1.
sus casas colgando del acantilado
2.
Aquí se trata de un espeso acantilado que le impide llegar a tierra firme
3.
El acantilado es impenetrable y, una vez más, una terrible angustia de muerte se apodera de Ulises
4.
por encima de un acantilado cuyo pie estabahoradado y formado por rocas desprendidas
5.
en acantilado, haciéndoladesmoronarse; en otras, por el contrario, la tierra avanza; la arena
6.
Y la chica, en un momento de arrebato, se acercó al acantilado conintención de tirarse al mar;
7.
acantilado, se veían a la luz de la luna
8.
desde lo alto del acantilado
9.
Sólo la parte delantera quedaba al descubierto y se abría hacia la abrupta pendiente del acantilado y hacia el mar
10.
Las nieblas de la noche demoran entre las Formas, tendiendo velos que se adelgazan y aclaran cuando la luz se refleja en un acantilado de granito rosa y baja al plano de las inmensas sombras recostadas
11.
Esta no era tarea simple, puesto que debía manejar temperaturas cercanas al cero absoluto; sin embargo, cuando el Acantilado estuvo directamente abajo, su masa fue muy fácil de identificar; los sentidos de Derek lo percibieron con tanta claridad como la pantalla de un radar
12.
Tres minutos antes de encontrarse nuevamente sobre el Acantilado, Derek abrió la puerta exterior y se lanzó en el mar de nubes
13.
Y por esa razón, era un terráqueo el que se dirigía directamente al encuentro de cierta entidad llamada el Acantilado
14.
Avanzó sobre manos y rodillas en la oscuridad, a tontas y a locas, prisionero de una cárcel ambulante; iba en dirección al Acantilado, que también se acercaba
15.
Las vibraciones terminaron, anunciándole que el Acantilado había vuelto a quedarse inmóvil
16.
Al levantar la cabeza, sólo pudo ver una polvareda, tal vez producida por la masa del Acantilado en su arrastre
17.
Sintió más vividamente que antes la vasta mole del Acantilado
18.
El Acantilado le había absorbido toda la fuerza
19.
Porque el Acantilado había recogido información mientras la daba, y ya sabía que existía otra vida en otras partes del universo
20.
En el gesto del Acantilado, Derek reconoció una de las más profundas necesidades de los seres vivos: la de causar una impresión en otro ser vivo
21.
Ansioso por buscar la entrada a la Cueva del Tiempo, subes por detrás del acantilado que desciende hasta el estanque
22.
Eres tú en el acantilado
23.
Lentamente anduvieron por el acantilado
24.
Y le dirán también que su joven esposa presenció su agonía asomada todo el tiempo al borde del acantilado
25.
Cuando el señor Satterthwaite se volvió para mirar por encima del hombro, vio a su amigo encaminarse en dirección al borde del acantilado
26.
Pero no corrió hacia delante, sino en línea oblicua, hacia el borde del acantilado
27.
—¡Dios mío! Va a lanzar a la niña por el acantilado
28.
Parecía evidente que amenazaba con arrojar a la niña por el acantilado
29.
El año pasado, un hombre quiso suicidarse, se tiró en Stark Head, pero quedó enganchado en un árbol, a la mitad del acantilado, y los guardacostas lo cogieron
30.
McWhirter se precipitó fuera de las sombras y la cogió en el momento en que llegaba velozmente al borde del acantilado
31.
—Pues, bien, siendo así, debió de ser el mismo individuo que empujó a aquel pobre hombre, para que se cayera desde lo alto del acantilado
32.
—Tengo la seguridad de que el asunto del acantilado guarda relación con lo que te ha sucedido
33.
Si es correcta tu reconstrucción, esos individuos deben de estar comprometidos De acuerdo con nuestra teoría actual, las cosas debieron de haber ocurrido así: el muerto X fue empujado con toda intención, en el borde del acantilado, tal vez por B
34.
Su mirada, que desafiaba a los mejores catalejos, recorría las costas de la isla, deteniéndose sobre el alto acantilado donde ondeaba todavía la bandera de la piratería, sobre las fortificaciones que defendían el poblado y sobre los numerosos praos que se mecían en la bahía
35.
