skyscraper

skyscraper


    Выберите язык
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    flag-widget
    Перейти к синонимам

    Используйте «adversario» в предложении

    adversario примеры предложений

    adversario


    1. Un buen jugador conoce, a veces antes que su adversario, las razones por las


    2. Teniendo al adversario


    3. contar con el efecto sorpresa, el adversario se halla en estado de alerta roja


    4. conflicto bélico en el cual el adversario no es un ejército


    5. - Frente al derecho a la vida y a la felicidad, se acusa al adversario de mantener privilegios que impiden la realización plena de la vida humana


    6. - Frente a la justicia, acusamos a los adversario de ser culpables de la situación de injusticia que impera en ciertos estratos sociales


    7. Al respecto es clásico el cuento que s refiere a las cuentas de Gonzalo de Córdoba, el gran capitán español que, para desacreditar a sus adversario -quien le criticaba por la relación de ingresos y gastos- escribió al Rey que sus gastos eran: “En jalar piscos y azadones cien millones, y en guantes perfumados, para preservar a la tropa del mal olor de los cadáveres del enemigo, otros tantos millones


    8. oportunidad? ¿Noserá para él un placer el presenciar la desesperacionde su adversario burlado en


    9. tres que ibaentregando uno a uno a su adversario en los días


    10. deseo dellevar el convencimiento a su adversario, y se entabla

    11. Es el adversario de la muerte, puessi


    12. Este adversario resultaba más temible que todas lasmuchedumbres aporreadas y perseguidas por él en las calles de lacapital


    13. adversario y saciar en él su furia


    14. cañones más gruesos quelos del adversario, y estos cañones tiraban y tiraban, con un


    15. tiene el adversario de usted? ¿Es alto?


    16. y de la opinión del adversario: y en segundo lugar, porquehabiendo usado el contrario


    17. sinfundamento, de haberse hallado en cien combates, y de haber sido el másrudo adversario de la


    18. redención persuadiendo á su adversario de queera un asno, proseguía su tarea con


    19. En la iglesia se estaba; el adversario


    20. para dejar aprisionada en el cuero la hoja del adversario; ytomando su propia espada,

    21. recibir yretener la espada del adversario y á romperla ó desarmarlo por medio deun


    22. á Roger; su adversario había retrocedido sin cesar desde larenovación del combate y


    23. El ojo experto de nobles ysoldados adivinaba un adversario temible en


    24. adversario, de cuerpo másendeble que el suyo, y posándole una rodilla en el pecho


    25. Una hora después su adversario entraba en la casa de Moreno


    26. siempre lapiel del adversario


    27. cólera, que el adversario no podía mirarlos defrente


    28. 14 Quiero, pues, que las que son jóvenes se casen, crien hijos, gobiernen lacasa; que ninguna ocasion den al adversario para maldecir


    29. un adversario de sus creencias e hicieran obra santa coneste abrasamiento


    30. Compruebo después de releer la narración anterior, que he hablado, en varios casos, en un tono y de una forma tales, en lo relativo a la religión, que es posible que induzcan a los que no conocen mis ideas religiosas a suponerme un adversario de toda religión

    31. Se diría que escrutaba al adversario aun a través de sus cuencas vidriosas, opacas


    32. El malévolo adversario estaba, por ahora, lejos, ya que los ruidos diversos que producía le llegaban mitigados, si bien tal situación podía cambiar en una exhalación


    33. Se terminaron las chanzas, las pupilas del adversario lo ojearon con nueva intensidad, como si lo escudriñaran de buen principio, y los dos correosos apéndices se desplegaron en lo que al observador guerrero se le antojó la ansiedad de un dragón común


    34. Durante un momento creí que las enseñanzas de la Medida sobre las que tanto había reflexionado y discutido, resultaban acertadas al fin… Y que un adversario, cualesquiera que fuesen su tamaño y su maldad, se retiraba cuando tenía que enfrentarse al arrojo, a la energía y, sobre todo, a la rectitud


    35. Yo ignoraba que fuera, en la cegadora claridad y armado con una larga daga y un escudo, me esperaba mi peor adversario, en comparación con el cual era un juego de niños la negra magia del Escorpión y de Firebrand


    36. –En los movimientos del adversario -dije, mientras observaba el sable que se movía de arriba abajo


    37. Entonces replica el culpable: Sí, lo sé, no está bien lo que hago, ¡pero bastante me hizo sufrir mi adversario!


    38. Si flaquea, cabe revivirla con facilidad mediante el recuerdo de abusos pasados, la invención de alguna atrocidad o algún incidente militar, el anuncio de que el adversario cuenta ya con una nueva arma peligrosa, o recurriendo a acusaciones de ingenuidad o deslealtad cuando la opinión política interna se torna incómodamente imparcial


