1.
tanto, y con el gélido viento de la meseta, se le había enfriado el
2.
9 Espacialmente, la investigación abarcó todo el Valle Central; pero la evidencia recogida procede, en su mayoría, de la Meseta
3.
El siguiente paso, tras la organización, la definición de objetivos y la selección de la persona a la que se iba a elevar al rango de apoderado, era otorgar la escritura respectiva ante uno de los alcaldes de alguna de las principales poblaciones de la Meseta Central
4.
»—Pues hable usted—le dije, apoyándome en el borde de la meseta de lachimenea para quitarle a él hasta la tentación de sentarse
5.
—¡Qué diferencia—exclamo—entre estos pueblos inactivos de la Meseta ylos pueblos rientes y vivos de Levante!
6.
apoyó horizontalmente el antebrazoen la depresión o meseta superior del abdomen, sustentó el opuesto
7.
Ainla 5, asentada en la meseta superior de la región norte
8.
Bajo aquel mediodía de fuego, sobre la meseta
9.
Cuando los carpinteros, poco después de la salida del sol, colocaron eltaburete del Hombre-Montaña en medio de la meseta, al pie de la cual seextendía el caserío de la Ciudad-Paraíso de las Mujeres, una
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acompañase ala Tierra, los habitantes de la meseta de Bogotá
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el Yucatán, en Guatemala, enla risueña meseta de los Andes, donde moraban los chibchas y en el
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Unas treinta hogueras brillaban en la meseta; se había entrado a saco enla leñera del
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Cuando salió el Sol, la meseta se hallaba desierta y, a excepción decinco o seis
14.
vigilancia en los extremos de la meseta gritó:
15.
Frente por frente de la meseta que defendían los guerrilleros, y en laladera opuesta
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en la meseta de las Mineras; los aullidos, los relinchosde los caballos, los gritos de ira,
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la cocina y los de las trojes, seprecipitaron en tropel hacia la meseta
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rodeaba por la derecha y por laizquierda, ocupaba las tres cuartas partes de la meseta
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en cuando, para dirigir una mirada a la meseta de «ElEncinar», que se hallaba
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altura delValtin y la meseta de «El Encinar» y estaban agrupados en el valle
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Cuando llegaron a la meseta, lugar del duelo, don Víctor y los suyosencontraron solo el
22.
En llegando a lo alto de la meseta, que también tiene repecho de piedra,se está en el piso del templo, cuya única nave, en los días de función,como de la que ahora se trata, se descubre toda entera—el altar mayoral fondo, retablo de madera de dos cuerpos—más allá de las dos puertaslaterales, casi oculto tras el bosque de cirios blancos, candelabrosdorados y plateados, macetas de flores artificiales y gran profusión derelumbrantes cartulinas
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meseta en meseta, yúnicamente cuando rodaba el trueno en
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reinochibcha, situado en la meseta
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Estas tresexpediciones se encontraron en la meseta, y sólo por la diplomacia deJiménez de
26.
¿Qué diferencia hay entre los productos de las tierras bajas y los dela meseta?
27.
cerrartodo el perímetro de la meseta, bancos y escabeles de
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En cambio del anterior, recomiendo á los aficionados á la pintura quepasen por Lucban, una Purísima que el Padre Mena tiene en el salóndel convento, sacada de entre el polvo y las telarañas que ha muchosaños ocultaban su mérito en la húmeda meseta de la escalera
29.
Cuando hicieron un alto al alcanzar la cumbre de una meseta, el semielfo se alegró de ver que habían dejado el Mar Sangriento atrás, en la distancia, en tanto que una cordillera de picos escarpados parecía encontrarse más próxima
30.
Se encontraba en lo alto de la meseta, a mediodía, con los prismas de colores, los cristales y los fragmentos plateados de espejos esparcidos a su alrededor
31.
En la gran meseta, las tumbas abiertas seguían clamando al cielo
32.
Al dejar la meseta, María y el descendieron por un hondo barranco que llevaba al pie de las rocas que rodeaban el lugar
33.
Después de este viaje, el hombre llega a una especie de meseta
34.
En la parte más alta de esa meseta está la entrada al otro mundo
35.
