1.
Entre las secas ramas del espino;
2.
vasto jardín cubierto demargaritas; las setas de espino estaban
3.
y tomar ladirección que le dé el jardinero; ha de pinchar como el espino y lazarza los
4.
Subían hasta donde ya no había alambre de espino, y allí, en una elevación, esperaban en la oscuridad la llegada del tren
5.
–Fijaos en eso -recalcó, alargando su garra hacia la enredadera de espino que jalonaba el acceso-
6.
Las municiones se encontraban almacenadas en un gran patio cuyos muros aparecían rematados por alambre de espino (según se rumoreaba, electrificado)
7.
Luego acarrearon muchas plantas de espino, con las que construyeron una eficaz barrera para el enemigo
8.
Las espadas rebotaban en el bastón de espino con un ruido sordo
9.
Derrotado por el cansancio, se apoyó en el bastón de espino
10.
Sobre la mullida alfombra que cubría parte del piso ronroneaban dos gatos de Angora y cerca de la chimenea encendida con leños de espino dormitaba un perro negro y lustroso
11.
Al ponerse el sol, descendía bruscamente la temperatura, como siempre sucede en esas alturas, y entonces encendían las chimeneas con aromáticos troncos de espino
12.
"Por nacer en espino la rosa
13.
Recogeré también las flores del espino blanco y de la pervinca que se extiende humilde a orilla de los arroyos
14.
De los árboles de espino colgaban cadáveres en varios estados de descomposición
15.
El árbol del espino (Febrero de 1817)
16.
- Se cree que Merlín quedó atrapado en un espino por un maleficio de la hechicera Nimue
17.
Hemos atravesado los grandes bosques de coníferas, que huelen a musgo y espino
18.
Los que iban en cabeza intentaron destrozar las alambradas, sin sentir el espino que les destrozaba las manos
19.
El crematorio, las alambradas de espino, los peones de la granja; todo eso me hizo pensar en los campos de concentración nazis
20.
Y salí con él para dirigirme hacia un corral próximo a la casa, rodeado por una cerca de alambre de espino en la que había una puerta con cerradura y que contenía un solo ganso… El Ganso
21.
Aterrizó de espalda entre subibajas, rodó hasta los árboles y reptó hasta debajo de un espino; sintió uno o dos pinchazos, y también la sangre, producto de los vidrios, que le corría por el cuello y la ropa camuflada, pero no había tiempo para hacer un inventario
22.
Así que, sin querer, hoy lo levanté en vilo y lo arrojé contra el espino
23.
Era bastante grueso y lo suficientemente afilado como para poder cortar el alambre de espino
24.
«Revolviéndose en la desesperación», escribió un cabo que presenció la escena, «comenzó a enredarse en la alambrada de espino y quedó colgado allí, como una almenará humana viviente que gritaba sin parar»
25.
Planeaban atacar los buques del puerto pero, una vez franqueada la valla de alambre de espino, los descubrieron y tuvieron que salir corriendo antes de que sonara la alarma general
26.
Un trozo de espino se retorció en la arena, arrastrando un capullo
27.
Pero el intruso se encontraría fuera del alambre de espino, a casi cuatro kilómetros de la mansión, y más allá del muro
28.
Una vez que estos hombres se hubieran recuperado del hambre, ¿por qué no ponerlos a trabajar? Se podían incluir herramientas en los envíos semanales de carpas, comida y alambre de espino que hacía el gobierno
29.
Algunos harapos entremezclados con ramas de espino envolvían el diminuto esqueleto, como arrastrados hasta allí por el viento
30.
Trajo consigo al desgraciado Pelinor, el loco, y al indignado Druidan, que se habían refugiado en un pozo perteneciente a los monjes del Santo Espino
31.
-Ahora es el guardián del Santo Espino
32.
Pero nuestra mísion no estaba en el Tor, sino en la ermita del Santo Espino
33.
Lejos de los árboles, en los matorrales del desierto, hay rollos de alambre de espino en el suelo, como serpientes
34.
El patio era un recinto al aire libre situado en mitad de las dependencias policiales que estaba rodeado de unos inmensos muros con un alambre de espino en lo alto
35.
Después apartó las ramas de espino de la entrada del refugio, salió a la noche y desapareció en la jungla
36.
Sin que lo vieran, se detuvo entre el follaje de un árbol situado estratégicamente en el centro del campamento, que estaba rodeado por una enorme cerca de espino y profusamente iluminado por numerosas fogatas que los negros alimentaban diligentes con ramas de un gran montón de leña que con este propósito habían recogido
37.
Los tres que permanecieron ante la fogata siguieron hablando de forma inconexa, cuando de pronto, a un palmo de la cerca de espino, el rugido de un león quebró el silencio de la jungla
38.
Le dijo a Merlín que tenía intención de devolvérsela, pero sólo si Merlín estaba de acuerdo en devolver la granja, eliminar el muro de espino, y como muestra de respeto, doblar las tierras del feudo
39.
