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custodio llegue tarde a su ocasión de torpeza
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En la distracción, cometió la torpeza de
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nena que se subía por los caños de las hamacas, con una mezcla feliz de torpeza y osadía
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y emoción es producto de la torpeza y analfabetismo afectivo a que
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una torpeza similar en el ámbito afectivo
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dad y la torpeza afectiva que nos caracteriza, tienen directa relación
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En vez de replicar que el hombre más maloó pusilánime siempre es algo más que la planta,porque tiene un alma y una inteligencia que, por viciadas óembrutecidas que pudiesen estar, se pueden redimir; en vez de contestarque el hombre no tiene derecho de disponer de la vida de nadie enprovecho de nadie, y que el derecho á la vida reside en cadaindividuo como el derecho á la libertad y á la luz; envez de replicar que si es abuso en los gobiernos castigar en el reo lasfaltas ó crímenes, en que ellos le han precipitado porincuria ó torpeza, cuanto más lo sería en unhombre, por grande y por desgraciado que fuere, castigar en el pobrepueblo las faltas de sus gobiernos y antepasados, en vez de decir queDios solo puede tentar tales medios, que Dios puede destruir porquepuede crear,
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La torpeza en el producir y la mayor torpeza en el gastar
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—Salvo el orificio que mi torpeza ha abierto en el sombrero de
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torpeza de coordinación? Apenas levanta lacabeza, el hombre trastrueca todo el bien concertado
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gárgaras; rodaba por las canalescon la torpeza del barro,
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Al verlo Flimnap en el estrado de los señores del gobierno, se apresuróá darle la noticia de que el gigante era también poeta, aunque «á sumodo», con toda la grosería y la torpeza propias de su sexo, peroañadiendo que, á pesar de tales defectos, propios de su origen, parecíaposeer cierto talento
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estar irritado por su torpeza, y no obstante,su fisonomía no daba señales de alteración,
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detestable puntería y la torpeza de loscazadores
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que, segúnla torpeza y flojedad que en esto usaban, noacabarían por todo aquel mes
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tipo másacabado del ideal del gaucho malo? ¿Creéis que es torpeza dejar en la ciudad
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seconsigue hoy por la torpeza del gaucho de la Pampa
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La torpeza o mala conductahallan en boca del desgraciado
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crimen es siempre una torpeza y su situación eramuy envidiable para que se expusiera
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Pero el que estaba en acecho se cansó de la torpeza de su
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gastando en ellas, por su torpeza en la caligrafía,
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su comisión,sino que indujo en el terror, en que su torpeza
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bárbara torpeza todos los movimientosque le impone la naturaleza del suelo
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en aquella torpeza con intervalos de exaltación y delirio, extrañómucho que se le hubiese hecho
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Cuando intentaba predicarles con el ejemplo, se hacía visibleinmediatamente su torpeza para esta clase de trabajos
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que enseñaba á tirar el lazo á Watson,riendo de la torpeza del
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vicio y enlas mujeres una torpeza
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Olvide usted, se lo ruego, una torpeza involuntaria que
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apareció en el zaguán el juez en persona, deshaciéndoseen excusas por la torpeza de la
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atribuyendo siempre el éxito desgraciado a su propia torpeza yno a la calidad del
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mucha torpeza le habían extraviado en el camino,encontrando sólo, cuando se cansó y se hartó
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vengar mi agravio; de confesar mi torpeza en lasarmas y mi
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torpeza; y contribuyeron mucho a ello, más que las miradas
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puntas aceradas, y una torpeza y unquebranto en las rodillas,
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torpeza, y luego sea más difícilde lograr el fruto de las predicaciones
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con pesada torpeza, impidiéndoles el paso, Lobito metía entre ellos el armado testuz,
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Cuando se levantó con torpeza, atravesando la superficie del agua, la piedra pómez tintineó contra su cuerpo
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Con terrible torpeza esquivó los muebles, chocó con un par de sillas y, al volverse, estuvo a punto de volcar la mesa
