1.
Tronaban los cañones de los navíos fondeados en la bahía; y
2.
En aquel instante mismo, los dos navíos se abordaron
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puerto de la capital los navíos denuestra escuadra del Sol Naciente
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En los navíos de laescuadra del Sol Naciente, las tripulaciones, formadas sobre lascubiertas, agitaron sus gorros,
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navíos y por el puente de Londres rodaban en incesantedesfile los coches y los ómnibus
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quedar en el fuerte,con esconderse y irse á los navíos y con lasquejas de sus capitanes
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Embarcóse el ejército en las galeras y navíos de su armada, y siguiendoel órden que tenian del Emperador Andronico, atravesaron el estrecho, ydesembarcaron
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navíos en órden, y que con otros tantos que se armasen por elEmperador, ó se les diese dinero á ellos,
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los navíos de Thracia
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lugar, acometieron los navíos y galeras delpuerto, que afirma Montaner que fueron cientocincuenta vajeles, y todose les hizo llano en el mar como en la tierra
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Sin diligencias, sin navíos, la libertad estaría todavíaprobablemente
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Con barcos y navíos fué subiendo
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LasCasas, compró cuatro navíos de gavia á
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cuales tenian vida; y la tercera parte de los navíos pereció
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2 Y vió dos navíos que estaban cerca de la orilla del logo; y los
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3 Y entrado en uno de estos navíos, el cual era de Simon, le rogó que ledesviase de tierra un poco; y
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9 Y murió la tercera parte de las criaturas que estaban en la mar, lascuales tenian vida, y la tercera parte de los navíos pereció
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17 Y todo gobernador, y toda compañía que conversa en los navíos, y
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gran ciudad, en la cual todos losque tenian navíos en la mar, se habian enriquecido de sus riquezas: que
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Marzo de1710 en los navíos que salían V
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festivos conla provisión que habían hallado en los navíos, mas á
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malgobierno! la tripulación de los navíos Septentrión y Astuto,
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Al amanecer del día 20, el viento soplaba con mucha fuerza, y por estacausa los navíos
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navíos andaban muy a prisa y se precipitaban sobre eldelantero; otros marchaban poco,
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por entre los dos navíos
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del SanJuan decidiera la cuestión, diciendo a cuál de los navíos inglesesse había rendido, y aquél
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David se dio cuenta enseguida que era la ferocidad de los korsars, más que su número, lo que les convertía en una amenaza para la paz de Pellucidar; pero también estaba seguro de que con igual número de hombres y de navíos podía derrotarles, y se alegraba de haber sido él mismo el que emprendiera aquella peligrosa misión
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Los gritos de los perseguidores atrajeron la atención de las tripulaciones de los navíos anclados, y, al poco tiempo, Tanar y Stellara escucharon el profundo estampido de un cañón
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¿Quién piensas tú que arrojó a Horacio del puente abajo, armado de todas armas, en la profundidad del Tibre? ¿Quién abrasó el brazo y la mano a Mucio? ¿Quién impelió a Curcio a lanzarse en la profunda sima ardiente que apareció en la mitad de Roma? ¿Quién, contra todos los agüeros que en contra se le habían mostrado, hizo pasar el Rubicón a César? Y, con ejemplos más modernos, ¿quién barrenó los navíos y dejó en seco y aislados los valerosos españoles guiados por el cortesísimo Cortés en el Nuevo Mundo? Todas estas y otras grandes y diferentes hazañas son, fueron y serán obras de la fama, que los mortales desean como premios y parte de la inmortalidad que sus famosos hechos merecen, puesto que los cristianos, católicos y andantes caballeros más habemos de atender a la gloria de los siglos venideros, que es eterna en las regiones etéreas y celestes, que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama, por mucho que dure, en fin se ha de acabar con el mesmo mundo, que tiene su fin señalado
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embistiendo a las barcas y navíos
31.
rompa en el mar los navíos
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Era uno de esos navíos que los hindúes llaman pariah, con dos mástiles, proa muy perfilada, y líneas sutiles, que no tenía los adornos habituales en las embarcaciones construidas en las costas de Coromandel y Malabar
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Imperaba en aquel instante en el Mediterráneo una calma semejante a las que inmovilizan durante varias semanas a los navíos que recorren las zonas intertropicales
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Al verlas, las tripulaciones de los dos navíos no pudieron refrenar un alarido de terror
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Navegó de este modo toda la noche, pero cuando al despuntar la aurora los piratas iban a cantar victoria y a festejar el buen resultado de la treta jugada a los navíos de guerra, con gran desesperación se los vieron delante y a menos de dos millas de distancia
36.