Dio la vuelta rápidamente al acantilado y alcanzó los primeros escalones de la tortuosa escalera que conducía a la gran cabaña{39}
36.
Cuando llegó a la cima del gran acantilado, Sandokán se detuvo a la orilla y su mirada se dirigió lejos, hacia el este, en dirección a Labuán
37.
Recorrió el mar con sus ojos de águila y miró a los pies del acantilado
38.
También él estaba empapado de la cintura para abajo, y tenía las rodillas magulladas por los golpes contra el acantilado
39.
Del saliente de la roca, respondieron con tres tirones más, y el cordel desapareció por el borde, llevando consigo la cuerda con alma de acero que Mallory iba soltando del rollo colocado en la cima del acantilado
40.
Instintivamente miró a ambos lados de la superficie del acantilado tan azotado por el viento: Miller y Brown estaban apostados en lados opuestos, a unas cincuenta yardas de distancia, perdidos en la oscuridad
41.
Alguien se acercaba corriendo, por la cima del acantilado, tropezando y resbalando en el suelo cubierto de gravilla
42.
Su cuerpo empezó a hundirse por el acantilado
43.
Tomando muchas precauciones, el muchacho se echó de bruces al borde del acantilado, para mirar hacia abajo
44.
El joven soldado se levantó del borde del acantilado y se puso cuidadosamente de pie
45.
Recordó sus agotadores trabajos en el caique, la escalada del acantilado, su marcha forzada por las montañas—
46.
Sobre el gran acantilado, en el vértice del extenso edificio que servía de morada al Tigre, se veía ondear la gran bandera de la piratería, pero el pueblo ya no era tan floreciente como cuando lo habían dejado y los praos no eran tan numerosos
47.
Sandokán y su compañera subieron la estrecha escalinata que conducía a la cima del acantilado, seguidos por las miradas de todos los piratas, que los observaban con una mezcla de admiración y pesadumbre, y, se detuvieron delante de la gran cabaña
48.
Se precipitaron fuera de la cabaña y se colocaron en el borde del gigantesco acantilado
49.
Un prao había echado ya el ancla a los pies del gran acantilado y sus hombres se disponían a tomar posiciones
50.
Se arremangaron los pantalones, encontrando sumergidos los bancos arenosos que costeaban el acantilado; así, pues, se dirigieron hacia la caverna, delante de la cual hallaron todavía embarrancado el palo y los restos a él adheridos
51.
Al fin el cielo se iluminó por el este, pues Aiedail, el lucero de la mañana, apareció cuando llegaban al borde de un profundo acantilado cubierto por montañas de ramas
52.
Tensing explicó que para bajar al valle se debía dar un largo rodeo, a pesar de que no estaban lejos, porque los aislaba un alto acantilado y los guerreros azules bloqueaban el único sendero transitable que conducía a la capital
53.
-Mi maestro no estará pensando en el acantilado… -murmuró el príncipe
54.
por delante, de amarse tranquilos, ebrios de olor a bosque y de amor, sin pasado, sin sospechar el futuro, con la única increíble riqueza de ese instante presente, en que se miraban, se olían, se besaban, se exploraban, envueltos en el murmullo del viento entre los árboles y el rumor cercano de las olas reventando contra las rocas al pie del acantilado, estallando en un fragor de espuma olorosa, y ellos dos, abrazados dentro del mismo poncho como siameses en un mismo pellejo, riéndose y jurando que sería para siempre, convencidos de que eran los únicos en todo el universo en haber descubierto el amor
55.
Desde el pueblo hasta el acantilado donde estaba el restaurante había veinte minutos de caminata a paso reposado
56.
La figura del gallardo oficial lanzándose desde el acantilado montado en su caballo negro con herraduras de oro es parte de la leyenda de aquel episodio feroz
57.
Juan Campos está seguro de que esta absurda noche en esta cueva transcurrirá sin incidentes: mañana temprano, con la primera claridad del alba, reemprenderán los dos el ascenso del sendero del acantilado y de ahí el camino de regreso al Asubio
58.
