1.
Se lo expliqué a míster Locey, le amenacé, le supliqué; le dije que ella había convertido en regla especialísima que la estación de Winston no quedara nunca sin una «Diesel» de reserva
2.
Cogí las tenazas, se las puse en la entrepierna y lo amenacé:
3.
Pero en cuanto a la última, puedo decir que, en los tiempos subsiguientes, nunca amenacé a Albertina con dejarla a no ser respondiendo a una idea de mala libertad suya, idea que no me decía, pero que a mí me parecía implícita en ciertos descontentos misteriosos, en ciertas palabras, en ciertos gestos que no tenían más explicación posible que esa idea y de los que se negaba a darme ninguna
4.
Por eso amenacé con detener al obispo y por eso me mantuve en mis trece ante el propio gobernador
1.
Mientras losdos amantes, cuya pasión se ha aumentado desde su primera entrevista, seabandonan de nuevo á tiernas caricias, acude una muchedumbre defuriosos, que amenaza derribar la casa
2.
logrado constituirse en amenaza para la propia supervivencia de la humanidad; en literatura
3.
imaginarias en las que aparezca una amenaza que solo existe en la imaginación, pero
4.
están fundados en alguna amenaza real, se superan enfrentándose con valor a las
5.
"De dónde sacó este jeep?" - gritan me amenaza con armas - “Alquilé" - dice ingenuamente mencionar una sonrisa
6.
Frente a la amenaza de la
7.
dio de un aparato de muerte que amenaza con aplastarnos
8.
”, se verificó a partir de 1981, entre el desencanto y la amenaza de la proletarización
9.
convierte en una realidad aparente y en una amenaza
10.
permanece bajo la amenaza constante del colapso, la descomposición y el desorden
11.
Es la amenaza de lo
12.
inteligente, de la cual encontramos un sinnúmero de ejemplos obvios, amenaza la supervivencia de nuestra
13.
Y en aquella ciudad ¿quién no sabíaque cuando había una libertad en peligro, un periódico en amenaza, unaurna de sufragio en riesgo, los estudiantes se reunían, vestidos comopara fiesta, y descubiertas las cabezas y cogidos del brazo, se iban porlas calles pidiendo justicia; o daban tinta a las prensas en un sótano,e imprimían lo que no podían decir; se reunían en la antigua Alameda,cuando en las cátedras querían quebrarles los maestros el decoro, y deun tronco hacían silla para el mejor de entre ellos, que nombrabancatedrático, y al amor de los árboles, por entre cuyas ramas parecía elcielo como un sutil bordado, sentado sobre los libros decía con granentusiasmo sus lecciones; o en silencio, y desafiando la muerte, pálidoscomo ángeles, juntos como hermanos, entraban por la calle que iba a lacasa pública en que habían de depositar sus votos, una vez que elGobierno no quería que votaran más que sus secuaces, y fueron cayendouno a uno, sin echarse atrás, los unos sobre los otros, atravesadospechos y cabezas por las balas, que en descargas nutridas desatabansobre ellos los soldados? Aquel día quedó en salvo por maravilla JuanJerez, porque un tío de Pedro Real desvió el fusil de un soldado que leapuntaba
14.
excepción y, por consiguiente, una amenaza ¿Cómo puede el orden contemplar
15.
decadencia y ruina:entonces me parecen amenaza de disolución nacional, si bien
16.
confíosiempre en la Providencia y espero que la amenaza no se cumpla, que
17.
paraevitar los males que ya amenaza la duda suscitada, si ya
18.
cuando amenaza con loinnoble del rasero nivelador, justifica las
19.
La amenaza fué el balín que lehirió en mitad de la pechuga
20.
sostener nuestra atención en defendernos de toda amenaza
21.
en el cual tambien hay que evitar otro peligro que amenaza á laspequeñas embarcaciones
22.
sucediera, él setendría la culpa por la amenaza de plantarse en su
23.
amenaza a latranquilidad de la casa
24.
en la tinada, bien porque eldía amenaza nublado y amanece a
25.
Los más exaltados gritaban en son de amenaza
26.
tristeestado con la esperanza del cielo y la amenaza del infierno
27.
—Una amenaza es más de lo que muchos obtienen de mí—
28.
Dawsonhabía cumplido su amenaza, se encerró y aseguró bien las puertas
29.
Por otro lado, la situación política amenaza perturbaciones, el
30.
tienen el prestigioque puede convertirlos en una amenaza para
31.
democracia, queconsidera una amenaza de disolución
32.
Unos amigos míos están interesados enesta liquidación, que amenaza
33.
Grita el rapaz y amenaza el padre, y entre los gritos y las amenazas,óyese la voz de la tía Simona, desde el
34.
Y el muchacho, que sabe por experiencia que su padre no amenaza en vano,á pesar de las señas que le hace
35.
Florencia d'Ardahabía consignado en el diario, esta amenaza
36.
basta con la amenaza de perderlo? Con frecuencia es suficiente
37.
amenaza, ninguna modificaciónse haría en la marcha de las relaciones;pero á estas instrucciones
38.
amenaza está en el fondo de los{169} artículos que se lanzandiariamente oposiciones y
39.
aquellafrase que para los dos encerraba la amenaza de un adiós
40.
Al oír esta amenaza, Senior y ella me envolvieron en una sábana
41.
El gesto de María de la Luz y la amenaza de cerrar la reja,
42.
La sumisión trocose en amenaza, y don José sintió el miedo
43.
ira el arco y levantando el puño en señal de amenaza
44.
Vivos los ojos,con expresión de amenaza en su brillo y en la
45.
comer se ha dicho, que se enfrían los arenques y elpan amenaza convertirse en
46.
he reflexionado en lapenosa situación con que me amenaza esa
47.
Y tras esta amenaza dió con las espuelas á su caballo y salió algalope, sin volver la cabeza, mientras don Carlos permanecía con elrevólver en su diestra
48.
algunosmarineros que limpiaban la cubierta y a la amenaza del
49.
Vivo, y me amenaza unaeternidad
50.
El gran Raimundo Lulio amenaza con lacondenación
51.
convirtiendo ensúplica cortés la amenaza del Conde, y en
52.
escondidosrincones de la nación la voluntad, la amenaza y el
53.
deconversación, y no te espante la amenaza, que aunque el
54.
de los supuestos de Pito,al cual advirtió, con la amenaza de
55.
amenaza de los cuernos rápidamente
56.
habitaba elenemigo, de las que venían voces subterráneas de amenaza y castigo,aparecía como
57.
graves, en que el esceso de inflamacion amenaza aniquilarla vida, siendo, por otra
58.
amenaza con su marido, y Luisa con concluir las
59.
Frente a una web enciclopédica y a la proliferación de las bibliotecasdigitales, ¿tendrán las bibliotecas tradicionales los días contados?¿Será la biblioteca digital una verdadera amenaza para la existencia dela biblioteca tradicional? Éstas son las preguntas que se plantean en1998
60.
Utilizando la clave del máximo secreto que conocían bajo el nombre de «Gran Amenaza» comunicó el estado en que había encontrado la Base de Neptuno y pidió que se tomasen medidas de precaución en torno al profesor Van Kraagen
61.
De allí había surgido una amenaza que puso en peligro la constitución del Sistema
62.
Para ellos aquellas aniquilaciones habían sido un motivo de grave preocupación, pasaron por momentos de peligro, pero habían triunfado y gracias a su esfuerzo no habría ninguna otra amenaza de estatificación para los habitantes del Sistema Solar que desde el trampolín de Nekya podrían seguir avanzando en su conquista por los mundos habitables de los espacios siderales
63.
Su enfrentamiento con Remi, seguido de la amenaza de los repugnantes
64.
Las cartas de amenaza que había enviado a Schiller
65.
–¿Constituye una amenaza para vosotros? – interrogó el caballero a los gigantes, a la vez que estudiaba, nervioso, las inmediaciones
66.
La alegría de las mañanas caerá por las tardes con la amenaza del sonido de las listas
67.
Hasta que se cumpla la amenaza, todo lo que ocurra en el penal tendrá un solo nombre: La espera
68.
Y luego habrá otras agonías: la pérdida de los seres queridos, las legiones de quemados, ciegos y mutilados; enfermedades, plagas, venenos radiactivos de larga vida en el aire y en el agua, la amenaza de los tumores y de los niños nacidos muertos y malformados; la ausencia de cuidados médicos, la desesperada sensación de una civilización destruida por nada, el conocimiento de que podíamos haberío impedido y no lo hicimos
69.
La reina parecia espantada, no por la amenaza que brillaba en los ojos de su carcelera, sino por la desesperacion que se leia en ellos
70.
«El calentamiento global es un problema serio que probablemente plantea una amenaza grave a los cimientos mismos de la vida humana», ha declarado el estado japonés, anunciando que para el año 2000 se estabilizarían sus emisiones de gases invernadero
71.
Ante todo, David no tenía la más mínima intención de enseñar a los korsars como mejorar su pólvora, ya que eso los hubiera transformado en una amenaza todavía mayor para la paz del Imperio que la que podían significar mientras estuvieran en desventaja por la peor calidad de su pólvora, que fallaba tan a menudo como explotaba
72.
David se dio cuenta enseguida que era la ferocidad de los korsars, más que su número, lo que les convertía en una amenaza para la paz de Pellucidar; pero también estaba seguro de que con igual número de hombres y de navíos podía derrotarles, y se alegraba de haber sido él mismo el que emprendiera aquella peligrosa misión
73.
Allí, con la rigidez de la muerte, los ojos helados y la lengua colgando, yacía un gran perro, delgado, con sus colmillos amarillos expuestos al aire en un último gesto de amenaza
74.
Sus palabras y el tono en que fueron dichas encerraban una indudable amenaza
75.
A mediados de 1973, la amenaza golpista se hizo evidente
76.
«En ese texto sagrado de los antiguos quitchés -afirma el fraile-, se inscribe ya, con trágica adivinación, el mito del robot; más aún: creo que es la única cosmogonía que haya presentido la amenaza de la máquina y la tragedia del Aprendiz de Brujo
77.
(3) La batalla de Varna, sin ninguna duda, puede considerarse como el último esfuerzo serio y organizado, realizado por la Cristiandad, para salvar Europa oriental, incluyendo a Constantinopla, de la amenaza del Islam
78.
Alardeaba de no haber engañado nunca a nadie y de no esconder jamás sus intenciones, y durante esos años -primero como jefe de la Acorazada Brunete y luego como capitán general de Valencia- esgrimió con frecuencia la amenaza del golpe: le gustaba hacerlo entre bromas («Majestad -le dijo al Rey mientras tomaban unas copas tras una visita del monarca a la Brunete-
79.
Convencido de que Armada hablaba en nombre del Rey, ansioso por convencerse de ello, Milans aceptó el trato, y de esa forma la Operación Armada se dotó de un ariete militar: a través de Milans el antiguo secretario real sujetaba a los militares golpistas y podía esgrimir la amenaza o la realidad de la fuerza en el momento en que más conviniera a sus propósitos
80.
La conversación entre los dos hombres se prolonga todavía por espacio de unos minutos, pero la cadena de mando del golpe ya está rota y Milans no consigue que Tejero le obedezca; fracasado Milans, Armada hace todavía un último intento, también inútil: ni siquiera la advertencia de que un grupo de operaciones especiales está preparándose para tomar al asalto el Congreso consigue vencer la terquedad del teniente coronel, que antes de que Armada se marche lo amenaza con una masacre si alguien intenta poner fin al secuestro por la fuerza
81.
Era otro cliché, o casi: en el pequeño Madrid del poder de principios de los ochenta -en ciertos círculos de la izquierda de ese pequeño Madrid- comparar a Suárez con el colaboracionista italiano del nazismo convertido en héroe de la resistencia que protagonizaba una vieja película de Roberto Rossellini era casi tan común como mencionar el nombre del general Pavía cada vez que se mencionaba la amenaza de un golpe de estado
82.
La estrategia que ideó para conseguirlo fue un prodigio de precisión y de trapacería: mientras desde la presidencia de las Cortes Fernández Miranda ponía palos en las ruedas a los detractores de la ley, su presentación y defensa se encargaban a Miguel Primo de Rivera, sobrino del fundador de Falange y miembro del Consejo del Reino, que pediría el voto a favor «desde el emocionado recuerdo a Franco»; en las semanas previas a la reunión del pleno, Suárez, sus ministros y altos cargos de su gobierno, tras repartirse a los procuradores contrarios o renuentes a su proyecto, desayunaron, tomaron el aperitivo, almorzaron y cenaron con ellos, halagándolos con promesas pletóricas y enredándolos en trampas para incautos; sólo en unos pocos casos hubo que recurrir sin disimulo a la amenaza, pero a un grupo de procuradores sindicales no quedó más remedio que embarcarlos en un crucero por el Caribe rumbo a Panamá
83.
Hacia finales de 1979 el propio Suárez pareció advertir que el desorden galopante con que se estaba llevando a cabo la descentralización del estado democrático entrañaba una amenaza para la democracia y para el estado, así que intentó dar marcha atrás, racionalizarla o ralentizarla, pero para entonces ya se había transformado en un político ortopédico y sin recursos, y el amago de frenazo sólo consiguió dividir al gobierno y a su partido y hacerle acreedor de una impopularidad que a principios del año siguiente le llevó a perder en menos de un mes, de forma sucesiva y aparatosa, un referéndum en Andalucía, unas elecciones en el País Vasco y otras en Cataluña
84.
Para entonces hacía ya varias horas que el país se había despertado en medio de un cierto y tardío fervor antigolpista, los periódicos agotaban ediciones especiales con portadas restallantes de entusiasmo por el Rey y por la Constitución y de invectivas contra los sublevados y, aunque todas las ciudades recobraban el ajetreo de una mañana cualquiera de invierno siguiendo la consigna de normalidad impartida por la Zarzuela y por el gobierno provisional, en Madrid más de cuatro mil personas se agolpaban en los alrededores de la Carrera de San Jerónimo, alborotados durante la noche por bandas de ultraderechistas, dando vivas a la libertad y a la democracia; para entonces los secuestradores apenas dominaban ya la situación en el interior del Congreso: hacia las ocho de la mañana los parlamentarios se habían negado entre voces de protesta a desayunar las provisiones que se les ofrecían -leche, queso, jamón de York-, hacia las nueve los guardias civiles tuvieron que reprimir con la amenaza de las armas un amago de motín protagonizado por Manuel Fraga y secundado por varios de sus compañeros, y faltaba poco más de una hora para que Tejero permitiera la salida de las diputadas y para que varias decenas de guardias civiles se entregaran a las fuerzas leales saltando a la Carrera de San Jerónimo por la ventana de la sala de prensa del edificio nuevo del Congreso
85.
¿Cuál era en teoría el objetivo político fundamental de los golpistas? Para Armada, para Cortina, para quienes pensaban como Armada y Cortina -no para Milans y para Tejero y para quienes pensaban como Milans y Tejero, que sin duda era la mayoría de los golpistas-, el objetivo político fundamental del 23 de febrero consistía en proteger la monarquía, rectificando o recortando o encogiendo una democracia que a su juicio constituía una amenaza para ella y enraizándola en España
86.
Y ¿qué temor de necesidad y pobreza puede llegar ni fatigar al estudiante, que llegue al que tiene un soldado, que, hallándose cercado en alguna fuerza, y estando de posta, o guarda, en algún revellín o caballero, siente que los enemigos están minando hacia la parte donde él está, y no puede apartarse de allí por ningún caso, ni huir el peligro que de tan cerca le amenaza? Sólo lo que puede hacer es dar noticia a su capitán de lo que pasa, para que lo remedie con alguna contramina, y él estarse quedo, temiendo y esperando cuándo improvisamente ha de subir a las nubes sin alas y bajar al profundo sin su voluntad
87.
Ella no prestó atención a la amenaza y le puso las manos en las sienes, acercándole la cabeza
88.
Por lo tanto, Marco Lentilio no podía evitar el preguntarse si, ante la inminente amenaza que se cernía sobre el Rin, aquella gente no había sido inducida a replantearse su propia lealtad al César
89.
