1.
Creyendonecesario ponerme en antecedentes, me dijo que estos tales amigos sehallaban una tarde en el café de Levante platicando apaciblemente con ély otros varios, y que habiendo girado la conversación sobre variostemas, vino a parar, como tal vez solía acontecer, a los toros, y quehaciendo uno el panegírico acabado de la plaza de Valencia, notable porsu amplitud y solidez, otro manifestó inmediatamente que la tal plazaera un patio de vecindad comparada con la de Córdoba, a lo cual replicóel primero que mirase bien lo que decía, porque la plaza de Valenciatenía fama en todo el orbe
2.
Y al oirlas estasiados, del orbe los mortales,
3.
acomodo que él para unachica soltera, en todo el orbe
4.
preeminencia y significación únicasen el orbe de la literatura
5.
a la luz del orbe los bravos cachorros, que imitarán lasrumpantes garras del valeroso padre
6.
historias en el orbe, que, por la aprehensión quetengo de que fueron como sus historias cuentan,
7.
del orbe; en cuya demanda he andado ya lamayor parte de España, y en ella he vencido muchos
8.
ya en todo el orbe, en dirección a la puerta de Toledo
9.
Considerandotodos los desarrollos, y todas las mudanzas del orbe, como
10.
estos sino á los demás que vivian derramadospor el orbe; empresa para la cual incitó á
11.
orbe que sintieron el yugo de sus armas, i eltiránico gobierno de sus reyes
12.
todo el orbe, vinieroná estrellarse contra los pechos de un puñado de labriegos ahí, un
13.
Del nuevo orbe al Marques Mora:[17] y
14.
Habiendo todo el Orbe rodeado,
15.
por el orbe, sin el tabernáculo, queadoraron sus mayores, para que se sequen para el
16.
susrosados dedos en aquel rincón del orbe, se atrevió a alargar toda lamanecita, y un resplandor
17.
emperatriz en el mundo, nireina ni princesa en todo el orbe, que valgan lo que valen las ideales
18.
es el orbe, la creacion entera, la obradel principio supremo, la patria de Dios
19.
Que su igual en el orbe no se sabe:
20.
Sé bien que en todo el orbe de la tierra
21.
lo que en el orbe vale y puedeesta calidad
22.
Orbe, y el de Sane: entre los lagos de recuerdos está el de
23.
-Sí -dijo el del Bosque-: de una tal Casildea de Vandalia, la más cruda y la más asada señora que en todo el orbe puede hallarse; pero no cojea del pie de la crudeza, que otros mayores embustes le gruñen en las entrañas, y ello dirá antes de muchas horas
24.
Quiero inferir de lo dicho, que podría ser que yo tuviese alguna gracia déstas, no del no poder ser ferido, porque muchas veces la experiencia me ha mostrado que soy de carnes blandas y no nada impenetrables, ni la de no poder ser encantado, que ya me he visto metido en una jaula, donde todo el mundo no fuera poderoso a encerrarme, si no fuera a fuerzas de encantamentos; pero, pues de aquél me libré, quiero creer que no ha de haber otro alguno que me empezca; y así, viendo estos encantadores que con mi persona no pueden usar de sus malas mañas, vénganse en las cosas que más quiero, y quieren quitarme la vida maltratando la de Dulcinea, por quien yo vivo; y así, creo que, cuando mi escudero le llevó mi embajada, se la convirtieron en villana y ocupada en tan bajo ejercicio como es el de ahechar trigo; pero ya tengo yo dicho que aquel trigo ni era rubión ni trigo, sino granos de perlas orientales; y para prueba desta verdad quiero decir a vuestras magnitudes cómo, viniendo poco ha por el Toboso, jamás pude hallar los palacios de Dulcinea; y que otro día, habiéndola visto Sancho, mi escudero, en su mesma figura, que es la más bella del orbe, a mí me pareció una labradora tosca y fea, y no nada bien razonada, siendo la discreción del mundo; y, pues yo no estoy encantado, ni lo puedo estar, según buen discurso, ella es la encantada, la ofendida y la mudada, trocada y trastrocada, y en ella se han vengado de mí mis enemigos, y por ella viviré yo en perpetuas lágrimas, hasta verla en su prístino estado
25.
