1.
La rutina se reinicia: los papeles de mi escritorio son muchos, los clientes en el mostrador no me dio respiro y tengo la impresión de que se han vuelto aún más grosero que antes
2.
En fin, por callarse cosas importantes los cronistas de la solemnidad,ni siquiera mencionaron al general Ponce de Lerma, hombre grosero, que,en menos de dos horas, riñó tres veces con el ministro de la Guerra, ydio de puntapiés a un lacayo en un vestíbulo, porque al pasar, cargadode despojos de la mesa, le manchó el frac con una salsa amarilla,mientras su mujer (la del general) departía, en animado e interesantediálogo, con el subsecretario de Gobernación, gran mozo, candidato aministro para la primera crisis, soltero y de gran prestigio entre lasdamas elegantes
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filosófico hacia el pesimismo yhacia el más grosero ateísmo y la aparición ó la mayor
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oídos al grosero lenguaje usado en lo interior delteatro y a las
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La indignación contra el grosero interruptor creció a tal punto
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, y no al grosero estilo delos populares, como los que tenían delante y formaban el principalobjeto de la
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ante una escogida yculta concurrencia, delante de un populacho grosero y sobre la yerba deun prado de
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disposición poética tan lejana del furor báquicocomo del grosero sopor de los
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grosero materialismo de una mundana; de vez en cuando,los vaivenes ondulantes del
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y grosero rasgaba el papel como el cielo negro un rayo
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vestían un capote tan grosero y mal cortado como el suyo
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recuerdo del día anterior, viéndoseridículo y grosero
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El caballero, poseído de viva indignación ante aquel grosero
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pásame lo grosero de la expresión
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Se ha puesto muy grosero
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Tal vez fuera inculto y grosero según los cánones de la decadente civilización del siglo veinte; pero, con todo, era noble, digno y caballeroso
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Sobre todo, uno podía no quererlos, y tenían el ejemplo de un profesor de física de aspecto sumamente elegante, autoritario y grosero en su lenguaje, que ni Jacques ni Pierre pudieron «tragar» jamás, aunque a lo largo de los años lo tuvieron dos o tres veces
18.
—Estará relacionado con un grosero complot que fraguan contra una mujer
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Mientras detenía el automóvil delante del hotel que había elegido, comprendió que lo que él había llamado masoquismo era, en realidad, un acto de expiación por haber sido tan grosero con Livia
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¡Porque, ¡oh madre mía! has de saber que si, para nuestra mayor desgracia, mi esposa querida tuviese ocasión de volver a ver ese manto, se acordaría al instante de su instinto original, que es el vuelo de las aves, y no podría por menos de volar de aquí, aun contra los impulsos de su corazón! ¡Ten, pues, mucho cuidado, madre mía, de no mostrarle ese manto! ¡Porque, si tal desgracia sucediera, sin duda moriría yo de pena o me mataría! Además, te recomiendo que la cuides bien, ya que está delicada y acostumbrada a los mimos, y que no dejes de servirla por ti misma con preferencia a las servidoras, que no saben como tú lo que es preciso y lo que no es preciso, lo que conviene y lo que no conviene, lo que es fino y lo que es grosero
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Y ya me había llenado con ellas el cinturón, los bolsillos y el turbante, cuando exclamó mi amo: "¡Mal hayas, hombre de espíritu grosero! ¿Qué estás haciendo? ¿Ignoras que, si nos lleváramos una sola piedra de este palacio y de esta tierra, caeríamos heridos de muerte en el instante?" Y salió del palacio a grandes pasos, llevándose el cofrecillo
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Todavía no ha llegado el instante precioso en que sea innecesario este grosero sustento de la bestia
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Estaba muy bien para Craso Orator, tan bien situado que podía ir de fiesta en fiesta deliberadamente pensada para desafiar el edicto de su propio padre sobre actos suntuarios sin temor a perder el puesto en el Senado ni a los nuevos tribunos de la plebe, y hasta permitirse el lujo de fingirse vulgar y grosero y aceptar los rastreros favores de una seta como el contratista Quinto Granio
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"¡Soy princeps Senatus, portavoz de la cámara, y en todos los años que llevo con esta institución de hombres a quienes venero como manifestación que son del espíritu de Roma, nunca había visto un individuo tan peligroso y bandolero como Cayo Mario! ¡Dos veces en tres meses se ha apoderado de las sagradas prerrogativas del Senado pisoteándolas en el grosero altar del pueblo! ¡Primero anuló el edicto senatorial otorgando a Quinto Cecilio Metelo la prórroga del mando en Africa, y ahora, para complacer sus ambiciones, se aprovecha de la ignorancia del pueblo para atribuirse poderes de reclutamiento militar antinaturales, desmedidos, irrazonables e inaceptables!