Y ese movimiento ciego que nunca había cesado, que experimentaba aún ahora, fuego negro enterrado en él como uno de esos fuegos apagados en la superficie pero que en el interior siguen ardiendo, desplazando las fisuras y las torpes agitaciones vegetales, de suerte que la superficie fangosa tiene los mismos movimientos que la turba de los pantanos, y de esas ondulaciones espesas e insensibles seguían naciendo en él, día tras día, los más violentos y terribles de sus deseos, así como sus angustias desérticas, sus nostalgias más fecundas, sus bruscas exigencias de desnudez y sobriedad, su aspiración a no ser nada, sí, ese movimiento oscuro a lo largo de todos estos años estaba de acuerdo con aquel inmenso país que lo rodeaba, cuyo peso, siendo niño, había sentido, con el inmenso mar delante, y detrás ese espacio interminable de montañas, mesetas y desierto que llamaban el interior, y, entre ambos, el peligro permanente del que nadie hablaba porque parecía natural, pero que Jacques percibía cuando, en la pequeña finca de Birmandreis, con sus habitaciones abovedadas y sus paredes encaladas, la tía recorría los cuartos en el momento de acostarse para ver si estaban bien corridos los cerrojos de los postigos de gruesa madera maciza, país donde se sentía como si allí lo hubieran arrojado, como si fuera el primer habitante o el primer conquistador, desembarcando allí donde todavía reinaba la ley de la fuerza y la justicia estaba hecha para castigar implacablemente lo que las costumbres no habían podido evitar, y alrededor aquellos hombres atrayentes e inquietantes, cercanos y alejados, con los que uno se codeaba a lo largo del día, y a veces nacía la amistad o la camaradería, pero al caer la noche se retiraban a sus casas desconocidas, donde no se entraba nunca, parapetados con sus mujeres, a las que jamás se veía, o si se las veía en la calle, no se sabía quiénes eran, con el velo cubriendo la mitad del rostro y los hermosos ojos sensuales y dulces por encima de la tela blanca, y eran tan numerosos en los barrios donde estaban concentrados, tan numerosos, que simplemente por su cantidad, aunque resignados y cansados, hacían planear una amenaza invisible que se husmeaba en el aire de las calles ciertas noches en que estallaba una pelea entre un francés y un árabe, de la misma manera que hubiera estallado entre dos franceses o entre dos árabes, pero no era recibida de la misma manera, y los árabes del barrio, con sus monos de un azul desteñido o sus chilabas miserables, se acercaban lentamente, desde todas partes, con un movimiento continuo, hasta que la masa poco a poco aglutinada expulsaba de su espesor, sin violencia, por el movimiento mismo que lo reunía, a los pocos franceses atraídos por algunos testigos de la pelea, y el francés que luchaba, retrocediendo, se encontraba de pronto frente a su adversario y a una multitud de rostros sombríos y cerrados que le hubieran despojado de todo su coraje si justamente no se hubiese criado en ese país y no supiera que sólo el coraje permitía vivir en él, y entonces hacía frente a esa multitud amenazadora y que, no obstante, no amenazaba a nadie salvo con su presencia, y el movimiento que no podía evitar, y la mayor parte del tiempo eran ellos los que sujetaban al árabe que luchaba con furia y embriaguez, para que se marchase antes de que llegaran los guardias, que se presentaban al poco de llamarlos, y se llevaban sin discusión a los adversarios, que pasaban maltrechos bajo las ventanas de Jacques, rumbo a la comisaría
90.
«Pobres», decía su madre viendo a los dos hombres sólidamente sujetos y empujados por los hombros, y después por la calle rondaban la amenaza, la violencia, el miedo para el niño, secándole la garganta con una angustia desconocida
91.
Durante miles de años los pueblos andinos supieron convivir con la «coca» obteniendo únicamente lo mejor que ofrecía, pero bastó una sola generación para que otros pueblos mucho menos «civilizados» la convirtieran en un arma terrible y un veneno que amenaza al conjunto de la Humanidad
92.
Evidentemente, no me contemplaban como una amenaza a su posición, lo que no resultaba sorprendente
93.
Laurie hablaba con emoción y parecía dispuesto a cumplir su amenaza a la menor provocación, porque, a pesar de sus modales indolentes, sentía el odio propio de los jóvenes a todo lo que fuera sujeción
94.
Kenya sabía proyectar su amenaza silenciosa, era evidente
95.
Desagradable y amenazador, pero con una promesa entreverada en la amenaza
96.
Soy esa amenaza a los cielos con el puño cerrado,
97.
Era tan evidente la amenaza que había en las palabras y las maneras de la tabernera que Lucía, alarmada, exclamó cogiéndose a su vestido:
1.
Este replica en italiano, yaquella prosigue describiendo primero su antigua dicha, y los tristespresentimientos y visiones que luego le afligieron, presagios de ladesgracia que le amenazaba
2.
Una prueba de suacierto en imitar la antigua grandeza, se encuentra en la escena deltemplo de Júpiter, que hace de introducción, en donde Dido, rodeada delos próceres de su reino, anuncia al embajador del rey de Numidia suresolución de dar su mano á Yarbas, que amenazaba destruir á Cartago, yen la descripción de la lucha de la reina entre su amor á Siqueo, y supatriotismo, y principalmente en el desenlace, cuando la desdichadahunde el puñal en su pecho, en medio de los preparativos nupciales, y envez de esposa ofrece un cadáver á su real amante
3.
labor de taracea, todo el complicado caparazón que amenazaba con hundir el edificio entero o
4.
limitaran la libertad que, según él, amenazaba con devorar
5.
El corazón todavía lo amenazaba con abandonar el cuerpo a saltos
6.
Pedro la maltrataba y hasta la amenazaba frecuentemente con desterrarla o encerrada en un convento
7.
2010 el gobierno de Morales amenazaba con expulsar a la USAID (Véase EFE, 14 noviembre 2006; ZE
8.
quela decepción que la amenazaba extinguiría la escasa vida que
9.
Con mas lentitud que lo que convenia, tomaban las armas los indios, cuando el enemigo amenazaba
10.
con toda paciencia el fuego que le amenazaba
11.
pero la tíainterrumpió la explicación, que amenazaba ser larga,
12.
niñez, cuando su aña, para imponerlasilencio, la amenazaba con
13.
sorda que amenazaba estallara cada instante: en la apariencia tranquila,aceptando
14.
de Mallarino, y éste lo amenazaba conun juicio por difamación,
15.
a la acusación que amenazaba a ambos, no hablaban más
16.
muerte, que comiendo, según decía, lo amenazaba; el cual, apoco tiempo de este
17.
que desde lo alto del cielo amenazaba secar los árboles, elcauce del río y hasta la vida
18.
sedolía de la suerte que la amenazaba tan cruelmente, en el
19.
conciencia de que enella algo padecía y se rebelaba y amenazaba estallar, fueron concausasque
20.
El cielo encapotado amenazaba desplomarse en torrentes delluvia
21.
cambió la conversación,que amenazaba ser funesta para los
22.
Y el señor Hardoin que entraba le amenazaba alegremente con el dedo
23.
estaba encapotado el cielo y soplaba un airecillomolesto que amenazaba convertirse en vendaval,
24.
Ya era la mitad de Diciembre y amenazaba el cielo inundar las
25.
conla novedad, y resolvieron ir á avisar á los milicianos la desgracia quelos amenazaba: determinacion, á la
26.
precaucionesnecesarias á evitar el grave riesgo que le amenazaba por todas partes
27.
amenazaba, como por ladistancia en que se hallaban el dia antecedente
28.
la tabla que lo sostenía amenazaba desplomarse, con detrimento de todo lo que había en ella
29.
Pensar en lo poco que faltaba para el consejo de disciplina, que amenazaba con desembocar en su expulsión de la policía de Nueva York
30.
Queriendo romper un silencio que amenazaba con volverse incómodo, Diógenes dijo:
31.
El mero hecho de pensar en todo el tiempo y el trabajo invertidos únicamente en Menzies —forjarse un currículo, aprender el oficio, conseguir el empleo, trabajar durante años, asistir a aburridas reuniones y oír murmullos necios de insulsos conservadores— amenazaba con lanzarlo a un pozo de locura
32.
Apenas su codo rozo el costado del joven situado ante el, este se volvio y levanto un puno que amenazaba aplastar al temerario
33.
Devorado por la duda y la ansiedad llenaba de imprecaciones a Dixmer; le amenazaba y saboreaba su odio por este hombre, cuya cobarde venganza se ocultaba bajo un rostro de fidelidad a la causa real
34.
Cada reflejo, cada crujido, cada sombra amenazaba con dispararle el corazón al galope
35.
En esos casos yo había conocido un desdoblamiento interior, cuyo recuerdo me producía luego indecibles sufrimientos: mientras la mente, aterrorizada, trataba de agarrarse a Dios, al recuerdo de mi madre, amenazaba con enfermedades, rezaba el Padrenuestro, los pasos iban lentamente, firmemente, hacia la habitación con cubrecama de cintas rojas en los calados, sabiendo que al percibir el olor peculiar de ciertos afeites revueltos sobre el mármol de un tocador, mi voluntad cedería ante el sexo, dejando el alma fuera, en tinieblas y desamparo
36.
Desde el punto de vista político Cortina era hacia principios de los años ochenta un militar de fidelidad monárquica que, aunque cuatro años atrás había aceptado sin reticencias el sistema democrático, ahora pensaba como buena parte de la clase política (y a diferencia de Calderón, atado a la lealtad de Gutiérrez Mellado) que Adolfo Suárez había hecho malla democracia o la había estropeado, que el sistema había entrado en una crisis profunda que amenazaba la Corona, y que la mejor forma de sacarla de esa crisis era la formación de un gobierno de coalición o concentración o unidad en torno a un militar de las características del general Armada, a quien Cortina conocía bien y a quien además se hallaba unido a través de su hermano Antonio, que mantenía una buena amistad con el general y que había continuado su carrera política en las filas de la Alianza Popular de Manuel Fraga; desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista de su quehacer en el espionaje, nada define mejor a Cortina que la propia naturaleza de la AOME
37.
En la habitación se hizo un silencio pesado: amenazaba tormenta
38.
Deseó poder hablar con ella en ese momento, pedir su sabio consejo sobre diferentes cosas, sobre todo lo que amenazaba con consumirle
39.
Y ese movimiento ciego que nunca había cesado, que experimentaba aún ahora, fuego negro enterrado en él como uno de esos fuegos apagados en la superficie pero que en el interior siguen ardiendo, desplazando las fisuras y las torpes agitaciones vegetales, de suerte que la superficie fangosa tiene los mismos movimientos que la turba de los pantanos, y de esas ondulaciones espesas e insensibles seguían naciendo en él, día tras día, los más violentos y terribles de sus deseos, así como sus angustias desérticas, sus nostalgias más fecundas, sus bruscas exigencias de desnudez y sobriedad, su aspiración a no ser nada, sí, ese movimiento oscuro a lo largo de todos estos años estaba de acuerdo con aquel inmenso país que lo rodeaba, cuyo peso, siendo niño, había sentido, con el inmenso mar delante, y detrás ese espacio interminable de montañas, mesetas y desierto que llamaban el interior, y, entre ambos, el peligro permanente del que nadie hablaba porque parecía natural, pero que Jacques percibía cuando, en la pequeña finca de Birmandreis, con sus habitaciones abovedadas y sus paredes encaladas, la tía recorría los cuartos en el momento de acostarse para ver si estaban bien corridos los cerrojos de los postigos de gruesa madera maciza, país donde se sentía como si allí lo hubieran arrojado, como si fuera el primer habitante o el primer conquistador, desembarcando allí donde todavía reinaba la ley de la fuerza y la justicia estaba hecha para castigar implacablemente lo que las costumbres no habían podido evitar, y alrededor aquellos hombres atrayentes e inquietantes, cercanos y alejados, con los que uno se codeaba a lo largo del día, y a veces nacía la amistad o la camaradería, pero al caer la noche se retiraban a sus casas desconocidas, donde no se entraba nunca, parapetados con sus mujeres, a las que jamás se veía, o si se las veía en la calle, no se sabía quiénes eran, con el velo cubriendo la mitad del rostro y los hermosos ojos sensuales y dulces por encima de la tela blanca, y eran tan numerosos en los barrios donde estaban concentrados, tan numerosos, que simplemente por su cantidad, aunque resignados y cansados, hacían planear una amenaza invisible que se husmeaba en el aire de las calles ciertas noches en que estallaba una pelea entre un francés y un árabe, de la misma manera que hubiera estallado entre dos franceses o entre dos árabes, pero no era recibida de la misma manera, y los árabes del barrio, con sus monos de un azul desteñido o sus chilabas miserables, se acercaban lentamente, desde todas partes, con un movimiento continuo, hasta que la masa poco a poco aglutinada expulsaba de su espesor, sin violencia, por el movimiento mismo que lo reunía, a los pocos franceses atraídos por algunos testigos de la pelea, y el francés que luchaba, retrocediendo, se encontraba de pronto frente a su adversario y a una multitud de rostros sombríos y cerrados que le hubieran despojado de todo su coraje si justamente no se hubiese criado en ese país y no supiera que sólo el coraje permitía vivir en él, y entonces hacía frente a esa multitud amenazadora y que, no obstante, no amenazaba a nadie salvo con su presencia, y el movimiento que no podía evitar, y la mayor parte del tiempo eran ellos los que sujetaban al árabe que luchaba con furia y embriaguez, para que se marchase antes de que llegaran los guardias, que se presentaban al poco de llamarlos, y se llevaban sin discusión a los adversarios, que pasaban maltrechos bajo las ventanas de Jacques, rumbo a la comisaría
40.
—Un sueño —musitó el príncipe Hasheth, intentando no prestar atención al débil pero insistente golpe que amenazaba con sacarlo de la modorra
41.
Ignorábase en virtud de qué transacción se mudaron a las dos horas los tres inquilinos que la ocupaban, pero se dijo en el barrio que la casa no estaba segura y amenazaba ruina, lo cual no fue obstáculo para que el nuevo arrendatario se estableciese en ella la misma noche con sus modestos muebles
42.
Sin embargo, los paseantes se detenían al oír su voz, con la que amenazaba como si se encontrara encima de uña nube tormentosa, con el juicio final
43.
Pero si se les ofrecía lo suficiente, o se los amenazaba de verdad, revelarían un secreto, incluso a un católico
44.
Parecía evidente que amenazaba con arrojar a la niña por el acantilado
45.
En el puente, los ciento veinte tripulantes no respiraban, concentrados en la joven, que seguía retrocediendo, y en el puño del Corsario, que amenazaba al catalán
46.
Parecía sin embargo que las ocas hubieran adivinado el peligro que las amenazaba, porque o se mantenían lejos, o pasaban por encima de ellos, fuera de su alcance
47.
Pese a que Alí ignoraba qué peligro les amenazaba, al oír los gritos del marinero abandonó las presas y de un salto llegó al pie de un árbol alto y esbelto
48.
Por instinto comprendía que le amenazaba un peligro
49.
Sandokán, presa de un espantoso acceso de delirio, se revolcaba por el suelo, se levantaba, caía, tendía los puños y amenazaba a todos
50.
Estaba tan tenso que el estómago le dolía y amenazaba con expulsar la comida que acababa de ingerir
51.
Pero otro nuevo peligro los amenazaba, y era el de ser descubiertos por los centinelas que estaban en las almenas de las murallas
52.
Amenazaba a los lascivos con rayos fulminantes, aseguraba que salían pelos en la palma de las manos, aparecían granos purulentos, el pene se gangrenaba y finalmente el culpable moría en medio de atroces sufrimientos, amén de irse de cabeza al infierno, en caso de morir sin confesión
53.
Una noche decidió seguirla hasta el final, para terminar con esa situación que amenazaba con prolongarse indefinidamente
54.
Se notaba que estaba forzado bajo el peso de la carga y amenazaba con romperse en cualquier momento
55.
El individuo, con un gesto airado, arrancó del cuello de la mujer el símbolo de los cristianos y lo lanzó al suelo en tanto con una mano la cogía del pescuezo y con la otra, amenazaba con abofetearla
56.
La discusión amenazaba con eternizarse cuando unos golpes sonaron en la puerta de la cámara
57.
Y al oír lo de la enfermedad de Marta, el rostro del joven demudó y en sus ojos amaneció un brillo singular que amenazaba una tormenta de imprevisibles consecuencias
58.
¿Defensa contra quién o contra qué? ¿Quién amenazaba Ilhéus? ¿El gobierno, acaso? La oposición era una cosa inútil, despreciable
59.
—¿Ah, sí? El señor Terborgh afirma que estaba organizando la venta de una colección de pinturas muy valiosas por encargo suyo y que el señor Van Berkhout amenazaba con impedir la transacción
60.
Su ansiosa curiosidad amenazaba con echar a perder las precauciones, pero Sparta percibió la corriente de los cables de los sensores de presión debajo de la alfombra que cubría el suelo de roble barnizado y advirtió, montados en los rincones de las molduras del techo, los detectores de movimiento, invisibles para cualquier otra persona
61.
Pronto, los manifestantes se alejaron y ya nadie amenazaba la Embajada
62.
Mi hermano mató a Gelfrat; Else huyó de la gran desgracia que le amenazaba: cien de los suyos y cuatro de los nuestros recibieron muerte en el combate
63.
La situación en el Ishora amenazaba directamente el flanco de su unidad, así que recorrió toda la línea española desde las posiciones de García Calvo hasta Sansonovka, ayudando a organizar la defensa, con más energía y eficacia que quien en teoría debía haberlo hecho, Araujo
64.
Mientras inventaba platos, ni siquiera había comprobado si Hood le servía aquellos comestibles, pero ahora vio todos los platos que había pedido, formando una pila tan alta que amenazaba con derrumbarse y poner a flote el arca en un pestilente mar de carnes, dulces y estofados
65.
