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carreta exemples de phrases
carreta
1. cascabeles de plata, tirandode una carreta en las que las gentes de lasmasías
2. encantado en esta carreta, no por sus culpas y pecados, sino porla mala intención de aquellos a
3. valientePierres por los aires, que es un poco mayor que un timón de carreta? Yjunto a la clavija
4. Venía la carreta descubierta
5. A lo cual, mansamente, deteniendo el Diablo la carreta, respondió:
6. en alguno de los de la carreta, aunque sea el mesmoemperador
7. Y, diciendo esto, volvió a la carreta, que ya estaba bien cerca del pueblo
8. Tan altos eran los gritos de don Quijote, que los oyeron y entendieron losde la carreta; y,
9. corazón les dijo que se subieran en su carreta, porquesu buey
10. calles una miserable carreta, y cuecen su comidaal abrigo de los
11. un carro por el arenal, aguijoneando la yunta; se oíael chirrido de los ejes de la carreta y el ruido
12. del barco a una lancha, y de lalancha a una carreta hundida en el
13. Ahora los conducían en una carreta hasta el borde de la
14. deestiércol, la carreta y los aperos que se veían en la corralada y
15. una carreta o hacía un arado, y esta nuera suyahace dulces, arropes y otras golosinas
16. Mi padre había instalado ya a las niñas en la carreta y, como aún estaban medio dormidas, las había cubierto con una manta
17. LA CARRETA EL CADALSO
18. Bajo las escaleras y subio a la carreta seguida por el abate
19. Sanson le ordeno sentarse a ambos, y la carreta se puso en movimiento, mientras los soldados hacian retroceder a la multitud
20. Indiferente a las exhortaciones del abate Girard, Maria Antonieta no movia la cabeza ni a derecha ni a izquierda, y su pensamiento parecia tan inmutable como su mirada; la violencia de los bruscos movimientos de la carreta sobre el desigual adoquinado, hacia resaltar la rigidez de su porte
21. Cuando la carreta paso junto a el, dijo a Lorin:
22. El tránsito de la carreta que conduce a ambos a través de las calles de París hasta el cadalso se vuelve lento, de tantos que son los que se agolpan para confirmar que en efecto son ellos, Saint-Just y Robespierre
23. con el carro, o carreta, de Las Cortes de la Muerte
24. Sígueme, Sancho, que la carreta va despacio, y con las mulas della satisfaré la pérdida del rucio
25. -Con todo eso -dijo don Quijote-, será bien castigar el descomedimiento de aquel demonio en alguno de los de la carreta, aunque sea el mesmo emperador
26. Y aunque no lo supieran, el lamentable espectáculo de la carreta de la muerte de regreso de una ronda fructífera, cargada de desdichados animales de todo pelo y tamaño, espantados detrás de los barrotes y dejando una estela de gemidos y aullidos de muerte, hubiera bastado para indignarlos
27. Agrupados en la parte delantera, los niños miraban el camino metálico que corría por debajo, en la mañana lluviosa o resplandeciente, alegrándose cuando el tranvía adelantaba a toda velocidad una carreta de caballos o, por el contrario, rivalizaba en velocidad, por un momento, con un automóvil asmático
28. —¿Pero una carreta bien se podrá encontrar?
29. ¿Habéis encontrado la carreta y los bueyes?
30. Llenos ya muchos recipientes, una mañana engancharon a la carreta, la babirusa y se pusieron en camino por la costa oriental, flanqueando las márgenes del bosque
31. Entraron en la segunda caverna y se llevaron la momia, enterrándola al pié de un árbol; enseguida descargaron la carreta, haciendo rodar los recipientes del nuevo almacén
32. -¿Cree usted que habrán descubierto los surcos de la carreta?
33. Los tres hombres y “Sciancatello” se lanzaron a la segunda caverna, acumulando en el corredor piedras, fardos de víveres, recipientes de agua y, detrás la carreta
34. Partió la muchacha hacia el cobertizo y tras acondicionar a la acémila regresó a la carreta
35. Catalina tomó el talabarte que pendía de un pomo de la cabecera del catre y mientras con una mano se lo colocaba con la otra despeinaba los rizos de Curro, que haciendo una cómica reverencia abría la puerta para que salieran de la carreta
36. Dos de los guardias se colocaron a los lados del preso, y el que estaba al mando, delante; la reducida comitiva se dirigió a la puerta de la prisión donde esperaba una carreta que conduciría al bachiller a la presencia del prelado
37. Luego de consultarlo con Seis, llegaron a la conclusión de que lo pertinente fuera vender los caballos al mozárabe y reservar el mulo para poder utilizar la carreta que todavía se hallaba en la cuadra del Esplendor
38. Un mozo de cuadra y su secretario Conrad Brufau lo hallaron ardiendo con la ropa trabada en un clavo de la pared del sótano; entonces lo sacaron de aquel silo ardiente, lo pusieron en una carreta tirada por dos caballos, tras ungir su quemado cuerpo en aceite y envolverlo como una momia, con hilas de lino, y huyeron al amparo de la noche hacia una de las casas que el amo tenía a las afueras de la antigua Egara cuyo guarda era de toda confianza
39. La idea inicial consistía en utilizar una carreta eléctrica, cuyo suministro de potencia se realizaría a través de unos cables que arrastraría tras de sí a medida que se adentrara en el campo
40. El estruendo aún fue peor cuando giramos hacia Trinity, donde una cuadrilla era conducida por Londres en una carreta con unos pergaminos que les colgaban del cuello y que denunciaban sus crímenes
41. La carreta de la ejecución nos estaba esperando, las calaveras de los hombres ahorcados decoraban ambos lados
42. El preboste voceó una orden y el verdugo encapuchado de rojo se volvió para darnos los buenos días, restalló el látigo y urgió a la carreta que cruzara el portón de la cárcel y siguiese por la ventosa senda hacia Montfaucon
43. En el camino principal fueron recogidos por un hombre que iba en una carreta vacía, quien se ofreció a llevarlos hasta el pueblo más próximo
44. Con los largos bigotes colgando en estalactitas, de hielo a ambos lados de sus labios morados y partidos, con los párpados inflamados por el fulgor de la nieve, constituyendo la parte principal de su indumentaria un abrigo de piel de cordero, robado al cadáver helado de un espía encontrado en una carreta, el coronel D'Hubert tomaba las cosas con más filosofía
45. Tras dos horas de tensa espera, una vieja carreta se detuvo a cien metros de la iglesia
46. Una leyenda apócrifa cuenta que dos días antes de la detención general, es decir, el 11 de octubre de 1307, una carreta cargada de heno tirada por bueyes -este tipo de detalles son imprescindibles en toda leyenda que se precie de auténtica- salió de la casa del Temple en París con rumbo desconocido; claro que es de suponer que, en un complejo como el del Temple parisino, saldrían y entrarían cada días varios carros
47. ¿Qué llevaba esta carreta especial, además del visible heno? Para los amantes del esoterismo templario no cabe duda, allí iba escondido el tesoro de la Orden, que, sabedora de la inmediata detención e incautación, lo ponía así lejos del alcance del rey Felipe IV
48. Durante el período hicso mantuvo una independencia precaria, y poco a poco fue aprendiendo las técnicas militares (el caballo y la carreta, un arco perfeccionado, el uso de la armadura) que ignoraba y con las cuales habían conquistado el país los ejércitos hicsos
49. La carreta atravesó la plaza; unas mujeres cargadas con cestos de ropa se quedaron mirando cómo descendía por la calle de la escuela
50. La vieja carreta las esperaba con el caballo tordo que había sustituido al negro, muerto de viejo