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mendiga
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mendigando
mendigar
mendigas
mendigo
1. La mendiga trata de
2. Él estaba mirando a una mendiga, una anciana envuelta en harapos y con zapatos rotos que les había extendido la mano al pasar
3. La MENDIGA se sienta y se tapa con el manto
4. Entra por las calles de San Lubín y ahuecando la voz mendiga a todos los transeúntes
5. Picose la mendiga, diciéndoles que no le faltaban tres pesetas para tirarlas en un decimito, todo para ella, y este golpe de audacia produjo su efecto
6. La inocencia de la niña mendiga es un avatar que designaría muy tristemente ese conducto de la infancia de Abisina: una inocencia que no tiene el merecido respecto, que no puede recabar para su estado toda la sencillez y el candor que merece
7. Lo que la niña mendiga despierta en el corazón de la mujer que la alberga puede sumarse con mayor consistencia que cualquier otra cosa al desolado sentimiento que poco a poco enfría la vida y ayuda a que la conciencia se haga tajante en sus determinaciones
8. Puso sus manos con cuidado en las mantas, los ojos se le enturbiaron y sus dedos parecieron fundirse y mezclarse con el tejido como la mano de Kelab en el plato de la mendiga
9. Puse una moneda en la mano de la mendiga que estaba en el arco de la entrada
10. Era una vieja mendiga que estaba al lado de la puerta y cuyas palabras salieron con claridad por el altavoz:
11. Que mendiga (|| pide limosna de puerta en puerta)
12. Debía tener todo el aspecto de una mendiga, se dijo, mientras permanecía en pie ante la puerta con su túnica polvorienta y sus gastadas botas, con su hijo en brazos
13. y si estuviera completamente [214] derrotada, como mendiga de las calles, viera en ella sublimado el ideal del momento
14. ¡Mírame a mí! ¿Tengo el aspecto de una mujer que mendiga para obtener el amor de los hombres? ¿Quién se preocupa de mantener la casa en orden? ¿Quién va a los prados y a los campos en julio para vigilar la cosecha? ¿Quién compra muebles nuevos en Florencia cuando hay que mostrar al mundo el boato y el rango de la casa? ¿Quién se ocupa de los caballos y los aparejos? ¿Quién remienda los calcetines y los calzoncillos del refinado señor? ¿Quién cuida de que haya flores en la mesa todos los días? ¿Quién logra que vayan los músicos en su cumpleaños a tocarle sus canciones preferidas? ¿Quién mantiene en orden cada cajón? ¿Quién lava la ropa todos los días con agua fría? ¿Quién encarga telas de Rumburg para que la cama en la que el señor se inclina sobre mí tenga un perfume parecido al de los campos de la Toscana en el mes de abril? ¿Quién cuida de la cocina para que sus intestinos y su estómago delicados tengan todos sus caprichos satisfechos con creces? ¿Quién palpa al gallo joven antes de que lo maten para comprobar si su carne es blanda y tierna como a él le gusta? ¿Quién huele la pata de ternera que sirven de la carnicería? ¿Quién baja a la bodega por la empinada escalera para guardar los barriles de vino que traen del lagar? ¿Quién se ocupa de que el agua que se le deja en la mesilla tenga unas cucharadas de azúcar, por si su corazón maltratado por las fiestas y las borracheras de los hombres necesita azúcar por la noche? ¿Quién lo vigila para que no tome demasiado jengibre ni demasiada pimienta negra? ¿Quién cierra los ojos cuando entra en celo y no se le puede retener en casa ni atado con una cuerda? ¿Quién calla cuando su abrigo y su ropa interior apestan por los vapores de los perfumes malolientes de otras mujeres? ¿Quién aguanta todo, quién trabaja, quién calla? Mírame, Giacomo
