1.
“A lo lejos se produjo un flash, seguido de un trueno
2.
observación de que el rayo cae antes de oírse el trueno permitiría comprobar ese hecho
3.
Oyéronse acontinuación unas palmadas retumbantes, como el tableteo de un trueno
4.
A los moços medrosos ya los espanta el trueno
5.
elestío, torrentes de lluvia inundadanla tierra; jamas se oye entretanto el estampido de un trueno, y hasta
6.
comprometidos, por lo cual la apellidaban también eltrueno; pero realmente no era trueno, sino
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arrastradas porla corriente se suceden en procesión interminable; á veces se oye elestruendo de un trueno;
8.
Nose les ve, pero su trueno lejano se armoniza tan bien con la inmensidaddel Ródano, que parece la voz del río
9.
Otros están acostados ensangrentados, con el cráneo abierto, a los piesde alegres compañeros que cantan con voz de trueno una delirante canciónbáquica
10.
pero el trueno
11.
Estalló un trueno de gritos, insultos é imprecaciones
12.
entendía con dificultad el inglés articuladopor aquella voz de trueno, comprendió perfectamente la última afirmacióndel gigante, que le hizo agitarse de emoción en su asiento
13.
Efectivamente, la voz del gigante, sonando como un trueno desde lo alto,hubiese llamado la atención de todos sus guardianes y hasta de lastripulaciones de los buques de guerra que evolucionaban en plena
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otrastertulias de trueno, guardaba las efusiones de su generoso
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cascada y el estruendo del trueno
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alto de lasmontañas, cae con el ruido del trueno, se lanza furioso
17.
ese trueno constante, erancompensaciones más que suficientes a
18.
El terror estaba ya en la atmósfera, y aunque el trueno no habíaestallado aún, todos
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rugía como un trueno en la escaleraespiral y hacía temblar
20.
destellos y escuchar el trueno
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o tres soles o ruedas, y a lo último un gran castillo, queterminará con un espantoso trueno gordo,
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elogios delos señores a su voz de trueno y a la entonación de
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Una claridad lívida inflamó el espacio, y el trueno estalló
24.
la vozde trueno de Juanón sobre los gritos de la gente
25.
catedral como un trueno, poniendo en conmoción a losseñores del coro, a la gente menuda de las
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El trueno conmovió toda la huerta, despertando una tempestad
27.
Sonaba el odiado trueno de las
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trueno, como cuando sopla el viento del sur;entonces es la
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Hasta que un día vino el trueno gordo, ¿sabes?, quiero decir,hasta que le rompí la
30.
Exaltadopor el furor de los elementos, por el estampido del trueno, por elcorrer de las aguas, por el mugir de los árboles sacudidos, corría conalegría frenética
31.
El bárbaro mozo se calmó de repente, deteniendo el trueno de su voz antela imagen seductora de la niña
32.
El golpe recio de la caída retumbó por la casa abajo como el eco sordode un trueno
33.
como el de un trueno, las gaviotascomenzaban a revolotear en derredor nuestro, lanzando gritos
34.
el hombre de acero con el trueno al hombro, losindígenas caían
35.
hierro y el trueno por regatón
36.
las piezas,que gritaban y braceaban en medio del trueno
37.
meseta en meseta, yúnicamente cuando rodaba el trueno en
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Aquella explosión de trueno lehizo recordar los combates
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extraños y confusos rumores, que unasveces semejaban los ecos lejanos de un trueno,
40.
veces se encapotaba elcielo, deslumbraban los relámpagos y resonaba el trueno repercutido
41.
trueno, y sefué en dirección al río, vacilante a causa del vino
42.
los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven, y ve
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y tiene unavoz semejante á un trueno; el Padre es el dios de la
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trueno grande, tanto, que espantó átodos los que allí estaban; y
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a lo mejor viene el trueno gordo, D
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corredor; la carcajadaburlona de los «pirinchos» y el trueno
47.
Rayo en la pluma, y en la voz un trueno,
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¿Es uno? ¿Es varios? ¿Astuto o cobarde manso como un santo o colérico? ¿Lo veis con la horca en la mano acechando a los condenados que va a meter en el horno recogiendo haces de leña para alimentar el fuego de su Infierno seductor sí porque seduce con su inteligencia y su temperamento posee la sabiduría tiene el poder de creación y de destrucción la fuerza invencible, el conocimiento él es el que lo ve todo el que observa a los habitantes de la tierra y moldea su corazón atento a sus obras escucha a los que gritan aconseja y las aguas lo ven y tiemblan y el propio abismo se estremece y las nubes descargan sus trombas los nubarrones aportan la voz el fragor del trueno desgarra el cielo y los relámpagos iluminan el mundo la tierra ruge cuando él aparece él es el amo del mundo y sin embargo nadie conoce sus huellas apenas se le ve apenas se escucha su paso ligero una resonancia un silbido nada más este ser es temible por la fascinación que ejerce sobre todos y que los precipita en el abismo el asesinato es su ocupación la destrucción la finalidad de su vida él es la gran serpiente de mordedura sangrante tetanizante que deja manar la sangre mala emponzoñada por su veneno es el maestro de la estrangulación que se enrosca en torno al cuello del animal y lo aprieta hasta que la bestia se ahoga con los ojos desorbitados y hasta que ve el último estertor de agonía fascina a los seres impulsa a las víctimas a correr hacia todas partes desesperadas hasta el agotamiento no conoce la piedad no ha perdonado a nadie la conciencia no es su fuerte nada lo atormenta si no es la ausencia de crimen vive sólo para el asesinato del que es siervo el celoso siervo
49.
