1.
formidable instrumento de extorsión en beneficio de una casta
2.
había recubierto la formidable mesa que ocupaba el centro de la pieza, los dos largos bancos
3.
Encontramos, en el interior del formidable bosque, un eje orientado justamente en la dirección
4.
hubiera producido una formidable explosión con las proporciones de un verdadero cataclismo
5.
ferozmente hundidos en elcabello, embebido en la formidable
6.
Aún resonaba en el aire la fervorosa invocación, cuando un estruendo formidable retumbó en las
7.
propiotrabajo con el de la formidable máquina, que bajo la impresión de unaidea, de un sentimiento, se
8.
Con estos argumentos y un formidable pisotónde inteligencia que Paco le dio, el
9.
cuyo auxilio por lo general desdeña, salta delcaballo con el formidable cuchillo en
10.
formidable ejército para Córdoba, compuesto de las divisionesreclutadas en La Rioja,
11.
una batería formidable de artillería y milcaballos por delante
12.
estallaron en un trino formidable al despuntar la aurora
13.
encontrado, sonó un formidable clamor
14.
conciencia; ora formidable yguerrera en las altas octavas
15.
cabestros entrasen en laplaza y se llevasen al formidable animal,
16.
Poco á poco, bajo la formidable presión, laspizarras y otras formaciones esquistosas se
17.
formidable querencia del trapo enciertas mujeres
18.
la naciónargentina muchas revoluciones y, además, una guerra formidable con elParaguay
19.
Un soplo formidable, la respiración de un pulmón inmenso, entraba poresta galería
20.
en elrecado y dando un formidable rebencazo al Platero, que
21.
No podían entender cómo las especies inferiores habían adquirido repentinamente un poderío tan formidable y eficaz
22.
Ni que decir tiene que al principio resultó harto deprimente oír que el autor de mi libro predilecto no fue despedido de su empleo gracias a que preparaba una lasaña formidable
23.
Entre tanto, tascado el freno del golpe en la Brunete, en el Congreso y sus inmediaciones parecía calmarse poco a poco el revuelo formidable levantado por el secuestro de los parlamentarios
24.
Constituía un instrumento de poder formidable e imprescindible en una sociedad en la que las relaciones personales se anteponían tradicionalmente a cualquier otra norma
25.
En cuanto a las autorizaciones de matrimonio, la competencia era tan formidable, que un pobre señor tímido que venía con ese objeto hacia nosotros no tenía mejor cosa que hacer que abandonarse al primer agente que se le presentase si no quería ser causa de guerra y presa del vencedor
26.
Pocas fuerzas podían superar en poder a la formidable reina de Siempre Unidos
27.
Le confieso, señorita, que a mi me impresionó de un modo formidable
28.
De pronto se elevó de la muchedumbre un alarido formidable:
29.
En aquel momento parecía que la formidable figura del Corsario adquiría gigantescas proporciones
30.
—«J) Es, en realidad, como lo he comprendido al momento, un formidable punto de interrogación
31.
En aquel preciso instante un trueno formidable resonó en el exterior, y al mismo tiempo se oyó sobre el puente la voz de Eduardo, gritando:
32.
- Recuerdo - expliqué - que la conducta seguida por Ralp Curtis con relación a determinadas acciones dio lugar a un escándalo formidable
33.
Empero eran cargas inútiles, porque los satmarivallas, con vueltas y esguinces se ponían fuera del alcance de su formidable apéndice
34.
La puerta desencajada por el formidable golpe había caído sobre el elefante
35.
Un trueno formidable, seguido de sacudidas violentas que hicieron caer los mástiles, sacó a los marineros de su idiotismo
36.
En ese momento un estruendo formidable recorrió la inmensa cúpula haciendo vibrar los cristales
37.
Diciendo esto el comandante, antes de que los demás tuvieran tiempo de oponerse, con un empujón formidable lo lanzó hacia abajo desde la cúpula
38.
Otro león, que inmediatamente después había entrado en la hendidura sin ser visto por los asediados, demasiado ocupados en vigilar los movimientos del primero, anunció su presencia con un rugido formidable
39.
La tripulación también lo había visto y un formidable rugido de furor tronó a bordo
40.
Una hora después, el doctor y los tres pescadores, sentados cómodamente en la finísima arena de la pequeña bahía, comían con un apetito formidable los manjares confeccionados por el arte culinario del patrón Vicente
41.
Cuando terminaron aquella comida, casi digna de Lúculo, según los pescadores, y 'encendidas sus pipas en tanto que hacían el café oyeron a lo lejos una detonación tan formidable que hizo temblar el terreno en que se hallaban sentados
42.
Cualquiera diría que en el subsuelo ha ocurrido cualquier hundimiento o alguna formidable explosión
43.
