1.
Hay en él calles que sellaman de Cantararias, del Horno de la Virgen, de la Abadía, de laBoquera; hay gentes que llevan por apellidos Broqués, Boyé, Bellot,Férriz, Guill, Meri, Mollá; hay casas viejas con balcones de maderatosca, y casas modernas con aéreos balcones que descansan en tableros derojo mármol; hay huertos de limoneros y parrales, lamidos por un arroyode limpias aguas; hay una plaza grande, callada, con una fuente en medioy en el fondo una iglesia
2.
lasvidrieras de las granjas, y en las cresterías depiedra de la abadía de
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consabida,con una plaza en el Consejo privado y lasrentas de la primera Abadía que vacara, en
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abadía, laresidencia de Fray Diego, con su capilla adjunta, los jardines yhuertos,
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hornos de la abadía
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niñez y también lector, exorcista,acólito y amanuense en la abadía
7.
y elegante caballero, muy deseoso al parecer de conseguirentrada en la abadía
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mío, que pueden necesitarnos en la abadía!
9.
ABUNDANTE y bien servida era la mesa de los escuderos en la abadía deSan
10.
maravillas culinarias que saboreó Roger en laantigua abadía francesa
11.
proezas en la abadía; pero te recomiendo alguna prudencia en esode sacar la espada á
12.
Luego de admirar en el museo da la abadía los
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de lamaravillosa abadía, de las inmensas salas, ni del mundo de
14.
Los restosde la abadía, de la iglesia, de los cenadores
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tienenada de lo que tiene una abadía ó un convento, y sin embargo, menos quela idea de palacio me
16.
Abadía, pero no son monumentales
17.
El volumen correspondiente, PREMIO UPC 1993 (NOVA ciencia ficción, número 64, 1994), se completó entonces con Baibaj, una de las menciones especiales para los miembros de la UPC que compartió ese galardón con LAS TRECE ESTRELLAS deAlberto Abadía
18.
“Prisión de la Abadía, París 21 de junio de 1792
19.
—De ninguna manera, aunque hay que hacerlo llegar a un preso en la Abadía
20.
Llegó a la abadía hecho un despojo
21.
Furibundo jacobino, fue comprendido en las últimas proscripciones del Terror, y encerrado en la Abadía mucho tiempo, esperaba la muerte todos los días
22.
-¡Ah, eres tú, querido Robespierre, qué a tiempo vienes! Hebert, con una horda de salvajes, ha querido inmolar a los presos que tengo encargo de custodiar en la Fuerza y en la Abadía
23.
George no creía en las innovaciones modernas y la Abadía desconocía algo tan usual como la calefacción central
24.
—Comprenden lo que quiero decir, ¿verdad? La señora Babbington no estaba en la abadía de Melfort, por lo cual queda libre de toda sospecha
25.
—Sí, pienso reflejar en ella algunos de los invitados a la fiesta de la abadía de Melfort
26.
El viento transportaba las noticias a través de las paredes de la abadía
27.
A su diestra el túnel por el que había entrado; al fondo, la iglesia de la abadía por cuyos altos ventanales se proyectaba el tembloroso resplandor de los cirios, y a su izquierda, en medio del muro, una gran hornacina que a media altura alojaba la imagen del patrón del monasterio y en el mismo lienzo y al fondo, la puertecilla que supuso daría al huerto que cultivaba la comunidad
28.
—La abadía de Easby fue una de las fundaciones del Rey Cuervo —explicó
29.
Una campana, que era de la antigua abadía y hacía tiempo que estaba olvidada, repicaba frenéticamente en una pequeña torre de los establos
30.
Las leyendas, según el monje, decían que José llevó consigo el Grial, el cáliz usado por Jesús en la última cena y que se supone que está enterrado en alguna parte en los alrededores de la abadía de Glastonbury
31.
La segunda parte del documento era un extracto de una crónica del siglo xii de Gerald de Gales y decía que en 1184, los monjes encontraron los cuerpos de Arturo y de Ginebra en un ataúd de roble enterrado en el suelo de la abadía
32.
El monje añadió que estos restos se volvieron a enterrar en 1278 bajo una losa de mármol ante el altar mayor de la abadía de Glastonbury
33.
Recogió sus cosas, dijo que no se iba a quedar en Templecombe y pidió carros y caballos para trasladarse a la abadía de Glastonbury
34.
Nos escoltó hasta las puertas de la abadía
35.
Es parte de los tesoros de la abadía de Glastonbury
36.
Por los desfiladeros del río de la Cenia, faldeando la Peña del Águila, pasaron de la zona de Rosell a Benifazá, y a la célebre abadía cisterciense fundada por D
37.
La pasada noche se cometió un crimen en circunstancias misteriosas en el número 16 de Godolphin Street, una vetusta y solitaria calle de edificios del siglo XVIII, situada entre el río y la Abadía, casi a la sombra de la gran torre del Parlamento
38.
