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Dril: Meterse la mano al ~: Meterse la mano a los bolsillos del pantalón para sacar dinero, aportar
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Apenas había terminado de meterse Moussa por el pasillo, cuando oímos los impactos de las
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que tener ganas para meterse eso en el cuerpo
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Se puso lo mismito que un pavo, y dijo que él no quería meterse en
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¡Qué ganas de meterse en lo que no les importa!
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Todos acudieron a la señora de Santa Cruz que había perdido elconocimiento, y Moreno, poniendo una cara entre burlesca y consternada,se dejó decir: «Estas cosas le pasan a mi querida tía por meterse aredentora»
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Irene de meterse debajo de la mesa, por «arranque de valorinnato,que el hábito de un Dios de paz y mansedumbre, llevado toda lavida, no había podido amortiguar»; el P
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increíble; y,si usted un poco me apura, hasta meterse en los
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meterse en un convento, y me ha mandadopracticar las primeras
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y mucho cuidadito con meterse en sitios malos
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pormotivos de delicadeza no quiso meterse en la elección de su
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pesca en el arroyo, ni los asnos de casapodrán meterse en las
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Ffuron, ó huron, como sonaba, por meterse en lasmadrigueras y traer la caza al amo
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—Sé que por meterse en oficios de dueña, y por el pecadode torpe, anda por esas
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En ella decía á la abadesa que habían visto meterse en elconvento y en uno de los
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Meterse en las
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necesidad tenía él de meterse en líos? Un hombre casado,con
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Cuando al meterse en la cama aquella
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hacía ademán de meterse las manos en losbolsillos, y se encogía
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condenada vaca,siempre empeñada en meterse por el prado del
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Al meterse en la cama, con el corazón apretado,quiso analizar la emoción que la
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fiero y ceñudo,enteramente resuelto a quitarse hasta loscalcetines y a meterse en la
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pensar en las cuentasen que con la justicia iba a meterse tan sin
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meterse esta noche, cuando sea de ella la mitad por filo, en
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La necesidad de descansar y la costumbre la hicieron meterse en lataberna
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sosteniendo el hachón con sus manos trémulas, vacilabaantes de meterse en el río
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meterse en barro hasta las corvas…, y siempre impávidas, y siemprepidiendo
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habitación y meterse en el lecho
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No se atrevió á meterse en el portal porque de vezen cuando
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cuestión de serhombres, o de no serlo: de meterse en la ciudad, y
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meterse en la casade los Luna, dejaba sola a Sagrario, subiéndose al camaranchón delmaestro de
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Casino; pero él, envez de meterse en la cama, había cambiado
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le correspondía por el mismoconducto, sin dejar de meterse el dedo en la nariz
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A su edad debíaquedarse en casa, sin meterse a guiar
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de su torre para creer en la igualdad (no de laalegría, sino de la desesperación ó del remordimiento), tendría quedejar su castillo, meterse en el sombrío convento del augusto valle ygolpearse la frente contra el
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mostrabanuna compunción poco ordinaria y se abstenían de meterse el dedo en
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herirse con las rodillas ni meterse los codos en
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—No le tiene cuenta ahora a Primitivo meterse en dibujos
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Acabó por meterse en la habitación, pero dejando la puerta
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meterse, habíaconseguido ser albergado en la casa del
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había encontrado en la calle; y sin meterse en más
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volvió a meterse en su cuarto, mohíno ymaltratado por la rechifla, que él se exageraba y se
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Hoy, para medrar, no hay más que meterse con el Gobierno
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Con esto, amiga de chismes, de meterse en líos y enredar a la
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camisa? Eso tiene meterse en la Bolsa y hacer gracias;claro, las
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A este fin quería el santo varón ir en persona á meterse de por
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Marcosle intimó que no debía meterse en lo que no le
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—No ha de ser—dijo el Sustantivo Mal, que en todo había de meterse
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Los sargentos lo adoran y son capaces de meterse con él en unhorno
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á meterse en su pueblo, á media legua de allí
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Volvieron a meterse en la taberna los cuatro hombres, y poco después seunieron a ellos Manisch, el
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Meterse en un agua tan fría, a veces hasta los hombros, cuando tenía que hurgar entre las piedras del lecho del arroyo, era un trabajo muy desagradable
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Los otros parecían divididos por igual entre meterse con él por aplastar
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A pesar de lo tarde que era, no podía tolerar la idea de meterse en la cama
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Félix volvió a meterse la bolsa de tabaco en el bolsillo y empezó a apretar el tabaco firmemente en la cazoleta de su pipa
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«Es posible», le respondo, sabiendo que ahí no hay señal alguna «Posible no es palabra de tribunal», comenta el otro, sentencioso, y al punto caigo sobre una borda de la barca, que ha ido a meterse, de proa, en una red de lianas
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Ni en sus sueños más descabellados podría un tipejo semejante haber tenido pensamientos (¡o deseos!) de meterse en la cama de una mujer como Anna France
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–¡Anda, qué pregunta! ¡Pues meterse en el Rolls y decirle a la choferesa que le enchufe el fresco! ¿Para qué lo tiene?