El viento reúne fuerza, el mismo viento indómito que sopla en la meseta
36.
Avancé con mucho cuidado de árbol en árbol y de peñasco en peñasco hacia el interior de la meseta
37.
Evidentemente habían perdido algunos momentos preciosos buscándolo en otras partes de la meseta
38.
Por fin, al cabo de una hora desembocaban en el borde de una enorme meseta cubierta de robles enanos y de enebros, con ondulaciones poco marcadas y sobre la cual se extendía un inmenso cielo fresco y ligeramente soleado
39.
Estos se concertaban para reencontrarse en el almuerzo, a las dos de la tarde, en un bosquecillo de pinos donde había un pequeño manantial bien situado al borde de la meseta y desde donde la vista se extendía sobre el valle y la llanura lejana
40.
Unas detonaciones del otro lado del barranco, el castañeteo seco de una bandada de perdices de color tierra que el perro había levantado, la doble detonación, repetida casi en seguida, la carrera del perro, que volvía con los ojos desorbitados, el hocico lleno de sangre y un puñado de plumas que Ernest y Daniel le quitaban y que, instantes después, Jacques recibía con una mezcla de excitación y de horror, la búsqueda de otras víctimas, cuando las habían visto caer, los gañidos de Ernest, que se confundían a veces con los de Brillant, y de nuevo la marcha, Jacques ahora encorvado bajo el sol a pesar del sombrerito de paja, mientras alrededor la meseta empezaba a vibrar sordamente como un yunque bajo el martillo del sol, y a veces una nueva detonación o dos, nunca más, pues uno solo de los cazadores había visto escapar la liebre o el conejo condenado de antemano si lo apuntaba Ernest, siempre diestro como un mono y corriendo ahora casi tan rápido como su perro, gritando como él para recoger por las patas de atrás el animal muerto y mostrarlo de lejos a Daniel y Jacques, que llegaban jubilosos y sin aliento
41.
Pero el pastor cabileño que en su montaña pelada y roída por el sol mira pasar las cigüeñas, soñando con ese Norte de donde llegan tras un largo viaje, vuelve por la noche a la meseta de lentiscos, a la familia de largas vestiduras, y a la chabola de la miseria donde tiene hundidas sus raíces
42.
El estadio se encuentra casi en las puertas de la ciudad y da por un lado sobre la calle por donde pasan los tranvías y por otro sobre terrenos baldíos que se extienden hasta el borde de la meseta donde está construida la ciudad
43.
El plástico azul con que había sido envuelta una meseta crujió un poco
44.
Llegan al Calvario, y se sientan en la meseta de granito que sustenta las cruces
45.
Al llegar a la extremidad de la meseta se dio la vuelta y comprobó que en medio del puente se encontraba Haradja, la cual extendía el puño en gesto amenazador
46.
Cuando se juntaron en el centro de la meseta, Saphira y el dragón rojo trazaron círculos tras ellos
47.
Y una dura bola de aire ardió en llamas entre ellos y golpeó a Eragon en el centro del pecho, lanzándolo seis metros por el aire en la meseta
48.
Hemos subido por el sendero que conduce a la meseta del Haneck
49.
Omi observó a Blackthorne mientras éste se alejaba, y sólo se volvió cuando hubo traspuesto el borde de la meseta
50.
Mientras tanto sus compañeros se congelaban en la meseta
51.
El pelotón acababa de coronar la cresta de la meseta
52.
Por otra parte, tampoco faltaban problemas internos entre los conquistadores: el grupo étnico más numeroso, los bereberes de Tariq, estaban descontentos porque les habían asignado las peores tierras (la meseta, Galicia y las montañas), mientras que la aristocracia árabe, los baladtyyun, llegados con Musa en 712, cuando el trabajo estaba hecho, se habían establecido en las más fértiles (Levante, el Betis y el Ebro)
53.
–Sí; lo recuerdo -dijo, cuando llegaron a la meseta y de nuevo cabalgaron uno al lado del otro-
54.
Desde el punto de mira de los dos, sobre la meseta de las estepas abiertas, a cierta altura sobre el ancho valle con su amplio curso de aguas rápidas, podían ver el territorio que se extendía al lado opuesto
55.
