1.
Cierto, pero una finca, entre la infinidad de fincas que poseen a lo
2.
No necesité leer la explicación pues reconocí la posición de aquella finca
3.
aparcamiento de esa finca, sino con el de la finca vecina, cuya salida, en lugar de dar a la calle
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que no era eso, ¿Pero de dónde salía ese tío? En la finca todo lo que había eran
5.
emigró (no del todo voluntariamente) a Vara Blanca, a trabajar en la finca de unos parientes
6.
Los cafetales y, en particular, las haciendas cafetaleras, se valorizaron enormemente, lo que provocó que: a) el productor de café, merced a su valori-zada fortuna fundiaria, se encontrara mejor dotado para competir por el crédito disponible; y b) el labrador con tierra insuficiente lograra, mediante la especialización en la producción cafetalera, valorizar igual o más su pertenencia que el agricultor que, aunque poseía una finca grande, la destinaba a pastos y a la producción de subsistencia
7.
La mescolanza era favorecida por no haberse dado, todavía, una estricta separación, en el espacio residencial y productivo, entre los grupos sociales, ya que la parcela dimi-nuta coexistía con la finca mediana y la grande y la casa humilde con la que no lo era; pero, también, por la participación de los ilustres de la 70
8.
Era la pierna para él su modo de vivir, su finca, su oficio,lo que para los mendigos músicos es la guitarra o el violín
9.
Adela, sí, había trabadoamistades con una gruesa india que tenía ciertos privilegios en la casade la finca, y vivía en otra cercana, donde pasaba Adela buena parte deldía, platicando de las costumbres de aquella gente con la resueltaPetrona Revolorio: «y no crea la señorita que le converso por servicio,sino porque le he cobrado afición»
10.
¡A Juan que, suponiéndola apenada, no bien acabó con cuanta prisa pudosu empeño en el pueblo de los indios volvió a la ciudad, y de allí,aprovechando la noche por sorprender a Lucía con la luz de la mañana,emprendió sin descansar el camino de la finca a caballo y de prisa!
11.
En medio, tenés una variedad única de vegetación, tú misma viste la gran cantidad de plantas diferentes que tienen en la finca
12.
Ca lo poco é bien dicho finca en el coraçón
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62 Lo poco é bien dicho finca en el coraçon (1606)
14.
Habían entrado en la finca algunos paisanos de los que bebían
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finca de labor y recreoque poseía en las inmediaciones de la poblacióny comenzó a
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Es una finca mitad de recreo, mitadde labor
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Sin conciencia clara de lo que hacía, Fernandabuscaba a su ex-novio por la finca
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paseaba sola en uno delos parajes más apartados de la finca con un libro abierto en la
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manzano, y por algún tiempo estuvieron resonando tiros enla finca
20.
Por lo tanto,debiendo la finca rendir un
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en la finca del Barón
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Aquel campo era la finca predilectadel capitán, su regocijo y sus amores
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—Y al parecer, la línea debe pasar por el medio de su finca deCerezangos
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Subieron á lo más alto de la finca
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no estaban en el poder daban reunionesallá en su finca de la Mancha y ofrecían espléndido
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El que estaba al frente de la finca nos acompañaba desde lapuerta de hierro
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gran finca de «El Encinar», con lafábrica de aserrar del Valtin al fondo, en el barranco
28.
El duelo se verificaría en el Puerto de Santa María, en la finca de unamigo del marqués
29.
María, en coche, y llegamos a la finca del amigo delmarqués, a eso de las dos de la tarde
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presos por cuestiones políticas; que habíamos vistorondando la finca a uno de la policía inglesa,
31.
Asomaba entonces el sol por un ángulo de la casa, alumbrando una partedel jardín y proyectando la sombra de aquélla y de los árboles, porlargo trecho, sobre el espacioso batey de la finca
32.
Por el lado del sur, una cerca de piedra separaba el campo del cuadradoen que se comprendía el variado caserío de la finca
33.
Para ello había motivosobrado, no ya sólo por el valor en dinero que representaba la finca, ypor las consideraciones sociales que se les guardaban a sus dueños, mastambién por el cuadro bello y pintoresco del conjunto, contemplado abuena distancia; encubridora eficaz de los lunares y manchas inherentesa casi todas las obras, así humanas como divinas
34.
Se ponía el sol, redondo y encendido cual bala roja, por detrás delinmenso palmar del potrero, cuando invadieron la casa de calderas losdueños de la finca, en compañía de su familia, amigos y empleados
35.
