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    compraventa примеры предложений

    compraventa


    1. La compraventa de los esclavos en Sevilla, siglos XV-XVI,


    2. Conmovida por la escena de los jóvenes, me fui a visitar una compraventa de la que soy cliente


    3. La leyenda añadía que el único que no las reconoció fue el doctor, que, viéndolas poco después en el escaparate de una tienda de compraventa de mala fama, donde recibían toda clase de cosas a cambio de un vaso de ginebra, se detuvo a examinarlas con aire de aprobación, como si observase en ellas algún nuevo perfeccionamiento en su corte que les diera una ventaja señalada sobre las suyas


    4. Allí se hospedaban los comerciantes forasteros que llegaban a la ciudad, almacenaban sus mercancías y se realizaban las transacciones de compraventa y distribución a los zocos


    5. Anda metido en el mundo de la compraventa de objetos antiguos


    6. Después de que las autoridades urbanísticas de la ciudad, tan amigas normalmente del saneamiento, no mostraron ninguna inclinación por derribar aquel conjunto de mohosas construcciones de ladrillo, se habían instalado en él algunos artistas y profesionales libres, entre ellos una parejita de gays que se dedicaban a reparar aparatos eléctricos antiguos, una banda de rock etno-metal que competía en hacer el mayor ruido posible con una mando-prog-band y que estremecía todas las noches hasta los cimientos un abandonado gimnasio; allí también se había instalado Ma Liping con su tienda de compraventa de toda clase de artículos, desde imitaciones baratas de jarrones Ming hasta aves canoras llenas de moquillo en portátiles jaulas de bambú


    7. Según ese balance, en todo ese tiempo sólo cuatro personas se habían perdido dentro de la tienda de compraventa, una de las cuales era la mujer de Ma, una china del sur de aspecto ordinario y de una edad difícil de determinar


    8. En Dimona, Harry había redactado un contrato de compraventa que firmaron él y Mehdi


    9. A medida que crecía el volumen de la operación en Nueva York se hizo necesario contar con una compañía central para manejar los miles de millones de dólares que se movían en la compraventa de armas


    10. El vendedor, siguió diciendo el individuo (que por azar era también el vendedor), se había interesado discretamente por las razones y propósitos de la compraventa, no porque desconfiara de un negro vestido de chófer, sino porque desconfiaba de todo el mundo y en particular de los especímenes de otras razas, y entonces, siguió diciendo el vendedor, el comprador le había contado que después de varios años de hacer el ganso, había decidido poner orden en su vida, casarse con una chica a la que acababa de conocer y entrar a trabajar como socio de un peluquero al que también acababa de conocer

    11. —Pero, si lo hago, entre la comisión de la compraventa de las acciones y la comisión del banco, perderemos mucho dinero


    12. Tributo del tanto por ciento del precio que pagaba al fisco el vendedor en el contrato de compraventa y ambos contratantes en el de permuta


    13. En la compraventa, cláusula que incluye una facultad de retroventa


    14. ~ de compraventa, o ~ de compra y venta


    15. Combinación antigua y simulada de los contratos de compañía, cesión o compraventa y seguro, que envolvía un préstamo y se celebraba para burlar las leyes sobre usura y tasa del interés


