1.
¿por qué me buscaste a mí, porque me torturas si soy bueno? ¿Justificaba todo como abogado o jurista, argumentaba como letrado ante el estrado, hablaba de la injusticia que cometía conmigo, haciéndome pasar esa situación
2.
encañonó a la rubia, sentada en el estrado
3.
»No oí lo que me dijo en demostración de su contento, porque mientras uncriado que había acudido a mi llamada le entregaba en el vestíbulo elsombrero y el bastón, yo buscaba, retrocediendo por el estrado, elcamino del gabinete
4.
el estrado de Peleches RufitaGonzález y su madre, las
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A la puerta del estrado se cruzaron con las Escribanas que
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en el testero del estrado donderecibían los señores de Peleches;
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y el estrado y elvestíbulo y la escalera y cuanto podían distinguir
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aparejado por los reposteros de estrado y mesa: el artesonado de entalle eincrustaciones de marfil ó
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otro sujeto, y armado de ella subió las gradas del estrado conintención de asesinar á
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Así lo hubiese ejecutado el valentón si no da la casualidad que, ya enel estrado,
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hallas sentada en el estrado rico de su autoridad; y si está en pie,mírala si se pone ahora sobre el
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Los altos señores delgobierno estaban sobre un estrado junto al camino para ver llegar
13.
Al verlo Flimnap en el estrado de los señores del gobierno, se apresuróá darle la noticia de que el gigante era también poeta, aunque «á sumodo», con toda la grosería y la torpeza propias de su sexo, peroañadiendo que, á pesar de tales defectos, propios de su origen, parecíaposeer cierto talento
14.
Luego, Flimnap recomendó á todos los ocupantes del estrado gubernamentalque mirasen al monstruo con
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instalaron en el estrado de honor, cesaronde sonar las trompetas, los tambores y la música, haciéndose un largosilencio
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tribunas, así como losaltos personajes del estrado del gobierno
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formasmás irritantes en el estrado donde la limeña hacía brillar
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Tragomer inclinó la cabeza sin responder, y se apoyó en el estrado desdeel cual se distribuían castigos á aquellos desgraciados que parecen, sinembargo, haber llegado al máximum del sufrimiento
19.
En medio de las señoras del gran mundo que en el estrado prestaban suconcurso á la función, Lea parecía
20.
de Nuremberg viendo en el estrado del certamen a Hans Sachs,su cantor popular,
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estrado y cuando tuve micorona en una mano, en la otra un
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El rey subió a un estrado más alto que los asientos
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en arco, y van ya casi unidos hastael segundo estrado de la torre,
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cuatro pies en el estrado, como una espada en unavaina, y se
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estrado abierto, con sus cuatro hoteles curiosos, sesube, por la
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El duque trabajaba también en la parte menos delicada de lospreparativos, en la erección del estrado
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pero antes de entrar en el estrado le detuvo un momentopara decirle:
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Sólo podía recibirla en el antiguo estrado, pues los demás habían sidodesguarnidos
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partes el estrado, y, sobre la encorchada tarima,almohadas polvorientas conservaban
30.
Las palabras de Beatriz en el estrado le volvían a la memoria
31.
Salía, cruzando el estrado triste, pasillos y galerías;
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lisonjeros plácemes oyendo, su vanidad en el estrado sacia, no; lejos de los muros de la villa
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muchas veces el«finado tío», en el estrado de su caserón de
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Más allá del estrado, sentadas en el suelo y con
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estrado: conjunto de muebles en la pieza en que las señoras recibíanlas visitas y por extensión, la pieza
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salón, ocupando la mayor partedel muro sobre el estrado,
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sitiales escultados, con asiento de cuero también; y entre eltrigo y el estrado, sentadas en tallos
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estrado, y que le ofrecíanuno de los sitiales, y apenas se hubo sentado en él, conoció con
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13 Esperando lo que resta, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado
40.
35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalem,
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49 El cielo es mi trono; y la tierra el estrado de mis piés: ¿qué casa me
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13 esperando lo que resta, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado
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Entranse, y salen á poner un estrado con quatro almohadaspara el REY, donde se sienta, y
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—¿Es posible que esté viendo a Viola Maskelene? Al lado del estrado
45.
Poco después quien salió fue Manetti, el director de seguridad, que subió al estrado y dirigió unas palabras en la oscuridad al resto de los invitados
46.