Luego cambiaron de rumbo los paseantes, rodeando la finca por el ladonorte, que era la porción más elevada del terreno
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padres y abuelos venían cultivando la finca
37.
entregarían el producto deaquella finca, que dividida en dos
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El dueño de la finca
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de la niñera y lacocinera, para una finca que aquél poseía en los
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saliendo de la finca por una puerta dela que no se servían
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manos atadas,y, ¿acaso, una finca se enajena con la facilidad de
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su ausencia, uniéndolos a la finca
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Desde su puesto de observación, Roussel le veía mirar con insistencia hacia la finca de la
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Un silencio profundo reinaba en la finca y, para colmo de tristeza, una lluvia torrencial, que
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Nada de cuanto constituye lo necesario y representa lo supérfluofaltaba en la finca
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Tal vez los trabajos del profesor Van Kraagen puedan arrojar una luz sobre este misterio… y si se lo llevaron de su finca del Ártico es de suponer que en su laboratorio encuentre algo que me indique lo que hizo en Nekya y quizá halle un indicio que me permita saber por qué se ha salvado de la muerte, rompiéndose en él la cadena de aniquilaciones
47.
La novia era galesa y vivía justamente al lado de la finca que Víctor poseía en Shropshire
48.
El pasado mes de junio, en Matsumoto, donde la secta es propietaria de una extensa finca, las emanaciones de gas mataron a siete personas e intoxicaron a más de doscientas
49.
Que se echaron todos al monte cuando los acusaron de rojos y de ocupar una finca
50.
De repente, las puertas de la finca aparecieron a la luz de los faros
51.
Al ruido del automóvil acudió el guarda de la finca, un hombre de mediana edad, que cambió algunas palabras con el abogado acerca de la hacienda
52.
Antes, ese olor, y el de las adelfas que crecían salvajes en cualquier lugar de la finca, perfumaban el aire todo el verano, salvo en los días más hoscos de levante en calma, cuando el aire inmóvil desprendía el olor áspero del polvo recalentado y teníamos que buscar alivio en el interior de la casa grande, con puertas y ventanas estrictamente cerradas, los niños a veces tumbados en el suelo, medio desnudos, absorbiendo por todo el cuerpo, por todos los poros, la tibieza calmante de las losas grises del pavimento de todas las habitaciones
53.
A mis anchas, pude entregarme a toda suerte de buceos registrales y al cabo de cierto tiempo encontré lo que buscaba y confirmé mis sospechas: la finca que ahora era el colegio de las madres lazaristas había pertenecido entre 1958 y 1971 a don Manuel Peraplana, que la vendió a las monjas por una suma exorbitante, habiéndolo adquirido en el 58 por una mínima fracción de su precio a un tal Vicenzo Hermafrodito Halfmann, de nacionalidad panameña, anticuario de profesión, residente en Barcelona desde 1917, quien, en esta última fecha, había adquirido el terreno, a la sazón baldío, y edificado en él la mansión
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sino una finca con nombre de pueblo
55.
El río no lleva mucha agua porque pasa entubado por debajo de la finca El Saco, que se llama así por su forma, pero está a muy buena temperatura y cría un plancton substancioso que engorda a los lucios y las carpas, algunos ejemplares llegan a pesar hasta las dos arrobas cumplidas; también hay patos azulones y otras aves acuáticas y al viajero le asalta el pensamiento de que ya sería gracioso que la energía nuclear modificase el equilibrio ecológico a favor y no en contra
56.
La parte posterior de la finca andaba necesitada de algunas reparaciones y fue alquilada por una cantidad de dinero irrisoria
57.
Si usted está interesada por una finca de este tipo, adquirible a bajo precio y con la perspectiva de emprender determinadas obras, creo que podría ofrecerle algo que le convendría más que la casa de que estamos hablando
58.
Se ve la casa muy bien desde ella —1a mujer hizo una pausa, inquiriendo a continuación —: ¿Para qué desea localizar esa finca?
59.
El otro lado de la finca no llama tanto la atención, ¿verdad?
60.
—De creer ciertas afirmaciones la organización mencionada tenía su sede en una finca denominada «Pale Horse»
61.
explicación de lo que hacía en esta finca a las doce menos cuarto de la noche
62.
La mención de la famosa finca campestre obró el milagro
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—Averigüe por el hombre que está en la puerta de la finca, cogiendo las invitaciones, si salió en coche o a pie
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No, el de la derecha, junto con un montón de los demás duplicados de la finca
65.
