1.
De la labia entre Güicho Panza y Don Quijote y del gran error que cometieron con éste al darle su palomita por fuera de la jaula, junto con la cháchara en que se metieron el canónigo y don Quijote con las aventuras de caballerías
2.
mudéjares, el empedrado conserva el rumor de los cascos de las caballerías y el traqueteo de
3.
En setiembre de 1834, por iniciativa de los barrios de Guadalupe y Concepción, fue protocolizada la adquisición de un terreno de 43 caballerías, ubicado en Candelaria
4.
El déficit se solventó vendiendo 113 manzanas a 4 pesos cada una y cediendo 3 caballerías, al costo, a Alejo Aguilar, apoderado de los vecindarios en el proceso
5.
grupo, lasoscilaciones de la llama y las caballerías atadas
6.
que en el mundo y en el vulgo tienen los libros de caballerías, nohay para qué andéis
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pareciéndole que había dado felicísimo y altoprincipio a sus caballerías, con gran satisfación de
8.
pedían y pintaban los libros de caballerías
9.
cura dijese que los libros de caballerías que donQuijote había leído le habían vuelto el juicio,
10.
de caballerías cuentan, porque todo es compostura y ficciónde ingenios ociosos, que los
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caballerías que haga un cuerpo defábula entero con todos sus miembros, de manera que el medio
12.
entender que no ha habido caballeros andantes en el mundo,y que todos los libros de caballerías
13.
lasmaldiciones que de nuevo echaron a los malditos libros de caballerías; todolo cual se renovó
14.
nuevo los gritos al cielo; allíse renovaron las maldiciones de los libros de caballerías, allí
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acertado asunto en quepretende la expulsión de los libros de caballerías, pues con su
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quehabía muerto, y ya querían que anduviesen en estampa sus altas caballerías
17.
persuádeles que se les olviden las pasadas caballerías delingenioso hidalgo, y pongan los ojos en
18.
caballerías le tienen granjeada y adquirida por todo lo descubiertode la tierra
19.
el discurso de sus caballerías le habían dado, nide la pedrada que le derribó la mitad de los
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a un primo suyo, famoso estudiante y muyaficionado a leer libros de caballerías, el cual con
21.
Los libros de caballerías, lasnovelas pastorales y
22.
Juntastodas las caballerías de los huertos, y tirando un año, no
23.
mercadode los cerdos, o probaban caballerías en el Hostal Gran
24.
labradores con sus bienenjaezadas caballerías dan carreras por el
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dinero en la compra de caballerías
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arreaba las caballerías y cargaba su carro hastaque no podía más
27.
casa losviejos libros de caballerías olvidados por un caminante
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Entró Bautista en la casa con las caballerías, y el extranjero y Martínfueron, preguntando, a otra posada del paseo de los Llanos, donde lesdieron alojamiento
29.
Domingo el Rondán trata en caballerías, mayores y menores, y en pellejos monteses o mansejones, le es lo mismo de lobo, de raposo o de garduña, que de buey, de cabra o de carnero
30.
También en la plaza hay una fuente con tres o cuatro caños que echan agua y un pilón para recogerla y que puedan beber las caballerías
31.
De manera que, como no le toquen en sus caballerías, no habrá nadie que le juzgue sino por de muy buen entendimiento
32.
-Verdaderamente, señor cura, yo hallo por mi cuenta que son perjudiciales en la república estos que llaman libros de caballerías; y, aunque he leído, llevado de un ocioso y falso gusto, casi el principio de todos los más que hay impresos, jamás me he podido acomodar a leer ninguno del principio al cabo, porque me parece que, cuál más, cuál menos, todos ellos son una mesma cosa, y no tiene más éste que aquél, ni estotro que el otro
33.
No he visto ningún libro de caballerías que haga un cuerpo de fábula entero con todos sus miembros, de manera que el medio corresponda al principio, y el fin al principio y al medio; sino que los componen con tantos miembros, que más parece que llevan intención a formar una quimera o un monstruo que a hacer una figura proporcionada
34.
El cura le estuvo escuchando con grande atención, y parecióle hombre de buen entendimiento, y que tenía razón en cuanto decía; y así, le dijo que, por ser él de su mesma opinión y tener ojeriza a los libros de caballerías, había quemado todos los de don Quijote, que eran muchos
35.
Y si diese cargo a otro, o a este mismo, que examinase los libros de caballerías que de nuevo se compusiesen, sin duda podrían salir algunos con la perfección que vuestra merced ha dicho, enriqueciendo nuestra lengua del agradable y precioso tesoro de la elocuencia, dando ocasión que los libros viejos se escureciesen a la luz de los nuevos que saliesen, para honesto pasatiempo, no solamente de los ociosos, sino de los más ocupados; pues no es posible que esté continuo el arco armado, ni la condición y flaqueza humana se pueda sustentar sin alguna lícita recreación
36.