Entonces, un tanto apiadado, soltó el bastón con que me amenazaba, y como aspiraba a desembarazar a todo trance de mi presencia su tienda, cogió uno de los admirables pedazos olorosos de patas cocidas, y sosteniéndolo en la punta de los dedos de modo que yo lo viera bien, salió a la calle
66.
Pero sus tácticas de terror habían hecho que le saliera el tiro por la culata, creando la revolución que ahora amenazaba con detener la producción de turbinio y minaba el ansia del poder de Cohaagen
67.
Pero cuando se pasaban apuros y la ruina amenazaba de tal modo que afectaba a los hijos y al futuro, muchos hombres de principios se dejaban comprar
68.
Noches y noches de piernas que sobresalen del diván y la almohada que se me escapa de la cabeza, y de vez en cuando mi tío irrumpía en la sala anunciando el Fin del Mundo y la Resurrección de la Carne, y ordenándome que me arrodillase para pedirle al mártir Esteban que se compadeciese de mí, hasta que mi madre lo amenazaba con internarlo en la Mitra, y el apóstol se encerraba en el dormitorio, bendiciendo el universo con la palma delgadísima
69.
y yo le apreté la manga con fuerza creyendo que tal vez podríamos partir todavía y no podíamos, con qué dificultad se curvan las espaldas, con qué dificultad los brazos, con qué dificultad las piernas se mueven, en el sitio de la Estrada Militar no hay soldados marchando con un oficial y un tambor al frente, sino chabolas de negros y gitanos, de gitanos y de negros, sin una luz salvo la de los dientes y la de la baba de los perros tan enclenques como ellos, barracas con trozos de cartón, con tablas, con duelas de barricas, con maderas de andamios, mujeres descalzas calentando cazos en las piedras, niños con rostros como charcos, cieguitos, aun en septiembre un lodazal de lluvia, pobres de vosotras que habréis de entrar a la iglesia (y yo encerrada en el ataúd) y al empujar la antepuerta las llamas de los cirios se inclinarán trémulas hacia vuestro luto que dura lo que una misa y un entierro y habréis de mediros, indecisas, ¿A cuál de nosotras le tocará, Manuela?, ¿A cuál de nosotras le tocará, Luisa?, el cementerio lleno de maridos que no esperaron, que no esperan, ¿Oyes la tormenta?, no es que yo tenga miedo, tú sabes que no tengo miedo, de qué sirve tener miedo, pero habla conmigo, pero quédate ahí un rato, pero no cuelgues todavía, en Ericeira encendía la salamandra al atardecer, el viento en los pinos me aterraba, por la ventana de la sala la colina bajaba hacia las dunas y la arena brillaba, las olas me rompían los huesos en la muralla, mis sobrinos seguían en bicicleta hacia el agua que la bandera roja prohibía, había un café desierto, con grandes letras pálidas, en la cima del farallón, nadie frecuentaba aún la playa de Sao Lourenço, sólo habitada por raras gaviotas, ningún veraneante, ninguna sombrilla, ningún bañista, adolescentes lejos de sus padres saltando por las rocas, y ellas proyectando partidas de canasta, proyectando excursiones a Sicilia, a Yugoslavia, a Leningrado, a Egipto, ¿No te parece, Maria Antonia?, y yo que sí con la cabeza, imaginando un autobús de visitas que tejen por Europa, Sicilia claro, Yugoslavia claro, Leningrado claro, tiene un museo estupendo, Egipto, las pirámides, la Esfinge, y por qué no una excursión a Benfica, y por qué no una excursión a lo que fuimos, bodas, procesiones, bailes de carnaval, partidos de hockey, el lobo de Alsacia de mi padre, encerrado y soltando aullidos, en una jaula, y después de salir las visitas, con sus Sicilias y sus museos, mi sobrino, de espaldas a mí, observando el mercado nuevo, Si la tía no quiere ponerse en tratamiento de quimioterapia no se pondrá, no se preocupe, y yo a él ¿Cuánto tiempo, hijo mío?, y él, cambiando los cacharros de posición, No lo sé, y entonces lo vi sentado en la Quinta do Jacinto, bajo un nogal seco, él, que vivió en Londres, que trabajó en Londres, que tenía ocho canales de televisión y una criada española, ni de la existencia de la Quinta do Jacinto sabía, viviendas con dalias mustias en el otero de Alcántara, el borracho que irrumpía en la sala de costura asegurando Yo vuelo, la modista que lo amenazaba con la plancha y después, ya más calmada, La niña disculpe pero es por culpa de estas cosas y otras más que tengo el corazón hecho una pena, y mi sobrino, con la cartera en las rodillas, en espera de la noche para entrar en casa como yo espero el día para entrar en la muerte porque, no sabiendo gran cosa, sé que moriré de día, durante las primeras horas del día, con un vecino médico, llamado con tal urgencia que ni tiempo tuvo de peinarse, que me auscultó el corazón parado pensando que lo oía cuando lo que realmente oía era el cangilón del ascensor, y conmigo morirán los personajes de este libro al que llamarán novela, que en mi cabeza, poblada de un pavor del que no hablo, tengo escrito y que, según el orden natural de las cosas, alguien, un año cualquiera, repetirá por mí del mismo modo que Benfica se ha de repetir en estas calles y fincas sin destino, y yo, sin arrugas ni canas, cogeré la manguera y regaré, por la tarde, mi jardín, y la palmera de Correios crecerá de nuevo antes que la casa de mis padres y que el molino de zinc pidiendo viento, y mi hermana, viuda también y sin el pecho izquierdo, amputada del pecho por un cáncer, un cáncer como el mío, un cáncer, un cáncer, No es que yo tenga miedo a las tormentas, hay pararrayos por todas partes y además de qué sirve tener miedo, pero no cuelgues todavía,
70.
Prim, asegurando que dará la vida por la Reina, amenazaba con tramar una revolución, si no se entra por el camino libre, y no se da carpetazo a ese proyecto
71.
Así lo hice varias veces, sin atender a las advertencias que, desde el pie de un árbol al que permanecía atada su madre, me hacía un cordero, imitando acaso la actitud paterna, sin que yo le prestase la consideración debida; ya que la corta edad del lechal no me permitía valorar en su medida justa el peligro con el que me amenazaba
72.
De lo que allí se habló saqué la certeza de que el primer Ministerio de la República amenazaba ruina, y de que Martos, Presidente del Congreso, [21] era el Sansón de los filisteos republicanos
73.
Por cierto que la conspiración se extendía hasta el congresista que amenazaba con reducir el presupuesto del Centro
74.
Estaba quedándose sin nada por hacer, y un miedo gélido amenazaba dominarla
75.
El cielo amenazaba lluvia sobre el Alcázar, y las pesadas nubes que corrían desde el oeste parecían desgarrarse en el chapitel puntiagudo de la Torre Dorada
76.
Ahora, José amenazaba a Roi con la pistola, Láufer seguía reteniendo a Melentiev y yo estaba maniatando, con las correas de cuero de unos fardos cercanos, a los muchachotes rusos
77.
–Tal vez Deborah le dijo quién era, cuando el asesino estaba en el coche con ellos y los amenazaba con la pistola – respondí
78.
Todos juntos rezaban un padrenuestro y el maestre, o el comendador en su caso, le preguntaba si cumplía los requisitos citados, y se le amenazaba con los siguientes castigos si no era cierto que los reunía:
79.
¡El pueblo en armas contra la opresión de la monarquía! Un huracán republicano amenazaba los palacios de las casas reales europeas y los castillos y mansiones de la aristocracia
80.
La penuria no amenazaba solamente a los obreros
81.
Iza atendía las enfermedades más usuales y las heridas menos importantes con destreza y sentido práctico, pero cuando se trataba de un problema grave, un accidente de caza especialmente serio, o una enfermedad que amenazaba la vida, pedía a Creb que, en su condición de Mog-ur, invocase la ayuda de los poderes superiores
82.
El dolor de su pierna rota se acentuó y amenazaba con escapar a su control; durante un rato tuvo que concentrar toda su atención en dominar el sufrimiento
83.
Pero los Encuestadores decidieron recuperar aquel inmenso mundo subterráneo y lo aprovecharon para alojar en él a los anormales y a los socialmente inadaptados, a todos aquellos cuya presencia en el exterior amenazaba el equilibrio de una sociedad normal
84.
¡Qué locura! ¡Que la Iglesia invirtiera en una investigación que amenazaba con destruirla! Una investigación que resultaría en armas de destrucción masiva
85.
¿Cómo habían podido las victimas sancionar un código que las declaraba culpables de existir?» Luego la violencia de un impacto interior convirtióse en inmovilidad completa dentro de su cuerpo, mientras seguía sentado contemplando una repentina visión: ¿No lo había hecho también él? ¿No había dado su sanción al código de la autocondena? Recordó cómo Dagny y la profundidad de los sentimientos que ambos se profesaban… el chantaje de que los depravados quedarían inmunes… ¿no habían sido llamados depravación también por él? ¿No fue el primero en proferir todos' los insultos con que la hez humana lo amenazaba ahora? ¿No había aceptado como culpable la mayor felicidad que hubiera experimentado jamás?
86.
Esperaron en el más absoluto silencio, mientras el aire helado amenazaba con cubrir el suelo de escarcha
87.
Amenazaba, en caso de que se realizaran ejecuciones, con tratar de idéntica manera a los prisioneros de guerra alemanes
88.
Si bien la abstinencia total amenazaba políticamente a la comunidad, argumentaron, ellas, entretanto, sufrían ya físicamente a manos de la malhumorada población masculina
89.
El cielo, negro y bochornoso, amenazaba tormenta
90.
Y cuando él se atrevía a pedirle un beso, ella le amenazaba con morderle el gesto malhumorado de la boca
91.
Así pues, ese agotamiento de los recursos ambientales amenazaba la supervivencia de la sociedad en los años malos
92.
En esos momentos, cuando el ejército sajón de Aelle amenazaba con conquistar Durocobrivis y las fuerzas de Gwent luchaban en dos frentes, contra Powys y contra los sajones del norte, y mientras la rebelión no sofocada de Cadwy recibía el apoyo del rey Mark de Kernow, fue cuando el rey Ban de Benoíc envió demanda de ayuda
93.
ignorando los peligros: en una ocasión intentaron atracarme, y golpeé al tipo que me amenazaba y me escapé
94.
Castorena, de pie sobre una roca, sin kepis, agotados sus cien cartuchos disparados pródigamente, blandiendo feroz su carabina, loco, amenazaba romperles el alma a todos los que corrían, quienes no le hacían caso, perdida toda moral y disciplina en el vértigo de la derrota
95.
Había gente que cada semana presentaba la dimisión, o amenazaba con ello, como si el invento se fuera al traste sin su erudita presencia
96.
Luchó contra la desesperación que amenazaba con embargarla
1.
Ellos, por su parte, amenazaban con demandar
2.
padresy las niñeras, para reducirlos a la obediencia,les amenazaban con él:—¡Se lo
3.
amenazaban la Ciudad, con los alfanges desnudos;pero casi toda la nobleza, que como fuera justo debiera
4.
no fuera por los bravos leones que amenazaban de pie
5.
ellasentía, ante las fatalidades que amenazaban a los seres más
6.
como unos bobosy los guindillas me amenazaban con llevarme a la prevención
7.
Amenazaban, rugían; pero losdichosos, sumidos en
8.
amenazaban con una revolución, el junker feroz se llevaba las
9.
le amenazaban con la excomunión, reíadiabólicamente en
10.
gesticulaciones rabiosas de loscocheros, que se amenazaban
11.
amenazaban á ellos y á sus compañerosde armas
12.
entorno suyo con rapidez vertiginosa; que los muros y el suelo seestremecían y amenazaban
13.
amenazaban lasviruelas, que el mismo día que aquellos dos
14.
suertes; amenazaban con el puño al Nacional, como siacabasen de presenciar un
15.
que, por culpa del carácterdel varón que en ellos tenía interés, amenazaban
16.
Muchas tumbas egipcias tenían inscripciones que amenazaban con grandes males a los profanadores
17.
La preocupación de Tanar por el apuro en que se encontraba el muchacho, estaba influida por el deseo de salvarle de las dos criaturas que le amenazaban, pero también por la esperanza de que si lo conseguía podía esperar obtener la suficiente gratitud como para alistar los servicios del joven como guía y, especialmente, como intermediario para el caso de que llegase a toparse con nativos de la isla
18.
En ese mismo mes se declaró además la guerra a los ingleses y holandeses, que amenazaban nuestra gloriosa Revolución, y dos meses más tarde se hizo otro tanto, esta vez contra España
19.
Los periódicos publicaron decretos que renovaban la prohibición de salir y amenazaban con penas de prisión a los contraventores
20.
Desde el yelmo amenazaban las kuwagata, dorada cornamenta de bronce, y esa armadura tal vez hubiera sido la Minamotono-Yoritomo, «el gran mariscal que derrotó a los bárbaros»
21.
No eran ellos los que amenazaban
22.
Pero todos los esfuerzos eran en vano, ya que las llamas continuaban ampliando su radio de acción y amenazaban consumir toda la popa del velero
23.
En vano los jefes blasfemaban y amenazaban
24.
Los dos saurios se habían apoyado en el islote y amenazaban los costados de la ligera embarcación
25.
También el cielo, tan limpio por la mañana, se cubría de nubes procedentes del Sudoeste, que amenazaban cubrir el cielo y descargar un fuerte aguacero sobre la isla
26.
Los dos marineros, sin reparar en el peligro, habían llegado a la base del escollo y empezaron a recorrer las peñas, luchando de un modo desesperado con las olas, que amenazaban con envolverlos y llevárselos mar adentro
27.
En los umbrales de las puertas, frente a los bares y en las esquinas se agrupaban jóvenes ociosos que amenazaban con gestos obscenos y gritaban improperios a su paso
28.
Los primeros días hubo furibundas manifestaciones callejeras de los pinochetistas, que amenazaban nada menos que con declarar la guerra a Inglaterra o enviar un comando militar al rescate del prisionero
29.
Unas llamas que amenazaban con propagarse hacia el Laia
30.
Los Estados Unidos amenazaban todo lo que él amaba
31.
El aire era frío y las nubes que cubrían el cielo amenazaban nieve
32.
y las hormigas amenazaban con arrojar de sus hogares a los animales del mundo
33.
Serían las seis de la mañana cuando llegó la noticia del pronunciamiento; fui a Palacio, vine después al ministerio, recibí a varias personas, y no eran las doce cuando ya me habían manifestado sus simpatías por la revolución cinco personas, cinco furiosos absolutistas de aquellos de pelo en pecho que no transigían con nadie y hace poco amenazaban comerse a quien de liberalismo les hablase
34.
Al mismo tiempo y mientras se empavesaban los balcones, mil candilejas, puestas en los antepechos y goteando su aleve aceite sobre los transeúntes, [187] amenazaban con una iluminación general en la próxima noche
35.
Una mujer, mientras pagaba una cajetilla de tabaco, comentó que, en sus tiempos, en París había bohemios, había artistas, pero no había bandas de desamparados que amenazaban a todo el mundo
36.
Había un reportaje sobre una conferencia de prensa en la que el fiscal del distrito John Charles Stock anunciaba que colocaba a Conklin a cargo de la unidad de investigaciones especiales y le encargaba limpiar la miríada de problemas de vicio que amenazaban el tejido social del condado de Los Ángeles
37.
El valido se había puesto en pie, yendo hasta la ventana sobre la que corrían nubes que amenazaban lluvia
38.
Dijeron que había huelga pero eran los militares los que amenazaban a los que llevaban los camiones de la basura
39.
Jondalar percibió la cólera en la voz de Ayla, pero también vio las lágrimas que amenazaban brotar tras esa cólera
40.
Pugnó por contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse
41.
El joven contuvo la respiración hasta que los pulmones amenazaban con estallar
42.
Ahora sabían qué temer; habían previsto y nombrado antes que él el único camino de liberación que aún le quedaba; habían comprendido lo inestable de su posición industrial, la futilidad de su lucha y los fardos inmensos que amenazaban aplastarlo; sabían que en razón, en justicia, en auto-protección, su única salida consistía en abandonarlo todo y huir; pero aun así deseaban retenerlo, conservarlo en el horno de los sacrificios; permitir que les dejase devorar sus últimos restos en nombre de la piedad, el perdón y un amor fraternal de caníbales
43.
Se atrajo el odio de los aristócratas, que le amenazaban con duras penas cuando reprobaba sin compasión a sus incompetentes hijos, pero a Monge poco le importaba
44.
El encierro que mantenía Jaume la oprimía hasta el punto de producirle ahogos que amenazaban con dejarla sin aliento
45.
Las sucesivas oleadas de lava metálica amenazaban con sepultarla y tuvo que trepar a lo alto de un molde enorme antes de que se le chamuscaran los pies
46.
Los aviones de reconocimiento Fieseler Storch comenzaron a sobrevolar a baja altura, con una lentitud exasperante, las laderas del monte Ida, lanzando de cuando en cuando pasquines impresos apresuradamente en los que amenazaban con la destrucción de pueblos si no entregaban al general
47.
