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hembra que vive al lado atruena la casa y hace tambalearse los muros con sus bramidos
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pleto a la hembra, se convirtió en un ideal anhelado y respetado
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El estado de la hembra que está con los dolores de parto
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casar a su hijo con una hembra de la familia de aquellos sus parientes, a la sazón poseedores del
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Son hembra y macho;el macho va en esta jaula primera, y la hembra en la
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los ojos creía tener aún el escote tentador, y elolorcillo a hembra
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cuchillooculto en la faja, dispuestos á disputarse la hembra á
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La hembra había muerto y el macho vagabatriste y solitario
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hembra empollaba todavía en sunido flotante, mientras el macho
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Al parecer es la gran hembra del globo, cuyo
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El doctor hembra sonrió con superioridad
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Adivinó que el profesor hembra le traía buenas noticias, a juzgar por laexpresión alegre de su rostro; pero antes de que se enfrascase en surelato y tal vez en la manifestación de sus tiernos sentimientos,
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una escena bárbara,cruel y repugnante: la hembra, caída en el
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que encontraba; era una hembra fríamente resignada con losdeberes de la procreación
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Imperaba en ella esa preocupación de la hembra vulgar que
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La hembra no me seduce
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no recordase el ardid de aquella hembra que,en ausencia de los caballeros, viendo
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hembra la que salía a su encuentro,ofreciéndose en un arrebato de audacia
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suyo, era la hembra de más dinero de las Cambroneras, y sucasa la mejor
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hembra seagostaba con la mayor rapidez así que la enfermedad disolvía
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dos manos, una de hembra yotra de varón, buscaban en el mismo agujero el cachipote; los
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«¡Qué perturbación una hembra como ésta cayendo entre hombres queviven solos y trabajan!… Y aún
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Se acordó del estanciero Rojas y lo queéste se proponía hacer con su rebenque para castigar las maldades deaquella hembra
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iba hacia él con lahumildad de la hembra que anhela ser
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hembra superior, a laque pudiera imponer el ascendiente
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hembra escandalosa había llegado ala isla en seguimiento
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más explicación, saltando yacosando a la hembra con el
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regocijado por la inferioridad en que vive la hembra delos
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nombre! El marqués presentía entan arrogante hembra, no el placer de los sentidos, sino la
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muerte por la comida ó por la hembra; pero todoesto en absoluto
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gobernado porla infernal atracción que ejerce la hembra
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Señalole entonces el Rey una hembra que bien envuelta en un
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6 Que al principio de la creacion, macho y hembra los hizo Dios
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6 Pero al principio de la creacion, macho y hembra los hizo Dios
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6 que al principio de la creacion macho y hembra los hizo Dios
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En que el lector hace conocimiento con una hembra del coco,
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Mientras el hombre se limpiaba el sudor, la hembra
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Fueron procesados 14 varones y 1 hembra
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Los centelleantes globos oculares de la hembra traspasaron al caballero, acaso en busca de una respuesta a su curiosidad
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Dio unas palmadas en el costado izquierdo de la hembra, y ésta se abalanzó contra el monstruo que encabezaba la escuadrilla
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La hembra reptiliana despegó del suelo de la alcoba, mientras el edificio continuaba ladeándose y resbalando hacia abajo
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Se oyó un ruido y unas zarpas rasgaron la atmósfera; pero la hembra las evadió con gran agilidad