Tremal-Naik había relatado ya todo y el capitán Corishant quería caer sobre la cañonera de Hider antes de que la tripulación pudiese darse cuenta del ataque y avisar al formidable Suyodhana del golpe fallado y de la traición
44.
Aquel hombre formidable se lanzó hacia uno de los dos cañones aullando siempre ferozmente:
45.
Parecía no prestar atención al formidable corsario, y sin embargo, de cuando en cuando, y a hurtadillas, sus ojos negros se clavaban rápidamente en él
46.
En la cocina reina doña Burgel, la esposa de don Rupert, una matrona formidable a quienes pocos conocen, porque su existencia se desliza entre ollas y pilas de verduras, concentrada en preparar platos extranjeros con ingredientes criollos
47.
El Padre Boulton era un compañero formidable, que había vivido entre ellos desde que podían recordar
48.
De un salto el formidable guerrero abandonó la tinaja y se dirigió hacia el mahometano, diciendo con terrible entonación
49.
Al divisarlos Muley con las pistolas humeantes y tomando todas aquellas precauciones, se levantó de un brinco, llevándose la mano a la empuñadura de su formidable espada
50.
Batido con azúcar y yemas de huevo es un tónico formidable para la depresión de los embarazos y de los días de lluvia
51.
Hacia el 1 de septiembre de 1571, una formidable flota se encontraba reunida en el puerto de Mesina, esperando a Sebastián Veniero
52.
Escuchóse un formidable clamoreo, que se impuso a las detonaciones de los arcabuces
53.
Una formidable detonación que hizo retemblar el piso de la caverna le cortó la palabra
54.
Eran seiscientos, armados con fusiles, sables de abordaje y pistolas, resueltos a todo, hasta a dar el asalto al formidable fuerte de San Juan de Ulúa, si fuese preciso
55.
Grammont y Laurent, de acuerdo con Wan Horn, que se había encargado de vigilar la ciudad para impedir una sublevación por parte de los habitantes, habían decidido asaltar el formidable castillo por dos partes a la vez, para dividir a la guarnición
56.
Los españoles impotentes para resistir el formidable asalto de los filibusteros, se habían rendido entregando las armas
57.
Sus incertidumbres se esfumaban en ese formidable universo en blanco y negro
58.
Su energía era alimentada sin tregua por el formidable regalo de sus primas, abiertas, tibias, frutales, siempre sofocadas de risa y bien dispuestas
59.
Con él asistí por vez primera a un concierto y el impacto fue tan formidable que no dormí en tres días, porque la música quedó resonando dentro de mí, y cuando pude hacerlo soñé que era un instrumento de cuerdas, de madera rubia con incrustaciones de nácar y clavijas de marfil
60.
El ruido era un formidable rugido de catarata, que obligaba a andar con tapones en las orejas y a entenderse por gestos
61.
Sabían que La Gasca, quien carecía por completo de experiencia militar, aunque era un hombre de ejemplar temple y voluntad, debería enfrentarse con un ejército formidable y con un general avezado y valiente
62.
Vanessa Redgrave, alta, patricia, luminosa y con ojos azul cobalto, se presentaba sin maquillaje y con un trapo de babushka en la cabeza, sin que eso disminuyera para nada el impacto formidable de su presencia
63.
En ese instante otro soldado chileno irrumpió en la vivienda, de una mirada evaluó la situación y sin vacilar le disparó a quemarropa a la mujer, que de todos modos ya estaba muerta, luego cogió el hacha y de un tirón formidable liberó a Severo
64.
Esa nueva sensación, la conciencia de no ser más que un pardillo, el ingenuo y fortuito espectador de una complejidad que no estaba a mi alcance, se sobrepuso a la excitación y a la culpa, a la vergüenza y al asombro, sin matizar la formidable confusión a la que todo lo que un instante antes era yo había quedado reducido sin remedio
65.
