1.
El Presidente de la Alta Corte de Justicia, doctor Miguel Peña, dice en su defensa posterior ante el Senado, que la votación de la causa por parte de los tres ministros y los dos jueces militares, tuvo el siguiente resultado: Coronel Encino- so, por la absolución
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Doctor Peña, absolución
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De esta caótica situación surgió la determinación del doctor Miguel Peña de no firmar la sentencia, como ya se dijo, a lo cual dada su posición estaba formalmente obligado
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Juan de la Peña: que para hacer esta peticion deputóal reverendo Antonio arzobispo de Atenas, y que reunidos los monges encapítulo deliberaron entregarlo, de lo cual el dicho arzobispo, yBernardo prior, hicieron relacion al rey D
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Briz en la historia de San Juan dela Peña página 757 cap
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Francisco de la Peña Fernandez, se dijo: Que
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qué estaba procesado por un delito que laOrdenanza castiga con peña de muerte
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peña en la cual te sientas a contemplar la puestadel sol
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Melchor Peña, entrando con frecuencia en la casa, estaba al tanto decuanto ocurría en el seno
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Él sólo era elhijo de Melchor Peña, con toda la inocencia, la hombría
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y Melchor Peña había muerto
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Juan de la Peña, y
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Manuel de la Peña, que viene por la Casa del Rey—contestó uno que a
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Miguel Peña; en Hacienda y Relaciones exteriores, elLicenciado Diego Bautista Urbaneja; y el otro concerniente á la
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Más quería traer peña, que loriga en yjares
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Después del baile en lo de Peña, he estado con ella muchas veces—ensu casa, desde luego, todos los
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gobernador Don Marcelino de la Peña
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desdeñado de la señora Oriana, a hacerpenitencia en la Peña Pobre, mudado su nombre en el de
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voluntad, de que se retiró a la Peña Pobreen compañía de un ermitaño, y allí se hartó de llorar y
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delarroyo, hay algunas que, surgiendo de la dura peña, arrastran pepitas deoro en sus aluviones
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Alvaro Peña se levanta exaltado a su vez, ardiendo en noble
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al señor Peña, meimaginaba estar en el Agora de Atenas
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Al divisarlos Peña, se estremeció de ira y de
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rezagado, y tuvo que sufrir las caricias delbastón de Peña buen
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Peña y SinforosoSuárez «para que fueran a entenderse» con el
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¡Aquel Peña era un hombre tan expeditivo!
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alterado y bramando en su interiorcontra Peña, contra el
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Mientras Peña, en
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Peña, marino, ¿no es eso? Oh,el cuerpo de la armada, siempre
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Cierta tarde, con la seguridad que le dieron de que Peña había
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Cumplieron el suyo también, Peña y don Budesindo,
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pistolashabían de usarse, las que había traído Peña, o las del
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respetable, la romería de Nuestra Señorade la Peña, en el
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corte de la Peña se encuentra á estas horas bañado por elsol
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Sentados sobre la Peña bebían por su entreabierta boca el aire de lasalturas, nítido y
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esfuerzo los hizo rodar por la pendiente de la Peña
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No poco he leído yo en El ente dilucidado del padre Fuente la Peña, yen El
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extraviósus razones hasta el extremo de llegar al espanto, fué la aparición, porla Peña del Cuervo, de un
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Del Cuzco, y de Quito el sábio Peña;
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Uno que iba á pescar á la Peña Pobre, y moraba en la tierra
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estaban vivos,puesto que se les oía hablar a través de la peña
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Entonces vio un espacioso agujero, que la peña no permitía
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—El ladrón estaba durmiendo en una peña, con el trabuco en
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Una tarde, sentado sobre una peña en la hondonada que corre entre elConvento de
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retorciéndose y escapándose por encimade la peña, como si los muertos de aquel día y
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—Juan Claudio: aquel que ha levantado esta peña hasta el cielo, que haabierto esos
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El anciano Brenn, al borde de la peña, con su pipa negra entre losdientes, las
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Hullin, dirigiéndose en seguida hacia la pendiente de la peña, vio, enefecto, a un
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vuelta de espaldas al borde de la peña, parecióllamar un momento la atención del
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De vez en cuando avanzaba hasta los bordes de la peña, y con lasmandíbulas
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de la peña, se veíanbrillar, en el fondo del abismo, algunas hogueras de los alemanes
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peña y blandía lalanza por encima de su cabeza
