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encaje, acostándose a su lado con
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Pues el faldón de bautizo, por ejemplo, que estamos arreglando con encaje valenciennes, no sepodrá poner menos de quinientos francos
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encaje, rodela y con tantasplumas en la cabeza que más que
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La ley del encaje aún no se habíasentado en el entendimiento del juez,
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Con decir que bajo los puños rizados de encaje, sobre lasmanos preciosas por sí
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la Virgen, ya el encaje para el paño del altar?Ello fue que un día
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En uno de ellos, cuatrogradas cubiertas de encaje sucio
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Ticiano y el espeso velode encaje, disimulaban los estragos del
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cómo cubriéndolo de un encaje de recuerdos, lospanoramas del
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el encaje de las hojas, caminabapor la ancha avenida escuchando
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encaje y se cubrió con ella
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otro mundo de encaje y de flores: laspuertas eran pequeñas, pero
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lascasas trabajadas lo mismo que el encaje, de los pozos
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el encaje las estatuas deChichén-Itzá? ¿Adónde ha ido, adónde,
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la cinta lila que compraron ayer, y lasmedias de encaje? «Yo te
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batistabien plegadita, con encaje valenciennes plegado en el cuello
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También había lo que ellallamaba papel de encaje,
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en cambio, un gran cuellode encaje de Venecia, del que tenía yo
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sentadas antelas puertas, haciendo encaje con un colchoncillo
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ninguna clase de encaje, porqueel tacto del almidón le crispa los nervios y el ruido
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menguaban alternativamente ciñéndola de unblanco cinturón de encaje
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Vestía la niña un traje azul marino, conadornos de encaje
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La fabricación del encaje denominado ñandutí en guaraní, o tela dearaña, elaborado por las
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penetraba por entre los mil intersticios de aquel encaje prodigioso, y nuestra viajera se vió
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revuelta falda, orlada de menudo volante a pliegues, algodel encaje de las enaguas, y el
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mesa y puso una mano sobre el hombro de Chloe, cuidado de no romper el encaje
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El Instituto del Mundo Árabe era un edificio enorme cuya planta era un rectángulo perfecto; sus dimensiones y su arquitectura, recortada como un encaje negro, resultaban impresionantes
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» Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba
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Hay cortinas de terciopelo marrón y visillos; las mesas están cubiertas con lo que antaño fueron manteles de encaje blanco, que el tiempo ha vuelto amarillos, y los cubiertos están oxidados y tienen manchas de comida
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Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos
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Acompañaba el espectáculo al piano una vieja señorita que oponía a las burlas de los «bancos» la serenidad inmóvil de una espalda flaca en forma de botella de agua mineral, con un cuello de encaje por tapón
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Sobre el teclado había un pañuelito de encaje y me alejé ahogado por la congoja
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Sin saber cuándo tenía que apretar, hasta que ella me dijo que la verdad es que no tenía la menor idea de cómo se hacía, levantándose del sofá y subiéndose las braguitas de encaje, contoneándose después hasta la cocina
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Cuervo, a pesar de las risillas, los labios pintados y el encaje, las jóvenes buganvillas son, a su modo, tan indias como yo
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La del sujetador de encaje desecha la sugerencia con un aleteo de pestañas
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—Depende de cómo encaje la primera sesión —matizó el profesor
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Miss Marple se arreglaba el sombrerito de encaje, echó atrás el chal que le cubría los hombros y empezó a hablar suavemente, haciendo las más asombrosas manifestaciones en el tono más natural del mundo
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El Corsario se detuvo a mirar: una mesa cubierta con albo mantel de encaje de Flandes estaba tendida en aquel pintoresco lugar