Negros nubarrones amenazaban con iniciar una tormenta de un momento a otro
48.
Pero unas voces que gritaban alto y amenazaban con disparar les hicieron detenerse en seco
49.
El proceso no era otra cosa que un gran negocio, como él mismo los había cerrado anteriormente con ventaja para el banco, un negocio en el cual, como era la regla, amenazaban distintos peligros, que, sin embargo, se podían evitar
50.
El rey Gorfyddyd, rota su alianza con Siluria y habiendo optado por no enfrentarse a Gundleus, hizo caso omiso del pacto matrimonial de éste con Dumnonia y concentró sus lanzas contra los sajones que amenazaban sus territorios del norte
51.
Las personas decentes y rectas se jactaban de no tener subconsciente y muchos padres amenazaban a sus hijos con disponer la extirpación quirúrgica del intruso responsable de sus travesuras
52.
¿Qué podían hacer? La culpabilidad y la tristeza amenazaban con abrumarla
53.
La pena y el miedo por la joven amenazaban con desmoronarlo
54.
–¿Puedo irme? – preguntaba apenas había dado un beso al abuelo, cuando los mayores amenazaban con enfrascarse en las terribles conversaciones de adultos: muertes, bodas, salud, negocios
55.
En la habitación se respiraban emociones que amenazaban con descontrolarse
56.
Arrojó la tierra a las dagas que amenazaban a Alliandre, consiguiendo que cayeran dos a la vez con un único lanzamiento, y luego echó a correr hacia los soldados que se encontraban en apuros
57.
Llevaba una camisa abierta y pantalones de lona tan apretados en el trasero que amenazaban con rajarse a cada paso que daba
58.
Daban golpes tan fuertes en los robustos paneles que amenazaban con hacerlos astillas en cualquier momento
59.
Se enfrentaban a tiros por cualquier pleito de recreo, amenazaban a los maestros si los calificaban mal en los exámenes, y uno de ellos, estudiante de tercer grado en el colegio La Salle y coronel de milicias en retiro, mató de un balazo al hermano Juan Eremita, prefecto de la comunidad, porque dijo en la clase de catecismo que Dios era miembro de número del partido conservador
60.
Si se abandonaba los fértiles márgenes del Nilo y se adentraba en el desierto, otros muchos peligros amenazaban a los incautos
61.
La armada de barcos que lo amenazaban no tenía capacidad por sí sola para conquistarlo, pero sí podía saquear las ciudades de las Dos Tierras hasta llegar, al menos, a la primera catarata
62.
Sintió que las paredes se aproximaban y amenazaban con oprimirle hasta la asfixia
63.
Antes de que pudiésemos reaccionar, dos individuos encapuchados habían irrumpido en la habitación y nos amenazaban con unas pistolas
64.
Casi todo el tiempo lo estaban insultando y lo amenazaban, a cada vacilación, con volverlo a entregar a los guardias
65.
No iba ni por la mitad de la narración cuando Robert se echó a llorar; los cojines se movían y amenazaban con derrumbarse
66.
Muchos techos amenazaban ruina
67.
Pero una semana después, como si en algún lugar hubieran hecho coro a nuestros deseos, llegó por fin la noticia de que graves sucesos amenazaban la paz en el norte
68.
Decio quiso mantenerse en la línea de Trajano, su modelo; como él, veía síntomas peligrosos en la sociedad que amenazaban la antigua y tradicional forma de vida romana
69.
Además, muchos esclavos y colonos procedían precisamente de estos bárbaros que amenazaban el Imperio desde el exterior y no se sentían propensos a luchar contra una invasión que para ellos no \o era tanto
70.
No obstante, no había nada que ésta no hiciera para destruir en su hija el invencible alejamiento que esta ingrata conservaba en el fondo de su corazón; la colmaba de caricias y de amistad, se felicitaba tiernamente con ella del feliz retorno de su marido, llevaba su dulzura y simpatía hasta el extremo de darle las gracias a veces y de atribuirle todo el mérito de esta feliz conversión; en seguida se dolía de haberse convertido inocentemente en la causa de las nuevas desgracias que amenazaban a Franval; lejos de acusar a Eugénie, sólo se reprochaba a sí misma, y apretándola contra su seno le preguntaba llorando si podría perdonarla jamás… El alma atroz de Eugénie resistía tales procedimientos angelicales, esta alma perversa ya no oía la voz de la naturaleza, el vicio había cerrado todos los caminos que pudiesen llegar hasta ella… Se retiraba fríamente de los brazos de su madre; la miraba, algunas veces, con ojos extraviados y se decía para animarse: Cuán falsa es esta mujer… cuán pérfida… el mismo día que me hizo raptar, también me acarició; pero estos reproches injustos no eran más que sofismas abominables en los que se apoya el crimen cuando quiere ahogar la voz del deber
71.
Antes de salir a la calle, encendí el ordenador con la esperanza de leer algún correo electrónico con remite de Florida; en lugar de una felicitación escrita en ruso —y quizá adosada a una declaración de amor eterno— me encontré varios mensajes anónimos que me amenazaban de muerte: «Martín Lobo, te vamos a cortar el cuello hasta que te desangres»; «¿Sabes lo que hacemos con los maricones como tú? Les prendemos fuego»; «Me da asco compartir el planeta contigo»
72.
Gobernaba en Nafarroa el rey Sancho el Magnánimo, quien había con seguido llevar la paz a sus tierras, tras muchos años de peleas con los musulmanes que amenazaban las fronteras del reino
73.
Hay que creer que Europa estaba infestada de gentes que amenazaban el statu quo reuniéndose para rendir culto al diablo
74.
Fingió ser dócil y vil, se echaba a temblar a la vista de su amo, se arrastraba por el suelo lloriqueando si lo amenazaban con castigarlo y nadie le tenía más consideración que la que se tiene por las ovejas y las cabras que criaban en los corrales
75.
El pueblo de Sicilia cantaba su odio a franceses y jacobinos, atribuía cada uno de sus males a los franceses y a sus amigos, ya fuese por la guerra y la revolución que traían consigo o con las que amenazaban, o por la venganza de Dios y la ira que en El suscitaban: el mal negro en las mieses, la filoxera en las vides, las lluvias demasiado abundantes, las sequías
76.
Sidorenko viajaba a Alemania para tranquilizar al Gobierno del canciller Helmut Kohl y asegurarle que casos como éstos no volverían a repetirse; los alemanes amenazaban con sanciones
77.
Había concebido una verdadera amistad hacia el millonario, y comprendió que él podría ser el hombre a quien Grady y Benson amenazaban
78.
Cuando Elric se detuvo ante la entrada destrozada de la torre, su mente era un hervidero de pensamientos que le proponían nuevas convicciones y amenazaban con enviarlo de regreso con sus amigos
79.
Se estaban formando ideas en mi mente, pero amenazaban con escaparse antes de que pudiera hacerme con ellas
80.
Mataban, amenazaban y desahuciaban, pero nunca vivían bien
81.
El sheriff Coley tenía dos opositores y otros dos que amenazaban con presentarse
82.
Mientras los japoneses intentaban forzar el recinto fortificado con alambradas, los defensores de la plaza se consolaban de los cañonazos que amenazaban con matarlos a cada momento, frecuentando asiduamente los cafés-cantantes y los burdeles que habían permanecido abiertos
83.
Para Azaña, la crisis de la moción de censura presentaba la ventaja adicional de que podía utilizarse como excusa para posponer las elecciones municipales, que amenazaban con la ruptura o la derrota directa del Frente Popular
84.
Los peligros que me amenazaban: descubrir una imprevista adicción al juego, contraer una enfermedad vergonzosa si cedía a la invitación de las prostitutas, o quizá un leve escándalo académico si no era lo bastante discreto con mi alumna
85.
Se esmeró en pensar en otras cosas, pues tales cavilaciones amenazaban con sacarlo de quicio
86.
Los montones de papeles, expedientes y disquetes amenazaban con venirse abajo y sepultar a
87.
Luchó contra el calor de la rabia, contra las llamas de ira que amenazaban con salir del pozo negro que una vez había albergado su alma para calcinarlos a todos
88.
Roma consideraba que su actitud era de lo más razonable, y negaba a los pueblos conquistados el derecho al orgullo nacional y al patriotismo, que le parecían cosas reprensibles, pues ¿no amenazaban la paz de Roma? El mundo era romano y que nadie soñara en recuperar hegemonías o independencias
89.
Diversas heridas y quemaduras amenazaban con empeorar, y después de la comida que se celebró en la cámara de oficiales -Jack y sus capitanes disfrutaban de una invitación del propio gobernador-, entre cuyos platos se contaban entre otros un filete y pudín de hígado, Stephen volvió a hacer otra ronda acompañado por sus ayudantes, jóvenes amables sin duda, pero lentos y faltos de experiencia
90.
Varias veces durante mi periplo científico en Boston me sentí una especie de sumiller científico, deleitándome desmesuradamente en ocasiones, pero siendo cada vez más meticuloso con ciertas investigaciones que no me convencían o amenazaban esa supuesta integridad de la ciencia
91.
También tuvo ocasión de ver que los de la venta cruzaban el arroyo entre rociadas de espuma: traían las espadas desnudas, pero al capitán le preocupaban más las pistolas que amenazaban sus flancos
92.
Y es de una lógica deslumbrante que si el destino del pueblo persa era traer la paz a un mundo que se desangraba, entonces quienes desafiaban aquel destino eran, no cabía duda, agentes de la oscuridad y la anarquía; súbditos de la Mentira, que no sólo amenazaban al imperio de Darío, sino al orden cósmico que en él se reflejaba
93.
Pero en los últimos tiempos, aquellos odios de siempre amenazaban con volverse particularmente destructivos
94.
Al mismo tiempo, la lucha callejera entre las bandas de Clodio y Milón había ascendido a un nivel totalmente nuevo de violencia, y los dos líderes, que se amenazaban públicamente de muerte el uno al otro, intentaron también enfrentarse en los tribunales de justicia
95.
En una esquina había un sello del gobierno y un cúmulo de advertencias en letra pequeña que amenazaban con graves consecuencias a quien osase infringir el pacto de confidencialidad
96.
Las desgraciadas bestias, cegadas por las descargas eléctricas y espantadas por el estallído incesante de los rayos, comparable a las detonaciones de la artillería, amenazaban con romper las cuerdas y escapar
1.
Nadie me ha amenazado con el castigo eterno, pero
2.
siente amenazado por todo aquello que está fuera de su control
3.
Ejecutivo de la Organización, William Hernández, fue amenazado
4.
Luego, otra pergunta es: Es Poseidón una divinidad que se comporta de manera irracional como lo hacen todas las madres cuando un hijo es amenazado por haber cometido un delito?
5.
por unviento furioso y amenazado por la subida de las aguas,
6.
el rey está amenazado, quequieren salvaros y que no encuentran otro mejor medio
7.
marinero aquien el señor de las Cuevas había amenazado
8.
Un díale había amenazado con ir a casa de
9.
Felipe II había amenazado con pena de muerte y confiscación de bienes alque publicase libros
10.
amenazado con la policía!
11.
chozas lejosde las murallas de Valencia y amenazado por los
12.
Se encontraron en el puerto, mortalmente amenazado por las
13.
en ellos,como les había amenazado, penetraron á lo más
14.
Se siente amenazado
15.
Aquello con que me había amenazado había llegado: se recogía y pesaba sobre mí en las insondables sombras; el punto desde el cual atacaría eran sus ojos infernales
16.
-¿Sabía que el marido de esa pobre mujer la había amenazado de muerte?
17.
Al estudiar la guerra, tal vez uno pueda aceptar que el 25 por ciento de las SS estaban integradas por católicos practicantes y que ningún católico fue siquiera amenazado con la excomunión por estar implicado en crímenes de guerra
18.
Marianna, abatida por tantas emociones, se había retirado nuevamente al elegante camarote, e incluso buena parte de la tripulación había abandonado la cubierta, pues ya no estaba el barco amenazado por ningún peligro, al menos por el momento
19.
Amenazado por sus hermanos intentó comportarse como un macho con la prostituta que le tocó en suerte pero a ella le bastó una mirada para adivinar que a ese muchacho lo aguardaba una vida de escarnio y soledad
20.
Como a pesar de todo continuó su cruzada con entusiasmo, fue amenazado de muerte por arruinarles el negocio y su prestigio de honrados mercaderes
21.
Don Rafael, amenazado de muerte, los guiaba al palacio del conde de Medina, uno de los más notables y bellos de Panamá
22.
El hombre los ignoró y se volvió hacia Murtagh, que seguía amenazado por el puñal
23.
En el juicio del hombre que lo había asesinado, Dale Shackleford, salió a la luz que mi padre había contestado un anuncio clasificado puesto por una mujer cuyo ex marido había amenazado con matarla a ella y a cualquier hombre al que encontrara con ella
24.
—¿Dónde están las jactanciosas que me han amenazado en la distancia?
25.
Y, finalmente, en el propio Irán, el Ayatollah Jomeiny ha amenazado con la detención del Primer Ministro Bajtiar a menos que dimita y ha incitado al pueblo y al Ejército: "a destruir la terrible monarquía y a su Gobierno ilegal" a uno, y "a sublevarse contra sus oficiales dominados por los extranjeros y a abandonar los cuarteles con sus armas» al otro
26.
Esta misma mañana con, humm, con nuestra bendición, fue a entrevistarse con el Ayatollah y le ha amenazado con dimitir a menos que el Comité Revolucionario deje de actuar en su nombre y con su autoridad y los coloque en su sitio de una vez por todas
27.
Por tanto, el general Esteban-Infantes, hacia las 08'00, dio orden a la primera reserva que se había constituido, con elementos del 263º Regimiento (dos Compañías de su Iº Batallón, que el día 8 habían sido acantonadas ya en Federovskoye), de desplazarse hacia el sector amenazado, mientras que él mismo, con el jefe de operaciones de su Estado Mayor, el comandante Manuel García Andino, y el Oficial de Información del mismo, comandante José Alemany Vich, partía hacia el PC avanzado que se había establecido en Raikolovo
28.
No fue esta la única intervención de los célebres 88 en la batalla de Krasny Bor pues, al menos en el sector del 269º aledaño al IIIº/262, entraron en posición a mitad de la jornada más ejemplares del "otto con otto", como le llamaban humorísticamente los españoles, lo que llenó de tranquilidad a los hombres de ese Regimiento, que sabían que su flanco derecho estaba muy amenazado y temían, con razón, un ataque acorazado enemigo contra sus propias posiciones
29.
Presentábanse aquel día las cosas a pedir de boca, pues después de conseguir del ministro amenazado lo que poco antes me resultara imposible o al menos dificilísimo, me quedaba ancho y expedito el camino para congraciarme con el ministro sucesor, proporcionándole uno de los más vivos goces que pudiera anhelar
30.
Y los eunucos, a quienes Sett Zobeida había amenazado con la horca en caso de indiscreción, contestaron al califa con acento fúnebre: "¡Ay! ¡oh señor nuestro! ¡Alah prolongue tus días y vierta sobre tu cabeza las bienandanzas que se merecía nuestra ama Fuerza-de-los-Corazones! ¡Tu ausencia ¡oh Emir de los Creyentes! le ha causado una desesperación y un dolor tan grandes, que no ha podido soportar su emoción, y la ha asaltado una muerte repentina! ¡Y está ahora en la paz del Señor!"
31.
Era un hombre de su propia clase y condición en lugar del caballero rural que esperaba, el caballero rural con que su tío Druso constantemente la había amenazado casarla cuando fuese mayor
32.
Inclusive mi padre estuvo amenazado por el gobierno de la época a ser expulsado a España cuando tenía dos penas de muerte en España
33.
He de contarlo, aunque sé bien que los censores juzgarán heréticas estas cosas, pero yo les digo que ya estaban escritas en el Apocalipsis y que todo esto estaba ya profetizado en los libros santos, de manera que tendrán que soportar todas mis impertinencias sin hacer uso de esa supuesta Nueva Inquisición, con la que tanto nos han amenazado por estos lares
34.
Este general, amenazado aún de la pérdida de un miembro, fue una noche sorprendido en las caballerizas del castillo por un criado que, al divisar una luz, sembró la alarma temiendo una incursión de ladrones
35.
–Mi impresión es que VJ lo había amenazado – dijo Joe -
36.
–Kay, ¿el doctor Mant te ha mencionado alguna vez que alguien lo había amenazado?
37.
–¡Fines de investigación! ¡Sí! Aunque no lo hubiera reparado, yo no le hubiera amenazado con la guerra
38.
Aunque le dijo que ella estaba tranquila, e incluso le había amenazado con contarlo todo a los medios de comunicación, no lo estaba
39.
Esta constatación lo ayudó a apear a la nación de su papel de paladín del catolicismo para concentrar los esfuerzos en la defensa del suelo nacional, amenazado por Francia
40.