    39. Ahora bien, si el adversario no resulta lo bastante maligno ya no es tan fácil ignorar la incompetencia y la falta de visión de los gobernantes


    40. En vez de tener que juzgar cada gesto y cada postura por sus propios méritos, decidirnos de inmediato que el adversario es profundamente malvado, que hay mala fe en todas sus concesiones y que la fuerza es lo único que entiende

    41. Pero le doy un consejo de amigo: no tenga compasión del adversario, aunque sea el mismo rey, porque su bondad le podría costar la vida


    42. No tardaron en producirse desavenencias entre ambos, y en abril de 1985 Carrillo fue finalmente cesado de todos sus cargos y reducido a la condición de militante de base; era una expulsión encubierta, y su orgullo no la toleró: de inmediato abandonó el partido y, en compañía de un grupo de fieles, fundó el Partido de los Trabajadores de España, una organización que al poco tiempo demostró su previsible irrelevancia y que en 1991 solicitó su ingreso en el PSOE, su adversario encarnizado durante cuatro décadas de franquismo y tres lustros de democracia


    43. De ahí que, igual que para toda la ultraderecha, para Tejero Santiago Carrillo viniera a representar algo semejante a lo que Adolfo Suárez representaba para Armada y Gutiérrez Mellado para Milans: la personificación de todos los infortunios de la patria y, en la medida en que su histérico egocentrismo le permitía sentirse la personificación de la patria, la personificación de todos sus infortunios; y de ahí también que, porque la fusión entre patriotismo y religión deshumaniza al adversario y lo convierte en el Mal, en cuanto vislumbró el retorno a España de la Antiespaña su fanatismo escatológico le impusiera el deber de acabar con ella, y que a partir de entonces cambiara su historial militar por un historial de rebeldías


    44. Quizá era el gesto que Armada llevaba esperando desde su salida de la Zarzuela: caído en desgracia su adversario, desprovisto de la confianza y la protección real, para la soberbia y la mentalidad cortesana de Armada era el momento de recobrar acrecentado el lugar de favorito del Rey que Suárez había hecho lo posible por arrebatarle, convirtiéndose en jefe de su gobierno en aquellos tiempos de dificultad para la Corona


    45. Los militares permanecieron en sus cuarteles, el país entero dejó de contener la respiración y Suárez se anotó un triunfo por partida doble: de un lado consiguió domesticar a los militares -o al menos domesticarlos por el momento-, obligándolos a digerir una decisión indigerible para ellos e indispensable para él (y para la democracia); de otro lado consiguió domesticar al partido comunista -y con el partido comunista, no mucho después, a toda la oposición democrática-, obligándolo a sumarse sin reservas al proyecto de la monarquía parlamentaria y trocando al adversario de siempre en el principal soporte del sistema


    46. Empezó a hacerlo en cuanto se presentó la primera oportunidad: durante la sesión de investidura del nuevo presidente entregó su voto a Felipe González, que había sido su adversario más encarnizado mientras presidía el gobierno y que ni siquiera le agradeció su apoyo, sin duda porque la mayoría absoluta obtenida por el PSOE en las elecciones lo volvía superfluo


    47. Durante un debate parlamentario el nuevo líder de la derecha, Antonio Hernández Mancha, cuyas peticiones de apoyo había rechazado Suárez de forma reiterada, le dedicó con irónica altivez de abogado del estado unos versos contrahechos para la ocasión que atribuyó a santa Teresa de Jesús: «¿Qué tengo yo, Adolfo, que mi enemistad procuras? / ¿Qué interés te aflige, Adolfo mío, / que ante mi puerta, cubierto de rocío, / pasas las noches de invierno oscuro?», En cuanto hubo concluido de hablar su adversario, Suárez saltó de su escaño y pidió la palabra: aseguró que Hernández Mancha había recitado mal todos y cada uno de los versos del cuarteto, luego los recitó correctamente y para acabar dijo que su autor no era santa Teresa sino Lope de Vega; después, sin más comentarios, volvió a sentarse