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Distinguió sobre el escenario a esa muchacha vestida de terciopelo negro y cuello de encaje que tocaba su instrumento con los ojos cerrados y se enamoró de ella a la distancia
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Ella se presentó con su vestido azul de cuello de encaje, como una aparición escapada de un retrato antiguo, firmó el libro, oyó los cargos en silencio y del mismo modo salió seguida por su hijo
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Shanon se transformaba con cada nuevo amor según los requerimientos del hombre de turno, un día aparecía con una permanente y nueva ropa interior de encaje negro, pero dos semanas más tarde los portaligas franceses quedaban, olvidados al fondo de un cajón porque había puesto los ojos en un vecino escritor, entonces Gregory la encontraba arropada en uno de sus chalecos, sin maquillaje y con nuevos anteojos de carey, leyendo a Jung
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Y por fin permite que la puerta se encaje y que cese el zumbido
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Los dedos del agente-yo agarran el borde elástico, el encaje decorativo cosido a la ropa interior de la madre-huésped, y tiran de él para retirar dicho atuendo y revelar el pubis maduro
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Su rostro era un encaje de arrugas
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Hicieron sábanas con viejas cortinas de damasco color topacio, descosieron el suntuoso vestido de encaje de Chantilly que usó Clara el día en que murió Barrabás, para hacer un mosquitero color del tiempo, que los preservara de las arañas que se descolgaban bordando desde el techo
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En su dormitorio había orquídeas, collares colgados en las paredes, una mecedora, lámparas antiguas con pantalla de encaje y un baúl japonés
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En los artesonados de madera las arañas tejían sus delicados manteles de encaje y corrían los ratones con el corazón tranquilo, porque los gatos de la casa no podían encaramarse tan alto
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En tanto que por el escote y por los costados abiertos asomaban el cuello y las mangas de una camisa de encaje que había pertenecido a su madre y que ésta lució en el día de su boda
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El hielo junto a la base de los árboles formaba un encaje de puntillas y la nieve crujía a su paso
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Dice que cada pieza está cortada de tal manera que encaje con otra
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Llevaba arrugado el vestido blanco de encaje
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La señora Bethany se paseaba por la clase lentamente, y la luz de la tarde se reflejaba en el broche de oro que llevaba prendido al cuello de la blusa de encaje
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Retrocedió hasta la sala egipcia con paso vacilante; tenía todo el cuerpo empapado de un sudor frío y sus manos retorcían el salto de cama de encaje
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Al principio el aspecto de aquellas mujeres modernas le había parecido excesivamente artificioso, pero ahora comprendía lo seductoras que resultaban, con sus mangas largas y ceñidas con puños de encaje, sus estrechas cinturas y faldas flotantes
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Dejó escapar una risilla maliciosa y levantó una pierna contemplando la pesada falda larga cubierta de encaje
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Entre el desgarrado encaje de la pechera, un destello de carne firme
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A su lado había unas bragas negras de encaje
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Deportados con las cotorras en el gabinete de su tía, jugaban en silencio, desbaratando una [214] obra de encaje que Crucita tenía empezada, para rehacerla después ellos a su modo
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No era Tavira, y el hecho de que los maniquíes me hubiesen seguido (pero ¿cómo?, pero ¿utilizando qué medio?, pero ¿obedeciendo a quién?) hasta la frontera con China, me hizo entrar a la tienda de vestidos de novia en busca de pistas que me aclarasen acerca de las intenciones de las criaturas del escaparate, que permanecían vueltas a la calle con una indiferencia simulada, ofreciendo las tocas de encaje al despacho de notario de la travesía, visitado por multitud de rollos de papel en busca de una bendición de sellos, y di con decenas de mejillas lustrosas que me contemplaban con una simpatía engañosa, provistas de nardos de fieltro que saturaban la habitación con corolas postizas
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Casi todas van de negro o tonos oscuros, reservando los colores vivos para guantes, bolsos y abanicos, bajo las ligeras mantillas de encaje que cubren moños, rodetes, bucles y tirabuzones