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A lo lejos, su enemigoPrometeo lamentábase, aherrojado en una peña del
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Don Manuel Peña, asturiano, casado con una criolla buena moza,desde el mostrador o taberna del pueblo había ascendido a Capitánpedáneo, especie de Juez de paz, y única circunstancia por la cual losamos del ingenio de La Tinaja le sentaban a su mesa
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de la peña con su espumoso mazazo,haciéndole dejar en las
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tapaban el abismo; y sosteniéndose con una mano enlas asperezas de la peña, alargó la otra hasta
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una mirada inquieta por los contornos de la peña
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torrentes de luz sobre la arena; las olas azules y blancasciñendo una peña donde los
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"Volví a la ribera con el caballo, volví asimismoa subir en él, y, por los mismos pasos que primero, leincité a saltar segunda vez; pero no fué posible,porque, puesto en la punta de la levantada peña, hizo tantafuerza por no arrojarse, que puso las ancas en el suelo yrompió las riendas, quedándose clavado en la tierra
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Club con sus amigos a las dos en punto y Tristán de la Peña a
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lejos,cerrando el espacio abierto entre Peña Sagra y los dos
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dejaraguiar por las indicaciones del párroco don Sabas Peña; y si
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tres de los más lanudosy graves, sentados en una peña del fondo;
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Canelo desapareció pronto al otro lado de la peña, y
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Entre la peña y la base del talud había un espacio dealgunas
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En aquel espacio, muy arrimado a la peña y con
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60 Y lo puso en su sepulcro nuevo, que habia labrado en la peña: y revuelta
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53 Y quitado, le envolvió en una sábana: y le puso en un sepulcro abierto enuna peña, en la cual ninguno
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60 y le puso en un sepulcro suyo nuevo, que habia labrado en peña; y
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La mejor edición de la obra del Obispo Peña y Montenegro
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Cavóse en peña viva para el fundamento y armar el cimiento,
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Peña de los enamorados
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El orgullo del chamorri era tal, que suponía procedían todos losmales de otros pueblos, creyendo que la humanidad tenía el origen ensus islas, y que las virtudes habían nacido de la peña de
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La escarpada peña cría verdura,el cielo presta tibios ambientes, los pájaros alegres cantos,las flores deliciosas emanaciones, el arroyo tiernos murmurios ycristalinas aguas, los árboles sabrosos frutos, y el cielo claridady hermosura
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requieren gran cuidado,elevándose lo mismo en las grietas de la peña que en los abonadoscampos del
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Vieron el extranjero y Martín las otras iglesias del pueblo, la Peña delos Castillos y la parroquia de Santa María, y volvieron a comer
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Cumplido el propósito, con magistral manejo del timón y una que otra peña sorteada a la pértiga, me hallé aquel mediodía en una prodigiosa ciudad en ruinas
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Diole de vestir Sancho, y, en el entretanto que se vestía, contó el cura a don Fernando y a los demás las locuras de don Quijote, y del artificio que habían usado para sacarle de la Peña Pobre, donde él se imaginaba estar por desdenes de su señora
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En el portal se me unió Peña
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Era que la de Peña, ocupada en hacer compras para arreglar su nueva casa, no se decidía en la elección de cosa [289] alguna sin previa consulta conmigo
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Pero la peña era bastante grande y estaba lo suficientemente adherida a su cimiento artificial, para que la pudiesen arrancar fuerzas humanas, ni aun las del mismo Hércules
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El Corsario no apartaba los ojos de la peña sobre la cual debía aparecer la reina de los antropófagos
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También le dio las señas de un dirigente socialista en la capital, que lo acogió en su casa los primeros días y luego le consiguió un trabajo como cantante en una peña de bohemios
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Eso era lo único en lo que Julio Carrión González podía pensar cuando llegaron a la orilla y se encontraron con el cañón del naranjero de Pancho, que les apuntaba desde detrás de una peña
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La cuerda se deslizó sobre la parte baja y curva de la peña; pareció que iba a pasar por encima de ella, pero entonces quedó prendida en un saliente
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-Pues si no hay enemigos en Bailén, ¿qué es eso de atacar a Bailén? Se tratará de ocuparlo para luego avanzar por el arrecife y embestir a Dupont y a Vedel por la espalda, mientras Castaños, Jones y Peña lo atacan de frente
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-No señor, estaba sola, sentada como yo sobre una peña, y con los nevados pies dentro del agua, que movía ruidosamente haciendo saltar frías gotas las cuales salpicando me mojaron el rostro
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El jueves por la noche entraban en Trespaderne, a punto que salía un destacamento de fuerzas cristinas, y no tardaron en informarse de que una partida que había bajado del puerto de los Tornos, y otra que anduvo por Peña Complacera, se juntaban en San Pelayo, punto muy principal del valle de Mena, para recorrer aquellos pueblos y llevarse cuanto encontraran
89.