Sentían una calidez y una ternura inexplicables y pensaban que ellos mismos eran presa de un toque de locura porque no sabían muy bien lo que había sucedido; se miraron sonrientes, con una expresión que encerraba una promesa; continuaron descendiendo en dirección al noroeste, para seguir caminando por la meseta
56.
Los animales que siguen el curso de este río tienen que cruzar un pasaje estrecho entre el agua y la meseta, y es fácil verlos llegar -dijo Ayla
57.
La construcción era interesante, similar, pero no idéntica a la de las viviendas edificadas dentro de la caverna Losadunai, donde habían hecho un alto antes de cruzar el glaciar de la meseta
58.
Cuando llegó Jondalar con Corredor, empezaron a cruzar juntos la meseta
59.
La mañana del cuarto día sube a lo alto de una meseta para dominar el terreno que le rodea y allí, unos minutos después de perder las esperanzas, se encuentra a Pensamiento Silencioso, ni más ni menos, el anciano brujo que dejó la tribu años atrás para vivir como un ermitaño en el desierto
60.
te una medición precisa de las supuestas pistas de aterrizaje en la meseta de Nazca»
61.
Estaban en una pradera situada en una meseta,
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Era el fin del ciclo y los hombres al encontrarse en las calles polvorientas se sonreían entre sí y sus sonrisas eran como una arruga más en sus rostros requemados por el sol y los vientos de la meseta
63.
Solo podía, originarse en la meseta interior y atravesar el muro protector por un cauce subterráneo
64.
Una milla adelante, alcanzaron una meseta salpicada de arbustos y rocas
65.
Antes de que pudiera pensar qué decir, se dio cuenta que Luis estaba estirado en la meseta que dominaba el lago y el campo de béisbol, besando a Lolli con profundos, húmedos y suaves besos
66.
Había una meseta sombreada que sobresalía lo suficiente de otra roca para servirles de pequeño refugio
67.
Después de que se repartieron a la tropa y oficialidad las raciones de carne y harina del pobre rancho, hubo en el campamento de Las Juntas; situado en una alta meseta, desde cuyos bordes podrían dominarse fácilmente todos los alrededores, una gran calma sorda que encubría la excitación de los ánimos, a la expectativa del asalto
68.
Media hora estuvieron todos en pie, impacientes, tiritando, taciturnos, esperando la hora de marcha, media hora, y sin que el alba asomase tras los vértices de los pinos que limitaban la meseta del campamento, media hora de frío cruel, de angustia, de inquietud sombría
69.
–El enorme meteorito, como se le llama, que teóricamente explotó cerca del río Stony Tunguska, sobre la meseta de Siberia, no dejó ningún cráter en el lugar donde chocó y no se han encontrado señales de objetos caídos
70.
Atravesaban lentamente la meseta
71.
Por un lado, la luna enorme se levantó velozmente sobre el borde de la meseta, y por el otro, en el aire distante, un zumbido casi imperceptible se oía, dejaba de oírse, se oía otra vez
72.
Y en lo alto de una pequeña meseta
73.
En una extraña alianza de la comunidad universitaria y animosos granjeros de la región, la capital había logrado superar todas las amenazas… hasta que al final los grupos de bandidos acabaron con ella haciendo explotar a la vez todos los embalses de la meseta, cortando el suministro de energía eléctrica y agua sin contaminar
74.
Cruzado de brazos, con las piernas abiertas, Espartaco está plantado en medio del camino que, desde la meseta, conduce a la llanura
75.
La pirámide de Kefrén es cuatro metros más baja, pero la meseta sobre la que se alza se encuentra a una altura de diez metros por encima del terreno en la que se levanta la de su padre; por eso parece más alta
76.
Lo que había en la tienda eran baratijas, souvenirs para los viajeros que visitaban Egipto atraídos por su historia milenaria y la magia de las gentes que alzaron las pirámides en la meseta de Giza
77.
Merlín se giró y miró al centro de la meseta, que se hundía desapareciendo de la vista
78.