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No le nace de una necesidad imperiosa y periódica, que incita al macho y a la hembra al acoplamiento procreador, sino que en harto mayor grado depende de la imaginación, de las representaciones mentales, siempre accesibles a la educación
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En un momento determinado, Oswald descubrió una hembra tumbada boca arriba, con las tetas expuestas a los rayos del sol, y decidió que aquella era una buena oportunidad para tomar un refrigerio
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Acababa de agarrar firmemente uno de los pezones y se disponía a beber del alimento vivificante, cuando la hembra se despertó y le miró
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Con un gruñido de cólera, la hembra se inclinó, metió la nariz debajo de su redonda barriguita, y con una rápida sacudida de la cabeza, mandó a Oswald dando volteretas por el aire a aterrizar en la cabeza de un macho que dormía
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Siguió caminando con tenacidad sobre las cordilleras de focas dormidas y finalmente resbaló, mientras trataba de salvar una hembra particularmente rotunda, y se cayó sobre un joven macho que dormía a su lado
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Era la datura hembra que había recogido en mi compañía; todas las hojas, flores y vainas apiladas con anterioridad estaban secas
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Con la cola desplegada, el pavo le está diciendo a la hembra: «Soy fabuloso, estoy increíblemente sano, tengo unos genes fantásticos gracias a los cuales he podido resistir a los parásitos», o tal vez, «simplemente tuve suerte, pero el hecho es que estoy increíblemente sano»
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En el caso de la primera, machos y hembras tienen los mismos genes y circuitos cerebrales requeridos para copular, pero lo que nadie podía imaginar es que bastaría activar el gen masculino no expresado en la hembra para que ésta desplegara de inmediato las características típicas del macho cuando corteja
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Cuando una determinada figuración, a raíz de las preferencias de la hembra -como los colores brillantes en los peces y los pájaros o las colas espléndidas y los cuernos alambicados en los pavos reales y los antílopes- coincide, repetidamente, con los rasgos perfilados por la competencia entre machos, como el mayor tamaño, las dos acaban formando parte de la genética de la selección sexual
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Era, por el contrario, aquella hembra alborotosa y rencillosa de las Escrituras, cuyos pies no podían estar en la casa
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Ahora, en estos revueltos días de crisis que vivimos, una debe sentirse mujer de su tiempo y recurrir a la dianética, la moderna ciencia de la salud mental, quizá debieran escribirse estas palabras con la inicial mayúscula, la disciplina que cura todas las enfermedades, desde el dolor de muelas hasta la resurrección, la tos, la blenorragia, el sida, pasando por la leucemia, la sordera, la mudez, la ceguera, la parálisis, el cáncer y la pelagra, basta con un equilibrado tratamiento de saunas y con la ingestión del complejo vitamínico bendecido por Ronald Hubbard y sus seguidores autorizados, sus maestros espirituales, desconfiad de los imitadores, los falsarios y los charlatanes, la Iglesia de la Cienciología no busca más que la verdad porque, como bien dijo el eximio pensador George Santayana, es una gran ventaja para un sistema filosófico el que sea sustancial e intrínsecamente cierto en su esencia y en sus consecuencias, hay que liberar al hombre traumatizado por la duda, todos somos vigilados por la Oficina del Guardián y debemos dejarnos abrazar por la gnosis, esto es, la ciencia que vuelve y que fructifica en el matrimonio filosófico, en la unión del azufre y el mercurio, de la espada y la pluma, del macho y la hembra durante el color negro y la metátesis que no desvirtúa el sentimiento
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¿Qué hacía la hembra más alta? Se estaba quitando las capas exteriores de ropa, lo cual le parecía la manera más extraña de adentrarse en un rebaño apelotonado
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Uno de los miembros, una hembra anciana formuló una pregunta más propia de un qulun
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Aquella noche en él, sí, aquellas raíces oscuras y enmarañadas que lo ataban a esa tierra espléndida y aterradora, a sus días ardientes y a sus noches rápidas que embargaban el alma, y que había sido como una segunda vida, más verdadera quizá bajo las apariencias cotidianas de la primera y cuya historia estaba hecha de una serie de deseos oscuros y de sensaciones poderosas e indescriptibles, el olor de las escuelas, de las caballerizas del barrio, de la lejía en las manos de su madre, de los jazmines y la madreselva en los barrios altos, de las páginas del diccionario y de los libros devorados, y el olor agrio de los retretes de su casa o de la quincallería, el de las grandes aulas frías, donde a veces entraba solo, antes o después de las clases, el calor de sus compañeros preferidos, el olor a lana caliente y a deyecciones que arrastraba Didier, o el del agua de colonia con que la madre de Marconi, el alto, lo rociaba abundantemente y que le daba ganas, en el banco de su clase, de acercarse