1.
Formas á cual más caprichosas, combinaciones depiedras y y perlas imitando insectos de azulado lomo y élitrostransparentes; el zafiro, la esmeralda, el rubí, la turquesa, elbrillante, se asociaban para crear libélulas, mariposas,avispas, abejas, escarabajos, serpientes, lagartos, peces, flores,racimos, etc
2.
brillantes como lagos de esmeralda líquida,resaltaban sobre el conjunto como apasionados
3.
jardines, y sobre la esmeralda líquida, lasviejas góndolas,
4.
puerta y aparece el capitán envuelto en una bata que había sidoverde esmeralda, luego
5.
de la Victoria hasta la de Esmeralda, y aquellascinco cuadras constituían en esa época
6.
Las praderas, enverdecidas con un pálido color de esmeralda, ofrecíansuavidad fonge y amable, y en los hondones del terreno alzaban losarroyos su plácido son
7.
ondulación, con el verde esmeralda delos mares tropicales,
8.
todo losustancial de la ciencia en una lámina de esmeralda y dejó escondida lalámina en la
9.
[habia] alrededor del trono, semejante en elaspecto á la esmeralda
10.
En uno deellos lucía una preciosa esmeralda, y examinándola la
11.
Destacaba entre los objetos de la estancia una plataforma de cristal negro, elevada en cuatro gradas, y sobre la última un globo de unas irisaciones verdes que lo asemejaban a una esmeralda
12.
La cadena sostenía un frasco de cristal en cuyo interior relucía un líquido de color esmeralda
13.
Leoncio -o sea, Gertrude- llevaba un pijama azul nublado de satén, un modo muy suyo de entender «atuendo deportivo», bufanda ratonera al cuello, y en el anular de la mano izquierda un sello de oro macizo, del tamaño de una polvera, con león rampante en brillantes y una pequeña pero superintensa esmeralda donde se supone que tendría el ojo
14.
Llevaba dos solitarios, uno con un diamante y el otro con una esmeralda, que parecían una demostración concluyente de que al menos había alguien dispuesto a gastar el dinero necesario para complacerla
15.
–Matson tenía contra usted un escarpín de terciopelo verde esmeralda
16.
La capital, es decir la Ciudad de los Dichosos, es de oro, excepción hecha del muro que la circunda, que ha sido edificado con ladrillos de esmeralda
17.
Hablaba con tanta sencillez, que era evidente que decía la verdad o que estaba loco; sin embargo, la esmeralda que había quedado entre sus manos hacía que se inclinasen hacia la primera suposición
18.
Se quedó sentado en silencio en su grupa, mientras el mundo se extendía por debajo como un océano esmeralda, y se sintió como el hombre más solo de la existencia
19.
Hacia el norte, las cúpulas de Puerto Lowell flotaban como burbujas en un mar de esmeralda
20.
-Y bien te dije que te quedaras también con la tumbaga de la esmeralda, que ya recordarás la daban en poco más de nada
21.
No temas, Esmeralda, no te hago daño, pisch, pisch
22.
Respecto a nuestras moradas, ¡son palacios espléndidos, de una arquitectura que jamás podríais imaginar en la tierra! Son de cristal de roca, de nácar, de coral, de esmeralda, de rubíes, de oro, de plata y de toda clase de metales preciosos y de pedrerías, sin hablar de las perlas, que cualesquiera que sean su tamaño y su belleza, no se estiman entre nosotros y sólo adornan las viviendas de los pobres y de los indigentes
23.
Y a su derecha marchaba una esclava, que tenía en la mano un sable desnudo con la empuñadura hecha de una sola esmeralda
24.
Y en medio del jardín se alzaba un pabellón con bóveda formada por una sola esmeralda, que resguardaba a un trono de oro rojo incrustado de rubíes y de perlas
25.
Ella se puso la joya en el anular de la mano izquierda y pasó el resto del día contemplando una y otra vez los reflejos de la pequeña esmeralda
26.
La izquierda luce un anillo con bella esmeralda, regalo personal del emperador Napoleón cuando Villavicencio estuvo con la escuadra francoespañola en Brest, antes de lo de Trafalgar, del secuestro del rey, de la guerra con Francia y de que todo se fuera al diablo
27.
La enorme esmeralda de su sortija brilló bajo la luz de las llamas mientras levantaba la copa
28.
– Se sacó del bolsillo la esmeralda que había cogido de la casa de lord Dunmore
29.
Y así subieron por las praderas color esmeralda de los valles, por el sendero que zigzagueaba entre los torrentes de éstos y las colinas, eligiendo su camino entre rocas y desmoronamientos
30.
Había la gitana Oliva, la gitana Esmeralda, la española Soledad y las hindúes Sankara y Lhassa
31.
–¿Qué desean en la Ciudad Esmeralda?
32.
Con una llave de oro que descolgó de la pared, abrió una puerta interior y los hizo pasar a las calles de la Ciudad Esmeralda
33.
Pronto dejaron muy atrás a la Ciudad Esmeralda, y a medida que avanzaban iban entrando en terrenos más quebrados y poco productivos, pues no había granjas ni casas en la región del oeste, y nadie trabajaba la tierra
34.
