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durante un buen rato, como en una antesala de la mesa, en el espacioso congelador con que
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que se hallaban en la antesala de mi mente
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podría ser la antesala de algo mucho más grande: la creación
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Ya en la antesala de la muerte, Pola no dejó de enrostrar a los carceleros su villanía, y en anunciarles colérica que su sangre fertilizaría el reverdecimiento de la anhelada libertad del pueblo granadino
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—No; para escribir mi petición en la antesala
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—Está en la antesala
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Hubo en la antesala exclamaciones comoberridos y caricias que parecían golpes, cual si alguien
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amontonaban en el velador de la antesala, y sobrelas cuales se abalanzaban las dos hermanas,
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La antesala parecía de ministerio, y apenas si en los bancos forrados deterciopelo quedaba
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balcones, esfumandolos adornos de la antesala en una dulce penumbra, y la calma discretaque
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hombre era un santo! Lo mismo decían los queestaban en la antesala, gente menuda, con blusa
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En la antesala encontré al jardinero y su familia, todos tristes ysilenciosos, y
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Por lo demás, llovía en la calle, y la antesala no estaba clara
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Pero oigo ruido en la antesala
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¡La antesala del placerparecía custodiada por el
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Yaen la antesala, donde tampoco
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El célebre Vaucanson se ocupa en examinar atentamentela construccion de un reloj de una antesala
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En la antesala, separada sólo por algunas columnas del salón,
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En la antesala del refectoriovarios hermanos viejos
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Los muebles de la antesala eran feos yantiguos, pero brillaban por el
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Ruido de pasos en la antesala interrumpió nuestra
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—Sí, en la antesala
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tuve que hacer una antesala digna de un pretendiente,porque una de las cosas que
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antesala, con dosvoluntarios facciosos, el servicio que suelen hacer los porteros
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fin la anunció en voz alta un criado, diciendodesde la antesala:
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en la antesala, ya en los corredores, ya en laescalera, ya en el zaguán cuando ella se iba
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sí y otro no,y dejar en la antesala la capa y el sombrero, sin entrar con la capasobre los hombros,
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la antesala, si bien don Paco, desdeñadoy despedido, no se detenía a hablar con ella y pasaba de
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extremo de la antesala
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En vez de buscar aJuanita en la antesala, la aguardó en el zaguán, sin entrar en la
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exaltado y como fuera de sí, le dio las más sentidas quejas,hallándola sola en la antesala
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Poco antes había entrado don Paco en la antesala; de suerteque si vio el
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presenciar la última parte delcoloquio de la antesala y el animadísimo fin que tuvo en los abrazos
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Y dicho esto, recogió el mantón en la antesala, bajó brincando por laescalera y se puso en la
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que, cuando la besó en la antesala, ella lerechazó con furia; pero ¿no fue, acaso, furia fingida
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antesala y le hizo lasmás atrevidas proposiciones
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Se dirigió á uno de los criados quehabía en la antesala y le
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aburrimiento, unlargo período de antesala, ayudan este
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antesala llena de amigos de los encomenderos, todos de seda
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Las camelias rodaban por el suelo sirviendo dealfombra en la antesala y los corredores
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En el pasillo ó antesala, que era bastante espacioso, habían puesto unpesado armario de roble
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Las paredes de la misma antesala estaban todas cubiertas con losretratos de quince generaciones de
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Y guiñó un ojo, señalando al mismo tiempo los gabanes de aspectolamentable amontonados en la antesala
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mostradores, hace ahora antesala en los Bancos y sequita con