Echó a andar hacia el puente y fue entonces cuando sus ojos observaron una prenda enganchada en la rama de un espino
40.
Grupos de flagelantes recorrían rúas y callejas con el torso desnudo, azotándose con manojos de cuerdas y ramas de espino, repitiendo el miserere nobis hasta caer exhaustos y medio muertos en plena calle, mientras otros, hombres, mujeres y niños bailaban en las plazas, girando y gritando como poseídos, hasta caer igualmente rendidos, creyendo que así alejarían el mal
41.
Porque aquel aparato, por cierto de color gris campaña, evidentemente tomado en préstamo al Ejército, traía noticias de una realidad que se estaba desarrollando fuera del alambre de espino
42.
Bajo la siniestra luz brillante de los focos vio a hombres armados, y cuando hubo saltado el portillo se agachó descubriendo los hilos del alambre de espino
43.
Rehuyó también la peonía, la alta magnolia, la floxia y el espino blanco
44.
Estaba contemplando desde su ventana el efecto de la nevada sobre las brillantes bayas del espino y cómo resaltaban sobre ella las ramas del roble, cuando vio a sus tres hijos salir de pronto de la casa y echar a correr en tropel por entre los montones de nieve
45.
Sabina cogió el catálogo: se encontró con que encima de su fotografía habían dibujado alambres de espino
46.
A los pocos minutos llegamos a una sólida cerca reforzada con alambre de espino en su parte superior
47.
Pasamos por debajo del alambre de espino y una vez en el lado opuesto, colocamos de nuevo la tabla en su sitio y andamos tan rápidamente como nos permitían los pequeños pero espesos matorrales
48.
–¿Te parece Lena la clase de persona que leería El pájaro espino?
49.
Por fin llegaron a un pasaje cubierto de alambre de espino: el cuartel general del 62
50.
Para salir de los límites de la ciudad de Arnette tuvieron que pasar por un bloqueo de carreteras, en la 93, y los hombres estaban tendiendo alambre de espino
51.
Toda la zona se encontraba rodeada por tres hileras de alambre de espino electrificado
52.
La sensación de que sus mentiras, por muy inocentes que fueran, le dolían como el arañazo del espino de una planta
53.
Ayuda a un pequeño contingente de ingenieros a tender alambre de espino alrededor del campo aéreo, convirtiéndolo en un campo de internamiento
54.
Hacen que los pocos soldados de Bundok recojan estacas de bambú, luego las emplean para señalar las posiciones de carreteras, barracones, vallas de alambre de espino, torres de guardia y unos pocos emplazamientos de morteros cuidadosamente elegidos desde los que los guardias podrán llenar de metralla la atmósfera de cualquier parte del campo
55.
Mientras tanto, muy abajo, el teniente Mori y un pequeño destacamento de trabajo han plantado algunos postes y han tendido algo de alambre de espino, lo justo para contener a un centenar de prisioneros, que llegan metidos todos en un par de camiones militares
56.
Cuando se les pone a trabajar, el campo se amplía con rapidez; los barracones militares se levantan en unos días y se completa el perímetro doble de alambre de espino
57.
Lo rodeé, atravesé la protección de los serbales y los saúcos, me interné en el bastión del seto de espino y desmonté en el cobertizo
58.
bajo el roble, junto al espino,
59.
En el exterior de los bastiones tendimos alambradas de espino entre las cisternas para la captación de agua de lluvia situadas al otro lado de las murallas
60.
Inmutable salvo por la mirada de apreciación que siempre llevaba puesta en mi presencia; sus labios eran una delgada línea casi invisible y sus ojos como púas de alambres de espino en su palidez
61.
Además de los lobos, rodeando la base de los riscos bajo la fortaleza, había una barrera impenetrable de espino, cubierto con un veneno para lo cual no existía cura conocida
62.
Cuando el dedo de Richard le tocó el vestido, los diseños pasaron de formas bidimensionales a tridimensionales, que parecían más un alambre espino que una configuración de hechizo
63.
Manteniendo el espino apoyado en el cuello del muchacho, Rod recogió su cuchillo que había sido usado para degollar el antílope
64.
Lanzó a lo lejos el espino y se levantó
65.
Jack buscó algo a tientas en la oscuridad, recogió un puñado de ramas secas y espino y tapó el agujero-
66.
Saltó por encima de los carbones, se abrió camino por entre las estacas aguzadas, llegó a la barrera de un espino y metió su antorcha en ella
67.
Un espino le había desgarrado la chaqueta
68.
También recogimos un arbusto, lleno de bayas rojas, como las del espino blanco, y el cuerpo de un animal terrestre de extraña apariencia
69.
como un memorialista confundido con la multitud que admira a un rey, que gracias a él estaban llamados a sobrevivir hasta en lo más efímero de sus particularidades; y, sin embargo, a ese perfume de espino que merodea a lo largo de un seto donde pronto vendrá a sucederle el escaramujo, a ese ruido de pasos sin eco en la arena de un paseo, a la burbuja formada en una planta acuática por el agua del río y que estalla en seguida, mi exaltación las ha llevado a través de muchos años sucesivos, se los ha hecho franquear a salvo, mientras que por alrededor los caminos se han ido borrando, han muerto las gentes que los pisaban
70.
