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barra
1. Esta misma circunstancia, aunque por otro término,concurre en el Rio Negro, pues ademas de ser peligrosísima su entrada,no la permite la barra sino á embarcaciones menores, como bergantines,zumacas ó lanchas que calan muy poca agua, y este es el parage en que seencuentran tierras que cultivar, pero tan corta que es solo la que bañael rio en sus mareas: y aunque no obstante esto pudiera continuarse lapoblacion, sin embargo de las incomodidades y riesgo de los indios, queatrae el haber de hacer las siembras á la parte del sud, como lo explicaD
2. sustituyendo al patrón, tras la barra
3. permiso para depositar en un rincón de la barra unas octavillas publicitarias
4. Nueva York, entonces, es una metrópoli tan grande y complejo y en el que ya es tan difícil de resolver para una persona normal, que no hay ni siquiera aquellos que, por compasión y misericordia, les da una barra de pan
5. Héctor entró por la puerta del restaurante y se acercó a la barra saludando a dos
6. El 31 se trasladó al puerto de Huelva siguiendo las aguas del LegazpiLa Santa María remolcada por el vapor de la Compañía transatlántica Piélago, y en formación de dos líneas, los cruceros nacionales yextranjeros cuyo calado permitían franquear la barra
7. la dificultad que se experimenta en lanavegacion de este rio y la barra de su boca, que no permite paso
8. tieneproporcionada la entrada de la barra de este rio: porque ¿qué dificultadpuede haber en que venga una escuadra enemiga al puerto de San José, ycon ella un número suficiente de embarcaciones del porte de las
9. Desde estepunto hasta la barra del Diamante, en el expresado Negro, deberánestablecerse ocho
10. La barra cede y se desliza por lapuerta
11. desnudos queformaban un ángulo, subía y bajaba la barra de
12. palpitaciones del corazón, y cuando sientan bajosus pies estos latidos, cinco ó seis de ellos empuñarán una barra enormede acero terriblemente aguzada, clavándola todos á un tiempo en sucarne, hasta que le
13. Inmediatamente acudieron los seis bandoleros con su barra
14. volvícorriendo al comedor y tomé del hogar una sólida barra de
15. ven en los grabados de la antigüedad, sólo que lefaltaba la vieja barra de hierro
16. bastones y cuyos nombres vuelan por la barra
17. ciertos detalles de la escena, por ejemplo, las aguas salobres del estero de Binondo y de la barra
18. año de 1595 en espacio de 8 meseshabian entrado por la barra de Sanlúcar 35 millones de oro i
19. tirador de barra de toda la ría del Nalón caudaloso
20. El patrón manejaba la barra con el cuidado de quien tiene toda
21. aguja,pesada barra de hierro puntiaguda por un lado y rematada por el opuestocon
22. la barra o a los bolos en eldescampado de las Cambroneras; los más hábiles tañían la
23. sombra, en una barra de hierro del armazón de laglorieta, en la que se enroscaban el jazmín y la
24. El patrón manejaba la barra con el cuidado de quien tiene toda sufortuna pendiente
25. Hacía un tiempo obscuro, el cielo estaba plomizo, y una barra amoratadase destacaba en el
26. Para los delitos derobo, Zaldumbide empleaba el cepo y la barra
27. barra, atravesaron las puntas y entraron en el puerto
28. impresion queles causó la barra, que retrocedieron al puerto de
29. roja barra delacre o el paquete de sobres, liado en su elegante
30. llamados a dar estrecha cuenta antela barra de la opinión en el
31. importaba casi siempre por lomenos el valor de una barra, que
32. está exenta de síntomas congestivos con sensacion de una barra ó pesoen la base del