Después, cuando ya estuvieron preparados para el viaje, partieron hacia la Ciudad Esmeralda, mientras que los Winkies se despedían de ellos con grandes demostraciones de afecto
35.
Recordarán los lectores que no había camino, ni siquiera un senderillo, entre el castillo de la Bruja Maligna y la Ciudad Esmeralda
36.
Los cuatro viajeros avanzaron hacia la puerta de la Ciudad Esmeralda e hicieron sonar la campanilla
37.
–No estamos tan mal -dijo el nuevo gobernante-, pues este Palacio y la Ciudad Esmeralda nos pertenecen y podemos hacer lo que nos plazca
38.
Su voz profunda la envolvía, pero ella no prestaba atención al sentido de sus palabras; se dedicaba a mirarle los labios, el movimiento de las manos, cómo le brillaba el pelo, lo ancho de sus hombros, cómo se reclinaba Esmeralda sobre él y la manera en que le rozaba el brazo
39.
Reía y conversaba con Esmeralda
40.
Ventura rió expansivamente, y las parejas que bailaban en torno, incluidos Guor y Esmeralda, los contemplaron con curiosidad
41.
—Espero que Esmeralda no se ilusione en vano con el señor Rosas —señaló Laura, con solapada intención
42.
A Nahueltruz Guor le gustaba que Esmeralda Balbastro estimara la relación que los unía del mismo modo que él
43.
A diferencia de Geneviéve, Esmeralda no exigía compromisos más allá de la pasión que compartían en la cama
44.
Esmeralda enarcó las cejas y lo contempló con expectación
45.
—Las enseñanzas de Cristo, señora Torres —señaló Esmeralda Balbastro—, se reservan para la misa
46.
A Laura la incomodó la presencia de Esmeralda
47.
Esmeralda, por su parte, se limitaba a escucharla y estudiarla para luego elaborar un informe acertado para Lorenzo, que le había pedido que concurriera a la casa de la Santísima Trinidad para interiorizarse del estado de su dueña
48.
Esmeralda lo sujetó por el mentón y lo obligó a mirarla
49.
Esmeralda dijo que no quería
50.
Se quedaron en silencio; Nahueltruz fijaba la vista en el contenido de su copa sin parpadear; Esmeralda lo miraba a él con creciente alarma
51.
El día de las elecciones, el doctor Duarte y otros adinerados miembros del Partido Verde se pusieron sus insignias de color esmeralda en la solapa y condujeron sus Chrysler a las mesas electorales colocadas en el centro de la ciudad
52.
Otro con una esmeralda
53.
–El acta de concesión del territorio entre las montañas de plata y las colinas azules, entre el mar muerto y los valles lejanos de ópalo y de esmeralda -dijo el jefe
54.
Sus ojos de color esmeralda llameaban en la oscuridad como dos antorchas
55.
Bipa pataleó, llamando a Esme, mientras el gólem de nieve corría en dirección a la puerta y, a sus espaldas, aquellas dos formidables criaturas, una de cristal y otra de esmeralda, seguían enzarzadas en una terrible batalla
56.
Ausentes todos los demás, Jane y Esmeralda se adentraron en la jungla para coger frutas y, en su búsqueda, fueron alejándose cada vez más de la cabaña
57.
–¿Un gorila, Esmeralda? – precisó el señor Philander, y ninguno de los tres hombres se atrevió a respirar una vez expresada en palabras aquella terrible sugerencia
58.
El chillido aterrorizado de Esmeralda se mezcló una vez con el de la muchacha y luego, como era su costumbre cuando la situación requería valor y presencia de ánimo, Esmeralda se desvaneció
59.
Esmeralda dio por sentado que los ruidos que sonaban en la puerta los producía la leona en su intento de echarle las zarpas encima, así que, para no faltar a su costumbre, se desmayó
60.
Esmeralda y él intercambian ahora experiencias religiosas en el porche trasero
61.
En cuestión de segundos Esmeralda, el profesor Porter y el señor Philander se reunieron con los dos hombres
62.
Caty iba sintiendo la sensación de lo que había dicho el Padre la primera vez: Villa Esmeralda era inexistente para los otros
63.
Se fue desmoronando hasta morir, como la casa que se había ido deshaciendo con los ventarrones que asolaron a Villa Esmeralda durante toda aquella semana
64.
Escuchándolos, regresaban a su memoria las canciones que cantaban en la capilla de Villa Esmeralda:
65.
Del cuello le colgaba una cadena dorada con una esmeralda del tamaño de un huevo de paloma
66.
la sardónica, el topacio, la esmeralda,
67.
Era un hombre atractivo: alto, vestido con elegancia, de cabello gris ensortijado, barba recortada con esmero, ojos color esmeralda y labios carnosos, pero era un hombre al fin y al cabo
68.
El agua corría soberbia, esmeralda y exuberante
69.
