1.
—Si el maquinista quisiera parar antes de llegar a
2.
El maquinista se resistió a dar más
3.
con que se le enseñó al maquinista a sentirsebien, «por lo
4.
maquinista, que actúabajo una sola y tenaz preocupación: velar
5.
no se repetía elcaso de un maquinista que en esta misma vía y
6.
maquinista que, al entrarcon un tren rápido entre las quintas de
7.
Quedaban cuestiones que provocaban una cierta frustración general, desde Asdrúbal hasta el último maquinista
8.
El maquinista y el fogonero, atados y amordazados, yacían en el suelo junto a la locomotora
9.
Es el maquinista interior y recatado de este gran escenario
10.
En nuestro caso, algunos de los miembros de la banda que atacó el tren debían de haberlo tomado ya en la ciudad de México y, al llegar a un determinado lugar del trayecto, debían de haber dado muerte al maquinista y al fogonero para detener el tren mientras sus compañeros se lanzaban al ataque de los vagones
11.
Y el maquinista Fleetwood
12.
Una expresión de alarma surgió en los ojos del maquinista
13.
–¡Todos al tren! – gritó el maquinista
14.
De manera que lo peor que ocurre alguna vez es pasar algunas horas desagradables compartidas por todos mientras el airado capitán resopla furibundo en el pescuezo del primer maquinista
15.
La otra persona que había era el revisor, que se encontraba un buen trecho hacia delante, a la altura de la cabina del maquinista
16.
La tirada de los EPISODIOS NACIONALES ilustrados y de sus innumerables grabados ha sido hecha con el mayor esmero, desde el principio hasta el fin, por el maquinista D
17.
El maquinista, soñoliento y ajerezado, manifestó deseos de embutir su persona en la litera, y en esto sonó la campana
18.
Ni Sacristá ni el Cura apreciaron en lo que valía esta opinión sesuda, que sólo fue apoyada por el francés maquinista
19.
EL MAQUINISTA, muerto a consecuencia de las heridas que alcanzó en Pinto
20.
El vencedor no se encontraba allí, pero era uno de los mejores empleados de la compañía; tratábase de Pat Logan, maquinista del «Comet» Taggart en la División de Nebraska
21.
—El maquinista obra de acuerdo con las órdenes que le han dado
22.
El maquinista jefe de la Región Central contestó impaciente:
23.
—¡Si es que me encuentran! —dijo el maquinista saliendo de la estación y sumiéndose en las vastas tinieblas de las montañas envueltas en la noche
24.
El maquinista de Silver Springs que había traído la número 306 estaba sentado en un rincón
25.
El maquinista Joseph Scott dio toda la marcha a la locomotora en una desesperada tentativa para adquirir velocidad, pero la vieja y gastada máquina resultó inadecuada para el peso del largo tren y el desnivel de la ruta
26.
Batallando entre la humareda, cada vez más espesa, maquinista y fogonero habían conseguido dotar al tren de una velocidad de cuarenta millas por hora, cuando algún pasajero, impulsado indudablemente por el pánico y sintiéndose ahogar, hizo funcionar el dispositivo de alarma
27.
El maquinista Scott se esforzó frenéticamente para que la máquina reanudara su marcha, pero se desplomó sobre las palancas, sofocado por la humareda
28.
Se duda si el maquinista del mercancías especial, al tomar una curva a ochenta millas, pudo ver a tiempo la ventana de observación del último vagón del «Comet» brillantemente iluminada
29.
El maquinista era Pat Logan
30.
Jadeando, Doc le ordenó al maquinista que se levantara y que detuviera el tren
31.
Mientras decía esto estaba sentado en el asiento del maquinista, con el rifle que llevaba la bayoneta calada sobre su regazo
32.
Uno de los soldados que estaban en la cabina del maquinista, me disparó
33.
Y sin pérdida de tiempo, siguiendo las indicaciones del maquinista de la grúa, dos de los empleados acometen la fijación de las rampas sobre las tres tandas de siete escalones que conducen a la plataforma rectangular que se abre frente al atrio
34.
Verificada la estabilidad, alerta al maquinista de la grúa
35.
El maquinista, irritado, frena entre maldiciones
36.
El maquinista, a los mandos de la grúa, espera un gesto de su jefe
37.
Mira a los ojos del maquinista
38.
Los cangaceiros dispararon al maquinista en el muslo y distribuyeron la comida entre los vecinos
39.
El primer convoy del Ferrocarril Gran Oeste que los cangaceiros saquearon estaba ya parado para cambiar de maquinista y dejar a los pasajeros que se apeaban a mitad de camino entre Caruaru y Río Branco
40.