33. La aglomeración dearenas, va haciendo difícil la navegación por muchos sitios, y sien un plazo corto no se establecen servicios de dragas, la barra deNapindan opondrá un poderoso obstáculo á
34. En los días que estuve en Cotta, tuve ocasión de ver y apreciar loagradable que es una estancia en aquel precioso y saludable barriolevantado al borde de dos ríos, cuyas aguas se confunden en un mismodesagüe antes de llegar á la barra, la que dista del embarcadero uncuarto de hora
35. “móviles” se desfondó en espiral hasta su cerebro y hasta la repetía muy bajo en la barra de un bar
36. La capitana se sentó frente a la barra; el médico lo hizo en el asiento de al lado
37. Fue a pedir un espresso completo en la barra
38. ¡Y pobres de ellos si el agua no estaba bastante caliente! En tal caso, Tas montaba en cólera y los golpeaba en la cabeza con el cubo vacío o intentaba sacarles los ojos con una barra de cortina, la mejor arma que tenía a su disposición
39. Los guardias rezongaron y maldijeron en voz baja, sobre todo porque Tas los golpeó con la punta de la barra, les machacó la cabeza, y los reprendió todo el tiempo mientras trabajaban como esclavos para acabar en el plazo señalado
40. Charles y los demás estaban de pie junto a la barra; Tom y Benjamin se habían apiñado en un rincón y se reían al recordar los acontecimientos de la mañana
41. Ireland reparó en el acto en la presencia de Charles y se acercó a la barra
42. Marcelle se levantó, se acercó a la barra, habló con el dueño, que le dijo que los Melbas estaban al llegar, y aguardó
43. Desde detrás de la barra lo contemplaban una hilera de viejas fotografías desvaídas: el papa con John y Robert Kennedy; el equipo de futbol Kerry Gaelic y, sobre todas ellas, Cristo mostrando su corazón ensangrentado
44. Luego cortó las puntas de la raíz, dejando unos siete centímetros en cada barra de la Y
45. Les costó un enorme esfuerzo volver a dejar limpio de espectros todos los pisos y habitaciones, armados como iban únicamente con una resistente barra de cortina de hierro y un palo terminado en gancho de los aperos de la chimenea
46. Su único temor era el que detrás de los cristales hubiese alguna barra de hierro; pero, por lo visto, mister Cody había pensado que la propia estrechez de la ventana era la suficiente defensa
47. Perdura en la memoria, ya recóndita, mi irrupción en la barra del bar abarrotado
48. Antes también se jugaba al tejo, que era medio parecido al chito, y se tiraba la barra castellana de a doce libras, o sea entre cinco y seis kilos; estos juegos y deportes llegaron hasta los años cuarenta
49. Por el ancho pasillo que circunvala el hemiciclo caminaban como siempre los parlamentarios, sólo que lo hacían cabizbajos y humillados, con el miedo pintado en la cara, escoltados por guardias civiles que los acompañaban al baño y oyendo las voces de mando y los gritos de júbilo de los golpistas resonando por los despachos y los pasillos; a ratos los lavabos parecían tan llenos de gente como en los descansos de las sesiones plenarias, sólo que los políticos y periodistas encajados en los mingitorios no cambiaban los intrascendentes comentarios de siempre, sino únicamente susurros de incertidumbre, de agonía, de autocompasión o de humor negro; también como en los descansos de cualquier sesión plenaria, se había formado la multitud de siempre en el bar, por aquel entonces situado en la entrada principal del edificio viejo, y los camareros servían consumiciones, las cobraban y recibían propinas, sólo que la clientela no estaba compuesta por políticos y periodistas sino por oficiales, suboficiales y números de la guardia civil armados con Cetmes y subfusiles Star que proferían frente a la barra palabras de ánimo, tacos, exabruptos y desahogos patrióticos, y sólo que los carajillos, whiskys, coñacs, ginebras, gin-tonics y cervezas superaban largamente el número habitual
