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constitucional que reza que se limitará el uso de la
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El deber constitucional de formar gobierno funciona en la (s) fracción (es) mayoritaria (s) y el gabinete es una unidad funcional política
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ACTUALIDAD: Estos tiempos de lucha en la historia constitucional parecen caracterizar la evidencia periodística hasta nuestros tiempos
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Desde la política constitucional, los medios de comunicación cumplen entonces un servicio y las instituciones democráticas tienen la función decisiva según la voluntad de la Constitución
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constitucional tienen apoyo en las grandes ciudades argentinas pero son rechazados
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orientación sexual, otorgando protección constitucional a la diversidad sexual
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A finales de 2009, el Tribunal Constitucional peruano rechaza la homofobia en
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Este día, ese tribunal constitucional,
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Corte Constitucional del 28 de enero de 2009 sobre los derechos de convivencia, y
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En el proyecto constitucional elaborado por el grupo de Chávez, se establece
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desaparición y expulsión del país del presidente constitucional (…) Las
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Esto debilitaría los principios de la democracia constitucional y liberal
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responder a las violaciones de los derechos GBLTT y que de forma constitucional se
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constitucional y las implicaciones en la realidad social brasileña; la ambigüedad y el
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2010, como reacción ante el fallo de la Sala Constitucional, prohibiendo realizar
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La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, el 27 de mayo de 2009
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El Tribunal Constitucional –Sala IV-, se convirtió en uno de los nuevos actores
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El 29 de julio de 2010 la Sala Constitucional emite una resolución sobre el fondo
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Constitucional, porque puede potenciar los movimientos sociales, al constituirse en una
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Constitucional de CR, 2010
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Dado que la reforma constitucional de 199 rompió el monopolio de la representación de los partidos polí-
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Una modificación constitucional estableció doce años de escolaridad obligatoria que se busca hacer efectiva a través del Plan de Escolaridad Completa, el programa Liceo para Todos y la Ley de Subvención Pro Retención Escolar dirigida a los establecimientos que reclutan estudiantes pertenecientes al programa 234
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esfuerzo paraestablecer un gobierno constitucional
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En cuanto al resto era grande a afinidad que existiaentre este y el código Constitucional sancionado en
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representantes, hecha por el Consejo degobierno peruano en su primer Congreso constitucional; la
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laRepública, y tanto este cargo como el de Vice-Presidente, cesaban á loscuatro años en sus funciones, no siendo reelegibles sino despues depasar por lo menos un período constitucional
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La inauguración del régimen constitucional en Sevilla, en Marzo de 1820,trajo á la
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época constitucional y se dió el caso en ciertas ocasiones, queno estando el público
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Cádizlos últimos restos del gobierno constitucional, llevando consigo aquelmonarca
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Combatió conla guardia constitucional y con los suizos para
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ElCentinela de Aragón, El Constitucional, El Avisador,
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En Ateca supo el incremento que tomaba el partido constitucional y elentusiasmo con que en toda la
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los tenga? ¡Le da por la historia y porestudiar el derecho constitucional y la economía
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El 6 de agosto de 1825 se convocó un congreso constitucional, el quedeclaró que de allí en