¿Compasión de él, dice? ¿Mala conciencia? Sí, cuando en sus noches de insomnio debía ver tantos muertos bocabajo en el fango, tantas trincheras igual que pozos de carne corrompida en el llano del Turia y tantas mujeres y niños aplastados bajo las bombas o ametrallados en las afueras de los pueblos, tantos amaneceres de fuego y esmeralda, campesinos asesinados con los testículos en la boca, muchachas con la cabeza rapada y un tiro en la nuca, cráneos chafados de aristócratas, curas acribillados en las cunetas y columnas de hombres harapientos cruzando la frontera, arrastrándose en la nieve, corriendo entre la alta hierba hacia la bomba que estallaría muchos años después; espiando sus cuerpos desnudos abrazados sobre la playa al amanecer, entre los fusilados, o afanándose todavía en la cama, sus bocas chocando y él agazapado detrás del agujero, siempre a salvo y seguro sobre ruedas: un repugnante futuro bajo palio-refugio envuelto en los tufos del incienso y los espejismos, la mentira y el terror, el hedor de sus propios orines y de su caca que al final ya no era capaz de controlar, una vida de triste párpado y de silencioso pus en la pupila y un agujero para mirar, para acaudillar las alegrías y las penas de los demás
70.
Allí estaban, serenas y majestuosas, apagándose, como diademas de hielo y esmeralda, las copas de los árboles, esperando también a que el momento llegase
71.
Su sujetador volaba hacia mí, una gaviota en aquel crepúsculo esmeralda
72.
La piedra que mencionas en realidad es una enorme esmeralda, tan grande como una ciruela
73.
Hulan recordaba que su madre adoraba vestirse de colores llamativos (fucsia, esmeralda y azul), que resaltaban aún más junto al gris proletario de la gente que solía reunirse en el hogar de los Liu para oír canciones tradicionales y otras de la ópera de Pekín; veladas en las que se comían albóndigas rellenas de carne y frutas y se bebía mao tai
74.
En el centro había un anillo con una gran esmeralda engarzada con diamantes
75.
–¿Te gusta el de la esmeralda?
76.
La mirada esmeralda de la Hechicera se nubló mientras seguía los pasos del inmortal
77.
Una vez más la jerarca Talinot Esulde fue la encargada de conducir a Valentine a la Sala Esmeralda y una vez más Valentine encontró a su madre de pie entre los maceteros de los tanigales, risueña, con los brazos extendidos hacia él
78.
Selena llevaba un anillo, una brillante esmeralda tallada en forma de corazón, como las que suelen verse en el centro de los escaparates de Tiffany
79.
Cloe retiró con suavidad el libro y fijó sus ojos esmeralda en el pasaje seleccionado
80.
Cuando tomé el anillo de la esmeralda, todavía estaba tibio
81.
Y así fue como redacté unas diez obritas, Las aguas minerales de La Bourboule, El turismo en la Costa de Esmeralda, Historia de los hoteles y los casinos de Bagnoles-de-l'Orne, y monografías dedicadas a los bancos Jordaan, Seligmann, Mirabaud y Demachy
82.
LA primavera llegó pródiga y las montañas se cubrieron de hierba, hierba verde esmeralda, tupida y densa; las laderas estaban lisas, brillantes y repletas de hierba
83.
Tiene a Esmeralda y al
84.
Doblándose con dicultad, como haría ante un pollo acogotado en el tajo, Esmeralda apuntó con
85.
El equipo que llevaba en su mano izquierda arrojaba luz por los cuatro lados de su capitel cúbico… Las luces eran de color rubí, oro, esmeralda y zafiro
86.
Epifanía, y los guardiamarinas regalaron a los oficiales una tortuga de doscientas libras… pero fue un desafortunado regalo porque la habían escogido de una clase inapropiada, y además de que el caparazón parecía de goma, todos los que comieron su carne orinaron de color verde esmeralda
87.
Yo comparto su alegría, y es que la felicidad resulta muy contagiosa: he celebrado la ocasión obsequiándome una esmeralda
88.
Después de todo, como yo lo entiendo, tenías intención de llevar la Esmeralda de vuelta a Valparaíso
89.
Su peinado estaba pensado para realzar la elegancia de su cuello, dejando entrever los pendientes con lágrimas de esmeralda y el collar a juego
90.
—Es la Tabla de la Esmeralda —dijo el Inglés, orgulloso de enseñarle algo al muchacho
91.
»Pero, sobre todo, he aprendido que estas cosas son tan simples que pueden escribirse sobre una esmeralda
92.
En aquella época, toda la ciencia de la Gran Obra podía ser escrita en una simple esmeralda
93.
—¿Qué es lo que estaba escrito en la Tabla de la Esmeralda? —quiso saber el muchacho
94.
—Esto es lo que estaba escrito en la Tabla de la Esmeralda —dijo el Alquimista cuando terminó de escribir
95.
La Tabla de la Esmeralda es un pasaje directo para el Alma del Mundo
96.
—¿Debo entender la Tabla de la Esmeralda? —preguntó el chico
97.
Había una gran piscina color esmeralda fluorescente, rodeada, por tres lados, por el cuerpo y las alas de un edificio pseudoindio y lo que parecía una terraza llena de gente en traje de baño, con muy poco aspecto de alpinistas