50. Fue creciendo la edad, y acordó el padre de Quiteria de estorbar a Basilio la ordinaria entrada que en su casa tenía; y, por quitarse de andar receloso y lleno de sospechas, ordenó de casar a su hija con el rico Camacho, no pareciéndole ser bien casarla con Basilio, que no tenía tantos bienes de fortuna como de naturaleza; pues si va a decir las verdades sin invidia, él es el más ágil mancebo que conocemos: gran tirador de barra, luchador estremado y gran jugador de pelota; corre como un gamo, salta más que una cabra y birla a los bolos como por encantamento; canta como una calandria, y toca una guitarra, que la hace hablar, y, sobre todo, juega una espada como el más pintado
51. Valerio arrojó la pequeña barra entre los rollos de papiro de la mesa
52. Al final de la larga barra, y en el que había hecho su aparición el popular rostro de Janet Perry Fonda, la Mejor Reportera del Año, que comenzó a hablar a medida que tras ella aparecían las imágenes a que estaba haciendo referencia
53. Se sentaron en la barra y las atendió Sam
54. Recogí los vasos vacíos de la mesa, le pasé el trapo y regresé a la barra
55. Estás cansado y hambriento, y empleas el poco dinero que te queda en comprar una barra de pan
56. Apoyándome en la barra, me vuelvo hacia las dos mujeres
57. Una vez en la barra se queda allí, sin tratar de atraer la atención de los camareros, esperando a que el barman se fije en él
58. Mi reputación hizo que un puñado de marimachos se levantaran de los taburetes junto a la barra
59. Las conversaciones de barra de bar y el hablar de tías lo mantienen tranquilo
60. Muchos los bares en que mientras el abuelo pontificaba en la barra el niño pintaba en las servilletas, jugaba con algunos dinosaurios que llevaba en la mochila, comía de puro aburrimiento las almendras que acompañaban los whiskeys o se quedaba dormido con la cabeza apoyada en una mesa
61. Tuppence puso dentro del bolso sus propios polvos y la barra para los labios
62. No puedo explicarlo detalladamente porque carezco de conocimientos científicos, pero se que lo endurece de tal forma que un alambre tiene tanta resistencia como una barra
63. Apenas vio el faro del puerto, el Corsario, que estaba agotado, entregó la barra a Morgan y se acercó a la joven
64. El viejo marino aferrado a la barra del timón, con los cabellos ondulantes y la barba empapada, daba las órdenes, y su voz resonaba como una trompa cubriendo los rugidos de las olas y los silbidos del viento
65. Se puso a popa, cogió la barra del timón y la ligera embarcación avanzó velozmente en dirección a la isla, que se encontraba a unas cinco o seis millas de distancia
66. Confió la barra del timón a uno de los marineros y descendió bajo cubierta, deteniéndose ante la puerta de su cámara
67. El rey de los pescadores empuñó la barra del timón que hasta entonces había tenido uno de los marineros y dirigió el «Bangalore» hacia los bancos, avanzando con extremada prudencia por no sufrir la suerte experimentada por la nave inglesa
68. Los marineros, aunque dominados por vivo terror, movieron las velas, mientras los timoneles daban vuelta fatigosamente a la barra del pesado y larguísimo timón
69. -El de la Barra, ¿verdad?
70. ¡Cuando despunte el alba estaremos bajo el fuerte de la Barra, y veremos si los españoles resisten largo tiempo!