Cuando Ron Bronstein compareció en el estrado, se hizo un silencio unánime
47.
Después de la conferencia, Félix me llevó a hablar con el conferenciante, que todavía estaba sentado en el estrado
48.
Cuatro de los minotauros irrumpieron corriendo en el área del estrado y después se frenaron, desconcertados
49.
Estaba en el estrado, como tenía por costumbre, con el codo apoyado en la mesa del oficio donde había una Torá cuyos dos pergaminos estaban enrollados
50.
El hecho de que los hombres que compartían el estrado con ellos fueran notorios personajes de la extrema derecha quedaba encubierto por la personalidad de los principales involucrados
51.
Eso facilitó el camino a los oradores que llegaron después, quienes fueron subieron al estrado y vertieron su veneno en los oídos de sus oyentes
52.
Puse a continuación sobre el estrado los papeles con el discurso que Lacombe había escrito para mí, tomé aire y con mi más bello acento español comencé diciendo:
53.
El estrado de la orquesta está montado sobre una construcción de madera, estuco, trozos de metal, en la que se ahondan pequeñas grutas iluminadas que encierran cabezas de yeso, hipocampos, planchas anatómicas y un móvil que consiste en dos senos de cera, montados sobre un disco giratorio, cuyos pezones son rozados intermitentemente, al pasar, por el dedo medio de una mano de mármol
54.
Y olvidando, en la emoción del momento, lo mucho que había crecido en los últimos minutos, se puso en pie con tal precipitación que golpeó con el borde de su falda el estrado de los jurados, y todos los miembros del jurado cayeron de cabeza encima de la gente que había debajo, y quedaron allí pataleando y agitándose, y esto le recordó a Alicia intensamente la pecera de peces de colores que ella había volcado sin querer la semana pasada
55.
Juez Penrose: Puede abandonar el estrado
56.
Se abrió una puerta y el alguacil acompañó a una joven dama hasta el estrado de los testigos, donde se detuvo, con la cabeza muy alta y un aire de franca curiosidad y diversión en el rostro
57.
Dejé la tribuna del público por la misma puerta por la que había entrado y pedí al ujier que me condujera al estrado
58.
Callé y permanecí en el estrado de los testigos, temblorosa
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Cuando la multitud aclamaba una vez más, Arthur se encontró deslizándose por el aire y bajando hacia una de las magníficas ventanas del primer piso del edificio que se levantaba detrás del estrado donde el orador se dirigía a la multitud
60.
Haydock subió al estrado a continuación
61.
{160} Llegaban al patio de los mayores, lleno de sillas en hilera, alquiladas a una empresa de bailes y conciertos, y en el fondo, bajo el gran reloj, un estrado cortaba el patio a todo lo ancho, cubierto de sillones y sillas, adornado también con profusión de plantas verdes
62.
Los laureados, cada vez más jóvenes, se ponían de pie, cruzaban el patio, subían al estrado, recibían el apretón de manos del funcionario rociado de buenas palabras, y del director, que les entregaba el paquete de libros (después de recibirlo de un pasante que subía antes que el laureado desde la base del estrado, donde había unos cajones móviles llenos de libros)
63.
Cuando fui a comenzar, un muchachote saltó de improviso al estrado, declarando:
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Permaneció unos instantes cabizbajo, sentado sobre uno de los escalones de piedra del estrado, con la cabeza entre las manos, contemplando fijamente el suelo y escuchando el rumor de la lluvia que caía con fuerza en el exterior, y por último, sin alzar los ojos, inquirió:
65.
El fondo de aquella habitación estaba separado del resto por una balaustrada y allí, a cada lado de un estrado en forma de herradura, vi, instalados en cómodas sillas, a numerosos caballeros revestidos de rojo y con pelucas grises: eran los doctores en cuestión
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En el centro de la herradura había un anciano sentado en un estrado que parecía un púlpito
67.
A continuación subió Lawrence Cavendish al estrado de los testigos
68.
Subió al estrado y juró que durante las fechas mencionadas, la señora de Edward Ferrier había estado en palacio, invitada por su esposa y por él
69.
Un estremecimiento recorrió la sala cuando la testigo subió al estrado
70.
El más joven de los camareros se acercó al estrado
71.
Carraspeando y mascullando algo entre dientes, el comandante Porter tomó su puesto en el estrado de los testigos
72.