Me llamo Álvaro Carrión Otero, en noviembre cumpliré cuarenta y un años, soy hijo de Julio Carrión González, un pobre hombre adicto a las benevolentes y quizás mortales trampas de la química, la mujer que tengo delante se llama Raquel Fernández Perea, tiene unos treinta y cinco años, una edad razonable para ser la hija, hasta la nieta de mi padre, pero era su amante, la amante de un anciano que sucumbió a la debilidad de creer que lo importante no era echar un polvo, sino saber que el próximo no sería todavía el último, un combate tan desigual, tan desproporcionado, tan fracasado desde antes de empezar, que sólo la victoria de la muerte podía culminarlo, y la muerte triunfó, mi padre está muerto, yo no, yo estoy vivo, tengo una profesión que me gusta, un trabajo que me gusta, una casa que me gusta, un hijo que me gusta, una mujer que me gusta, tengo mucha suerte, mi mujer se llama Mai, tiene treinta y siete años pero no los aparenta, tampoco se llama Maite, María Teresa, como piensa todo el mundo, se llama Inmaculada, pero ella también tiene mucha suerte, porque su hermana pequeña no sabía decir su nombre e inventó un diminutivo que le gusta mucho más, a mí me gusta mi mujer, me gusta mi hijo, me gusta mi trabajo, mi profesión, me gusta mi vida, que no es ésta, que no se parece a esta sucesión de días cargados de nubes y de culpas, de sorpresas y de mentiras, ésta no es mi vida, esto no es nada más que una pura coincidencia, una cadena de acontecimientos triviales, casuales, una serie de accidentes sin ninguna relación lógica entre sí al margen de la fatal necesidad de mi presencia en todos ellos, eso es todo, eso ha sido todo, eso me ha traído hasta aquí, pero éste no soy yo, yo no me parezco a este hombre alterado, abrumado, exacerbado, exhausto, estremecido por un deseo violento y perverso, insano y formidable, este instante que no se parece a ningún otro instante que yo haya vivido antes, yo no soy así, ésta no es mi vida, yo me llamo Álvaro Carrión Otero, en noviembre cumpliré cuarenta y un años, soy hijo de Julio Carrión González
66.
De pronto, al entrar en la ciudad, una llamada formidable lo despertó:
67.
Los nipones han inventado un oficio formidable: dar conversación
68.
Fue entonces cuando Zataki se dio cuenta de la presencia del petrificado chiquillo que le miraba, escondido entre la túnica del mollah, y aferrado a ella en busca de protección, tan semejante a su propio hijo, al mayor, que por un instante le hizo retroceder a los días felices anteriores al incendio, cuando todo parecía ir bien y había cierta posibilidad de futuro: la formidable Revolución Blanca del Sha, la Reforma Agraria, el freno impuesto a los mollahs, la educación para todos y muchas otras cosas
69.
Nada de eso, mi formidable amigo, el Golfo es una tentación demasiado grande incluso para ti
70.
-Los cuatro franceses, Duguay-Trouin, Mont-Blanc, Scipion y Formidable, son los únicos que no han entrado en acción
71.
La ira estalló en boca del pueblo de un modo tan formidable, que causaba tanto espanto como la artillería enemiga
72.
Aún resonaba en el aire aquella fervorosa invocación, cuando un estruendo formidable retumbó en las avanzadas de ambos ejércitos
73.
Muchos días resistiose el fuerte espíritu de mi amigo a la evidencia de tantos descalabros; por muchos días sostuvo que nuestras armas victoriosas echarían a los franceses con su malhadado emperador del otro lado del Bidasoa; por muchos días continuó atribuyendo a los papeles públicos la pérfida invención de aquellos absurdos acontecimientos que no cabían en su homérica cabeza; pero al fin la muchedumbre de las noticias malas, la agitación pública, el pánico de todos, la general zozobra, y el tumulto y laberinto de los preparativos de defensa rindieron golpe tras golpe el formidable castillo de su terquedad, dando en tierra con tantas ilusiones
74.
Después tronó el cañón, los reductos hicieron fuego a la vez sobre el llano que acabábamos de abandonar, y aquel estruendo formidable parecía una salva triunfal, según se mezclaban con él los cantos, los vítores, las exclamaciones de alegría
75.
Apareció formidable el compadrazgo, y desde la simonía, el cohecho, la desenfrenada concupiscencia de lucro y poder, asemejándose a las asociaciones religiosas en estado de desprestigio, con la diferencia de que éstas conservan siempre algo del simpático idealismo de su instituto original, mientras aquélla sólo conservaba, con su embrollada y empalagosa liturgia, el grotesco aparato mímico y el empolvado atrezo de las llamas pintadas y las espadas de latón
76.
Parecería una provocación, y lo que no es más que una alarma insignificante, podría trocarse en formidable motín
77.
En la Amargura, los granaderos y los cazadores de la Milicia rechazaban con igual bravura a los esclavos, y en el callejón del Infierno, sitio de encarnizada pelea, un hombre formidable, una encarnación del dios Marte con morrión, hundía su bayoneta en el pecho de un faccioso, gritando con voz de cañonazo:
78.
Habían pasado más de sesenta días desde que puso sitio a la plaza, y aunque la Regencia se había puesto en salvo llevándose el dinero y los papeles, los testarudos catalanes y aragoneses se sostenían fieramente en la población, en los castillos y en la formidable ciudadela
79.
Sin hacer reverencia alguna, impávido, formidable, como el guerrero que ha cumplido su deber en lo más recio de un combate, salió seguido del Hermano
80.
No había concluido de saludar a los del coche, cuando se llegó a él un hombracho formidable, los zapatos y el pantalón blanqueados por el polvo: era Ibraim, que en tal facha, encendido el rostro por las múltiples mañanas que había tomado, parecía más bárbaro que nunca
81.
