Use "vendedor" em uma frase
vendedor frases de exemplo
vendedor
1. Las negociaciones sobre el precio son siempre largo y no exento a veces de amargos desacuerdos entre el vendedor y el comprador
2. técnicas de venta son el sueño de todo vendedor; las
3. mico era un campesinado diferenciado, perpetuaba una situación en la que el labrador, que no disponía de suficiente tierra, se convertía en un vendedor potencial de fuerza de trabajo, y el productor, con más terreno del necesario para su subsistencia, se tornaba en un comprador eventual de es-ta mercancía
4. de vecinos, amigos, el tendero del ultramarinos, el carte-ro, el vendedor del pan, el cura y, de pronto, la angustia, una expresión de miedo, gemidos, puños apretados
5. vendedor, quien, en el acto, ycon no menores amarguras, los cuenta también; y envueltos en la bula, yla
6. de los sobrinos de su marido y en la calle elcanto del vendedor de flores, mientras
7. Entre el vendedor y Lucía se estableció asíuna intimidad de diez minutos todas las
8. –¡Ustedes han enloquecido! –dijo Samuel, el vendedor estrella de la funeraria
9. Ante las palabras del vendedor de pompas fúnebres, Julio y Nicolás se sintieron traicionados
10. Durante todo un periodo, un tal señor Antoine, que Ernest conocía vagamente, vendedor de pescado en el mercado, de origen maltés, bastante guapo, alto y delgado, y que usaba siempre una especie de extraño bombín oscuro, al mismo tiempo que un pañuelo de cuadros anudado al cuello, metido dentro de la camisa, visitaba regularmente la casa, al caer la tarde, antes de la cena
11. En pocos años multiplicó su capital y consiguió abrir una venta y una posada en Mogontiacum, asociándose con un estúpido vendedor de cerveza con el que luego se casó, pese a que tenía veinte años más que ella
12. Para consuelo de muchos hombres de Renania, el vendedor de cerveza —que, por otra parte, no gozó jamás del monopolio de las gracias de aquella pelirroja incontenible— enfermó pronto del hígado y, al morir, la dejó dueña de la posada y de una floreciente empresa comercial, que ella gestionaba personalmente con un esfuerzo incansable, ya que no sabía privarse del placer de la negociación y de los imprevistos delegando en los demás sus propios asuntos
13. Trataba de volver a ver al viejo vendedor de algarrobas y forraje que, sí, había conocido a su padre, se acordaba vagamente de él y repetía sin cesar: «Poca charla, era de poca charla»
14. {133} Pierre y Jacques se volvían locos por esos pasteles y cuando uno u otro, por excepción, tenían unos céntimos, se tomaban el tiempo de detenerse, de recibir el buñuelo en una hoja de papel, que el aceite volvía en seguida transparente, o el bastoncillo, que el vendedor, antes de entregarlo, bañaba en una tinaja que tenía cerca, al lado del fuego, llena de una miel oscura constelada de miguitas
15. Eligen un número, dan una cantidad, el vendedor lo apunta en una libreta, y si coincide con las últimas cifras de la lotería cobran dependiendo de lo que han apostado
16. Aunque para que la comisión del vendedor llegue a ser consistente tiene que tener muy buenos clientes, y harto sabido es que los estudiantes andan siempre en la «carraplana»
17. Miraba al lugar en que momentos antes viera a Defarge, el vendedor de vino; pero allí estaba el desgraciado padre inclinado, al suelo y a su lado había una mujer haciendo calceta
18. Tan aristocrático era el porte del conde, que hubiera parecido una herejía siquiera insinuar que su padre había sido un oscuro vendedor de granos en Nantes, lo cual, todo sea dicho, era la pura verdad)
19. La anciana recordó a la tía Helen buscando a su vendedor de costumbre en el sector de Alimentación, para después sentarse cómodamente en una silla, vestida con su sombrero y lo que ella llamaba su capa de «popelín negro»
20. Le dio la impresión de ser la trastienda de un vendedor de ropa usada o las bambalinas de una mísera compañía de teatro en gira
21. Le hizo un gesto al vendedor con un dólar en la mano y señaló el periódico que le interesaba
22. Childermass conocía bien al vendedor de tinta, del que se había surtido con frecuencia
23. —Le pido al vendedor o a alguno de los pasajeros que las tomen
24. Con perfecta sincronía, el vendedor de bebidas hizo lo mismo
25. de la colección Lisetsky por encargo de un vendedor anónimo
26. —Una venta encubierta y un vendedor anónimo
27. El vendedor, un viejo con tres dientes, la piel curtida y rugosa y un taparrabos, muy satisfecho de que su tenderete hubiera sido el elegido, cogió los cinco mejores langostinos con unos palillos y los puso en una fuente de bambú
28. El teléfono había funcionado en todos los lugares a los que Blythe lo había llevado, tal como le había prometido el vendedor
