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    urbe frases de exemplo

    urbe


    1. por las estridencias ni la contaminación de la gran urbe


    2. Recuerdo que, viviendo yo en la ilustre y veterana Pilares, vinieron avisitar la urbe mis amigos madrileños Juan Lirio, pintor, y Pedro Lario,que no sé lo que era; él decía que espenceriano


    3. aumentaba elaspecto de ciudad encantada de la gótica urbe


    4. de laciudad vieja, aquella urbe medioeval de curtidores y


    5. infelices que laorgullosa urbe expelía de su seno y acampaban a sus puertas,


    6. entrar en la ciudad deQuinsay, urbe monstruosa de treinta y


    7. Con esfuerzo caminó en dirección al centro de la urbe,


    8. Un aullido rasgó el aire en la urbe encantada


    9. arenas ardientes de Etiopía o de Arabia, no hubo quien fuera indiferente a la seducción que esta urbe ejercía sobre el mundo entero


    10. Saqueos constantes, anarquía, incendios, asesinatos, caos, robos, y finalmente el reparto de la metrópoli y del imperio en manos francas y venecianas terminaron con la gloria de la gran urbe y con los tesoros artísticos y arquitectónicos que había en ella, redujeron barrios enteros a la ruina y al abandono absoluto, porque muchos habitantes (los que pudieron escapar de la masacre, como Nicetas Coniates) sencillamente huyeron al interior del país, especialmente a la ciudad de Nicea, y los que pudieron se fueron a Italia, Hungría, Rusia, Francia o Alemania

    11. Por el contrario, en las zonas más deshabitadas de la urbe se había iniciado un nuevo incendio que vino unido al rumor de que Nerón deseaba construir una ciudad nueva y para lograrlo estaba procediendo a incendiar la antigua


    12. Divisaba ya la urbe cuando sintió que la silla de montar se alejaba de la cruz del equino; descabalgó al punto y, revisando los arreos, observó que habiéndose rasgado el agujero de la cincha donde se alojaba el pasador de la hebilla éste se había unido al siguiente y hacía que todo el conjunto, al haberse aflojado, se desplazara hacia atrás


    13. La otra posibilidad la fundamentaba Simón en que, a lo mejor, el marido de Esther no se resignaba a morar en un lugar donde la cultura no fuere cultivo de nadie y también, por qué no, pensar que a veces donde mejor se disimula uno es entre muchas personas y en una populosa urbe


    14. Pasó luego por el Call, bajó hasta los tinglados de la playa, donde la cantidad de naves que habían echado el hierro en el fondeadero le señaló el inmenso cambio que había sufrido la urbe


    15. Veló por todos los distritos, y había hecho de la joven urbe el punto de convergencia de todo el vasto interior hasta el desierto


    16. La ciudad trepaba por las colinas que la rodeaban y el fiordo se abría paso hasta el núcleo de la urbe


    17. Sólo Dios sabe hasta qué punto podía ser sucia y aborrecible la tarea: personas hacinadas en las casas, pestilentes sentinas cual calderas en ebullición por el calor de la urbe


    18. Yo creo que existe una tendencia a subestimar el número de habitantes de la urbe, que a mí, en los casos en que admiten la cifra de un millón, me parecen pocos


    19. De no ser así, las insulae habrían estado medio vacías y la urbe llena de parques


    20. Su imperium no excedía la quinta piedra miliar a partir de la urbe y no podía estar fuera de Roma más de diez días seguidos

    21. Horas más tarde entraba en la ciudad, llena de vehículos de tracción etérea y tomaba un taxi hacia la oficina principal de la enorme edificación que presidía la urbe


    22. No sin antes vacunarse a sí mismos en contra de las epidemias volátiles, decidieron hacer una desprevenida visita, con la inocencia edénica del ingenuo de Voltaire, a la gran urbe abandonada


    23. Quienes atendían estas obras eran los llamados Carasgrises, hombres y mujeres silenciosos que se movían como espectros bajo las calles adoquinadas de la urbe


    24. No se podía pedir más a una urbe del Camino, desde luego


    25. Hablamos de los tiempos en que Roma era la ciudad más fascinante de la cristiandad, una urbe llena de purpurados, de iglesias, de monumentos, de reliquias, de mesones, de baños, de tabernas, de reñideros, de casas de juego, de prostíb ulos… Pero el conjunto de todos esos atractivos no reunía tanto poder de convocatoria como el paño de la Verónica


    26. La ciudad de Nueva York es la urbe más populosa de Estados Unidos, pero no la de mayor área


    27. En otros tiempos pensó que aquellos túneles eran las raíces de la urbe y de todo movimiento que llegara hasta el cielo; pero ambos, John Galt y ella, constituían el poder viviente dentro de las mismas, el comienzo de todo su objetivo y el significado


    28. Los viandantes, que pasaban camino de la urbe, para efectuar sus compras sabatinas, les miraban con curiosidad


    29. Lo cierto es que había poquísima relación entre el delito y la pena correctiva; era probable que el rayo estuviese abatiéndose en aquel momento sobre algún cheyenita inocente, en el otro extremo de la urbe


    30. Este pueblo crecería hasta convertirse en una ciudad, después en una gran urbe tan vasta como Tar Valon

    31. Cerca de tal urbe, decidió, sería el lugar adecuado para posarse, pero no en un espacio-puerto


    32. Hor semejaba una urbe de gran extensión, con elevados edificios que se alzaban soberbios sobre orgullosas murallas


    33. Las hipótesis reconocían la imposibilidad de aprobar aquellas leyes antes de que alguien consiguiera finalmente hacer saltar por los aires una buena parte de una urbe norteamericana