Escuchó cómo se cerraba la puerta y se sintió amenazado por las gárgolas
41.
Muchas veces los he amenazado con eso; mas ahora, ahora estoy dispuesto a cumplirlo
42.
"La mano izquierda, y la derecha se mueven cuando se mueve el cuerpo, y si el cuerpo es amenazado lo defienden juntas
43.
Las fuerzas reservistas también tenían mucha importancia en las órdenes de combate, aunque su despliegue en el momento oportuno dependía de varios factores: una información exacta, buenas comunicaciones, proximidad al objetivo, transporte motorizado, que escaseaba, y la posibilidad de trasladarse al sector amenazado sin exponerse innecesariamente a los ataques aéreos
44.
Si el orden se veía amenazado tenían autorización para desenvainar sus espadas
45.
Mi mente estaba ocupada sólo con una pregunta: qué hacer después de que dos brujos, mi propia gente, me hubieran amenazado en el espacio de una sola tarde
46.
No fue demasiado difícil, ya que la soberanía de las Pléyades era un hecho reconocido desde hacía una generación, y Transportes Red no se sentía amenazado por nosotros desde hacía mucho tiempo
47.
Todo el sentido de autodominio y responsabilidad personal que el hombre adquiriera durante la Revolución Neolítica, cuando aprendió por primera vez a cultivar los cereales, a domesticar animales y a afincarse en un lugar elegido se veía seriamente amenazado
48.
Pero esas innovaciones podrían haber amenazado el poder, el prestigio y los limitados intereses de los jefes
49.
Gregorio comprendió que de ningún modo debía dejar marchar al apoderado en este estado de ánimo, si es que no quería ver extremadamente amenazado su trabajo en el almacén
50.
Aunque no lo hizo con la fuerza con que había amenazado, sí con la suficiente como para que el grito, una vez emitido, se expandiera lentamente por la habitación
51.
Nos ingeniamos para orinar en un zapato y el contenido se tiraba por la baranda, ya que el alemán nos había amenazado con abrir fuego contra los que se pararan
52.
K sabía que no le habían amenazado con una obligación real, no la temía y aquí menos, pero sí que temía la violencia del ambiente desalentador, la habituación a las decepciones, la violencia de las influencias imperceptibles que se producirían a cada momento, pero tenía que atreverse a enfrentarse con ese peligro
53.
¡Había sido amenazado por un asaltante de caminos! De su autocompasión surgió una nueva esperanza, igual que una pequeña planta
54.
Varias horas después Triscas y la estrella caminaban por el sendero del bosque cuando les adelantó una caravana pintada alegremente, tirada por un par de muías grises y conducida por la anciana que le había amenazado con convertir sus huesos en hielo
55.
Me ha amenazado más de una vez
56.
Lo había amenazado en más de una ocasión
57.
Pero se sabía amenazado por la vigilia de la mujer
58.
Maruja oyó las voces de hijos y amigos con un júbilo prematuro amenazado por la incertidumbre
59.
Una y otra vez durante el día siguiente a su encuentro inesperado, la mujer se reprochaba no haberle matado como habría hecho con unja o un jato o con cualquier otra bestia depredadora que hubiera amenazado su existencia o su seguridad
60.
Mientras lo hacía, el profundo silencio del campamento llegó a impresionarle tanto que se sintió amenazado, de modo que se apresuró a salir de la tienda cuanto antes
61.
El campamento egipcio fue una fiesta aquella noche, en la que el faraón había destruido por completo a la barbarie que había amenazado la esencia de toda civilización y conocimiento que en el mundo había
62.
–¿Han oído? ¿Ha oído usted, señor Olarra? Ha amenazado con pegarme -buscó el señor Fábregas la complicidad del secretario
63.
—¿Al profesor también lo han amenazado?
64.
Casi inmediatamente, Navio contó su doloroso encuentro con el Portavoz de los Muertos, completado con elaboradas explicaciones de lo que el Portavoz había amenazado con hacerles si continuaba la no cooperación
65.
¿Tenía Protos la intención de entregar a Lafcadio a la Policía, como le había amenazado?
66.
Pero ¿qué habría pasado si el tiempo hubiera llegado a gastar ese amenazado atractivo del sexo?
67.
Que está amenazado, que tuvo que refugiarse por la campaña de intimidación y todo eso
68.
Su misión había sido un total fracaso y, más allá de eso, el joven príncipe había amenazado al cónsul de Roma y aquella amenaza planeaba sobre el ambiente y los guerreros iberos presentían que esas palabras del joven príncipe no quedarían sin efecto
69.
Habían amenazado con dejar de proporcionar víveres
70.
—Me han amenazado con cortarme el cuello y con quemarme en una hoguera
71.
La dinastía Julio-Claudia, la que iniciara Augusto y continuara con Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, había llegado a su fin y Roma buscaba cómo solucionar el gobierno de un Imperio tan inmenso y complejo que necesitaba de un hombre capaz de entender todo el complicado mecanismo para liderarlo en un momento en que se veía amenazado en el norte por germanos y dacios, en oriente por los partos y en sus entrañas por la rebelión interna de los judíos
72.
Sin embargo, Gerald insistió en que estuviera presente a la mesa: tres largos platos en un estado de ánimo amenazado por la continua incerteza
73.
Mientras Isidor emprendía su amenazado viaje de retorno, los tres improvisados invasores iniciaron con todas las precauciones posibles la subida por los resbaladizos peñascos costeros
74.
¡A ver si se atrevía a echarlo como a un perro vagabundo, tal y como había amenazado! Una vieja desconocida para él abrió la puerta y se le quedó mirando con la boca abierta
75.
En ese momento, los matones asomaron por la puerta y se detuvieron al ver los dos cadáveres y a su jefe amenazado
76.
El país se sentía provocado y amenazado
77.
El presidente penitente fue amenazado con la cárcel por el gobierno que lo sucedió, pero salvó el pellejo con facilidad
78.
Se acercó cuchillo en mano y los dos temblaron temiendo que quisiera darles una prueba del castigo con el que los había amenazado
79.
¿Puedes creer que me ha amenazado con dejarle todo su dinero a extraños, cuando tiene un hijo y una hija que dependen de ella?
80.
Y, sin saber muy bien por qué, Weyland se sintió amenazado por su propia incapacidad para recordar
81.
No sé si los han sobornado o amenazado, pero son ellos los que mueven los hilos, de eso no hay duda
82.
No era Dundridge quien había amenazado con ir a la policía
83.
Porque, si había que dar crédito a lo que le contaba Vy, estaba siendo amenazado por un individuo que era tan descaradamente corrupto como cualquier otro oficial de policía promovido y protegido por la señora Thatcher
84.
En lugar de ello, él había amenazado con destruir lo que quedaba de aquella gloria
85.
Dijo que iba a divorciarse del marido, y que éste había amenazado con matarla
86.
—, para hacer posible la coherencia, la cohesión y la existencia de su pequeño pueblo amenazado
87.
El pueblo judío era débil en esa época, amenazado con el exterminio por las guerras con los pueblos de los alrededores
88.
Gantry se mostraba absolutamente indiferente, pues su dinero no estaba en juego, y RiverOaks probablemente había amenazado con presentar una querella por su cuenta contra los abogados en caso de que no se llegara a un acuerdo
89.
Siguiendo órdenes del comandante de policía, vigilaba al ingeniero Barnabá doce horas al día, a las órdenes del capitán Junek, quien, como no confiaba en mí, nunca descansaba y vigilaba conmigo al arquitecto amenazado
90.
Su número no aparecía en el listín porque un chiflado los había amenazado, así que utilizaban los móviles para prácticamente todo
91.
Este mundo se encuentra amenazado, ¿comprendéis, señor? Hace ya mucho tiempo que llegaron los primeros invasores
92.
El teatro y la fiesta, la fiesta teatral, son los momentos dominantes de la realización barroca, en la cual ninguna expresión artística particular toma su sentido más que por su referencia al decorado de un lugar construido, a una construcción que debe ser en sí misma el centro de unificación; y este centro es el pasaje, que se inscribe como un equilibrio amenazado en el desorden dinámico de todo
93.
Y era allí donde la había amenazado con exilarse junto a mí durante meses y años, recibiendo mis lecciones de francés y latín, a menos que cambiara «su actitud actual»
94.
–¿Comentó que lo habían amenazado?
95.
Báthory la había violado, había tratado de matarla y, lo más doloroso de todo, había amenazado la vida de Quincey
96.
entrar sin sentirse amenazado, sitios en los que las reglas de Cicerón sobre lógica, ordenación espacial
97.
Desde que era niño y entrenaba en el gimnasio a las órdenes del paipaiotribes le habían salido muchos pretendientes entre los adultos, y en el campamento de la efebía un oficial había amenazado con suicidarse si no le daba al menos un beso
1.
En tal situación, amenazamos con situar a la Iglesia en un limbo carente de dirección semejante a los dos años en que Pío VI permaneció preso a manos de los franceses
1.
Lejos de esto, la región presenta complejas condiciones económicas y sociales que amenazan el bienestar de una gran mayoría de la población
2.
Son pocas las madres que aceptan de buena gana que los hijos efectúen este pasaje y son muchas las que amenazan de muerte a los hijos que osan efectuarlo en contra de su voluntad
3.
impertinentes preguntas que en vano amenazan el inexpugnable alcázar de mi discreción
4.
peligros que lo amenazan
5.
espantado, pide para las víctimas, y le amenazan con llevar lamisma porción
6.
confusion y en sus desordenes,quedan en la inaccion o amenazan eldestruirlo todo
7.
Incluso hay sobrados que recurren a la autoridad y amenazan con las penas eternas, sin poner en ello el ingenio del párroco de Cucugnan
8.
Hemos alcanzado el punto en que la proliferación de las armas nucleares y la resistencia contra el desarme nuclear amenazan a todas y cada una de las personas del planeta
9.
Uno pensaría que la polémica había concluido, pero sigue habiendo concentraciones masivas, bombas e intimidación, muertes de trabajadores de clínicas abortistas, detenciones, intensas campañas, drama legislativo, audiencias del Congreso, decisiones del Tribunal Supremo, grandes partidos políticos que casi se definen sobre la materia y eclesiásticos que amenazan con la perdición a los políticos
10.
Así lo proclamó Camille Desmoulins, fiel compañero de Danton, con su elocuencia habitual cuando se interrogó en público diciendo: «¿Queremos acaso eliminar a todos nuestros enemigos por medio de la guillotina? Esto sería sin duda la mayor de las locuras, porque, ¿puede guillotinarse a un individuo sin crear con ello diez nuevos enemigos entre sus amigos y parientes? ¿De veras pensamos que son las mujeres, los ancianos y los débiles los que nos amenazan? De nuestros enemigos no quedan ya sino los débiles y los enfermos»
11.
Ahora los arcos y las bóvedas aparecen desaplomados y amenazan con venirse al suelo de un día para otro
12.
Y si éste parece pequeño peligro, veamos si le iguala o hace ventajas el de embestirse dos galeras por las proas en mitad del mar espacioso, las cuales enclavijadas y trabadas, no le queda al soldado más espacio del que concede dos pies de tabla del espolón; y, con todo esto, viendo que tiene delante de sí tantos ministros de la muerte que le amenazan cuantos cañones de artillería se asestan de la parte contraria, que no distan de su cuerpo una lanza, y viendo que al primer descuido de los pies iría a visitar los
13.
Los elefantes han enloquecido y amenazan con aplastarnos a todos
14.
–¿Y ahora, señor Nakamura? Ahora tengo que someterme, ¿neh? Estoy en tu poder, ¿neh? Tu poder es abrumador en relación con el mío… y los Beppu me amenazan por la espalda
15.
–El Corán también tiene leyes contra los intrusos, los bandidos, contra quienes amenazan a las gentes pacíficas y también por la rebelión contra sus jefes y sus señores
16.
Pero los marineros, en vez de obedecer la orden de su capitán y soltar las amarras que sujetaban el navío a los postes de la orilla, empezaron a murmurar, y uno de ellos levantó la voz y dijo: "¡Oh capitán! ¡bien sabes, no obstante, que hemos recibido órdenes completamente distintas del rey nuestro señor, que quiere que mañana embarque en nuestro navío su visir para ver si encuentra a los piratas musulmanes que parece amenazan con llevarse a la princesa Mariam!" Pero exclamó el capitán, en el límite del furor ante semejante resistencia: "¿Quién se atreve a resistirse a mis órdenes?" Y blandiendo su sable, de un solo tajo derribó la cabeza del que había hablado
17.
–El plan oficial es para fármacos destinados a enfermedades que amenazan la vida -dijo Kim
18.
Por lo visto, en Cita tienen toda la documentación referente a sus curas de desintoxicación y a la cantidad de veces que ha ingresado en urgencias por sobredosis, y amenazan con publicarlo todo
19.
–¿Y con qué las amenazan?… -interrumpió Canales a la mayor de las tres, la cual, sin enjugarse el llanto, dijo a sus hermanas: -Cuéntelo una de ustedes…
20.
Entonces los cuatro barones, que odian a Tristán por su valentía, le sostienen sobre la cama y amenazan a la reina; y la escarnecen, se befan de ella y le prometen hacer justicia
21.
Este implica a los militares, la política y los desastres geofísicos que nos amenazan hoy en la vida real
22.
–Entran en todas las casas -prosiguió al cabo de un momento de silencio-, saquean, roban la plata y lo que encuentran de valor, amenazan, golpean e, incluso, matan si no se les paga una buena cantidad de dinero y, después, violan a las mujeres
23.
Hay un fraile que está predicando una cruzada contra vosotros, la gente está descontenta y furiosa, tiene miedo del futuro; la falta de rey, la confabulación de los nobles, el desinterés de los gobernantes, la carestía del trigo, las deudas contraídas son chispas que amenazan con prender un gran fuego
24.
¿Es bastante refinado, no crees? Imagínate el tormento de una persona sana al verse rodeada de criminales con graves trastornos mentales que lo amenazan de manera constante
25.
Han intentado atraparnos y ahora amenazan con matar a Gudrun
26.
Y si éste parece pequeño peligro, veamos si le iguala o hace ventaja el de embestirse dos galeras por las proas en mitad del mar espacioso, las cuales enclavijadas y trabadas, no le queda al soldado más espacio del que concede dos pies de tabla del espolón; y, con todo esto, viendo que tiene delante de sí tantos ministros de la muerte que le amenazan cuantos cañones de artillería se asestan de la parte contraria, que no distan de su cuerpo una lanza, y viendo que al primer descuido de los pies iría a visitar los profundos senos de Neptuno, y, con todo esto, con intrépido corazón, llevado de la honra que le incita, se pone a ser blanco de tanta arcabucería, y procura pasar por tan estrecho paso al bajel contrario
27.
En él diferenciaba la actuación teórica y la praxis política, expresando que la lucha por el socialismo incluía la superación de ciertas estructuras orgánicas que amenazan con la esterilización de sus acciones
28.
–Para buscar, a cualquier precio, dos cosas que lo amenazan tanto a él como a sus compañeros… Dondequiera que se encuentren, todavía pueden resultar dañados por estas cosas
29.
Los monos patas no tienen gestos de sumisión, porque si los amenazan se escapan y nada más; pero de todas maneras son bastante poco agresivos, y entre ellos son desconocidas las amenazas de las sociedades de papiones
30.
El Destacamento 2702 también se ve tercamente seguido por nativos ataviados con latas de café que les amenazan con tocar guitarras fabricadas con latas alemanas, y por vendedores de naranjas, encantadores de serpientes y algunos tipos de ojos azules en albornoz que ofrecen porciones de un material oscuro sin envoltorio ni identificación
31.
Me escriben cartas, se me acercan en las veladas, me tiran de la manga en muchas ceremonias de levantamiento y acostarse a las que me invitan; se plantan frente a mi casa, me alcanzan en alta mar, me persiguen por las calles y los jardines, me envían vinos, plantan las putas más seductoras en mi cama, me murmuran en el confesionario y me amenazan con matarme, todo con la esperanza de que yo, por medio de un gesto de prestidigitación, canalice el próximo barco de tesoro a este o aquel puerto, de forma que caiga en las manos de este o aquel administrador local que redirigirá las ganancias a esta o aquella cuenta
32.
Faltan aquí aquellos cuidados, aquella sobreabundancia, aquella protección bajo los cuales se encuentra favorecida la variación; la especie tiene necesidad de sí misma como especie, como algo que, justamente en virtud de su dureza, de su uniformidad, de su simplicidad de forma, puede en absoluto imponerse y hacerse duradera, en la continua lucha con los vecinos o con los oprimidos ya rebelados o que amenazan con rebelarse
33.
No sé si alguno de los ayudantes de Pearce le puso allí para demostrar que los marineros son malos y peligrosos, pero eso influyó mucho en el jurado y permitió a Pearce salir de un terreno escabroso y volver a los tópicos como, por ejemplo, que los objetivos y las conexiones de los radicales pueden provocar la anarquía y amenazan a la Iglesia
34.
