y admiración y deseo que le hace estar vivo; vivo, Gould, ¿comprendes bien esta palabra?, vivo, sólo quieren estar vivos, hasta los mejores, los que construyen justicia, progreso, libertad, futuro, incluso para ellos se trata de una cuestión de supervivencia, acércate todo lo que puedas, si no me crees, mira cómo se mueven, a quién tienen a su alrededor, míralos e intenta imaginarte qué sería de ellos si por casualidad un día se despertaran y cambiaran de idea, simplemente, qué quedaría de ellos, intenta arrancarles una respuesta que no sea una instintiva autojustificación, mira si puedes aunque sea una sola vez escucharles pronunciar su idea con el estupor y la indecisión de alguien que la descubriera en ese momento y no con la seguridad de alguien que te está mostrando con orgullo la devastadora eficacia del arma que empuña, no te dejes engañar por la aparente docilidad de su tono, por las palabras que eligen, astutamente dóciles, están luchando, Gould, luchan con los dientes por la supervivencia, por la comida, la hembra, la madriguera, son animales, y eso que son los mejores, ¿comprendes?, ¿qué puedes esperar de los demás que sea distinto, de los pequeños mercenarios de la inteligencia, de los comparsas en la gran lucha colectiva, de los pequeños guerreros cobardes que rapiñan restos de vida en los márgenes del campo de batalla, conmovedores basureros de salvaciones irrisorias, cada uno con su ideíta artificial, el médico a la caza de financiación para pagar el internado de su hijo, el viejo crítico que intenta paliar el abandono de su vejez con cuarenta líneas a la semana que suelta donde hagan un poco de ruido, el científico y su puré de Vancouver con que alimentar de orgullo a mujer, hijos, amantes, las penosas apariciones televisivas del escritor que teme desaparecer entre un libro y otro, el periodista que apuñala a diestro y siniestro desde la primera página para estar seguro de existir al menos otras veinticuatro horas más, sólo están luchando, ¿lo comprendes?, lo hacen con ideas porque no saben utilizar otra cosa, pero en esencia es lo mismo, es lucha, y son armas sus ideas, y por mucho asco que nos dé admitirlo, están en su derecho, su deshonestidad es una lógica deducción de un deseo primario, y por tanto necesario, su asquerosa traición cotidiana a la verdad es la consecuencia natural de un estado natural de indigencia que hay que aceptar, no puede pedírsele a un ciego que vaya al cine, no puede pedírsele a un intelectual que sea honesto, no creo, de verdad, que pueda pedírsele, por muy deprimente que sea admitirlo, pero el concepto mismo de honestidad intelectual es un oxímoron
56.
En su lugar, se limitaron «a disparar a diestro y siniestro sobre toda la playa, siguiendo siempre un patrón distinto»
57.
Parece que era diestro con la carbonilla
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El asesino, casi con seguridad, es diestro
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Picó espuelas el diestro jinete, trotando hacia la calle de Toledo para tomar la de Segovia y seguir por la Ronda hasta incorporarse con sus amigos en la Puerta de San Vicente
60.
Y compuestos perfectamente durables que durante años habían sido considerados como imposibles de obtener empezaron a formarse a diestro y siniestro, tales como el Krl4, el H4XeO6, el RrF4; los gases nobles, después de todo, no eran tan nobles
61.
No, lo que le desconcertaba era, sencillamente, una consideración en todo punto exacta, en todo punto matemática: la de que por más poderoso que un caballero fuese, espada en ristre, a descargar mandobles a diestro y siniestro, había de serle, con todo, imposible vencer a un ejército de cien mil hombres, en el espacio de unas pocas horas, y aunque fuese en un día y, además, no dejando con vida a ningún enemigo
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Les divertía ver a Ana tomar el mando y dar órdenes a diestro y siniestro, si bien todos la obedecían con sumo gusto
63.
Siempre se trazan planes, sobre todo cuando se es menos fuerte que el enemigo; pero cuando llega la hora de la verdad, uno se olvida de todo y comienza a dar golpes a diestro y siniestro
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Con tal intensidad posábase ahora el sol en la acera de enfrente, que su puro reflejo alumbraba el cuarto del diestro con exceso de luz vivificante, alegre y amiga
65.
Bruno procedió a fijar el añadido, trenzando el pelo postizo con el del diestro y con la moña aovada
66.
Pero los que marchaban en vanguardia encontraron una muerte repentina, abatidos en seco por el grueso garrote del hombre-mono, cuya ágil y elástica figura irrumpió de inmediato entre los agresores, para voltear su estaca a diestro y siniestro, furiosa, demoledoramente, con tal precisión y eficacia que el pánico no tardó en cundir en las filas de los negros
67.
Lo llevó varias veces a pie desde su casa hasta el cementerio, indicándole puntos de referencia para que memorizara la ruta del autobús de las Ramblas, hasta que lo sintió bastante diestro para mandarlo solo
68.
Con las cartas era poco diestro y causaba lástima entre quienes se veían en la obligación de desplumarlo; con las mujeres, en cambio, todo el mundo coincidía en señalar que su majestad era todo un garañón, pues su lista de amantes en España había sido interminable
69.
El capitán Moreo se acercó por la cubierta, repartiendo órdenes a diestro y siniestro, y a su alrededor la Danzarina de las Tormentas se vio inmerso en una vorágine de actividad mientras Desembarco del Rey se empezaba a divisar sobre las tres altas colinas
70.
Bruenor mantenía el escudo en alto al tiempo que lanzaba hachazos a diestro y siniestro
71.