Comprendieron que la caída de la fortaleza era ya cuestión de horas, y sin embargo no perdieron el ánimo y dirigieron parte de sus cañones contra aquellos nuevos navíos
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Iba a lanzarse entre los navíos anclados en la rada, cuando oyó una voz que gritaba:
38.
Están dispuestos a establecer la línea directa a Ilhéus, tan pronto los bancos estén en condiciones de dar paso a navíos de cierto calado
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Por él podían pasar sin peligros de que encallasen los navíos del Lloyd, del "Ita", de la "Bahiana" y sobre todo podían entrar en el puerto de Ilhéus los grandes cargueros para recibir directamente allí las bolsas de cacao
40.
El Doctor estuvo a la altura de su fama en el discurso de salutación, donde comparó al ingeniero-jefe con Napoleón, pero "un Napoleón de las batallas de la paz y del progreso, vencedor del mar aparentemente indomable, del río traicionero, de las arenas enemigas de la civilización, de los vientos tenebrosos", pudiendo contemplar con orgullo, desde lo alto del farol de la isla de Pernambuco, el puerto de Ilhéus por él "libertado de la esclavitud de las arenas, abierto a todas las banderas, a todos los navíos, por la inteligencia y dedicación de los nobles ingenieros y competentes técnicos"
41.
¡Cuántas cosas habían pasado en Ilhéus entre la llegada y la partida de los ingenieros y buzos, de los técnicos y marineros…! El viejo "coronel" Ramiro Bastos no vería los grandes navíos entrar en el puerto
42.
También les encantaba oírme hablar de los barcos, y en Alejandría había muchos puesto que a los grandes navíos que iban a Grecia, Roma, Antioquia y Tierra Santa, se sumaban los que hacían la travesía del Nilo
43.
Quisieron que el comandante accidental del San Juan decidiera la cuestión, diciendo a cuál de los navíos ingleses se había rendido, y aquél respondió: «A todos, que a uno solo jamás se hubiera rendido el San Juan»
44.
En Cádiz pude conocer en su conjunto la acción de guerra que yo, a pesar de haber asistido a ella, no conocía sino por casos particulares, pues lo largo de la línea, lo complicado de los movimientos y la diversa suerte de los navíos, no permitían otra cosa
45.
Sólo sabe lo que cualquier gaditano familiarizado desde niño con el Ejército, la Real Armada y los cañones asomados a las troneras de las murallas y las portas de los navíos
46.
Un penacho negro, columna de agua y espuma, se levanta en el centro de la lente a media altura de los palos de los navíos, ocultando un momento el edificio iluminado en tierra
47.
Contra lo que esperaba, Pepe Lobo encontró a la propietaria de la casa Palma muy suelta en asuntos de mar y barcos; hasta el punto de que la oyó interesarse, además, por el aparejo y la maniobra, la ausencia de tablas de jarcia exteriores que ofrecieran resistencia al mar, y sobre todo por la magnífica pieza del palo, con su pronunciada inclinación hacia popa: madera de Riga flexible y resistente, sin nudos, procedente de la verga mayor de uno de los navíos franceses de setenta y cuatro cañones que pertenecieron a la escuadra del almirante Rosily
48.
Sólo recuerda haber estado así otra vez en su vida, mirando de ese modo el mar vacío: la tarde del 20 de octubre del año cinco, cuando los últimos navíos de la escuadra de Villeneuve y Gravina abandonaron el puerto tras una penosa, lentísima salida de infinitos bordos y falta de viento, mientras una multitud de padres, hijos, hermanos, esposas y parientes, agrupada en las terrazas, las torres y las murallas, permanecía silenciosa con los ojos fijos en el mar, incluso después de que se perdiera de vista la última vela de las que navegaban rumbo a la cita funesta del cabo Trafalgar
49.
El terror del arma en sí desmoralizará a los atacantes y multiplicará el efecto de lo que ya ocurre con los navíos envueltos por las llamas
50.