—¿Para acabar en el estrado de los acusados, como responsable de un asesinato?
73.
El cuarto estaba pintado de verde pardusco, había una hilera de bancos metálicos a lo largo de las paredes y un estrado de cierta altura para que la mesa del jefe alcanzara la debida autoridad
74.
En el estrado, este agente golpea con el mazo, pom-pom, golpea, pom-pom, golpea, pom-pom, para que haya orden en la asamblea general
75.
Desde su posición en lo alto del escenario del «Coro juvenil de swing», delante del estrado, el agente-yo solicita en vano con su voz aflautada que haya orden en el congreso mundial
76.
De los pies del agente-yo, este agente se extrae una bota de pastor de vacas, la balancea para aporrear el estrado y golpea el atril con el tacón de manera que el micrófono transmita un sonido de gran estruendo
77.
Bajó del estrado del trono el canciller y con un discreto gesto de su mano llamó a un paje que se acercó al punto, deslizó en su oído unas palabras y el doncel partió retrocediendo hacia la puerta
78.
{194} Estrado o púlpito desde el que se leen las secciones de la Torá o de los profetas y desde donde el oficiante se dirige a los fieles
79.
Finalmente un hombre grande y de pecho saliente, subió junto con el doctor Ezequiel, al estrado donde habían puesto dos sillas y la mesa con jarra de vidrio y un vaso
80.
Entró un profesor de mediana edad y se situó sobre el estrado
81.
Los tres jueces desaparecieron tras el estrado; los que se encontraban en el medio de la habitación, se precipitaron al suelo o se parapetaron bajo las mesas
82.
La puerta se abrió de par en par y Karellen se adelantó hacia el estrado
83.
del estrado tan despacio como había subido y se perdió entre la multitud, bajo la mirada del alcalde, que estaba estupefacto e inmóvil, con los brazos inertes a lo largo del cuerpo, mientras el trozo de pancarta que había sobrevivido le rozaba el gorro y, a sus pies, la gente se dispersaba y corría hacia la mesa, las copas, los vasos, las jarras, las salchichas y los panecillos
84.
Toranaga estaba sentado en un cojín sobre el estrado
85.
Hiro-matsu y la mitad de los guardias se dirigieron inmediatamente a la puerta, mientras los otros formaban una barrera ante el estrado
86.
Toranaga se dirigió con paso cansino al estrado y se sentó sobre el sencillo almohadón
87.
Con voz contenida, de modo que sólo los que estaban en el estrado, Omi y Naga, pudieron oírle, Toranaga dijo:
88.
Un chambelán hizo sonar un cuerno de plata para anunciar que la cena estaba lista y entonces nos trasladamos al gran estrado
89.
Lo seguí hasta el estrado
90.
La visita quería posesionarse del estrado; el señor había dispuesto enviar un mensaje a los del patio, rogándoles y prometiendo
91.
Y entonces Chamique Johnson subió al estrado
92.
No quiero que el testigo baje del estrado
93.
Un paso más y penetraré en la eternidad, donde está vacío mi puesto en el luminoso estrado de los héroes y los mártires
94.
Bajó del estrado en el que estaban las sillas curules y por las losas blancas y negras del antiguo suelo se dirigió a las puertas, desde donde llegara su voz al Foro
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Su silueta pequeña y delgada se destacó unos instantes contra la masa de los que escuchaban en el porche, mientras regresaba a lo largo de la cámara hasta el estrado, donde se detuvo
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Mario descendió del estrado curul y dio unos pasos hasta el centro de la cámara
97.
Volvió al sitio que ocupaba antes y se volvió hacia el estrado en que estaban sentados los magistrados curules, dirigiéndose a Cayo Memio
98.
Comenzó a caminar a buen paso hasta casi el estrado, para, a continuación, girar sobre sus talones y dirigirse de nuevo a paso lento hacia las puertas, donde se volvió otra vez hacia la cámara
99.
La información incluía acusaciones a la policía por procedimientos brutales en la obtención de la confesión de Ronnie De Feo, y continuaba con las imágenes del abogado William Weber, quien hacía subir al estrado de los testigos a médicos psiquiatras que respaldaban su alegato de la supuesta insana de Ronnie
100.
De todos modos, los había encadenado y cuando los mandó traer a su presencia, se sentó en un estrado, ataviado con una toga blanca