Las calles estaban animadísimas; veíanse pasar por ellas elefantes suntuosamente ataviados, caballos conducidos del diestro o montados y enjaezados magníficamente, palanquines llevados por indígenas con espléndidas libreas; gente a pie que caminaba precipitadamente e individuos de todas las naciones: portugueses, musulmanes, árabes, indios, armenios, oficiales y soldados de uniforme
72.
El capitán Moreo se acercó por la cubierta, repartiendo órdenes a diestro y siniestro, y a su alrededor el Danzarín de las Tormentas se vio inmerso en una vorágine de actividad mientras Desembarco del Rey se empezaba a divisar sobre las tres altas colinas
73.
No sólo era un diestro carpintero, sino también un cazador de primera clase
74.
–¿Vea? Justo en el lado opuesto del par zurdo CG está el par diestro GC
75.
Es más, el leve dolor que sentía aún en su índice diestro le producía el efecto de un bálsamo
76.
Y no habría momento más oportuno que aquél, para apelar a la violencia con el fin de abatir el viejo orden: un virrey a quien los nobles despreciaban y el pueblo odiaba, diestro en maldades pero por completo carente de inteligencia y coraje para afrontar una situación difícil; el descontento de las hermandades gremiales de la ciudad y de los campesinos de la corona; una única guarnición de tropas en Palermo y muy pocas e insignificantes en número y poder las del resto de la isla; por último, los franceses que, con los movimientos de su ejército y flota, no dejaban entrever qué golpe se hallaba a punto de asestar y mantenían en estado de constante zozobra al gobierno de Nápoles
77.
También ha gozado, ¡y de qué manera! Entre tanto, el imperio se desquiciaba en una anarquía, en el cual grandes y pequeños se hacían la guerra a diestro y siniestro, y los hermanos se perseguían y mataban, castillo contra castillo, ciudad contra ciudad, el pueblo en pugna con la nobleza, el obispo con el cabildo y la comunidad; bastaba mirarse uno a otro para ser enemigos
78.
Tuvo que reconocer que, para tratarse de un hombre que llevaba guantes de bioprotección, Clogston era bastante diestro
79.
Después de la exposición en la librería, los de la revista North West vinieron a casa, me hicieron una entrevista y, de repente, empecé a recibir llamadas de teléfono a diestro y siniestro… ¡de personas que querían comprar cuadros!
80.
Un gran griterío resonó en el valle cuando los guerreros de Tanelorn chocaron con sus enemigos, blandiendo sus armas a diestro y siniestro
81.
Ya te dije que Otto era el más diestro de su profesión
82.
También quería que la tribu contara con un buen tallador de sílex, con una persona que supiera manejar el fuego y con alguien diestro en el rastreo de los animales
83.
Su copa de gin tonic comenzó a deslizarse por la superficie inclinada de roble, la atrapó con un diestro movimiento y el hielo de la copa tintineó con su risa
84.
Eligió unos pequeños moluscos que nadaban en una salsa caliente y picante de especias y crema de coco y al final de la comida peló unas uvas heladas, procedentes de Australia, con sus dedos delicados, utilizando las largas uñas rosadas con la precisión de un cirujano diestro para evitar las pepitas y poniéndole cada uva entre los dientes con el pulgar y el índice
85.
Pues has de saber que tengo un hermano que lleva ese nombre, y es muy diestro en asuntos militares y de reconocido valor
86.
Elric volvió a afianzarse en la cofa, guardando un precario equilibrio en el estrecho soporte mientras repartía golpes de espada a diestro y siniestro, lanzando los viejos gritos de guerra de su pueblo
87.
Seguí lanzando la moneda, con un movimiento cada vez más diestro del pulgar y anoté todavía algunas series más en la misma servilleta, una debajo de la otra, hasta que el mozo me trajo el café con el tostado
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postulación a diestro y siniestro
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Muy bien, el señor Peregrino es diestro
90.
urgentemente una impresión digital del pulgar izquierdo de un hombre diestro
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Lañe accionó el pestillo con su diestro morro
92.
Las mismas condiciones nuevas bajo las cuales surgirán, hablando en términos generales, una nivelación y una mediocrización del hombre – un hombre animal de rebaño útil, laborioso, utilizable y diestro en muchas cosas-, son idóneas en grado sumo para dar origen a hombres-excepción de una cualidad peligrosísima y muy atrayente
93.
Le habría abrazado en ese momento, Con este golpe diestro no sólo había rechazado el ataque sutil de Sadoc, sino que había manifestado su independencia de Roma
94.
El hombre aristocrático honra en sí mismo al poderoso, también al poderoso que tiene poder sobre él, que es diestro en hablar y en callar, que se complace en ser riguroso y duro consigo mismo y siente veneración por todo lo riguroso y duro
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Los magos, con excepción de Poons, que se estaba quejando y blandía el bastón a diestro y siniestro, se pusieron de puntillas para intentar ver algo
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Y es absolutamente obvio que los laboristas defienden los principios de la participación y la solidaridad, los derechos de los gays, las madres solteras y Nelson Mándela, y no de hombres zopencos y autoritarios que echan polvos a diestro y siniestro y van al Ritz de París y luego se permiten echar un rapapolvo a todos los presentadores del programa Today
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De la misma manera que el dedo índice de un buen tirador se hace sensible y diestro, percibiendo las menores diferencias de presión que le acercan o le alejan de la pieza en el momento en que dispara, para el torero sus muñecas le permiten toda clase de delicadezas en el arte de la capa y en el de la muleta