    48. El espejismo, en cualquier caso, apenas duró un par de años: al tercero ya había empezado a invadir el Congreso y la opinión pública la certeza de que lo que Suárez llamaba una política de estado era en realidad una política ambigua, tramposa y populista, que buscaba en Madrid los votos de la izquierda y en Ávila los de la derecha, y que le permitía pactar con la izquierda en el Congreso y con la derecha en los ayuntamientos; al cuarto, tras cosechar resultados decepcionantes en las elecciones generales y europeas, surgieron los problemas en el partido, las divisiones internas y los expedientes a los militantes díscolos, y la derecha y la izquierda vieron la ocasión esperada de ultimar a un adversario común y se arrojaron a la vez sobre él en busca de sus votantes de izquierda y de derecha; al quinto año sobrevino el derrumbe: en las elecciones autonómicas del 26 de mayo del 91 el CDS perdió más de la mitad de sus votos y quedó fuera de casi todos los parlamentos regionales, y aquella misma noche Suárez anunció su dimisión como presidente del partido y su renuncia a su escaño en el Congreso


    49. Jacques recibió un primer golpe en la parte posterior de la cabeza, pero repuesto de la sorpresa, dejó atrás a su adversario


    50. Y ese movimiento ciego que nunca había cesado, que experimentaba aún ahora, fuego negro enterrado en él como uno de esos fuegos apagados en la superficie pero que en el interior siguen ardiendo, desplazando las fisuras y las torpes agitaciones vegetales, de suerte que la superficie fangosa tiene los mismos movimientos que la turba de los pantanos, y de esas ondulaciones espesas e insensibles seguían naciendo en él, día tras día, los más violentos y terribles de sus deseos, así como sus angustias desérticas, sus nostalgias más fecundas, sus bruscas exigencias de desnudez y sobriedad, su aspiración a no ser nada, sí, ese movimiento oscuro a lo largo de todos estos años estaba de acuerdo con aquel inmenso país que lo rodeaba, cuyo peso, siendo niño, había sentido, con el inmenso mar delante, y detrás ese espacio interminable de montañas, mesetas y desierto que llamaban el interior, y, entre ambos, el peligro permanente del que nadie hablaba porque parecía natural, pero que Jacques percibía cuando, en la pequeña finca de Birmandreis, con sus habitaciones abovedadas y sus paredes encaladas, la tía recorría los cuartos en el momento de acostarse para ver si estaban bien corridos los cerrojos de los postigos de gruesa madera maciza, país donde se sentía como si allí lo hubieran arrojado, como si fuera el primer habitante o el primer conquistador, desembarcando allí donde todavía reinaba la ley de la fuerza y la justicia estaba hecha para castigar implacablemente lo que las costumbres no habían podido evitar, y alrededor aquellos hombres atrayentes e inquietantes, cercanos y alejados, con los que uno se codeaba a lo largo del día, y a veces nacía la amistad o la camaradería, pero al caer la noche se retiraban a sus casas desconocidas, donde no se entraba nunca, parapetados con sus mujeres, a las que jamás se veía, o si se las veía en la calle, no se sabía quiénes eran, con el velo cubriendo la mitad del rostro y los hermosos ojos sensuales y dulces por encima de la tela blanca, y eran tan numerosos en los barrios donde estaban concentrados, tan numerosos, que simplemente por su cantidad, aunque resignados y cansados, hacían planear una amenaza invisible que se husmeaba en el aire de las calles ciertas noches en que estallaba una pelea entre un francés y un árabe, de la misma manera que hubiera estallado entre dos franceses o entre dos árabes, pero no era recibida de la misma manera, y los árabes del barrio, con sus monos de un azul desteñido o sus chilabas miserables, se acercaban lentamente, desde todas partes, con un movimiento continuo, hasta que la masa poco a poco aglutinada expulsaba de su espesor, sin violencia, por el movimiento mismo que lo reunía, a los pocos franceses atraídos por algunos testigos de la pelea, y el francés que luchaba, retrocediendo, se encontraba de pronto frente a su adversario y a una multitud de rostros sombríos y cerrados que le hubieran despojado de todo su coraje si justamente no se hubiese criado en ese país y no supiera que sólo el coraje permitía vivir en él, y entonces hacía frente a esa multitud amenazadora y que, no obstante, no amenazaba a nadie salvo con su presencia, y el movimiento que no podía evitar, y la mayor parte del tiempo eran ellos los que sujetaban al árabe que luchaba con furia y embriaguez, para que se marchase antes de que llegaran los guardias, que se presentaban al poco de llamarlos, y se llevaban sin discusión a los adversarios, que pasaban maltrechos bajo las ventanas de Jacques, rumbo a la comisaría














































    Показать больше примеров

    adversario in English

    opponent antagonist rival competitor vier adversary anti

    Синонимы для "adversario"

    competidor antagonista rival enemigo contendiente