    16. El pactado en la compraventa a favor del vendedor para recuperar la cosa vendida


    17. Un día de 1943, tras una semana de confusión que casi llegó a rozar la desintegración, durante la cual quienes entraban en la biblioteca siempre la encontraban en trance de cerrar apresuradamente el cajón de su mesa y echarle la llave (de tal modo que las matronas, esposas de banqueros y médicos y abogados, habiendo estado alguna de ellas en la misma clase de la vieja escuela, quienes iban y venían por las tardes con ejemplares de Forever Amber y con los volúmenes de Thorne Smith cuidadosamente envueltos en las hojas de los periódicos de Memphis y de Jackson para ocultarlos de miradas ajenas, creyeron que quizá había perdido la cabeza), cerró y echó la llave a la puerta de la biblioteca a media tarde y con el bolso estrechamente apretado bajo el brazo y con dos manchas febriles producto de su resolución en sus habitualmente pálidas mejillas, entró en el almacén de ferretería donde Jason IV se había iniciado como dependiente y donde ahora poseía su propio negocio de compraventa de algodón, atravesando aquella tenebrosa cueva en la que únicamente entraban los hombres —una cueva atestada y empapelada y estalagmitada de arados y discos y ronzales y ballestillas y yugos y zapatos baratos y linimento para caballos y harina y melaza, tenebrosa no porque mostrase los bienes que contenía sino que más bien los escondía puesto que quienes proveían a los agricultores de Mississippi o al menos a los agricultores negros a cambio de una parte de la cosecha no deseaban, hasta que la cosecha estuviese recogida y su valor aproximadamente computado, mostrarles lo que podrían aprender a desear sino solamente proveerlos ante una demanda específica de lo que no podían dejar de necesitar— y a grandes pasos entró hasta el fondo del dominio particular de Jason: un recinto cercado por una verja atiborrada de estantes y casilleros que guardaban recetas de ginebra y libros de cuentas y claveteadas muestras de algodón almacenando polvo y telarañas, fétido por la mezcla de olor a queso y queroseno y grasa de arneses y la tremenda estufa de hierro sobre la cual se había escupido tabaco mascado durante casi cien años, y hasta el elevado mostrador inclinado tras el que se encontraba Jason y, sin volver a mirar al hombre con mono que paulatinamente había dejado de hablar e incluso de mascar al entrar ella, con una especie de desesperado desánimo abrió el bolso y desmañadamente sacó una cosa y la extendió sobre el mostrador y permaneció estremecida y jadeante mientras Jason la miraba —una fotografía, una lámina en colores obviamente recortada de una revista ilustrada— una fotografía rebosante de lujo y dinero y de sol —un fondo de Cannebiére con montañas y palmeras y cipreses y el mar, un automóvil deportivo descapotable cromado caro y potente, sin sombrero el rostro de la mujer enmarcado por un pañuelo caro y un abrigo de piel de foca, sin edad y hermoso, frío sereno y maldito; un hombre esbelto de mediana edad a su lado con medallas y herretes de general del alto estado mayor alemán— y la solterona bibliotecaria de color ratón estremecida y despavorida ante su propia temeridad, con la mirada fija en el estéril solterón en el que terminaba aquella larga fila de hombres que habían albergado algo de decencia y orgullo incluso después de que su integridad hubiese comenzado a fallar y el orgullo se hubo convertido casi en autoconmiseración: desde el expatriado que había huido de su lugar de origen con poco más que su vida aunque negándose todavía a aceptar la derrota, pasando por el hombre que dos veces se jugó la vida y su buen nombre y por dos veces perdió y también declinó aceptarlo, y el que con solamente un pequeño e inteligente caballo como instrumento vengó a sus desheredados padre y abuelo y consiguió un reino, y el gallardo y brillante gobernador y el general que aunque fracasó dirigiendo en la batalla a hombres gallardos y valientes al menos también se jugó la vida con el fracaso, hasta el culto dipsómano que vendió el final de su patrimonio no para comprar bebida sino para dar a uno de sus descendientes la mejor oportunidad en la vida que pudo ocurrírsele


    18. Rachel le explicó que había un programa de preparación de ocho semanas, tras el cual se lo destinaba a ventas, a análisis, a la sala de compraventa, o lo que fuera


    19. Y la esposa del presidente del Gobierno se mostró muy interesada por mi investigación sobre la compraventa de mujeres y niñas en la España del siglo xxi, asegurando que aportaba una perspectiva nueva sobre los mecanismos, tácticas y funcionamiento de las mafias en nuestro país


    20. Estos cinco hombres se conocieron en Suiza, y curiosamente, De la Rubia, el pelirrojo, vivió allí, donde trabajó como secretario para un hombre que se dedicaba a la compraventa de acero y armas

    21. A la mañana siguiente, mientras Susana se quedaba tomando el sol en la piscina del hotel, los tres amigos fueron al corredor de comercio de Figueres a firmar la compraventa de las acciones del restaurante


    22. Alguien se hallaba en el umbral: un hombre joven, elegantemente vestido, en quien el señor Gerbois reconoció enseguida al individuo que lo abordó en las inmediaciones de la tienda de compraventa, en Versalles


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