todavía más a su amigo, el perfume del lápiz de labios que Pierre había robado a una de sus tías y que olían entre ellos, perturbados e inquietos como los perros que entran en una casa donde ha pasado una hembra perseguida, imaginando que la mujer era ese bloque de perfume dulzón de bergamota y crema que, en el mundo brutal de gritos, transpiración y polvo, les traía la revelación de un universo refinado{178} y delicado, con su indecible seducción, del que ni siquiera las groserías que lanzaban a propósito del lápiz de labios llegaba a defenderlos, y el amor de los cuerpos desde su más tierna infancia, de su belleza, que le hacía reír de felicidad en las playas, de su tibieza, que lo atraía constantemente, sin idea precisa, animalmente, no para poseerlos, cosa que no sabía hacer, sino simplemente para entrar en su irradiación, apoyar su hombro contra el hombro del compañero y casi desfallecer cuando la mano de una mujer en un tranvía atestado tocaba durante un momento la suya, el deseo, sí, de vivir, de vivir aún más, de mezclarse a lo que de más cálido tenía la tierra, lo que sin saberlo esperaba de su madre y que no obtenía o tal vez no se atrevía a obtener y que encontraba en el perro Brillant cuando se tendía junto a él al sol y respiraba su fuerte olor a pelos, o en los olores más fuertes o más animales en los que el calor terrible de la vida se conservaba, pese a todo, para él, y del que no podía prescindir
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Cuando una hembra tenía una carnada, los porqueros la vigilaban noche tras noche para que no fuera a aplastar a sus crías
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Vaca no es más que la hembra adulta del buey
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La hembra se introdujo en el bosque con paso rápido, segura de que podría encontrar el rastro de la semielfa y tenerla a la vista antes de que cayera la noche
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—Para bien o para mal, se forman lazos entre un varón y una hembra, y eso es más cierto que nunca en mitad del verano
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La hembra mahe sacó un pequeño objeto de su cinturón
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–Veinte horas -dijo la hembra mahe, contemplándola con una expresión en la que se mezclaban la dureza y cierto sarcasmo
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Los puestos, uno por clan, pertenecían a las hembras de cada linaje que desempeñaran una posición dirigente dentro de él o, en la práctica, a cualquier hembra adulta que se encontrara cerca de alguno de los varios salones de reunión, uno de los cuales existía y sigue existiendo en cada provincia
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ron a la hembra contorcerse en el suelo mientras el macho, espantado por las detonaciones escapaba dando saltos de cinco o seis metros
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Son más peludos, tienen los brazos más largos y en ellos el impulso sexual empieza por la vista, herencia de sus ancestros, los simios, a quienes la hembra llama durante el período de celo con un cambio notable en sus partes íntimas, que se inflaman y adquieren la morbosa apariencia de una granada madura
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Era la hembra que acaso vigilaba en la cima de algún pico mientras el macho pescaba
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Los gorilas son pacíficos, pero una hembra con una cría siempre es peligrosa -les advirtió el hermano Fernando
68.
Procuré que la brisa moviera la tela de mi vestido y el sol de la tarde me diera un aspecto de sosiego, muy diferente a la hembra glotona que lo atormentaba por las noches
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—Espécimen hembra, ¿me permites ejecutar danza de apareamiento previa a la generación de un embrión humano?
70.
La hembra loca lucha para refrenar el ataque de los brazos y las piernas de Oleg
71.
La hembra loca levanta el hombro propio y se apoya en los codos para posar la mirada en el agente Oleg
72.
La estructura entera de la hembra adelanta su cara trastornada para acercarla más
73.
En el momento del parto la comadrona era la única que estaba presente y en aquel instante lo que tuvo en sus brazos fue una hembra
74.
El cabrestante del Kiku recuperó rápidamente los metros de cable y tiró de él hacia arriba en el instante en que, abajo, la hembra engullía un enorme bocado del tracto digestivo de su compañero
75.
Esta hembra tiene un tamaño comparable al de las mayores ballenas y es agresiva
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El movimiento de la enorme mole de la hembra creó una corriente de fondo que impulsó a la tabla y al sur-fista varios metros hacia atrás y a un lado
77.
La hembra aspiró el cuerpo al interior de su boca, lo aplastó y lo tragó de un solo bocado
78.
La hembra de Megalodon había abandonado la persecución
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Llevada por el instinto, la hembra cambió de dirección bruscamente y ascendió hacia la superficie al tiempo que se concentraba en la embarcación una vez más
80.
La enorme hembra tenía la boca entreabierta, permitiendo el paso del agua
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Entretanto, Jonás comprobaba con desesperación los fusibles del vehículo, y vio cómo la hembra se liberaba de la trampa a sacudidas
82.
