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molar примеры предложений
mola
molaba
molaban
molan
molar
molas
molo
molé
1. —¡Vaya! Se me había olvidado lo que mola tu habitación
2. ¿A que mola, Lucas?
3. Pero esta vez organizaron mejor las cosas y dejaron la coordinación al general Mola, al que por algo apodaban el Director
4. El general Mola se había encogido de hombros con un gesto de resignación
5. –Que el Señor lo tenga en su gloria -musitó Cecilia, mientras pensaba para sí que aquel cobarde asesinato por la espalda del jefe de la oposición serviría para acabar de una vez por todas con la indecisión y los malos entendidos entre Mola, la Comunión Tradicionalista y los requetés que aguardaban impacientes la hora de empuñar las armas
6. –¿No ha oído lo que ha dicho el general Mola?
7. El general Mola, después del parte de guerra de las ocho, glosó sus muertes y acabó su arenga con un vibrante ¡Gloria a los héroes!
8. ¡Oh, no! ¡Dios mío, no!, había exclamado con dolorida sorpresa cuando cayó de rodillas a los pies de su cama en el hospital General Mola de San Sebastián y lo abrazó, compungida, una exclamación que no era otra cosa que la expresión de sus remordimientos
9. mola salsa: Una salsa especial empleada en diversos rituales religiosos elaborada por las vestales mediante la combinación de harina y sal
10. También estaban encargadas de elaborar la mola salsa, ungüento sagrado utilizado en muchos sacrificios
11. A pocos kilómetros al sur, en la Mola de Sant Pau, un promontorio de 617 metros de altura, alejado unos nueve kilómetros de la orilla del río, pero con una vista perfecta sobre el mismo y el territorio que ocupa el enemigo, está el puesto de mando de Modesto
12. Aunque también es preciso reconocer que la participación de las columnas falangistas en los primeros combates en la sierra de Madrid ayudó a que las tropas de Mola consiguieran consolidar el frente antes de que Franco llegara a las puertas de la capital
13. –, General Mola, La esfera de los libros, Madrid, 2002
14. –Me mola la música -repuso Anglada-, me mola que se metan con los maderos y sobre todo con los chulos de los antidisturbios
15. Fanjul, antiguo subsecretario, se quedó sin destino; el general Goded, director general de aeronáutica, fue enviado a Baleares; de la jefatura superior de las fuerzas militares de Marruecos, el general Mola pasó a la jefatura de la 12ª Brigada en Pamplona y así sucesivamente
16. El oficial de alto rango que al final emergió como organizador de una revuelta centralmente organizada fue el general de brigada Emilio Mola, un veterano de las campañas de Marruecos y último director general de seguridad de la monarquía que, en este último puesto, había mostrado una gran indulgencia hacia la izquierda
17. A finales de abril, y por primera vez, Mola fue reconocido como líder por los responsables de varias secciones de la UME en el centro y norte de España, aunque la red nacional conspiratoria sólo comenzó a adquirir forma en el mes siguiente ya que la respuesta del ejército fue lenta pero acumulativa, al multiplicarse los incidentes y extenderse las tensiones
18. Así, a finales de mayo, transfirió su autoridad activa a Mola, quien planeó colocar a Sanjurjo a la cabeza de una junta militar que se crearía tras la materialización de la rebelión [11]
19. El 5 de junio, cuando Mola ya había recibido el reconocimiento como coordinador general de la conspiración a nivel nacional, se ampliaron los detalles de ese esquema rudimentario en un memorándum titulado «El Directorio y su obra inicial», en el que se estipulaba que la forma del nuevo régimen no sería una monarquía restaurada sino una «dictadura republicana», con un gobierno inicial consistente en un «Directorio» totalmente militar, un término extraído del régimen de Primo de Rivera, que proporcionaría una solución de tipo «portugués» o «Pilsudski», más que la construcción de un sistema fascista revolucionario o de tipo «italiano»