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—¿Va a meterse en la boca del lobo? Esta sala rezuma detectives y altos dignatarios del gobierno
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No hay nada más agotador para un buen luchador que meterse en un combate en el que lo imprescindible es conservar la vida del enemigo
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Me hice algo amigo suyo, dejándolo de saludar años más tarde, cuando, nuevamente en España, tuvo el poco talento de meterse a falangista
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Dejaba Ignacio su valiente aventura para meterse en otra, en donde las cornadas son a veces más graves
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Cuando casi pasadas tres horas dio por terminado su drama, todavía tuvo gracia y arrestos para meterse infantilmente las manos en los bolsillos del chaleco en busca de aquellos menudos papelillos en los que llevaba garrapateados sus poemas, esos que de improviso le asaltaban en medio de la calle, anotándolos bajo un farol, en los sitios más inesperados
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Abigail y su padre lo entendieron así, y aquel complicado trajín de los jarrones y los cuadros les estaba proporcionando plata en bruto sin necesidad de meterse en más problemas
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De hecho, por cada traficante suele haber unos quinientos consumidores, y también sé que en el mundo de los cantantes, los artistas y los ejecutivos, meterse de tanto en tanto un «toque» es casi un detalle de buen gusto
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Me preguntaba qué persona normal querría meterse en el Josephine's tras el efecto acumulativo de la acera encantada, el vehículo que desaparece solo y el trasgo de la puerta
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Cuando protestó, empezó a meterse con ella, y llamó la atención
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¿A quién buscaban? Bueno, tal vez yo no fuera la única mujer del mundo que podía meterse en problemas
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Quizá quiera meterse en tus pantalones, pero los derechos de los vampiros la traen al pairo
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A veces, en su rabia, me tomaba por uno de ellos y se lanzaba contra mí, gesticulando como si fuera a destrozarme; pero me reconocía a tiempo y volvía a meterse en la tienda y a echarse en su lecho, lo que intuía por la dirección de su voz
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—Y todos volvieron a meterse el pulgar en la boca, pues no querían perder ni un minuto
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Los knnn cantaban de un modo irracional cuando estaban contentos, cuando se encontraban enamorados o, quizá, para hablar entre ellos, Nadie lo sabía salvo posiblemente los tc'a y los tc'a jamás habían discutido tema alguno sin meterse antes en mil ramificaciones laterales que precedían al asunto realmente importante, dando muestras de una mentalidad tan propia de los reptiles como propios de éstos eran sus movimientos físicos
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También Tully se presentó, pese a sus morados y dolores, para meterse en la cocina con Khym (¡dioses!) y con Hilfy, para preparar el desayuno
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Algo de agua y jabón encima, unos pantalones nuevos y limpios, acercarse a la cocina si había tiempo para ello y meterse comida en el vientre
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Pero Olivier advierte otra circunstancia todavía más inexplicable: que en lugar de procurarse terreno sólido aquel regimiento de locos, dejando el río a su espalda, mediante un avance desconsiderado no hace más que meterse en el fango como un puñado de moscas que se mete en la miel
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En su alegre habitación, pintadas las paredes de un color azul, el juez se desnudaba dispuesto a meterse en la cama
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El alivio que experimenté al separarme de Pagett y sus aficiones a meterse en todo fue enorme y la señorita Pettigrew es indudablemente una mujer muy útil
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Soy un distinguido viajero inglés que tuvo la desgracia de meterse a husmear en cierta tienda de curiosidades
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Desmond acaba siempre por meterse en callejones sin salida y Francis es quien siempre aparece en el momento oportuno para salvar la situación
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Bobby vio que Frankie acudía corriendo a la escena del crimen y se apresuraba a meterse entre los restos del coche
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Se levantaba y se vestía antes que yo, y se ponía el pijama justo antes de meterse en la cama
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Mientras seguían a la elfa para abandonar el saledizo y meterse en el retorcido bosque que cubría como un manto la montaña, Orik dijo a Eragon al oído:
