1.
Enrique tardó poco en adquirir la certidumbre de que aquellamujer era de las que no desconfían cuando aman
2.
preciosa certidumbre; pero acogió la observación con el respetodebido a las grandes
3.
Prometía el triunfo con la certidumbre de un gran estratega capaz dederrotar á los
4.
teoremas y de la certidumbre de sus demostraciones,dado el supuesto
5.
Dijo esto el viejo con la certidumbre de la adulación, convencido de queel prestigio
6.
La certidumbre de ser amado por
7.
la certidumbre de que el Príncipepertenecía a otra, debía haberla
8.
De un lado la certidumbre, del otro el temor de una escena
9.
Así el embrión de frac tomaba poco a poco laforma del cuerpo del oficial bajo la tijera y la astilla de jabón deUribe, sin que a todas éstas tuviese él la certidumbre de que le viniesebien a su legítimo dueño; pero fiaba el maestro mucho en su experienciay conocida habilidad
10.
Entraba en ella la certidumbre de serquerida por
11.
Ahora comprendía que la Espada de las Lágrimas tan sólo actuaba en favor de sus intereses y nunca serviría a un simple humano, ésa era una certidumbre que le otorgó la determinación que antes le había faltado
12.
Llevaba algunos meses dirigiendo la JSU, las juventudes socialistas y comunistas unificadas, y aquel mismo día, a consecuencia de su paulatina radicalización ideológica pero también de su certidumbre de que con ello contribuía a defender la república contra el golpe de Franco, había ingresado en el partido comunista
13.
Suárez carecía de un partido propio con que acudir a los comicios, así que durante meses, agazapado, maquinando a distancia y jugando de farol con la pamema de que no iba a presentarse siquiera como candidato, aguardó a que se formase una gran coalición de partidos centristas en torno a un partido encabezado por Areilza; una vez formada la coalición, cayó en picado sobre ella y, fortalecido por la certidumbre generalizada de que la lista electoral que él encabezase con su prestigio de partero de la reforma sería la vencedora de las elecciones, colocó a los dirigentes de la nueva formación ante una disyuntiva diáfana: o Areilza o él
14.
Esta sospecha se trocó en certidumbre cuando oyó el ruido que hacían al poner en el suelo las parihuelas
15.
Después de un año limpiando casas en sus horas libres, con las manos despellejadas y la certidumbre de que por ese camino no llegaría a ninguna parte, decidió emplearse a tiempo completo como obrera
16.
Tuvo la certidumbre de ello cuando por radio llegó la noticia informando que el Ministro de la Federación en La Haya había enviado virtualmente un ultimátum al gobierno de Tierra
17.
Y fue así como tuve una repentina sensación de certidumbre, de que por fin lo entendía todo, ¡todo! Pero sólo fue durante un instante y la sensación se desvaneció
18.
Mongat, porque me atormentaba la sospecha, el recelo, más que sospecha y recelo, la terrible certidumbre de que yo había ocasionado un gran mal a esos muchachos y a su bondadosa hermanita, cuando después del lamentable accidente del pedazo de azúcar, entré en casa de Siseta
19.
Pero en cuanto los carlistas se desocuparon de él, púsose patas abajo, todo magullado y con los huesos doloridos, y se dejó [143] caer, o se deslizó gateando por un cantil hacia las rocas donde batía la mar brava, y allí estuvo escondido hasta que, asomando una y otra vez la cabeza entre peñas, adquirió la certidumbre de que los bárbaros iban lejos
20.
La resignación, con este humilde trabajo, fue ganando más y más espacio en su alma, y con ella la certidumbre de que sus desdichas venían del Cielo y eran el contrapeso lógico de una vida de disipación y goces
21.
Bruno la certidumbre de su deshonra: algo hubieron de indicarle en el casino dos amigos, el uno leal, oficioso el otro; Rafaela, que fue a visitarle después de comer, le dio más amplios pormenores, y lo demás lo supo por su hija Lea y por el propio Vicente
22.
A más de los saludables consejos, saqué en limpio de aquel coloquio dos cosas: la noticia de que es un hecho la estrangulación de Aransis, y la casi certidumbre de que el ejecutor es mi amigo D
23.
Su orgullo (y este sentimiento exige siempre un triunfo auténtico) no estaría satisfecho más que con la certidumbre de un amor correspondido
24.