1. Por dos veces -una en Eleuthera y, posteriormente, el Crooked Island- habían sido abordados por ratas de muelle: americanos jóvenes y encantadores en exceso que mendigaba pasajes hacia el sur (cualquier punto del sur) a cambio de encargarse de las faenas de a bordo
2. Obsérvese que la mujer «atrapa la trompa» al pobre elefante, que sólo mendigaba un puñado de cacahuetes
3. Pero, cuando yo era niño en el Lecho de Pulgas y mendigaba una moneda de cobre, a veces los septones me daban de comer
4. Otro engorro de bicho que mendigaba comida y caricias y que se le subía al regazo de un salto cuando estaba ocupado
5. Parecía que mendigaba una negación
1. Luego de generaciones de violencia política, no eran los burócratas saqueadores los que debían ser culpados, sino los industriales encadenados; no aquellos que mendigaban favores legales, sino los que se veían forzados a comprarlos
2. Mendigaban comida delante de las puertas doradas del restaurante Leite, donde Emília y Lindalva comían a menudo con la baronesa Margarida
3. El dueño del burdel le había identificado y dos ermitaños que mendigaban por la puerta septentrional juraban haber visto un hombre arrojar en el Nilo un cinturón ensangrentado
4. Los que seguían viviendo según sus principios originales mendigaban comida y dormían en el suelo de alguna cocina
1. Había mendigado aquí y allá, soportado frío, hambre y penurias
1. conviene ofrecer a los que mendigan en coche decuatro caballos
2. Y por esto mendigan el contacto de los que están
3. Y estaba sentado en un rincón, descansando y reflexionando tristemente, cuando entró en la mezquita un vagabundo, de la especie de los vagabundos que mendigan a las puertas de Alah, y fué a sentarse precisamente enfrente de él
4. Mendigan en las cervecerías y en los tenderetes de los calderos, y van por ahí prediciendo muerte y destrucción a todo el que se pare a escucharlos
5. Muchos de los hombres que mendigan en Afganistán son antiguos maestros o funcionarios del estado
1. predicación, a lacaridad, ora pasiva, ora activa, mendigando y dando ocasión a los demáspara que se
2. Es élquien anda mendigando de puerta en puerta,
3. mendigando un poco de pan y un poco delibertad? ¡Por qué lo combatís!
4. mendigando un puesto entreellos
5. Un perrito con lazo de organdí en la cabeza ladraba en brazos de una de ellas mendigando bizcochos, y los camareros las apaciguaban con yemas y copas de fresas con nata
6. Después, tanto los de LKAB como China se pusieron de rodillas mendigando poder comprar los yacimientos
7. ¿Que unos setenta miembros de un grupo de presión están en el Congreso mendigando dinero uno por uno mientras vosotros intentáis dominar a los demás, tener autoridad en el resto del mundo?
8. Lo encontraron mendigando a las afueras de Cuzco
9. Ellos eran el mundo; ellos y no los que permanecían agazapados en rincones obscuros, mendigando o amenazando, a la vez que mostraban sus abiertas llagas, como única aspiración a la vida y la virtud
10. Estos hombres, estas mujeres, éstos niños, entraban y salían de los mercados, de las tiendas de telas, y vagaban por el campo que rodeaba a la ciudad, los hombres trabajando en lo que podían por unos cuantos peniques, las mujeres y los niños mendigando y robando
11. Llegaría a Córdoba como un pordiosero, mendigando hasta el pan y la sal
12. El ver a Tom Slattery haraganeando ante los porches de sus vecinos, mendigando semillas de algodón o un trozo de tocino «para salir adelante», era cosa frecuente
13. ¡A sus treinta años, mendigando un cargo como el de cuestor, cuando a esa edad Alejandro ya había conquistado medio mundo!