Cuando los árabes volvieron al asalto, en 717, sus navíos fueron de nuevo repelidos por el fuego griego y Constantinopla se salvó de nuevo
51.
Algo similar ocurrió en el asedio a Acre en 1291, donde, pese a que muchos pudieron haber escapado en alguno de sus navíos, murieron todos los templarios que se quedaron para defender el gran torreón donde guardaban su tesoro y donde había estado hasta entonces la casa central del Temple
52.
La proyección inferior estaba destinada a clavarse en el lastre de arena que cubría el fondo de la bodega de los navíos mercantes
53.
Pero un murmullo de excitación galvanizó la sala cuando unos robots introdujeron en ella una maqueta que reproducía con la mayor fidelidad posible y según declaraciones de testigos oculares, uno de los navíos utilizados por los extranjeros
54.
Los corsarios tenían como consigna, dada por el presidente Jefferson Davis, destruir, hundir o quemar todos los navíos portadores del pabellón de los supuestos Estados Unidos
55.
En el que los navíos, deslizándose en el oro y en la seda,
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El puente sucesivo estelar consistía en ir estableciendo una serie de etapas con navíos boya, a bordo de cada uno de los cuales se instalaba la puerta dos, y cuyo antecedente portaba la puerta uno, proyectando la consiguiente puerta dos de ese transportador al punto en el vacío elegido para situar el siguiente navío, cuyas piezas desmontadas tenían que recorrer la cadena sucesiva de puertas iniciadas en la cúpula
57.
Una vez hecho esto, utilizando el transportador de la cúpula, se enviarían los navíos montados en Hektor II a través de las puertas uno y dos al espacio exterior, donde el Starship provisto de los aparatos generadores en potencia del transportador tendrían instaladas las puertas propias uno y dos
58.
Una vez los navíos salidos de la puerta correspondiente a la cúpula penetrasen por la perteneciente al transportador del navío nodriza, se encontrarían todos en el espacio, a seis años luz del planeta base
59.
«Un día soleado -apunta el piloto de un Junkers 88 rememorando el 25 de abril-, nos enviaron a buscar navíos que estuvieran embarcando a tropas británicas en las zonas de Atenas, Corinto y Navplion
60.
Insensiblemente se alejaban los ruidos de la audad, el rodar de los carros, el tumulto de las voces, el ladrido de los perros sobre el puente de los navíos
61.
Maynard recordó un comentario de Michael Florio: cuando aún se navegaba a vela, y sobre todo en la época de los torpes, ingobernables navíos de cruzamen, los bajíos de las Caicos se consideraban los más traicioneros del hemisferio
62.
Además, todos aquellos navíos franceses que llevaban esclavos a Haití regresaban a Europa con cargamentos de madera haitiana, de forma que a mediados del siglo XIX las tierras bajas y las laderas de media montaña de Haití habían quedado en gran medida desprovistas de madera para la construcción
63.
Navegábamos en tres navíos con esclavos a los remos; cuando salimos del río empezó a soplar un viento de poniente; entonces recogieron los remos y las deshilachadas velas arrastraron las naves precipitándolas por los empinados costados de las olas
64.
Min se sorprendió al ver cuántos barcos fondeaban en ellos, la mayoría navíos de los Marinos
65.
Uno a uno, los diversos navíos salían de nuevo al mar, guiados por las blancas lanchas del gobierno
66.
El primer revés me llegó tras el robo de un obelisco que transportaba uno de mis navíos
67.
Ocho meses más tarde, cuatro navíos de mi flota se hundieron en el estrecho de Mesina, donde les alcanzó una tormenta
68.
Este comité adquirirá y enviará inmediatamente los suficientes navíos coloniales para efectuar la evacuación completa de la población humana de la Colonia de Lusitania
69.
De acuerdo con el Capítulo relativo al Secreto del Congreso Estelar, estas dos órdenes y cualquier información relacionada con ellas deben ser mantenidas estrictamente en secreto hasta que todos los archivos lusitanos hayan sido leídos y sellados, y todos los navíos necesarios comandados y poseídos por agentes del Congreso
70.
El rey sabía que los rodios y el propio Pérgamo contaban con un importante número de navíos de guerra que empleaban para proteger sus mercantes
71.