Comenzó a soplar un viento helado, chasqueó un trueno horrísono y un relámpago luminoso lanzó una luz blanca que permitió ver, por unos segundos, todo el desierto como en pleno día
50.
el hijo del Trueno,
51.
Lo único que se oía era la lluvia y, de vez en cuando, un trueno distante
52.
Pero es tragedia con unidades de tiempo, de acción y de lugar, donde la misma muerte opera por acción de mandatarios conocidos, cuyos trajes de veneno, de escama, de fuego, de miasmas, se acompañan del rayo del trueno que siguen usando, en días de ira, los dioses de más larga residencia entre nosotros
53.
Cada tarde camino hasta los raudales y me acuesto en las piedras estremecidas por el hervor del agua metida en pasos, tragantes y socavones, hallando una suerte de alivio a mi irritación cuando me encuentro solo en ese fragor de trueno, aislado de todo por las esculturas de una espuma que bulle conservando su forma -forma que se hincha y adelgaza, según las intermitencias del empuje de la corriente, sin perder un dibujo, un volumen y una consistencia que transforma su mutación perenne y vertiginosa en objeto fresco y vivo, acariciable como el lomo de un perro, con redondez de manzana para los labios que en él se posaran
54.
De repente los hombros se le contrajeron en un escalofrío, y es que un trueno sonó tan cerca que pareció retumbar en el mismo tejado de la casa
55.
Pero el trueno no llegó a estallar
56.
El trueno resonaba con intervalos cada vez menores, y las primeras gotas de lluvia comenzaron a golpear el suelo
57.
«Sí, padre», decía el niño al azar, aunque ignorara cómo podía ser malo un pensamiento, y hasta el día siguiente vivió con el temor de dejar escapar sin saberlo un mal pensamiento, o, lo que le resultaba más claro, una de esas palabras malsonantes que poblaban su vocabulario de escolar, e hizo lo que pudo para retenerse, por lo menos hasta la mañana de la ceremonia, en que, vestido de marinero, con brazal, un pequeño misal y un rosario de cuentas blancas, todo ello regalado por los parientes menos pobres (la tía Marguerite, etcétera), recorrió blandiendo una vela el pasillo central, en una fila de niños, cada uno con su vela, bajo las miradas extasiadas de las familias puestas en pie entre los bancos, y el trueno de la música estalló en ese momento dejándolo petrificado, sobrecogido de espanto y de una extraordinaria exaltación en la que por primera vez sintió su fuerza, su capacidad infinita de triunfo y de vida, exaltación que lo poseyó durante toda la ceremonia, distrayéndolo de lo que estaba pasando, incluido el instante de la comunión y el regreso y la comida, pues los parientes habían sido invitados a una mesa más [opulenta] que de costumbre, y poco a poco los comensales, habituados a comer y a beber moderadamente, se fueron excitando hasta que una enorme alegría llenó poco a poco la habitación, destruyendo la exaltación de Jacques y al mismo tiempo desconcertándolo hasta el punto de que al llegar al postre, en el colmo de la excitación general, estalló en sollozos
58.
—Yo soy «Hijo del Trueno» porque mi madre me parió una tarde de tormenta en la montaña, y todos los que nacemos así, lanzados fuera del vientre por el estruendo de los rayos, tenemos poderes de adivinación y la facultad de combatir las maldiciones de Sopay, el maligno
59.
—Nadie te tomará en serio si descubren que haces caso de las locuras de un «Hijo del Trueno» —dijo—
60.
–Por el trueno de los dioses, ¿ordené que le pusieran ahí solo o no?
61.
Y ante ellas, en todas partes al mismo tiempo brotó con la fuerza del trueno un mensaje por el sistema de comunicaciones públicas:
62.
Y esto les ha sucedido sin el hipnótico efecto de la personalidad; ahora bien, en este caso contamos con una personalidad muy poderosa y persuasiva que desea sólo fijar en sus mentes una imagen: la imagen del rebelde irlandés, levantando la pistola hacia el cielo y disparando aquella salva en el aire cuyos ecos eran el trueno de las nubes
63.
Con la última se sintió un golpe en el piso superior que resonó por la casa como un trueno; y el padre Brown había subido ya dos peldaños de la escalera de caracol cuando cesó el estrépito
64.
Un trueno ensordecedor llenó el valle e hizo temblar la casa del tejado a los cimientos; un extraño viento, que había entrado por no se sabe dónde, apagó el candelabro de la habitación
65.
