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un rapto de locura
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Las dos mujeres, ya que no pudieron abrazarse en su rapto deenternecimiento, por hallarse en
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antes del rapto? ¿Has presenciado eldespojo?
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Mas cuando Moreno, en un rapto
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en cualquier época, por favor del cielo,por rapto de amor divino, por galardón
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Había ya contado lo del rapto de la queridacon los trabajos que sufrió, lo de
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veces el alma alcanzaba de un solo rapto las beatitudes de lapasión ideal; otras, la
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ocupado en combinar los preliminares de un rapto entoda regla, arrebatando una hija a su padre y
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5 Estaba yo en la ciudad de Joppe orando, y ví en rapto de entendimiento unavision; un vaso, como un gran
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peligro sugiere el recurso de la salvación, yque del exceso de pavura surge el rapto de
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seducción, rapto y aun de matrimonio
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Estas ceremonias se simplifican si los novios son pobres, en estecaso solo hay la petición, el convite de boda, y el rapto
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No le contesté, porque en un rapto de lucidez había empezado a comprender lo que estaba haciendo Sandoval y a darme cuenta de que el que estaba a tientas y a los tumbos era yo, y no él
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—Suicidio en un rapto de locura —dijo Joanna
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En un rapto de ira pueden matar
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El infeliz tuvo un rapto de alegría, un rayo de luz pura bajó al infierno en el cual estaba luchando
17.
—En cuanto a eso último, parece aceptable que fue un intento de rapto, señor
18.
Esa comedia constituía la parte más importante de la ceremonia nupcial en uso entre los turcomanos, afganos y beluchistanos, en que debe simularse el rapto de la novia
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Había removido piedras en busca de su mujer, negándose al principio a aceptar lo que ya no era ningún secreto, pero cuando las evidencias del rapto fueron imposibles de ignorar, Lieberman pidió una audiencia con el Jefe del Estado y le exigió la devolución de su esposa
20.
Era la primera sorprendida de su éxito, le costaba creer que hubiera gente dispuesta a pagar tanto por esos adornos inventados en un rapto de inspiración para divertirse
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-El rapto de las chicas no calzaba con una operación de tráfico de drogas porque llamaba demasiado la atención
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Simón se había pasado la tarde anterior, luego de la visita de Myriam y acompañado de Seis, cuya envergadura le facilitaba mucho las cosas en aquellos ambientes, visitando figones, tugurios y lugares de encuentro, sobre todo en aquellos locales donde la clientela era de la más baja condición y particularmente en el barrio del Compás, por si a sus oídos llegaba alguna noticia que le aportara luz sobre el lugar o la circunstancia del rapto del hijo de su amada
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Y así mismo, y presionado por el rapto de su hijo mayor, que fue sacado del palacio envuelto en una alfombra, por un comando al mando del coronel Otto Skorzeny, el mismo que rescató a Mussolini del Gran Saso
24.
Se trataba de un viejo y lujurioso cacique que organizaba el rapto de una bella joven para poder doblegarla a sus deseos
25.
El rapto se llevaba a cabo después de una serie de vicisitudes, pero, al final, el cacique podía contemplar en su dormitorio a Alba, que así se llamaba la chica, desnuda y suplicante
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En la tierra había sido muy conocido como comediante, pero decidió emigrar debido a las desmedidas exigencias de tres o cuatro esposas adquiridas en un rapto de entusiasmo juvenil
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[224] aquel fuego que encendía su voluntad; y el drama romántico que el niño se traía, con violencias y fuertes emociones, con su rapto correspondiente, quizás con cuchilladas y tiros, se trocó en comedia casera
28.
¡Desfigurado, enfangado y mudo! —concluyó el pequeño en un rapto de inspiración, conteniendo la risa
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Aquí tienes explicado el rapto de Ibero con la filosofía que aprendí en los nefandos motines de Barcelona
30.
–Digamos, por ejemplo, que una empresa tiene una gran presencia en un país donde abunda la delincuencia y el rapto y el rescate son bastante comunes
31.
-Bueno -dijo Eufrasia en un rapto de orgullo, proclamando el imperio de la pasión sobre toda moral y toda conveniencia-: pues aunque no se case
32.
Fiscales e investigadores del departamento del sheriff del condado de Los Ángeles señalaron que Elliot mató a su esposa, Mitzi, de 39 años, y a Johan Rilz, de 35, en un rapto de ira después de encontrarlos juntos en la casa de fin de semana propiedad de los Elliot en la playa de Malibú
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El padrastro, Herodes, cautivado por la picardía de la muchacha, le dijo, en un rapto de generosidad y largueza cesáreas:
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Esto podría explicar ese asunto tan extraño, e inaceptable desde el punto de vista de la razón, de que Dios se desdoble en un Hijo y lo mande a sufrir a la Tierra para redimir un castigo que El mismo ha impuesto a la humanidad en un rapto de ira
35.