Incluso en las proximidades de Alejandría, los pocos navíos de la marina militar navegaban por el río para intimidar a los bandidos, pero sin adentrarse más hacia el interior
72.
El mar se llenó de una capa sin fin de buques repartidos en dos grandes grupos: en un ala de la formación naval iban los transportes y los navíos de guerra comandados por el propio procónsul y su hermano y, en el ala opuesta, navegaba el resto de los buques bajo el mando de Cayo Lelio y el quaestor Marco Porcio Catón
73.
La votación fue muy ajustada, pero la propuesta de Catón prevaleció y en el puerto de Ostia ya se cargaban los navíos de guerra que Tiberio Claudio debía comandar para acudir al encuentro de su colega en el mando en la guerra de África
74.
El libro de los trenes y El libro de los navíos
75.
Y después de haber dejado el gobernador por su teniente y capitán de todos los navíos y gente que allí dejaba a Carvallo, natural de Cuenca, de Huete, nosotros nos partimos de ellos, dejándoles el gobernador mandado que luego en todas maneras se recogiesen todos los navíos y siguiesen su viaje derecho la vía del Pánuco, y yendo siempre costeando la costa y buscando lo mejor que ellos pudiesen el puerto, para que en hallándolo parasen en él y nos esperasen
76.
En aquel tiempo que ellos se recogían en los navíos, dicen que aquellas personas que allí estaban vieron y oyeron todos muy claramente cómo aquella mujer dijo a las otras que, pues sus maridos entraban por la tierra adentro y ponían sus personas en tan gran peligro, no hiciesen en ninguna manera cuenta de ellos; y que luego mirasen con quién se habían de casar, porque ella así lo había de hacer, y así lo hizo; que ella y las demás se casaron y amancebaron con los que quedaron en los navíos; y después de partidos de allí los navíos, hicieron
77.
Vino un grupo selecto de unos cien miembros, más o menos, ya hace de eso unos ciento cincuenta años, en uno de los navíos estelares de exploración
78.
El único americano en situación de percibir estas consecuencias mientras sucedían era un descalzo barquero del Choptank que, en la mañana del 6 de setiembre de 1781, contemplaba cómo los grandes navíos ingleses viraban lentamente hacia el Norte y se batían en retirada
79.
¿Quién piensas tú que arrojó a Horacio del puente abajo, armado de todas armas, en la profundidad del Tibre? ¿Quién abrasó el brazo y la mano de Mucio? ¿Quién impelió a Curcio a lanzarse en la profunda sima ardiente que apareció en la mitad de Roma? ¿Quién, contra todos los agüeros que en contra se le habían mostrado, hizo pasar el Rubicón a César? Y, con ejemplos más modernos, ¿quién barrenó los navíos y dejó en seco y aislados los valerosos españoles guiados por el cortesísimo Cortés en el Nuevo Mundo? Todas estas y otras grandes y diferentes hazañas son, fueron y serán obras de la fama, que los mortales desean como premio y parte de la inmortalidad que sus famosos hechos merecen, puesto que los cristianos, católicos y andantes caballeros más babemos de atender a la gloria de los siglos venideros, que es eterna en las regiones etéreas y celestes, que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama, por mucho que dure, en fin se ha de acabar con el mesmo mundo, que tiene su fin señalado
80.
Después de haber mostrado su valor en muchas batallas, partió a Roma y pidió permiso al senado para equipar una flota de navíos y defender con ellos las costas de Britania de los ataques bárbaros
81.
Cuatro batallas sostuvo contra ellos y en las cuatro salió victorioso: la primera tuvo lugar a la vera del río Derwent; la segunda, en el vado de Episford, y en ella Horsa y Katigern, el segundo hijo de Vortegirn, se dieron muerte mutuamente en combate singular; la tercera, a orillas del mar, adonde el enemigo había huido, embarcando cobardemente en sus navíos y buscando refugio en la isla de Thanet
82.
Las brigadas formadas por los hombres más débiles estarían en la cubierta inferior, pues a pesar de que las balas de veinticuatro libras de sus cañones podían atravesar un trozo de roble macizo de dos pies de grosor a setecientas yardas de distancia, las portas no estaban más separadas del agua que las de los restantes navíos de esa clase, y si el Leopard combatía cuando había marejada, tendrían que permanecer cerradas las del costado de sotavento y tal vez incluso las del costado de barlovento
83.