En otras partes cumplíase como el primer despertar de aquel mes de mayo de las flores, y había un ampelopsis maravilloso y sonriente, igual que un espino rosa de invierno, florecido desde aquella mañana
71.
Cuando, acabado el almuerzo, nos íbamos a sentar junto al gran ventanal del salón, mientras que la señora de Swann me preguntaba cuántos terrones quería en el café, no era solamente el taburete de seda que ella empujaba hacia mí el que exhalaba, juntamente con la dolorosa seducción que yo antaño sintiera, en el nombre de Gilberta, primero junto al espino rosa y luego junto al macizo de laureles, la hostilidad que me mostraron sus padres, tan bien percibida y compartida al parecer por este mueblecillo, que a mí me parecía una cobardía imponer mis pies a su acolchado ser indefenso: un alma personal lo enlazaba secretamente con la luz de las dos de la tarde, tan distinta de lo que era en cualquier otra parte en aquel golfo donde movía a nuestros pies sus olas de oro, entre las que sobresalían los azulosos canapés y los vaporosos tapices como islas encantadas; y hasta el cuadro de Rubens colgado encima de la chimenea tenía ese género y casi esa potencia de seducción que las botas de cordones del señor Swann y que su abrigo con esclavina, que me inspiraba vivos deseos de tener uno igual, y que ahora Odette decía a su marido que reemplazara por otro, para estar más elegante, cuando yo les hacía el honor de acompañarlos
72.
Ni un árbol ni un espino, ni una brizna de hierba crecía en la tierra pedregosa bajo las estrellas que nunca se ponían
73.
De pronto, al ir por el caminito, en hondonada, me paré, herido en el corazón por un recuerdo de mi niñez: acababa de reconocer en las hojitas recortadas y brillantes que asomaban por un lado una mata de espino blanco, sin flores ¡ay! desde la pasada primavera
74.
Yo les pregunté por las flores, por aquellas flores de espino blanco que parecen alegres muchachillas atolondradas, coquetas y piadosas
75.
Arriba probablemente ya estaría oscuro, delante de su ojo interior se abrió el paisaje inundado por el sol de Combray: el cielo como paralizado de Normandía; el silencio rodeado de insectos; aguas durmientes en jardines repletos de vegetación y atravesados por un silencioso deterioro; las pendientes inundadas de flores de amapola a ambos lados del camino; las rosas en su simpleza campesina, y el esplendor luminoso de los arbustos del espino, con un velo rosa pálido, de efecto casi ingrávido
76.
Por un instante perdió su agilidad y se golpeó un dedo del pie en el irregular suelo; el desliz la hizo mascullar unas maldiciones que hasta los carreteros de Kadere habrían escuchado con interés —y que a Bair la habrían puesto a preparar una infusión de espino azul— pero no dejó de correr
77.
Las había inmovilizado con los efectos paralizantes del espino carminita antes de matarlas, y era de todo punto imposible que las Detectoras de Vientos conociesen una hierba que sólo se encontraba muy tierra adentro
78.
Dicen que fue una monja la que inventó el alambre de espino
79.
¿Qué quiere decir esto? El viento del deseo asola al espino pero después en el lugar del matorral nace una rosa sobre la cruz del tiempo
80.
Apuró el vaso de infusión de flores de espino y nébeda y declaró:
81.
Arriba probablemente ya estaría oscuro, delante de su ojo interior se abrió el paisaje inundado por el sol de Combray: el cielo como paralizado de Normandía; el silencio rodeado de insectos; aguas durmientes en jardines repletos de vegetación y atravesados por un silencioso deterioro; las pendientes inundadas de flores de amapola a ambos lados del camino; las rosas en su simpleza campesina, y el esplendor luminoso de los arbustos del espino, con un velo rosa pálido, de efecto casi ingrávido… Por un momento, Steve se hundió en su interior y cerró los ojos
82.
—Carla trabajaba a veces en el hospital, de forma extraoficial e ilegal, por lo que sabía que el gobierno había tomado uno de los edificios del hospital, el laboratorio de patología, y lo había cercado con alambre de espino
83.
Puede distinguir, en medio del bosque, los barracones y las alambradas de espino del más pequeño campo de concentración de Alemania
84.
Uno tras otro se alzaban los barracones con armazón de madera, aislados entre sí por altas vallas de alambre de espino electrificado
85.
Los del Palmach extendieron a su paso rollos de alambre espino y a continuación les obsequiaron con un diluvio de piedras seguido de uno de agua propinado por las mangueras a presión
86.
Seguidamente fue el Caballero Verde a un cuerno, que era verde y colgaba de un espino, tocó tres sones mortales, acudieron luego dos doncellas y le armaron con diligencia