Por comisión del señor doctor Gutierre de Cetina, vicario general desta villa de Madrid, corte de Su Majestad, he visto este libro de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra, y no hallo en él cosa indigna de un cristiano celo, ni que disuene de la decencia debida a buen ejemplo, ni virtudes morales; antes, mucha erudición y aprovechamiento, así en la continencia de su bien seguido asunto para extirpar los vanos y mentirosos libros de caballerías, cuyo contagio había cundido más de lo que fuera justo, como en la lisura del lenguaje castellano, no adulterado con enfadosa y estudiada afectación, vicio con razón aborrecido de hombres cuerdos; y en la correción de vicios que generalmente toca, ocasionado de sus agudos discursos, guarda con tanta cordura las leyes de reprehensión cristiana, que aquel que fuere tocado de la enfermedad que pretende curar, en lo dulce y sabroso de sus medicinas gustosamente habrá bebido, cuando menos lo imagine, sin empacho ni asco alguno, lo provechoso de la detestación de su vicio, con que se hallará, que es lo más difícil de conseguirse, gustoso y reprehendido
37.
Pasmáronse todos de ver la nueva locura de don Quijote; pero, porque no se les fuese otra vez del pueblo a sus caballerías, esperando que en aquel año podría ser curado, concedieron con su nueva intención, y aprobaron por discreta su locura, ofreciéndosele por compañeros en su ejercicio
38.
Piden alojamiento para ellos por una noche, y cuadra y pienso para sus caballerías
39.
El grupo se acomodó en la mejor posada de Astorga; los criados y las caballerías, que eran nueve, en las cuadras, y don Diego, don Suero y el paje a su servicio en las mejores habitaciones que podía ofrecer la posada
40.
A menos de un centenar de metros y emboscados entre la arboleda se hallaban dos carromatos de un extraño porte con las varas de amarre de las caballerías descansando en el suelo y sin rastro visible de los animales que tiraban de ellas
41.
Un relincho le anunció que las caballerías de aquellas gentes habían detectado la presencia de Afrodita, y el ladrido agudo de un perrillo que apareció de entre las ruedas del segundo carricoche ratificó su sospecha
42.
Hace ocho días, el cuñado de mi hermana partió para la feria de Huélamos, pues es guarnicionero y, al dedicarse a fabricar arreos para caballerías, y siendo que es ésta una fiesta de ganado importante donde se merca con burros, acémilas y caballos, muchas veces, para que los animales luzcan mejor, bien para mejor ajustar un precio o como pieza final de «regateo», los comerciantes compran arreos nuevos y en esto consiste su negocio
43.
El cuñado de mi hermana pudo huir ya que, estando hacia el final de la fila de carros, tuvo tiempo de enganchar las caballerías y tomar las de Villadiego; pero otros no tuvieron tanta fortuna, hubo gran quebranto material, se volcaron carromatos y se perdieron mercaderías y, si solamente fuera eso, pero lo peor fue que descalabraron a algunos, parece ser que a dos de ellos muy gravemente, sobre todo el hijo del tintorero de Ávalos que se debate entre la vida y la muerte y que acudía a la feria a mercar tinturas para teñir el cuero
44.
El problema subsiguiente fue que no había manera de introducir, bajo el volcado carromato, el brazo de palanca necesario para hacer una fuerza capaz de mover la plataforma y que, así mismo, parecía tarea de titanes soltar los arreos de las caballerías para que éstas, libres de sus cinchas y colleras, pudieran ser apartadas a fin de que no entorpecieran la operación
45.
Simón partió para la ciudad llevando consigo las tres caballerías
46.
En cambio en su mismo sentido lo hacían caballerías montadas por comerciantes y sencillos vecinos, que parecían alegres y comunicativos
47.
Al llegar al molino detuvieron las caballerías y, tras atarlas a un poste, se dirigieron a una barraca donde se guardaban los aperos para el servicio del artefacto
48.
El pórtico de acceso al edificio estaba abierto al este; un gran arco permitía la entrada de carros y caballerías y apenas en su interior y a la derecha se hallaban en los bajos las cuadras, los almacenes y bodegas donde se almacenaban las vituallas
49.
Stephen y el caballero llegaron al puente de caballerías que conducía a Starecross
50.
El caballero ya estaba en el puente de caballerías
51.
¡Les enredan las crines a las caballerías en las cuadras!
52.
Luego, los condujeron de nuevo contra el muro y les azotaron con un látigo de caballerías que la muchedumbre interesada y divertida se apresuró a ofrecer
53.
»Me consta de un modo indudable que Espronceda le ha incitado a correr tras de la chica de Negretti, calentándole los cascos con la poética al uso, que es en aquellas cabezas destornilladas lo que los libros de caballerías en la del pobre D
54.