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Conocemos la víctima y el grosero instrumento
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por contra, Aura gustaba con preferencia de los caldos de habas con cecina y de la borona; no hay que decir que Zoilo, por agradarla, consumía porciones monstruosas de aquel grosero alimento
27.
Se presentó para pedir disculpas por su comportamiento grosero de la mañana y, después de una larga entrevista privada con Sir Henry en el estudio, la conversación concluyó con una reconciliación total; como prueba de ello cenaremos en la casa Merripit el viernes próximo
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–¿Nada? ¿Está seguro? ¿Mintió sobre sus calificaciones escolares en la primera solicitud de empleo? ¿Alguna vez ha sido grosero con un empleado? ¿Han criticado en alguna ocasión su comportamiento o sus decisiones? ¿Ha sido usted objeto de alguna investigación interna de la compañía? ¿Ha hecho usted algo indebido, por insignificante que pueda parecer?
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Lou, incapaz de soportar el lenguaje grosero de Davis y el sufrimiento de la yegua, fue a sentarse en el porche delantero
30.
—No tienes por qué ser grosero –dijo con desdén—
31.
–Siempre he dicho que es un grosero, querida
32.
Se dirigió hasta la ventana con gran debilidad, intentando detectar los pantalones del grosero entre los laureles
33.
Diciendo esto el Centauro se levantó indig-nado cual si recibiera el más grosero insulto
34.
Era tan grosero como un granjero cualquiera
35.
Todo el mundo se permite ser grosero con todo el mundo, como si todo el mundo tuviera ocho años y hay que encajar con la mejor de las sonrisas, porque, de no ser así, puede parecer que no eres «enrollado»
36.
A pesar de que le gustaba interpretar el papel de hombre mayor grosero y desagradable, tenía el corazón de un cervatillo
37.
El chico pestañeó, sorprendido ante un lenguaje tan grosero que, de todos modos, sirvió para hacer tambalear su postura, lo que Tiel supuso que era la intención de Doc
38.
Lamento parecer grosero, pero la verdad es que estaba pensando en el ajedrez y el arte de gobernar
39.
Siempre he sido proverbialmente odioso, grosero y tacaño con todas las mujeres que se habían cruzado en mi camino
40.
Podía pensarla con una precisión minuciosa, y no tanto pensar cómo era, que hubiera sido un modo trivial y grosero de pensarla, sino pensar en ella como si del ser sin forma que era se hubiese transformado, de haber adoptado una de las infinitas formas posibles, pero siendo siempre ella
41.
Eso es solo un error grosero pero irrelevante a estos fines
42.
Normalmente, estoy muy poco predispuesto a la contemplación de una Beldad dejándose montar por algo tan grosero como un macho humano, y aparto la vista en tales momentos, pero esta película era una excepción, por diversas razones
43.
–Bueno… es un poco grosero
44.
Hay algo tan grosero en su risa de ahora, en el gesto que acompaña la frase…
45.
–No tienes por qué ser grosero -dijo con desdén-
46.
El comisario recibió aquella información ignorando la presencia de la señora Rottecombe y dando rienda suelta a lo que opinaba sobre «aquel hijo de puta borracho» con un lenguaje tirando a grosero
47.
Me mostré casi grosero con quienes querían hablar del incidente de los rehenes y sus consecuencias
48.
Miró con algún interés los dos príncipes que imploraban atención sobre la mesa, mas se contuvo, pues hubiera sido grosero llevárselos de vuelta
49.
Pero era muy grosero
50.
Los jefes y oficiales, asustados ante el menor rumor acerca de una visita del general, mostraban, sin embargo, un talante autoritario, hasta grosero, con los inferiores en la escala de mando
51.