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Fue peor cuando entraron en la antesala
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Las señoras, que aguardaban en la antesala, decían en voz defalsete a
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cordobés que promiscuabaentre esta antesala y la de los demás
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antesala, y asiendocordial y apretadamente las manos de Paco
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La sombra del clérigo vuelve a vagar por la antesala
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deaparecer en el umbral de la antesala
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pareceren la antesala, y en la otra estruja una rana viva
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El viejo linajudo atraviesa la antesala y huye por el largo corredorlleno de resonancias
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antesala de la lonja, a quese dignasen abrirle la puerta
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y conté todas lashoras, las medias y los cuartos que dio el cuco de la antesala
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Los pensamientos del joven volaron hacia aquellos despojos de la antesala que se descomponían bajo el blasón de la Rosa
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LA ANTESALA DEL PALACIO DE
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Nombre que recibe en Francia la antesala del Palacio de Justicia
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Las puertas del salon estaban abiertas y escucho ruido en la antesala
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Por suerte la antesala estaba en semipenumbra, y era menos visible la alteración de mis facciones
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Lo típico de su amor era la antesala formidablemente repleta de desvaríos y digresiones
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Había una antesala reducida, vacía en aquellos momentos
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El buen hombre abandonó la estancia a toda prisa, y apenas lo había hecho cuando hizo su presencia la reina Alia, que parecía haber estado aguardando en la antesala el final de la entrevista
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Al reconocer a Bottrall en la antesala del dentista, esa esperanza había vuelto por su propio bien, por el de Bottrall, por el de Penélope
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Mientras yo lo miraba todo entusiasmado, mi tía y mistress Crupp se retiraron a la antesala para discutir las condiciones
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Siempre la encontraba allí, encantadora y dulce, tarareando una canción de Devonshire, cuando no oía pasos desconocidos, y teniendo quieto, con sus cantos melodiosos, al criado en la antesala oficial
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Morrel abrió la puerta, y cerróla detrás de su hijo, luego atravesó la antesala y poniendo las pistolas sobre su bufete, señaló con el dedo al joven un libro abierto
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Cocles no respondió: hizo con la cabeza una señal de asentimiento y fue a sentarse en la antesala
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—Y eso es lo que divierte el estómago, convenid en ello; pero justamente oigo la voz de Beauchamp en la antesala; discutiréis con él y esto calmará vuestra impaciencia
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Y al salir Debray exclamó muy alto en la antesala:
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Al llegar a la antesala, veíase encima de la puerta que daba acceso al salón un escudo que por sus ricos adornos y su armonía indicaba la importancia que el propietario daba a aquel aposento
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—Entonces, madre mía —dijo Morcef, tirando del cordón de la campanilla—, es preciso llevarlas a vuestra antesala
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—Vaya una pobreza de mármoles en esta antesala; espero que los cambien inmediatamente
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—¡Oh! ¡Dios mío! —dijo Beauchamp—, ¿qué es la vida? Una espera en la antesala de la muerte
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El conde tomó su sombrero, se puso los guantes y precedió a Alberto a la estancia guardada por Alí en la antesala, y defendida por las tres camareras mandadas por Myrtho
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Entró en la antesala de su suite
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—continuó, y añadió mirando en dirección al mar—: ¡La antesala de la eternidad
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En una reducida antesala ocurrían ciertos acontecimientos que podrían alterar el curso de la Historia, y como la mayoría de los sucesos importantes, no eran dramáticos precisamente
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Esa restricción de la actividad pública de los hombres de la CIA es la antesala de una reorganización interna de la estación en Madrid que tendrá lugar tras las incorporaciones de nuevos funcionarios-espías durante el verano de 1985
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King Benedict hojeaba una revista de historietas en la antesala cuando vio salir a Gregory Reeves y mientras esperaba el ascensor alcanzó a preguntarle adónde iba tan apurado
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—¿Vos recordáis a aquel personaje con que topamos en la antesala del secretario provincial del Santo Oficio y que nos puso mal el cuerpo?