20. El principal problema para Mola era el propio ejército
21. Ya el 23 de junio escribió una carta personal a Casares Quiroga insistiendo en la lealtad básica del ejército, pero instándole a adoptar una política más respetuosa con los militares, la ley y el orden y se dice que el 12 de julio Franco envió un mensaje urgente a Mola en el que afirmaba que el momento de la rebelión todavía no había llegado [16]
22. Existe testimonio de que, en una reunión que tuvo lugar el 10 de julio, Casares Quiroga informó primero al Consejo de Ministros de que en realidad existía una conspiración del ejército que podía estallar en un plazo de cuarenta y ocho horas, proporcionándoles bastante información, aunque el gobierno no fue capaz de identificar al «Director» (Mola), el cabecilla de la conspiración, cuya firma se hallaba en los principales documentos
23. Durante un tiempo la estrategia caballerista, al igual que la de Mola, se había basado en la necesidad de una guerra civil muy breve, provocada por un golpe militar que sería rápidamente derrotado mediante una huelga general revolucionaria, protagonizada por los obreros organizados
24. Tal fue el caso del movimiento franquista durante la Guerra Civil que pronto se desplazó mucho más allá de los, en principio, limitados objetivos políticos de la conspiración originaria de Mola, para abrazar una «revolución nacional» radical y semifascista
25. Echevarría, Cómo se preparó el alzamiento: El General Mola y los carlistas, Madrid, 1985; y el estudio introductorio de Julio Aróstegui en su Los combatientes carlistas en la guerra civil española, Madrid, 1989, 1, así como el lúcido resumen en J
26. Mola seguía mirándome con expresión adusta
27. La expresión de Mola se endureció
28. Sí se lo comenté a Mola —dije mientras barajaba las cartas—
29. Mola y Felá compartían el tronco caído
30. Contuve la respiración y confié en que aquel comentario hubiera pasado desapercibido para Felá y Mola
31. mola, y este del gr
32. mola (|| masa carnosa)
33. Aunque a mí me mola más Denim and Leather
34. «Cómo mola», pensé
1. Podía enterarse de quién molaba, quién no, quién era popular, quién no lo era, qué profesor era realmente guay y cuál no lo era en absoluto
2. ) Esos actos de generosidad explicaban sin duda parte de la popularidad de Joe, pero no toda; los chavales creían que molaba
3. Mientras tanto, estar en Dupont molaba
4. Entonces Yihad se echó a reír y dijo que claro, que molaba, y me dio en el hombro para preguntarme que por qué yo no iba, y yo me quedé en silencio, y Yihad me dio varias veces en el hombro, que es lo que hace para ponerte nervioso
1. más, que a las tías les molaban esas cosas
2. El hecho de que tal pregunta pudiera interesarles era una de las cosas que le molaban de ellos
1. A mí me molan los triunfadores y los perdedores me hacen salir legañas en el ojo del culo
1. Triste expedición al Molar y Guadalix de la Sierra en
2. Sus estudios culminaron en 1887, con el establecimiento de lo que ahora se llama ley de Raoult: la presión de vapor parcial del solvente en equilibrio con una disolución es directamente proporcional a la fracción molar del solvente
3. Sin entrar en la definición de fracción molar, baste decir que esta regla permitió estimar el número relativo de partículas (ya fueran átomos, moléculas, o los misteriosos iones)
4. ¿Está de acuerdo en que falta un molar?