Y cuando vio la masa gótica del Parlamento, cuyas líneas verticales parecían ascender de la tierra al cielo, estirándose y adelgazándose en la subida; cuando vio la torre y su reloj, cuya esfera y agujas eran tal vez para marcar horas gigantescas, no nuestras comunes horas; cuando, siguiendo hacia el río, llegó al puente, y contempló la enorme conglomeración de masas ojivales, Parlamento y Abadía de Westminster, todo envuelto en el vaporoso velo que espiritualizaba la piedra y desleía sus contornos en el gris dulce del cielo, creyó tener delante la representación del mayor esfuerzo de los hombres para establecer el imperio de la paz en el mundo
39.
El tercer maestre, Everardo de Barres, había renunciado a su cargo en el mes de mayo de 1151, sin que se sepan las razones, para acabar sus días como monje cisterciense en la abadía de Claraval
40.
La prueba principal que aduce Ian Wilson para sustentar esta fantasía es el hallazgo de un rostro de Cristo pintado sobre tabla en la antigua abadía templaría de Temple-combe, Inglaterra
41.
–¿Cómo es posible que afirmes con esa ligereza que las religiosas están implicadas en los acontecimientos de la abadía? No es de extrañar que sientan rechazo hacia ti
42.
Es posible que ellas no sean las responsables de las muertes ni de las desapariciones, seguro que es así, pero sí son responsables de la ocultación del texto y, por consiguiente, si éste está relacionado con los crímenes, son responsables indirectas de lo acontecido en su abadía
43.
–Entiendo que encontraste una relación de Loyola con las religiosas de esta abadía
44.
Y esta última es la orden de esta abadía y con la que tuvo una relación más estrecha
45.
Cuando los ingleses conquistaron Escocia se llevaron la piedra del destino a la abadía de Westminster, donde todavía está, bajo el trono de la coronación
46.
Cuando murió en 1727, sir Isaac Newton recibió sepultura en la Abadía de Westminster tras un funeral de Estado
47.
La referencia al entierro del caballero mencionado en la pista conduce a los personajes a la tumba de Newton en la Abadía de Westminster, donde fue enterrado
48.
TERMAR: Posada del camino de Santiago, en tierras de la Real Abadía de Meíra
49.
Mientras se imaginaba que ya había llegado a la abadía de Fearn, se quedó dormida, con la cabeza y un brazo apoyados contra el mullido volante
50.
en celda de una abadía
51.
Parece que primitivamente fué una leprosería instalada sobre una abadía de San Lorenzo, destruida hacia fin del siglo IX por los normandos
52.
Fue enterrado en la Abadía de Westminster
53.
(Newton en la Abadía de Westminster, donde es reverenciado por todos los pueblos de habla inglesa; Leibniz, indiferentemente olvidado por su propio pueblo, en una olvidada sepultura donde sólo los sepultureros y su propio secretario oyeron el ruido de la tierra al caer sobre el ataúd)
54.
Los buenos benedictinos pretendieron que el joven eligiera como profesión la carrera del sacerdocio, y entonces ingresó en la Abadía de San Benito para hacer el noviciado
55.
20 Los Royal Winnipeg Rifles comprobaron más tarde que la SS había ejecutado a dieciocho de los suyos, capturados por los alemanes e interrogados en el puesto de mando de Meyer en la abadía de Ardennes
56.
Esa mañana, al poco de amanecer, subió a lo alto del campanario de la abadía de Ardennes, situada al oeste de la ciudad, en la que Meyer había establecido el puesto de mando del 25
57.
–Si entra usted por la abadía y tuerce a la derecha antes del puente romano llegamos al Candil -indicó Peralta alzando con esfuerzo la mano izquierda para señalar con el dedo índice-
58.
Sebastián siguió la dirección de la abadía
59.
El caballero de la armadura reluciente se embarcaba en discusiones interminables con los monjes de la abadía para conseguir el chocolate en ladrillos, oscuro, amargo, y regresaba cansado y con un mal humor que disimulaba ante la dama del castillo con mirtos
60.
La abadía de Montserrat, después de su ladina reconversión del franquismo al catalanismo, emprende la tarea de sublimar el erotismo de muchos jóvenes en esos ideales, y Pujol, junto a su novia Marta, es un asiduo de este laboratorio del nacionalismo in vitro
61.
De momento tenía que cuadrar las decaídas cuentas de la abadía, y había dormido tan mal, con sueños poblados de antiguos recuerdos y antiguos anhelos
62.
Gran peso de por sí el del jinete en el trayecto desde Herefordshire, y mayor aún con lo que traía de la abadía de Rochester en las alforjas
63.
Guardó los libros con cuidado, cerciorándose de que en los envoltorios no hubiera ningún indicio de su vinculación con la abadía
64.
La abadesa le había comentado que esperaban a alguien, no sin manifestar cierta preocupación por que su presencia pudiera ralentizar la producción de la abadía
65.
Desde su asignación a la abadía como confesor de las monjas, el fraile siempre encontraba algún pretexto para merodear por el castillo
66.
El presupuesto de la abadía es muy ajustado
67.