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Apenas se encontró en tierra, no trató de hacer frente a los hombres, sino de meterse corriendo en el bosque; pero el señor Albani, que sabía con que especie de animal, se las había, le hizo rodar por el suelo con cuatro estacazos, y sacando del bolsillo una cuerda delgada, se la ató al cuello, diciendo:
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Estaban a punto de volver la espalda al mar y meterse entre las altas rocas de la costa, cuando preguntó el maltés:
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Lo que hacen es meterse todos los bocados masticados en los bolsillos del vestido
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Me deja la ventana del dormitorio abierta antes de meterse en la ducha
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Encogida entre sus sábanas, la seguía con la vista en su rutina de terminar el día y meterse a la cama
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No va a meterse con nosotros
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Le dije que Alba es mi única nieta, que me he ido quedando solo en este mundo, que se me ha achicado el cuerpo y el alma, tal como Férula dijo al maldecirme, y lo único que me falta es morir como un perro, que esa nieta de pelo verde es lo último que me queda, el único ser que realmente me importa, que por desgracia salió idealista, un mal de familia, es una de esas personas destinadas a meterse en problemas y hacer sufrir a los que estamos cerca, le dio por andar asilando fugitivos en las embajadas, lo hacía sin pensar, estoy seguro, sin darse cuenta que el país está en guerra, guerra contra el comunismo internacional o contra el pueblo, ya no se sabe, pero guerra al fin, y que esas cosas están penadas por la ley, pero Alba anda siempre en la luna y no se da cuenta del peligro, no lo hace por maldad, todo lo contrario, lo hace porque tiene el corazón desenfrenado, igual como lo tiene su abuela, que todavía anda socorriendo pobres a mis espaldas en los cuartos abandonados de la casa, mi Clara clarividente, y cualquier tipo que llegue donde Alba contando el cuento de que lo persiguen, consigue que ella arriesgue el pellejo para ayudarlo, aunque sea un perfecto desconocido, yo se lo dije, se lo advertí muchas veces que podían ponerle una trampa y un día iba a resultar que el supuesto marxista era un agente de la policía política, pero ella no me hizo caso, nunca me ha hecho caso en su vida, es más testaruda que yo, pero aunque así sea, asilar a un pobre diablo de vez en cuando no es una fechoría, no es algo tan grave que merezca que la lleven detenida, sin considerar que es mi nieta, nieta de un senador de la República, miembro distinguido del Partido Conservador, no pueden hacer eso con alguien de mi propia casa, porque entonces qué diablos queda para los demás, si la gente como uno cae presa, quiere decir que nadie está a salvo, que no han valido de nada más de veinte años en el Congreso y tener todas las relaciones que tengo, yo conozco a todo el mundo en este país, por lo menos a toda la gente importante, incluso al general Hurtado, que es mi amigo personal, pero en este caso no me ha servido para nada, ni siquiera el cardenal me ha podido ayudar a ubicar a mi nieta, no es posible que ella desaparezca como por obra de magia, que se la lleven una noche y yo no vuelva a saber nada de ella, me he pasado un mes buscándola y la situación ya me está volviendo loco, éstas son las cosas que desprestigian a la Junta Militar en el extranjero y dan pie para que las Naciones Unidas comiencen a joder con los derechos humanos, yo al principio no quería oír hablar de muertos, de torturados, de desaparecidos, pero ahora no puedo seguir pensando que son embustes de los comunistas, si hasta los propios gringos, que fueron los primeros en ayudar a los militares y mandaron sus pilotos de guerra para bombardear el Palacio de los Presidentes, ahora están escandalizados por la matanza, y no es que esté en contra de la represión, comprendo que al principio es necesario tener firmeza para imponer el orden, pero se les pasó la mano, están exagerando las cosas y con el cuento de la seguridad interna y que hay que eliminar a los enemigos ideológicos, están acabando con todo el mundo, nadie puede estar de acuerdo con eso, ni yo mismo, que fui el primero en tirar plumas de gallinas a los cadetes y en propiciar el Golpe, antes que los demás tuvieran la idea en la cabeza, fui el primero en aplaudirlo, estuve presente en el Te Deum de la catedral, y por lo mismo no puedo aceptar que estén ocurriendo estas cosas en mi patria, que desaparezca la gente, que saquen a mi nieta de la casa a viva fuerza y yo no pueda impedirlo, nunca habían pasado cosas así aquí, por eso, justamente por eso, es que he tenido que venir a hablar con usted, Tránsito, nunca me imaginé hace cincuenta años, cuando usted era una muchachita raquítica en el Farolito Rojo, que algún día tendría que venir a suplicarle de rodillas que me haga este favor, que me ayude a encontrar a mi nieta, me atrevo a pedírselo porque sé que tiene buenas relaciones con el gobierno, me han hablado de usted, estoy seguro que nadie conoce mejor a las personas importantes en las Fuerzas Armadas, sé que usted les organiza sus fiestas y puede llegar donde yo no tendría acceso jamás, por eso le pido que haga algo por mi nieta, antes que sea demasiado tarde, porque llevo semanas sin dormir, he