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Un congreso constitucional se
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sentencia constitucional del año de 1812: quetodos los españoles
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mal ejercicio del régimen constitucional, que yade por sí no era bueno
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constitucional en el que con preferencia estánindicados, y que es el que se observa en
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Portugal ha entrado de buena fe en la senda del gobierno constitucional: el ilustrado y jóven monarca que
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Hay en el Brasil el partido constitucional partidario del
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constitucional; pretende imitar al mal llamado gobierno libre de los Estados-Unidos, y siguiendo sus
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El tribunal determinó, en cambio, que el derecho de una mujer a la libertad de reproducción se halla protegido por la garantía constitucional de su intimidad
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El poder judicial y el legislativo, se proponen ilegitimar al gobierno constitucional
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al rey Otón a aceptar una monarquía constitucional, la lánguida añoranza de Constantinopla que se había transmitido en los cantos populares y en las numerosas profecías alcanza su formulación política
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Aunque sólo conocemos el testimonio de Armada acerca de lo hablado en esos conciliábulos con el Rey, podemos dar algunas cosas por seguras o por muy probables: es seguro o muy probable que, además de insistir ambos en la negra opinión de Suárez y del momento político, Armada hablara de los rumores de una moción de censura contra Suárez y de los rumores de un gobierno de unidad, que se mostrara partidario de éste y que de forma más o menos elíptica se propusiera como candidato a presidirlo, subrayando que su perfil monárquico y liberal respondía al perfil del presidente confeccionado por los medios de comunicación, las organizaciones sociales y los partidos políticos, muchos de los cuales (siempre según Armada) ya le habían dado o insinuado su beneplácito; es seguro o muy probable que el Rey dejara hablar a Armada y no lo contradijese y que, si no lo había hecho antes, empezase ahora a considerar seriamente la propuesta del gobierno de unidad presidido por un militar, fuera o no éste Armada, siempre y cuando contase con la aprobación del Congreso y con un engarce constitucional que Armada consideraba garantizado; es seguro que, además de insistir ambos en su negra opinión del momento militar, Armada la exasperaría al máximo y hablaría de su visita a Milans, presentándose a sí mismo como un freno a la fogosidad intervencionista del capitán general de Valencia, dosificando con zorrería la información sobre sus proyectos o amenazas y sin entrar en detalles perjudiciales para sus propios fines (es improbable por ejemplo que mencionara a Tejero y su relación con Milans); también es seguro que el Rey le pidió a Armada que continuara teniéndole al corriente de lo que sucedía o se tramaba en los cuarteles; también, que prometió encontrarle un destino en la capital
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En esa óptima coyuntura para Armada se celebró su cena con el Rey, a lo largo de la cual el antiguo secretario reiteró sus razonamientos con ahínco: la necesidad de un golpe de bisturí o de timón que alejase el peligro de un golpe de estado, la conveniencia de un gobierno de unidad presidido por un militar y el carácter constitucional de tal solución; también se ofreció a asumir la presidencia del gobierno y aseguró o dejó entender que contaba con el apoyo de los principales partidos políticos
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A fin de someter a los sublevados y devolverlos a sus cuarteles, pero también de dejar claro ante el país su rechazo del asalto al Congreso y su defensa del orden constitucional, poco antes de las diez de la noche el Rey solicitó a los estudios de televisión hasta entonces tomados por los golpistas un equipo móvil con que grabar su alocución al ejército y la ciudadanía; a fin de conseguir que el golpe triunfase aunque fuera de un modo distinto al planeado, más o menos a esa misma hora Milans llamó a Armada al Cuartel General del ejército
