1.
repartida entresu palacio de Estepa y sus casas de recreo de Lora y Gilena
2.
como los juncos, que delatan en la estepa la presencia ocultadel
3.
En este lugar minúsculo, lo digo, soy Ary sin satisfacción, el que pasa sus días en el desierto contemplando las márgenes misteriosas del lago de asfalto, que clama al desierto para que libere un camino y nivele en la estepa antediluviana una calzada para nuestro Dios y ascender, ascender a Jerusalén
4.
[A LA ESTEPA UN VIENTO SUR]
5.
A LA estepa un viento sur
6.
Jamás pájaro alguno cantó en el desierto con menos auditorio para su melodía, ni flor alguna desperdició su perfume en la estepa de lo que las flores de aquellas altísimas plantas desprendieron en vano el suyo sobre aquellos agudos y desalentados hombres de negocios, americanos en su mayoría, que conversaban e iban de acá para allá en el vasto ámbito de los salones
7.
Los "águilas de la estepa" aflojaron las bridas de sus monturas y formando dos largas filas desaparecieron en dirección al este antes que el temible Giah Agha tuviese tiempo de cortarles la retirada con sus pelotones de guerreros
8.
Pero los "águilas de la estepa" les llevaban más de un
9.
-Los "águilas de la estepa" -completó Tabriz- y hemos venido a preguntarte si tus hombres los han visto
10.
No se habla más que de eso en la estepa oriental y las informaciones que tengo las considero exactas
11.
-¿Eran "águilas de la estepa"? ¿No llevaban una joven con ellos?
12.
¿Son los cuervos de la estepa?
13.
Es preciso que no vuelvan a la estepa, sino se nos escaparán los "thomanes" de Abei
14.
Era la verdadera estepa del hambre, sin agua para calmar la sed; sin que un solo animal la habitase
15.
-Es probable, señor; las panteras no faltan en la estepa del hambre
16.
EN LA ESTEPA DEL HAMBRE
17.
Por fortuna la amenaza no tuvo consecuencia, pues con gran sorpresa, los fugitivos pudieron continuar camino sin ser molestados y penetrar en la inmensa estepa de los filiados
18.
-En ese caso tendrán que cruzar la estepa de los sartos
19.
Reanudaron la carrera en el momento en que el sol desaparecía por completo sumiendo la estepa en profunda oscuridad
20.
Por otra parte no deben negar que merezco un poco de reconocimiento, ya que sin mí no hubiesen salido vivos de la estepa del hambre
21.
A ciertas horas, en lugar del cerebro, sensación muy precisa de nada usurpadora, de estepa que ha sustituido a las ideas
22.
—Un planeta árido, en su mayor parte desierto y estepa
23.
Para un extranjero que no es capaz de leer las señales de la estepa, todo está bajo control, y todo lo que ve son los caballos y los jinetes
24.
En cuanto el sol se acercó al horizonte, fuimos a un lugar de la estepa que era prácticamente un desierto, con gigantescas montañas de arena
25.
–Imposible: estás en medio de la estepa
26.
»Dijo que mi pasado me acompañaría siempre, pero que cuanto más me liberase de los hechos y me concentrase sólo en las emociones, entendería que en el presente hay siempre un espacio tan grande como la estepa para llenarlo con más amor y más alegría de vivir
27.
ESTEPA DÍAZ, Carlos, «Las encomiendas del Temple en Tierra de Campos», Archivos Leoneses, 52, 26 (1972), pp
28.
Prueba de ello es que estas delicias que se fabrican en Arjona, Alcaudete y Estepa han conquistado los paladares más exigentes de Europa
29.
Los caballos de la estepa generalmente emigraban hacia el norte durante el verano
30.
Cuando comenzaron a ver los conocidos pastos de la estepa que crecían junto al arroyo cuyo curso estaban siguiendo, uno de los innumerables que descendían de la montaña en busca de la Hermana, decidieron detenerse
31.
Los pastos altos y cortos de la estepa, así como las hierbas con aspecto de pluma y las festucas en las llanuras centrales de la estepa formaron un pastizal extraordinariamente abundante que se agitaba impulsado por el viento
32.