Para esa clase de tipos no hay espera que valga cuando tienen la intención de atrapar y castigar a los que les amenazan
35.
Es menester figurarse la terrible agonía del pequeño barco atravesado a una mar espantosa en una noche de tinieblas y de horror; es preciso imaginar esa cubierta barrida de continuo por los golpes de mar que amenazan arrastrar a cada instante a todos sus tripulantes mientras que los lentos rolidos del barco y la pereza de sus movimientos revelan que ya no puede defenderse por mucho tiempo contra los embates de la tempestad y que está próxima la hora en la cual va a desaparecer para siempre de la superficie de los mares
36.
Pero en los labios que amenazan con ser botas
37.
Ambas van donde los patrones y amenazan, y lloran, y dicen que se van y se van
38.
Entonces lo empujan y lo amenazan, uno lo escupe, otro le grita: "interesado, sarnoso"
39.
Pero en la vida las personas no reparan jamás en que aquellos a quienes ofrecen dinero, a quienes amenazan de muerte, pueden tener una amante, o aun sencillamente un amigo, cuya estima les interesa, aunque no les interesa la propia
40.
Mas, limitándome a distinguir las dos clases de peligros que amenazan al espíritu, y comenzando por el exterior, recordaba que ya me había ocurrido a menudo en la vida, en momentos de excitación intelectual en los que alguna circunstancia había suspendido en mí toda actividad fisica, por ejemplo cuando salí en coche, a medios pelos, del restaurante de Rivebelle para ir a un casino próximo, sentir muy claramente en mí el objeto presente de mi pensamiento y comprender que dependía de una casualidad, no sólo que este objeto no hubiera entrado todavía en mi pensamiento, sino que fuera aniquilado con mi cuerpo mismo
41.
Pero ¿qué otros medios tenía a mi disposición para defenderme de esas ideas que desde entonces me amenazan día tras día? Philippe de Vilmorin era un revolucionario, un hombre con ideas nuevas, que quería destruir la sociedad para reconstruirla de acuerdo con los ideales de los suyos
42.
Apoyé el plan con una amenaza, porque las fuerzas de la ley y el orden establecido también nos amenazan a todos
43.
Las estrellas amenazan, Luchadores del Espacio nº 146
44.
Por ejemplo, no puede captar la importante distinción entre estados mentales que ocurren efectivamente (contemplar efectivamente la proposición de que, si hay nubes que amenazan lluvia y truenos, entonces la lluvia vendrá a continuación) y estados disposicionales (creer pero no contemplar activamente la proposición de que; si hay nubes que amenazan lluvia y truenos, entonces la lluvia vendrá a continuación)
45.
No hay satisfacción en la fase lunar del ocultismo, sino que, por el contrario, graves peligros amenazan
46.
–¡Se paga el mismo precio por una piel no trabajada que por una piel trabajada! Los artesanos amenazan con dejar el trabajo si no intervenís para restablecer la diferencia
47.
Y por encima de todo, me interesa encontrar y destruir a todos los que amenazan a Tutankamón, hijo del dios
48.
—¿Y ahora, señor Nakamura? Ahora tengo que someterme, ¿neh? Estoy en tu poder, ¿neh? Tu poder es abrumador en relación con el mío… y los Beppu me amenazan por la espalda
49.
Amenazan con dimitir en masa: «Sainas jefes de gobierno gracias a ti
50.
—Ciertamente, señor diputado —responde el teniente— los tuaregs auelimmiden están en efervescencia y amenazan nuestras líneas
51.
Gobiernan el mundo, pero no le caen bien a nadie, y cuando las armas no les amenazan, la gente se va o se rebela, y todo es violencia de uno contra otro, de hombre contra hombre y de hombres contra mujeres
52.
Pero dime tú, ¿es cierto lo que me cuenta este pobre hombre, con el cual no sé qué hacer ni dónde ponerlo, ni cómo consolarle en su tribulación de cesante? ¿Es cierto, di, que en toda esta temporada de angustias, fiebre y diligencias policiacas, no he contestado ni una sola carta de los caciques y gente menuda del distrito? ¿Es cierto que en esto que llamaremos interregno se ha resuelto la cuestión del emplazamiento de la estación del ferrocarril, situándola en Valdegañanes, y dejando a nuestra Urbs Augusta a diecisiete kilómetros de la línea? ¡Bueno se va a poner El Impulsor, que decía no hace mucho que el ferrocarril llamaba a las puertas de Orbajosa con el alerta de las locomotoras, esos centinelas avanzados de la civilización! ¿Y es cierto (el cabello se me eriza al escribirlo) que los de Valdegañanes, esas lumbreras apagadas del obscurantismo, amenazan [329] con arrancar de cuajo el juzgado y llevárselo a su término? ¿Es cierto que nuestros enemigos, envalentonados por mi abandono, han secado la fuente de los Chorrillos, llevándose el caudaloso real de agua al abrevadero de Penitentes de San Bartolomé de Abajo? ¿Es cierto que me birlaron el peatón de Fuente los Tojos, y el estanco del tío Majavacas, y que me han dejado cesante a este sin ventura Tafetán? Cierto debe de ser, pues se trae una cara tan compungida que ni la de la Magdalena se le iguala
53.
"Los pueblos del Mar" amenazan a Egipto desde el Norte
54.
Las tribus del Sinaí destruyen cuanto encuentran y amenazan el buen gobierno
55.
Los sobrevivientes del Escondido han atemorizado de tal manera a los tripulantes del Blagar, que éstos amenazan con detener los motores del barco a menos que se les proporcione un destructor estadounidense para que los escolte hasta la costa
56.
«Raíces humanas», reflexionó para sí, «que amenazan con enredarme
1.
comida por el cáncer, amenazando con un derribo, tal vez porque creen que ese poder les
2.
afirmando la unidad de Dios; San Miguel, con laespada en alto, enfurecido, amenazando al
3.
, amenazando con el enojo de la divinidad y hasta
4.
no parecía sino que estaban amenazando al cielo, ala tierra y al abismo: tal era el denuedo y
5.
actitud más épica y más impía que laque puede suponerse en Ayax amenazando á los
6.
amenazando con nocomprar en los establecimientos cuyos
7.
proposiciones de los mineros, loscuales venían amenazando con
8.
la guardia civil corriera el campo amenazando a todo el que
9.
Mirando hacia arriba,le parecía que se inclinaban, amenazando caer, las dos masas dehabitaciones que á un lado y otro de la calle se levantan
10.
amenazando abrirse paso con la espada; pero losporteros, dispuestos a morir en el
11.
se entretenía en blandir la pesada lanza de suseñor, amenazando con ella á los árboles
12.
empleado iba de un lado a otro amenazando con el consabido«capón»
13.
motivo se había encerrado en aquelcastillo, amenazando con la expulsión a los criados si dejaban
14.
amenazando con pena depresidio al que los llamase
15.
Puede que hayamos dado con esa perspectiva justo a tiempo, precisamente cuando nuestra tecnología está amenazando la habitabilidad de nuestro planeta
16.
El tema estaba degenerando ya en escándalo internacional de proporciones gigantescas, y el propio presidente Reagan tomó cartas en el asunto, amenazando veladamente al Gobierno colombiano con hacerle la vida imposible y boicotear nuestras exportaciones si no se ponía límite a tanta corrupción
17.
—¡Maricas! —exclamó Alonso de Molina retrocediendo hasta tropezar con el «curaca», lo que consiguió que el frágil puentecillo oscilara amenazando con lanzarlos al agua—
18.
—Pues yo creo —dije— que está usted amenazando mi libertad de expresión con una consecuente pérdida de mi empleo
19.
Sabemos muy bien quién es el capitán que ahora tenéis delante y su compañero, que espera armado junto al perímetro de la estación, amenazando así nuestras naves y las vuestras
20.
Al llegar a cubierta, el pariah, casi sin velas, navegaba sin mayor estabilidad y las olas barrían la cubierta, aterrorizando a los tripulantes y amenazando arrastrarlos al mar
21.
Sitama había comenzado a correr en torno de la gran cesta, amenazando siempre al niño con la afilada hoja de su espada, mientras los músicos precipitaban los sones de sus instrumentos
22.
Los confinados, viendo que su compañero subía, lo insultaban, amenazando con destriparlo apenas volviera a bajar
23.
Últimamente los tres pescadores, olvidándose de las precauciones anteriores, se habían puesto de bruces sobre un hueco y contemplaban con miedo y admiración aquella riada brillante; que se extendía por entre los desprendimientos de las bóvedas, amenazando invadir toda la galería
24.
El tigre dio un salto de algunos metros, amenazando con asaltar a los dos cipayos que le apuntaban
25.
En el exterior se oía gritar a los cipayos, amenazando volar la casucha
26.
Por la noche el viento redobló su violencia, amenazando con despedazar los palos, si no se disminuía la superficie de las velas
27.
Decidieron ofrecer al comandante del fuerte la libertad de todos los prisioneros que estaban a bordo de las naves filibusteras, amenazando, en caso de negativa, con ahorcarlos a todos, y anunciando que después pasarían lo mismo ante el fuerte
28.
Por orden de Morgan, los corsarios habían hecho funcionar la bomba de proa y la de popa; pero la maniobra era difícil por las olas que invadían la cubierta, amenazando barker a los hombres que trabajaban en ellas
29.
Por el contrario, los maestres gritaban y corrían como enloquecidos, lanzando denuestos o bien órdenes amenazando con látigos y vergajos
30.
–Escribiremos una carta con orden de recibir a los enviados de Alí-Bajá, amenazando en caso contrario con la pena de muerte
31.
En un impulso incontrolable se los arrancó a tirones del cuerpo, vociferando contra la barbarie y amenazando con marcharse de la casa, del país y de América si volvía a presentarse con ese adefesio
32.
La corbeta, ya sin dirección, iba a través de las aguas, amenazando encallar en los bancos de la isla del Pequeño Pino
33.
Por la mañana estaban ya bajo el castillo intimando audazmente su rendición y amenazando en caso contrario con exterminar a sus defensores
34.
—¿Me estás amenazando? —aquella respuesta le había enfurecido tanto que se levantó, y al hacerlo, golpeó la mesa con los puños
35.
Doña Olga vivía amenazando con escándalos; era una lengua de trapo, y en su opinión todas las mujeres andaban detrás de Tonico
36.
y se hacían más rápidos los golpes para partir en dos la cáscara de los frutos del cacao, colocados sobre la palma de la mano, la hoja del cuchillo amenazando los dedos cada vez
37.
El hechicero sopor que les poseyó era observado desde el altar por un implacable juez supremo que impartía justicia desde la pared, con su brazo en alto, amenazando juzgar la desobediencia sacrílega de Martín y Estrella
38.
Abengalbón se despide amenazando a los infantes
39.
Palafox publicó aquel día una proclama, en que trataba de exaltar los ánimos, y ofrecía el grado de capitán al que se presentara con cien hombres, amenazando con pena de horca y confiscación de bienes al que no acudiese prontamente a los puntos o los desamparase
40.
-Bien sé, reverenda madre, que el hombre que ha entrado aquí como un ladrón amenazando y aterrando, no merece ser tratado con miramiento ni consideración
41.
En las murallas las formidables piezas de gran calibre estaban arrebujadas en la nieve, y por un pliegue del frío capote asomaban sus bostezantes bocas negras amenazando al campo
42.
[236] gruesos cañones que emplazaron en Santo Domingo amenazando a Banderas
43.
Estás amenazando al dictador legal de Roma
44.
Los agraviados vociferaban amenazando con el retraimiento; [95] dieron un Manifiesto a la Nación, documento larguísimo, quejumbroso, de intensa amargura, en el cual no se nombraba a la Reina
45.
En la mañana del 27, las tropas de Martínez Campos rompieron el fuego amenazando con coronar la sierra de Estella, que domina el pueblo de Zurucuáin
46.
Eso lo enervó tanto que se descargaba golpeando y amenazando con aberraciones morbosas al primero que se cruzaba en su camino, incluido vuestro padre
47.
Y cada vez que cae una bomba cerca, amenazando dar de lleno en el reducto y desmontar las piezas de sus afustes, el capitán siente encogérsele de ansiedad el corazón, desazonado ante la idea de que una de ellas quede fuera de servicio
48.
También se comenta el rumor de un próximo ataque enemigo contra la Carraca, que dislocaría el sistema defensivo de la isla de León, amenazando la ciudad; pero a esto último nadie da crédito
49.
–Crees que amenazando con llevarlos a juicio pones en un compromiso a Meredith y a la empresa
50.
le estaban amenazando? La sentencia para la sodomía en un buque de la Marina de Su Majestad era la horca o, en el mejor de los casos doscientos latigazos
51.
La producción nacional parece ir descendiendo a ritmo alarmante, amenazando la existencia de toda la industria del acero
52.
Ellos eran el mundo; ellos y no los que permanecían agazapados en rincones obscuros, mendigando o amenazando, a la vez que mostraban sus abiertas llagas, como única aspiración a la vida y la virtud
53.
¿Sabe usted lo que representa efectuar una operación del cerebro? ¿Sabe usted la clase de habilidad que exige y los años de apasionada, implacable, agotadora devoción que son precisos para adquirirla? Pues bien, eso fue lo que no quise colocar a disposición de hombres cuya sola atribución para dirigirme consistía en su capacidad para barbotar las fraudulentas vulgaridades que los habían elevado al privilegio de forzar sus deseos sobre otros, amenazando con un arma
54.
Adelantó un peón, amenazando al caballo de Monçada
55.
Pete y Gordy se habían pasado muchas noches de viernes cuidando de él y Pete había bromeado hacía poco con que Theresa le estaba amenazando con mandar a alguien a que lo siguiera para asegurarse de que no le estaba engañando con otra
56.
-Soy un destructor amenazando con la muerte
57.
Pero, antes de que el procurador pudiera terminar de saborear aquel efímero triunfo, Caifás, pálido y con los ojos inyectados en sangre, volvió a subir las escaleras y amenazando a Poncio con su mano izquierda, le soltó a quemarropa:
58.
A un lado del patio había unos cuantos soldados de Boores, que desenvainaron las espadas y nos insultaron a gritos, pero Cavan y el resto de los nuestros entraron por la puerta con las lanzas en ristre, amenazando con una masacre
59.
Excavaron el gran recinto en el Vale del Rift y colgaron la esfera de rubí allí, amenazando con destruir la esfera y el planeta si Aspasia intentaba volver a la Tierra
60.
Rooky se dejó llevar hasta el coche, amenazando a los niños con un gesto de su mano sana
61.
Si sus oponentes ya la habían matado, entonces estaban haciendo una buena exhibición de seguir amenazando su vida
62.
La garganta de Gabriel se rebeló, amenazando con rechazar la cucharada de gachas que acababa de meterse en la boca
63.
Los sesenta y nueves no faltaron, y ella poseía la infinita sabiduría de las verdaderas amantes que conocen la raíz del sexo del hombre, el nudo de nervios entre las piernas, a distancia igual entre los testículos y el ano, donde se dan cita todos los temblores viriles cuando una mano de mujer nos acaricia allí, amenazando, prometiendo, insinuando uno de los dos caminos, el heterosexual de los testículos o el homosexual del culo
64.
Aquella era la última de las quizá cinco, quizá seis demoliciones anuales de lo que estaba amenazando con convertir el presente en pasado, con todo lo que eso implicaba: una ristra imperiosa, paralizante, de preocupaciones hacia los objetos en detrimento de los recuerdos
65.
Me sigue amenazando
66.
Otro, a quien llamaban Tiburón, contaba divertido que había aprobado la mitad del bachillerato amenazando a sus profesores con un revólver de juguete
67.
Los topos le tenían un miedo de muerte, y con buenos motivos, porque siempre los estaba amenazando con arrancarles las cabezas
68.
Entre otras, alguien entreabrió la compuerta delantera y se la oyó gemir amenazando saltar de sus goznes mientras el esclusero corría a reparar el daño
69.
Meir tuvo la sensación de que el peso del mundo descansaba sobre los hombros estrechos del Papa, amenazando con aplastar su blanca figura diminuta
70.
La creencia en un universo miniaturizado que gira sin cesar, nueve veces hacia delante y nueve hacia atrás, en el abdomen inferior del médico está amenazando el orden totalitario
71.
Pero los vervaneses han estado amenazando con romper las relaciones diplomáticas con Pol, por lo que los polenses están siendo muy cautelosos
72.
Sonrió con satisfacción y amenazó a una de las pequeñas figuras con un dedo puntiagudo y dorado, amenazando con derrumbar toda la estructura
73.
–¿No están amenazando causar muchas y graves complicaciones?
74.
Durante los últimos días de la Primera Guerra Mundial había hablado de alistarse en el Ejército, pero ella le había cortado en seco amenazando con fugarse con su hermano mayor
75.
Pero la bolsa de corchos todavía estaba unida a Flynn, revolviéndose violentamente y amenazando con impedirle continuar aferrado al cabo de rescate que rodeaba el bote
76.
