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medroso
1. ¡Qué largas les parecieron las horas, qué medroso elsilencio, qué alarmante cualquier rumor, y cómo les desazonaba el ruidometálico y acompasado del reloj, que en
2. por primera vez me alejé delos míos, niño tímido y medroso, en quien cifraban sus tías las
3. un medroso silencio interrumpidopor los crujidos de la madera vieja y las veloces carreras de las
4. y la vista por entre las piernas deRocinante, por ver si vería ya lo que tan suspenso y medroso le
5. es medroso y apartado
6. lachimenea un zumbido, aunque leve, extraño por demás y medroso
7. vienen pitando con son más medroso que el dela flauta de Pan, y estremeciendo
8. achicándose dentro de las ropas, como un caracol medroso quese refugia en su
9. mismoencogimiento medroso y vengativo con que los
10. medroso aleteo; trepaban por losagrietados muros verdosos
11. Con todo, algo medroso y tétrico debía pesar sobre su imaginación, segúnel cuento que
12. flauta se trueca en el medroso resonar del clarín guerrerocuando su paciencia se agota, se
13. -Querría que vuesa merced me la hiciese de salir a la puerta del castillo, donde hallará un asno rucio mío; vuesa merced sea servida de mandarle poner, o ponerle, en la caballeriza, porque el pobrecito es un poco medroso, y no se hallará a estar solo en ninguna de las maneras
14. Las voces se fueron perdiendo y los pasos alejándose, crujió la cerradura de la puerta y sus pesados cerrojos, y un silencio más medroso que el de la soledad, el de la muerte, invadió el calabozo y hasta el alma petrificada del joven
15. Entre las dos vertientes, a la orilla del río entintado por la arcilla ferruginosa, se alzaba el edificio de la ferrería, roja de medio abajo, de medio arriba negra, despidiendo humo denso a todas horas; harto parecida a un monstruo iracundo, por su respiración cadenciosa y los ruidos espantables que acompañaban sus funciones: el bullicio medroso de la turbina en lo más hondo, el martilleo con estridores metálicos arriba, y el soplido ansioso del fuelle
16. medroso el viento y susurrante el lino…
17. También le gustó que no luciera medroso ni inseguro; por el contrario, sus ojos azules brillaban de rabia y resentimiento, de picardía y sagacidad
18. –Nos van a echar el alto, Odollo -se lamentaba medroso -
19. El policía no lograba aliviar el temor de sentirse prisionero de la niebla, la dificultad de respirar, los pasos pesarosos, la imaginación que en algún instante se le iba hacia el sueño medroso del espectador que permanecía en la butaca en posición semiyacente y con los ojos abiertos, pero no había salido huyendo de la trinchera
20. –¡De suerte que es un general en jefe honorario, un nombre decorativo en los partes de campaña y nada más! – se atrevió a decir un capitán, indignado, ante el silencio medroso de los circunstantes
21. Los pájaros habían interrumpido su festín mañanero y reinaba un silencio tenso y medroso en la montaña
22. —Querría que vuesa merced me la hiciese de salir a la puerta del castillo, donde hallará un asno rucio mío; vuesa merced sea servida de mandarle poner, o ponerle, en la caballeriza; porque el pobrecito es un poco medroso, y no se hallará a estar solo, en ninguna de las maneras
23. Miró a su alrededor, medroso
24. Cuando llegaron a la casa encantada había algo tan fatídico y medroso en el silencio de muerte que allí reinaba bajo el sol abrasador, y algo tan desalentador en la soledad y desolación de aquel lugar, que por un instante tuvieron miedo de aventurarse dentro
25. Y únicamente detrás de una colgadura sorprendí un gabinetito que, detenido por el muro y sin poder escaparse, se había escondido allí, avergonzado, y me miraba, medroso, con su ojo de buey que el claro de luna tornaba azul
26. Su cuñado no lo consideró necesario, y le exigió que no lo hiciera, pues llevar el dinero encima le haría más medroso, más dispuesto a continuar la extorsión antes que poner fin a la misma de forma drástica
27. - (Medroso, examinando toda la escena
28. Pero junto a esto, denotaba un medroso encogimiento que indicaba algo más que la timidez normal de una persona de vida retirada, y una incesante aprensión que se delataba en cada mirada de sus ojos febriles y ojerosos, en cada movimiento de sus huesudas manos