Las espasmódicas contracciones musculares del ardiente estómago de la hembra le afectaban todo el vientre y las aletas pectorales
83.
La línea lateral de la hembra captó el chapoteo y notó las vibraciones de los cuerpos agitados
84.
La mandíbula superior de la hembra, sus dientes, encías y tejido conectivo, emergieron de debajo del hocico y se proyectaron hacia delante, separándose del cráneo
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Los Requejos macho y hembra se miraron con espanto
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Para facilitar esto, doña María concibió un proyecto gigantesco, del cual dependía, como el lector verá, la perpetuidad de aquella casa y linaje y solar ilustre por el largo discurso de los siglos; trató de casar a su hijo con una hembra de la familia de aquellos sus parientes, a la sazón poseedores del mayorazgo, y residentes en Córdoba, aunque su habitual morada era Madrid
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Pero lo que más sorprendió y espantó a ésta fue el maravilloso espectáculo del gran miembro parduzco que, erecto por la excitación, colgaba del vientre del semental, y que de vez en cuando se encorvaba en impaciente búsqueda del cuerpo de la hembra
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Bella contemplaba el espectáculo con el aliento contenido, y pudo ver cómo, por fin, el largo y henchido miembro del caballo desaparecía por entero en las partes posteriores de la hembra
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-Y sólo en ella se ha encontrado un varón digno de tal hembra
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Y así, de las cámaras acorazadas de los templos fueron saliendo arcas y más arcas de monedas, del monto constituido por el sestercio que se entregaba a Juno Lucina cada vez que nacía un romano, varón o hembra, por el denario que se daba a Juventas cuando los ciudadanos varones superaban la pubertad, por los cuantiosos denarios donados a Mercurio cuando los comerciantes hundían su ramo de laurel en la fuente sagrada, por los sestercios que se entregaban a Venus Libitina cuando moría un ciudadano romano, y por los sestercios que las prostitutas famosas ofrecían a Venus Erucina
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[200] Si más que mujer era diosa, los malditos dioses no consentirían que hembra tan superior fuese para él
92.
El genio de Zumalacárregui veía este resorte, por muchos inapreciable, del mecanismo de la guerra, y quería producir la ferocidad del varón con las pasioncillas villanas de la hembra
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Beltrán noticias de la monja de Sigena, y los muchachos, que la habían visto y oído, se dividían en sus opiniones, pues mientras Rafael sostenía que era una mujer estrafalaria y medio loca, que ocultaba con las formas de penitencia sus ganas de corretear por el mundo, Pepe la tenía por hembra superior y de pasmosa virtud, que la distinguía de todas las gentes de nuestra edad, y a los mismos santos la equiparaba
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Pero ella lo exige para sí, y ella es hembra, el principio y el fin de todo hombre
95.
En efecto: si ahora resulta que esa hembra loca, después de dejarse secuestrar tan torpemente, rompe con su nueva familia, atropella toda conveniencia, y se lanza decidida en busca del hombre a quien había jurado fe, para que este la ampare, deshaciendo la odiosa trama de su forzado casamiento, pueden sobrevenir incidentes de la mayor gravedad
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Y vieras tú cómo allí me recibieron con palio, y me cantó el Te Deum una dulcísima y fiel amiga, a quien he diputado siempre como la hembra de más sutil ingenio que mecieron doradas cunas
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La miré bien, dormida, y si en efecto, no puedo menos de reconocer que es una linda hembra, también reconozco que hay no poca distancia desde sus atractivos a la perfección de nuestra madre Eva, o a la de las diosas gentílicas, con quienes en mis arrebatos de amor propio la he comparado
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Mas lo que a la madrugada me dijo, y el hechizo de su ternura y arrepentimiento, la repusieron en mi adoración, y si no recobró la ideal hermosura de los días románticos, quedó restaurada lo suficiente para ser una hembra muy distante de la vulgaridad
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El Marqués acogió las confidencias de la guapa hembra con mediana satisfacción, pues si buena curiosidad satisfizo, buen dinero le costaba
100.
El espantoso ruido del tren pataleando sobre las placas giratorias al entrar en una estación grande, me hizo saltar en el regazo de la incógnita hembra que me agasajaba