1.
Héctor hacía eso mismo, con la particularidad de que nunca, a diferencia de Capote,
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capote pardo de los que usa el personalsubalterno de
3.
mocetón, quellevaba en el capote galones de cabo, ayudó a la
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mucho a Paco en elfondo de su corazón el capote, mientras el Jubiladose atusaba el
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los chanclosy el capote escocés para la salida; un romano coetáneo de Catón,
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en su capote, venían dentro
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de lachaqueta y el chaleco, envolviéndole en el capote, mientras
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capote y se laspuso
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Frascuelo y Lagartijorecogían en su joyante capote
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abreviar el camino y un capote para cubrirse, y de este modo,después de innumerables
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capote grande con mangas y capucha en laestación rigorosa
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El capitán se hallaba en un sillón,envuelto en un capote azul, viejo y raído, con los
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vestían un capote tan grosero y mal cortado como el suyo
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Eran soldados pequeños,cuadrados, sudorosos, con el capote
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El capote estabarapado y sucio, las polainas arañadas,
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meter las manos en los bolsillos del capote
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13 Trae cuando vinieres, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo; y los
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Envuelto en su capote de lujo, se dejaba llevar como unadivinidad, inmóvil y erguido
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pastores y matarifes, osabanechar un capote a los bueyes, siendo volteados y pateados
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capote del másvivo escarlata, que iba a despertar muchas envidias en las capeas delos
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a la vuelta que habían tendido el capote en lasplazas gloriosas de Aznalcollar,
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por el capote de Sebastián
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Entraba en la taberna tapándose con el rico y deslumbrante capote losfragmentos de
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ponían enfrente con el capote en la mano
25.
en un capote lleno deremiendos
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Después de santiguarse, y en chanclas y envuelto en el capote,
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y arrebujose en ella, añadiéndola a la manta yal capote que ya sobre sí tenía; pero ni por esas
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mañana, con capote militar, por la puerta delCarmen, y se había encaminado a pie hacia una
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capote asomaban sus bostezantes bocas negrasamenazando al campo
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Le dejé paseando en elcomedor con el capote puesto y la espada
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Iban a dar las cuatro de la mañana, cuando Martín,envuelto en su capote, se marchó
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Vi cómo se movía el capote un poquito
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La foto de la boda de Carlos y Paloma, Mateo cobijando a Casilda dentro de su capote mientras los dos miraban de frente a la cámara, Ignacio vestido con el uniforme del ejército francés y Anita con su hijo en brazos, abrazados en un parque de Toulouse, cinco hombres sonrientes exhibiendo un tanque alemán como un trofeo, Ignacio Fernández Salgado y su hermana Olga con trajes regionales, él vestido de baturro y ella de chulapa, los dos con la cara llena de churretes y un helado en la mano, Raquel Perea con minifalda y flequillo en Córdoba, delante del Cristo de los Faroles, y más fotos de sus bisabuelos, y de sus abuelos, de sus tíos, de sus primos, de sus padres, fotos que hablaban, que la miraban, que la hacían sonreír y le llenaban los ojos de lágrimas
34.
Bernabé Mainar recogió el vuelo de su capote de viaje y tras calarse el tricornio, ascendió por el Pla de la Seu y se encaminó hacia la Pia Almoina
35.
Dicho esto, metiose las manos en los bolsillos, hundió la barba en el cuello del capote y se paseó de un rincón a otro
36.
Con la barba hundida en el cuello del capote, el héroe había abandonado las riendas de su corcel, que marchaba, como animal práctico e inteligente, cuidando de poner en sólido la herradura y tanteando cuidadosamente el terreno
37.
Con la misma lima, desgarré en anchas tiras mi capote, quedándome completamente desabrigado
38.
Pasé la noche anterior a mi proyectada ejecución oyendo las broncas canciones de Capote
39.
En las murallas las formidables piezas de gran calibre estaban arrebujadas en la nieve, y por un pliegue del frío capote asomaban sus bostezantes bocas negras amenazando al campo
40.
En esto apareció una mujer con un farol, que no fue poca suerte para Calpena, pues no sabía por dónde andaba en aquella lobreguez, y tras la mujer presentose un hombre, no tan viejo como el anterior, con un capote por la cabeza, figura que al pronto imponía miedo
41.
gritó un alférez, viendo a Espartero azotado [381] vivamente por el temporal, la mano en el sombrero, el capote desabrochado por las garras del viento
42.
En un camaranchón le metieron, y en el suelo le acostaron, sobre un mediano colchón, con abrigo de mantas y un grueso capote de su amigo
43.