14. —Quieres decir que has acudido como un pobre desvalido, mendigando ayuda, sin tener en consideración el peligro en que ello me pone, simplemente porque quieres algo
15. Millares llegaban al día mendigando o narrando horrores
16. Lo que hizo fijarnos en el perro fue que estaba sentado sobre sus cuartos traseros y mendigando ante el tenderete de las galletas
17. –Tenemos aquí al perro, señor Herriot, ¿sabe…?, el que andaba mendigando en la plaza del mercado
18. Esto es lo que se consigue si uno va mendigando entre los puestos en día de mercado, amigo
19. Se ve que alguien había acusado a Enriqueta de estar mendigando con él
20. Un día estaba Tom en el acto de administrar la dosis a la grieta, cuando el gato amarillo de su tía llegó ronroneando, con los ojos ávidos fijos en la cucharilla y mendigando para que le diesen un poco
21. Empezaron a vivir en las calles, aún mendigando y robando
22. – Miró por la ventana del carruaje, y su corazón se estremeció ante la visión de niños mendigando comida
23. Quizá el Mogol lo mató, incluso después de su abyecta rendición; o quizá lo cegaron como a Tiresias y le permitieron, para mayor humillación, recorrer el mundo, mendigando con un cuenco, y «diciendo la verdad que nadie creería», mientras por todas partes oía el relato del hundimiento de sus grandes empresas»
1. Qué hombre aceptaría mendigar en su propia casa y someterse con paciencia a todos los atropellos de una esposa pretenciosa para poderla reconquistar después de una larga ausencia?
2. una mujerrica! ¡A ti para quién querría mendigar por los
3. Fue justo entonces, en el momento quizá más oscuro de su vida, cuando llegó lo inevitable, la hora anhelada del reconocimiento público, la oportunidad de que todos le agradecieran el sacrificio de su honor y su conciencia por el país, el humillante aquelarre nacional de la compasión, era el gran hombre abatido por la desgracia y ya no molestaba a nadie ni podía hacerle sombra a nadie ni volvería jamás a la política y podía ser usado por unos y por otros y convertido en el perfecto paladín de la concordia, en el as invicto de la reconciliación, en el hacedor sin mácula del cambio democrático, en una estatua viviente apta para escudarse tras ella y asear conciencias y calzar instituciones tambaleante s y exhibir sin pudor la satisfacción del país con su pasado inmediato y organizar escenas wagnerianas de gratitud con el prócer caído, empezaron a lloverle homenajes, galardones, distinciones honoríficas, recuperó la amistad del Rey, la confianza de sus sucesores en la presidencia del gobierno, el favor popular, consiguió todo lo que había deseado y previsto aunque todo fuese un poco falso y forzado y apresurado y sobre todo tardío, porque para entonces él ya se estaba yendo o se había ido y apenas alcanzaba a contemplar su desplome final sin entenderlo demasiado y a mendigar de quien se cruzaba en su camino una oración por su mujer y por su hija, como si su alma se hubiera extraviado definitivamente en un laberinto de contrición autocompasiva y meditaciones atormentadas sobre los frutos culpables de la egolatría y él se hubiera definitivamente transformado en el viejo príncipe pecador y arrepentido de una novela de Dostoievski
4. En ese momento cruzó la calle el viejo Vítale, un borracho que solía mendigar en los alrededores de la estación
5. El abuelo y su nieta no tenían dinero y no sabían mendigar
6. Por fin alguien le indicó que en los bosques se oían de vez en cuando tiros de fusil y solían surgir de allí unos jóvenes mugrientos a mendigar comida y robar gallinas, pero en verdad nadie pensaba que fueran el primer esbozo de un proyecto revolucionario para todo el continente, sino tan sólo una secta de religión hereje inspirada en la India, como otras ya vistas en esos parajes
7. -Ahora puedo mendigar como una monja -se rió, señalando la túnica del príncipe, que llevaba puesta, y su cabeza, donde se levantaban algunos mechones entre las peladuras
8. Así es que la primera vez que tuve entre las manos cinco dracmas de plata, don inesperado de un generoso señor, a la puerta del cual había ido yo a mendigar el día de sus bodas, y me vi poseedor de aquella suma, me prometí agasajarme y pagarme algún placer delicado