Al colocar las cosas sobre la mesa, iluminó la habitación un vivo resplandor seguido de un fuerte trueno
66.
Vuelve a retumbar el trueno y desaparece Colombina por la puerta
67.
En aquel preciso instante un trueno formidable resonó en el exterior, y al mismo tiempo se oyó sobre el puente la voz de Eduardo, gritando:
68.
El gran visir, luego de limpiar su cimitarra en la gualdrapa de su corcel, la envainó con frío ademán, y con el puño en dirección a Famagusta, exclamó con terrible acento, semejante al terrible retumbar del trueno:
69.
Entre los alaridos de su tripulación y los gemidos de los heridos y moribundos, se elevó una voz de trueno
70.
Un trueno formidable, seguido de sacudidas violentas que hicieron caer los mástiles, sacó a los marineros de su idiotismo
71.
A lo lejos, apropiadamente, como en un melodrama, se oyó el rumor de un trueno
72.
—Eso fue un trueno —dijo el capitán del Centauro, cuya frente se había arrugado—
73.
La claridad proviene de los relámpagos y el ruido es el trueno que retumba en el exterior
74.
Durante diez minutos, los vardenos y los enanos vitorearon, y su aprobación sonó como un trueno hasta que toda la sala vibró con aquel clamor
75.
Hace una hora que ruge el trueno y que oigo deshacerse las olas con creciente empuje contra la base de la roca
76.
Fuera seguía resonando el trueno, y las olas se rompían con furor creciente contra la base de la gran roca, pero todavía no se había desencadenado el viento
77.
Hacia las tres de la mañana, el trueno comenzó a rugir entre las nubes, y algunos relámpagos surcaron el espacio en dirección del Este
78.
De repente, cuando el agua hacía irrupción con el fragor del trueno a través del inmenso boquete de la fragata, una voz estentórea gritó:
79.
El sonido de los cascos contra el suelo resonaba como un trueno
80.
El hombre de la capa echó la cabeza hacia atrás y soltó una risotada que resonó en el aire con la fuerza de un trueno
81.
Tomad vuestras posiciones, como antes —dijo Glaedr en ese momento, con voz de trueno
82.
El tiro de fusil le entró por la frente y le salió por la nuca sin darle tiempo de adivinar qué eran esa centella y ese trueno que le reventaron en la cara
83.
Buscó la llave y la introdujo en la cerradura, y mientras con el hombro derecho presionaba la puerta la fue girando lentamente hasta que el pasador, obligado por el muelle, se descorrió; el eco del ruido resonó en el pasillo del planchador y a Catalina le pareció un trueno en medio de la tormenta
84.
armado con una fusta de cuero de culebra y un bastón de plata, a cuyo paso temblaban los inquilinos y se alteraba 1a naturaleza con su vozarrón de trueno y su prepotencia de gran señor
85.
Catalina, que estaba en su celda cambiándose para el número de la chacona, oyó como si el trueno de una tormenta lejana se fuera acercando
86.
Los soldados senegaleses sentían pánico de las tormentas eléctricas, y hundían la cabeza entre los hombros al escuchar el primer trueno
87.
Un rayo, luego un trueno y cuando ya los ecos del mismo rebotaban por los cerros de alrededor, un grito desesperado rasgó el aire, nombrándolo:
88.
El silencio era total, hasta el punto de que el chisporroteo producido por el minúsculo cuerpecillo de un insecto al quemarse en uno de los candiles, produjo el efecto de un trueno
89.
El grupo de personas que estaba presenciando la agonía guardaba un silencio solemne, de manera que el roce de las bisagras al abrirse la puerta sonó como un trueno
90.
Los aparatos volaban muy bajo y emitían un rugido de trueno
91.
El trueno retumbaba sobre sus cabezas y llovía a mares
92.
Los motores entraron en acción y su sordo trueno hizo vibrar el suelo bajo sus pies
93.
Nunca caminaría por la orilla de los ríos de aquel mundo perdido y legendario, ni oiría retumbar el trueno sobre sus montes suavemente redondeados
94.
Por el momento, a ti y tu hermano os llamaré Hijos del Trueno
95.
El trueno de los cascos de caballos retumbó en el valle
96.
A todo el mundo aquel clic les pareció un trueno
97.
Eran tiempos en que el hombre se ocultaba del trueno o comía el cuerpo de los muertos para absorber su espíritu
98.
El fragor de un trueno
99.
Pero el eunuco sonrió con calma, y les dijo: "¡Ah! ¿sacáis vuestros alfanjes, ¡oh perros!? ¡Pues esperad un poco!" Y cogió a algunos y les hundió en el vientre sus propios alfanjes y los ahogó en su propia sangre! Y siguió diezmándolos de tal manera que los que quedaron huyeron poseídos de espanto con el emir a la cabeza, y no pararon hasta llegar a la presencia del rey, en tanto que Trueno volvía a tomar en la silla su postura indolente