Se fundieron en un abrazo apasionado y en ese momento, en un repentino rapto de inspiración, Coco salió del coche y se colocó a su lado en dos zancadas, y antes de que el señor pudiera darse cuenta de lo que había pasado tenía la punta de una navaja casi pinchándole los riñones
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El súbito rapto de generosidad
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Luego, casi en un rapto, empezó a abrir los cajones de la cómoda y a revisar la ropa de Lillian, examinando sus bragas, sus sostenes y sus medias, sosteniendo cada artículo en la mano un momento antes de pasar al siguiente
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Suponía que Degas había oído hablar del rapto de Luzia, pero no estaba segura
39.
Lo más probable era que el hijo del coronel supiera lo del rapto, pero era posible que el frío desdén que Felipe sentía por Taquaritinga le hiciera olvidar a Gramola o que ni siquiera se acordase de que era hermana de Emília
40.
Por todas estas razones me parece imposible que la población de dos mil habitantes contabilizada después de la epidemia de viruela de 1864 representara lo que quedó de una población de entre seis mil y ocho mil personas solamente antes de las otras epidemias de viruela, el rapto, otras posibles epidemias y el descenso de población del siglo XVII
41.
De nuevo, al igual que sucedió en otras islas del Pacífico con la “importación de trabajadores”, el rapto de isleños para convertirlos en esclavos empezó en Pascua alrededor de 1805 y alcanzó su clímax en 1862-1863, el año más desastroso para la historia de esta isla, en el que dos docenas de barcos peruanos secuestraron a unos mil quinientos habitantes (la mitad de la población superviviente) y los vendieron en una subasta para que trabajaran en las minas de guano de Perú y en otras labores de ínfima categoría
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La puerta entre los cuadros del rapto de Lucrecia y del rapto de las sabinas
43.
–¿Existen otros elementos de la investigación que, según su experiencia, sean incompatibles con un rapto por parte de un extraño? – preguntó Dan
44.
– Luego, en un rapto de decisión, confesó-
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Se comentaba mucho el rapto de la princesa
46.
Sabía algo del rapto de Nna
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Tarzán había observado el rapto de la muchacha con gran interés, pues explicaba el aparente misterio de la desaparición de tantas otras muchachas jóvenes durante los últimos tiempos
48.
Le había creído partícipe en su rapto
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Astok estaba algo asustado por las proporciones del conflicto que su rapto de la princesa ptarthiana había producido, y no estaba muy contento con el peso de la responsabilidad que la posesión de tal prisionera implicaba
50.
No dudó ni por un momento de que el golpe partía de la mano de su yerno; los cuidados necesarios para encontrar a Clervil, retrasaron un poco los del rapto de Eugénie; con escaso numero de conocidos y un crédito bastante mediocre, era difícil ocuparse a la vez de dos objetivos tan importantes que por otra parte la actitud vigorosa de Franval hacia necesaria
51.
Tras una canción y una escena titulada «El rapto» en la que Aldonza es raptada y, según se insinúa, violada por varios individuos, don Quijote se la encuentra después de haber sido abandonada por sus secuestradores
52.
¡Desfigurado, enfangado y mudo! – concluyó el pequeño en un rapto de inspiración, conteniendo la risa
53.
Y aunque Briony se sentía reivindicada por la reacción de los adultos, y estaba experimentando el principio de un dulce rapto interior, también se alegraba de estar sentada en el sofá con su madre, parcialmente protegida por los hombres de los sanguinolentos ojos de desprecio de su hermana
54.
Conmocionado todavía por su encuentro con el capitán, en un rapto de rara prudencia, escogió al que antes había visto apuntalando la pared
55.
[57] Rapto de las sabinas: el legendario rapto de las mujeres de la tribu sabina, que vivía a un lado del Tíber, por parte de los soldados de Rómulo, el igualmente legendario fundador de Roma
56.
1 Uno de los más famosos es el rapto de la princesa Nuzhatu al-Zaman en el «Cuento del rey Ornar Bin al-Nu'man y sus hijos», traducción de Burton, vol
57.
El rapto empieza en la p
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-¿Abandonarías casa, padres, todo, por seguirme? -dijo él en un rapto de infernal inspiración
59.