Yamun se colocó el guante, confeccionado con trozos de cuero rojo de un lagarto de fuego gigante, una de las extrañas criaturas que vivían en la estepa
33.
Ha permanecido acampado durante todo el invierno en la Estepa de la Hierba Amarilla, pero, con la llegada de la primavera, los pastos están casi agotados
34.
Pero, en la oscuridad llena de humo de la noche, los espíritus se le acercaban para hablarle y la transportaban por el aire más allá de la estepa
35.
Condujo a los supervivientes del grupo a toda velocidad a través de la estepa
36.
En las noches, cuando oscurecía y ya no podían moverse con tanta facilidad por la estepa, los hombres acampaban
37.
Al contemplar el paisaje sin árboles que rodea a Pueblo Bonito se dijo: “Este lugar parece una estepa mongola desangelada; ¿de dónde sacaba esta gente la madera y la leña?”
38.
En cuanto dejas de vigilar un solo minuto a estos hijos de la estepa se ponen a hacer el vago
39.
Esa opción ha permitido que jóvenes generaciones establecidas en la taiga, la estepa y el desierto puedan conocer y reivindicar la figura del hombre más importante de su país
40.
Generalmente no andaban por allí, por la alta estepa del norte
41.
Más allá, se extendía la estepa, agostada, inmensa, hasta el pie de unas lejanas sierras azuladas
42.
Ocasionales ráfagas de viento, procedentes de las caballerizas y los corrales, les recordaban que estaban en plena estepa salmantina
43.
Con la partida del último coche, el silencio de la estepa descendió sobre la dehesa
44.
La verdadera puerta del desierto es Capsa, el oasis más septentrional del país, que según dicen fundó el dios Hércules y fue siempre la etapa principal de la estratégica vía que conectaba el campamento de la Tercera Legión de Augusto (situado en Ammaedara) con los confines del Imperio en la unión de la estepa y el desierto, que marca las tierras de recorrido de los nómadas
45.
Cuando vio que, más allá de los pilares arqueados, dos vehículos volantes de la policía se acercaban a toda velocidad y con estrépito de sirenas, el detective se internó entre un grupo de altos edificios en forma de estalagmitas y color arena —muy característico en la estepa urbana de los distritos céntricos de Shanghai—, y siguió el trayecto de la avenida principal hacia Hongkou
46.
Gates abandonó la estepa a lomos de un caballo mongol; animal y jinete avanzaban como uno solo entre las matas de hierba crecida
47.
Su cara no mostraba signo alguno de movilidad, los brazos delgados y el cuello parecían los de un niño, y en la piel pálida, apenas visible en la penumbra, se percibía el bronceado que le había quedado de los ejercicios en el campo y las marchas forzadas en la estepa
48.
Se hizo de día; un resplandor rojo, helado se encendió sobre la estepa del Volga
49.
A Seriozha le parecía apacible la vida en su regimiento de milicianos acantonado en la estepa: las guardias nocturnas, el resplandor lejano en el cielo, las conversaciones de los soldados
50.
El automóvil prosigue el viaje a lo largo del camino abierto en la estepa uniforme
51.
Y en las noches de verano en la estepa puedes ver alzarse en toda su altura el rascacielos galáctico, desde los bloques de estrellas azules y blancas del fundamento hasta las nebulosidades humeantes y las ligeras cúpulas de las aglomeraciones esféricas que se hunden bajo el lecho del universo
52.
La estepa tiene una particularidad maravillosa
53.
Siempre y por encima de todas las cosas la estepa habla al hombre de la libertad
54.
La estepa se la recuerda a aquellos que la han perdido
55.
Las tropas que habían cruzado el Volga tomaban posiciones en la estepa calmuca, en el terreno salino situado entre los lagos
56.
De hecho era imposible esconderlo, como es imposible que un hombre eluda el viento al atravesar la estepa
57.
Y sin embargo, no había nada más significativo en los acontecimientos del mundo que el vínculo que existía entre aquella vieja, su hija poco agraciada que había llevado a la vaca a cubierto para ordeñarla, su nieto de cabellos rubios que, metiéndose un dedo en la nariz, vigilaba los chorros que brotaban de las ubres de la vaca, y las tropas acantonadas en la estepa
58.