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–¿Entrar en la profecía? – había preguntado con amargura, al avanzar por las tierras de pastoreo como un monstruo, trepando con torpeza por encima de las vallas mientras desde las distantes casas de campo le llegaban los furiosos ladridos de los perros-
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Hortensia consigue superar la torpeza, se levanta sujetándose los riñones y se acerca a la monja
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Luego de tres días son objeto de las burlas de los guerreros defensores porque no tienen experiencia en asaltar grandes muros y su torpeza es aún mayor frente a la temible triple muralla, pero el ex emperador logra penetrar con sus lugartenientes por unas tuberías del acueducto y una vez dentro se las arregla para retomar el gobierno
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Tommy introdujo la llave con cierta torpeza en la cerradura Antes de hacerla girar, la puerta se abrió, plantándose Albert en el umbral
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Por supuesto, era falso, pero, como toda buena mentira, contenía una parte de verdad, porque lo que Armada decía (y lo que todo el mundo pensaba que el Rey decía por boca de Armada) era una combinación sabiamente equilibrada de lo que pensaba el Rey y de lo que a Armada le hubiera gustado que pensase el Rey: Armada aseguraba que el Rey estaba muy inquieto, que la mala situación del país le preocupaba mucho, que el permanente desasosiego del ejército le preocupaba mucho, que sus relaciones con Suárez eras malas, que Suárez ya no le hacía caso y que su torpeza y su negligencia y su irresponsabilidad y su apego insensato al poder estaban poniendo en riesgo al país y a la Corona, y que ésta vería en definitiva con muy buenos ojos un cambio de presidente (lo cual traducía con exactitud lo que en aquel momento pensaba el Rey); pero Armada también decía (y todo el mundo pensaba que el Rey lo decía por boca de Armada) que aquélla era una circunstancia excepcional que exigía soluciones excepcionales y que un gobierno de unidad compuesto por líderes de los principales partidos políticos y presidido por un militar era una buena solución, y dejaba entender que él mismo, Armada, era el mejor candidato posible a encabezarla (todo lo cual traducía con exactitud lo que a Armada le hubiera gustado que pensase el Rey y quizá lo que en parte por influencia de Armada llegó en algún momento a pensar, pero no lo que en aquel momento pensaba)
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Ése fue el humus omnívoro en que nació y creció el 23 de febrero, y la torpeza de Suárez para manejar el arranque del Estado de las Autonomías alimentó su voracidad como no lo hizo acaso ninguna de las no gobernaba para unos pocos, sino para todos; al fin y al cabo, pensaría, también necesitaba a la izquierda para gobernar; al fin y al cabo, pensaría, en el fondo él era un socialdemócrata, casi un socialista; al fin y al cabo, pensaría, él ya no era un falangista pero lo había sido y el falangismo y la izquierda compartían la misma retórica anticapitalista, la misma preocupación social, el mismo desprecio por los potentados; al fin y al cabo, pensaría, él era cualquier cosa menos un potentado, él era un chusquero de la política y de la vida, él conocía el desamparo de las calles y las pensiones miserables y los sueldos de hambre y de ninguna manera iba a aceptar que lo calificasen de político de derechas, él era de centro izquierda, cada vez más de izquierda y menos de centro aunque lo votase el centro y la derecha, él se hallaba a años luz de Fraga y sus paquidermos franquistas, ser de derechas era ser viejo de cuerpo y de espíritu, estar contra la historia y contra los oprimidos, cargar con la culpa y la vergüenza de cuarenta años de franquismo, mientras que ser progresista era lo más justo, lo más moderno y lo más audaz y él siempre -siempre: desde que mandaba su pandilla de adolescentes en Ávila y encarnaba a la perfección el ideal juvenil de la dictadura- había sido el más justo, el más moderno y el más audaz, su pasado franquista quedaba a la vez muy lejos y demasiado cerca y lo humillaba con su cercanía, él ya no era quien había sido, él era ahora no sólo el hacedor de la democracia sino su campeón, el principal baluarte de su defensa, él la había construido con sus manos y él iba a defenderla de los militares y de los terroristas, de la ultraderecha y de la ultraizquierda, de los banqueros y de los empresarios, de políticos y periodistas y aventureros, de Roma y Washington
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Ése fue el humus omnívoro en que nació y creció el 23 de febrero, y la torpeza de Suárez para manejar el arranque del Estado de las Autonomías alimentó su voracidad como no lo hizo acaso ninguna de las torpezas que cometió por entonces
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Abrí la puerta con torpeza y entré en la pequeña sala de estar
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Si hace tanto tiempo, ¿cómo las gentes que le rodeaban han podido tener la torpeza de meter en mi cabeza un poco de la confusión que había en la suya cuando se la cortaron?
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Con torpeza, pero dispuesto a conseguir su objetivo como fuera
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Había yo cometido la torpeza de lastimar su dignidad, que aún debía de resentirse de las crueles heridas hechas en ella por la degradación postulante de su tía, por las escaseces de ambas y por el hambre de la pobre niña, mal calzada y peor vestida
50.