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Además de un encanto singular, indefinible —sereno, es el término que acude una y otra vez al pensamiento de Pepe Lobo—, relacionado con la cualidad agradable de su piel femenina y blanca, las tenues venas azuladas de las muñecas entre los puños de encaje y los guantes de raso que usaba aquel día, la boca agradable, entreabierta en el acto de escuchar incluso a quien, como el capitán corsario, no parecía gozar de sus más vivas simpatías —al menos eso dedujo de la forma cortés y un poco altiva con que ella se condujo todo el tiempo—
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Ordenando a la doncella y al cochero que esperen en la esquina de la calle del Veedor, Lolita Palma acepta la mano que le ofrece Maraña, baja del coche, se acomoda la mantilla de encaje negro sobre la cabeza y los hombros, y camina en compañía del joven marino entre tiendas de campaña, niños que corretean jugando y familias enteras que, sentadas en el suelo, cocinan en fogones ocasionales y se disponen a pasar la noche al sereno
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O, adoptando un enfoque positivo, con frecuencia se puede hacer que una excepción encaje en un sistema general, siempre que se proceda a ensanchar el sistema general
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El río traía el murmullo de un liguero de encaje
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De todo aquello -de las candilejas y de las diablas, de los trajes de pacotilla, de las lentejuelas,del hálito del escenario, del misterio de la representación; del castañeo de las postizas, el airoso ir y volver de las bailarinas, el lento levantarse de sus rodillas, el fugaz alanceo de los aires por la fina punta del pie por todo lo alto; del revoleo de las faralás; de la gaitería de las pasamanerías; del polvo del taconeo, el jacarandeo de un pasodoble, el oscuro rasguear de una voz ajada; del tañido de un fandango, el aire de una seguidilla, el compás de un bolero, la copla de moda por calles y deslunados, las tonadilleras derrotadas, los cuplés amargos en su picaresca intención desbastada por la indiferencia de los espectadores o la impotencia de la voz, las canciones apaches de faldillas negras, las doncellas con cofia y delantal de encaje; de los volantes de lunares, los flecos, los mantones, los pañuelos de Manila- no se sabe por qué surgía de las tablas, por aire de magia, un hálito que daba valor a lo cascado, a lo sucio, remozo a lo triste, plenitud a lo harapiento, dureza a lo sobado, volviendo deseable lo ruín
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Mi abuela, vestida de encaje negro, cruzó la Sala golpeando el suelo con su bastón y se detuvo delante de la mesa de los Jenkins
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A la joven con camisón de encaje la avisaban repetidamente: «No abras la puerta cerrada al final del corredor oscuro
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El golpe había derribado el vaso de agua y ésta se desparramaba en obscuras manchas sobre el encaje del mantel
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»La productividad es vuestra aceptación de la moralidad, vuestro reconocimiento del hecho de que habéis elegido vivir, de que el trabajo productivo es el proceso mediante el cual la conciencia de un nombre controla su existencia, un proceso constante encaminado a adquirir conocimientos y dar forma a la materia para que encaje en nuestros propósitos, traducir una idea en forma física, rehacer la tierra según la imagen de los propios valores, de que todo trabajo es trabajo creador si se hace con una mente que piensa y que ningún trabajo es creador si se realiza con un ser que repite en estupor falto de crítica una rutina aprendida de otros, de que vuestro trabajo lo es por elección y que esa elección es tan amplia como vuestra mente, de que nada más es posible y nada menos que su mano, de que engañaros al aceptar una tarea mayor de la que vuestra mente permite es convertiros en un simio corroído por el miedo, actuando sobre movimientos copiados y sobre un tiempo también copiado, y de que, por otra parte, el desarrollar una tarea que requiere menos de la capacidad total de vuestra mente, es cortar vuestro motor y sentenciaros a otra clase de movimiento: la descomposición; de que vuestro trabajo es el proceso de adquirir valores y de que perder la ambición de valores es perder la ambición de vivir, de que vuestro cuerpo es una máquina y vuestra mente el conductor y de que debéis llegar tan lejos como vuestra mente os lleve, con el triunfo como meta de vuestro camino; de que el hombre sin propósito es una máquina que va descendiendo por la pendiente, a merced de cualquier peñasco en el que estrellarse en cuanto encuentre un barranco; de que el hombre que da rigidez a su mente es una máquina parada, que se enmohece poco a poco; que quien permite a un director prescribir el curso de su vida, es una ruina arrastrada hacia el montón de chatarra, y de que el hombre que convierte a otro en su objetivo, es un caminante a quien ningún conductor debería recoger en el camino; de que vuestro trabajo es el propósito de vuestra vida y de que debéis alejaros de cualquier asesino que considere su derecho deteneros, y de cualquier valor que podáis encontrar fuera dé vuestro trabajo, cualquier otra lealtad o amor, sólo han de ser compañeros que elegís para compartir vuestro viaje, pero que han de continuar valiéndose de su propia fuerza
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Era un aeroplano encantador, un blanco encaje con galones dorados que salían como flechas a lo largo de las superficies superiores
