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Habiendo andado un buen trecho, en medio de rampachos, mantequillos y árboles sombríos, fueron a parar a unas casas mal hechas, que estaban al pie de unas altas peñas, en medio de unos latales, de entre las cuales advirtieron que salía el estruendo de aquel golpear, cada vez más fuerte
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tiempo en un solo estruendo atroz
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y el estruendo hacía temblar el edificio
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Y ábranse con estruendo en el momento
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diez Poemitas y Meditaciones para acompañar al estruendo de
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estallido de los cohetes, el cacareo de las mujeres; yalgunas veces el estruendo venía de abajo, de
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Cuando comenzaron a arder con gran estruendo los fuegosartificiales en un
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estruendo llegaba frente a ellas, cubríanse los rostros conlos abanicos, hundían la cabeza en el
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De vez en cuando, un estruendo espantoso indicaba que alguno de los endebles edificios
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Aún resonaba en el aire la fervorosa invocación, cuando un estruendo formidable retumbó en las
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su astronomía y cerró el librocon estruendo
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de estruendo vago y acaban con trompas, añafiles y atabales, que dejan tras sí el mismoestruendo y el
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Alborotóse Rocinante con el estruendo del agua y de los golpes, y,sosegándole don Quijote, se
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Y, estando comiendo, a deshora oyeron un recio estruendo y un son deesquila,
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gruesa conespantoso estruendo rompía los vientos, a quien respondían los cañones decrujía de
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En esto estaban, cuando sintieron un sordo estruendo y un áspero ruido, quepor todos aquellos
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Al día siguiente se celebró con pompa y estruendo la entrada triunfal deD
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donde el estruendo del truenose oía sin cesar
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sus jirones como gigantescos lienzos rotos, y elviento, ya helado, penetra con estruendo en los estrechos
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pierden en el estruendo de ese lagoy esa selva que desaparecen juntos por el sonoro valle
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Los doce cañones de estribor les vomitaron en la cara una granizada depiastras, con un estruendo espantoso
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El agua que mana de entre las peñas cae con grato estruendo en unestanque natural, cuyo suelo está
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con su flexibilidad:Descartes estaba elaborando sus colosales concepcionesentre el estruendo de los
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armó en elteatro terrible confusión y estruendo
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con un pavoroso estruendo deballenas y varillas de alambre que
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vendenvoladores», para que el estruendo fuese completo en días
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El estruendo era horrísono
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dos de la madrugadaentre el espantoso estruendo de los cañones,
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al campo, el estruendo y laconmoción eran tan notables como en
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Escuchaba por primera vez estos ruidos pavorosos, y aunque había leídoen las crónicas antiguas muchas descripciones del estruendo de las armasinventadas por los hombres, nunca pudo suponerlo tal como era en larealidad
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El estruendo de las explosiones, completamente nuevo para la mayor partede este gentío, le hizo huir con más rapidez que el miedo al coloso
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cascada y el estruendo del trueno
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el estruendo de lasdescargas:
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Sentáronse todos con el estruendo acostumbrado, y como
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temiendo que lasaguas se rompiesen con estruendo en el filo del
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con estruendo un enormecuerno provisto de dados
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verme libre del asediode los cocheros, me guío por el estruendo,
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suelo con el más horroroso estruendo yconfusión
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que hace resonar los aires con elcrujido de las armas, con el estruendo de las trompas i
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estruendo de voces, silbidos y carreras
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El estruendo que hace es muy
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Y así de golpe entraron con estruendo