Beauchamp lanzó una exclamación de sorpresa al ver a su amigo atravesar por entre los papeles y pisotear con la torpeza hija de la poca costumbre que tenía, los periódicos de todos tamaños que cubrían, no el pavimento, sino la mesa en que estaba escribiendo
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Otras lo hacen con torpeza y, por lo tanto, sería mejor que se abstuvieran
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Lawrence enrojeció y sonrió con torpeza
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La torpeza inicial con el cuerpo de Eragon desapareció pronto, aunque una vez quiso coger un martillo y le rascó las puntas de los dedos en la mesa
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Para un Victoriano hubiera sido una torpeza regalar flores amarillas a quien deseaba conquistar, sin embargo hoy las flores son tan costosas que apreciamos el gesto sin fijarnos en detalles
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Nasuada frunció el ceño y caminó de un lado a otro por la habitación, rebullendo de rabia por su propia torpeza y por el problema que se añadía a su ya abrumadora lista de preocupaciones
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Con lentitud y cierta torpeza, porque le temblaban las manos, abrió uno por uno los botones de su blusa y descubrió el hueco tibio de sus axilas, la curva de sus hombros, los senos pequeños y la nuez de sus pezones, tal como los había intuido al sentir su roce en la espalda cuando viajaban en la moto, al verla inclinada sobre la mesa de diagramación, al estrecharla en el abrazo de un beso inolvidable
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El hombre subió con torpeza arrastrando cadenas en las manos y en los pies
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Ella recordará siempre los cuerpos pesados de los animales, su torpeza, sus colas embarradas golpeándole la cara, el olor a boñiga, los cuernos que la rozaban y su propia sensación de vacío en el estómago, de vértigo maravilloso, de increíble excitación, mezcla de apasionada curiosidad y de terror, que sólo volvió a sentir en instantes fugaces de su vida
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parecía incómodo en su frac, pe-ro se movía con seguridad y bailaba bien, bueno, en todo caso mucho mejor que yo, que bailo como ganso a pesar de un año de clases inten-sivas en la escuela para señoritas; además la turbación aumentaba mi torpeza
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En cualquiera de ambos casos, yo no me sentía sujeto del tiempo que vivía, la exacta acumulación de segundos, minutos, horas y días en la que los demás pensaban que se sucedían mis acciones y mi inactividad, sino el simple objeto de un fenómeno temporal, frenético y estático a la vez, que disfrutaba jugando con la torpeza de mis percepciones
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Fueron días negros, horribles, días pesados y torpes hechos de torpes y pesados segundos de arena oscura, húmeda y sucia, siempre iguales, idénticos en su pesadez, en su torpeza, segundos como eternidades breves, repetidas, el último grano de un tormento insoportable, y de nuevo el último, y un grano más, y todavía el último grano, siempre el último y aún otro grano de arena cayendo sobre mi cabeza
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Era parte de la antigua vocación —qué desgarradoramente rechina este término ahora!—, era parte de la vocación tutorial, de maestrillo, que Juan inculcó a Antonio muy al principio, para que se ocupara de sus hijos: educarles, acompañarles estar con ellos, es en gran medida —explica la voz del Juan de otro tiempo— corregirles: sobre lo que hay, sobre sus ocurrencias, sus invenciones, sus errores, se reescribe, se repinta, se traza de nuevo, incluido el error mismo, incluso la línea desacertada, la expresión mema, la torpeza de los aprendizajes infantiles puede ser corregida en sí misma sin deshacerse, rehaciéndose, conteniendo la torpeza en la corrección, fecundando la corrección la torpeza reviviéndose, repensándose resucitándose, volviéndose a suscitar de nuevo, a partir de la expresión torpe, la ocurrencia inicial, la luz inicial
63.
Donald salió del cráter caminando con torpeza
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Tomó un trozo del asado de su plato y se lo introdujo con torpeza en la boca; tenía una boca preciosa
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¿Ha sido la naturaleza o es la costumbre quien ha dispuesto que una mitad del cuerpo humano se distinga por su habilidad y la otra mitad por su torpeza? Una de nuestras manos es inepta para la escritura, y en los trabajos mecánicos sólo sirve para ayudar a su experta compañera, la derecha
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Al mismo tiempo en el lado siniestro todo es torpeza, todo subordinación, todo ineptitud: cuanto hace por sí resulta torcido, y su inferioridad es tan notoria, que ni aun en desarrollo puede igualar al otro lado
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Tenía sin duda la figura de un señor noble y generoso; tal vez su corazón se inclinaba también a lo grande; pero en su cabeza estaba el desvanecimiento, la torpeza, los extravíos y falsas ideas de los hombres y las cosas de su tiempo
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[139] Estratégico incomparable en los valles y sierras Trijueque, era completamente inexperto en la táctica del humano corazón, y los recursos de su facultad seductora adolecían de brusca torpeza
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Asiente con torpeza y memoriza la dirección
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Algunos querían matarlas, para castigar en ellas la increíble torpeza de los urbanos, que así rompían la tregua y respondían tan indignamente a la generosidad con que se les había concedido la vida de sus esposas
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Con el tumulto que en su mente habían levantado las recientes emociones, se le fue de la memoria el embuste urdido para justificar su entrada en la casa; y al caer en la cuenta de la torpeza con que contestó a la niña, no se cuidó de enmendarla
72.