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Aunque sea mucho más arduo y más inseguro que el original, el plan improvisado de Milans tiene notables ventajas para Armada: si consigue su objetivo y es nombrado presidente del gobierno, el antiguo secretario del Rey podrá presentar el triunfo del golpe como un fracaso del golpe y su gobierno como una prudente salida pactada a la situación provocada por el golpe, como el vericueto de urgencia -temporal, tal vez insatisfactorio pero imperioso- que ha tomado el retorno del orden constitucional violado por el asalto al Congreso; pero, si no consigue su objetivo, nadie podrá acusarlo de otra cosa que de haberse esforzado por liberar a los parlamentarios negociando con los golpistas, lo que debería disipar las suspicacias que se han acumulado sobre él desde el inicio del golpe
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Todos los generales la aprueban, todos convienen con Armada en que debe acudir al Congreso con el consentimiento del Rey y, cuando alguien se pregunta en voz alta si aquella fórmula cabe en la Constitución, Armada se hace traer un ejemplar de la Constitución, lee en voz alta los cinco puntos de que consta el artículo 99 y convence a sus subordinados de que, suponiendo que obtenga el apoyo de la mayoría simple de los parlamentarios, el Rey puede convalidar sin romper la norma constitucional su nombramiento como presidente del gobierno
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Todo es perfectamente constitucional; y aunque no lo fuera: ahora lo importante es sacar a los diputados de allí y solucionar la emergencia; luego ya habrá tiempo de entrar en sutilezas jurídicas
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Lo que seguro que no es constitucional es lo que está pasando ahora en el Congreso
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Sea cual sea la respuesta que se elija dar a esa pregunta, una cosa me parece indudable: de haber aceptado los líderes parlamentarios las condiciones de Armada, el mensaje real no hubiese representado ningún obstáculo para que se cumpliesen, porque ni una sola de sus frases rechazaba que el gobierno presidido por Armada pudiera convertirse en el expediente de circunstancias del retorno al orden constitucional violado con el asalto al Congreso o porque el perímetro de las palabras del Rey tenía la suficiente amplitud para abarcar, si hubiese sido preciso, la solución de Armada
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El mensaje era una reelaboración de un télex que a las diez y media de la noche se había remitido desde la Zarzuela a los capitanes generales y decía textualmente lo que sigue: «Al dirigirme a todos los españoles, con brevedad y concisión, en las circunstancias extraordinarias que en estos momentos estamos viviendo, pido a todos la mayor serenidad y confianza y les hago saber que he cursado a los Capitanes Generales de las Regiones Militares, Zonas Marítimas y Regiones Aéreas la orden siguiente: "Ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el Palacio del Congreso de los Diputados y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las autoridades civiles y a la Junta de Jefes de Estado Mayor que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente
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Estas palabras -pronunciadas por un monarca enfundado en su uniforme de capitán general y con el rostro transfigurado por las horas más difíciles de sus cuarenta y tres años de vida- son una palmaria declaración de lealtad constitucional, de apoyo a la democracia y de rechazo del asalto al Congreso, y así fueron interpretadas cuando el Rey las pronunció y han sido interpretadas desde entonces; la interpretación me parece correcta, pero las palabras tienen amo, y es evidente que, si Armada hubiese conseguido pactar con los líderes políticos el gobierno previsto por los golpistas y presentar como solución al golpe lo que era en realidad el triunfo del golpe, esas mismas palabras hubieran continuado significando desde luego una condena de los asaltantes del Congreso, pero hubieran podido pasar a significar un espaldarazo para quienes, como Armada y los líderes políticos que hubieran aceptado formar parte de su gobierno, habían conseguido terminar con el secuestro de los parlamentarios y restaurar así la legalidad y el orden constitucional quebrantados
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Fue también en esta época, hacia el final de su mandato en Radio televisión, cuando el sexto sentido de Suárez registró un casi invisible desplazamiento del centro de poder que a poco tardar resultaría sin embargo determinante: aunque Carrero Blanco continuaba representando la seguridad de que a la muerte de Franco continuaría el franquismo, López Rodó empezaba a perder influencia y en cambio afloraba como nuevo referente político Torcuato Fernández Miranda, a la sazón ministro secretario general del Movimiento, un hombre frío, culto, zorruno y silencioso cuya altiva independencia de criterio provocaba las suspicacias de todas las familias del régimen y el agrado del Príncipe, que había adoptado a aquel catedrático de derecho constitucional como primer consejero político