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Estruendo del Salto del Rio de la Plata: espanta á los
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hicieron cesar el estruendo de coces yrelinchos, y las bestias
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pueden prestar en utilidad lo dan en estruendo
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estruendo de las armas
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Al díasiguiente, hubo estruendo de baúles
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sentían en los momentos agitados de lapolémica un estruendo espantoso en las regiones superiores, de
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olímpicos pero simpáticosque se extinguía en el estruendo unísono de un aplauso
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mayor estruendo en el cauce
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saltaron con estruendo y destrozo
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bahía, ondeando sus flámulas entre el estruendo de cañones
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abandonabansus guaridas espantadas por el estruendo
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admiración y de aplauso, mientras queestremecían el aire el estruendo de las salvas de artillería y
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La agitación y el estruendo de esta lucha penetraba en
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hacía temblar lasparedes con el estruendo de sus ponderaciones
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se sobrecogiera mi tío con el estruendo, le habría engañado
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Luis en el salón donde jugaban, dando taconazosrecios, con estruendo y
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2 Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que
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6 Y hecho este estruendo, juntóse la multitud; y estaban confusos, porque
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10 Mas el dia del Señor vendrá como ladron en la noche; en el cual loscielos pasarán con grande estruendo,
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9 Y tenian corazas como corazas de hierro; y el estruendo de sus alas, como
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2 Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento vehemente que
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10 Mas el dia del Señor vendrá como ladron en la noche, en el cual loscielos pasarán con grande estruendo,
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9 Y tenian corazas como corazas de hierro: y el estruendo de sus alas, como
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solo el estruendo atemorizarlos, y hacer que huyan
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¿Qué paz puede concertarse al estruendo de loscañones y al silbido de las balas?
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Aumentó el estruendo de los cobres, acompañado de un galopar confuso quehacía
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año! ¡Entrar, con el estruendo escandaloso dela irregularidad y del pecado, en aquel
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cabezasde leones fieros, y vuelven con gran estruendo á la plaza
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Cayó con estruendo el palo de trinquete, ocupando el castillo de proacon la balumba de su
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pesadillaspropias de la excitación de mi cerebro, sentía el estruendo de loscañonazos, las voces
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oyó tampoco el estruendo de las alimañas en el techo,retirándose al través de los tabiques y
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Oid la voz y lamentable estruendo
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Rápidamente, Oso olvidó el estruendo y empezó a correr hacia los vértices del patio
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El estruendo que resonaba sobre su cabeza la hizo suponer que se encontraba directamente debajo de las gradas de los apiñados espectadores
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«¡Ahora!», gritó de nuevo el capitán Nugetre por encima del estruendo de la tormenta
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entre el estruendo de una inmensa muchedumbre
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Al oír a su espalda un estruendo de pisadas, el oficial de la Corona se giró y explicó:
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Resonó el estruendo de las armas al esquivar el joven la estocada del otro atacante, ahora el único
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En ese preciso momento empezaron a inclinarse y a temblar las paredes, al mismo tiempo que un ominoso estruendo lo llenaba todo
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y en el estruendo de los dioses y de los hombres
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Todos, reanimados por el aire fresco de la noche, empezamos a cantar el estribillo, y avanzamos con estruendo en la noche de terciopelo como un coro ce-lestial
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El primer fogonazo le llegó mucho antes que el estruendo de la explosión
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El orfanato seguía sumido en el más profundo de los silencios y Ben comprendió que nadie más que él había escuchado el estruendo del tren