Creo que Ellie y tú habéis hecho una excelente operación al comprar la finca
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Es un bufete de prestigio y tengo entendido que la finca se compró por un precio muy ajustado
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En efecto, los domingos, cuando la abuela recibía la visita de sus hijas casadas,{59} dos de las cuales eran viudas de guerra, o de su hermana, que seguía viviendo en una finca del Sahel y que prefería la jerga mahonesa antes que el español, después de servir los grandes tazones de café negro en la mesa cubierta de hule, convocaba a sus nietos para un concierto improvisado
68.
Durante tres días, al volante, con la cabeza descubierta, sin decir nada, arrancó las viñas en toda la superficie de la finca
69.
Cuando todo hubo terminado, volvió a la finca y cruzó el patio empapado por el vino que se había escapado de las cubas, y empezó a preparar sus maletas
70.
Y ese movimiento ciego que nunca había cesado, que experimentaba aún ahora, fuego negro enterrado en él como uno de esos fuegos apagados en la superficie pero que en el interior siguen ardiendo, desplazando las fisuras y las torpes agitaciones vegetales, de suerte que la superficie fangosa tiene los mismos movimientos que la turba de los pantanos, y de esas ondulaciones espesas e insensibles seguían naciendo en él, día tras día, los más violentos y terribles de sus deseos, así como sus angustias desérticas, sus nostalgias más fecundas, sus bruscas exigencias de desnudez y sobriedad, su aspiración a no ser nada, sí, ese movimiento oscuro a lo largo de todos estos años estaba de acuerdo con aquel inmenso país que lo rodeaba, cuyo peso, siendo niño, había sentido, con el inmenso mar delante, y detrás ese espacio interminable de montañas, mesetas y desierto que llamaban el interior, y, entre ambos, el peligro permanente del que nadie hablaba porque parecía natural, pero que Jacques percibía cuando, en la pequeña finca de Birmandreis, con sus habitaciones abovedadas y sus paredes encaladas, la tía recorría los cuartos en el momento de acostarse para ver si estaban bien corridos los cerrojos de los postigos de gruesa madera maciza, país donde se sentía como si allí lo hubieran arrojado, como si fuera el primer habitante o el primer conquistador, desembarcando allí donde todavía reinaba la ley de la fuerza y la justicia estaba hecha para castigar implacablemente lo que las costumbres no habían podido evitar, y alrededor aquellos hombres atrayentes e inquietantes, cercanos y alejados, con los que uno se codeaba a lo largo del día, y a veces nacía la amistad o la camaradería, pero al caer la noche se retiraban a sus casas desconocidas, donde no se entraba nunca, parapetados con sus mujeres, a las que jamás se veía, o si se las veía en la calle, no se sabía quiénes eran, con el velo cubriendo la mitad del rostro y los hermosos ojos sensuales y dulces por encima de la tela blanca, y eran tan numerosos en los barrios donde estaban concentrados, tan numerosos, que simplemente por su cantidad, aunque resignados y cansados, hacían planear una amenaza invisible que se husmeaba en el aire de las calles ciertas noches en que estallaba una pelea entre un francés y un árabe, de la misma manera que hubiera estallado entre dos franceses o entre dos árabes, pero no era recibida de la misma manera, y los árabes del barrio, con sus monos de un azul desteñido o sus chilabas miserables, se acercaban lentamente, desde todas partes, con un movimiento continuo, hasta que la masa poco a poco aglutinada expulsaba de su espesor, sin violencia, por el movimiento mismo que lo reunía, a los pocos franceses atraídos por algunos testigos de la pelea, y el francés que luchaba, retrocediendo, se encontraba de pronto frente a su adversario y a una multitud de rostros sombríos y cerrados que le hubieran despojado de todo su coraje si justamente no se hubiese criado en ese país y no supiera que sólo el coraje permitía vivir en él, y entonces hacía frente a esa multitud amenazadora y que, no obstante, no amenazaba a nadie salvo con su presencia, y el movimiento que no podía evitar, y la mayor parte del tiempo eran ellos los que sujetaban al árabe que luchaba con furia y embriaguez, para que se marchase antes de que llegaran los guardias, que se presentaban al poco de llamarlos, y se llevaban sin discusión a los adversarios, que pasaban maltrechos bajo las ventanas de Jacques, rumbo a la comisaría
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Philippe Coulombel y la gran finca de Tipasa
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Su muerte en el avión sobrevolando la finca
73.