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Y, secándose las lágrimas con un pañuelo de encaje, me deslizó un papel en la mano con el telefono y el plano del hotel donde se alojaba Yûichi
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Tenía una tira de encaje blanco en la mano
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El oscuro cuero contrastaba con el delicado encaje que cubría la cama
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Venía luego la sociedad de las duquesas, ¡estaban pálidas!; se levantaban a las cuatro; las mujeres, ¡pobres ángeles!, llevaban encaje inglés en las enaguas, y los hombres, capacidades ignoradas bajo apariencias fútiles, reventaban sus caballos en diversiones, iban a pasar el verano a Baden, y, por fin, hacia la cuarentena, se casaban con las herederas
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El enamorado ultrajado blandía su espada desnuda; su gorguera de encaje se levantaba por sacudidas, según los movimientos de su pecho, a iba de derecha a izquierda, a grandes pasos, haciendo sonar contra las tablas las espuelas doradas de sus botas flexibles que se enganchaban en el tobillo
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El señor León puso delicadamente sobre los hombros de Emma su largo chal de encaje, y se fueron los tres a sentarse al puerto, al aire libre, delante de la cristalera de un café
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La pala convierte la Caja Táctil llamada El sueño de renunciar en astillas, trozos de encaje y tornillos voladores, pero el dolor es invulnerable
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Está diseñado para establecer pautas, usarlas y condenar todo lo que no "encaje" en estas pautas
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encaje, un mechón de cabellos atado con una cinta amarilla—
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Echó otra ojeada dentro, por la ventana con cortinas de encaje
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Se entretenía en trazar con su pluma líneas desordenadas en los márgenes de la lista que había confeccionado; dibujó un complicado encaje y la leyó una vez más, con preocupación
82.
–¿Quieres que te seque el sudor? – preguntó, sacando un diminuto pañuelo orlado de encaje y obsequiándole con una risa igual a la de poco antes
83.
Cavan, el manto ennegrecido de sangre, golpeaba con una piedra el encaje de la punta de la lanza para ajustarla a la vara
84.
Iba cosida en el cuello y los hombros tan cuidadosamente que parecía surgir del encaje,
85.
Cuando se le cayeron algunas gotas en el cuello de encaje, se las limpió con uno de sus dedos, cargados de anillos
86.
Anna volvió a estirarse el pañuelo de encaje y se metió un rizo por debajo
87.
El humo era espeso, pero la habitación todavía no era pasto de las llamas; las cortinas de brocado humeaban, los visillos de encaje habían desaparecido
88.
No hay nadie que encaje con la descripción
89.
Su piel de color leonado brillaba a la suave luz y sus pezones tensaban el encaje
90.
Llevaba puestas unas bragas rosas de encaje
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—Luke, tenemos que interrumpir el tractor en su fuente de energía con el fin de llevar a cabo una huida perfecta — explicó serenamente Ben mientras Artoo hundía ,el brazo con garra en el encaje que había descubierto en la computadora
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Aguardó impaciente mientras la unidad más pequeña introducía cuidadosamente el brazo receptivo en el encaje
93.
En cuanto la unidad Artoo quitó su brazo sensor del encaje, los dos androides comenzaron a bordear lentamente la bahía abierta
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Era de tiras de seda verde brillante alternadas con tiras de terciopelo negro, y un intrincado encaje negro de Myr en la parte superior del corpiño
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El encaje de Myr era caro, pero la reina tenía que estar radiante en todas las ocasiones, y las condenadas lavanderas le habían encogido varias túnicas, con lo que ya no le quedaban bien
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Su hermana había dejado el luto y se había puesto una túnica verde jade con mangas de encaje de Myr
97.
Los hechos cumbre de aquella conmemoración fueron el ascenso de Ramfis, por sus brillantes servicios al país, al grado de teniente general, y la entronización de Su Graciosa Majestad Angelita I, Reina de la Feria, que llegó allí en barco, anunciada por las sirenas de toda la Marina y el repiqueteo de campanas de todas las iglesias de la capital, con su corona de piedras preciosas y su delicado vestido de gasa y encaje confeccionado en Roma por dos célebres modistas, las hermanas Fontana, que utilizaron en él cuarenta y cinco metros de armiño ruso, cuya cola tenía tres metros de largo y cuya toga imitaba la que llevó Isabel I de Inglaterra en su coronación
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A medida que progresaba en la descripción de su odisea, la abuela Mercedes se llevaba a los ojos llorosos un pañuelito de encaje y don Carlos acercaba la trompetilla a su oreja para enterarse de lo que decía
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–Dudo que Ham lo encaje bien