¿Cómo se podía tener esa certidumbre? El gobernador puede intervenir literalmente en el último momento
25.
Las vocales no se indicaban, y como los israelitas posteriores preferían no usar el nombre por razones supersticiosas, no se sabe con certidumbre cuáles eran las vocales
26.
El papel se había puesto amarillo y empezaba a desmigajarse un poco por los bordes, y cuando vi lo antiguo que era, tuve la certidumbre de que el niño del dibujo era Tad, el hijo muerto de Hector y Frieda
27.
Un momento en que experimentó un parecido sentimiento de certidumbre, en que creyó haber llegado a la meta, al final, a lo incuestionable y completo
28.
La Razón como su única herramienta de conocimiento, el Propósito como su elección de la felicidad que con aquella herramienta ha de poder conseguir; la Estima propia como inviolable certidumbre de que su mente es competente para pensar y su persona digna de la felicidad, lo que significa digna de vivir
29.
»Al final de vuestra ruta de sucesivas traiciones, desprovistos de armas, de certidumbre, de honor, cometéis el acto final de traición al afirmar vuestra demanda de bancarrota intelectual
30.
Aún así, hasta para una posibilidad tan reciente, no existe certidumbre sobre si el vivió
31.
Aunque tampoco llegué a preguntárselo jamás, al contemplar aquella imponente manifestación del pueblo judío, volcado con y por Jesús1, tuve la certidumbre de que el Maestro quiso dirigir sus pasos a través de aquel sector de Jerusalén, precisamente con una doble intención: permitir así un más prolongado y caluroso recibimiento que -de paso- le protegiera a El y a sus hombres contra la orden de caza y captura dictada por el Sanedrín
32.
Mientras estas devoraban el pienso de salvado, los racionales se entretenían en hacer cálculos de probabilidades, y en aqui-latar las razones en que se podía fundar la certidumbre de que saliese premiado al día siguiente el 5
33.
A pesar de cuanto va dicho, alguien quizá replicará que por encima de todo sólo creerá a sus sentidos, sin hacer caso de los argumentos, por poderosos que sean, que traten de poner en duda la certidumbre del conocimiento sensitivo
34.
¿Esta zanja debe traerme la certidumbre? He llegado a un extremo en que ni siquiera deseo la certidumbre
35.
Verano tras verano se contentaba con la idea abstracta de posesión y con la certidumbre de que su casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la llanura
36.
Un gran pavo relleno de manzanas, nueces, especies y rociado de salsa espesa confirma a los Estados Unidos, cada mes de noviembre, en la certidumbre de su destino doble: la Inocencia y la Abundancia
37.
Tuvo un sueño cenagoso en el cual vio a María con un vestido de novia en piltrafas y salpicado de sangre, y despertó con la certidumbre pavorosa de que había vuelto a dejarlo solo, y ahora para siempre, en el vasto mundo sin ella
38.
Entró con el tropel, llevando en el brazo el abrigo de visón, sin preguntar nada y sin ninguna idea de dónde podía estar Nena Daconte, pero sostenido por la certidumbre de que había de encontrar al médico asiático
39.
Mientras él daba los primeros pasos en la Compañía Fluvial del Caribe y escribía cartas gratis en el Portal de los Escribanos, los amigos de juventud de Florentino Ariza tenían la certidumbre de que estaban perdiéndolo poco a poco y sin regreso
40.
Al cabo de tres horas de preguntas, de suposiciones teóricas y de averiguaciones concretas con todos los empleados en sala plena, volvió a su oficina atormentado por la certidumbre de no haber encontrado ninguna solución para tantos problemas, sino todo lo contrario: nuevos y variados problemas para ninguna solución
41.
La alentaba la certidumbre de que él estaba allí, todavía vivo pero sin sus caprichos de hombre, sin sus exigencias patriarcales, sin la necesidad agotadora de que ella lo amara con el mismo ritual de besos inoportunos y palabras tiernas con que él la amaba
42.
Esa certidumbre le dio ánimos a Villamizar para transmitirle sus impresiones al presidente
43.
Alguien tenía que asumir el mando para no hundirse, y había sido ella, en un espacio lúgubre y pestilente de tres metros por dos y medio, durmiendo en el suelo, comiendo sobras de co~ cina y sin la certidumbre de estar viva en el minuto siguiente
44.