Todos aquellos hombres, los oficiales de los Estados Mayores de varios cuerpos y ejércitos, los generales que fumaban bajo los rústicos y ennegrecidos iconos religiosos de una isba, los cocineros de los generales que asaban la carne de carnero en los hornos, las telefonistas que se enrollaban los mechones de pelo con cartuchos o clavos, el chófer que se afeitaba una mejilla en el patio sobre una palangana de hojalata, mirándose en el espejo con el rabillo del ojo mientras con el otro controlaba el cielo (no fuera a ser que llegaran los alemanes): todo aquel mundo de acero, electricidad y gasolina, todo ese mundo de guerra, era parte integrante de la larga serie de pueblos, aldeas y granjas diseminadas por la estepa
59.
El quejido de los motores se hizo cada vez más fuerte, su irrupción, más virulenta, sacando a la estepa de su letargo
60.
Guétmanov no se esforzaba en esconder su relación con Támara Pávlovna y ahora, mientras viajaban por la estepa, se inclinó hacia Nóvikov y le confesó en un susurro:
61.
El comisario les preguntaba qué tal había ido la separación de las muchachas de los Urales, si habían gastado mucho papel escribiéndoles cartas, si recibían puntualmente en la estepa la Estrella Roja
62.
Hablaron de sus jefes y de lo mal que se estaba en otoño en la estepa
63.
La dirección comenzó a evacuar a los obreros, que cruzaban el Volga y se adentraban en la estepa, hacia Ájtuba y Leninsk
64.
Reinaba un silencio denso, indivisible, y en el mundo parecía que no existiera la estepa, ni la niebla, ni el Volga; sólo un perfecto silencio
65.
Una nube de humo mezclaba con lentitud sus jirones deshidratados y ardientes con el húmedo frío de la estepa
66.
Darenski contemplaba los cadáveres que exhibían con una falta de pudor involuntaria sus vientres hundidos y sus órganos sexuales, miraba las caras de los escoltas, enrojecidas por el viento gélido de la estepa
67.
Luego, de improviso, le invadió una sensación de felicidad; en la neblina nevosa, sobre la tierra virgen de la estepa, se dirigían hacia el oeste los tanques soviéticos: los T-34, terribles, veloces, musculosos
68.
Un muro invisible separaba a la muchedumbre de prisioneros de los conductores de los camiones y los soldados, un frío todavía más acerado que el intenso frío de la estepa impedía que sus ojos se cruzaran
69.
Desde lo alto de Stalingrado parecía que la gente que atravesaba el Volga surgiera de la niebla de la estepa, esculpida en hielo y viento
70.
EN LA ESTEPA CALMUCA
71.
Madrid, con todo su bullicio, y los mil encantos de la vida social, habían venido a ser para él una estepa, en cuya aridez ninguna flor, ni la del bien ni la del mal, podía coger para su consuelo
72.
Lo que hizo este fue retardar media hora la salida, pero al fin, gracias a Dios, viose el hombre en la delantera, junto al mayoral, y las casas de Madrid se iban quedando atrás, ¡oh alegría!, y atrás se quedaron los depósitos del Lozoya, y las casetas de los vigilantes de Consumos en Cuatro Caminos, y Tetuán; y después todo era campo, la estepa del Norte de Madrid, a trechos esmaltada de un verde risueño, gala de los primeros días de Abril, y limitada por el grandioso panorama de la sierra
73.
El incendio hacía estragos y las chispas se extendían kilómetros en la estepa
74.
El Viejo corrió hasta el coche del comandante, entrechocó sus calcetines y, según el reglamento, vociferó en el silencio de la estepa:
75.
El verano anterior, bajo el vasto cielo, Kobelian se había desabrochado una vez la camisa, y cuando ésta comenzó a ondear, dijo algo sobre el alma de hierba de la estepa y sus sentimientos por los Urales
76.
Las sacerdotisas terminaron su discusión con el hombre de las colinas y echaron a andar hacia la estepa, yendo de un lado para otro frente a los promontorios rocosos, con la muchacha siempre unos pasos más atrás, con honda exasperación de las sacerdotisas
77.