—Un momento, mein amigos —dijo al segundo oficial y al maquinista, y subió hasta el puente por la escalera de la cámara
41.
–Sé unas cuantas cosas del oficio de maquinista
42.
Pero la comprensión de Johnny llegaba hasta la interdependencia de una cultura maquinista
43.
Morath oyó el ruido del tren saliendo de la estación; al final el maquinista había recobrado el sentido
44.
El maquinista subía a cubierta en aquel momento para hablar con el capitán
45.
El maquinista, sacando su cara tiznada por la ventanilla, saludó a los viajeros que esperaban en el andén alzando un puño exultante
46.
La Policía sabía que un tren no podía funcionar sin maquinista (cuanto más expertos fuesen, más aceptarían este hecho) y, por ello, presumirían que iba un conductor en la oscura cabina
47.
Entraron en la cabina y el hombre sopló la ceniza que tapizaba el asiento del maquinista y puso al chico a los mandos
48.
– Soy oficial maquinista
49.
–Mi maquinista está en su puesto, señor – dijo, esperando haber logrado el tono de un hombre tímido ansioso por complacer
50.
Pudo sentir el hombro del maquinista temblando debajo de él
51.
EL MAQUINISTA DE LA GENERAL
52.
–Un buen lugar para que se críen los chicos -afirmó el maquinista
53.
Estaban enterados de los informes procedentes del tren cuyo maquinista había tropezado con un rebaño
54.
El primer maquinista, Martin Pelty, de Albany, declara que ni él ni los demás tripulantes del Pirata vieron al señor Incardona al cruzar el túnel de las Lomas de Hudson, y a la velocidad de este convoy no se habría sentido ningún golpe de haber chocado con algún obstáculo
55.
El maquinista Bob tenía un secreto especial
56.
Louis a Topeka, el maquinista Bob oyó que alguien cantaba con voz muy queda y suave
57.
—¿Y quién es «yo»? —insistió el maquinista Bob
58.
Eddie no veía que hubiera ninguna manera de entrar en el recinto del maquinista desde la Cabina de la Baronía
59.
Se alistó como ayudante maquinista
60.
–Oye, compañero maquinista, somos reclutas recientes
61.
Allí encontró al primer maquinista, Compagnon, y a Mr
62.
–No estoy de acuerdo con el primer maquinista acerca de la carencia de importancia de los aspectos legales – intervino pausadamente Mr
63.
De los 24 sólo 19 salvan la vida: el aprendiz González Casas, de 14 años, muere al pegar con la frente contra el borde de la lancha; el alférez Giralt, el maquinista Silvany y el foguista Heggie desaparecen tal vez tragados por el mar y el guardiamarina Gayer cae extenuado en las rocas y es hecho pedazos por los lobos hambrientos
64.
Y recurre a la declaración del primer maquinista Picasso, quién dice que “esa misma noche antes de embarcarse en el bote volvió a su camarote y se vistió con varias camisetas y otras piezas de ropa interior, como igualmente otros oficiales lo hicieron en su alojamiento tomando en ellos hasta frazadas para envolver sus cuerpos”
65.
Y se remite a las contradicciones que surgen de las declaraciones: el segundo comandante Victorica declaró que tal consejo se realizó a las 6 de la tarde, tres oficiales dicen que fue a las 4 de la tarde, el alférez Tejera, que fue a las 3 de la tarde; el maquinista Vilavoy, que fue de 12 a 1 de la tarde, pero los que discrepan enormemente con los anteriores son el alférez Goulú, que dice que fue a las 4 de la mañana de ese día, y el marinero Revelo, quién siendo mozo de cámara de la que no se movió hasta las 7 de la noche de ese día, dice “que no había visto que se hubiera tendido reunión o cosa parecida por el jefe y oficiales”
66.
El maquinista Barbará, revólver en mano se abalanzó sobre Bataglia para expulsarlo “por considerarlo un intruso” pero intervino el comisario Solernó y le salvó la vida al foguista, que se defendía con uñas y dientes
67.
En sus declaraciones, el maquinista Barbará, el alférez Goulú y Gaudín relatan como fueron rechazados
68.
Leemos su propio escrito sobre la suerte de ese joven de 22 años: “en cuanto al alférez de fragata Miguel Giralt y al maquinista Luis Silvany que formaban el complemento de la dotación de oficiales de dicha caza torpedera, no me ha sido posible descubrir la suerte que en verdad les haya cabido en el desastre a esos infortunadas jóvenes, a pesar de las diversas diligencias que he puesto en práctica con ese propósito
69.
