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del rey, Señor y esclavo a la vez, vivía en un mundo que ya no le correspondía, aunque en
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el buen hijo es aquel que es obediente, un esclavo de la voluntad de los padres, los
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En segundo lugar, la vigilaban un esclavo y un león
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—¿Cómo murieron el león y el esclavo?
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Como esclavo, en el mar de mi cabeza
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Al que cantó las penas del Esclavo
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El Esclavo fué la primera composicion poética que Berro dió á luz, ypor la cual conquistó en un solo dia el merecido nombre de poeta
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llegado en condiciones másfavorables que las de esclavo de un
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esclavo, rebosando en laalegría de encontrar á su amada, palpitándole el pecho, y vacilante surazon, se
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rey decreación, no suele ser, cuando está enamorado, más que el esclavo de lamujer
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El Padre desde entonces cuidaba de su cuerpo como cuida el esclavo deuna prenda, de una
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entregar el alma, y, considerándolo comomiserable esclavo del
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las deudas, y trabajaba como un esclavo sinver brillar el menor
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sus pies como un esclavo
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El millonario era el esclavo de su propia obra
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las muertes alternativas en que hace elpapel de esclavo, de presa
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dicho muy bien que en el amor haysiempre un dios y un esclavo
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atracción de las vorágines; será esclavo suyo hasta morir
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ordenpara partir, se les fué un esclavo y dió aviso álos enemigos, por lo que se dejó la ida
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soy como el pobre esclavo sentado en la ladera,
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El hombre no era un esclavo en
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El esclavo redimido
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El obrero de las fábricas, convertido por un progreso desviado y fatalen esclavo de la
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maravillosoartificio, y había hecho de este un esclavo
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moro, esclavo deuno de ellos, lo habían ejecutado, atrevidos, desde el
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Obedecía como un esclavo, o, por
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tenido un carácter dominante, don Víctor se hubiese visto en latriste condición de esclavo: por
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yo soy esclavo de su voluntad
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impulsión más que de razonamiento, esclavo de suimaginación y de sus nervios, tan
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Esclavo diréis mejor
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Era esclavo del «gran tentador» de
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derecho, la justicia, la compasión; vive esclavo de lalobreguez
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Porque es condición del esclavo no acertar nunca acomplacer a sus amos
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advirtióIsabel, ya por estar acostumbrada, ya por no concordar con sussentimientos filantrópicos la humillación, ni en el esclavo
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Todas las jóvenes, que entonces marchaban de dos en fondo,vieron y entendieron perfectamente de lo que se trataba, tributandoquien un ¡pobrecito! quien una lágrima silenciosa a la memoria delmuerto Pedro; el cual, por ser negro y esclavo, no era menos digno de sucompasión
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esclavo del medio: essu colaborador y a veces su dueño
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Esclavo de la superioridad de su buque y en continua lucha
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como un esclavo todos sus giros ylocuciones? Pues en ese caso
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largas, sindescanso, sin distracción, esclavo del trabajo,
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En seguida el verdugo, que era un negro esclavo del infeliz
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El esclavo que trabajaba en el campo vivía perennemente
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, porque la educacion no puededejar de enaltecer, libertando al esclavo; porque la libertad es lasancion
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Falso, traidor, esclavo con la esclava?
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Gonzalo, indio, esclavo de Oyolas
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¡Ser un esclavo fugitivo en una tierra extraña, una tierra cedida como coto a los cazadores de esclavos, cuyos habitantes son raptores legitimados, donde está continuamente sometido al peligro terrible de que se apoderen de él sus semejantes, lo mismo que el cocodrilo odioso se apodera de su presa! Insisto, debe ponerse el lector en mi situación, sin hogar ni amigos, sin dinero ni crédito, buscando cobijo y sin nadie que se lo dé, queriendo pan y sin dinero para comprarlo, y al mismo tiempo con la sensación de que le persiguen implacables cazadores de hombres y en las tinieblas más completas respecto a qué hacer, a dónde ir o dónde quedarse; completamente desvalido en medios de defensa y de huida; rodeado de abundancia pero sufriendo los terribles mordiscos del hambre; en medio de casas, pero sin ningún hogar; entre semejantes, pero sintiéndose como en medio de bestias salvajes, cuya avidez por devorar al tembloroso y hambriento fugitivo sólo es equiparable a esa con la que los monstruos de las profundidades devoran a los peces indefensos de los que se sustentan
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Repito, póngase en la situación más difícil, la situación en la que me vi yo, entonces y sólo entonces apreciará plenamente las penurias del esclavo fugitivo agotado por el trabajo y marcado por el látigo, y sabrá comprenderlas
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La campana del subastador de esclavos y la de ir a la iglesia suenan en armonía, y los llantos amargos del esclavo abatido los ahogan los religiosos gritos de su piadoso amo
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La prisión del esclavo y la iglesia se alzan muy próximas
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Frente al texto, en las cien puertas, cada cual podía sentirse dueño de su destino, iniciado tanto tiempo atrás, y rico de su milenaria cultura; y la comunidad, en las cien puertas, era como un castillo en cuyo interior cada cual era rey y cada cual era subdito, y no esclavo y no mártir
50.