La certidumbre de que Beatriz había informado a su familia sobre el modo como podían dirigirse a ella por radio y televisión la mantuvo alerta
45.
Descendió así en ella, finalmente, una certidumbre de rectitud tan firme e irracional como su primitiva convicción de haber pecado
46.
Luego se acostó de nuevo a dormir, recobrada la serenidad, completamente convencida, una vez más, acerca de la justicia de la hazaña que haría para su patria y de la certidumbre del éxito
47.
Entonces, le dije a Beu que quería que saliera de la ciudad durante la ceremonia de Ixtocíuatl, aunque no le dije que la causa era porque iba a haber un levantamiento y temía que la lucha se extendiera por toda la isla, y tenía la certidumbre, por la parte singular que me correspondía en todo el asunto, de que el hombre blanco, si tema la oportunidad, dejaría caer una venganza terrible sobre mí y los míos
48.
Pero al empezar la tarde, su certidumbre se transformó en duda
49.
Con cada minuto que transcurría, los remordimientos iban creciendo, y con ellos la certidumbre de que aquel planeta, aquella variedad de culturas que había ido saboreando durante las últimas semanas, estaba condenado a desaparecer
50.
Y si queréis saber si estáis en lo cierto, Mon tiene el don de la certidumbre
51.
Estoy convencido de que hay demasiada certidumbre en el mundo
52.
No entrañaba amenaza, sólo certidumbre
53.
Naturalmente, no estoy seguro de nada de esto, pero estoy aún menos seguro de lo contrario, y en la vida no se puede siempre disponer de la comodidad de la certidumbre
54.
(¿Se decía así, angobiante, cuando se utilizaba con angosto? ¿Habría sido más correcto decir angonizar, en vez de agonizar, por las mismas razones?) Saltó de la cama obsesionado con estas dudas gramaticales y, al comprobar que había dormido con las mismas ropas con las que iba a trabajar, tuvo la certidumbre de que en el mundo se había introducido un grado de desorden, o de acabamiento, cuyo sabor le resultaba familiar
55.
La contemplación del agujero, cuyos labios estaban protegidos por un aro de metal, produjo en él un efecto hipnótico muy breve durante el cual le asaltó la certidumbre de que un destino misterioso le aguardaba entre los pliegues de la vida cotidiana
56.
» Luego, impulsado por una cruel certidumbre, tacha la palabra «esposa» y escribe: «a mi viuda»
57.
Sentí de pronto que algo vacilaba en mí, como si una certidumbre íntima y constitutiva, de la que ni siquiera era conciente, se hubiera quebrado
58.
Una presión agradable, soportable, incluso acariciante, llena de promesas y de delicada certidumbre
59.
El aguijón del remordimiento penetró en su alma juntamente con la certidumbre de que Julián era ya casi su dueño
60.
Es la línea divisoria entre la superstición y la inteligencia; los elementos de incertidumbre y capricho se han eliminado de las vidas de los hombres y se han substituido por la ley, la razón y la certidumbre
61.
Ella ha eliminado los elementos de la incertidumbre y el capricho en las vidas de los hombres, sustituyéndolos por ley, razón, y certidumbre
62.
Le embargó una certidumbre de pesadilla: oiría el roce de las botas del soldado, que estiraría la mano y lo cogería por la pierna
63.
Y tenerla sobre las rodillas no era nada comparado con la certidumbre de que ella le seguiría y no desaparecería, como algunos sueños que de pronto estallan y se dispersan porque los ha atravesado la manecilla reluciente del despertador
64.
Pero lo que realmente confundía su mente —o la clarificaba, dependiendo del punto de vista— era la certidumbre de que de alguna forma el duque d’Arcachon estaba implicado
65.
Parecía haber una certidumbre en la degradación, una seguridad última
66.
La certidumbre de que hiciera lo que hiciera los rusos no lo iban a dejar en paz se abrió paso en su cerebro como una luz
67.
Con prístina certidumbre llegó el conocimiento de que yo era bien acogido
68.
Aquella misma tarde adquiriría una mayor certidumbre sobre el curso del porvenir; Joachim expuso francamente su intención; se echaron los dados, hubo combate y decisión
69.