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Muchos militares acogieron el anuncio de la autonomía de esos tres territorios como el anuncio del desmembramiento de España, pero los auténticos problemas surgieron más tarde; más tarde y en más de un sentido por culpa de Suárez o del general De la Rovere que dentro de Suárez se atropellaba para expulsar a Emmanuele Bardone: dado que con manifiesta incongruencia en la España de aquellos años nacionalismo e izquierda se identificaban, dado que con manifiesta congruencia se identificaban izquierda y descentralización del estado, en parte para arrimarse a la izquierda y en todo caso para que nadie pudiera acusarlo de discriminar a nadie -para continuar siendo el más justo, el más moderno y el más audaz- Suárez se apresuró a conceder la autonomía a todos los territorios, incluidos aquellos que nunca la habían solicitado porque carecían de conciencia o ambición de singularidad, con el corolario de que antes incluso de que se celebrara el referéndum constitucional aparecieran casi de un día para otro catorce gobiernos preautonómicos y empezaran a discutirse catorce estatutos de autonomía cuya aprobación hubiera exigido celebrar a toda prisa decenas y decenas de referendos y elecciones regionales en medio de una floración improvisada de particularismos vernáculos y de una guerra larvada de recelos y agravios comparativos entre comunidades
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En él, tras reiterar su decisión de defender el orden constitucional, decía el Rey: «Cualquier golpe de estado no podrá escudarse en el Rey, es contra el Rey»
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Diecisiete horas y media de vejaciones en el hemiciclo del Congreso fueron un correctivo suficiente para la clase política, que pareció encontrar una súbita madurez forzosa, aparcó por un tiempo las furiosas rencillas intrapartidarias y la furiosa rapacidad de poder que habían servido para crear la placenta del golpe, dejó de especular con turbias operaciones de ingeniería constitucional y no volvió a mencionar gobiernos de gestión o concentración o salvación o unidad ni a involucrar de ningún modo al ejército en ellos; no menos duro fue el correctivo para la mayoría del país, la que había aceptado con pasividad el franquismo, se había ilusionado primero con la democracia y luego parecía desengañada: bruscamente se evaporó el desencanto y todos parecieron redescubrir con entusiasmo las bondades de la libertad, y quizá la mejor prueba de ello es que año y medio después del golpe una mayoría desconocida de españoles decidió que no habría reconciliación real entre ellos hasta que los herederos de los perdedores de la guerra gobernasen de nuevo, permitiendo una alternancia en el poder que acabó de amarrar la democracia y la monarquía
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El poder del Rey provenía de Franco, y su legitimidad del hecho de haber renunciado a los poderes o a parte de los poderes de Franco para cedérselos a la soberanía popular y convertirse en monarca constitucional; pero ésa era una legitimidad precaria, que le restaba poder efectivo al Rey y lo dejaba expuesto al albur de los vaivenes de una historia que había expulsado del trono a muchos de los que lo precedieron en él
60.
–¿No le gustaría presentarse a las elecciones después de la reforma constitucional y convertirse en Presidente de la República? Si ya debe de conocer a la mitad del país de tantas vueltas que da a lo largo del día
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Llévese el diablo al gobierno constitucional y puesto que podíamos elegir, no sé cómo hemos elegido éste
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Son matices muy aplicables al gobierno constitucional
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El golpe derriba al Gobierno constitucional del veterano Süleyman Demirel para reemplazarlo por otro de las Fuerzas Armadas
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Algunos subalternos lo odiaban todos le temían, se rumoreaba que hasta el Presidente se cuidaba de él, porque contaba con el respeto de los oficiales jóvenes y en cualquier momento podría ceder a la tentación de alzarse contra el gobierno constitucional
65.
Cuando comenzó la regencia, Sagasta tenía sesenta años y sin sobrepasarse, manteniendo siempre el puesto que corresponde a un ministro constitucional, pues supo aconsejar y proteger y dar confianza a aquella joven de veintiocho años, extranjera, con poco prestigio ante los demás y que tenía las nada fáciles funciones que le reservaba la Constitución
66.
¿Entiende sus derechos según la carta constitucional del Consejo de los Mundos? El bronceado rostro de Penney enrojeció, El hombre, a quien le gustaba llamar la atención, era consciente de que todos los controladores presentes le estaban mirando perplejos
67.
Durante una conferencia de Prensa en Washington, el presidente Carter ha reiterado el apoyo de Estados Unidos al Gobierno Bajtiar y al "proceso constitucional" en Irán
68.