El corazón, esclavo condenado a dar sus latidos regulares todos los días y noches de una vida, pudiera mover a piedad, pero por lo menos él no siente, ya que, al modo del animal doméstico, no tiene conciencia de su miseria
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El esclavo comparte la vida de su amo; el artesano está relacionado con él menos estrechamente, y sólo llega a la excelencia de modo proporcional cuando se hace esclavo
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Los siguientes tres meses los pasaría como esclavo en la ciudad de Adrinópolis
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No te dejes engañar nunca por la tristeza ni por la ternura, tampoco por cualquier otra virtud de pobre, por ninguna otra virtud de esclavo, la mendicidad es un instinto y la serenidad de juicio y la sabiduría adivinada son dos de las cinco inercias de los triunfadores, las otras no se deben pregonar a los cuatro vientos, antes de la Revolución Francesa arábamos la tierra las mujeres y no los bueyes, convendría repetir constantemente esto que acabo de decir
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Había un cuerpo apoyado sobre una de las columnas, probablemente de un esclavo, y en cuanto entró en el atrio con algunos de sus hombres, Valerio encontró otros dos, el de un hombre y el de una mujer joven
55.
No le dije nada e hice una seña al esclavo que me esperaba a la salida para que avisara a los porteadores
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Crucé el aireado atrio seguido por Roscio y ordené a un esclavo que lo condujera a una de las dependencias más cómodas y le sirviera algún refresco mientras yo me cambiaba de ropa
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Se me adelantó un esclavo que, al parecer, era ducho en ayudar al césar a salir de tan desagradables situaciones
58.
—¿Un esclavo? —se horrorizó el Emperador, al que hasta los gruesos muros del palacio parecían querer venírsele encima
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A causa de ello emergían los Tupa-Gala que le desafiaban abiertamente, los Rusti Cayambe que se atrevían a traicionarle, su propia hermana que se entregaba a un indigno esclavo o todos aquellos que en los más apartados rincones del Incario comenzaban a plantearse la posibilidad de abandonarle si no proporcionaba pronto un heredero al trono
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Mi esclavo vio cómo se la llevaban los soldados y cinco de ellos aún me esperan en el "guelta" de las montañas del Huaila
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Es un esclavo ascendido
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El arquero contempló cómo uno de los mercenarios de guardia sacaba el látigo para castigar a un esclavo pertinaz
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Llegaba, jadeante, un esclavo por el estrecho sendero
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El esclavo tomó de una pequeña mesa incrustada de oro un libro encuadernado en tafilete y lo abrió, poniéndolo delante del Barón
65.
En torno de las tiendas pastaban muchos carneros bajo la vigilancia de un enorme mastín y de un negro: un esclavo seguramente
66.
La joven duquesa había permanecido quieta, intentando hallar entre las sombras nocturnas el faub (amplio y largo manto que usaban los africanos) de su leal esclavo
67.
<< ¡La muerte todo lo extingue y el desgraciado esclavo descansará tranquilo! >>
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Acaso su pensamiento recorría los años de su primera juventud, cuando siendo niño galopaba por los abrasadores desiertos de la Arabia en los veloces meharis, todavía en libertad; quizá pensara en la noche terrible en que una tribu enemiga había asaltado la tienda de su padre y, luego de haber matado a los guerreros que la vigilaban, lo habían raptado en un rápido corcel para convertirlo a él, el hijo de un jefe ya poderoso, en un mísero esclavo martirizado por un despiadado amo
69.
–Porque el esclavo ha leído en el corazón de su ama
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–Se hallan alojados en una sala del patio de armas, con los marineros y el esclavo de Muley-el-Kadel
71.
Sin embargo, el esclavo tenía confianza en la fuerza de sus piernas para llegar a tiempo a Famagusta
72.
En torno de las tiendas pastaban muchos carneros bajo la vigilancia de un enorme mastín y de un negro; un esclavo, seguramente
73.
Un esclavo cristiano nos informará de todo
74.
Con un silbido, el cabileño había llamado a su esclavo, el cual se apresuró a poner en libertad a los caballos, conduciéndolos bajo un pequeño cobertizo construído con cañas secas
75.