La banda, en un rapto de apoyo patriótico a los aliados de Inglaterra, atacó la «Marsellesa»
60.
Que tras el rapto al fuego fueron arrojados,
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Naturalmente, el rapto de negros en África había sido declarado fuera de la ley hacía tiempo, en 1792 por los Estados Unidos, en 1807 por Gran Bretaña y en 1815 por Francia, pero esas prohibiciones no hacían sino añadir mayor atractivo a la remuneración del contrabando; plantadores del Caribe, Brasil y los Estados meridionales continuaban ofreciendo precios exorbitantes por peones de buena calidad, y siempre podían encontrarse capitanes dispuestos a romper el bloqueo
62.
Para mis adentros, había decidido considerar todo el episodio del dictado como un rapto pasajero, una perturbación mental después del duelo
63.
En un rapto de audacia, aprovechando que ni el empleado ni la monja habían reparado en su presencia, Lorencito se deslizó en dirección a la trastienda, entre anaqueles atestados de racimos de rosarios y figuras de santos
64.
Y dejo abierta la puerta de la portería, para atajar toda imputación de rapto
65.
Debí comprender (por indicios que me llegaban de alguna parte de Lolita, o de un ángel exhausto, a sus espaldas) que sólo obtendría horror y dolor del rapto esperado
66.
Después de la discusión, la señora Ashcraft destruyó en un rapto de ira todo lo que pudiera recordarle a su esposo
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Podría usar el rapto de tu hombre como una excusa para ir a la guerra, en cuyo caso tu hombre será ejecutado por el sequito del rey
68.
desde antes del rapto de la reina
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Rapto y boda, voto a Dios
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El poeta se ajustó los lentes y frunció el ceño, pues a su posición en la Corte no le cuadraba un escándalo relacionado con rapto y estocadas; aunque estando de por medio Alonso de Contreras, Diego Alatriste y el hijo de Lope, se le hacía cuesta arriba negarse
71.
Así, esa conversación en inglés, que un mes antes me hubiera inspirado una sonrisa, salpicada de algunos nombres propios franceses que acrecían y orientaban mi inquietud, esa conversación sostenida allí delante tuvo para mí la misma crueldad que un rapto y me dejó en idéntico estado de abandono
72.
Ante todo, yo reconocía con dificultad a la dueña de casa y sus visitantes, aun a la duquesa de Guermantes, que con su voz ronca me pedía que fuese a sentarme junto a ella en un sillón de Beauvais que representaba el rapto de Europa
73.
Y muchas veces los observaba yo sin aludir a una separación posible, esperando que provinieran de un rapto de mal humor que acabaría aquel día
74.
No obstante, algunas horas después de su partida, el pensionista y su guardián habían sido objeto de un rapto, y nadie había sido recibido en el pabellón 17, ni se había puesto en relación con Tomás Roch
75.
Inútil es insistir sobre que el rapto se haya efectuado en provecho de uno de los Estados del antiguo continente o en provecho de un particular
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Por lo demás, aun admitiendo todas esas hipótesis, un rapto así era inexplicable
77.
Desde las primeras horas de la mañana, la noticia del rapto había circulado por la población, provocando los sentimientos fáciles de suponer
78.
– ¿Por qué te preocupas por todo esto? ¿Qué significa el rapto de una de nuestras mujeres para ti?
79.
Al decir «vamos», Felipe se cosió a los faldones del manchego, y este en un rapto de amistad, de generosidad, de benevolencia, que eran el destellar más común de su alma, le dijo así cuando iban por la rampa abajo:
80.
Por un segundo, Julián creyó que se trataba de Jacinta, pero enseguida comprendió que se trataba de la señora Aldaya, que les observaba hechizada en un rapto de fascinación y repugnancia
81.
—¿Pero es que hay más de una? Esto parece el rapto del serrallo
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El rapto de los niños
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Me imaginaba con exactitud el cuerpo de Una, mientras leía, acoplándose a la silla; intuía la curva de la columna vertebral, de la nuca, el peso de la pierna cruzada sobre la otra, el ruido casi inaudible de la respiración, y me arrobaba incluso la idea del sudor en las axilas, me arrebataba en un rapto que abolía mi propia carne y me convertía en esa percepción pura y tan tensa que estaba a punto de romperse
84.