Suponiendo que Antonio Vega, acompañado quizá de Fernandito y Emeterio, decidiesen salir en su búsqueda provistos de cuerdas y que vocearan sus nombres según caminan por la cima del acantilado, y suponiendo que los de abajo respondieran y así, con la ayuda de las cuerdas y la luz de las linternas, fueran rescatados, ¿qué explicación podría dar Juan? ¿Qué cara pondría? La explicación más sencilla sería decir: bajamos aquí porque quería enseñarle a Angélica la cueva que tanto recuerda a un paisaje de Patinir, y se nos hizo tarde y no encontramos el camino de vuelta
59.
¿Cómo puede alguien distraerse tanto en una vulgar cueva al pie del acantilado como para no consultar el reloj, o darse cuenta simplemente de que en invierno la luz se va en seguida? La razón profunda de esa distracción fue Matilda: fue Matilda quien, con su negativa a aparecérsele provocó la decisión inusual de echarse acantilado abajo a última hora de la tarde
60.
A medida que caminan por la cima del acantilado, Antonio piensa que, incluso si les localizan, incluso si no están heridos, el rescate a estas horas de la noche será complicado
61.
Hay unos tres kilómetros de acantilado, cortados por dos barrancos cuyo origen es el desplome de la roca por la erosión marítima
62.
El plan de Antonio es que el pelotón de rescate se sitúe encima de esa cueva, que queda unos veinte metros más abajo, confiando que en ese punto, que es el más elevado de todo el acantilado, Juan y Angélica puedan verles u oírles
63.
Avanzan rápidamente por el sendero del acantilado
64.
¿Por qué está de pronto Antonio Vega seguro de que Juan y Angélica andan por ahí abajo? Antonio acaba de acordarse de que años atrás, paseando con Juan un verano por el acantilado, bajaron los dos hasta la cueva
65.
¡Ojalá pudiera Antonio pensar ahora las cosas una a una! Como las algas en las mareas de septiembre se arremolinan alrededor de las piernas de los bañistas, como el vaivén de las mareas vivas impide al nadador aferrarse a la roca cuando ya está casi a salvo, así, desgarrándole la carne como las aristadas rocas del acantilado en las rompientes, las dolorosas imágenes del destruido Asubio y de sus habitantes trenzan y destrenzan ahora la conciencia de Antonio Vega, hundiéndole lentamente en el misericordioso fondo del mar de la muerte
66.
Y puede luego la ceniza aventarse al aire del acantilado
67.
–¡Pero, claro! ¡Eso lo explica todo! El acantilado sur… ¡ahora tiene sentido!
68.
en el acantilado del olvido
69.
Sentí que caía de verdad, y el acantilado apareció frente a mí mientras la arena me azotaba las piernas, las manos y la cara
70.
La levantó, con excrementos y todo, y la llevó en brazos hasta el cercano borde del acantilado, sujetando bien las vestiduras para que no cayeran las heces, pues no quería dejar una estela en la hierba
71.
Seguidos de los hombres, prosiguieron la búsqueda por entre una maraña de arbustos al pie del acantilado sembrado de rocas; fueron rodeando riscos y arbustos, hasta que descubrieron allí dentro el animal que delataba el ladrido de los sabuesos
72.
El recreo terminaba, el cielo se alejaba para recibir la noche, el mar se movía debajo de nosotros y alzaba las peñas del acantilado, y los presos me miraban, con una reprensión indignada, culpándome de los interrogatorios de la Policía, culpándome de encontrarse allí, tosiendo de frío, defecando en cubos, comiendo restos, enfermando de los pulmones y de la tripa, los presos me miraban, Margarida, y yo gritaba Es mentira, juro que es mentira, aguanté casi un año de golpes y de insomnio y no he entregado a nadie
73.
pintó la cabecera de la cama, pintó los cristales de la ventana, pintó el techo, pintó mi cuerpo y yo oía el sifón del agua en el acantilado, no oía la música, no oía a la zorra, no oía los arbustos, oía el sifón del agua en el acantilado
74.
