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un lado, las montañas, también azules, al otro y, a los pies del coloso que nos sostenía, el
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como un titán durante el día, despierta al coloso que vive en la noche
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Aquel día, todos parecíamos comer sin verdadera hambre y en silencio, excepto el coloso
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balsa de recepción, donde la bomba á vapor,parecida á un coloso encadenado, sumerge alternativamente
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leñadores rodean al coloso caído;cortan las ramas y las extremidades flexibles, y luego, cuando estálimpio
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Su granfigura de coloso,
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El conde de Onís, el coloso de luengas barbasfue un verdadero juguete en las manos
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¡Cuántas ambiciones ha despertado el ver este coloso de la
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los que, alucinados por esa gloria, admiráis el coloso de
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plantó cara al coloso de losmares
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todos esosdespojos de coloso, uno solo de los cuales da tanta
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compasión por la ignorancia y la grosería del coloso
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Volvió á abrirse un ancho espacioen torno al coloso, y sólo quedaron en este lugar descubierto losvehículos de las gentes distinguidas
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Le aguardaban allá para que diese,ante un público inmenso, otra de sus conferencias sobre el coloso
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La mujer de negocios que le había propuestoun viaje triunfal por toda la República dando conferencias en compañíadel coloso volvió la cabeza al cruzarse con él
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Lo urgente era evitar un combateentre el ejército asaltante y el coloso, todavía irritado
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Su presencia podía excitar de nuevola irritabilidad del coloso
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Cada vez que en el curso del día apareció el coloso junto á la entradade su vivienda, no fué saludado por la muchedumbre con alegresaclamaciones y echando sus gorras en alto, como otras veces
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Otra vez quedaron inmóviles en el espacio las máquinas voladoras al veral coloso tendido en mitad de la ladera, cerca ya del cordón de tropas
20.
El tribuno hizo un gesto despectivo al oir el nombre del coloso
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Almenor intento de rebeldía estos hilos amenazadores podían animarse yretorcerse, haciendo presa en el coloso
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La comida del coloso daba motivo á nuevas lágrimas del profesor
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huyeron,estableciendo cierta distancia entre ellos y el coloso
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Al fin se decidió á subir á una delas piernas extendidas del coloso
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Transcurrieron varios días de trabajo, de cansancio y de hambre, sin queel coloso recibiese nuevas visitas
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Iba á contestar el coloso, cuando un ruido extraordinario vino del ladode la ciudad
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El coloso era hombre, y porsolidaridad de sexo iba
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Con sólo media docena de zancadas llegó el coloso á la puerta de laprisión, hundiendo sus pies en la
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Pero el coloso no oía sus ruegos ni prestaba atención á las preguntasque iba formulando Flimnap, de
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El estruendo de las explosiones, completamente nuevo para la mayor partede este gentío, le hizo huir con más rapidez que el miedo al coloso
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Por primera vez en toda la tarde sintió el coloso la angustia delpeligro
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Y el pobre coloso tenía en su voz el mismo tono desesperado del pigmeo
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Luego, comprendiendo que su resistencia resultaría inútil ante lasfuerzas del coloso, apeló á la súplica:
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semejante{208} hubiérase vuelto un coloso; pero las pisadas de loscaballos de Facundo
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Jacinto resistió briosamente el ímpetu deaquel coloso, y
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—Ahora y siempre, respondió el coloso
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—Pero, no veo la necesidad de eso, dijo el coloso; buscando
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revelaba el coloso en su muda faz depiedra
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confusión en el cerebro del coloso
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coloso y por elempeño que manifestó en cantar acompañado de
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visitando, charlando, recorriendotodas las partes del coloso desde las cocinas a los
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custodiar el coloso y administrar todo loque había pertenecido a la Corona
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mano, para fijarse en el coloso que sealza sobre el mar,
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entrañas de aquel coloso de lacordillera; y sin cesar este ruido
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Aquel coloso, construido en La Habana,con las más ricas maderas de Cuba en 1769, contaba
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y harapos develas, y que resistía, coloso desgreñado por la desesperación, pidiendoal cielo
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puede menos de presentar una faz del coloso
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La Compañía de Indias, ese coloso comercial, ese portento de laasociacion mercantil, en Inglaterra, esa