La verdad de esto demostráronla los hechos, pues en la parada que hicieron en Rafelbuñol, presentándose la noche lluviosa y fría, Cabrera mandó a Don Beltrán un capote suyo en buen uso para que se abrigase
44.
(Entra un tercio de capote
45.
De los primeros, más que de los últimos, fue un carruaje sin blasones, de un tipo medio entre los elegantes y los de oficio, alquilados por año, y en él entró doblándose un largo cuerpo, un dilatado capote que por arriba remataba en tricornio con plumas, por abajo en botas de charol con espuelas
46.
El militar camina cortés a su izquierda, bicornio puesto, capote sobre los hombros y sable bajo el brazo
47.
Han visto el relucir de las monedas y la bolsa de piel que el capitán guarda en un bolsillo del capote, y lo observan con fijeza poco tranquilizadora
48.
Sentado sobre una rudimentaria tarima que no lo pone a salvo del barro y la humedad, Desfosseux tiene el capote sobre los hombros, se cubre con un viejo gorro de lana, y los mitones que le protegen las manos dejan ver los dedos de uñas negras y sucias
49.
Bertoldi cojea y chapotea unos pasos delante, encorvado bajo las ráfagas qué aúllan entre los cestones y rizan el agua espesa y marrón por la que arrastra, indiferente, los faldones del capote
50.
Cubierto con calañés sobre el pañuelo que le envuelve la cabeza, manta puesta a manera de capote de monte y atadas las alpargatas por las cintas y colgadas del cuello, Mojarra inclina la cabeza y, golpeando el eslabón y la piedra junto a la yesca, enciende, masculino y serio, un cigarro de picadura
51.
Lo sacó de debajo del capote cuando ella lo hizo pasar a la cocina dejando tras de sí las marcas de agua de sus botas
52.
Cuando llegó el invierno, encaramado en la garita semejante a un palomar, con un poncho de lana y un capote de hule, tiritaba bajo ese frío tan distinto del castellano seco y duro, un frío capaz de infiltrarse en los huesos con una timidez marina
53.
Mientras lo miraba vi entre él y yo, un capote plegado con sus ataduras saltar al aire y volver a caer entre los surcos
54.
Un tiro de metralla había deshecho el cráneo del mozo y había arrancado el capote de sus hombros
55.
Era usted el Capote de Miraflores, doctor
56.
Por fin salió, hundido en su capote y sin barba; lo que lo diferenciaba del mago Kalidán no era el disfraz, sino una especie de certeza
57.
Se desprendió del capote y trepó
58.
Y en presencia del obispo y de otros testigos desplegó la tilma o capote que le cubría, dejando caer un puñado de rosas “de Castilla”
59.
Compró una boina negra grasienta, un par de zapatos usados, unos pantalones de dudosa limpieza, y, después de buscar mucho, un largo y viejo capote militar
60.
Antes de salir de Milán había retirado de la valija el viejo capote militar, los pantalones usados y los zapatos de André Martin, el francés imaginario cuya documentación había cosido debajo del forro de la tercera maleta, con todo lo cual hizo un atado que depositó en el fondo del portaequipajes
61.
Desenrolló el fardo del capote y los pantalones y los miró con cierto asco, pero supuso que el capote estaba destinado a proteger el capó
62.
Se despojó del capote y se arremangó la camisa
63.
Un capote holgado y muy largo
64.
A la lista de doce, cuando él cepillaba el capote empolvado en que había dormido, fueron a avisarle que le buscaban
65.
Los soldados, sin capote, desgarrados y sucios, bajaban en silencio, tiritando de frío, las armas suspendidas del hombro con las correas del porta-fusil
66.
Los soldados, sin demostrar la menor alarma, desataron el rollo del capote y se taparon
67.
Se retiró bajo las rocas, se envolvió con cuidado en el capote
68.
Entre clamorosas exclamaciones propias del juego, el teniente sostenía en la mano izquierda sus cartas, con la derecha las arrojaba sobre el borde del capote, fingiendo recoger las ganadas; en medio de la espesa nieve, los extranjeros de la cresta no podían notar, desde luego, que el oficial jugaba solo
69.
El Fundi, ataviado con traje de luces de tabaco y oro, se esmeró con el capote y se prodigó con los palillos
70.
Era imposible predecir el lado por el que embestiría el toro y la pérdida del capote era frecuente
71.
Afirmó que él mismo les protegería cogiendo las balas de cañón en la manga de su capote
72.
El soldado sonreía con una cara obtusamente honesta y permanecía en posición de «firme» mientras del grueso paño del capote el agua goteaba sobre el pavimento
73.
En el rincón opuesto, una figura envuelta en un recio capote de paño jugaba con un vaso en el que se adivinaba un vino de alarmante tono ocre
74.