    34. No podía hacerse a la idea de la radical transformación que había sufrido Barcelona, la laboriosa, emprendedora, culta y abierta urbe mediterránea con dos mil años de historia a cuestas, el archivo de la cortesía que cantó Cervantes


    35. Pero la educación de Salonina y el ambiente que había respirado eran diferentes: casi toda su vida se desenvolvió en la Urbe, y su padre, el senador Salustiano, era un hombre de edad avanzada que, aun teniendo convicciones semejantes a las de Decio, casi se había desentendido de sus hijos, absorbido por sus múltiples ocupaciones y confiado en su joven esposa, una alocada y novelera griega que había conocido siendo gobernador de Tracia


    36. Supongo que el legado Gario se esforzó cuanto pudo en explicarle a Decio el peligro que amenazaba más allá de Viminiacium, en las fronteras que él había defendido fieramente, con escasos medios y poco interés por parte de los soldados que, de tarde en tarde, le enviaban desde la Urbe


    37. Asimismo, se condenaron los abusos de la administración propiciada por él, los desmanes de los funcionarios árabes, la usurpación, el despilfarro de los bienes públicos y la decadencia de la Urbe en los últimos tiempos; sin dejar de poner de manifiesto la fatal connivencia del Senado en todo ello


    38. Por otra parte, en el enorme ejército que se encaminaba hacia la Urbe no se apreciaba ninguna disensión, por leve que fuera, hacia la rebelión que pretendía derrocar al emperador


    39. Decio enviaba carta tras carta a la Urbe, explicando la situación y justificando su postura de intentar una solución pacífica hasta el último momento


    40. ¡Con cuánta claridad recuerdo los acontecimientos que tuvieron lugar en la Urbe! Los restos mortales de Filipo, según las costumbres, se enterraron de una manera espléndida

    41. También, cómo no, acudieron los militares, el prefecto de la guardia de la ciudad y los nuevos funcionarios que acababan de llegar de la Urbe, enviados por la curia recientemente reformada por Decio en su denodado esfuerzo por rehacer la gran Roma que había estado a punto de irse a la deriva


    42. Por eso, las legiones acuarteladas en las fronteras estaban furiosas y se levantaban cada dos por tres contra la urbe


    43. En el año 564 ab urbe condita, el senador Lucio Cornelio Escipión aquí presente, en calidad de magistrado consular cum imperio dirigió la guerra contra Antíoco donde nuestras legiones salieron, como no podía ser de otra forma, victoriosas ante las desorganizadas tropas del entonces rey de Siria, guerra en la que acontecieron sucesos extraños, como el apresamiento y posterior liberación del sobrino del cónsul, sin que sepamos exactamente qué se negoció para conseguir esa liberación


    44. Pomponio y los tribunos de la plebe que iban al principio de la comitiva de embajadores vieron cómo el cónsul impartía una rápida serie de órdenes a sus oficiales y cómo éstos asentían y, veloces, se desvanecían entre las calles de Siracusa, unos a pie, en dirección al Portas Magnus, hacia el suroeste y otros a caballo hacia el noroeste, en dirección al barrio que los ciudadanos de aquella urbe denominaban Neápolis


    45. Para empezar, un paseo por la ciudad, esa ciudad que tanto subestimaban en Roma, la urbe de Siracusa


    46. Quinto Fabio Máximo, apodado Verrucoso por la cada vez mayor verruga de su labio inferior, el hombre que detuvo a Aníbal en las peores semanas de aquella guerra, conquistador de Tarento, cinco veces cónsul de Roma, una vez dictador, augur permanente y princeps senatus vitalicio, se desplomó a los ochenta y un años de edad sobre las teselas de uno de los gigantescos mosaicos de su casa que recreaba con todo lujo de detalles su primer gran triunfo, el que celebrara en el año 521 ab urbe condita, tal y como rezaba al pie del mosaico


    47. Al lado occidental de la avenida, tras los pórticos, se alzaba la vieja muralla que Seleuco I hiciera construir para proteger los antiguos límites de la ciudad, una urbe que había crecido desde los quince mil habitantes de antaño hasta el medio millón de pobladores venidos de todos los rincones del imperio seléucida, una ciudad diseñada por Xenarius imitando los planos de la legendaria Alejandría, urbe a la que cada vez se aproximaba más en esplendor y poder; de hecho, Antioquía era ya conocida como la ciudad dorada, por la enorme cantidad de oro y otras riquezas que fluían por sus calles y avenidas


    48. Recordó su acertada visión al alinearse con Domiciano en los peligrosos acontecimientos del Rin en el año 843 ab urbe condita (89 d


    49. ¡Por Júpiter Óptimo Máximo! ¿No añoráis ese orden, ese poder, ese gobierno en el corazón la urbe? —Hizo una nueva pausa, durante la cual Sabino comprobó que sus palabras empezaban a despertar la reacción que tanto anhelaba, traducida en varios de aquellos veteranos patricios asintiendo con vehemencia—


    50. Los postes de la luz están rodeados de jardines ornamentales de regular elevación, para ocultar, probablemente, que se apoyan en la acera, como los de cualquier otra vulgar urbe



































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    urbe in English