Que los héroes hacía tanto tiempo muertos se hubieran levantado de sus tumbas para repeler al invasor bárbaro era una certidumbre que el alto mando griego había promovido con diligencia y, de hecho, es posible que, al toparse con
70.
A pesar de la certidumbre razonable que sentía de que todo iba bien, le alegró oír el ligero golpeteo en la puerta
71.
Este bulo, que se ha convertido en certidumbre entre el pueblo, es un golpe contra el nombre del Zar, un ataque cuya significación es difícil de valorar
72.
Me daba yo cuenta de que ésa era la única manera de matar un amor, y era lo bastante joven y animoso para intentar la empresa, para asumir el dolor más terrible de todos: el nacido de la certidumbre de que aunque nos cueste mucho tiempo nos saldremos con nuestro empeño
73.
Y en la agilidad moral y física que revestía de tanta gracia a su amabilidad, en la soltura con que ofrecía su coche a mi abuela y la ayudaba a subir, en la destreza con que saltaba del pescante cuando temía que tuviese yo frío, para echarme por los hombros su propio abrigo, veía yo algo más que la flexibilidad hereditaria de esos grandes cazadores que desde muchas generaciones atrás eran los antepasados de ese muchacho que no aspiraba a otra cosa que a la intelectualidad, algo más que ese desdén hacia las riquezas, que en él se aliaba al amor a la riqueza porque dé esa manera podría obsequiar mejor a sus amigos y lo capacitaba para poner todo el lujo de que él disponía a sus pies con aire indiferente; veía yo sobre todo la certidumbre o la ilusión que tuvieron esos grandes señores de ser “más que los demás”, por lo cual no ligaron a Saint–Loup ese deseo de mostrar que se “es tanto como los demás”, ese miedo a mostrarse demasiado afectuoso, que en él no se daba nunca y que afea tan torpe y desdichadamente las más sinceras amabilidades plebeyas
74.
De pronto me dormía, caía en ese pesado sueño que nos descubre tantos misterios; el retorno a la juventud, el remontar los años pasados, los sentimientos perdidos, la desencarnación, la transmigración de las almas, la evocación de los muertos, las ilusiones de la locura, la regresión hacia los reinos más elementales de la Naturaleza (porque suele decirse que muchas veces vemos animales en nuestros sueños, olvidándose de que en el sueño nosotros somos también un mero animal privado de la razón, que proyecta sobre las cosas una claridad de certidumbre; no ofrecemos al espectáculo de la vida más que una visión dudosa, borrada a cada instante por el olvido, porque la realidad precedente se desvanece ante la subsiguiente, como una proyección de linterna mágica cuando se quita el cristalito); todos esos misterios, en suma, que se nos figuran desconocidos y en los que en realidad nos iniciamos todas las noches, lo mismo que nos iniciamos en el otro gran misterio del aniquilamiento y la resurrección
75.
Sin embargo, prácticamente podía tenerse la certidumbre de que Albertina y aquella joven que iba a entrar en casa de su amiga eran la misma persona
76.
“¡Oh!, es encantadora”, decía con expresión de agudeza y de certidumbre
77.
“¿Su señora abuela ha muerto, verdad? me dijo con una voz en que una casi certidumbre calmaba una leve aprensión
78.
Algo más que una sensación: una certidumbre física
79.
Heinrich Böll parece haber vivido desgarrado por un dilema semejante, no en lo que concierne a los príncipes, sino a los cristianos humildes, aquellos sin cara y sin nombre, los del montón: ¿es posible, en ellos, una coherencia mayor entre la teoría y la práctica que la que caracteriza a quienes mandan? Sus novelas, relatos y ensayos son una obsesiva exploración de la sociedad de su país a fin de tener una certidumbre al respecto
80.
Porque ahora que la revelación de la intimidad de mi amiga con la señorita Vinteuil se me hacía una casi certidumbre, me parecía que todos los momentos en que Albertina no estaba conmigo (y había días enteros en que no podía verla debido a su tía), estaba entregada a las primas de Bloch y quizás a otras
81.
Vivíamos el momento, un momento que, aunque penoso, era soportable, retenidos en tierra por el lastre del hábito y por la certidumbre de que el día siguiente, aunque fuera cruel, contendría la presencia del ser que nos interesa
82.