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Y el Coloso de Rodas alli junto,
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con su salvaje independencia, adornan lasfaldas del coloso, esparciendo á su alrededor finísima
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regionesintertropicales bate sus alas por cima de los precipicios, siéndoledifícil remontar el vuelo hasta contemplar la cabeza del coloso
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El coloso del Estrecho con la regularidad matemática á que necesariay fatalmente sujeta toda ley perfecta, acumula en sus calcinadasentrañas gérmenes de espanto y desolación
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siempre, aquel coloso á cuya sombra ha nacido este pobre hijomío
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Hasta los que se miraban embelesados, como si admirasen el cuerpo desenterrado del mismo Coloso de
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–Esa acusación es cierta en tu caso y el de una minoría -admitió el coloso meneando su tremenda cabeza-, mas no si se aplica a los caballeros como entidad
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como tradición sentirse el centro del universo y que muchas veces cuando estaba por caer se volvía a levantar con la fuerza de un coloso
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Esto es un coloso, una pirámide de Keops
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La prensa mundial se hacía eco de la catástrofe que acaeció al coloso de las finanzas, al que había organizado la economía mundial; pero el pequeño grupo que lo rodeó a la hora de la muerte podía aportar poca información
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¡Entonces ese perro es uno de sus aliados, un espía! -exclamó el coloso apretando los dientes-
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El coloso, después de haber dado un vistazo en derredor, enderezó hacia una construcción que se levantaba en un ángulo y tenía varias puertas de entrada
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El coloso se quedó callado y paseaba los ojos de Hossein a la linterna
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-Han pasado cosas que es mejor que las ignores por el momento -contestó el coloso con voz sorda-
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-¡Piernas, señor! -recomendó el coloso a su patrón, siguiéndolo
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Al coloso ya empezaba a aburrirlo aquella situación y suponiendo que se hubiesen realmente dormido, había decidido tentar un golpe audaz
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Cuando hubieron vaciado el plato, dijo el coloso a Hosseín:
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Los usbekís, detenidos de golpe, espantados por la imponente mole del coloso y viendo agitarse sobre ellos las dos cortantes hojas, creyeron oportuno escapar dejando abandonado el cuerpo de su jefe
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El coloso dio un salto y se puso al reparo detrás de la puerta
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El coloso se había parado de golpe; sus manos tantearon una superficie metálica y al dar con una manija, la empujó con fuerza
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El coloso hizo fuego a su vez y la bala dio en la popa de la chalupa en que huían los dos bandoleros
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-Una palabra, patrón -terció el coloso; y volviéndose
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Cargó rápidamente la carabina, apuntó al coloso en dirección, al corazón y por segunda vez hizo fuego
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Se dirigieron al rincón encontrándose frente a una enorme estatua que representaba la cuarta encarnación de Visnú; se trataba de un coloso con la mitad del cuerpo humano y la mitad de león
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El coloso se dejó encadenar y llevar sin la menor protesta
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-¡Si, sí! –exclamó el coloso con acento salvaje y lanzando llamas por los ojos
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Y el coloso, con paso lento, se encaminó hacia proa y desapareció en la cuadra común
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Todo ello había ocurrido en pocos segundos; el coloso, satisfecho, emitió dos veces su sordo silbido y se internó en la jungla, poniéndose a devastar los bambúes, aunque sin alejarse del estanque
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-No quisiera encontrarme yo en la piel de ese coloso -contestó Mateo
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Entonces volvió a reparar en el coloso que, alzándose del escabel y tomándolo suavemente por los sobacos, le incorporó con la facilidad de quien recoge un palillo del suelo; y tras colocarle una almohada en la espalda, sin nada decir, se acercó a la marmita que hervía sobre el fuego y, tomando con un cucharón una generosa ración del humeante caldo, lo escanció en un cuenco y se lo acercó a los labios, indicándole sin hablar que bebiera lentamente
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El esfuerzo lo agotó y se vio obligado a recostarse nuevamente, pero antes de que sus ojos se cerraran le pareció observar que, en su mano izquierda, el coloso tenía seis dedos, sin embargo su embotada mente lo atribuyó mayormente a su penoso estado y no a una realidad manifiesta
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Desde detrás surgió la inmensa mole de Domingo que se interpuso entre Simón y sus atacantes; éstos, al ver la catadura del coloso, vacilaron un instante, pero eran tres y no iban a soltar tan fácilmente su presa, de modo que tras cruzar una mirada de inteligencia se separaron algo para poder atacar cada uno de ellos por un flanco
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El hombre midió malamente la fuerza del coloso y cuando descargaba sobre él el peso de su cachaba, vio aterrorizado cómo éste paraba con su antebrazo el vuelo de la tranca y tirando de ella lo desarmaba a la vez que tomando la gruesa madera con las dos manos la partía cual si fuera un mondadientes
82.