Bella acariciaba la idea de darse gusto con el formidable objeto que escondía tras sus calzones
82.
El muchacho había abierto sus pantalones para dejar totalmente a la vista su formidable pene
83.
Batieron entonces los arbustos para obligarle a salir, y surgió salvajemente, embistiendo a los hombres a su paso: era un jabalí prodigioso, una vieja bestia solitaria que había abandonado hacía tiempo la manada, un animal musculoso, el más grande y formidable cuando gruñía
84.
Por de pronto, era gran ventaja que no existiese ya la formidable oposición al inquebrantable propósito de recobrar a Aura y hacerla suya, el cual llenaba su corazón y su voluntad, sin que lo amenguara lo más mínimo su encantamento en la dorada Jauja
85.
El martillo tenía por cabeza una masa formidable de hierro, y por mango un árbol enorme, horizontal cuando no funcionaba, articulado por su extremo
86.
—Mi señor rey, ha llegado un heraldo de los romanos —dijo uno de sus oficiales que le salió al paso mientras cabalgaba despacio a lo largo de un lado del formidable reducto de Sila
87.
[55] mi traidora no lo fue realmente por dictado de su libre voluntad, sino por el maleficio con que la trastornó ese pillo de Zoilo, bigardón dotado de una formidable terquedad vizcaína, y con esa fuerza de terquedad, que es como el poder que gozan los magnetizadores y taumaturgos, reduce a esclavitud a cuantas personas caen bajo su dominio
88.
Detrás de la infantería del Provincial de Segovia, que era el cuerpo delincuente, vi masas de caballería formidable; a esta otra parte, la artillería, cargada con metralla, según me dijeron; enfrente, los Guías del General, la tropa de más confianza; en medio, recorriendo las filas, el de Luchana, en un fogoso caballo que pintado parecía
89.
Arma formidable es el dinero, y en ocasiones más eficaz para la defensiva que las piezas de a veinticuatro
90.
Si por artes del demonio, digamos más propiamente por inspiración del Cielo, el hombre se arrojaba en brazos de Dios, ¿qué podía yo contra encantador tan formidable? ¡Pues digo, si cuando lograse ponerle la mano [187] encima, me encontraba con que había cantado misa, valiente negocio hacíamos! ¡Pobre Gracia, triste de mí, si lanzándome a la caballería por cazar un marido, cazaba un sacerdote!
91.
En el mismo momento, Isabel irrumpió en la habitación en un estado de excitación que le hizo olvidar la formidable presencia de la señorita Pink
92.
¡Vaya una obra, compadre! La raquítica y casi asquerosa fachada de la iglesia Patriarcal desaparecía bajo una construcción suntuosa: un basamento de piedra berroqueña, roto en el centro por la escalinata, sostenía seis columnas de mármol rojo con dóricos capiteles, las cuales cargaban el formidable peso de un [330] ático inmenso de blanca piedra de Colmenar, decorado con bajo-relieves, esculturas y flameros
93.
Acerca del Marqués de Azeglio, propagandista de las ideas liberales bajo la bandera papal, y del partido llamado Joven Italia, que proclamaba las dos grandes ideas Libertad y Unidad; acerca del grande y austero revolucionario Mazzini, que a su fin va sin reparar en los medios, hombre de robusta inteligencia, de formidable voluntad, frío, despiadado, cerrado a todo sentimiento que no sea el de un patriotismo fanático, a la romana, mezcla imponente de Catón y Sila, les di prolijos informes que a mi parecer se aproximaban bastante a la verdad
94.
Una vez retirado su cuerpo del sótano, nos encontrábamos todavía con un problema que era casi tan formidable como aquél con el que habíamos comenzado
95.
Seguiría, pues, la formidable corriente que a todas las actividades españolas arrastraba hacia la tierra berberisca
96.
El hecho de que durante aquellos días se presentaran varios hombres de aspecto patibulario preguntando por el capitán Basil me dio a entender que Holmes estaba operando en alguna parte bajo uno de los numerosos disfraces v nombres con los que ocultaba su formidable identidad
97.
A su izquierda colgaban los retratos de los cinco directores: Hoover, Gray, Ruckelhaus, Kelley, y ahora el formidable H
98.
¿Cree usted que ese jovenzuelo anémico es capaz de una violencia tan tremenda? ¿Es este el hombre que estuvo bebiendo ron y agua mano a mano con Peter el Negro en mitad de la noche? ¿Es su perfil el que fue visto a través de la cortina dos noches antes? No, no, Hopkins; a quien tenemos que buscar es a otra persona, mucho más formidable
99.
Pero frente a ellas se alza una argumentación formidable
100.
Primero, por supuesto, tanto en apariencia como en delito, estaba el formidable jefe