9. Los republicanos no necesitaban mendigar apoyo para cualquier medida que propusieran, pues los representantes electos sabían que el país reclamaba cambios
10. Algunas, rodeadas de pequeños, lastimosos esqueletos que se enganchaban a sus polleras y Lloraban de hambre y de miedo, se acercaban a nosotros para mendigar algún alimento
11. No tendrá que mendigar en la ciudad de Manator
12. Yo no vengo aquí a mendigar una cochina credencial que desprecio; yo me paso por las narices a toda la casa, y a vosotros, y al Director, y al Jefe del Personal, y al Ministro; ¡yo no pido más que orden, moralidad, economía
13. Desde aquel desagradable lugar partían sus habitantes a mendigar por el mundo y a robar lo que podían, para traerlo de vuelta a Nadsokor, donde la mitad de sus ganancias pasaban a las arcas del rey a cambio de su protección
14. El arco de la entrada principal estaba pintado con toscas representaciones de las artes de Mendigar y Extorsionar
15. Fue muy doloroso dormir en coches, mendigar por las calles, contar las horas que faltaban para ver a su hijo y, cuando este momento llegaba, ser objeto de su desprecio durante una hora, sentada en un rincón de la habitación mientras él hacía los deberes
16. Ernest, el barbero, dejaba a Zeppo mendigar frente a su establecimiento, porque sabía que los chicos del barrio no molestarían al pobre tipo mientras se encontrara frente al escaparate de la barbería
17. Despidió al muchacho, que se vio obligado a mendigar por las calles
18. Algunos días solamente uno de los dos se dedicaba a mendigar, en cuyo caso el lugar era siempre la Plaza de la Libertad, pues al parecer Baslim estaba especialmente interesado en la llegada y salida de las naves, y especialmente en los movimientos de las naves de esclavos y en las subastas que siempre seguían a la llegada de una de ellas
19. Llegados a este punto podéis viajar de puerto en puerto sin salir de las terminales o podéis quedaros a vivir en la terminal y mendigar comida entre los pasajeros, ésas son las opciones
20. Mientras yo me veo casi reducido a mendigar por las calles, tú andas tirando el dinero, regalándoselo a farsantes
21. En mi hogar, van por ahí con escudillas para mendigar
22. Hay que haber visto al hombre político reputado más Integro, más intransigente, más inabordable desde que está en el poder, hay que haberlo visto mendigar tímidamente en tiempos de su desgracia, con una brillante sonrisa de enamorado, el altivo saludo de un periodista cualquiera; hay que haber visto el súbito erguirse de Cottard (que sus nuevos pacientes tomaban por una barra de hierro) y saber con qué despechos amorosos, con qué fracasos de snobismo, estaban hechas la aparente altivez, el antiesnobismo universalmente aceptado de la princesa Sherbatoff, para comprender que en la humanidad la regla --que acarrea excepciones, es natural- es que los duros son débiles rechazados y que los fuertes, sin preocuparse que los quieran o no, son los únicos que tienen esa dulzura que el vulgo supone debilidad
23. –Contra los que se han convertido en enemigos suyos desanimándole, arrojándole lejos, obligándole a mendigar de país en país el precio de un invento de tan incontestable superioridad
24. Acción de mendigar
25. mendicidad (|| acción de mendigar)
26. Miró por la ventanilla: pasaban por la Casa de Beneficencia, donde, los sábados por la mañana, al final del invierno, recogía ella la leche y las bolsas de patatas mientras él se quedaba en la cama; el Zoológico de Central Park, donde lo dejaba ella en verano para ir a mendigar ante la fuente de la Plaza
27. Era un lugar popular para mendigar
28. Para no estorbar demasiado, esperaba pacientemente con mi chófer dentro del coche, bajo un tejadillo de hormigón que había en el patio; miraba como pasaban corriendo ante mí oficiales nerviosísimos y desencajados, y soldados exhaustos que remoloneaban para tardar lo más posible en volver a la línea de combate, y también Hitlerjugend ávidos de gloria que habían venido a mendigar algunos Fanzerfduste, y Volkssturm que no sabían a qué carta quedarse y esperaban órdenes