En el grosero bosquejo que acababa de trazar, un hecho llamó su atención
52.
Durante un tiempo su sirviente había sido un auténtico ordenanza ruso hallado en un refugio de emigrantes en las afueras de Berlín, pero por alguna razón inexplicable se volvió en extremo grosero y habían tenido que sustituirlo por una muchacha germano-polaca
53.
Perdón por el lenguaje grosero
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Yo me enorgullecía de la temperatura exacta de mis relaciones con mis vecinos: nunca grosero, siempre distante
55.
El que durante milenios los pensadores europeos pensasen únicamente para demostrar algo – hoy resulta sospechoso, por el contrario, todo pensador que «quiere demostrar algo» -, el que para ellos estuviera fijo des-de siempre aquello que debía salir como resultado de su reflexión más rigurosa, de modo parecido a como ocurría antiguamente, por ejemplo, en la astrología asiática, o a como sigue ocurriendo hoy en la candorosa interpretación moral-cristiana de los acontecimientos más próximos y personales, «para gloria de Dios» y «para la salvación del alma»: – esta tiranía, esta arbitrariedad, esta rigurosa y grandiosa estupidez son las que han educado el espíritu; al parecer, es la esclavitud, entendida en sentido bastante grosero y asimismo en sentido bastante sutil, el medio indispensable también de la disciplina y la selección espirituales
56.
Esta necesidad sentida por el hombre intenta saturarse y llenar su forma con un contenido; en esto, de acuerdo con su fortaleza, su impaciencia y su tensión, esta necesidad actúa de manera poco selectiva, como un apetito grosero, y acepta lo que le grita al oído cualquiera de los que mandan -padres, maestros, leyes, prejuicios estamentales, opiniones públicas-
57.
Lo mismo ocurre con Shakespeare, esa asombrosa síntesis hispanomoro-sajona del gusto, del cual se habría reído o con el cual se habría enojado casi hasta morir un ateniense antiguo amigo de Esquilo; pero nosotros – aceptamos precisamente, con una familiaridad y cordialidad secretas, esa salvaje policromía, esa mezcla de lo más delicado, grosero y artificial, nosotros gozamos a Shakespeare considerándolo como el refinamiento del arte reservado precisamente a nosotros, y al hacerlo dejamos que las exhalaciones repugnantes y la cercanía de la plebe inglesa, en medio de las cuales viven el arte y el gusto de Shakespeare, nos incomoden tan poco como nos incomodan, por ejemplo, en la Chiaja de Nápoles: donde nosotros seguimos nuestro camino llevando todos los sentidos abiertos, fascinados y dóciles, aunque el olor de las cloacas de los barrios plebeyos llene el aire
58.
He vuelto a oír por vez primera -la obertura de Richard Wagner para Los maestros cantores: es éste un arte suntuoso, sobrecargado, grave y tardío, el cual tiene el orgullo de presuponer que, para comprenderlo, continúan estando vivos dos siglos de música: -¡honra a los alemanes el que semejante orgullo no se haya equivocado en el cálculo! ¡Qué savias y fuerzas, qué estaciones y climas están aquí mezclados! Unas veces nos parece anticuado, otras, extranjero, áspero y superjoven, es tan caprichoso como pomposamente tradicional, no raras veces es pícaro y, con más frecuencia todavía, rudo y grosero, – tiene fuego y coraje y, a la vez, la reblandecida y amarillenta piel de los frutos que han madurado demasiado tarde
59.
Para olfatos más sutiles ese cristianismo inglés desprende incluso un efluvio genuinamente inglés de spleen [desgana] y de desenfreno alcohólico, contra los cuales se lo usa, por buenas razones, como medicina, – es decir, se usa un veneno más fino contra otro más grosero: un envenenamiento más fino representa ya de hecho, entre pueblos torpes, un progreso, un paso hacia la espiritualización
60.
Abstenerse mutuamente de la ofensa, de la violencia, de la explotación: equiparar la voluntad de uno a la voluntad del otro: en un cierto sentido grosero esto puede llegar a ser una buena costumbre entre los individuos, cuando están dadas las condiciones para ello (a saber, la semejanza efectiva entre sus cantidades de fuerza y entre sus criterios de valor, y su homogeneidad dentro de un solo cuerpo)
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De repente me di cuenta de que estaba siendo grosero
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Se mostró grosero y afirmó que lo que yo necesitaba era ejercicio
63.