Había sido una de las primeras naves interestelares, y su comandante y tripulación se habían convertido en modernos descubridores, con el mismo arrojo ante lo desconocido que señaló los días de oro del siglo xv, en que los hombres desafiaron mares no señalados en los mapas, aventurándose por ellos en frágiles navíos de madera
84.
[4] Clase: En la Armada real, los navíos se dividían en clases atendiendo al número de cañones que tenían
85.
[1] Clase: En la Armada real, los navíos se dividían en clases atendiendo al número de cañones que tenían
86.
En la Armada, los navíos eran agrupados en clases atendiendo al número de cañones que tenían
87.
Jack miró hacia el puerto y vio que navegaban en dirección al Caledonia las falúas de todos los navíos de su majestad y, además, la falúa del comandante del puerto, que acababa de zarpar del muelle
88.
Empezó a leer con voz fuerte y en tono amenazador (aunque con satisfacción): «Para regular y gobernar mejor los navíos, barcos de guerra y todas las embarcaciones que componen la escuadra de su majestad y, con la ayuda de Dios, garantizar la seguridad y la riqueza del reino al que pertenecen, su majestad ha dictado estas normas con ayuda de consejeros espirituales y morales que pertenecen al Parlamento…»
89.
una voz en cada uno de los navíos huecos
90.
Va a proponerle que se alíe con ellos y que construya y arme navíos lo bastante grandes para capturar los barcos británicos que comercian con Cantón con el fin de aniquilar la Compañía de Indias
91.
Por su parte, los dos navíos de dos puentes, junto a la Thames y la Aurora, lentas y poco marineras, habían largado anclas de noche, proa a alta mar con rumbo este hacia el golfo de Benín, con la intención de poner en marcha el plan del comodoro
92.
Tuvo el detalle de invitarme a comer, y ella y el capellán de uno de los navíos de setenta y cuatro cañones estuvieron conversando todo el tiempo sobre ciertas particularidades del hebreo que se habla en la comunidad judía del Peñón
93.
De hecho, el comandante ejercitaba a los barcos bajo su mando: a babor los navíos de línea, a estribor las corbetas y las embarcaciones de bajo bordo, todos formados en línea de frente
94.
Eran marinos experimentados; habían llegado a conocer bien los navíos de la Armada real durante la guerra de los últimos diez años, y había algo en el modo de navegar del Lord Nelson que les parecía raro, de acuerdo con su experiencia
95.
Su mente estaba ocupada con estos pensamientos cuando se abrían paso entre las embarcaciones, pasando por debajo de cables que llegaban hasta las enormes siluetas oscuras de los navíos de tres puentes, cruzándose en el camino de los innumerables botes que iban y venían, escuchando a veces palabras airadas o graciosas de los barqueros con autorización; y una vez, desde atrás de una boya llegó el grito: «¡Ahí van los del error del carpintero!», seguido de estruendosas carcajadas, lo cual les desanimó
96.
Había bastante viento, pero tenían que desatracar en aguas muertas y pasar entre la escuadra y el convoy, y Jack tenía un miedo terrible de que el Polychrest chocara con uno de los navíos de guerra o con la mitad del desordenado convoy; por eso había ordenado a una brigada que se armara de largos palos para desatracar
97.
Había hombres como ellos a bordo de la mayoría de los navíos de guerra en periodos de una feroz leva, y podía haber un cierto número en la tripulación fija de un barco sin que resultara muy perjudicial; pero el Polychrest no tenía una tripulación fija, y además, la proporción de ese tipo de hombres era demasiado alta
98.
En mi opinión, sería mucho mejor repartirles en pequeñas brigadas entre los navíos de línea
99.
Además, se preguntaba cómo era posible que al Polychrest, con todos sus ostensibles defectos, le hubieran encargado una misión para la cual era totalmente inadecuado mientras que había otros navíos inactivos —y los mencionaba— amarrados frente a los downs
100.
Su primera impresión de la Lively no varió cuando pasaron revista y llamaron a todos a sus puestos; era, sin duda, un barco muy competente, con una tripulación muy eficiente formada por excelentes marineros de navíos de guerra