Al gritar las últimas palabras, el terrible viejo se levantó de un salto amenazando con ambos puños a las generaciones venideras, con la boca llena de los más horrorosos improperios —era sorprendente que los hubiera aprendido en una vida tan virtuosa y elevada—, completamente fuera de sí
77.
El oficial, incrédulo al principio, hubo de rendirse a la evidencia: todos los indios a quienes interrogaba, amenazando con apalearles si mentían, fueron unánimes en sus afirmaciones
78.
Durante la horrible confrontación con ella había sentido que el aliento se le acumulaba en los pulmones y en la garganta, amenazando con envenenarlo
79.
La lluvia caía a ráfagas, amenazando convertir el círculo delimitado por las piedras en un mar de lodo
80.
Se arremolinaba y le bajaba por la cara y por el cuello, empapando la sudadera, amenazando con entrarle en los ojos
81.
—No puedes decirme en serio que los gobiernos están amenazando con
82.
Everett Yow amenazando con emplear las grabaciones para renovar sus ataques contra el testamento,
83.
Los poderosos fantasmas de lo que había visto en el inframundo tiraban de ella, amenazando con ahogarla
84.
Aun así, la lucha se recrudeció, poniendo en peligro la estructura del universo del orden, debilitando los muros de la realidad y amenazando con derribar todo el edificio del tiempo y el espacio en las simas de las Dimensiones Mazmorra
85.
—Por supuesto que no te estoy amenazando
86.
Supongo que hoy la gente coge el algodón con una mano mientras que con la otra sostiene un transistor pegado a la oreja para que vomite boletines sobre coches usados y suavizantes para el pelo y peinados Corona Real y Vino Gallo en sus tímpanos, con un cigarrillo mentolado con filtro colgando de sus labios y amenazando con incendiar todo el algodonal
87.
Nut, aporreando la puerta de su cuarto cuando intentaba escribir, amenazando con vender la casa e irse a vivir a un asilo de ancianos
88.
Envió una delegación a los defensores de la ciudad, amenazando con masacrar a sus habitantes como había hecho en Monte Nugent, pero diciendo que no les pasaría nada si se rendían de inmediato y proporcionaban comida a sus soldados
89.
Cooey corría y saltaba por el borde del campo, amenazando con el puño al equipo arbitral, dirigiendo gritos a su tambaleante equipo, soltando tacos contra los jugadores contrarios, y por fin volviéndose hacia Mick y Conor con gesto suplicante
90.
Y apenas me atrevía a decirme que, si hubiera previsto aquella marcha, quizá habría sido incapaz de representármela en todo su horror ni aun de impedirla amenazando, suplicando, en el caso de que Albertina me la hubiera anunciado
91.
El bastón que los estaba amenazando se dobló hacia arriba por efecto del conjuro de Elminster
92.
Todos los esfuerzos de Kongre y sus compañeros tendían a mantener la Maule en su fondeadero; varias veces estuvo a punto de desprenderse del ancla, amenazando estrellarse en la playa
93.
Y cuando llegaban hasta él algunas palabras, ¿por qué se levantaba su brazo amenazando con el puño aquella tranquila morada? ¿Por qué, en fin, se escapaban estas palabras de sus labios contraídos por la cólera?
94.
—Me parece que me estás amenazando —dijo—
95.
—¡Nosotros os lo traeremos! —gritó Genis Puig, amenazando aún al oficial pero con la atención puesta en ellos
96.
No transcurrió ni un instante antes de que Ubaid apareciese en el camino, amenazando con el cuchillo; las mulas se alejaban y tenía que rematar su plan
97.
Se dice ordinariamente amenazando
1.
Sentí que el maestro del desierto en ciertos momentos! Cómo anhelaba estar en una calle de la ciudad, en medio del caos y la gente! Qué placer sería para verlo desde la parte superior de mi caballo, y amenazar a los pequeños peatones, con él dirigiendo el ritmo de las poderosas piernas del camello! O sacar a la cabeza de una procesión de enojado desempleados! Los oigo, los problemas sociales! Sólo puedo simpatizar con todas aquellas personas que al orden establecido, ejemplo de explotación de postración total, margina sin piedad desde el paraíso cómodo de la élite
2.
rayos abrasadores con que puedoy suelo amenazar y destruir el mundo? Pero con sola una cosa
3.
Y, puesto en pie en el barco, con grandes voces comenzó a amenazar a losmolineros,
4.
iban al suplicio en clase de peligrosos, porhablar, por amenazar,
5.
Por otra parte, el desorden de la administración de la colonia, lapenuria del erario, la venalidad y la corrupción de los jueces y de losempleados, la desmoralización de las costumbres y el atraso general, secombinaban para amenazar de muerte aquella sociedad que ya veníatrabajada por toda suerte de males de muchos años de desgobierno
6.
Era más de lo que un estado secularmente centralista podía soportar en pocos meses sin amenazar con desarbolarse, y empezó a cundir la alarma incluso entre los nacionalistas y los partidarios más entusiastas de la descentralización ante una huida hacia delante cuyo final nadie vislumbraba y cuyas consecuencias casi todos empezaron a temer
7.
A lo largo de toda la tarde y la noche Pardo Zancada había asistido entre perplejo, airado e impotente al fracaso de la rebelión en la Brunete una vez que Juste, el general en jefe, revocó la orden de salida cursada a todos los regimientos minutos antes del asalto al Congreso; avergonzado por la huida de Torres Rojas, que poco después de las ocho había partido de vuelta a su destino en La Coruña sin cumplir con su misión, y por la parálisis de San Martín y del resto de los jefes y oficiales de la unidad, tantas veces partidarios ardorosos del golpe, poco antes de la una de la madrugada Pardo Zancada cambió el uniforme de paseo por el de campaña, improvisó su columna de vehículos ligeros con la colaboración de varios jóvenes capitanes y con las dos únicas compañías acantonadas en el Cuartel General y, después de dejarla formada durante más de un cuarto de hora en las inmediaciones de la barrera de salida a modo de desafío o de invitación a sus compañeros, partió hacia el Congreso tras comprobar que nadie iba a engrosarla y amenazar con pegarle un tiro en la cabeza al soldado que desobedeciese sus órdenes
8.
Y, puesto en pie en el barco, con grandes voces comenzó a amenazar a los molineros, diciéndoles:
9.
—Mi querido señor —dijo Holker—, los constructores de esta línea han previsto los graves peligros que pueden amenazar a los viajeros justamente a causa de las presiones y la inestabilidad de los hielos, que se encuentran en muchos puntos del océano; por eso han tratado enseguida de evitarlos
10.
Y al momento siguiente, tenían que amenazar con denunciar a dichos ciudadanos como pervertidos subrepticios
11.
Le estaría bien empleado por amenazar al pobre Ern con una vara
12.
Trabajillo había de costarle a Espartero la destrucción de aquel baluarte que últimamente habían armado entre peñas los soldados del absolutismo, con la intención bien clara de dominar los pasos del Ebro y amenazar las puertas de Castilla
13.
Acordó además la Junta reforzar la guardia de la fábrica de desplatación y amenazar a varios industriales, entre ellos al marqués de Figueroa, con el embargo de sus bienes si no pagaban a la Aduana, en el término de cuatro días, los derechos de Arancel por la importación de carbón y otros efectos
14.
El porquero vuelve a agitar el bastón para amenazar a uno de sus animales, con lo que queda justo delante de Jarrod, a quien mira fijamente a pesar de su corta estatura
15.
No querría tener parte en ninguna religión que pudiera amenazar la suprema posición del emperador
16.
Este profundo saliente al suroeste de la ciudad sería utilizado a continuación para amenazar a todas las posiciones alemanas
17.
En la Tierra, la desmandada disipación de energía de nuestras fábricas y hogares produce tanto calor que los científicos prevén que algún día llegará a amenazar la existencia de los casquetes polares de hielo
18.
» Y la representación del Sanedrín no tuvo más remedio que retirarse, no sin antes amenazar al gobernador con un sinfín de maldiciones y castigos divinos…
19.
Más bien me necesitaban para amenazar a los renuentes y, llegado el caso, para eliminar a los traidores
20.
Era un original, gastado y manchado, doblado y desdoblado innumerables veces hasta amenazar con descomponerse
21.
Tienes tiempo para persuadir, adular y amenazar
22.
Oculta su disgusto ante la repugnante criatura capaz de amenazar la vida de su glorioso reino
23.
La bravura demostrada por Draculea llegó a amenazar la flamante Estambul, ciudad de la que huyeron miles de habitantes por miedo a verse en manos del sanguinario guerrero
24.
En su campamento, Tarzán había conseguido por fin, a copia de amenazar y prometer recompensas, tener casi terminado el casco de una embarcación de proporciones bastante respetables
25.
Y como consecuencia de este pensamiento se apoderó de él un ciego frenesí de odio hacia esas criaturas que se atrevían a impedir su propósito y a amenazar el bienestar de su esposa
26.
Este era el plan que Tarzán había concebido poco antes: retener a la muchacha en rehenes y amenazar a los suyos con matarla si no les dejaban en paz
27.
¿Usted sabe, periodista, lo que es estar en un velero en el medio del Océano índico y las nubes que empiezan a amenazar por el oeste?
28.
También dijo que se debía insistir en el hecho de que sólo los alados pueden juzgar a los alados, lo que implicaba liberar a Tya aunque fuera necesario amenazar a Thayos con una sanción
29.
Washington se ve obligado a amenazar a Obiang con sanciones y con el aislamiento, el clima empeora rápidamente
30.
Los hunos se retiraron a Europa central, y tras la muerte de Atila no volvieron a amenazar a Roma
31.
Pero los secuestradores lo habían previsto y comenzaron a amenazar con una carnicería a menos que se cumpliera su exigencia: la liberación de los prisioneros palestinos de las cárceles de Israel
32.
Los jinetes se agruparon velozmente alrededor de los civiles y sacaron las armas, pero antes de que nadie pudiera amenazar a nadie, alguien del grupo gritó:
33.
Porfirio Díaz, un viejo dictador consciente de que las vibraciones en el norte empezaban a amenazar a su idolatrado país, descubrió en el larguirucho revolucionario norteño
34.
¿No sabes tú, licenciadillo menguado, que lo podré hacer, pues, como digo, soy Júpiter Tonante, que tengo en mis manos los rayos abrasadores con que puedo y suelo amenazar y destruir el mundo? Pero con sola una cosa quiero castigar a este ignorante pueblo; y es con no llover en él ni en todo su distrito y contorno por tres enteros años, que se han de contar desde el día y punto en que ha sido hecha esta amenaza en adelante
35.
Y puesto en pie en el barco, con grandes voces comenzó a amenazar a los molineros, diciéndoles:
36.
Pero a nadie se le ocurrió amenazar con la dimisión y al cabo de un tiempo (el director le estrechó la mano aún con mayor fuerza que la vez anterior, le dejó marcas) Tomás tuvo que abandonar su puesto en el hospital
37.
–Iolinda -dije con tono de urgencia-, estoy convencido de que los Eldren están cansados de guerras, de que jamás han tenido la menor intención de amenazar a los Dos Continentes
38.
Una sola cosa podía amenazar la vida y la dicha de la familia de Teresina Cortéz: un desastre en la cosecha de judías
39.
El techo, que cabía imaginar pensado para sostener el peso de toda la tierra, parecía amenazar perpetuamente con desmoronarse
40.
Últimamente le ha dado por amenazar a la gente en la calle
41.
Su autoridad concreta sólo comprendía el sistema Tierra-Luna… y su objetivo era cualquier cosa que pudiera amenazar ese dominio
42.
Si bien podéis creer que podéis justificar vuestra acción, considerarla simplemente un medio de persuasión, nada puede daros el derecho a amenazar o quitarle la vida a otro que no os ha hecho daño ni tenía intención de hacéroslo
43.
Los atracos apropiadamente ejecutados por el Gremio de Bandidos eran una cosa, pero no estaba dispuesto a dejarse amenazar por un forajido que le llegaba a la cintura y ni siquiera tenía una ballesta
44.
Al mismo tiempo llegó el nombramiento del marqués de Denia sumiendo primero en el desconcierto, y luego en la desesperación al joven Flaviano, que se desplazó a la corte de Valladolid para pedirle cuentas al señor de Chièvres, sin conseguir ser recibido por él; después de mucho insistir, rogar y hasta amenazar, consiguió que un secretario suyo le prometiera gestionar cerca del cardenal Adriano el puesto tan anhelado, u otro semejante, pero de paso le recordó la bolsa con ducados de oro que había recibido por sus servicios
45.
Los pocos marineros y reclutas que se socairean con cada descarga enemiga son devueltos a sus puestos a rebencazos, y algún infante de marina de guardia en las escotillas debe amenazar con la bayoneta a quienes se acercan buscando la ocasión de escaparse abajo; pero la gente se muestra razonablemente disciplinada
46.
Estas frases no hicieron mella en Hewet, cuya atención estaba fija en un grupo de armas colocadas de tal forma que desde cualquier lugar parecían amenazar al observador
47.
Eva agitó el cucharón como si quisiera amenazar con él a todos los bohemios que se atrevieran a interponerse en su camino
48.
Fadell llegó incluso a poner su insignia de Apple sobre la mesa y a amenazar con la dimisión
49.
Los sencillos modelos que poseen ustedes en la Tierra pueden estar tan imbuidos con garantías adicionales que, con seguridad, sean incapaces de amenazar a un ser humano
50.
para consolar o amenazar, recordando la inestabilidad de las cosas humanas
51.
minari, amenazar, en lat
52.
Amenazar a alguien sin intención de cumplir las amenazas
53.
Se podría haber llegado a amenazar con el puño o puede que algo peor si no hubieran sido Aes Sedai
54.
Algún día Regio aprendería a no amenazar a sus propios soldados
55.
Era allí donde los oficiales de la flota se ponían en comunicación con los líderes de aquel puesto avanzado o con el capitán de ese carguero que estaba viajando por el sistema, para amenazar, apremiar y suplicar, pidiéndoles que se fueran inmediatamente, antes de que fuera demasiado tarde, antes de que el desastre cayera sobre ellos
56.
–¿Y sólo por desacuerdos científicos -preguntó Ferenczi son capaces de hacer todo eso: quemar originales, amenazar, lanzar falsas acusaciones?
57.
«Esa reina es virgen porque ningún hombre desearía yacer con un pez así de frío», informaron, y transcurrido un año y un día, el amor de Akbar se esfumó tan deprisa y misteriosamente como había nacido, quizá a causa de la revuelta de sus reinas, que por una vez se unieron a espaldas de su amada inexistente para amenazar con retirarle sus favores a menos que dejara de mandar extravagantes cartas a esa inglesa cuyo silencio, después de suscitar el interés del emperador con sus propios halagos iniciales, demostraba la insinceridad de su carácter y la locura de tratar de comprender a un personaje tan ajeno y poco atractivo, máxime cuando había tantas damas afectuosas y deseables mucho más a mano
58.
Entonces lo único que se les ocurre es crear una estricta fuerza policial y amenazar con que un Dios que todo lo ve va a castigar cualquier transgresión que la policía haya pasado por alto
59.
Con el mismo punto de vista que Karl, la información, titulada Una internacional cuyo nombre no pude darse, considera que la internacional pederasta «parece amenazar el mundo y ofrece un cauce y un caldo bastante favorable a los manejos marxistas»
60.
De carácter generalmente apacible, podían, no obstante, despertar su ira la crueldad, la estupidez o un descuido capaz de amenazar o causar daño a la Caverna en general o a una persona incapaz de defenderse sola
61.
Que yo supiera, no iba armado, pero en su día aquel bate había roto más de una cabeza; y según contaban, si alguien cometía la temeridad de amenazar a su querido amo, el perro de Jake tenía la singular aptitud de aferrarse con los dientes a los testículos del autor de semejante osadía y de quedarse suspendido de ellos gruñendo
62.
Pero puesto que el presidente no dejaba de suplicar y Coal de amenazar, lo haremos de todos modos
63.
Cuando la Unión Soviética pudiera amenazar a Estados Unidos con la devastación nuclear, la dominación estadounidense tocaría a su fin
64.
Advirtió entonces a sus colegas que si no se tomaban medidas urgentes, se abatiría la violencia sobre Tierra Santa, violencia que podría extenderse a todo el Oriente Medio y amenazar la paz mundial
65.
—¿Suficientes para amenazar el castillo? inquirió Dominic al instante
1.
Juan salió profiriendo amenazas: y Luz quedó al oírle extremecida depavor, como la ciudad de las rameras ante la voz de los Profetas
2.
imagina grandes amenazas y peligro
3.
El otro declarante fue el mulato Jacinto Riera, quien corroboró lo dicho por ellas en lo referente a las amenazas de Infante a su víctima, pero negó que hubiera acompañado a su compinche en el momento del crimen
4.
recibiendo amenazas de muerte
5.
exilarse en España, por las amenazas que recibía y por haber sobrevivido un atentado
6.
amenazas de muerte, según el informe elaborado por el Internacional Gay and Lesbian
7.
santo y seña de su nación, elquerer intimidar con amenazas y fieros á una nación que
8.
