1.
—¡Al Gobierno Civil! dijo al cochero
2.
Basilio, para no perder devista á Simoun, quiso fijarse en el cochero, y con asombroreconoció en él al desgraciado que le habíaconducido á San Diego, á Sinong el apaleado de la GuardiaCivil, al mismo que le enteraba en la carcel de cuanto habíasucedido en Tianì
3.
Vioal cochero levantarse en el pescante y castigar con
4.
algunaspalabras al cochero, y el pesado vehículo partió por el
5.
Allá fueron ellas, y al entrar vieron a Nelet el cochero en mangas decamisa, con un cuchillo en
6.
las inmediaciones deAlboraya, madre del cochero, y que había criado en su barraca a laseñorita
7.
Bien habíanbromeado con Nelet y el cochero del señor López
8.
El cochero Bill de la diligencia Sangulion, famoso entre todas
9.
Diez minutos más tarde, el cochero de la rápida diligencia
10.
aguijoneados por laimpaciencia y el frío, mientras que el cochero dormía en el
11.
Con el cochero delante y el
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De repente,detúvose el cochero
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Hice entonces que el cochero aguijase los caballos, y
14.
bastón lasletras, dijo enfáticamente a un cochero de punto que
15.
El cochero, al ver a la niñera, detuvo;
16.
El cochero subía a preguntarletodos los
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los compré!El cochero de don Agapito los había echado a perder
18.
caído el cuello y el cochero tumbado enel pescante deletreando
19.
Juan ordenó al cochero partir a
20.
El cochero, al llevar los caballos alagua, la había dejado así
21.
La señora Percival hizo llamar a Crump, el cochero, que había llevado enel
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laterales; el cochero, que no traebandera, es interpelado,
23.
costumbre que hiciera oficio de cochero, y loscaballos partieron
24.
cochero le señaló untejado de pizarras oculto entre los árboles, se apretó el corazón
25.
movimiento desorpresa de su cochero le avisó antes que su
26.
El cochero, sin aguardar órdenes, arreó los caballos camino de
27.
Allí halló en efecto un cab, y subiendo en él, dijo al cochero:
28.
un cochero montado en el caballo de laderecha, con su
29.
El mismo se encargó de pagar al cochero
30.
Visitábala a menudo, la acariciaba, y no pocas vecesayudaba al cochero y al veterinario a las curas, aunque consistiesen enponerle lavativas
31.
—Está bien, señor duque—repuso el cochero
32.
No hacía una hora que allí estaba, cuando entraron aavisarle que un cochero de punto deseaba hablar con él
33.
El cochero que entró era el mismo que le había conducido desde casa de
34.
—Acaba de llegar un amigo del Pardo, el cochero de los señores deMudela, y me ha dicho que el señorito
35.
El cochero respondió por boca del dependiente que el caballo se habíaajustado en tres mil quinientas
36.
El cochero y suzagal iban en el pescante; un criado, hombre fuerte, armado de fusil,iba dentro con Lázaro y Clara
37.
Era cochero de mi tía, y cuando Alejandro empuñaba lasriendas de
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pareja de alazanes ydirigida por un cochero de una corrección irreprochable
39.
cochero dónde estaban las señoras, y noscontestó con una seña, indicando el fondo de
40.
—¿Qué tal los toros?—les preguntó un cochero al cruzar a nuestro lado
41.
El cochero del turco era uno de esos merodeadores parisienses
42.
El cochero estaba quizá más asustadoque yo, quizá los caballos
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dedependiente, de criado, de cochero, de lo que sea
44.
Cuando salió, el cochero dormía en el pescante
45.
Y entró en su casa después de pagar al cochero
46.
En cambio el cochero, con su blusa azul formando globo alrededor de unvientre
47.
El cochero, que había oído la pregunta, designó con la punta de la fustaun
48.
es un buen cochero
49.
E hizo señas a un cochero sentado en el pescante de un
50.
Valldemosa, dandoorden al cochero que lo había traído
51.
perdió tras de unamampara de vidrios hablando con el cochero
52.
ocho horas,le pareció que el cochero se dirigía con demasiada
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cochero con el olor de la cuadra y en fin todobicho viviente
54.
su amada, cuando el cochero dio un latigazo a los caballos yoyeron los adioses de los
55.
Obedeció el cochero, entraron en la ciudad y llegaron al punto
56.
Oriente y dioorden al cochero de que se detuviese en las
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con furia, apesar del brío con que los retenía el cochero
58.
El cochero echóse a reír
59.
Tomaron un simón en la plaza de Santa Ana, dando orden al cochero de queparase
60.
acompañada de dos amigas, y al arrear el cochero loscaballos, todavía volvió la
61.
El cual iba aburriendo al cochero con sus precauciones, con sus avisoscontinuos
62.
él se metía en el coche, y dijo al cochero: Beatas, 4
63.
Y el viejo que tenía en frente al cochero de la estancia
64.
El jardinero y el cochero cogieron al joven el uno por los pies y el otro por los hombros, se le
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parado en la plaza y hacer señas al cochero para que acercase el vehículo á la esquina de la
66.
Se aproximó al cochero y antes de entrar de nuevo en el jardín, le dijo á media voz:
67.
Pensó: "¡Un caballero y una señora que el cochero debe conducir á París
68.
cochero quitó la manta á los caballos, les puso las riendas y enseguida montó en el pescante, un
69.
El cochero, asombrado, dijo:
70.
El cochero tomó el farol del suelo y lo alzó sobre una fosa de dos metros de profundidad
71.