29. Se convirtió, pues, en vendedor de cristalería, para lo cual compró un canasto grande, en el que puso sus géneros, buscó una esquina frecuentada y se instaló tranquilamente en ella, apoyada la espalda contra la pared y delante el canasto, pregonando su mercadería de esta suerte:
30. Y mientras se paseaba, mirando a todos lados con sus dos ojos, vió de pronto a dos pasos de él un vendedor que tenía en la mano una manzana
31. Y era tan admirable aquella manzana, roja por un lado y dorada por otro, y gorda como una sandía, que al punto deseó comprarla el príncipe Hossein, y preguntó al que la llevaba: "¿Cuánto vale esta manzana, ¡oh vendedor!?" Y dijo el vendedor: "El precio de tasa ¡oh mi señor! es treinta mil dinares de oro
32. ¡Pero tengo orden de no cederla más que en cuarenta mil dinares, y al contado!" Y el príncipe Hossein exclamó: "¡Por Alah, ¡oh hombre! que esta manzana es muy hermosa, y jamás la vi igual en mi vida! ¡Pero sin duda quieres burlarte al pedir un precio tan exorbitante!" Y contestó el vendedor: "No, ¡oh mi señor! y por Alah que este precio que pido no es nada en comparación con el valor real de esta manzana
33. Y por muy bueno y delicioso que su aroma sea, nada es en comparación con sus virtudes! ¡Y por muy maravillosas que sean sus virtudes, ¡oh corona de mi cabeza! ¡oh hermoso señor mío! nada son en comparación con los efectos benéficos que reporta a los hombres!" Y dijo el príncipe Hossein: "¡Oh vendedor! ya que así es, date prisa a hacerme aspirar primero su aroma
34. ¡Y luego me dirás cuáles son sus virtudes y efectos!" Y tendiendo la mano, el vendedor acercó la manzana a la nariz del príncipe, que hubo de aspirarla
35. Y tan penetrante y tan suave parecióle su aroma, que exclamó: "¡Ya Alah! ¡se me ha pasado todo el cansancio del viaje, y estoy como si acabara de salir del seno de mi madre! ¡Ah! ¡qué inefable aroma!" Y dijo el vendedor: "Pues bien, señor; ya que por ti mismo acabas de experimentar efectos tan inesperados aspirando el aroma de esta manzana, has de saber que la tal manzana no es natural, sino fabricada por la mano del hombre; y no es fruto de un árbol ciego e insensible, sino fruto del estudio y las vigilias de un gran sabio, de un filósofo muy célebre, que se pasó toda la vida haciendo investigaciones y experiencias respecto a las virtudes de las plantas y de los minerales
36. Aquella tienda era de un vendedor de cabezas y patas de carnero
37. Pero no había contado con el vendedor de cabezas, quien, previendo mi impulso, permanecía en el umbral, inconmovible, con el terrible bastón de nudos en la mano
38. Y tras de consentir el vendedor en este cambio, quedó ultimado el trato
39. Desgraciadamente es el vendedor quien fija el precio —dijo César con un profundo suspiro—
40. Ha llegado hasta mi conocimiento entre lo que ha llegado hasta mi conocimiento, que en la ciudad de El Cairo había un honrado y respetable vendedor de garbanzos, a quien el Donador había concedido tres hijas por toda posteridad
41. Y aunque por lo general las hijas no traen consigo bendiciones, el vendedor de garbanzos aceptaba con resignación el don de su Creador y profesaba mucho cariño a sus tres hijas
42. Porque su padre, el vendedor de garbanzos, hombre excelente, quería que tuviesen una educación esmerada, a fin de que el Destino les pusiese en el camino de su matrimonio, hijos de mercaderes y no hijos de cualquier vendedor como él
43. Y al día siguiente, cuando todo estuvo dispuesto como era debido, el vendedor de garbanzos se fué a palacio, y entró en el aposento del hijo del sultán de la manera y el modo requeridos, vestido y desnudo a la vez, riendo y llorando al mismo tiempo, andando y cabalgando en el mismo momento, en tanto que el borriquillo, asustado, se había puesto a rebuznar y a echar cuescos en medio de la sala de recepción
44. Y de tal suerte, la hija del vendedor de garbanzos, sin encontrar ningún obstáculo ni la menor señal de resistencia, llegó sin contratiempo a la habitación en que de ordinario se hallaba la mala persona del hijo del sultán
45. Entonces se presentó un vendedor de haschisch que quiso comprar el camello
46. Se detuvieron a comprar una empanada a un vendedor que hacía años estaba instalado con su tenderete ante la casa oficial del flamen dialis
47. Antes de 2003 sus vecinos, hermanos y amigos decían que era un musulmán moderado, vendedor de profesión y un hombre siempre sonriente
48. –Encantado, señora -dijo el vendedor, uno de cuyos ayudantes fue a cumplir sus deseos mientras los Kendall-Hume estudiaban las nuevas alfombras
49. «Delicioso», pensó, y sonrió al vendedor con gratitud
50. El vendedor suspiró y tecleó de nuevo en la calculadora