Su experta esposa, implantando sus elevados ideales en la mente de todos con algo parecido a una coquetona alegría, intensificó el depresivo efecto de la torpeza del general mediante el más efectivo contraste
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Y como no había transcurrido tiempo bastante desde su libertad para el total crecimiento del cabello, tenía la señora que aplicar añadidos y combinaciones que aumentaban la torpeza de sus manos
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Trabajo le dio sintonizar el catalejo del imaginómetro, pero como la eternidad permite esos devaneos sin apremios, y como el exceso de tiempo a su disposición -estrictamente todo el que quisiera- le dio la agilidad necesaria para no tener que agarrarse de su torpeza como excusa, en cosa de una semana dominó el arte de hacer observaciones sobre aquello que alguna vez fuera el mundo
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Intentó el Soberano un aprendizaje de pronunciación castellana; mas lo hizo tan desgraciadamente, que él mismo se reía de su torpeza antes que los demás riéramos
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Lo encontraba insólitamente atractivo, a lo cual sin duda se sumaba el hecho de que ella estuviera al tanto de su vulnerabilidad, y hasta su torpeza resultaba encantadora
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Y me contaron que había subido al abordaje con el grupo de proa, trepando con enternecedora torpeza por los cordajes, dando ciegos mandobles con la espada que apenas sabía manejar, y que había caído enseguida, sin gritar ni quejarse, por un oro que no era suyo
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Movía los dedos con torpeza por el teclado
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Tardaba más de, cuenta para hacer las cosas más simples, lo que le producía más ansiedad y torpeza
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Muy bien… -iba a decir «Benton» pero se contuvo antes de agacharse a recoger los cigarrillos con tal torpeza que se le rompieron dos
81.
El maestre Ridefort estaba tremendamente excitado; era consciente de que con su actitud irreflexiva y su torpeza táctica había conducido a su orden al borde de la desaparición, y es probable que se sintiera culpable de la pérdida de Jerusalén
82.
Giraba con torpeza, y más de una vez pareció encabritarse ante un cambio de marcha demasiado rápido
83.
Estableciendo arbitrarios sonidos y combinaciones de los mismos que representasen ciertos matices mentales, desarrolló un método de comunicación, método que con su torpeza y falta de adecuación hizo degenerar toda la delicadeza de la mente en toscas señales guturales
84.
Una torpeza se tapaba con otra aún mayor
85.
Desplazándose con torpeza debido al peso de los tanques, Barnes se puso en cuclillas al lado de la escotilla, se cogió a las agarraderas laterales, se dejó ir y desapareció con un suave chapoteo
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Los accidentes, las desgracias, los huesos rotos y toda tu torpeza provienen del hechizo, estoy convencida, pero los terremotos, las tormentas, ¡esas cosas las causas tú!
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Sin embargo, no fue el dolor lo que le paralizó mientras intentaba ponerse en pie, sino más bien un miedo entumecedor; había cometido una torpeza garrafal al estrellarse en el compartimiento delantero de misiles y extraviar el arma
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Le estrechaba la mano como si fuera un huésped bien recibido, y luego, con cierta torpeza, pero con evidente buena voluntad, se quedaba un momento por allí haciendo observaciones sobre el tiempo antes de subir al piso de arriba y retirarse a su habitación
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Las mujeres atractivas siempre le hacía actuar con torpeza
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Fue aquella misma tarde, en las fundiciones, cuando vio a la «nodriza» correr hacia él; una figura desmañada y ágil, con cierta mezcla peculiar de brusquedad, torpeza y decisión
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Goode se puso en pie con cierta torpeza
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Es peor ir a los Tribunales por bagatelas tontas o por, torpeza, que por un gran fraude
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Seda se había vuelto y hacía una reverencia hacia el altar, y Garion lo imitó con torpeza, asqueado todavía por el horrible espectáculo de allí abajo
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Los sacerdotes de Azash no llevaban armadura y manejaban con torpeza las armas
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Y entonces abandonaron aquella impávida actitud y se abrazaron con cierta torpeza mientras los demás se reunían en torno a ellos
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Jordán se dio cuenta de la torpeza con la que se había expresado
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Más tarde, probablemente mucho más tarde a juzgar por las divagaciones de Ken, tendría una sesión de sexo con la torpeza propia del alcohol en un cuarto a oscuras y eso sería todo
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Algunas de sus formulaciones tenían esa torpeza que sugieren los ecos de otra lengua, y cuando pronunciaba una palabra que terminaba en ing,[1] no podía impedir que el sonido de la k se le filtrara
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Esa noche cenaron en lo del doctor Pereda, que cometió la torpeza, en opinión de Laura, de invitar a personas ajenas al círculo familiar