29. Tal vez mañana pueda estar trabajando; recordó el tacto de las buenas herramientas en sus manos, la raedura del escoplo sobre un bloque de piedra, afinando las esquinas y suavizando las superficies, con la seca sensación del polvo en la nariz mañana por la noche; puede que tenga el estómago lleno, con comida que me haya ganado sin mendigar
30. Sin duda eso era cierto, puesto que el islam cumplía con sus leyes; pero Bahram veía la desdicha en la cara, la indigencia y el miedo de los que llegaban, la necesidad que esos hombres tenían de cazar y pescar y mendigar para alimentarse, los mermados bienes que tenían para comerciar y, delante de ellos, toda la gran mitad occidental del mundo, aún por atravesar
31. O bien recordarle que fue precisamente él, Gil, el inductor de la patraña, con aquella manía de mendigar noticias, que era tanto como exigirlas en nombre de la debilidad
32. Por fin termina la jornada, marca el reloj, cuelga el guardapolvo gris, empuja a la gente que se agolpa en la vereda, no se detiene ante el semáforo, no oye el silbato ni las voces ni el rumor bravío de la multitud y enfila directamente hacia la parada del colectivo, total ya no necesita mendigar trabajo para su querida Mónica, clava la punta del zapato entre los otros zapatos amontonados sobre el estribo, empuja con fuerza de león y se siente transportado por la fabulosa cuadriga
33. Y bueno, usted me pregunta con los ojos todo el tiempo por qué yo, el sepulturero Tobías, me ocuparé de mendigar cadáveres si es una función de los dirigentes
1. Aquí, habíaentregado su dinero a unas mendigas para
1. pero enjuga los pies del mendigo
2. El mendigo se incorporó lentamente y restregándose los ojos yabriéndolos con dificultad a causa de la gran irritación de lospárpados, contestó mal humorado:
3. A éste diálogo entre Atenea y Ulises le sigue la acción y acción es aceptar transformarse en un mendigo y aceptar y soportar todas las humillaciones a las cuales lo someterán los Pretendientes e incluso las criadas
4. Es posible que dicha elección sea parte de la elección de entrar en su casa vestido con los harapos de un mendigo, es decir con la elección de abandonar todo tipo de hybris y de vestirse con los vestidos de la humildad más sincera y más auténtica
5. Por eso acepta la situación más dura que se le pueda presentar a un hombre: doblegar su orgullo en sumo grado y presentarse en su casa como un mendigo vestido con harapos y no como el rey que es
6. atención (pues mendigo era) vestía con losandrajos más
7. del mendigo, sí señores, su cara;porque sepan ustedes que era la
8. En el atrio, un mendigo se le aproximó, con esa solicitud de
9. Se indignó el mendigo ante esta concurrencia
10. picante, el que un día por gala sedecía Antonio Pérez, mendigo en Francia[270], veía{350}con
11. EN los viejos tiempos católicos y caballerescos, el mendigo
12. El mendigo estaba ungido
13. —Un hombre lo acompañaba, y ese hombre era el mendigo
14. Y diciendo esto, el mendigo clavó en el joven caballero una
15. Y el falso mendigo continuó en su posición respetuosa,
16. mendigo, ni habíafijado en él mucho la atención; pero a partir de
17. cuidado y se la dió al mendigo, que la recibiómurmurando gracias y oraciones
18. El poderoso se descubre ante el mendigo
19. 20 Habia tambien un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado á la
20. 22 Y aconteció, que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno
21. Cuando el rumorse aquieta, alza su voz un mendigo gigantesco que tiene
22. cortaedad, pobre, mendigo, sentado en el suelo, y que tiene una piernacolocada sobre la otra
23. ¡Desde el Prócery el Prebendado hasta el mendigo, en
24. Se abrió la puerta y entró un viejo mendigo envuelto en una anguarinaparda, con una de las mangas
25. A la afirmación del fotógrafo el mendigo esbozó un gesto de no haber comprendido
26. Los ojos del mendigo se agrandaron al escuchar el insólito tratamiento que le dedicaba el muchacho y una sonrisa desdentada afloró en sus labios apergaminados