5. La señorita Molar cree que Dolly es miope y que debería consultar a un buen oftalmólogo, pero la señorita Redcock insiste en que la niña simula cansancio visual para excusar su incompetencia escolar
6. El optimista punto de vista oficial en base al cual la planta había sido autorizada por la Comisión de Energía Atómica estaba basada en cálculos matemáticos que predecían que una tal masa de uranio se descompondría en una escala molar, y que esto limitaría el área de destrucción, antes de que la progresiva y acelerada explosión atómica pudiera transferirse a toda la masa
7. Además, esa reacción de los materiales locales sobre el genio que los utiliza, y al que presta nueva lozanía, no contribuye a que la obra sea menos individual, y ya se trate de la labor de un arquitecto, de un ebanista o de un músico, sigue reflejando minuciosamente los sutilísimos rasgos de la personalidad del artista, aunque éste tenga que trabajar en la piedra molar de Senlis o en la piedra arenisca de Estrasburgo, aunque respete los nudos peculiares del fresno o aunque haya tenido en cuenta, al escribir los límites y recursos, la sonoridad y posibilidades de la flauta y del alto
8. No era una idea razonable, pero, desde los acontecimientos vagamente trágicos pero sobre todo ridículos de la Noche de las Furias, había estado en un estado de ánimo poco razonable, al haber recobrado el conocimiento con una muela rota que le producía molestias considerables, y un corazón roto y una vida herida que le causaban más dolor aún que el palpitante molar
1. Dio media vuelta y subió por el camino que conducía al bosquecillo de sauces, con las molas retozando a su lado
1. El camino subía hacia el norte, hacia Molo; por la noche subía en línea recta hacia las estrellas
2. Y allí estaba yo, cenando en uno de los mejores restaurantes de Venice, contemplando el mar desde nuestra mesa, agotada tras un arduo día de trabajo y sin prestar demasiada atención a la animada conversación de mis compañeros, con la mente puesta en Jack Holmes o en las imágenes que guardaba de Jack Holmes, un tipo muy alto y flaco y con la nariz larga y los brazos largos y peludos como los de un simio, ¿pero qué clase de simio podía ser Jack?, un simio en cautiverio, eso sin el menor asomo de duda, un simio melancólico o tal vez el simio de la melancolía, que aunque parece lo mismo no es lo mismo, y cuando la cena terminó, a una hora en la que aún podía llamar a Jack a su casa sin problemas, las cenas en California comienzan pronto, a veces acaban antes de que anochezca, no pude aguantar más, no sé qué me pasó, le pedí a Robbie su teléfono inalámbrico y me retiré a una especie de mirador todo de madera, una especie de molo de madera en miniatura para uso exclusivo de turistas donde abajo rompían las olas, unas olas largas, pequeñitas, casi sin espuma y que tardaban una eternidad en deshacerse, y llamé a Jack Holmes
3. fijamente, sonrió con esa cálida sonrisa tan conocida en todo el mundo, y dijo, “Molo, mhlobo wam
4. En el momento en que un Guermantes, aunque no tuviese arriba de veinte años, pero que ya seguía las huellas de sus mayores, oía vuestro nombre pronunciado por el que os presentaba, dejaba caer sobre vosotros, cual si en molo alguno estuviera dispuesto a saludaros, una mirada generalmente azul, siempre de la frialdad de un acero que parecía dispuesto a hundiros en los más hondos recovecos del corazón
5. Cuando volvió a reinar el silencio y todos menos Molo estaban muertos, bebieron largos tragos de las botellas que llevaban consigo, cortaron varias orejas y se marcharon de allí a lomos de sus caballos, hasta que la arena y el sol engulleron sus siluetas
1. El señor de Molé, que tenía todo el ingenio y el tacto que le faltaba al señor de Vigny, lo arregló muy bien cuando entró en la Academia
2. Cogerá usted el inmenso sobre de las fotografías del señor Swann —dijo al criado—, y va usted a dejarlo, con un pico doblado, de parte mía, esta noche, a las diez y media, en casa de la señora condesa de Molé
3. El coronel de Froberville (cuyo tío era general del mismo nombre) vino a sentarse a nuestro lado, así como el señor de Bréauté, mientras que el señor de Vaugoubert, contoneándose (por un exceso de cortesía que conservaba hasta para jugar al tennis y con la que, a fuerza de pedir permiso a los personajes notables antes de alcanzar la pelota, hacía perder inevitablemente el partido a su bando), volvía junto al señor de Charlus (hasta entonces casi envuelto en la inmensa pollera de la condesa de Molé, que hacía profesión de admirar entre todas las mujeres) y por casualidad, en el momento en que saludaban al barón varios miembros de una nueva misión diplomática en París