El de la droguería simplemente se había vuelto aún más grosero
64.
O, para ser más exactos, era grosero y brusco con todo el mundo en general, sin consideraciones de sexo, lo que en cierto modo se podía considerar bastante equitativo
65.
Entonces oyó en la cubierta unos golpes como los producidos por varios fardos al caer, y luego que Killick, con su inconfundible voz chillona (una mezcla de la de niñera experimentada y amargada y la de marinero grosero y mascador de tabaco), gritaba algo en tono indignado y blasfemaba
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Según el primer oficial Cox, el hombre les dirigió un gesto grosero
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Lord Quinborough tiene fama de ser violento, autoritario, grosero y malhumorado
68.
Obviamente, sus compañeros no son soplones, y no sabía cuál era su comportamiento en la cámara de oficiales, pero no podrán negar que durante las últimas semanas les he indicado muchas veces indirectamente y muchas también directamente que tenían un comportamiento tosco y grosero en la cubierta
69.
Respecto al odio a la esclavitud, lo comparte con algunos de mis amigos que también eran caballeros de la orden de Malta, y creo que empezó cuando estuvo en las galeras de la orden; respecto al trato grosero del rey, lo que ocurrió fue que se refirió a su padre diciendo mi pariente en vez de mi primo, como merecía ser tratado por su rango, y Hurtado nunca olvidará la ofensa porque es muy orgulloso
70.
Por respeto al padre, antiguo compañero de rancho, Jack había invitado a Store a comer, y le había sorprendido el grosero y maleducado silencio de que había hecho gala, al menos hasta recordar que el almirante Store (el almirante sir Harry Store, para ser exactos) había pasado la mayor parte de la guerra en los apostaderos de la India y Sudáfrica
71.
Miss Morden no parecía tener prisa por volver a lo alto de la pendiente y recuperar la seguridad y habría resultado grosero recordarle que debía hacerlo
72.
La elegancia del doctor Vintila y la tosquedad atractiva, varonil, de Valeriu, y ella, Ródika, entre los dos, como una peonza, instrumento dócil para que el doctor pudiera seguir acumulando antigüedades en esa clínica para cuarentonas menopáusicas que se admiraban de la ¿clase?, del estilo del atildado sesentón, una joyita conservada como recuerdo de la vieja Europa bajo el marasmo grosero de las sucesivas revoluciones, hombre de mundo, refinado y culto, cáustico y prudente en sus juicios, impoluto como si el tiempo y la historia no hubieran dejado huellas ni cicatrices en sus ademanes de viejo aristócrata, esteta impenitente, amante de la belleza y del saber, hombre de ciencia, mago y brujo capaz de seducir como las serpientes a las mujeres de todo el mundo que le veneraban y respetaban…
73.
Sólo con Aureliano se forzaba, por repugnancia que le diese, a hablar el latín militar de éste, pidiendo al tiempo a los dioses que infundiesen al salvador del mundo romano una lengua más digna de su incultísima grandeza; en tal esperanza vivía, eximiendo en tanto a Aureliano de toda crítica: tosco, brutal, grosero, malhablado, de acuerdo, pero semidiós solar, salvador de la ecúmene, es decir, del latín, amenazado por bárbaros interiores y de fuera
74.
Castorp incluso estuvo grosero con Wehsal
75.
El almirante pertenecía a un grupo de la Armada más antiguo y grosero; además, había estado comiendo con su libertino compañero, el almirante del puerto
76.
Ya en la segunda habitación, Nashe notó que el hombretón rara vez olvidaba mencionar lo que había costado cada cosa y, a medida que el catálogo de gastos aumentaba, descubrió que estaba desarrollando una clara antipatía hacia aquel grosero individuo que parecía tan engreído y que disfrutaba tan desvergonzadamente con los nimios detalles de su mentalidad de contable
77.
Esta acción mía produjo un griterío general de protesta, bastante estridente y desafiantemente grosero, del conjunto de los trabajadores, que empezaron a mirarme hoscamente
78.
El muchacho acogió su petición con un grosero silencio que hizo que la sonrisa de Alla se congelara
79.