Y ese capote… Más parece un huido de la justicia que el señor de la ciudad
75.
Catón regresó al cabo de un rato, echó en un rincón su capote mojado y cogió el Fedón del triclinio
76.
Con todo, a veces se retiraba consternado, diciendo para su capote: «No puedo, Señor, no puedo
77.
Fue caminando cuidadosamente sobre las piedras que sobresalían entre el lodo de la calle y avanzó hasta llegar ante un centinela con el capote azul abotonado para protegerse del viento, que la detuvo
78.
Pero un día, en la calle, vio de lejos a un soldado alto con un capote largo, y por un instante le pareció que se trataba de Nóvikov
79.
Se tumbó sobre el capote de su anfitrión y se tapó con el suyo
80.
Sobre el bloque de al lado yacía un trozo de capote quemado; sobre otro se levantaba una bota de fieltro dura como una piedra y sobresalía una carabina cuyo cañón torcido estaba encastrado en el hielo
81.
De él bajó un oficial de las SS con gafas y un capote de cuello de piel que hizo un gesto de impaciencia, y el director de la orquesta bajó en el acto las manos en un movimiento desesperado, haciendo cesar bruscamente la música
82.
Una chica con gorro y capote militar caminaba en dirección a la sección de operaciones
83.
Un oficial del Estado Mayor con los distintivos verdes de capitán en el capote y que le había seguido desde el puesto de mando le llamó
84.
Adam quiso echarle sobre los hombros un capote, pero él se apartó con un gesto de indiferencia y Adam volvió a dejar el capote en el colgador
85.
Se abrió la puerta y entró el coronel Lanser quitándose el capote
86.
Roja la nariz, el cuello del capote le llegaba hasta las orejas
87.
–Yálovka -dijo el ruso limpiándose los dedos llenos de aceite en su largo capote de artillero
88.
Eicke se estremeció y se abrochó el capote a fin de ocultar sus solapas blancas, que parecían atraer los proyectiles
89.
El general se caló la capucha sobre el gorro de pieles y se abrochó el largo capote
90.
El Viejo se incorporó con dificultad, se abrochó el capote de través y se puso el fusil al hombro torpemente
91.
En el momento en que iban a llevárselo, le quitó su capote; un buen capote impermeable, de esos que suelen llevar los paracaidistas
92.
—¿Es siempre así? —preguntó mientras sacudía el agua del capote encerado
93.
Se ve hoy en día a los matadores torear con la capa como no se vio jamás en otros tiempos; los que tenían valor han adoptado la invención de Belmonte y, a ejemplo suyo, torean muy cerca del toro, en su propio terreno, manteniendo el capote bajo y no sirviéndose más que de los brazos; y algunos han conseguido hacerlo mejor que el propio Belmonte, cuando encuentran los toros que les convienen
94.
En estos lances, la capa se desplegaba completamente; se ofrecía al toro un extremo del capote, y se atraía al toro, siguiendo al capote desplegado; luego se doblaba al toro sobre sí mismo y se le detenía de golpe con un movimiento del matador, que lanzaba el capote por encima de sus propias espaldas y se iba
95.
Las largas podían darse con el torero de rodillas y podía lanzar el capote de modo que le hiciese desplegarse en el aire como una serpiente, ejecutando así los pases llamados serpentinas y otras fantasías, que Rafael «el Gallo» hacía tan bien
96.
Pero en todas las largas, el principio era que el toro debía seguir el capote arrastrado en toda su longitud y que tenía que verse obligado a doblarse sobre sí mismo y a inmovilizarse por un movimiento dado a la extremidad del capote por el torero que le sostenía por el otro extremo
97.
En todas estas formas de poner las banderillas hay dos hombres con capote en distintos lugares del anillo, en general, un matador en el centro y otro matador o banderillero detrás del toro, de manera que cuando el banderillero ha puesto las banderillas y esquivado las astas del toro, del modo que haya elegido, el toro ve un capofe1 ante él aun antes de poder doblarse, y sale en persecución de su nuevo adversario
98.
En esta maniobra, como el toro está contra la barrera, debe encontrarse un hombre en el callejón con un capote y atraer su atención hasta que el que tiene que poner las banderillas, saliendo de un punto de la barrera un poco más alejado, coloque las banderillas, al pasar ante la cabeza del toro, sin detenerse, de la manera que pueda
99.
Otro hombre está un poco más lejos, en la plaza, para tratar de recoger al toro cuando doble; pero como los toros que necesitan de esta maniobra son, en general, inclinados a perseguir al hombre antes que al engaño, el torero que está con el capote resulta con frecuencia inútil
100.
Marcial corrió hacia atrás, hacia el centro de la plaza y el toro siguió su capote