1.
Su amigo lacayo se quedó en el pueblo
2.
En fin, por callarse cosas importantes los cronistas de la solemnidad,ni siquiera mencionaron al general Ponce de Lerma, hombre grosero, que,en menos de dos horas, riñó tres veces con el ministro de la Guerra, ydio de puntapiés a un lacayo en un vestíbulo, porque al pasar, cargadode despojos de la mesa, le manchó el frac con una salsa amarilla,mientras su mujer (la del general) departía, en animado e interesantediálogo, con el subsecretario de Gobernación, gran mozo, candidato aministro para la primera crisis, soltero y de gran prestigio entre lasdamas elegantes
3.
Después fue lacayo, y luego criado exclusivamente; más tarde, ayuda decámara, y, por último, administrador de lo de adentro y de lo de afuera;porque era listo como una pimienta, previsor y complaciente hasta loincreíble, y en breve tiempo aprendió lo que no sabía para el delicadocargo que le iba a confiar el marqués
4.
»Al entrar en la berlina, dije al lacayo en el momento de ir a cerrar laportezuela:
5.
gracioso, que recuerda, si bien por lo rústico, al lacayo denuestras antiguas comedias
6.
medios para ayudara la seducción, que los que podría emplear un lacayo listo de
7.
berlina por laAlameda y teniendo un lacayo a sus órdenes para enviar recaditos a lasnuevas
8.
lacayo una flecha de dos varas por el ladoizquierdo, y le pasó el corazón de parte a parte; y
9.
— ¡Éste es engaño, engaño es éste! ¡A Tosilos, el lacayo del duque mi señor,nos han puesto en
10.
esposo enel de este que decís que es lacayo del duque
11.
ella para doña Luz lo que para losgalanes de las comedias de capa y espada el lacayo gracioso;
12.
entregó las bridas al lacayo que loacompañaba, y preguntó al levitón[321]
13.
Y diciendo esto, puso en las manos del lacayo algunos doblonesde á ocho
14.
toreros; a aquélla la habíansorprendido con el lacayo
15.
el lacayo, como haciendo juego con el portero, tenían facha
16.
El día anterior al en que las señoras de Freneuse estuvieron en el yate,Marenval y Tragomer estaban dando su paseo ordinario, cuando en laorilla de la Serpentina encontraron á miss Maud que iba á pie, seguidade un lacayo y de su coche
17.
siempre está yendo y viniendo, hay un lacayo destinado a sacarlo;el lacayo y el álbum
18.
Prevalidode ser quien es, tendrá el descaro de enviarte un gran lacayo
19.
Un lacayo lecogió el gabán
20.
Cuando bajaba la escalera, un lacayo subía
21.
Parecía un lacayo
22.
Un lacayo bajó con aire respetuoso el
23.
guardián en los portones, se había vuelto rabioso,mordiendo a un lacayo y escapando
24.
penetrar en la iglesia, un lacayo le detuvo para decirle queel señor de San Vicente le
25.
En ese momento un lacayo penetró
26.
soldado, exclamó, reteniendo a un lacayo por el gregüesco:
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silla cubierta, y que, según les había dichoun viejo lacayo, aquel señor, después de
28.
lacayo, que he dejado enParthenay, tiene encargo de traernos el
29.
calle deVerneuil, mientras buscaba su lacayo la dirección de los
30.
Dejados los sombreros y losbastones en manos de un lacayo negro, a la puerta de un cuartoentresuelo que abría al descanso de la escalera de doble tramo, ytendiendo la vista por el soberbio salón, que podía tener «la carrera deun caballo», si se nos permite la exageración, descubrieron losestudiantes que las animadas parejas le llenaban de extremo a extremo
31.
—Está bien, señora—replicó el lacayo sorprendido
32.
limitándose a preguntar todos los días pormedio de un lacayo el estado del enfermo
33.
Mientras el lacayo recibía órdenes, Pacorrito, que era hombre de resoluciones heróicas y
34.
¿Qué pensaría de mí la Virgen del bordado? Me tomaría por un lacayo, por un don Juan de
35.
Un lacayo la truxo en un instante,
36.
En este momento la puerta de la casa se abrió, y un gran plato salió zumbando por los aires, en dirección a la cabeza del lacayo: le rozó la nariz y fue a estrellarse contra uno de los árboles que había detrás
37.
Mi lacayo tiene el día libre
38.
El lacayo inclinó la cabeza de manera afectada y desapareció tras la puerta, cerrando los batientes tras él
39.
Tampoco encontraron allí ni a la baronesa ni a su lacayo
40.
Resolviéronse el duque y la duquesa de que el desafío que don Quijote hizo a su vasallo, por la causa ya referida, pasase adelante; y, puesto que el mozo estaba en Flandes, adonde se había ido huyendo, por no tener por suegra a doña Rodríguez, ordenaron de poner en su lugar a un lacayo gascón, que se llamaba Tosilos, industriándole primero muy bien de todo lo que había de hacer
41.