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Le dije que Alba es mi única nieta, que me he ido quedando solo en este mundo, que se me ha achicado el cuerpo y el alma, tal como Férula dijo al maldecirme, y lo único que me falta es morir como un perro, que esa nieta de pelo verde es lo último que me queda, el único ser que realmente me importa, que por desgracia salió idealista, un mal de familia, es una de esas personas destinadas a meterse en problemas y hacer sufrir a los que estamos cerca, le dio por andar asilando fugitivos en las embajadas, lo hacía sin pensar, estoy seguro, sin darse cuenta que el país está en guerra, guerra contra el comunismo internacional o contra el pueblo, ya no se sabe, pero guerra al fin, y que esas cosas están penadas por la ley, pero Alba anda siempre en la luna y no se da cuenta del peligro, no lo hace por maldad, todo lo contrario, lo hace porque tiene el corazón desenfrenado, igual como lo tiene su abuela, que todavía anda socorriendo pobres a mis espaldas en los cuartos abandonados de la casa, mi Clara clarividente, y cualquier tipo que llegue donde Alba contando el cuento de que lo persiguen, consigue que ella arriesgue el pellejo para ayudarlo, aunque sea un perfecto desconocido, yo se lo dije, se lo advertí muchas veces que podían ponerle una trampa y un día iba a resultar que el supuesto marxista era un agente de la policía política, pero ella no me hizo caso, nunca me ha hecho caso en su vida, es más testaruda que yo, pero aunque así sea, asilar a un pobre diablo de vez en cuando no es una fechoría, no es algo tan grave que merezca que la lleven detenida, sin considerar que es mi nieta, nieta de un senador de la República, miembro distinguido del Partido Conservador, no pueden hacer eso con alguien de mi propia casa, porque entonces qué diablos queda para los demás, si la gente como uno cae presa, quiere decir que nadie está a salvo, que no han valido de nada más de veinte años en el Congreso y tener todas las relaciones que tengo, yo conozco a todo el mundo en este país, por lo menos a toda la gente importante, incluso al general Hurtado, que es mi amigo personal, pero en este caso no me ha servido para nada, ni siquiera el cardenal me ha podido ayudar a ubicar a mi nieta, no es posible que ella desaparezca como por obra de magia, que se la lleven una noche y yo no vuelva a saber nada de ella, me he pasado un mes buscándola y la situación ya me está volviendo loco, éstas son las cosas que desprestigian a la Junta Militar en el extranjero y dan pie para que las Naciones Unidas comiencen a joder con los derechos humanos, yo al principio no quería oír hablar de muertos, de torturados, de desaparecidos, pero ahora no puedo seguir pensando que son embustes de los comunistas, si hasta los propios gringos, que fueron los primeros en ayudar a los militares y mandaron sus pilotos de guerra para bombardear el Palacio de los Presidentes, ahora están escandalizados por la matanza, y no es que esté en contra de la represión, comprendo que al principio es necesario tener firmeza para imponer el orden, pero se les pasó la mano, están exagerando las cosas y con el cuento de la seguridad interna y que hay que eliminar a los enemigos ideológicos, están acabando con todo el mundo, nadie puede estar de acuerdo con eso, ni yo mismo, que fui el primero en tirar plumas de gallinas a los cadetes y en propiciar el Golpe, antes que los demás tuvieran la idea en la cabeza, fui el primero en aplaudirlo, estuve presente en el Te Deum de la catedral, y por lo mismo no puedo aceptar que estén ocurriendo estas cosas en mi patria, que desaparezca la gente, que saquen a mi nieta de la casa a viva fuerza y yo no pueda impedirlo, nunca habían pasado cosas así aquí, por eso, justamente por eso, es que he tenido que venir a hablar con usted, Tránsito, nunca me imaginé hace cincuenta años, cuando usted era una muchachita raquítica en el Farolito Rojo, que algún día tendría que venir a suplicarle de rodillas que me haga este favor, que me ayude a encontrar a mi nieta, me atrevo a pedírselo porque sé que tiene buenas relaciones con el gobierno, me han hablado de usted, estoy seguro que nadie conoce mejor a las personas importantes en las Fuerzas Armadas, sé que usted les organiza sus fiestas y puede llegar donde yo no tendría acceso jamás, por eso le pido