El otro se engalló y tirando de puñal se abalanzó sobre Seis; no era su día de suerte, éste lo sujetó por la muñeca y dio un violento tirón, la daga no se despegó de su mano, el que sí lo hizo fue su brazo del hombro, a causa de la tremebunda sacudida que le proporcionó el coloso
83.
Y Simón, seguido del coloso, se dirigió a las cuadras
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Por todo su alrededor, como un laberinto tridimensional, se desplegaba el armazón de la nave: las grandes vigas longitudinales que iban de proa a popa y los quince anillos que formaban las costillas circulares de este coloso del cielo, cuyas diversas proporciones delimitaban su silueta graciosa y aerodinámica
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Bien se ve que el coloso de las guerrillas estaba fuera de su natural esfera y asiento
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La magnanimidad es una virtud que le viene muy ancha, como la armadura de un coloso
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Era ya cuestión de tiempo y paciencia [279] el someter a tan fiero gigante, emplazando en las alturas toda la artillería de que Espartero podía disponer, y haciendo polvo con cañoneo constante la armadura de roca que el coloso vestía
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El Coloso de Rodas
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Y en el coloso Júpiter, de 100 millones
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Por una desafortunada coincidencia, Maria estaba pasando dos meses fuera de la ciudad en la época de mi traslado, y también Sachs se había ido a California para trabajar en un guión de El nuevo coloso
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En los canales estrechos del coloso poderoso
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Los esclavos subían y bajaban por una inestable escalera de madera y vi cómo se les marcaban las costillas, los brazos flacos y las piernas enjutas, los codos, rodillas y pies exageradamente huesudos… Llevaban el peso abrumador de los cestos de mineral sobre los hombros en una cadena humana mientras Quadrado posaba como un coloso en lo alto del recorrido, sin darse cuenta en absoluto de que les estorbaba el paso
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Inconscientemente, sus pensamientos recayeron en el coloso del pañuelo rojo
94.
Y aquel coloso -de casi dos metros de altura y la envergadura de un oso- se abrió paso a empellones entre la enloquecida chusma
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Li recordó que el coloso encallado no era un solo ser, sino una aglomeración de miles y miles de millones de unicelulares que estaban separándose
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Desde el suelo vio que el Super Stallion ascendía por encima del helicóptero estacionado y que uno de los cañones laterales rozaba el estabilizador del otro aparato, quedando enganchado el coloso, que empezaba a girar en pleno vuelo
97.
El coloso de Rodas, cuya existencia era cuestionada por muchos arqueólogos, los jardines colgantes de Babilonia, la torre de Babel, la torre de Faros en Alejandría y otras maravillas de la arquitectura primitiva habían ido desapareciendo con el correr de los siglos
98.
Pero el coloso de nieve se limitó a ladear la cabeza, indiferente
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En cualquier caso, el motivo por el cual aquel coloso de nieve iba tras los pasos de Bipa era todavía un misterio para ella
100.
El coloso esperó