Sin embargo, aquella felicidad, aquel sentimiento de certidumbre en la felicidad, cuando tomaba la taza de té, cuando respiraba en los Champs-Elysées un olor a árboles viejos, no era una ilusión
83.
Y así intentaba yo, y poco a poco lo conseguí, deshacerme de la dolorosa certidumbre que tanto trabajo me había costado adquirir, siempre oscilando entre el deseo de saber y el miedo de sufrir
84.
Mas ¿por qué, en uno y en otro momento, las imágenes de Combray y de Venecia me dieron un goce parecido a una certidumbre y suficiente, sin más pruebas, para que la muerte no me importara?
85.
Pasaba yo con rapidez sobre todo esto, más imperiosamente atraído por buscar la causa de aquella felicidad, del carácter de certidumbre con que se imponía, búsqueda aplazada en otro tiempo
86.
Y aun cuando yo no tuviera tiempo de preparar, cosa ya mucho más importante, las cien máscaras que conviene poner a un mismo rostro, aunque sea según los ojos que lo ven y el sentido con que leen los rasgos, y, para los mismos ojos, según la esperanza o el miedo, o, por el contrario, según el amor y el hábito que ocultan durante treinta años las mutaciones de la edad; en fin, aun cuando no me propusiera -y mi relación con Albertina bastaba, sin embargo, para demostrarme que, sin esto, todo es ficticio y falso- representar a ciertas personas, no fuera, sino dentro de nosotros, donde sus menores actos pueden determinar trastornos mortales y hacer variar también la luz del cielo moral según las diferencias de presión de nuestra sensibilidad o cuando una nube de peligro, alterando la serenidad de nuestra certidumbre bajo la cual un objeto es tan pequeño, multiplica en un momento su magnitud; aun cuando yo no pudiera introducir estas mutaciones y otras muchas (cuya necesidad, si queremos pintar la realidad, ha podido aparecer en el transcurso de este relato) en la transcripción de un universo que había que dibujar de nuevo todo entero, al menos no dejaría de describir en él al hombre con la largura no de su cuerpo, sino de sus años, como si hubiera de arrastrarlos con él cuando camina, tarea cada vez más enorme y que acaba por vencerle
87.
Yo sabía que la irritación de Alejandro no era tanto porque yo me hubiera visto envuelta en una historia de espionaje, lo que a toda persona un poco incauta o un poco aventurera le puede pasar, como por su sospecha, casi certidumbre, de que yo no me había pasado la tarde con James únicamente hablando
88.
Pasamos de unas cosas a otras, y a este proceso que nos ha ido sacando de la nada hasta alcanzar el descanso y la certidumbre últimas es a lo que la gente llama vivir
89.
»Esta caprichosa racha de viento tan brusco y frío, me mandó aquella noche a través de Londres, en busca de otros amigos, Rhoda y Louis, impulsado por el deseo de compañía, certidumbre, contacto
90.
El tumulto de sus emociones podía suscitar en él verdaderos arrebatos de fe, pero la certidumbre serena le resultaba inaccesible
91.
Se cree que este juego fue inventado en la India; al menos, no se lo puede hacer remontar más atrás con alguna razonable certidumbre
92.
Por ello persistí en intentar persuadir a Pompeyo de la conveniencia de mantener una conversación conmigo, mientras le manifestaba mi certidumbre (que era genuina) de que en el caso de discutir personalmente nuestras diferencias les encontraríamos una solución pacífica
93.
No podía ver semejante certidumbre ahora que en Samos se había creado una situación distinta, y éste, según creo, fue el único período de su vida en que obró con una impaciencia que le era impropia
94.
La única certidumbre era que Esparta, si deseaba mantener lo que aún consideraba su posición dominante en Grecia, había de declarar la guerra tarde o temprano
95.
Pericles estaba deseoso de defenderlo, pero ni siquiera él podía tener la certidumbre de que el prejuicio y la envidia no fuesen demasiado grandes para afrontarlos victoriosamente
96.
Cabalmente o con certidumbre
97.
Incluso la certidumbre de tener que morir es una ayuda para muchos
98.
Con el testimonio de las fotografías que hemos tomado y el de ustedes espero lograr que los gobiernos de todo el mundo se interesen formalmente por los platillos volantes y organicen una magna batida hasta dar con la base, que sin duda poseen en Tierra, con casi total certidumbre, en este país