Finalmente, don Quijote, encomendándose de todo su corazón a Dios Nuestro Señor y a la señora Dulcinea del Toboso, estaba aguardando que se le diese señal precisa de la arremetida; empero, nuestro lacayo tenía diferentes pensamientos: no pensaba él sino en lo que agora diré:
42.
-Séase quien fuere este que me pide por esposa, que yo se lo agradezco; que más quiero ser mujer legítima de un lacayo que no amiga y burlada de un caballero, puesto que el que a mí me burló no lo es
43.
Un lacayo llevaba la chocolatera hasta la sagrada presencia; otro picaba el chocolate con un instrumento expresamente reservado para este menester; el tercero presentaba la favorecida servilleta y el cuarto (el de los dos relojes) vertía el chocolate en la taza
44.
El lacayo separó a la mujer y el carruaje avanzó al trote de los caballos, de manera que la pobre se quedó muy pronto atrás
45.
El lacayo se alejó sorprendido
46.
—¿Por qué? ¿Pues no lo pones una librea, lo disfrazas de lacayo y lo dejas en el dedo un diamante que valdrá cuatro o cinco mil francos?
47.
Alberto había seguido al lacayo, oyó la orden, forzó la puerta, y penetró, seguido de Beauchamp, en el despacho del banquero
48.
El lacayo y el barón entraron por ella
49.
A menos que le hubiera visto cierto servidor solitario que era para él algo entre lacayo y hortelano
50.
El extravagante lacayo, con sus guantes negros, era una pesadilla
51.
—El número dos, que estaba ausente, es Bauer, nuestro lacayo
52.
Allí, un criado que estaba al cargo de la misma le requirió el nombre de la persona que lo enviaba; el fraile dio el patronímico de su colega y el lacayo, tras consultar una lista, le hizo el paso franco indicándole, con el gesto, una escalerilla de madera que desde el fondo ascendía a un altillo
53.
—Antón Cifuentes, lacayo, jardinero, cochero y mozo para todos los usos
54.
Precedía el lacayo al hidalgo y de esta guisa recorrieron el camino que separaba las habitaciones de los huéspedes del pequeño cementerio de las monjas
55.
Un muro de piedra rodeaba el opulento edificio y el lacayo que guardaba la portería los envió por la puerta de las cocinas, pues toda la casa se estaba engalanando; la cera que daban los criados al parqué de la escalera y de los pasillos hacía que el pisarlo fuera inviable hasta que se sacara brillo con las felpas a fin de que, al encenderse los cirios de los grandes candelabros y los candiles de aceite, la barnizada madera refulgiera como un espejo
56.
Desapareció el lacayo hacia el interior y esperó Catalina con el corazón acelerado a que sus pasos se perdieran al fondo del pasillo
57.
Terminada la visita, el lacayo acude con el gabán del hacendado y lo ayuda a ponérselo
58.
Quizá el hacendado sepa que la abuela del lacayo sufrió una caída y se lastimó mientras recolectaba coles en el huerto, y desee saber si se ha recuperado
59.
En Londres un lacayo nunca debe dirigir la palabra a los invitados de su señor
60.
La primera persona con la que habló fue Robert, el lacayo
61.
En ese momento se abrió la puerta y entraron Lucas y un lacayo con el servicio del té
62.
El lacayo que iba sentado al lado del cochero (y que era, de los tres, el que más frío tenía y de peor humor estaba) maldijo Yorkshire, con todos sus habitantes y caminos
63.
—Entiendo, señor —dijo el lacayo
64.
Jonathan Strange, Childermass y el lacayo entraron en la casa; al pasar miraban a la muchacha, que se encogía de miedo al sentirse observada por personas tan altas e importantes
65.
Al entrar, tuvieron que hacerse a un lado para dejar paso a un lacayo que vestía una librea azul
66.
Y en todo instante yo soñaba en que llegara mi momento, cuando los viejos actores, a los que estudiaba y odiaba e imitaba y servía de lacayo, dijeran por fin: «Está bien, Lestat, esta noche necesitamos que hagas el papel de Lelio
67.
El Khan Hakim decidió que había llegado el momento de poner en su sitio a aquel enemigo procedente de Teherán y a su lacayo británico
68.
De repente callaron ambos, porque se abrió la puerta, y apareciendo en ella un lacayo, gritó:
69.
Un lacayo anunció la visita de dos personajes, diciendo:
70.
Mientras daba aquella réplica, el lacayo apareció en la puerta del saloncito
71.
Informada de que el señor Hardyman se encontraba en los establos, Lady Lydiard le tendió una carta al lacayo
72.
– El lacayo sonrió de nuevo al contestar; y la doncella, que por casualidad estaba bajando las escaleras en el momento en que él hablaba y pudo oír lo que decía, también sonrió
73.
Tras una larga y bochornosa escena, el mayordomo y un lacayo consiguieron expulsarla
74.
Mi mayordomo y mi lacayo duermen fuera de casa, y se les puede descartar por completo
75.