Se acordaba de haber visto uno al llegar a la ciudad, a la orilla del río Vesle, el mismo día de su visita a la abadía de Saint Rémi, para preguntar si el abad necesitaba los servicios de una copista
68.
A Anna, la estrechez de las habitaciones de la abadía le resultó de lo más acogedora
69.
El día después cayó una lluvia fría que encapsuló la abadía en un mundo gris
70.
La abadía no recibió visitas
71.
Cuando las campanas de la abadía llamaron a nona, Gabriel dejó el linimento en el armario y se puso la bota en la pantorrilla que le dolía con mucho cuidado
72.
—Anna es una viuda del continente, huésped de la abadía
73.
—Señora, ha llegado esto de la abadía
74.
Todo era de la Iglesia: la abadía, sus tierras e incluso la ropa que llevaban las hermanas
75.
Somos una abadía pequeña, poco dada a lujos como los que disfrutan los obispos en Lambeth
76.
Cuando llegaron a la abadía, ya se había puesto el sol y ya había caído la soledad embebida de sombras que anuncia la noche
77.
—Está en el huerto con el pequeñito, hermano —le dijo a Gabriel la novicia que acudió a las puertas de la abadía
78.
¡Volver a la abadía! ¿Qué le quedaba en la abadía tras la muerte de Kathryn? Ni siquiera estarían sir John y lady Joan, escondidos, en el mejor de los casos
79.
Cuando ya estaban fuera de la abadía, Anna miró hacia atrás y vio luz de velas en las ventanas de la capilla: las hermanas, acabando sus oraciones vespertinas
80.
La ruinosa abadía celta de Santa Hilda dominaba el promontorio sur desde los tiempos anteriores a los reyes ingleses
81.
Esos vetustos restos proyectaban una larga sombra sobre su menos austera sucesora, la abadía de Goresthorpe, que compartía con ella la montaña del sur y que se hallaba a medio camino entre la abadía de Santa Hilda y el pueblo
82.
Sin perder un segundo, Sparks reclutó a Doyle para una visita a la abadía del obispo Pillphrock
83.
–¿Se refiere a las ruinas? – replicó el hombre, que se volvió en dirección a la antigua abadía señalándola con la contera de plata del bastón de madera-
84.
A lo lejos, hacia el sur, había una línea de brillantes luces naranjas que avanzaban en formación hacia la abadía
85.
aunque se libró de la ejecución porque murió en la abadía de
86.
En una ocasión, un abad pedía una abadía al duque de Orleans,regente de Francia
87.
El padre de nuestro jesuita había sido «intendente» de dos feudos que la abadía de San Eleuterio se vanagloriaba de poseer en el territorio de San Cono
88.
Como hombre sagaz que siempre fue, supo hacer economías sobre el estipendio increíblemente exiguo de la abadía, y en el momento de su muerte poseía algunos almendros al fondo del valle, algunas vides en las vertientes y un poco de terreno pedregoso de pastos, más arriba; bienes de pobre, ya se sabe, pero suficientes para conferir cierto peso en la deprimida economía sanconetana
89.
—Un movimiento en falso y el coro de chicos de la abadía de Westminster se alegrará de conocerte
90.
El padre, creyendo que el pequeño Octavus debía estar cerca del Señor, lo llevó a la abadía de Vectis a una tierna edad
91.
El niño no hablaba ni quería estar en compañía de hombres, por lo que Josephus se apiadó de él y aceptó que quedara al cuidado de la abadía
92.
¿Se trataba de un poder oscuro nacido del mal o un rayo de luz celestial? Josephus, en su sabiduría, convocó un consejo de religiosos de la abadía para deliberar sobre el muchacho, y a raíz de ello se fundó la Orden de los Nombres
93.
Félix era prior cuando el joven fornido, cuyo aspecto era más propio de un soldado que de un aprendiz de zapatero, llegó a las puertas de la abadía y pidió que lo dejaran ingresar en la hermandad
94.
La obligó a seguir corriendo hasta que se encontraron lejos de las puertas de la abadía
95.
A sus cuarenta y cuatro años se estaba quedando calvo y se había puesto un poco rechoncho debido a su afición a la fuerte cerveza de los barriles de la cervecería de la abadía
96.
Y ahora se encontraban al borde del séptimo día del séptimo mes del Anno Domini 777, que confluía con el advenimiento del cometa que Paulinus, el astrónomo de la abadía, había llamado con cautela Cometes Luctus, el Cometa de las Lamentaciones
97.
Cuando estaban cerca de la primera de las casas de los picapedreros, Josephus oyó sonar la campana de la abadía, la llamada para el oficio nocturno
98.
Estaba ya en su quinta década de vida y había vivido la mitad de ella entre los muros de la abadía
99.
Magdalena tenía la certeza de que sus meditaciones acerca de cómo ella podría llevar mejor la abadía no eran pura vanagloria sino el deseo de hacer del monasterio un lugar más puro y eficiente
100.
Josephus corrió desde la oscuridad hacia la puerta de la abadía, con el pecho agitado por el esfuerzo