Exclamaba yo en aquel rapto: «¡Nación feliz ésta, en que cada nacido tiene al menos una contingencia de ser inmortal! ¡Pueblo feliz, que disfruta tantos vivos ejemplos de viejas virtudes y tiene maestros que le instruyan en la sabiduría de pretéritas edades! ¡Pero felicísimos sobre toda comparación estos excelentes struldbrugs, que, nacidos aparte de la calamidad universal que pesa sobre la naturaleza humana, gozan de entendimientos libres y despejados, no sometidos a la carga y depresión de espíritu causada por el continuo temor de muerte!» Manifesté mi admiración de no haber visto en la corte ninguna de estas personas ilustres; la mancha negra en la frente era distinción tan notable, que no era fácil que yo hubiese dejado de advertirla, y, por otra parte, era imposible que un príncipe de tan gran juicio no se sirviese de buen número de tan sabios y capaces consejeros
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Desdicha grande fue la de nacer en la católica España a lo largo de siglos de persecución implacable! Ojalá nuestras madres nos hubieran cagado a mil leguas de ella, en tierras otomanas o de negros bozales! Allí hubiéramos crecido libres y lozanos, sin que nadie se metiera en nuestras vidas ni nos aterrorizara con castigos y amenazas! Cuántas veces vimos desfilar enjauladas a nuestras hermanas camino del quemadero! Cualquier gesto o descuido podían delatarnos y conducirnos a las mazmorras del Santo Oficio, debíamos obrar con sigilo, temblábamos de gozo y terror entre las piernas de quienes ofrecían lo suyo a la voracidad enloquecida de nuestros labios, quizás alguien nos había espiado e iría a denunciarnos, qué desgracia nos acechaba tras los breves instantes de fervor y de dicha? Nos sabíamos condenadas y la certeza de nuestra fugacidad nos empujaba a afrontar temerariamente el peligro, el Archimandrita en el que reencarnó Fray Bugeo nos protegió a la sombra de su convento, aquí no encontraréis mujeres sino hombres que huyen de ellas, componen fratrías y visten faldas, los que no corren tras las mozas de la cantina ni solicitan a las devotas en el confesionario se encargarán de vosotras y aliviarán vuestras ansias, éste es el único puerto seguro en nuestros tiempos de iniquidad y miseria, disfrazaos de monaguillos o monjes, vivid entre falsos castrati, fingid gran devoción a Nuestra Señora y afinad el canto en la iglesia, no puedo ofreceros más, extremad la prudencia, cien mil ojos y oídos fiscalizan nuestros actos, registran dichos y movimientos, graban el menor suspiro, ni el KGB ni la CIA han inventado nada, el Gran Inquisidor de estos reinos vela por su quietud y de todo tiene constancia, no confiéis en ningún amante ni amigo, sometidos a tormento podrían traicionaros, acampamos en un universo de fieras, quien no devora acaba por ser devorado a fuerza de envilecernos asumíamos el reto, invocábamos al demonio y sus obras de carne, celebrábamos aquelarres y coyundas bestiales, nos hacíamos encular junto a los altares por los matones más brutos del hampa, escupíamos su espesa lechada en los cálices, la consagrábamos y consumíamos con la misma unción de los Divinos Misterios las obleas eran nuestros preservativos! el odio y aversión del vulgo a las de nuestra especie nos servía de estímulo, instigaba a trastocar sus sacrosantos principios, convertía la abyección en delicia exaltada sangre, esperma, mierda, esputos, meadas, cubrían las ricas alfombras de la iglesia ante la mirada vacía de sus Vírgenes y santos de palo inventábamos ritos y ceremonias bárbaros, coronábamos con flores a los sementales más alanceadores, los proclamábamos Vicarios de Cristo en la Tierra, exprimíamos hasta la última gota del sagrado licor de sus vergas en noches inolvidables que evocábamos con místico rapto mientras prendían fuego a las piras y nos reducían a materia de hoguera entonces bendecíamos la crudeza del destino y la gloria de nuestra audacia, nadie nos puede arrebatar una furia y ardor que se renuevan en el decurso de los siglos, muertas hoy y renacidas mañana, sujetas a la gravitación de una absorbente vorágine, éramos, somos, las Santas Mariconas del Señor listas para todos los desafíos y asechanzas, las devotas del Niño de las Bolas y su Vara de Nardo, hemos sufrido mil muertes y no nos amedrantan los zarpazos del monstruo de las dos sílabas, descendíamos a las simas del Pozo de la Mina y nos dejábamos azotar por verdugos encapuchados, eran inquisidores?, gerifaltes nazis? Incubos revestidos de la parafernalia de las sex-shops neoyorquinas?, los zurriagazos restallaban en nuestras espaldas, nos revolcábamos con beatitud inmunda en los charcos de orina, allí no cabían sonrisas ni humor, sólo gravedad litúrgica, preceptiva de enardecida