-No creo que Su Majestad, tan piadoso, tan buen cristiano, tan justiciero, tan cariñoso para todos los que no nos hemos contaminado de la constitucional pestilencia, niegue una pretensión tan razonable, mayormente si considera que el fiero enemigo, de cuyas garras queremos librarnos, es un hombre a quien suponen un poco desafecto al régimen actual
69.
Es particular que le parezcan a usted detestables esas sociedades tan propias de un pueblo libre, y que se le antojen majaderos y charlatanes los hombres eminentes que en ella derraman el fructífero rocío de la palabra constitucional
70.
Éste es el Orden de Padilla; ésta es la Confederación de Padilla, que hará en España la revolución verdadera, que establecerá el sistema constitucional en toda su pureza y pondrá fin al reinado de los pillos e hipócritas
71.
La Constitución establece la Monarquía y nosotros respetamos al Rey constitucional
72.
Con habla turbada leyó su discurso el tirano, acentuando las frases de sumisión al sistema constitucional, y no era preciso ser [151] muy lince para reconocer en él un convencimiento seguro de que aquella farsa debía concluir; pero al través de su disimulo no se veía la esperanza de un éxito feliz
73.
Los palaciegos, tan aborrecidos entonces por la muchedumbre constitucional, Infantado, Montijo, Sarriá y demás aristócratas, no servían en realidad de gran cosa
74.
No recibieron a los franceses las bayonetas ni la artillería del Gobierno constitucional, sino una nube de guerrilleros, que les abrieron sus fraternales brazos, ofreciéndose a ayudarles en todo y a marchar a la vanguardia, abriéndoles el camino
75.
Al mismo tiempo sentí el clamor de las [249] campanas echadas a vuelo en señal de que Sevilla había dejado de pertenecer al Gobierno constitucional, y en cuerpo y alma pertenecía ya al absolutismo
76.
Los paradores cercanos albergaban una fuerza considerable cuya misión era guardar aquella principalísima entrada de la Corte, ignorante aún de los sucesos que en el [7] último confín de la Península habían cambiado el Gobierno de constitucional dudoso en absoluto verídico y puro, poniendo fin entre bombas certeras y falaces manifiestos, a los tres llamados años
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Carlos muchos señores que habían sido rabiosos democratistas y jacobinos en los tres llamados años de la titulada segunda época constitucional
78.
Blas constitucional templado hasta el día funesto de la entrada de Cabrera; pero desde tal fecha se trocó en furibundo patriota, enemigo acérrimo del obscurantismo y de las antiguallas que quería traernos D
79.
A media tarde, y sabiendo que justo ese día Hugo Chávez presentaba ante la Asamblea Nacional sus propuestas para la reforma constitucional que tanta polémica internacional iban a suscitar, el CRIR se desplazó, con sus pancartas y camisetas, a las puertas del Palacio Legislativo, uniéndose a la masa de manifestantes chavistas que allí se encontraban esperando la llegada del presidente
80.
Toda la tarde de aquel día la empleó la partidilla hispano-inglesa en enterarse de las posiciones del ejército constitucional: Ribero, con la Guardia, hallábase en la loma de Ubal, en observación de Maroto, que ocupaba el valle de Carranza
81.
Era la enfermedad histórica de la Nación, la protesta armada, manifestándose en la Monarquía absoluta de Oñate como en el régimen constitucional de Madrid
82.
¡El Duque, la Constitución, nuevo Gobierno! La Reina y el General no se habían entendido en la formación del Ministerio ni en el programa de este, pues de un lado tiraban a que la nueva ley de Ayuntamientos, [60] violación de un principio constitucional, fuese sancionada, y de otro a que no lo fuera
83.
Pensó que en la crianza de Isabel, nuestra Reina constitucional, era forzoso desarrollar mayor reflexión a expensas de la espontaneidad generosa; infundirle el sentimiento claro de las funciones neutrales y del criterio sintético del Rey en el flamante Sistema; hacerle sentir vivamente la justicia, la equidad y la tolerancia de todas las opiniones, sin abrazarse con ninguna
84.