Cuando la princesa llegó a la colina, el cabileño y su esclavo conducían fuera del recinto del aduar sus camellos y sus corderos para llevarlos al pasto, ayudados por los dos negros que habían quedado en la tienda con el encargo de velar por el barón
76.
Los tres negros habían enjaezado los caballos, mientras el esclavo de los cabileños conducía dos camellos de los más corredores
77.
Un poco antes de que el sol desapareciese tras el horizonte, el esclavo de Ibrahim, sirviéndose de las raíces y de los salientes de las peñas, subió a la ribera para explorar los contornos
78.
Pero como en Hussif era conocido en exceso por la castellana, ya que Alí Bajá se la prometió como primera mujer en cuanto acabara la guerra, no vaciló en recomendar a la duquesa, y haciéndola embarcar en una galeota, cuya tripulación se componía de renegados griegos, con su servidor árabe, un teniente veneciano salvado a la vez que ella y escoltado por un leal esclavo del León, dejó marchar a su amada
79.
-Esos árabes malvados me hubieran convertido en esclavo
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Cuando los nazis alcanzaron el poder, de sus labios oí mil veces que por fin la patria se levantaría y se sacudiría el yugo esclavo que las injusticias de las naciones habían colocado sobre sus hombros
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—Es evidente que cuando un esclavo sube al tablado de la subasta es casi una bestia que tiene un valor determinado; y que, según en qué manos caiga, progresará en su condición o se embrutecerá en ella
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Norrell dudaba, pero formuló el hechizo para el esclavo sin nombre
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Siguió el proceso y descubrió que el esclavo sin nombre estaba en Yorkshire, muy cerca del lugar en el que antes apareciera John Uskglass
84.
Pero por un momento era posible olvidar la sequía, al contemplar la superficie temblorosa del agua, los frutos de los árboles aún perlados de gotas del agua vertida sobre ellos por el esclavo con una jarra, y pensar que allá fuera el mundo no estaba reseco y moribundo
85.
Recité una oración en silencio y seguí al esclavo a través de la pequeña selva de higueras y palmas bien regadas hasta el interior de la gran librería
86.
Crucé la puerta y encontré al viejo esclavo que me había recibido la vez anterior
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Siempre había sentido un miedo mortal de que le cogiesen vivo y lo convirtiesen en esclavo de galera, destino corriente en los marinos capturados
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El rey era el esclavo del pueblo en lo relativo a sus deseos, sus necesidades, su bienestar
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Ahora era su esclavo
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El esclavo sólo tenía una pierna útil
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La expresión del esclavo resultaba elegante
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El esclavo parecía ahora un perfecto caballero, furioso, atrapado en unas intolerables circunstancias pero digno, razonando con la suficiente vehemencia para reforzar su espíritu
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¿Puede un esclavo alcanzar el honor mediante la contemplación del honor? La ley dice que no
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Por consiguiente, cualquier esclavo que sea llamado a declarar en un juicio debe ser torturado, puesto que carece de honor
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—¡No, señora, no! —protestó el esclavo, quien lamentaba que me sintiera ofendida
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El esclavo se inclinó hacia mí sobre la mesa de escribir
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Y en seguida la joven partió con él, dirigiéndose al sitio donde la esperaba el otro esclavo con la mula
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Pero un día entre los días, cierto esclavo del gobernador de Damasco vino a mi casa, y diciéndome que le acompañase, me llevó al palacio del gobernador
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Tras de lo cual llamó al esclavo que esperaba sus órdenes, y le dijo: "¡Cárgate a la espalda a este hombre, y sígueme!" Y el esclavo obedeció, y cargándose a la espalda a Abul-Hassán, siguió al califa, que le dijo: "¡Acuérdate bien del emplazamiento de esta casa, a fin de que puedas volver a ella cuando yo te lo ordene!"
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Y el derviche, completamente conquistado por los modales del príncipe, le preguntó: "¡Oh mi señor Zein! ¿piensas iluminar por mucho tiempo nuestra ciudad con tu presencia?" y Zein, que, no obstante su tierna edad, era muy avisado y sabía sacar provecho de las ocasiones deparadas por el Destino, le contestó: "Sí, ¡oh mi señor imán! ¡Mi intención es vivir en Bagdad hasta que logre mi propósito!" Y Abu-Bekr dijo: "¡Oh mi señor emir! ¿cuál es el noble propósito que persigues? ¡Tu esclavo estará muy contento de poder ayudarte en algo, y se interesará por ti de todo corazón amistoso!" Y contestó el príncipe Zein: "Sabe entonces, ¡oh venerable jeique Abu-Bekr! que mi anhelo se cifra en el matrimonio