pasión, misterios de gozo y dolor, crudo afán de martirio, usted mismo nos vio, con cautela o cobardía de mirón, en la época de sus cursos en la universidad vecina, trabados en piña en el cerco de premuras y ahíncos, hasta el día en que topó con un denso e inquietante silencio y de escalera en escalera, túnel en túnel, aposento en aposento, asistió al espectáculo de la gehena, no ya de los mares de luz oscuridad fuego agua nieve y hielo, sino el de cadáveres y cadáveres maniatados, con grillos en los pies y collarines claveteados en el cuello, sujetos entre sí con cadenas, colgados de garfios de carnicero, inmovilizados para siempre en sus éxtasis por el índice conminatorio del pajarraco, debemos recordárselo? usted nos dejó allí, en aquel despiadado abismo, pero nosotras transmigramos y reaparecimos en el círculo de amigas del Archimandrita, de su odiado e inseparable pére de Trennes fuimos las gasolinas de mayo del 68 y desfilamos por los bulevares con nuestros perifollos del Folies Bergére y cabelleras llameantes, abrazamos con efusión todas las causas extremas y radicales, seguimos a Genet y sus Panteras Negras de Chicago o Seattle, coreamos con kurdos, beréberes y canacos consignas revolucionarias e independentistas, rechazamos las tentativas de normalización de nuestro movimiento y su inserción insidiosa en guetos, abjuramos solemnemente de cualquier principio o regla de respetabilidad nauseabunda somos, escúchenos bien, las Santas Mariconas, Hermanas del Perpetuo Socorro, Hijas de la Mala Leche y de Todas las Sangres Mezcladas y lo seremos hasta el fin de los tiempos mientras perdure la llamada especie humana o, mejor dicho, inhumana, ¿no cree? ya sé qué pregunta quiere hacerme, a mí, el fámulo importado de las remotas islas, sobre mi insulso traje de oblato, la adivino en el temblor impaciente de sus labios y la malicia abrigada en sus pupilas, y le responderé antes de que nos despidamos y le dejemos a solas con su asendereado libro por provocación, mi querido San Juan de Barbes! para dar una última vuelta al rizo y cumplir con el papel de garbanzo blanco en mi universo de garbanzos negrísimos!, voy con mi compañera al baile de máscaras animado por la Orquesta Nacional de su barrio, allí arderemos todas las gasolinas y corearemos nuestra consigna, derriére notre cul, la plage, y acabada la fiesta y con la aprobación expresa del bendito arzobispo de Viena y del cardenal romano que, según Millenari, hizo voto perpetuo de homosexualidad, celebraremos una clamorosa sentada frente a la Prelatura Apostólica con nuestros abanicos, penachos, plumas, lentejuelas, collares, minifaldas, tetas de goma, pichas gigantes, para exigir la canonización inmediata de Monseñor en razón de su vida y escritos cuajados de testimonios de santidad irrefutable si quiere acompañarnos, le reservaremos un billete de avión!
86.
Los sacerdotes, repuestos de su espanto, habían comprendido que acababa de efectuarse un rapto
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Éste le dijo en un rapto de entusiasmo:
88.
Pues bien, una tarde, mientras Lupin, cambiando de táctica, estudiaba el modo de proceder al rapto y secuestro del diputado Daubrecq; mientras Grognard y Le Ballu, a quienes había prometido su perdón en caso de éxito, vigilaban las idas y venidas del enemigo; mientras todos los periódicos anunciaban la próxima comparecencia ante el tribunal de los cómplices de Arsenio Lupin, acusados los dos de asesinato, una tarde hacia las cuatro, un brusco timbrazo resonó en el apartamento de la calle Chateaubriand
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No hay que confundir esta primera desaparición, que ocurrió sin escándalo, con el famoso rapto que poco después debía producirse en unas condiciones tan inexplicables y tan trágicas
90.
En efecto, Raoul dedicó todo aquel día a los preparativos del rapto
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Tuve un rapto de inspiración
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Esta vez tuve un pequeño rapto de inspiración
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Si Platón reservaba para los poetas un lugar tan poco honroso en su República, no dejaba quizá de tener principalmente en cuenta que el propio rapto inspirado es nefasto, humanamente hablando, a menos que vuelva a tocar la tierra después de haberla perdido
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Ese Concierto de Listz emociona a multitudes pero el rapto de que nació no se repite en ninguno de los individuos de esa multitud; lo que la emoción colectiva condensa no es más que la paralización isócrona e instantánea de mil estados minuciosamente complejos, esencialmente distintos y frecuentemente antagónicos