Guareciéronse en el socaire de una peña
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Por los desfiladeros del río de la Cenia, faldeando la Peña del Águila, pasaron de la zona de Rosell a Benifazá, y a la célebre abadía cisterciense fundada por D
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No era lego en arqueología el buen aragonés, y sentía verdadera pasión por el estilo llamado románico y su elegante austeridad: en tiempos más felices había visitado con entusiasmo de artista los monasterios de Veruela y San Juan de Peña; conocía el de Rueda como [182] su propia casa, y todo lo románico y gótico del siglo XIII que encierran las ilustres villas y ciudades de Aragón
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º de la Guardia, y al amanecer del día siguiente, 27 de Abril, salieron en la dirección que se les indicó como más conveniente para encontrar a O'Donnell; pero no lograron su propósito, pues el que Wilde llamaba [274] el gran irlandés habíase remontado en la vertiente de la peña del Moro hasta una altura en que era muy difícil alcanzarle ya
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Incansables, comenzaron por la noche la operación de subir las piezas; pero al amanecer del 12, hallándose el general en una ermita desmantelada donde pasó la noche, sin otro alimento que un pedazo de pan y un chorizo que llevaba en sus pistoleras, por cama la dura peña, por descanso la impaciencia ansiosa, recibió un parlamentario de Maroto con las condiciones para rendir el fuerte
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Oyó Santiuste que gritaban: ¡Baza, Baza! Iban a salir los Cazadores de este nombre para rechazar a los moros, que ya zancajeaban dando alaridos de peña en peña
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Traspasaron los expedicionarios el riscoso laberinto en cuyo seno está San Juan de la Peña, cuna gloriosa de la nacionalidad aragonesa; descendieron al valle del Gállego, vadearon este río, y siguiendo por terreno quebrado, amanecieron en un pueblo llamado Linás, donde estaban Pierrad y Moriones
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Deseaba el señor Peña ocasión para zafarse del enfadoso lavatorio y planchado de las monjiles conciencias
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El mandadero de las Servitas de la calle de San Leonardo, Cástulo Verdugo, consuegro de Celestina, me trajo una mañana la noticia de que había muerto a media noche el santo varón don Hilario de la Peña
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Como tenía prisa, los condenó a muerte sobre indicios insuficientes y, aprovechando que estaban en Martos, ciudad famosa por su peña, decidió que la ejecución consistiría en despeñar a los reos en sendas jaulas de hierro desde la altísima peña
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Algunos historiadores antiguos insisten en que su poco juicio en comer y beber le acarrearon la muerte, pero la leyenda es tan persistente que incluso ha dejado, al pie de la peña de Martos, una columna de piedra rematada en cruz que señala el lugar donde se detuvieron las jaulas de los condenados después de rodar por la escarpada ladera
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«Preferiría que salieras con Peña que con ese peruano del orto»