Y por eso Lowry, que es un apasionado de la verdad, y que por eso puede haber caído en un error, quiere pruebas, y dice: “Fue debido a esa seguridad en la exposición de los hechos ocurridos de parte del condestable Iglesias que me apresuré a efectuar el pedido de exhorto del gobierno del Uruguay con el propósito de recobrar aunque no fuera más que el esqueleto de ese desgraciado oficial y su compañero, el maquinista Silvany
70.
Lowry quema sus últimos cartuchos y dice: “En cuanto a la desaparición del alférez Miguel Giralt —como también la del maquinista Miguel Silvany— solo me resta declarar que el más completo misterio envuelve la desaparición de esos infortunados oficiales no habiéndome sido posible rasgar el velo que cubre tan tenebroso asunto pues las diligencias del plenario no han producido más luces al respecto, y ante los resultados negativos de las investigaciones practicadas a los efectos de la causa y en presencia de los preceptos establecidos tanto en el capítulo VII del Tratado VIII de las ordenanzas militares como igualmente en otras de la Armada de que el jefe es el directo responsable de la tropa confiada a su cuidado así como un comandante de bajel lo es de sus enseres y muy especialmente de su oficialidad y tripulación y no habiendo el capitán de fragata Funes justificado suficientemente la desaparición de ellos en el naufragio y percance, es de mi parecer que debe ser responsabilizado de la vida de esos oficiales
71.
Habiendo efectuado ese desamparo con premeditación, astucia, abuso de autoridad y confianza en ocasión de calamidad de naufragio y el haber efectuado el abandono de noche, circunstancias todas agravantes ante los mismos términos de las leyes militares que nos rigen como así también de encubrir las verdaderas causas de la desaparición del alférez Giralt y del maquinista Luis Silvany
72.
el maquinista deja con frecuencia que retroceda un poco
73.
Han puesto un nuevo maquinista
74.
Han sacado a las azafatas, al conductor, a los porteros, a los otros dos que iban conmigo, al maquinista, al bombero… la única razón de que no se me llevasen también a mí, supongo, es que estoy cubriendo una baja y que no se trata de mi turno de costumbre
75.
–Todo depende, pues, del maquinista y el fogonero -dijo por fin-
76.
Conor se sirvió una ración corta de bebida, observando al maquinista, que luchaba por dominar la agitación del sublevado pecho y luego se limpiaba las gotas de sudor
77.
Casi en seguida ábrese la escotilla, y el maquinista Gibson y los marineros suben a la plataforma
78.
En el compartimiento de popa, otros tres hombres, entre ellos el maquinista, esperaban las órdenes del teniente para poner el propulsor en movimiento
79.
A la orden que recibe el maquinista pone en función las bombas, y el Sword, sube poco a poco a la superficie del agua
80.
El maquinista era perspicaz y sabía de dónde soplaba el viento
81.
Naturalmente, no sería justo para el maquinista
82.
A mi parecer, esto forma parte del paso general, de una concepción biológica, a una concepción maquinista
83.
El primer maquinista apareció vago y grande en la esquina de la lumbrera de la sala de máquinas
84.
El maquinista estremecía el aire con los pitidos de la locomotora y purgaba los cilindros con un estruendo ensordecedor
85.
Picaporte se detuvo, y devoraba las palabras del maquinista
86.
Y en fin de cuentas, todos los interesados en la cuestión se pusieron de parte del maquinista
87.
El maquinista y el fogonero habían sido ya casi magullados
88.
La máquina estaba entonces parada, y cuando el maquinista se vio en el desierto con la locomotora sola, comprendió lo ocurrido, y sin que pudiera atinar de qué modo se había efectuado la separación, no dudaba que el tren estaba atrás esperando auxilio
89.
El maquinista silbó, el tren se puso en marcha, y desapareció luego, mezclando su blanco humo con el torbellino de las nieves
90.
Phileas Fogg, después de haber hablado al maquinista de una prima por ganar, corría en dirección a Londres, en compañía de la joven y de su fiel servidor
91.
Por las aberturas se precipitaban masas líquidas, siendo tal el asalto del mar que, según la relación del maquinista, el Great-Eastern, embarcó más de 2
92.
–¿Y quién es «yo»? – insistió el maquinista Bob
93.
Casi con reverencia, extrajo con cuidado el libro maltrecho que narraba las aventuras de Charlie, la locomotora, y su amigo Bob, el maquinista
94.
Ese mismo año, Raymond se casó con Esther Scannell (vaya cabrón más afortunado), y empezó a trabajar como maquinista para el metro de la Asociación de Transporte Metropolitano de Boston
95.
–¿Todo listo? – preguntó el capitán al maquinista, un mestizo portugués que asomaba la cabeza y los hombros por la escotilla de proa mientras se limpiaba el sudor que le corría por la cara con un puñado de trapos grasientos