Mis armas? La seducción, el ser fálico, el chantaje y las amenazas
9.
Dicho coraje requiere la voluntad de desafiar el poder materno y todas sus amenazas de muerte y requiere la necesidad de tener que pagar el precio de esta ardua empresa
10.
golpeando el suelo con elsable y profiriendo amenazas y
11.
amenazas de Teobaldo alejaban de mí cada día lafelicidad; la voz de la opinión
12.
"—Desprecia las amenazas del
13.
propuso dar muestras de su entereza, y nilas amenazas, ni los sermones, ni el tormento
14.
las ciudades de los Españoles nuevas amenazas y nuevas mentiras
15.
sus pueblos, con cartas llenas de quejas y amenazas
16.
En este tiempo llegaron de Buenos Aires, ò de la ciudad del Puerto, mas amenazas, porque el Marques
17.
empero usaba de amenazas, y exageraba la matanza, echándoles á ellos la culpa; porque
18.
solamente que los que estaban abriendo la selva, con amenazas se les mandó cesar en el trabajo
19.
tengo, y se pase en amenazas ymaldiciones la justa venganza que espero
20.
Quijote;el cual, volviendo a dar priesa al leonero y a reiterar las amenazas, dioocasión al hidalgo
21.
Pero el gato, no curándose destas amenazas, gruñía y apretaba
22.
amenazas deTirso, lograran que cayeseis en exageraciones: en
23.
definidas y amenazas tremendas, la sedujo con el encantode lo
24.
chistar losruegos, súplicas y amenazas de su hijo, sin que de sus
25.
susmaldiciones y amenazas contra los contratistas que eran sus
26.
ruegos, las amenazas, ni latemporada que la tuvieron recluida en un convento
27.
amenazas bíblicas, denunció el sombrío suicidio dedepravación
28.
razones se acudea las amenazas, y que su amigo Sánchez había hecho mal en
29.
sus maldiciones y amenazas contra elorden religioso y político
30.
lahabían persuadido, por medio de engaños y de amenazas, a que consintieraen ese
31.
la calle con amenazas y golpes; su mayorgloria era que los enemigos se dijeran:
32.
Estremecíase con una emoción nueva al oír losbárbaros ensueños, las amenazas de
33.
Si conferenciaba con el Embajador inglés, lasquejas y las amenazas eran de otra
34.
puerta á supretension, trocó los ruegos en amenazas
35.
los que tiene destinados para vomitar sangre, amenazas ymueras, el nuevo Gobierno
36.
acuerdo secreto de fijación de precios, sus ejecutores utilizarían las amenazas y la violencia para
37.
efecto de las amenazas
38.
Beatriz de laoposición y amenazas de su tía, meditaba el
39.
argentino había recibido, y queexigiese, con amenazas de bombardeo, que dicho Gobierno le
40.
casa los aperos de la labranza,lanzaba terribles imprecaciones y amenazas
41.
insolencia, desarmaba conviolencia la flauta y jurando amenazas la guardaba en el
42.
Más quelas amenazas les
43.
todoreducido a gritos y amenazas, como en las reuniones en los
44.
recluidos en lashabitaciones, atemorizados por las amenazas de las madres si intentabanjugar en
45.
de sí, yabriendo el saco de las amenazas prometía subir para
46.
fosforescencia, ycoreando irónicamente las amenazas del
47.
quieren hoy ensalzar esas amenazas, que han perdido elbello y
48.
lanzó de su boca fiero torrente deinsultos y amenazas incomprensibles; mientras el
49.
muchacha las recriminaciones y acudiódespués a las amenazas
50.
la obstinación del guarda, su vehemencia y sus amenazas, lahacían temer una
51.
volcán de amenazas, en erupción perpetua decastigos en este
52.
Y la abuela lloraba,prorrumpiendo en amenazas
53.
A la vuelta del mercado había siempre ajuste de cuentas del cocinero consu ama, regaños y amenazas de castigo por el precio de las carnes, porsu calidad y aun peso; porque en vez de pollos trajo gallinas, por lahortaliza, pues en vez de habichuelas trajo guisantes, y berros porlechuga, o viceversa
54.
traición, las ardientespromesas, las amenazas, las murmuraciones, las correrías y
55.
Al principio creía en sus amenazas, en sus cóleras, en sus
56.
1 Y SAULO, respirando aun amenazas y muerte contra los discípulos del Señor,
57.
1 Y SAULO, aun resoplando amenazas y muerte contra los discípulos del Señor,
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los indios, unas veces conruegos y otras con amenazas,
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El Corregidor, cuidadoso con estas públicas amenazas, é insolentespretensiones: obraba vigilante en la
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El corregidor, procurabareducirlos, ya con suavidad, ya con amenazas; pero nada bastaba, y,
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halagos y en otras con amenazas, y entodos lugares con dones
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intervenir el comisario,con amenazas y juramentos
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carantoñas, o bien detiempo en tiempo las amenazas, revolviéndolas con mentiras
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En 1967, después de un mes de amenazas militares y retóricas por parte de Egipto y Siria, Israel emprendió una ofensiva masiva contra Egipto
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De pronto se escucho un gran ruido a la izquierda del cuerpo de guardia; se trataba de juramentos, amenazas y llantos
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Muchos miembros de la comunidad religiosa han reaccionado con creciente alarma ante los informes de amenazas a la salud del medioambiente de nuestro planeta, como las expuestas en el llamamiento
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Y cada noche, ante la impotencia de Peake y sus hombres, los muros de la casa amanecían con nuevas amenazas pintadas en sangre
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Los temas en ese campo fueron, entre otros, entregar al público la sensación de desgobierno, descrédito de las autoridades (en primer término, del Presidente), fomento de la violencia, difusión de inexistentes amenazas a los poderes legislativo y judicial y, la mentira mayor, una carencia de libertad de prensa en Chile
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En una entrevista sobre las amenazas de muerte que recibió en esos días, cuarenta y ocho horas antes de morir reafirmó sus ideales: "Amamos la vida y amamos la paz, pero más que nada amamos la Justicia y la libertad
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En el Caso Carrasco hubo obstrucción de justicia, manipulación de informes, desidia en las investigaciones de la policía, amenazas, sumisión y temores de jueces, aplicación del silencio, entrega de información tendenciosa a través de cierta prensa y buscadores de notoriedad que sólo favorecieron al principal inculpado
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Algunas son capitales para aumentar la felicidad y otras, lógicamente, pese a ser resplandecientes, deben evitarse como la peor de las amenazas
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Cuando se vive en un grupo que genera un sinfín de relaciones de cooperación, competencia y amenazas mutuas, la selección natural favorecerá a los individuos que se las apañen mejor que otros para intuir lo que piensa su interlocutor
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Pero los que en medio de ella viven la consideran menos mala, más tratable, que los espantos y sobresaltos, las crueldades frías, las amenazas siempre renovadas, del mundo de allá
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No encontraron ninguna de las dos cosas, pero sobre todo no las encontraron los cabecillas golpistas de la división (el general Torres Rojas, sustituto de Juste según los planes de los conjurados, el coronel San Martín, jefe del Estado Mayor, y el comandante Pardo Zancada, encargado por Milans de poner en marcha la operación), ni tampoco ninguno de los demás jefes y oficiales que se agitaban en medio de la zozobra del Cuartel General: como tantos otros militares durante los años anteriores al golpe, muchos habían prodigado amenazas al gobierno con bravatas de cuarto de banderas, pero cuando llegó el momento de ponerlas en práctica no fueron capaces de arrebatarle el mando al débil y dubitativo Juste y, aunque es verdad que durante las primeras horas del golpe Torres Rojas y San Martín intentaron todavía convencer a Juste de que anulara la contraorden de salida, lo cierto es que lo hicieron con escasa convicción, y que las presiones que ejercían sobre el jefe de la Brunete se esfumaron cuando poco después de las ocho de la tarde, obedeciendo dócilmente las órdenes de sus superiores, Torres Rojas se marchó del Cuartel General y regresó en avión regular a su destino en La Coruña
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En cuanto al hemiciclo, tras la irrupción de los golpistas reinaba allí un silencio ominoso entrecortado por las toses de los parlamentarios y por las órdenes ocasionales de los guardias civiles; el silencio se heló cuando, diez minutos después de iniciado, un capitán subió a la tribuna de oradores para anunciar la llegada de una autoridad militar encargada de tomar el mando del golpe, y se hizo trizas cuando poco después Adolfo Suárez se levantó de su escaño y exigió hablar con el teniente coronel Tejero, provocando una algarabía de revuelta que a punto estuvo de desencadenar un nuevo tiroteo, y que terminó cuando los guardias civiles consiguieron a base de gritos y amenazas sentar de nuevo al presidente
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Aunque sólo conocemos el testimonio de Armada acerca de lo hablado en esos conciliábulos con el Rey, podemos dar algunas cosas por seguras o por muy probables: es seguro o muy probable que, además de insistir ambos en la negra opinión de Suárez y del momento político, Armada hablara de los rumores de una moción de censura contra Suárez y de los rumores de un gobierno de unidad, que se mostrara partidario de éste y que de forma más o menos elíptica se propusiera como candidato a presidirlo, subrayando que su perfil monárquico y liberal respondía al perfil del presidente confeccionado por los medios de comunicación, las organizaciones sociales y los partidos políticos, muchos de los cuales (siempre según Armada) ya le habían dado o insinuado su beneplácito; es seguro o muy probable que el Rey dejara hablar a Armada y no lo contradijese y que, si no lo había hecho antes, empezase ahora a considerar seriamente la propuesta del gobierno de unidad presidido por un militar, fuera o no éste Armada, siempre y cuando contase con la aprobación del Congreso y con un engarce constitucional que Armada consideraba garantizado; es seguro que, además de insistir ambos en su negra opinión del momento militar, Armada la exasperaría al máximo y hablaría de su visita a Milans, presentándose a sí mismo como un freno a la fogosidad intervencionista del capitán general de Valencia, dosificando con zorrería la información sobre sus proyectos o amenazas y sin entrar en detalles perjudiciales para sus propios fines (es improbable por ejemplo que mencionara a Tejero y su relación con Milans); también es seguro que el Rey le pidió a Armada que continuara teniéndole al corriente de lo que sucedía o se tramaba en los cuarteles; también, que prometió encontrarle un destino en la capital
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Aquí se ha acabado»; más áspera, más potente y más despectiva que las demás, una voz acaba imponiéndose «¡Señor Suárez, permanezca en su escaño!» y es entonces cuando el presidente consigue hacerse oír entre el guirigay «Yo tengo la facultad como presidente del gobierno…», hasta que su voz se ahoga en un chaparrón de gritos, insultos y amenazas que parece apaciguar la sala y devolverla al simulacro de normalidad en que vive desde hace media hora
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No tiene ninguna importancia lo que hizo, ni las amenazas
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Era una bomba, y a punto estuvo de estallarle en las manos: había tomado aquella decisión salvaje porque sus triunfos le habían dotado de una confianza absoluta en sí mismo y, aunque esperaba que la sacudida en el ejército sería brutal y que habría protestas y amenazas y tal vez amagos de rebelión, la realidad superó sus peores presagios, y en algunos momentos, durante los cuatro días de locos que siguieron al Sábado Santo, Suárez quizá pensó en más de un momento que había sobrevalorado sus fuerzas y que el golpe de estado era inevitable, hasta que al quinto tradujo de nuevo en beneficio propio la catástrofe anunciada: presionó hasta el límite a Carrillo y éste consiguió que el partido renunciara públicamente a algunos de sus símbolos y aceptara todos los que el ejército consideraba amenazados con su legalización: la monarquía, la unidad de la patria y la bandera rojigualda
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, para comprar su silencio intentó chantajeados, intentó sobornarlos, veladamente los amenazó (las amenazas de algunos compañeros de unidad delatados fueron
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Desde el primer momento los golpistas, sus abogados defensores y sus familiares intentaron transformar la sala de la vista y sus inmediaciones en el escenario de una sórdida carnavalada, y hasta cierto punto lo consiguieron: apenas hubo día que no registrara plantes, protestas, gritos, aplausos, insultos, amenazas, expulsiones, interrupciones o provocaciones, de tal manera que a medida que transcurrían las jornadas los procesados y sus defensores se envalentonaron hasta conseguir intimidar al tribunal, lo que explica que antes de las deliberaciones previas al veredicto fuera sustituido el general que lo presidía, demasiado débil para soportar la presión a que estaba siendo sometido y mantener a raya el matonismo de los golpistas
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Ordené, pues, a mi parecer como prudente, bien así como el que sabe que para tal tiempo le han de quitar la casa donde vive y se provee de otra donde mudarse; ordené, digo, de salir yo solo, sin mi familia, de mi pueblo, y ir a buscar donde llevarla con comodidad y sin la priesa con que los demás salieron; porque bien vi, y vieron todos nuestros ancianos, que aquellos pregones no eran sólo amenazas, como algunos decían, sino verdaderas leyes, que se habían de poner en ejecución a su determinado tiempo; y forzábame a creer esta verdad saber yo los ruines y disparatados intentos que los nuestros tenían, y tales, que me parece que fue inspiración divina la que movió a Su Majestad a poner en efecto tan gallarda resolución, no porque todos fuésemos culpados, que algunos había cristianos firmes y verdaderos; pero eran tan pocos que no se podían oponer a los que no lo eran, y no era bien criar la sierpe en el seno, teniendo los enemigos dentro de casa
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Tras los precarios encuentros con los yiwa y los qulun, era un alivio poder relajarse en un entorno agradable, sabiendo que no había amenazas de ataque
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Todo fue confusión, amenazas y órdenes de alzar los brazos, hasta que los intrusos repararon en el hecho de que quien tenían ante ellos, totalmente desnuda y con las manos sobre la cabeza, era la estrella cinematográfica del momento
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Este señor me dio después un solo, adulándome sin tasa y diciéndome, en conclusión, que los hombres como yo debían consagrarse a defender los intereses de las clases productoras contra las amenazas del proletariado, las creencias venerandas de nuestros mayores contra la irrupción de la barbarie libre-pensadora, y las buenas prácticas de gobierno contra los delirios de los teóricos
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–¡Abrid esa maldita puerta! – gritó Pyanfar, golpeando con la culata del rifle la ventanilla transparente, consiguiendo que el asustado mahendo'sat que se encontraba al otro lado empezara a gritar también amenazas medio incomprensibles-
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No había amenazas ahí
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Partieron entre el humo y el estruendo de las sirenas, el profundo y ronco bajo de las sirenas que indicaban emergencia en el muelle y se alternaban con los altavoces que emitían crujidos y silbidos, retumbando con las amenazas e instrucciones de los kif
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Sus palabras se referían siempre al castigo y sus oyentes sólo oían amenazas para el cuerpo y para el alma
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Tales operaciones eran frecuentes, desde luego, pero no recuerdo a nadie que profiriera amenazas
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A través de la losa se distinguían maldiciones y amenazas: el León de Damasco no parecía hallarse satisfecho en aquel pozo, que seguramente comunicaba con los subterráneos del castillo
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Había cesado el fuego a causa de la distancia, pero continuaban los aullidos y las amenazas
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Al ver el cuerpo en el suelo, los cuatro nativos se precipitaron sobre el mismo, cubriéndolo de injurias y amenazas
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«Debe saberse que el objetivo principal de estos individuos es reclutar agentes, convencer a españoles y personas de otras nacionalidades que viven o trabajan en España —mediante dinero, amenazas, sexo, alcohol y drogas— de que espíen para ellos, que traicionen a sus propios países y, cuando sea necesario, que acepten participar en los "trabajos sucios" (provocación, desórdenes, desinformación, sabotaje
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Y a medida que pasaba el tiempo aumentaba su nerviosidad y su rostro cambiaba por momentos de expresión; en él se alternaban el odio, la tristeza, cólera, la alegría; sus labios murmuraban maldiciones, juramentos, amenazas
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La turba islámica estaba violando la inmunidad diplomática y profiriendo amenazas de muerte contra civiles, pese a que la respuesta de Su Santidad el Papa y del arzobispo de Canterbury fue la de condenar… ¡las caricaturas! En mi profesión hubo cierta prisa por ver quién se sometía antes, por informar sobre las imágenes en liza sin llegar a mostrarlas realmente
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En las murallas, en las torres, por todos lados, los venecianos lanzaban amenazas y furiosas exclamaciones, excitados por la traición de los musulmanes
1.
Jamás se dio cuenta de que, si hubiera procedido como amenazo hacerlo y se hubiera retirado de la Conferencia, su nombre se habría inmortalizado; pero esto únicamente si hubiera estado resuelto a legar su idea al futuro como un postulado que debería ser perpetuamente renovado
2.
La aliento, la amenazo, la mimo, la alabo, la seduzco
3.
Por eso no te amenazo
4.
Y no te amenazo al revelarte las posibilidades ocultas detrás de las cosas visibles, la real y verdadera correlación de fuerzas