27. —Hubo un tiempo en que cometí grandes errores… y tuve que pagar por ellos —ofreció el mendigo como respuesta
28. Seth contempló boquiabierto al mendigo, que estudiaba su rostro con curiosidad y cierta consideración por la consternación que parecía haberse apoderado de él
29. El viajero, sentadito en su Rolls y mirando, ora para la naturaleza, ora para la nuca de Oteliña, dedica un recuerdo casi emocionado al burro Gorrión y a su amo, el viejo mendigo con porte de caballero; los dos habrán muerto ya, sin duda, descansen los dos en paz, pero lo más probable es que a ninguno de los dos les haya echado nadie de menos
30. La habitación estaba amueblada a la antigua, y todo estaba lleno de polvo; el tapete verde de la mesa había perdido el color y estaba arrugado y pálido como un mendigo viejo
31. Sus habitantes me parecieron todos algo andrajosos, con frecuencia el mendigo de la esquina tenía un aspecto menos lamentable que el pasante generoso que le daba una limosna
32. Acercose a nosotros el locuaz mendigo de quien hice mención en las primeras páginas de esta relación, el cual trabajosamente andaba con sus muletas, y parecía en muy mal estado de salud
33. Y por eso me has visto dar esa limosna al mendigo del puente de Bagdad
34. En efecto, mientras hablaban de tal suerte, abriendo ojos maravillados ante el relato de la llegada de la caravana, se acercó un mendigo al sitio en que estaban y tendió la mano por turno a cada cual
35. Y unos le dieron una moneda, otros media, y la mayoría, sin darle nada, se limitó a contestar sencillamente: "¡Alah te socorra!" Y Maruf, cuando el mendigo se acercó a él, sacó un gran puñado de dinares de oro y lo puso en la mano del mendigo con tanta naturalidad como si le hubiese dado una moneda de cobre
36. ¡Mire! Su joven dama sale a dar un paseo y se encuentra con un sucio y andrajoso mendigo… parezco un sucio y andrajoso mendigo, ¿verdad? Muy bien
37. Se trata de ese mendigo, el que está acusado de participar en la desaparición del señor Neville St
38. La única manera de obtener datos para mis artículos era practicando como mendigo aficionado
39. De allí salía cada mañana como un mendigo mugriento, y por la tarde me transformaba en un caballero elegante, vestido a la última
40. No pretendo decir que cualquier mendigo que ande por las calles de Londres pueda ganar setecientas libras al año que es menos de lo que yo ganaba por término medio, pero yo contaba con importantes ventajas en mi habilidad para la caracterización y también en mi facilidad para las réplicas ingeniosas, que fui perfeccionando con la práctica hasta convertirme en un personaje bastante conocido en la City
41. Rápidamente me quité mis ropas, me puse las de mendigo y me apliqué el maquillaje y la peluca
42. Aunque a la salida del pantanoso Azmir remitió la fiebre de Juan, había este tomado tal gusto a la envoltura y calorcillo de la manta, que no sabía ya desembozarse de ella, y su aspecto era el de un mendigo, moro por añadidura, pues habiendo renunciado a la dureza del ros, que le lastimaba la cabeza, se lió un pañuelo cuyas vueltas abultaban como las de un flaco turbante
43. Por entre la turbamulta paseamos; Mariclío habló con dos aguadoras, yo con un mendigo lisiado a quien llevaban en un carrito
44. Sin detenerse, dirige un rápido vistazo al mendigo: pelo y barba grises y revueltos, sucios, y edad indefinida
45. Un tatuaje azulado, borroso por el tiempo, que advierte en el antebrazo del mendigo, llama su atención
46. El mendigo calló mientras tragaba, y luego, cuando rompió a reír, sus ojos danzaron a la luz de la vela
47. Ortiga, bajita como una mujer de musgo, siempre gruñona y lacónica como un mendigo al que hubieran cortado la lengua
48. –Hijito -le dijo al cabo de un largo silencio que por sí sólo era una reconvención-, lo sé todo, y si te interrogo es porque quiero oír de tu propia boca cómo estuvo la muerte de ese mendigo en el Portal del Señor…
49. Lo dijo en tono de cortesía, como si no le importara que se reconociese dicha cualidad; en el tono de quien arroja a un mendigo la limosna con la que salvar su situación
50. que los perros atacan al mendigo,