Respecto a la Orden de Montesa, de quien fue propiedad aquel territorio que veían, y otros mayores en grandísima extensión por todo el reino alto de Valencia, dijo que él era caballero de dicho Hábito; pero que ya tales caballerías eran una ficción de vanidad, porque todo lo substancial de ellas se lo había tragado el tiempo insaciable, que va devorando, devorando, y no siempre crea cosas nuevas con que sustituir a las pasadas
55.
-Faltan ahora las instrucciones fundamentales, mi General, pues presumo que mi misión no es tan sólo arrear las caballerías del Sr
56.
Los Generales que a sí propios se denominan libertadores, y que el Gobierno llama facciosos, se fueron al Real Sitio de Aranjuez, y de allí enfilaron las planicies manchegas, adelante siempre, reclutando mozos, requisando caballerías, y requiriendo amorosamente cuantos fondos guardaban las administraciones subalternas de los pueblos
57.
Abría la marcha una yegua corpulenta que llevaba un gran campano colgado del pescuezo, y tras ella las demás caballerías, atado el ramal de cada una en la cola de la delantera
58.
El voluminoso equipaje de los generales, con sus queridas españolas instaladas en carricoches requisados en Chiclana y El Puerto, salió hace tiempo para Sevilla con una fuerte escolta de dragones; y el camino de Jerez está atestado de carros, caballerías y tropa mezclada con gente civil: familias de oficiales franceses, juramentados y colaboracionistas que temen verse abandonados a la venganza de sus compatriotas
59.
54) supone que tal vez participaron en la conquista de Mallorca hasta ciento cinco templarios, pues el Temple recibió bienes en la isla por valor de quinientos veinticinco «caballerías de honor», y se entregaron cinco caballerías por cada caballero
60.
De hecho, parecía más el marco de un cuento de caballerías, donde los caballeros defendían su honor en los torneos y el amor siempre salía triunfante
61.
Los libros de fantasía, aventuras y caballerías estaban escondidos en las estanterías superiores, donde sólo podía llegar su padre
62.
Los novios y nosotros iremos en coche hasta la iglesia que está muy lejos, y el acompañamiento en los carros y en las caballerías que traigan
63.
De regreso de estas cabalgadas, hablando de caballerías y de cortesanía, con frecuencia Kaherdín loaba ante su querido compañero a su hermana Isolda la de las Blancas Manos, la sencilla, la bella
64.
Cientos de hombres, mujeres y niños -muchos de ellos cargando voluminosos bultos o tirando de caballerías y rebaños- empezaron a desfilar apresurada e ininterrumpidamente junto al Calvario, rumbo a las cercanas lomas de Gareb
65.
Después, con agonizante atención, oyeron llegar desde el camino ese rumor palpitante e indescriptible que anuncia a las caballerías
66.
La carga de los elefantes y el enfrentamiento de las caballerías
67.
El interior estaba siendo utilizado como almacén de forraje para las caballerías del ejército
68.
La situación de sus defensas, el monte que resguardaba sus espaldas y el terreno rocoso, no apto para caballerías, les permitía resistir durante mucho tiempo
69.
[19] En aquella época era común echar un poco de mercurio en las orejas de las caballerías para que corrieran más
70.
Decidieron que el lugar no podía haber resultado mejor elegido gracias a la abundancia de agua para hombres y caballerías
71.
Adoraba a los caballos, formaban parte esencial de su oficio, y soñaba con volver a encontrarse con los suyos en las caballerías del virrey de Nápoles
72.
Los pawnees se detuvieron para atender sus caballerías, mucho más importantes para ellos que cualquier guerrero de edad atado a una estaca, y cuando volvieron grupas para insistir en su ataque contra él, contemplaron una escena notable
73.
–¿Vas a agenciarte otra colección de cascabeles? – preguntó un tabernero, mientras Amos se apartaba de las caballerías
74.
En el portazgo, un viejo rezongón acudió a cobrar los dos centavos que, una vez satisfechos, permitieron a Levi fustigar las caballerías y a los Zendt proseguir su ruta hacia el mercado
75.
– Mientras Levi enganchaba las caballerías a la «Conestoga» completando el tiro, el granjero comentó-: Eres el chico de los Zendt, ¿verdad? ¿No te hacen el vacío?
76.
Levi enganchó las caballerías y condujo la «Canestoga» hacia la hilera de los que iban a cruzar el puente
77.
A pesar de todo, antes de llegar a Somerset encontraron caminos de montaña tan empinados que llegaron a dudar de que las caballerías pudiesen arrastrar la carreta hasta la cumbre
78.
–A un día de marcha, por el este, se encuentran atrapados los hombres del coronel Salcedo, sin tren ni caballerías
79.