No era tiempo aún de enseñar a la Reina la teoría y práctica del mecanismo constitucional
85.
no está averiguado que los ángeles sirvan para ceñir la corona en una Monarquía constitucional
86.
Con rápida iniciativa ante el peligro, corrió Lucila en busca de el Ramos, única persona de quien podía esperar socorro, y el patriotero jubilado no desmintió en aquel caso su magnánimo corazón, ni su abolengo de sectario constitucional que había vestido el glorioso uniforme de la Milicia Urbana
87.
Hágase política sinceramente constitucional y parlamentaria
88.
A principios de Junio del 69, vigente ya el nuevo mamotreto constitucional, la cabeza visible, Serrano, fue colocada en jaula de oro, y apareció al frente del Gobierno el que de hecho lo presidía ya y era su efectiva cabeza
89.
No admitía el Rey nuevas disidencias, ni que el partido llamado Constitucional se partiera en mitades, que en la política general resultaban cuarterones
90.
Dado este paso, ¿qué faltaba ya? Seguir adelante, disolver las Cortes y crear la dictadura interina, de donde saldría un nuevo artificio constitucional, impuesto por las circunstancias
91.
Los progresos del positivismo en nuestra sociedad conocíanse, no sólo en las caras sonrosaditas y alegres de los que se procuraban enormes sueldos para dulcificar la vida, sino en las incorporaciones de diversos grupos al Partido Constitucional, de que resultó el inmenso conglomerado llamado Fusionismo
92.
No sólo se refieren éstos al texto constitucional que prepara la asamblea, sino también a la guerra y otros asuntos de gobierno; pues las Cortes son —pretenden serlo— representación del rey ausente y cabeza de la nación
93.
Después de pasar la mañana azotados por el temporal, los gaditanos acompañan bajo el aguacero, entusiasmados, la lectura solemne del texto constitucional, que ya se ha hecho dos veces: frente al edificio de la Aduana, donde la Regencia dispuso un retrato de Fernando VII, y en la plaza del Mentidero
94.
Como si hasta los más críticos con la aventura constitucional cedieran al impulso colectivo de alegría y esperanza, todos aceptan con gusto los fastos del día
95.
Fernando, creyéndose perdido, transigió con los principios liberales y juró nuevamente la Constitución que había abolido unos años atrás: «Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional», proclamó cínicamente
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Los generales, algo alarmados por el sesgo que tomaban las cosas, pensaron que había que instaurar una monarquía constitucional que les permitiera seguir mandando
97.
–¡Viva el Señor Presidente Constitucional de la República!
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Hablo, señores, de ese romaneador de auroras que la Patria llama Benemérito, Jefe del Partido y Protector de la Juventud Estudiosa; hablo, señores, del Señor Presidente Constitucional de la República, como, sin duda, vosotros todos habéis comprendido, por ser él el Prohombre de «Nitche», el Superúnico… ¡Lo digo y lo repito desde lo alto de esta tribu!… -y al decir así dio con el envés de la mano en el mostrador de la cantina-… Y de ahí, compatriotas, que sin ser de esos que han hecho de la política el ganapán ni de aquellos que dicen haber inventado el perejil chino por haberse aprendido de memoria las hazañas de chilperico; creo desinteresada-íntegra-honradamente que mientras no exista entre nosotros otro ciudadano hipersuperhombre, superciudadano, sólo estando locos o ciegos, ciegos o locos de atar, podríamos permitir que se pasaran las riendas del gobierno de las manos del auriga-super-único que ahora y siempre guiará el carro de nuestra adorada Patria, a las manos de otro ciudadano, de un ciudadano cualquiera, de un ciudadano, conciudadanos, que aun suponiéndole todos los merecimientos de la tierra, no pasaría de ser hombre
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El supuesto equilibrio se compensa desde la cima de la pirámide de poder con las fuerzas ejercidas por dos polos opuestos: el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)