Las sacerdotisas permanecían inmóviles a la entrada del recinto, mirando hacia la estepa
78.
El anochecer cubrió la estepa
79.
Los Ilanth bebían alcohol, y empezaron a mostrarse rudos y pendencieros, hasta que el posadero les advirtió que en su establecimiento seguía una política similar a la del jefe de la caravana, y que si deseaban pendencia deberían ir fuera a la estepa
80.
Baojian, el jefe de la caravana, llevó sus carromatos a la estepa para efectuar los intercambios y las operaciones comerciales
81.
—El suceso tuvo lugar en esa parte de la estepa entre el recinto y la caravana, donde yo no tengo ninguna responsabilidad respecto al mantenimiento del orden
82.
No puedo encargarme del orden en la estepa; ni pretendo intentarlo
83.
A finales del segundo día las colinas empezaron a mostrarse rocosas y abruptas, y de tanto en tanto la estepa se veía rota por formaciones de rocas
84.
Los relámpagos se estrellaron contra la estepa; al sur, negras rachas de lluvia barrieron el suelo
85.
Reith se alzó de hombros y espoleó el caballo saltador para que se pusiera en movimiento; partieron hacia el este siguiendo la carretera, adentrándose en la estepa, hacia el montón de ruinas blanco grisáceas que era Pera
86.
Mientras Reith reflexionaba en todo aquello, el carro ascendía las colinas, cruzaba el puerto de Belbal, iniciaba el descenso a la estepa
87.
La luz del sol calentaba la piel de Reith; el viento de la estepa alejaba el hedor
88.
Los que quedaron vivos dudaron, luego se retiraron hacia la estepa
89.
Pero la estepa se extendía hacia el norte lúgubre y vacía y desprovista de movimiento
90.
En nuestra visita a China hallamos inmensas ciudades de barracas en mitad de la estepa, un complicado aprovechamiento de los recursos, mastodónticas obras de ingeniería, la presa del Yang-Tsé, la irrigación del desierto del Gobi, una exhaustiva explotación agrícola destinada a sostener a una población tan numerosa como las estrellas del cielo
91.
Y entonces, ¿por qué creemos especialmente profundas esas frases obsesivas en ciertos quatuors y en aquel «concierto» de Vinteuil? Pero no era solamente música de Vinteuil lo que me tocaba Albertina; a veces la pianola era para nosotros como una linterna mágica científica (histórica y geográfica), y, según que Albertina tocara Rameau o Boro din, yo veía extenderse sobre las paredes de aquella habitación de París, en la que había inventos más modernos que en la de Combray, ya un tapiz del siglo xviii sembrado de amores sobre un fondo de rosas, ya la estepa oriental donde las sonoridades se pierden en las distancias ilimitadas, en el suelo alfombrado de nieve
92.
–¿Cuántas veces has atravesado la estepa durante el invierno?
93.
En cuanto el transbordador depositó la tarenta sobre la orilla opuesta del Ichim, el vehículo reanudó su ruta por la estepa a toda velocidad
94.
Miguel Strogoff corría a través de la estepa, buscando la protección de los árboles diseminados por el campo, cuando un destacamento de caballería tártara apareció por la derecha
95.
Escapar antes de haber llegado a esta ciudad era exponerse a caer nuevamente en manos de los invasores, que eran dueños de la estepa
96.
Varios centenares de ellos cayeron sobre la estepa y sus cadáveres debían quedar allí hasta que los lobos, llegado el invierno, devoraran sus últimos restos
97.
Miguel Strogoff, que en aquellos momentos habría podido pensar en lanzarse a la estepa, comprendió, después de haber estudiado detenidamente la situación, que sus proyectos de fuga eran casi inejecutables en aquellas condiciones y, no queriendo comprometerse en nada, esperó
98.
Ni una parada, ni un albergue habitado, ni un caballo en las cuadras, ni un animal doméstico suelto por la estepa
99.
¡Una cabeza sobresalía del suelo! La joven hubiera tropezado con ella de no ser por la intensa claridad que el cielo proyectaba sobre la estepa
100.
Ese extremo del Balkal, esa porción de la estepa que crecía desierta y que, en realidad, lo era en todo tiempo, no lo estaba entonces