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    lisonjear frases de exemplo

    lisonjea


    lisonjeaba


    lisonjeaban


    lisonjeado


    lisonjeando


    lisonjear


    1. lisonjea y los encomia, poniendode moda hasta las rarezas y excentricidades de sus


    2. Sin embargo, él se lisonjea de


    3. Bien creo que está, para censura, un poco larga; alguno dirá que toca los límites de lisonjero elogio; mas la verdad de lo que cortamente digo deshace en el crítico la sospecha y en mí el cuidado; además que el día de hoy no se lisonjea a quien no tiene con qué cebar el pico del adulador, que, aunque afectuosa y falsamente dice de burlas, pretende ser remunerado de veras


    4. ¡Cómo les lisonjea en su discurso, sentado a la mesa!


    5. Y porque veáis que es error que haya en el mundo quien crea que el que quiere lisonjea, escuchad lo que es amor


    1. lisonjeó más de lo que el gran poeta le lisonjeaba


    2. Me lisonjeaba la idea de que iban a


    3. haciendo con ellos una especie de mascaradarisueña y original que lisonjeaba la vista


    4. filosofaba, se lisonjeaba de ir por el buen camino,y, hasta cierto punto se consideraba


    5. cuya decididavoluntad en favor del Conde la lisonjeaba en


    6. poco en admitir el partido de sedicionque tanto lisonjeaba sus corazones, con la esperanza de una


    7. lisonjeaba las esperanzas de los enemigos,y por lo mismo repetian contra ella con mas vivacidad sus


    8. Por más que se rieran de mí y me trataran como a un animal pequeño y tonto, por más que se me empujara de un lugar para otro, aquel fue el tiempo en que llegué a gozar de mayor prestigio; nunca se repitió en adelante nada semejante; tenía acceso a todas partes y, con el pretexto de tratarme rudamente, se me lisonjeaba


    9. –Sí y no -contesté con una vacilación que sabía que lo lisonjeaba


    1. elrestablecimiento de cosas que lisonjeaban su orgullo de raza, como porejemplo, los vínculos y


    1. Lucía, como una flor que el sol encorva sobre su tallo débil cuandoesplende en todo su fuego el mediodía; que como toda naturalezasubyugadora necesitaba ser subyugada; que de un modo confuso eimpaciente, y sin aquel orden y humildad que revelan la fuerzaverdadera, amaba lo extraordinario y poderoso, y gustaba de los caballosdesalados, de los ascensos por la montaña, de las noches de tempestad yde los troncos abatidos; Lucía, que, niña aun, cuando parecía que lasobremesa de personas mayores en los gratos almuerzos de domingo debíafatigarle, olvidaba los juegos de su edad, y el coger las flores deljardín, y el ver andar en parejas por el agua clara de la fuente lospececillos de plata y de oro, y el peinar las plumas blandas de suúltimo sombrero, por escuchar, hundida en su silla, con los ojosbrillantes y abiertos, aquellas aladas palabras, grandes como águilas,que Juan reprimía siempre delante de gente extraña o común, pero dejabasalir a caudales de sus labios, como lanzas adornadas de cintas y deflores, apenas se sentía, cual pájaro perseguido en su nido caliente,entre almas buenas que le escuchaban con amor; Lucía, en quien un deseose clavaba como en los peces se clavan los anzuelos, y de tener querenunciar a algún deseo, quedaba rota y sangrando, como cuando elanzuelo se le retira queda la carne del pez; Lucía que, con suencarnizado pensamiento, había poblado el cielo que miraba, y losflorales cuyas hojas gustaba de quebrar, y las paredes de la casa en quelo escribía con lápices de colores, y el pavimento a que con los brazoscaídos sobre los de su mecedora solía quedarse mirando largamente; deaquel nombre adorado de Juan Jerez, que en todas partes por donde mirabale resplandecía, porque ella lo fijaba en todas partes con su voluntad ysu mirada como los obreros de la fábrica de Eibar, en España, embutenlos hilos de plata y de oro sobre la lámina negra del hierro esmerilado;Lucía, que cuando veía entrar a Juan, sentía resonar en su pecho unascomo arpas que tuviesen alas, y abrirse en el aire, grandes como soles,unas rosas azules, ribeteadas de negro, y cada vez que lo veía salir, letendía con desdén la mano fría, colérica de que se fuese, y no podíahablarle, porque se le llenaban de lágrimas los ojos; Lucía, en quienlas flores de la edad escondían la lava candente que como las vetas demetales preciosos en las minas le culebreaban en el pecho; Lucía, quepadecía de amarle, y le amaba irrevocablemente, y era bella a los ojosde Juan Jerez, puesto que era pura, sintió una noche, una noche de susanto, en que antes de salir para el teatro se abandonaba a suspensamientos con una mano puesta sobre el mármol del espejo, que JuanJerez, lisonjeado por aquella magnífica tristeza, daba un beso, largo yblando, en su otra mano


    2. Así es que, si bien notaba, y sesentía lisonjeado al


    3. habían deleitado y lisonjeado el acatamiento y lasfinuras amorosas de ambos galanes, pero que


