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prólogo
1. Quien desee averiguar la opinión de los contemporáneos de Lope de Rueda,ó de la generación que le siguió, ya considerado como poeta, ya comoactor, ha de recurrir necesariamente al prólogo de Cervantes á las ochocomedias y entremeses
2. prólogo de su libro, en el cual explicaba paso a paso cómo había
3. con todas sus fantasmagorías y con todas sus magias:hasta con el Prólogo en el cielo
4. Cuando Atenea, en el prólogo, le suplica a Zeus que libere a
5. En el prólogo también se dice que Ulises sufre a causa de las “pruebas”a las cuales será sometido
6. Este hilo conductor parte de la intimación a la sabiduría hecha por Zeus en el prólogo y se desata, durante todo el desarrollo, en el pasaje de la sabiduría al arte: el arte de transformarse y el arte de saber crear la segunda belleza
7. muerte es siempre en ellael prólogo de una resurrección
8. alcanzado a vislumbrar el prólogo, y que en sus páginasencierra
9. publicada por el mismo Lope y encuyo prólogo rechaza por
10. en el prólogo de El Peregrino, se disculpa de que éstas
11. Prólogo á las Meditaciones para cada día del año (1602)y la Dedicatoria al Sermón
12. mismas quise hacer este prólogo; en el cualverás, lector suave, la discreción de mi amigo, la
13. reducidos a latriste condición de prólogo sin libro y preludio sin
14. Novela con un prólogo de la Condesa
15. prólogo, encolaboración con Ramón Pérez de Ayala
16. romancito: diga usted en el prólogo que las hizo en los ratosperdidos que sus
17. habla de estos coloquios GasparAcosta en el prólogo de su tratado de las drogas i
18. Y con este prólogo de
19. Por el prólogo le
20. El prólogo del jefe lo habían publicado todos los periódicos delpartido
21. Prólogo a "La creación del
22. Madrid, en el curso de 1882-73, con un prólogo del Excmo
23. En el breve Prólogo impreso a la cabeza de la presente edición me dejédecir que tenía
24. Canciones romances y poemas,con prólogo de D
25. Tan accidentado comienzo fue el prólogo de una de las historias de amor más largas e intensas que registra la Historia
26. Traducción y prólogo de Jesús Munárriz
27. Por supuesto, no consiguió animar a nadie, no como mínimo en aquellas primeras horas, cuando ni uno solo de los hechos que ocurría en el hemiciclo -ni siquiera el hecho de que la autoridad militar anunciada no llegase, ni siquiera el hecho de que los asaltantes hubieran permitido la salida del Congreso a quienes no ostentasen la condición de parlamentarios- servía para apaciguar el desasosiego de los diputados: durante mucho rato el cataclismo pareció ineludible y los nervios, la rabia y el comportamiento brutal de los guardias civiles no amainaron, y hacia las siete y media, después de que el parpadeo repetido de la iluminación de la sala hiciera temer a los secuestradores un corte deliberado del fluido eléctrico que fuese el prólogo de un intento de sacarlos del Congreso por la fuerza, el teniente coronel Tejero redobló la vigilancia de los accesos al hemiciclo y exigió a voz en grito a sus hombres que en caso de apagón hicieran fuego al menor roce o movimiento extraño, y acto seguido ordenó descuartizar algunas sillas para armar frente a la tribuna de oradores una pira con que suplir la posible falta de luz, cosa que propagó un escalofrío entre los diputados, convencidos de que una hoguera provocaría el incendio automático de aquel recinto tapizado de gruesas alfombras y maderas nobles
28. En el año 2000, cuando su mujer y su hija todavía estaban vivas, Suárez puso un prólogo a un libro que la segunda escribió sobre su dolencia
29. Ambos poemas los incluí en el libro, poniendo el segundo como prólogo al ordenarlo definitivamente
30. ahora que le había escrito su prólogo, le pertenecía
31. Avanzaron los tres recién llegados por un estrecho pasillo siguiendo al juez y al médico, quien por cierto no había abierto la boca durante el prólogo que mantuvieron el magistrado y el de la cicatriz
32. No menos alarmante para los oficiales de inteligencia alemanes era el no detectar tráfico radio entre el "Frente de Leningrado" y varias de las Divisiones del 67º Ejército (el que había abierto el pasillo al sur del Ladoga), ya que este "silencio radio" solía ser el prólogo a un ataque en masa
33. O al menos eso era lo que le habría parecido a un observador cualquiera, pero a Sila se le antojó el prólogo de una maravillosa farsa
34. Y a los pocos instantes de que fuera votado este acuerdo, a estilo de Convención, se oyó claramente en todo el edificio ruido lejano de tiros, con lo que algunos se alegraron viendo justificada la actitud de los firmantes de la proposición, y celebraban la lucha, prólogo quizás de un airoso morir, mientras otros, revistiéndose de prudencia, se escabullían hacia las puertas de Floridablanca y el Florín, para ir a buscar el seguro de sus casas
35. En apoyo de esta opinión hay una referencia en el prólogo del libro
36. –Eso es evidente en el prólogo
37. Dejando aparte la recopilación de Ayer y hoy, libro del que se trató extensamente en el prólogo, el cual reúne todos los artículos de 1936, casi la totalidad de 1937 y algunos de 1938, hay que decir que en las reproducciones es general el cambio de puntuación, la conversión de mayúsculas en minúsculas y viceversa, la alteración, aunque poco frecuente, del orden de las palabras, la sustitución de unos vocablos por otros y la eliminación o añadido de líneas y de párrafos
38. Alejandro Dumas, padre, que era un gran pirata literario, aprovechó la seudo profecía de La Harpe, que la situó en el palacio del Duque de Richelieu, ya viejo, substituyó a Cazotte por Cagliostro en calidad de visionario e hizo un magnífico prólogo a su novela "El collar de la Reina"
39. Pero quizás ese caso es el prólogo de la confusión
40. Yo he leído en el prólogo de un libro de Neuropatía, que cayó al azar en mis manos, consideraciones muy razonables sobre los efectos de las ideas fijas en nuestro organismo
41. Aquel miércoles por la tarde, cerró el Diario de Salomon Tauber, después de leer el prólogo, se recostó en su sillón y miró al joven reportero, sentado frente a él
42. (Para un análisis y referencias de ello, véase el libro de 1999 de Charles Redman citado en la sección de dedicada al prólogo
43. Gran parte de la explicación tiene que ver con la deforestación en el entorno de baja pluviosidad del Creciente Fértil y con la salinización que arruinó para siempre algunas de las tierras de cultivo más antiguas del mundo (para un análisis y referencias de ello véanse los dos libros escritos o editados por Charles Redman que se citan en la sección de dedicada al prólogo)
44. {49} Véase antes el Prólogo de Zaratustra, y la nota 8
45. Véase el Prólogo de Zaratustra, 3
46. {273} Sarcasmo de Zaratustra contra sí mismo, remedando las palabras del Prólogo del Evangelio de Juan, 1,11: «La Palabra vino a su casa, y los suyos no la recibieron
47. {292} En el Prólogo de Zaratustra, 9, aparecen idénticas calificaciones aplicadas a los hombres deseados por Zaratustra como compañeros
48. {327} Véase el Prólogo de Zaratustra, 6, donde los dos primeros compañeros de Zaratustra son el volatinero que cae de la cuerda y al que Zaratustra entierra, y el bufón que hace caer al primero
49. {407} Véase el Prólogo de Zaratustra, 5, y la nota 22
50. {590} Zaratustra reproduce aquí la misma invocación al sol que pronun ció al comienzo de la obra; véase el Prólogo de Zaratustra, 1