Por falta de visión comercial en el país, esa idea -como tantas otras- fue arrebatada por los norteamericanos, que ahora tienen las patentes y venden sus modelos por todo el orbe
26.
—Completamente: tened en cuenta que en todo el orbe sois sólo cinco las personas que lo poseéis o lo han llegado a poseer, y todos y cada uno de ellos tienen algo diferente
27.
apuesto a todo el orbe
28.
En un vehículo especial se exhibían más de dos mil coronas y guirnaldas con que le habían obsequiado ciudades, tribus, reyes y países de todo el orbe
29.
Pero, mi muy querida tía, las dos naciones más distintas en la superficie del orbe son Francia e Inglaterra
30.
—Una carta neutral: el Orbe
31.
Es cierto que, después de mi viaje, estaba mucho más al tanto de la fama de usurero y ruin que se había ganado Juan XXII, un hombre que había llenado la ciudad de Aviñón de banqueros, comerciantes, traficantes y cambistas; que se había rodeado de una corte mucho más suntuosa, rica y palaciega que la de cualquier monarca del orbe; un pontífice que vendía bulas a cambio de dinero y que, según había oído, permitía la exhibición de crucifijos en los que la figura del Hijo de Dios aparecía clavada por una sola mano, ya que la otra se introducía en una bolsa de monedas que le colgaba del cinto
32.
Para quien, como yo, había viajado por las grandes ciudades del orbe, tanto en Oriente como en Occidente, la población de Santiago, uno de los tres Axis Mundi, constituía el mayor desengaño que pudiera imaginarse
33.
¡Todo el orbe cante!
34.
En la plaza de San Pedro y en todo el orbe
35.
Desató con facilidad los nudos que Durnik había hecho con tanto esmero, sacó el Orbe y se lo ofreció al asombrado sacerdote
36.
Misión suspiró y puso el Orbe en la bolsa—
37.
Ya puedes entregar el Orbe
38.
—¡Misión! —declaró el pequeño y depositó con firmeza el Orbe sobre la mano extendida
39.
¡El Orbe estaba vivo! Él podía sentir la vida en su interior mientras miraba sin comprender el fuego vivo que ardía en la palma de su mano
40.
El Orbe de Aldur comenzó a despedir un ligero brillo en cuanto los tres hombres entraron en la sala
41.
¿Ya has recobrado el Orbe, Belgarath? —preguntó el Gorim
42.
De todos modos, una vez que hayamos recobrado el Orbe regresaremos a las cavernas y escaparemos con él
43.
—Por lo tanto, seguirías en posesión del Orbe
44.
El niño se soltó de sus brazos y corrió tras el Orbe, que rodaba por el suelo
45.
mirando el orbe de oro que el reytiene en su mano
46.
Un gran pájaro de alas negras flotaba por delante del hinchado orbe, en perezosos círculos
47.
Volvió a ver el hacinamiento de Judenstadt, el cúmulo de humillaciones que sufrían los judíos incluso en Praga, uno de los últimos refugios que les quedaba en todo el orbe cristiano
48.
Si estaba en lo cierto, Kylar tenía tiempo hasta que la dama Jadwin subiera para coger el Orbe de los Filos
49.
El Orbe de los Filos cayó en su mano
50.
—Sabe quién se llevó el Orbe de los Filos —sentenció Neph
51.
—¿Ya le has entregado el Orbe de los Filos? —preguntó
52.
El gran globo de este orbe de mares y tierras,
53.
en el ámbito del orbe
54.
Eso explicaría el gran éxito que han tenido las religiones en todos los rincones del orbe
55.