De inmediato, ponerse en pie de un salto, enganchar las caballerías al disco y revolver la tierra mientras aún caen las últimas gotas de lluvia
80.
—Pues otra cosa hay en ello —dijo el cura—: que fuera de las simplicidades que este buen hidalgo dice tocantes a su locura, si le tratan de otras cosas, discurre con bonísimas razones, y muestra tener un entendimiento claro y apacible en todo; de manera que, como no le toquen en sus caballerías, no habrá nadie que le juzgue sino por de muy buen entendimiento
81.
El cura le estuvo escuchando con grande atención, y parecióle hombre de buen entendimiento, y que tenía razón en cuanto decía; y así, le dijo que, por ser él de su mesma opinión, y tener ojeriza a los libros de caballerías, había quemado todos los de don Quijote, que eran muchos
82.
—En materia ha tocado vuestra merced, señor canónigo —dijo a esta sazón el cura—, que ha despertado en mí un antiguo rencor que tengo con las comedias que ahora se usan, tal, que iguala al que tengo con los libros de caballerías; porque habiendo de ser la comedia, según le parece a Tulio, espejo de la vida humana, ejemplo de las costumbres e imagen de la verdad, las que ahora se representan son espejos de disparates, ejemplos de necedades e imágenes de lascivia
83.
Y si se diese cargo a otro, o a este mesmo, que examinase los libros de caballerías que de nuevo se compusiesen, sin duda podrían salir algunos con la perfección que vuestra merced ha dicho, enriqueciendo nuestra lengua del agradable y precioso tesoro de la elocuencia, dando ocasión que los libros viejos se escureciesen a la luz de los nuevos que saliesen, para honesto pasatiempo, no solamente de los ociosos, sino de los más ocupados; pues no es posible que esté continuo el arco armado, ni la condición y flaqueza humana se pueda sustentar sin alguna lícita recreación
84.
Ataron los caballos al palo de las caballerías y entraron
85.
Los dos hombres dirigieron sus caballerías en dirección de la Taberna de la Paloma Púrpura
86.
-Ya sabe el pícaro que padrinos le valen -replicó Halma sonriendo, y todos reunidos, después que los jinetes entregaron a Cecilio las caballerías, se encaminaron al castillo, que así en la comarca era llamada la casona, aunque de tal castillo sólo tenía la robustez de sus paredes, y una torre desmochada, en cuyo cuerpo alto, mal cubierto de tejas, había un palomar
87.
Estos capítulos finales del Quijote serían de insuperable destreza narrativa si no estuviesen interrumpidos por el coloquio entre el cura y el canónigo, con participación de don Quijote, sobre los libros de caballerías
88.
) El autor llama «caballero» a su personaje porque «es ya pura y simplemente el protagonista de un libro de caballerías», ni más ni menos que don Amadís o don Belianís
89.
Ahora bien, la historia oportuna, la que don Quijote cree que le corresponde, es precisamente un libro de caballerías
90.
Pasaron por debajo del rastrillo, llegaron a una zona sombría del patio y allí ató al animal en el abrevadero donde otras caballerías saciaban la sed
91.
Los demás se preparaban para llevar a cabo otras caballerías
92.
También sonaban cascos de caballerías junto al estribo, yendo y viniendo
93.
En el zaguán se amontonaba el estiércol de caballerías, y Diego Alatríste hubo de poner cuidado en no mancharse los borceguíes cuando entró al patio en forma de corrala, donde un carro desvencijado, sin ruedas, reposaba con los ejes desnudos sobre unas piedras
94.
Lukács y Goldmann atribuyen este vínculo a la burguesía, clase social en la que la novela habría encontrado no sólo su audiencia natural, sino, también, su fuente de inspiración, su materia prima, su mitología y sus valores: ¿no es el siglo burgués por excelencia, el siglo de la novela? Sin embargo, esta interpretación clasista del género no tiene en cuenta los ilustres precedentes de la novelística medieval y renacentista -los romances de caballerías, la novela pastoril, la novela picaresca- donde el género tiene una audiencia popular (el «vulgo» analfabeto escucha, hipnotizado, las gestas de Amadises y Palmerines, contadas en los mercados y en las plazas) y, en algunas de sus ramas, también palaciega y aristocrática
95.
Los cascos de las caballerías sobre el empedrado quebraban el silencio del pueblo
96.
Por la mañana dejaron Santa Marina muy temprano, yendo en coche unos veinte kilómetros y en caballerías unos ocho
97.
Las caballerías, cansadas, se detuvieron como de común acuerdo y los expedicionarios desmontaron
98.
Sólido blanco, muy soluble en alcohol y poco en agua, que se encuentra en la orina de las caballerías y se usa en farmacia