El general observó, una vez sobre la meseta de la cima de la colina, el repliegue veloz de las tropas de Asdrúbal cuyos últimos efectivos descendían ya hacia el oriente, en dirección adonde los manípulos de Marcio y Mario estaban apostados
79.
Distraído en sus pensamientos, el pretor no se percató de que ya habían cruzado toda Neápolis y gran parte de la meseta de Epipolae hasta llegar a unas imponentes murallas que se extendían ante ellos hacia el noroeste y hacia el sureste: las murallas que Dionisio levantara hacía más de un siglo para proteger una ampliada y hegemónica Siracusa, centro del poder en Sicilia y gran parte del Mediterráneo occidental de antaño
80.
Sobre la cumbre de aquella meseta de troncos y ramas secas, Publio ordenó que subieran los cuerpos limpios y entogados de sus oficiales muertos
81.
Una cresta montañosa entró en la imagen, era una alta meseta, divisó luces que segmentaban un aeródromo enmarcado entre unos muros de protección
82.
¿Y qué estaría sucediendo justo ahora en la meseta de Aristarco?
83.
—¿No están las plantas de extracción del helio 3 algo más cerca de la meseta de Aristarco que el hotel?
84.
Desde una cierta altura de vuelo, la meseta de Aristarco se presentaba como un paisaje de libro ilustrado, moderadamente ondulado, para automovilistas lunares, sobre todo a lo largo del valle de Schröter, donde el terreno parecía totalmente llano, casi aplanado
85.
¿Qué se encontrarían al llegar a la meseta de Aristarco? De repente, O'Keefe sentía el deseo de quedarse dormido y despertar en la atemporalidad de una no muy bien reputada taberna dublinesa a cuyos clientes les interesara más la apropiada separación entre la espuma y la cerveza negra que todas las maravillas de la Vía Láctea juntas, y por la cual uno pudiera suspirar recordando supuestas mejores épocas cada vez que se llevaban los vasos a los labios
86.
La meseta se iba acercando
87.
Médico y teólogo, miembro de la Sociedad de las Misiones de Londres, el inglés Livingstone es conocido por haber explorado, entre 1850 y 1860, el Zambeze y la meseta de los grandes lagos, y por su célebre encuentro con Stanley, en 1871, en las orillas del lago Tanganika
88.
La zona de descenso se encuentra cerca del polo, y consiste en una delgada meseta rodeada por mares cubiertos de hielo
89.
Y como hemos visto, los antiguos egipcios ya hicieron algo parecido al construir en la meseta de Giza sus tres grandes pirámides imitando el
90.
En Egipto el asunto es más complejo aún, pues en la meseta de Giza las tres grandes pirámides imitan el cinturón de la constelación de Orión, que en el 10500 a
91.
Antes de la cena habían explorado la ruta mientras las sombras del Wetterhorn y el Matterhorn cubrían la meseta y ascendían por los flancos escalonados del Uncompahgre
92.
Cuando las lluvias teñían los pastos de verde y llenaban de agua las lagunas de la meseta, no era simplemente el signo del comienzo de la estación en que los pájaros hacían su nido y en que la pesca en el Baboon Stroom se volvía mejor
93.
Entonces, la mano del destino y la del poker, conjuntamente, le dieron la plantación, que más tarde denominó Tara, y al mismo tiempo le sacaron de la costa y le establecieron en la meseta de Georgia
94.
Pero lo peor era pensar que se dirigía hacia allí de modo inexorable; y, si ahora ya se sentía tan mal, ¿cómo iba a estar después, en la árida meseta menopáusica, cuando tuviera que sumar a la depresión el consabido azote de las sofoquinas?
95.
«Solamente tengo un rival en el corazón de Isabella y éste es la meseta Central de Asia», solía comentar con cierta ironía su futuro esposo
96.
Su propia educación era una meseta amplia y abierta, aunque acotada por la
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Al cabo de un rato el fuego estuvo en su punto, con el carbón bien apilado formando una meseta
98.
Había construido un lugar justo sobre el contorno de la meseta, lo que sería la costa del Piedmont después de las mareas
99.
Me encontraba en la meseta, mi último recuerdo del mundo exterior
100.
Cuando llegué al final de la meseta, miré hacia atrás y vi que el edificio estaba en llamas