Unos segundos después apareció Guy Salmón, con un elegante traje de lacayo
76.
Un lacayo al estilo máquina tomó nuestras tarjetas y regresó con la palabra de que la señora no estaba en casa
77.
–¡En efecto! Pero sólo servía en los tiempos de Indbur y sus vampiros con corazón de lacayo
78.
Eran labores de lacayo, pero acepté, aunque el asunto me
79.
—Piensa que eres el lacayo de un tirano —señaló Karata—
80.
Ese día sir John Oldcastle le dará audiencia al lacayo del arzobispo
81.
Es duro ser un lacayo del arzobispo
82.
Cuando maese Fisher y un cura dominico salieron al pasillo vacío y bajaron por la escalera de la cárcel de la torre, el lacayo de la entrada les prestó muy poca atención
83.
Monta a caballo seguido de un criado fiel; debía llegar al segundo día, bastante avanzada la noche, para no ser reconocido de nadie; a la entrada de los bosques que rodean el castillo de Valmor y que se reúnen a la Selva Negra hacia oriente, seis hombres bien armados detienen a Franval y a su lacayo; le piden la bolsa; estos maleantes están informados y saben con quién hablan; saben que Franval, implicado en un mal asunto, no va nunca sin su cartera y sin muchísimo oro… El lacayo resiste y es tendido sin vida a los pies de su caballo
84.
El boletín de noticias proseguía: «El gobierno turco, lacayo de la OTAN y de los norteamericanos, está preparando la mayor operación de represión de los últimos veinte años
85.
—Soy lacayo en una de las casas más principales de Sevilla —repuso ultrajado, envolviéndose en su capa y calándose el chambergo
86.
Se hizo el silencio dentro del carruaje, esperando una aclaración, mas el lacayo se había distraído de nuevo con las muchas cosas que pasaban en la arena
87.
El antiguo jefe se convirtió en el lacayo y mi padre en el nuevo jefe
88.
El lacayo llamó al marco de la puerta; la voz de Umegat respondió:
89.
Aral llamó al lacayo del conde, quien estaba sirviendo
90.
–El sargento Bothari no es muy exigente en lo que a diversión se refiere, señor -le explicó el lacayo
91.
me ha contado el lacayo, que es vecino mío en el sotabanco de la izquierda, que casi todos los días recibe carta la tarasca, y en seguida le larga a su nene tres pliegos
92.
El lacayo echa las cartas al correo, y me cuenta lo que dice el sobre y las señas
93.
—¿Quieres decir que no eres un lacayo pagado del movimiento ecologista?
94.
Porque, ¿qué mayor disparate puede ser en el sujeto que tratamos que salir un niño en mantillas en la primera escena del primer acto, y en la segunda salir ya hecho hombre barbado? ¿Y qué mayor que pintarnos un viejo valiente y un mozo cobarde, un lacayo retórico, un paje consejero, un rey ganapán y una princesa fregona? ¿Qué diré, pues, de la observancia que guardan en los tiempos en que pueden o podían suceder las acciones que representan, sino que he visto comedia que la primera jornada comenzó en Europa, la segunda en Asia, la tercera se acabó en África, y ansí fuera de cuatro jornadas, la cuarta acababa en América, y así se hubiera hecho en todas las cuatro partes del mundo? Y si es que la imitación es lo principal que ha de tener la comedia, ¿cómo es posible que satisfaga a ningún mediano entendimiento que, fingiendo una acción que pasa en tiempo del rey Pepino y Carlomagno, el mesmo que en ella hace la persona principal le atribuyan que fue el emperador Heraclio, que entró con la Cruz en Jerusalén, y el que ganó la Casa Santa, como Godofre de Bullón, habiendo infinitos años de lo uno a lo otro; y fundándose la comedia sobre cosa fingida, atribuirle verdades de historia y mezclarle pedazos de otras sucedidas a diferentes personas y tiempos, y esto, no con trazas verisímiles, sino con patentes errores, de todo punto inexcusables? Y es lo malo que hay ignorantes que digan que esto es lo perfecto, y que lo demás es buscar gullurías
95.
Finalmente, don Quijote, encomendándose de todo su corazón a Dios Nuestro Señor y a la señora Dulcinea del Toboso, estaba aguardando que se le diese señal precisa de la arremetida; empero nuestro lacayo tenía diferentes pensamientos: no pensaba él sino en lo que agora diré:
96.
—Séase quien fuere este que me pide por esposa, que yo se lo agradezco; que más quiero ser mujer legítima de un lacayo que no amiga y burlada de un caballero, puesto que el que a mí me burló no lo es
97.
La tuya, en cambio, era convertirte en un lacayo
98.
–¿Todavía custodiáis la puerta, como un vulgar lacayo, Oswaldo? Ah, los años os han tratado bien
99.
Un lacayo me condujo a la antecámara del gran salón del palacio de Gloucester
100.
Una hora más tarde, un lacayo entregaba a Julián una carta, que era lisa y sencillamente una declaración de amor