71. Los filibusteros de la escuadra, que apenas habían entonces comenzado el saqueo, se encontraban todavía en los suburbios que se prolongaban tras el fuerte de la Barra, y aún no habían llegado al centro de la ciudad
72. Aquellos hombres rudos, que parecían locos, agitaban sus gorras y sombreros, descargando sus armas entre estrepitosos hurras que debían de llegar hasta los oídos de la guarnición del fuerte de la Barra
73. En efecto; con ayuda de las tinieblas, la misma noche la escuadra salió fácilmente de la laguna con los fanales apagados, embocando el estrecho de la Barra
74. El musculoso brazo subía y bajaba y un estruendo agudo como el tañido de una campana hacía vibrar el aire cada vez que el martillo golpeaba el extremo de una barra de hierro al rojo vivo
75. El herrero golpeó cuatro veces más el hierro; luego levantó la barra del yunque y lo sumergió en un cubo lleno de aceite
76. Horst sacó la barra del cubo, se dio la vuelta hacia Eragon y lo miró con el ceño fruncido
77. El albanés tiró con rapidez de la barra del timón
78. El maderaje era inútil, habiendo como había, tanta abundancia en la isla, y, sobre todo, bambúes, que se prestaban mejor que nada a la construcción de la cabaña; pero, en cambio, se apoderaron de las cuerdas, de los cables y de los cordeles, que habían de serles muy útiles, así como de todo el herraje de los penoles, especialmente de la barra de apoyo de los gavieros y de las velas, que eran tres: la de la gavia, la del papahigo y la del contrapapahigo
79. ¡Todos los ingredientes son afrodisíacos! Con esta receta Lori Barra, la mujer que hizo el
80. A su lado, Clovis manejaba la barra del timón
81. Los ojos se le abrieron como platos cuando oyó como se abría la barra de la puerta
82. Una rockola tocaba canciones sentimentales mientras los clientes se aburrían en las mesas de billar o se emborrachaban en la barra del bar
83. La agente Magda apoya todo el peso propio sobre las placas de hierro forjado que hay ensartadas en la barra de ejercicios y dice:
84. En la barra del establecimiento, que por lo visto en la actualidad era una mezcla de bar y charcutería, se veía a una rolliza mujer que, vestida con una impoluta bata blanca, despachaba productos del cerdo a una clienta tan voluminosa como ella; nadie más se veía en el interior
85. El humo del tabaco hacía que el ambiente, en verdad, estuviera caldeado y caso de levantar un brazo para intentar coger la consumición que uno de los atareados camareros pretendía largar desde la barra, el problema era unirlo de nuevo al cuerpo
86. —Total —me interrumpió Fernando Cisneros mientras intentaba explicarle todo esto en la barra de una cervecería que quedaba a mitad de camino entre su casa y la mía, al día siguiente, antes de comer—, que te has encoñado
87. Los estudiantes iban y venían pugnando por un lugar junto a la barra
88. Ante ella quedaba el último reducto de carne humana que acodada en la barra le impedía el acceso a la misma
89. En llegando a ella las amarraron a la barra que, para tal menester había en la entrada y quedando el gigante de guardia, subió Simón, llevando la vasija de leche, a buscar a las mujeres
90. La litera estaba donde cada noche, el gordo sentado en la barra y, apoyados en el muro, los cuatro porteadores
91. Ataron sus cabalgaduras en la barra preparada al uso junto a otras y dirigieron sus pasos hacia la iluminada puerta, en tanto el viento de mar agitaba fuertemente sus cabellos
92. Como alguien de mal vino que tras la farra aún cabecea su agresividad en la barra del bar
93. Al ministro habíale contado toda la historia de la barra de Ilhéus, de los depósitos de Bahía, los intereses de gente ligada al yerno del gobernador
94. –¿En serio? Pues debe de tardar bastante en conseguir poner una barra de hierro al rojo sólo a base de machacarla con el martillo
95. Lo obligaron a girar la cabeza y vio una barra de hierro en posición vertical, cuyo extremo curvo se apoyaba sobre la punta de su pulgar
96. Alguien levantó la barra en línea recta y la dejó caer con fuerza
97. La barra volvió a subir y acaer, esta vez sobre la articulación de la muñeca
98. Al pie había una barra negra para mensajes: si era necesario por algún motivo que Hood estuviera al tanto del desarrollo de los acontecimientos en Corea, el Salón de Deliberaciones del Centro de Operaciones le enviaría un conciso mensaje a través de la pantalla
99. Cerca de la puerta había una gran barra de hierro que utilizábamos para atrancarla
100. Cabían un sofá y dos butacas de polipiel, el mostrador del conserje y, al fondo, una barra de bar con la típica exposición de botellas en los estantes de la pared