En apenas unos segundos, oí los pasos apresurados del cochero alcanzar el corredor de cipreses
72.
Sentí el cuerpo del cochero trepar sobre el pescante
73.
De pronto, mientras transitábamos por el Faubourg Saint-Germain, ordenó al cochero detenerse cerca de la Rue Babylone delante de un magnífico palacio estilo Luis XV que se alzaba entre las profundas sombras de un gran parque
74.
Carmeli me había dicho en su casa, el día del partido, cuando a mí se me ocurrió decir que uno de los futbolistas españoles, Llorente, me recordaba al cochero de tía Enriqueta, que Juanele, con toda su buena planta -ese muchacho era el Troidonaue de la barriada de Bonanza, dijo-, había terminado de gastador de honores en el cuartel de la Marina de San Fernando y que, a los tres días de casarse, con una de Cádiz que no valía un pimiento apulgarao, dijo Carmeli, se mató en un accidente de moto
75.
En una gruta un poco mayor hay fotografías, muy agrandadas, de Luis de Baviera, el cochero Hornig y el actor Joseph Kainz en el traje de Romeo, sobre un fondo de vistas panorámicas de los castillos wagnerianos, rococós -muniqueses, más que nada- del rey puesto de moda por ciertos elogios de la locura, ya muy rancios -aunque Mouche les fuera muy fiel, en fecha todavía reciente, por reacción contra todo lo que llamaba «espíritu burgués»-
76.
Cuando el ferrocarril llegó a Londres, me apeé y me dirigí al cochero de un cabriolé para preguntarle si conocía un restaurante llamado Jenny's Corner que estaba en la zona
77.
—Gracias, muchísimas gracias —le dije al tiempo que el cochero azuzaba los caballos
78.
Cuando te pusiste de acuerdo con el cochero, también yo tomé mis precauciones: alquilé un caballo en el establo y le envolví los cascos con varias toallas del hotel para que no hicieran ruido
79.
Me despertaba a intervalos, y el musgo que veía al asomarme no era ya el del patio de recreo de Salem House, y los golpes que oían mis oídos no eran los de míster Creakle castigando al buen Traddles, sino los latigazos que el cochero arreaba a los caballos
80.
Junto al cochero estaba sentado un guardia municipal
81.
—¿Habéis dicho a vuestro cochero que saliera por la puerta del Popolo, que diese la vuelta por el lado exterior de las murallas y que entrase por la puerta de San Juan?
82.
—Pero, ¡vamos a ver! ¿Qué tiene que ver ese bandido con la orden que he dado a mi cochero de salir por la puerta del Popolo, y de entrar por la puerta de San Juan?
83.
En aquel mismo instante dieron las nueve, la puerta se abrió y el cochero apareció en ella
84.
El cochero recibió entonces las órdenes de su amo y siguió la vía del Babuino mientras que los que iban a pie subían por la plaza de España y por la vía Frattina, que les conducía en derechura entre el palacio Tiano y el palacio Rospoli
85.
A la una y media los dos jóvenes bajaron, el cochero y los lacayos habían imaginado poner sus libreas sobre pieles de animales, lo cual les formaba un cuerpo aún más, grotesco que el día anterior, y esto también les valió el que Alberto y Franz les alabasen por aquella invención
86.
En cuanto al cochero, es inútil que se le despierte, porque Alí lo conducirá
87.
Antes de que el cochero hubiese llamado al portero, la reja maciza giró sobre sus goznes
88.
El cochero entró, pues, describió el semicírculo, y la reja estaba ya cerrada cuando las ruedas rechinaban aún sobre la arena de la calle de árboles
89.
La frente de Bertuccio estaba bañada en sudor, y sin embargo obedeció e inclinándose fuera del carruaje, gritó al cochero:
90.
—¡Pues bien! Dice que cuando mi cochero fue a enganchar mis caballos no los encontró en la cuadra
91.
En la calle de Guenegand subió a un coche de alquiler, diciendo al cochero que parase en la calle de Harlay
92.
La señora Danglars tomó otro coche de alquiler que la condujo al Puente Nuevo, cerca del cual encontró su carruaje y su cochero, que la esperaba durmiendo apaciblemente sobre el pescante
93.
»En el número de estos tres miembros figuraba el cochero que los había conducido
94.
Acercóse y después de haber reconocido los caballos, reconoció al cochero
95.
Frente a la estación, lo esperaba un coche abierto, con su cochero, y dos caballos bayos muy desiguales: uno pesado y el otro esbelto
96.
El cochero, a quien por lo visto se le ocurrió de pronto que era preciso hacer una entrada en regla, puso los caballos al trote y el coche, cruzando el portón de verjas, rodó por el sendero de guijo hasta el centro del jardín, frontero a la fachada de la casa, provista de dos galerías de madera superpuestas por las que trepaban las vides
97.
—Antón Cifuentes, lacayo, jardinero, cochero y mozo para todos los usos
98.
El portugués tomó el bastón de empuñadura de marfil que descansaba apoyado en el asiento y cuando el cochero abrió la portezuela y desdobló la peana de la estribera, con lentos y calculados movimientos descendió
99.
En tanto el cochero hacía caminar al tiro a paso lento, la dama tomó, ante su palpable impericia, el mando de las operaciones y lo desfloró entre divertida y didáctica
100.
Una vez que los baúles fueron colocados en el carruaje Nívea dio orden al cochero de conducirlos a paso lento por la cornisa del mar, eso les daba tiempo para hablar antes de llegar a la casa, donde lo esperaba el resto de la familia