En 1890 los ortodoxos ganaron por la mano a los católicos y ocuparon el borde mismo del acantilado con los andamiajes de un monasterio que llaman de los Cuarenta Días (en árabe Deir el-Quruntul)
75.
La historia se resumía más o menos así: El deportivo del lord se había despeñado contra un acantilado
76.
Les alcanzó cerca del acantilado donde terminaba el bosque
77.
Sin perder un instante, se vistió con la camisola y los pantalones, y ante el rostro de espanto de su hermana, Esaín se convirtió en una ola de espuma y se arrojó, junto al mar, por el acantilado
78.
El taciturno feroés señaló hacia un punto donde la carretera trazaba una curva en el borde del acantilado, y sacudió la cabeza
79.
–Pero ¿te imaginas lo que dirá la gente? Una mujer de color viviendo en la Casa del Acantilado
80.
Crozier estaba de pie en un acantilado y miraba al barco en el hielo
81.
Columbus, en Kentucky, se levanta en un alto acantilado sobre la orilla izquierda del Misisipí
82.
Ambos avatares cayeron rodando por el borde del acantilado y, en la caída, se separaron
83.
Cuando Medianoche se acercó al borde del acantilado, sufrió una gran desilusión
84.
En lo alto del acantilado, los tres compañeros no oyeron el grito ahogado del halfling
85.
Se detuvieron frente a una casa al borde de un acantilado; no había ninguna otra por los alrededores; la totalidad de los campos petrolíferos se extendía bajo ellos en las pendientes
86.
Por el extremo de un acantilado,
87.
Iban en fila, una tras otra, a lo largo del estrecho margen de tierra que separaba el límite de la Granja Ablach del borde del acantilado
88.
Pareció que habían tardado dos semanas más en llegar a las estribaciones de las montañas que dominaban Acie, la triste y escasamente atractiva capital de Deira, que se encaramaba en un erosionado acantilado, asomada al viejo puerto y al largo y angosto golfo de Acie
89.
Así caerán por el acantilado y se llevarán a los jinetes con ellos
90.
—Sin duda el rey Cho-Hag tendrá vigías a lo largo de todo el acantilado —dijo Durnik, con una expresión de preocupación en su cara vulgar
91.
Encontraron arbustos, en su mayoría malezas y zarzas que crecían aquí y allí en la base del acantilado y que ellos se apresuraron a cortar con sus espadas para hacer un fuego grande y humeante
92.
Bordearon la faz del acantilado a lo largo de más de un kilómetro y medio hasta que lograron encontrar un punto donde la distancia entre las rocas y la llanura no era tan grande
93.
La mayoría del ejército de Taur Urgas todavía estaba a pie, pero mientras tanto bajaba una gran cantidad de caballos a toda prisa por el paso del acantilado
94.
—Si trae más hombres por el acantilado, va a ser necesaria una acción muy importante para expulsarlos —gruñó Barak mientras contemplaba a los murgos con expresión severa
95.
Cerca del límite este de la llanura, subieron a una alta colina y divisaron por primera vez el inmenso muro del acantilado del este, un empinado peñasco de basalto de más de mil quinientos metros de altura y una longitud incalculable, pues se perdía en la distancia hacia ambas direcciones
96.
Tardaron dos días en llegar a la cumbre, a unos mil quinientos metros de la base del acantilado, y cuando por fin lo hicieron, todos estaban exhaustos
97.
La fortaleza se había desmoronado a lo largo de los siglos y en aquel momento sólo quedaban algunos muros de ladrillos caídos en lo alto del acantilado, testamento de algún propósito de hacía mucho tiempo
98.
El sendero desaparecía en la sombra negra del acantilado
99.
Era un edificio parecido a un granero ubicado en un erial cubierto de maleza situado entre la calle del Acantilado y la playa
100.
Salieron de las sombras del acantilado con los rostros iluminados por el sol; las nubes estaban por debajo de ellos y un sol frío brillaba en un cielo de un tono azul desvaído