que haga algo por mi nieta, antes que sea demasiado tarde, porque llevo semanas sin dormir, he recorrido todas las oficinas, todos los ministerios, todos los viejos amigos, sin que nadie pueda ayudarme, ya no me quieren recibir, me obligan a hacer antesala durante horas, a mí, que les he hecho tantos favores a esa misma gente, por favor, Tránsito, pídamelo que quiera, todavía soy un hombre rico, a pesar de que en los tiempos del comunismo las cosas se pusieron difíciles para mí, me expropiaron la tierra, sin duda se enteró, lo debe haber visto en la televisión y en los periódicos, fue un escándalo, esos campesinos ignorantes se comieron mis toros reproductores y pusieron mis yeguas de carrera a tirar del arado y en menos de un año Las Tres Marías estaba en ruinas, pero ahora yo llené el fundo de tractores y estoy levantándolo de nuevo, tal como lo hice una vez antes, cuando era joven, igual lo estoy haciendo ahora que estoy viejo, pero no acabado, mientras esos infelices que tenían título de propiedad de mi propiedad, la mía, andan muriéndose de hambre, como una cuerda de pelagatos, buscando algún miserable trabajito para subsistir, pobre gente, ellos no tuvieron la culpa, se dejaron engañar por la maldita reforma agraria, en el fondo los he perdonado y me gustaría que volvieran a Las Tres Marías, incluso he puesto avisos en los periódicos para llamarlos, algún día volverán y no me quedará más remedio que tenderles una mano, son como niños, bueno, pero no es de eso que vine a hablarle, Tránsito, no quiero quitarle su tiempo, lo importante es que tengo buena situación y mis negocios van viento en popa, así es que puedo darle lo que me pida, cualquier cosa, con tal que encuentre a mi nieta Alba antes que un demente me siga mandando más dedos cortados o empiece a mandarme orejas y acabe volviéndome loco o matándome de un infarto, discúlpeme que me ponga así, me tiemblan las manos, estoy muy nervioso, no puedo explicar lo que pasó, un paquete por correo y adentro sólo tres dedos humanos, amputados limpiamente, una broma macabra que me trae recuerdos, pero esos recuerdos nada tienen que ver con Alba, mi nieta ni siquiera había nacido entonces, sin duda yo tengo muchos enemigos, todos los políticos tenemos enemigos, no sería raro que hubiera un anormal dispuesto a fregarme enviándome dedos por correo justamente en el momento en que estoy desesperado por la detención de Alba, para ponerme ideas atroces en la cabeza, que si no fuera porque estoy en el límite de mis fuerzas, después de haber agotado todos los recursos, no hubiera venido a molestarla a usted, por favor, Tránsito, en nombre de nuestra vieja amistad, apiádese de mí, soy un pobre viejo destrozado, apiádese y busque a mi nieta Alba antes que me la terminen de mandar en pedacitos por correo, sollocé
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—El gran rabino ha pedido audiencia con premura y está en la antesala esperando
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El tableteo de los tacones de la condesa sonó en la antesala del salón chino y el aumento de volumen denunció su proximidad
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Los dos jóvenes atravesaron alegremente los umbrales de la linda casita, luego un pequeño patio que parecía una gruta de verdura y de flores con un risueño surtidor de mármol y bajo una cortina de enredaderas penetraron en el corredor y se detuvieron en la puerta de la antesala
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Uno de aquellos corredores conduce al salón, al que se entra después de atravesar una amplia y magnífica antesala amueblada lujosamente
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Almodis se alzó de su asiento y se dirigió al bordón que hacía sonar la campanilla en la antesala
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—Mi señor, Bernabé Mainar os aguarda en la antesala
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–Tiene otra llamada, doctor Plekhanov -exclamó Sasha desde la antesala, puesto que el intercomunicador seguía funcionando sólo de vez en cuando, aunque ahora poco importaba eso-
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En Europa, las montañas son lugares muy frecuentados, a veces la antesala de fiestas mundanas propiciadas por la presencia de innumerables y esnobs estaciones de esquí