    4. –¿En serio? – preguntó Bill, lisonjeado


    5. El origen de la caída al abismo político de UCD está en la pérdida de control personal de Suárez, motivada no tanto por la presión de la oposición socialista, ni siquiera por los pocos favorables acontecimientos políticos, ni por las crecientes dificultades en la relación con otros poderes de la sociedad, sino que la "ruina" de Adolfo Suárez estuvo motivada por la insoportable actitud de los "barones" de UCD a los que él había conducido, desde una posición incierta para la nueva etapa democrática, hasta el Gobierno, lisonjeado en el mundo por haber pilotado una transición pacífica, que llegó a ser considerada -en exceso- como una transición modélica


    6. Bloch se sentía lisonjeado por ser el único que sobrenadase en el naufragio universal


    7. Proferido en un tono dolorido, glacial y amanerado, este reproche fue, sin duda, sensible para el señor de Charlus, que, para borrar la mala impresión que había producido su curiosidad, dirigió a Jupien, demasiado bajo para que yo distinguiese bien las palabras, un ruego que exigiría indudablemente que prolongasen su permanencia en la tienda y que conmovió suficientemente al chalequero como para disipar su pena, porque se quedó mirando al barón a la cara, crasa y congestionada bajo los cabellos grises, con la expresión inundada de felicidad de alguien cuyo amor propio acaba de ser lisonjeado profundamente, y decidiéndose a conceder al señor de Charlus lo que éste acababa de pedirle, Jupien, después de algunas observaciones faltas de distinción como: “¡Vaya un trasero gordo”, dijo al barón con expresión sonriente, conmovida, superior y agradecida: “¡Bueno, si, anda, grandísimo chiquilín!”


    1. guantes[271], á la preparación de perfumesy aun de mondadientes, lisonjeando lavanidad


    2. Semejante debilidad da, entre otros resultados, el de agravar esa tendencia, tan usual en cuanto se tiene cierta edad, a considerar agradables las palabras que lisonjeen nuestro modo de pensar y nuestras aficiones y que nos animen a seguirlas; esa edad en que un gran artista prefiere al trato de genios originales el de sus discípulos, que sólo tienen de común con él la letra de su doctrina, pero que lo escuchan y lo inciensan; esa edad en que una mujer o un hombre de valer que viven consagrados a un amor diputan por la persona más inteligente de una reunión a aquella que, aunque en realidad sea inferior, les mostró con una frase que sabe comprender y aprobar una existencia dedicada a la galantería, lisonjeando de ese modo la tendencia voluptuosa del enamorado o de la querida; y ésa era la edad en que Swann, en la parte que llegó a tener de marido de Odette, se complacía oyendo decir a la señora de Bontemps que es ridículo no recibir en su casa más que duquesas (de lo cual deducía, al contrario de lo que hubiese hecho antaño en casa de los Verdurin, que era una mujer buena y graciosa, nada snob) y en contarle cuentos que la hacían “retorcerse de risa” porque no los conocía y, además, porque “cogía” el chiste pronto y le gustaba adular y divertirse con su propio regocijo


    1. revoluciones a lisonjear a los partidos y a humillar a loscaídos, objeto que se entiende


    2. Pero, si todo se hace por lisonjear la vanidad de


    3. —¡Oh! —dijo Montecristo—, eso debe lisonjear soberanamente el amor propio de los conejos en cuyas cabezas introduce alfileres, a las gallinas cuyos huevos tiñe de encarnado, y, etc


    4. Un aplomo del gusto, no en el orden de lo bello, sino de los modales y que en presencia de una circunstancia nueva hacía captar enseguida al hombre elegante —como a un artista al que se le pide que toque un trozo de música que no conoce— el sentimiento, el movimiento que la circunstancia reclama, y adaptar a ella el mecanismo, la técnica que mejor le convienen; luego permitía a ese gusto actuar sin la traba de ninguna otra consideración, que a tantos jóvenes burgueses hubiera paralizado, tanto por el temor de ponerse en ridículo a los ojos de los demás, faltando a las formas, como de parecer solícitos en exceso a los de sus amigos, y que en Roberto era sustituido por un desdén que desde luego no había sentido nunca en su corazón, pero que había recibido por herencia en su cuerpo y que había sometido las maneras de sus antepasados a una familiaridad que, según éstos creían, no podía menos de lisonjear y fascinar a aquel a quien se dirigía; por último, una noble liberalidad que, como para nada tenía en cuenta tantas ventajas materiales (los gastos que hacía en profusión en este restaurante habían acabado por hacer de él, aquí como en otros sitios, el cliente más de moda y el favorito máximo, situación que subrayaba la solicitud para con él no sólo de la servidumbre, sino de la juventud más brillante), le hacía pisotearlas, como los divanes de púrpura efectiva y simbólicamente hollados, semejantes a un camino suntuoso en que sólo hallaba agrado mi amigo en cuanto le permitía venir hacia mí con más gracia y rapidez; tales eran las cualidades, esenciales todas a la aristocracia, que detrás de aquel cuerpo, no opaco y oscuro, como lo hubiera sido el mío, sino significativo y límpido, trasparecían como a través de una obra de arte el poder industrioso, eficiente, que la ha creado, y hacían que los movimientos de la rápida carrera que había desarrollado Roberto a lo largo de la pared fuesen inteligibles y encantadores como los de unos jinetes esculpidos en un friso


    5. Conformarse con él; lisonjear a quien tiene mucho poder y seguir sus dictámenes


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    lisonjear in English

    flatter court coax wheedle blarney <i>[informal]</i> sweet-talk <i>[informal]</i> soft-soap <i>[informal]</i> go along with fall in with play up to cajole blarney

    Sinônimos para "lisonjear"

    elogiar aplaudir halagar incensar alabar