No podría señalar las veces que, siendo niña, escuchó en las tertulias de su casa los comentarios de su padre y sus amigos sobre la gran biblioteca del Museum que ordenó construir Ptolomeo I y que amplió su hijo Ptolomeo II, a quien llamaban Filadelfo; cómo se referían al Botanicum, donde se cultivaban plantas exóticas, ornamentales o con propiedades curativas, traídas por los marineros alejandrinos de los más apartados lugares del orbe; o sus alabanzas a la grandeza del Astronomicum, donde los sabios debatían sin descanso, estudiaban el firmamento y sus estrellas o seguían atentos el curso de los planetas
56.
Una embajada de importancia capital para todos nosotros, ya que debía poner fin a la soledad en que se hallaba el Reino de Asturias y establecer sólidos lazos con el resto del orbe cristiano, del que necesitábamos ayuda militar, enseñanzas y respaldo ante el Papa de Roma para combatir las herejías que proliferaban en Hispania bajo la influencia perniciosa del Islam
57.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe de la tierra y cuantos lo habitan; pues él es quien lo fundó sobre los mares y sobre las olas lo estableció
58.
Si no se les detiene antes, impondrán sus valores y creencias por todo el orbe
59.
«A la ciudad y al orbe
60.
Ni siquiera en el ultraclasista sentido sexual del Orbe Beta de formación académica
61.
Miles consideró, y luego reconsideró, mencionar su encuentro en el Orbe de las Delicias Celestiales con Ekaterin durante su luna de miel, posiblemente la parada más peculiarmente útil de su itinerario… «Concéntrate, milord Auditor
62.
–Mirad -dijo, y apoyó un dedo en la esfera color de rubí, que iluminaba la superficie del orbe como los ojos inyectados de sangre de un mono de las rocas-
63.
A los posibles dioses que en el orbe haya
64.
—Sí —dijo el del Bosque—: de una tal Casildea de Vandalia, la más cruda y la más asada señora que en todo el orbe puede hallarse; pero no cojea del pie de la crudeza; que otros mayores embustes le gruñen en las entrañas, y ello dirá antes de muchas horas
65.
En resolución, últimamente me ha mandado que discurra por todas las provincias de España y que haga confesar a todos los andantes caballeros que por ellas vagaren que ella sola es la más aventajada en hermosura de cuantas hoy viven, y que yo soy el más valiente y el más bien enamorado caballero del orbe; en cuya demanda he andado ya la mayor parte de España, y en ella he vencido muchos caballeros que se han atrevido a contradecirme
66.
Quiero inferir de lo dicho, que podría ser que yo tuviese alguna gracia déstas, no del no poder ser ferido, porque muchas veces la experiencia me ha mostrado que soy de carnes blandas y no nada impenetrables, ni la de no poder ser encantado; que ya me he visto metido en una jaula, donde todo el mundo no fuera poderoso a encerrarme, si no fuera a fuerza de encantamentos; pero pues de aquél me libré, quiero creer que no ha de haber otro alguno que me empezca, y así, viendo estos encantadores que con mi persona no pueden usar de sus malas mañas, vénganse en las cosas que más quiero, y quieren quitarme la vida maltratando la de Dulcinea, por quien yo vivo; y así, creo que cuando mi escudero le llevó mi embajada, se la convirtieron en villana y ocupada en tan bajo ejercicio como es el de ahechar trigo; pero ya tengo yo dicho que aquel trigo ni era rubión ni trigo, sino granos de perlas orientales; y para prueba desta verdad quiero decir a vuestras magnitudes como viniendo poco ha por el Toboso, jamás pude hallar los palacios de Dulcinea; y que otro día, habiéndola visto Sancho, mi escudero, en su mesma figura, que es la más bella del orbe, a mí me pareció una labradora tosca y fea, y no nada bien razonada, siendo la discreción del mundo; y pues yo no estoy encantado, ni lo puedo estar, según buen discurso, ella es la encantada, la ofendida y la mudada, trocada y trastrocada, y en ella se han vengado de mí mis enemigos, y por ella viviré yo en perpetuas lágrimas hasta verla en su prístino estado
67.