–En cuestiones de honor no hay órdenes -dijo con grosero despecho-
80.
Uno tras otro, Tintín, Grillín, Pacho, los dos Clac, confirmaron las declaraciones de Pardillo y no tuvieron palabras suficientemente enérgicas para condenar el acto grosero y de mal compañerismo de Vaquero
81.
Muchas personas me lo han vuelto a decir, que hacía mal en no ir a Guermantes, que iba a pasar por un grosero, por un oso
82.
Hasta entonces, como ocurre a muchos hombres en quienes la afición al arte se desarrolla independientemente de su sensualidad, había reinado una extraña disparidad entre la manera de satisfacer ambas cosas, y gozaba en la compañía de mujeres de lo más grosero, las seducciones de obras de lo más refinado, llevando, por ejemplo, a una criadita a un palco con celosía para ver representar una obra decadente que tenía unas de oír o una exposición de pintura impresionista, convencido, por lo demás, de que una mujer aristocrática y culta no se hubiera enterado más que la chiquilla aquella, pero no hubiera sabido callarse con tanta gracia
83.
” Y yo, muy contento de encontrar esas razones de la superioridad de la Berma, aunque bien sospechaba que no bastaban para explicarla (como no explicaba la de la Gioconda o la del Perseo de Benvenuto aquella exclamación de un paleto: “¡Y qué bien hecho está! ¡Todo de oro, y bueno! ¡Vaya un trabajo!”), compartía con avidez el grosero vino de aquel entusiasmo popular
84.
Diciendo esto el Centauro se levantó indignado cual si recibiera el más grosero insulto
85.
Colgaduras de liberty y viejas telas alemanas del siglo XVIII la preservaban del olor que exhalaba el resto del edificio, grosero, insulso y corruptible como el del pan moreno
86.
No me levantaba hasta que el fuego estaba encendido, y contemplaba el cuadro tan transparenté y dulce de la mañana malva y dorada a la que acababa de añadir artificialmente las partes de calor que le faltaban, atizando mi fuego que ardía y humeaba como una buena pipa y, como hubiera podido hacer ésta, me deparaba un goce ala vez grosero, ya que reposaba en un bienestar material, y delicado, porque tras él se esfumaba, una pura visión
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Tal hermano era un tipo grosero y arrogante, sin otro oficio que conducir el camión del almacén y el proyecto no tuvo para Pallis el menor aliciente
88.
Todo es grosero o sensiblero
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El secretario de redacción, hombre probo y grosero, miente muy sencillamente, como un arquitecto que nos promete que nuestra casa estará terminada en una época en la que ni siquiera estará comenzada
90.
En cambio, los americanos se comportaban como americanos sin más adjetivación y se dejaban envolver en la red de sutiles amabilidades de una vieja cultura del comportamiento, conscientes de que, más tarde o más temprano, lo pagarían como el americano borracho del Rose Garden había pagado el derecho a emborracharse, ser grosero, ridiculizar aquel digesto de cultura thai
91.
Aldous Fowler permaneció de pie, sin la menor intención de estrechar la mano de aquel grosero embutido en un costoso traje de chaqueta
92.
«A lo largo de la reunión se mostró tremendamente grosero —recordaba Gates— y después hubo una parte en la que casi se echó a llorar, como diciendo: “Por favor, dame una oportunidad para que este programa no salga a la luz”»
93.
Afirmó, con un lenguaje muy grosero, que Google los había estafado
94.
En cambio, aquellos no perturbados por ningún resto serio de su arte anterior, por ninguna ambición superior, se contentaban con obedecer a una tradición que se había establecido sóli-damente poco a poco: el director de escena fijaba el emplazamiento de la entrada en escena y de la salida, indicaba los juegos de escena según el libreto -con variantes eventuales, incluso «arreglos» contrarios al texto-, injuriaba al coro, se mostraba grosero con los artistas modestos y lleno de indulgencia con los que no lo eran, dejaba, en general, seguir a las cosas su curso, y, si acaso, se ponía en pie de guerra contra el director de orquesta, etc… (Théme et Variations, op
95.
Tenía la facultad de juzgar en un segundo, por supuesto, y no le pareció un hombre grosero