4. inclinado a confiar en las crónicas del Gaulois respecto a los progresos o la decadencia de un salón, de manera que un día, en el ensayo general de una pieza de Bergotte, representada en una sala de las más elegantes a beneficio de una obra de caridad, se produjo un verdadero revuelo cuando se vio en el palco de enfrente -fue era el del autor- a la señora de Marsantes que se sentaba al lado de la señora de Swann junto con aquella a quien la progresiva desaparición de la duquesa de Guermantes (saciada de honores y aniquilándose al menor esfuerzo), estaba convirtiendo en la leona, la reina del momento, la condesa de Molé
5. He visto una prueba muy linda en casa de la condesa de Molé”
6. El nombre de la condesa de Molé impresionó muchísimo a la señora de Verdurin
7. “-¡Ah, frecuenta usted a la señora de Molé!”, exclamó
8. Suponía que se decía la condesa de Molé; la señora de Molé sencillamente por abreviación, como oír decir los Rohan, o por desdén, cuando ella misma decía: la señora de La Trémoille
9. No dudaba en absoluto que la condesa de Molé, que conocía a la reina de Grecia y a la princesa de Caprarola, tuviese tanto derecho como nadie a la partícula y por una vez estaba decidida a dársela a alguien tan brillante y que con ella se había mostrado tan amable
10. Por eso y para indicar que había hablado en esa forma exprofeso y no le regateaba ese “de” a la condesa repuso: “-Pero yo no sabía que conociera usted a la señora de Molé”, como si fuera doblemente extraordinario que el señor de Charlus conociese a esa señora y que la señora de Verdurin no lo supiese
11. Es tanto más comprensible que, en la inmensidad variada de la burguesía, un abogado le diga a alguien que conoce a uno de sus compañeros de colegio: “-Pero, ¿¿cómo demonios conoce usted a Fulano?” y en cambio, se asombre porque un francés conozca el sentido de la palabra templo o bosque, y no sería mucho más extraordinario que admirar los azares que llegaron a reunir al señor de Charlus y a la condesa Molé
12. Además, aunque semejante relación no se desprendiese con toda naturalidad de las leyes sociales, si hubiese sido fortuita, como sería extraño que la ignorase la señora de Verdurin, ya que veía por primera vez al señor de Charlus y sus relaciones con la señora de Molé estaban muy lejos de ser las únicas cosas que supiese a su respecto, de la que, a decir verdad, nada sabía
13. Ahora bien, nunca tan grande por parte del barón como el que tan ostensiblemente dispensara a la condesa Molé
14. Madame Verdurin, con quien madame Molé había sido muy amable y que, como veremos, ponía en ella grandes esperanzas, gozaba de antemano con la idea de que la condesa la consideraría entre las personas más nobles, como decía la patrona, «de Francia y de Navarra»
15. Y, en efecto, madame Verdurin propuso en seguida invitar a «madame de Molé»
16. ¡La Molé! Ése es un nombre que no hay que volver a pronunciar, o me veré obligado a retirarme», añadió sonriendo y en el tono de un médico que, queriendo curar al enfermo contra el enfermo mismo, está decidido a no dejarse imponer la colaboración de un homeópata
17. En una fiesta donde encontré a Roberto antes de ir yo a Combray, y donde, por su manera de exhibirse junto a una mujer elegante que pasaba por ser su querida, pegándose a ella, fundiéndose con ella, envuelto en público en su falda, me hizo pensar en una serie de repetición involuntaria – con un algo más nervioso, más sobresaltado- de un gesto ancestral que yo había podido observar en monsieur de Charlus, como envuelto en las galas de madame de Molé, bandera de una causaginófila que no era la suya, pero que le gustaba ostentar, aunque sin derecho, bien porque la encontrara protectora o estética, me impresionó, a la vuelta, lo económico que se había vuelto aquel muchacho, tan generoso cuando era mucho menos rico
18. En una fiesta donde encontré a Roberto antes de ir yo a Combray, y donde, por su manera de exhibirse junto a una mujer elegante que pasaba por ser su querida, pegándose a ella, fundiéndose con ella, envuelto en público en su falda, me hizo pensar en una serie de repetición involuntaria -con un algo más nervioso, más sobresaltado- de un gesto ancestral que yo había podido observar en monsieur de Charlus, como envuelto en las galas de madame de Molé, bandera de una causaginófila que no era la suya, pero que le gustaba ostentar, aunque sin derecho, bien porque la encontrara protectora o estética, me impresionó, a la vuelta, lo económico que se había vuelto aquel muchacho, tan generoso cuando era mucho menos rico