–¿Y esperas vivir con el producto de la finca? Eso suena a paradisíaco, pero os vais a encontrar con que exigirá un trabajo de titanes
74.
«¿De Salas? —preguntó Escandón frunciendo el ceño—, ¿qué tiene que hacer en Salas un hombre razonable? Ahora recuerdo que en otra época poseía yo allí una finca y, como has de saber, los Escandón nos llamamos Escandón de Salas
75.
Otros decían que era un caballero que deseaba alquilar una finca amueblada para pasar los fines de semana, y dos más afirmaban categóricamente que representaba a la empresa de un frontón
76.
Hubiera habido gran interés por conocer la valía de las riquezas que la finca encerraba y
77.
El jardinero o el guardián de la casa dijeron que el día del suceso el matrimonio había abandonado la finca en compañía del perro, como de costumbre
78.
, tal vez conocerá usted Grasslawn, señor: esa gran finca de recreo que hay junto al río, una vez pasado el puente que lo cruza
79.
Por lo que ellos dijeron, y también por los rumores que corrían entre los sirvientes de la finca, Brom adivinó el embarazo de tu madre
80.
A partir de aquel momento la asaltaron fantasmas e ilusiones de todo tipo, pero con el paso del día Nasuada observó que las visiones —con algunas excepciones notables, como las de ella y Murtagh en la finca
81.
Los exteriores se hicieron en una finca en Portugal, que después se convirtió en un sitio turístico, y los interiores en una casa construida dentro de un estudio en Dinamarca
82.
La mitad de la servidumbre procedía de Northamptonshire, de la finca de milady en Great Hitherden, y la otra mitad era de Londres; como es sabido, existe una gran diferencia entre los criados del campo y los de Londres
83.
La fortuna del doctor era harto exigua, pues la finca de Castellà, devastada por los franceses, valía bien poco, y lo demás consistía en diversos grupos de alcornoques [218] diseminados por la comarca ampurdanesa y en sitios a los cuales los herederos no se aventurarían a emprender viaje por saber el corcho de que eran dueños
84.
Los Pérez vivían en una finca de pisos de Park Ridge
85.
El panorama de la finca se presentó de un golpe a la contemplación de los viajeros
86.
Comenzó con el asesinato de una partida de acaudalados hermanos, propietarios de una gran finca cerca de Haliciae y se fue extendiendo
87.
Sin nadie más en la finca intento distinguir a un capataz que flota con los brazos abiertos dando órdenes estridentes
88.
Transcurrió media hora tranquila; y el primer invitado, un desconocido para los criados, apareció en la puerta de la finca
89.
Al quedar Leonard heredero de la finca, la hija del Capitán Treverton ahora regresará, en calidad de ama y señora, a la casa y a las tierras que su padre vendió
90.
Las razones que habían llevado a los propietarios de Porthgenna a fijar, por fin, una fecha para visitar su finca estaban relacionadas con ciertos detalles que la señora Frankland no creía aconsejable relatar en su carta
91.
Mire usted que los amigos de casa adquieren todo lo que sale, y mi marido anda ahora en tratos con la Hacienda para quedarse con una gran finca que fue de los Jerónimos en la provincia de Cáceres
92.
No obstante, el asunto quedó definitivamente zanjado, y mi padre entró en posesión de la finca y de unas catorce mil libras que mi tío tenía en el banco
93.
Nuestra finca estaba en un lugar llamado Muttra, cerca de la frontera de las provincias del Noroeste
94.
Noche tras noche iluminaban el firmamento los incendios de bungalows, y día tras día pasaban por nuestra finca pequeños grupos de europeos con sus mujeres e hijos camino de Agra, lugar donde estaban estacionadas las tropas más próximas
95.
Cuando estaba harto, o cuando simplemente me sentía cansado, me entretenía en jugar con los perros o en recorrer andando la finca de la casa, caminando por un prado de hierba en el que suelen pacer unas ovejas, propiedad de unos vecinos que así lo tienen solicitado y que ayudaban, y ayudan, a mantener el césped a su debida altura
96.
La batería de la Piqueta, que está al lado de la finca de este nombre, se halla provista de cubre-cabezas, y tiene un través en su centro que completa la protección del retorno de la derecha»
97.
Es una finca preciosa
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Frente a la entrada de la finca se había formado una multitud expectante
99.
El sábado fui a la finca
100.
Después de la atmósfera ruidosa del local, gozaron del silencio que reinaba en el coche mientras regresaban a la finca