—Las montañas y valles tienen formas asentadas… no importa lo toscas que sean las formaciones rocosas, no se ve nada, en todo el orbe, que pudiese caer bajo el efecto de la gravedad
68.
—¿Cree de verdad que el antro de bebida de Black Jack es un buen lugar para cortar el orbe de la soberana?
69.
Su orbe no se llenaba lo bastante ni siquiera con toda la esfera del horizonte
70.
Entonces se había preguntado cómo se acercaría a ella, cómo haría para conocerla; se había abierto en él todo un orbe maravilloso —aquel en que ella vivía—, de que emanaban deliciosas irradiaciones, pero en el que no podría penetrar él
71.
El sol brillaba con una magnificencia difícil de encontrar en ningún otro lugar del orbe; porque antes de colarse a través de las vidrieras de Santa María para juguetear con el color y la piedra, el mar devolvía al sol el reflejo de su propia luz y los rayos llegaban a la ciudad embebidos de una suerte de esplendor inigualable
72.
Persona nombrada por el Papa para conocer en apelación de las causas eclesiásticas de todo el orbe católico
73.
Conjunto de obispos de una nación o del orbe católico
74.
Los ingleses eran los más hábiles conquistadores de mujeres que cabe encontrar en nuestro orbe
75.
Todos mis instintos me decían que temiese caerme por el hueco, porque si «caía» lo haría un buen trecho antes de estrellarme contra un orbe en rotación
76.
Nos pusimos a bajar mientras la válvula se ajustaba a su posición final, y salimos a una pasarela circular que colgaba del techo del orbe, rodeando la abertura
77.
—¿Por qué estoy aquí? —le había preguntado a fra Jad mientras nos aproximábamos a las puertas del edificio que flotaba en el centro del orbe Uno
78.
De la superficie interna del orbe, la mitad estaba bajo el agua
79.
Las fibras estaban fijas en el techo del orbe, pero dirigiendo la luz a fibras diferentes en momentos diferentes del día se creaba la ilusión de que el sol se movía por el cielo
80.
Los más antiguos e importantes, los más altos en el Mando, están en el orbe Uno
81.
—En ese caso, es doblemente desafortunado que fra Jad muriese durante el lanzamiento —dije—, ya que el orbe Uno parece un lugar al que le hubiese gustado ir derechito
82.
—Una válvula esférica funciona incluso cuando hay una gran diferencia de presión entre los lados —dije—, por lo que el Mando podría evacuar el Núcleo, abrirlo al espacio, y luego abrir la válvula y matar a todo el orbe
83.
«Le llaman el orbe del mundo entero -cantaba un himno-, pues sus piedras angulares corresponden a los cuatro pilares del cielo: Tebas es la reina de las ciudades, la divina, el ojo del principio creador, ¡todas las ciudades exaltan su nombre! En el origen de los tiempos se formó un cerro de arena y emergió del agua: en él nació el mundo, sobre él se levantó Tebas, el ojo de luz
84.
Los Milenaristas del Día del Juicio Final se sentían muy intranquilos por el nuevo aire de confraternidad mundial, preocupados por la constante disminución de armas nucleares en el orbe
85.
No era raro suponer que el hombre que le dio su nombre al país más populoso del orbe, el que construyó la edificación más grande del planeta, temía ser olvidado
86.
El Mensaje está registrado en cintas magnéticas, en impresos de computadora y en discos de láser, en observatorios de todo el orbe
87.
Y cuando Derguín fijó la vista en ellos, se dilataron hasta abarcarlo todo, la cueva, la cuña de roca solidificada que se hundía en la tierra y en la que se abría la cueva, el país de Áinar, el vasto continente de Tramórea, el orbe entero
88.
A partir de ahora voy a ser la mejor ayudante de exquiriente que la Urbe y el orbe hayan conocido
89.
Las acusaciones contra los judíos se basaban en una presunta conspiración mundial de los hebreos para acabar con todas las monarquías cristianas del orbe
90.
Y fuimos luz del orbe y ejemplo de las naciones