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Ben creyó escuchar un estruendo en sueños y despertó a la oscuridad absoluta de la habitación en que había estado descansando
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Al norte, al este y al oeste un inmenso y adusto mar les cortaba el paso y, a lo largo de toda la costa en la que se encontraban, enormes trozos de hielo se alzaban con sombríos rugidos para luego dejar caer su masa con estrepitoso estruendo sobre el batiente mar
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Un zumbido, una especie de estruendo lejano
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Fuera lo que fuese, cruzó el espacio a toda velocidad con su monstruoso color amarillo, rompiendo el cielo con un estruendo que paralizaba el ánimo, y se remontó en la lejanía dejando que el aire abierto se cerrara a su paso con un estampido que sepultaba las orejas en lo más profundo del cráneo
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Zaphod le gritó que cerrara el pico, pero su voz se perdió en el estruendo de su inminente destrucción, que con toda razón consideraban inevitable
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Con todo, tuvieron la suerte extraordinaria de que en aquel preciso momento todas las alarmas del planeta empezaron a sonar con un estruendo ensordecedor
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Betty Boop entró con los zapatos en la mano para no hacer ruido, abrió la puerta con todo sigilo, pero el collar de bolas se le enganchó en el picaporte, se le rompió y las cuentas hicieron un gran estruendo al caer contra el piso de madera
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Esta serie continuada de impresiones empieza a operar una sutil, casi invisible metamorfosis en Bardone, y una noche sobreviene lo insólito: durante un bombardeo aliado que provoca un griterío de pánico en la prisión Bardone exige salir de su celda; está temblando de miedo, pero, como si el personaje del general se hubiera apoderado momentáneamente de su persona, plantado en el corredor de la galería de los presos políticos e investido de la grandeza de De la Rovere Bardone aplaca el temor de sus compañeros levantando su voz en medio de un estruendo de batalla: «Amigos, os habla el general De la Rovere -dice-
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Pese a ello, es probable que durante esa época de desastres -mientras se acercaba el momento de su renuncia a la presidencia y el momento del golpe militar y se imaginaba a sí mismo en el centro del ring, ciego y tambaleándose y resollando entre el aullido del público y el calor de los focos, políticamente hundido y personalmente roto-Suárez se imbuyera más que nunca de su papel aristocrático de hombre de estado progresista, cada vez más convencido de ser el último baluarte de la democracia cuando todas las defensas de la democracia se derrumbaban, cada vez más seguro de que las innumerables maniobras políticas emprendidas contra él entreabrían las puertas de la democracia a los enemigos de la democracia, cada vez más profundamente investido de la dignidad de su cargo de presidente de la democracia y de su responsabilidad como hacedor de la democracia, cada vez más incorporado el personaje a su persona, como un Suárez inventado pero más real que el Suárez real porque se sobreponía al real trascendiéndolo, como un actor a punto de interpretar la escena que lo justificará ante la historia escondido tras una máscara que antes que ocultarlo revela su auténtico rostro, como un Emmanuele Bardone ya convertido sin retorno en el general De la Rovere que en la tarde del 23 de febrero, en el momento de la verdad, mientras las balas zumbaban a su alrededor en el hemiciclo del Congreso y los diputados buscaban refugio bajo sus escaños, hubiera permanecido en el suyo en medio de aquel estruendo de batalla para aplacar el temor de sus compañeros y ayudarles a encarar el infortunio con estas palabras: «Amigos, os habla vuestro presidente
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Por acudir a este ruido y estruendo, no se pasó adelante con el escrutinio de los demás libros que quedaban; y así, se cree que fueron al fuego, sin ser vistos ni oídos, La Carolea y León de España, con Los Hechos del Emperador, compuestos por don Luis de Ávila, que, sin duda, debían de estar entre los que quedaban; y quizá, si el cura los viera, no pasaran por tan rigurosa sentencia
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graznar de la corneja, y el estruendo
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Alojaba acaso aquella noche en la venta un cuadrillero de los que llaman de la Santa Hermandad Vieja de Toledo, el cual, oyendo ansimesmo el estraño estruendo de la pelea, asió de su media vara y de la caja de lata de sus títulos, y entró ascuras en el aposento, diciendo:
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Y eran -si no lo has, ¡oh lector!, por pesadumbre y enojo- seis mazos de batán, que con sus alternativos golpes aquel estruendo formaban
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Ajtirtzev, con gesto rutinario, empujó una gran puerta, adornada con dibujos, que cedió fácilmente, y al punto un fuerte olor a calor, bebida y cocina, cilmente, y al punto un fuerte olor a calor, bebida y cocina, así como un estruendo de voces y chirridos de violines, acudieron a su encuentro