recorrido todas las oficinas, todos los ministerios, todos los viejos amigos, sin que nadie pueda ayudarme, ya no me quieren recibir, me obligan a hacer antesala durante horas, a mí, que les he hecho tantos favores a esa misma gente, por favor, Tránsito, pídamelo que quiera, todavía soy un hombre rico, a pesar de que en los tiempos del comunismo las cosas se pusieron difíciles para mí, me expropiaron la tierra, sin duda se enteró, lo debe haber visto en la televisión y en los periódicos, fue un escándalo, esos campesinos ignorantes se comieron mis toros reproductores y pusieron mis yeguas de carrera a tirar del arado y en menos de un año Las Tres Marías estaba en ruinas, pero ahora yo llené el fundo de tractores y estoy levantándolo de nuevo, tal como lo hice una vez antes, cuando era joven, igual lo estoy haciendo ahora que estoy viejo, pero no acabado, mientras esos infelices que tenían título de propiedad de mi propiedad, la mía, andan muriéndose de hambre, como una cuerda de pelagatos, buscando algún miserable trabajito para subsistir, pobre gente, ellos no tuvieron la culpa, se dejaron engañar por la maldita reforma agraria, en el fondo los he perdonado y me gustaría que volvieran a Las Tres Marías, incluso he puesto avisos en los periódicos para llamarlos, algún día volverán y no me quedará más remedio que tenderles una mano, son como niños, bueno, pero no es de eso que vine a hablarle, Tránsito, no quiero quitarle su tiempo, lo importante es que tengo buena situación y mis negocios van viento en popa, así es que puedo darle lo que me pida, cualquier cosa, con tal que encuentre a mi nieta Alba antes que un demente me siga mandando más dedos cortados o empiece a mandarme orejas y acabe volviéndome loco o matándome de un infarto, discúlpeme que me ponga así, me tiemblan las manos, estoy muy nervioso, no puedo explicar lo que pasó, un paquete por correo y adentro sólo tres dedos humanos, amputados limpiamente, una broma macabra que me trae recuerdos, pero esos recuerdos nada tienen que ver con Alba, mi nieta ni siquiera había nacido entonces, sin duda yo tengo muchos enemigos, todos los políticos tenemos enemigos, no sería raro que hubiera un anormal dispuesto a fregarme enviándome dedos por correo justamente en el momento en que estoy desesperado por la detención de Alba, para ponerme ideas atroces en la cabeza, que si no fuera porque estoy en el límite de mis fuerzas, después de haber agotado todos los recursos, no hubiera venido a molestarla a usted, por favor, Tránsito, en nombre de nuestra vieja amistad, apiádese de mí, soy un pobre viejo destrozado, apiádese y busque a mi nieta Alba antes que me la terminen de mandar en pedacitos por correo, sollocé
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Simón observó el incidente sin intervenir ya que la experiencia le dictaba que malo era meterse en camisas de once varas cuando nada le iba en el envite
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Patrullas de vigilancia rondaban en coches por las calles y en un momento dado le pareció prudente meterse entre las ruinas de un inmueble y trajinar una vieja mecedora simulando estar buscando algo
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—¿Veinticinco dólares? ¿Piensa meterse en el agua, por esa cantidad?
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A la Iglesia no le gusta meterse en corrales ajenos mientras que se mantenga su influencia en el condado y los cepillos de las limosnas estén llenos, pero aunque así fuera, si actuamos con sagacidad todo podrá continuar igual
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Hubiera sido preferible quizá que su relación hubiese sido más vulgar, más convencional: si hubiesen sido un joven matrimonio medio en aquella España de los ochenta, la decisión de Matilda de meterse en negocios hubiera sido igualmente firme quizá, pero menos profunda, más de moda
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Antes incluso de ser cuerpo glorioso (Juan ha decidido aplicarse a sí mismo, aunque, como buen agnóstico sólo a título poético la medicación teológica que recomendó para Emilia), antes incluso de enfermar de cáncer, antes de meterse en los negocios, siempre, desde que Juan Campos alcanza a recordarla, participó Matilda de las condiciones de los bienaventurados resucitados: impasibilidad sutileza, agilidad claridad
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La vigencia del principio de la identidad de los indiscernibles es tan fuerte ahora que Angélica tiene la impresión de acabar de meterse entre pecho y espalda dos tequilas reposados, uno tras otro
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Si decía que no, ellos podían a su vez decirle dónde podía meterse su opinión y, como no tenía poder para imponerla, de todas maneras harían lo que quisieran y él quedaría descolocado, preguntándose quién había tenido razón
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¿Qué más podía desear? Sin embargo, había ido a meterse con una joven soltera, a mostrarse en los cines, a hacerle promesas imposibles
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A Laura le daba miedo incluso meterse el dedo
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Volvió a meterse la radio en el bolsillo y miró su reloj-