1.
Con pretexto de renovar el arriendo de unas fincas, partieron,acompañados de Soledad, fijaron su residencia en un cortijo que poseíanen tierra de Andalucía y allí permanecieron el
2.
consoladas en el cortijo de hinojos,
3.
el transido destino y el cortijo atrevido
4.
Miéntras se volvia Candido á su cortijo, iba haciendo profundasreflexiones en las razones del Turco, y
5.
vecino de enfrente, o por lanoche en que se prendió fuego el cortijo del labrador con quien se
6.
de aldea y de cortijo, por el orden del ya difunto Repela,
7.
para siempre,muriendo de un enfriamiento allá en un cortijo del
8.
influencia conlos Dupont, hizo a Rafael aperador del cortijo de
9.
Cuando la docena de perros, bien contada, que tenía el cortijo
10.
viviese en el cortijo con su compañera, acambio de ocuparse la
11.
Entraba Rafael en el cortijo sobre su briosa jaca, erguido y
12.
cortijo cuando no estaba en ladehesa
13.
había introducido Rafaelen las comidas del cortijo
14.
campo, queparecía colarse en el cortijo por el abierto portón
15.
hablaban lentamente delos trabajos del cortijo, con toda la
16.
loscrepúsculos de invierno junto a la chimenea del cortijo
17.
En ladehesa del cortijo de Matanzuela, los
18.
El pan del cortijo que se endurecía días y días en el chozón,
19.
Él, gracias asu colocación en el cortijo, había podido
20.
Loguisaban en el cortijo,
21.
Al morir en el cortijo alguna res cuyas carnes no
22.
conducíanlo en triunfo al cortijo y lo guisaban, celebrandocon
23.
trabajosdel cortijo, mientras la señá Eduvigis lavaba la loza en
24.
Los dos hombres salieron al portal del cortijo
25.
hacia el cortijo grupos degentes
26.
huelga, se ganaba el sustento yendo decortijo en cortijo como
27.
aSalvatierra, para que entrase en el cortijo
28.
Grajo, situado en la carretera,cerca del cortijo; un bravo que de
29.
jacassalidas del cortijo, valía tanto como los certificados de los
30.
no osaba dejarloen el cortijo por miedo a los compañeros, que se
31.
reales en el cortijo! ¡y muchas gracias queles daban trabajo
32.
comprendido enel llamado gobierno del cortijo
33.
No leasustaban las costumbres del cortijo
34.
al acostarse con los huesos doloridos enla esterilla del cortijo,
35.
Y llamando al aperador, salieron los dos fuera del cortijo para
36.
Y sin añadir palabra se entró en el cortijo, siguiendo a la
37.
Casi todos los hombres estaban fuera del cortijo
38.
anchas en el cortijo
39.
cortijo en las que creíaaspirar el perfume acre de las dehesas, el
40.
había más aperador,ni más gobierno del cortijo, que su
41.
el puesto enel cortijo, que era la esperanza de él y su novia!
42.
suslloriqueos a todos los del cortijo, sin hacer caso de las
43.
En el cortijo y en el campo, contaba a
44.
Algún perro del cortijo,
45.
Y llamada por ella se presentó en el cortijo su comare, una
46.
cortijo lehabía colocado en una situación violenta con toda la
47.
queriendo permanecer enel cortijo
48.
losalrededores del cortijo, con gestos de loco, como si la
49.
el cortijo y susalrededores, dando alaridos y arañándose la cara
50.
Rafael intervino, ofreciendo un carro del cortijo
51.
meses, había olvidado por completo elescándalo del cortijo
52.
Y entretanto, el cortijo de
53.
sembrado en unterreno húmedo, que el dueño del cortijo suele
54.
—Venid á mi lado, muchachos, dijo el señor de Morel al pasar frente áun cortijo,
55.
por la exploración de un gran cortijo situado á dos leguasescasas
56.
Los últimos añosvivió en un cortijo llamado las
57.
envió á su cortijo, para que apacentase los puercos
58.
Dos días pasó el señor del cortijo fumando en el balconcillo de su plazamientras los
59.
presentaba en un cortijo o hacía su entradaen un pueblo, despreciando el peligro
60.
Su familia estaba en el cortijo
61.
Pensó en las gentes del cortijo, en loshabladores, que podrían
62.
maestro, y la transmitió a un peón del cortijo queaguardaba en la escalera
63.
corriendo hacia el cortijo, pero esta vez con másprecipitación
64.
En la entrada del cortijo desmontábase el jinete
65.
Iba a un gran campo vecino, donde trabajaban los jornaleros del cortijo
66.
¡El Plumitas en el cortijo! ¡Quéfelicidad! Una parte de la noche había
67.
usté siempre conmuchos amigos, o estaban en el cortijo su señora y su mare
68.
mayordomo en el cortijo de su matador
69.
cortijo: el mayoral, el aperador, todos los quedesempeñaban las funciones de mayor
70.
en un lugar desde el cual enfilaba laentrada del cortijo, viendo una parte del camino
71.
ahora la modestia silenciosa con que había entrado enel cortijo, aquel deseo de que
72.
Y los hombres del cortijo, siempre silenciosos, pero brillándoles losojos de emoción
73.
—El mes pasao estaba yo en el cortijo de las Sinco chimeneas almorzando como
74.
Pocas veces se vería tanbien tratada como en el cortijo del
75.
Y picando espuelas a la jaca, salió a trote largo del cortijo
76.
Aluego, en er cortijo, ¡na! Se lo juro a usté por los míos: ¡na!
77.
¡En el cortijo!
78.
cortijo, lo ponía en la puerta; y si de fuera, yamabaal jues pa que lo metiera en la
79.
La administración del cortijo
80.
hacía recordar este accidente, cuando cazaba enel cortijo, era cierta debilidad en la
81.
Gallardo, al hablar de su convalecencia en el cortijo, sintió que poruna similitud de
82.
Lo que sí recuerdo es el día en que almorzócon nosotros en el cortijo
83.
Todo esto lo vio Ansúrez en la ciudad y en el cortijo del Tocón, donde pasó algunas semanas, huésped de su cuñado Matías Castril
84.
Pero no dará pa tanto el cortijo de pateta
85.
Señalaban hacia el cortijo y nos hacían recordar el golpe contra la puerta
86.
Todos volvíamos nuestra vista atrás, hacia el cortijo, tan atentamente como si se tratara de una lejana cortina de humo tras la cual fuera a aparecer un incendio
87.
Lo que pronto vimos, en realidad, fue a unos jinetes que entraron por el portón del cortijo
88.
Es el viejo cortijo de mi padre
89.
Las estrellas titilaban en el cielo oscuro y las ventanas del cortijo brillaban cálidamente como una invitación a recogerse en su interior, junto al fuego
90.
Tomás consiguió escapar, aunque malherido, dejando un delator rastro de sangre, y se presentó en el cortijo de mis tíos
91.
La carreta recorrió el camino para alcanzar las dependencias mayores del cortijo repartidas entre dos almacenes, un horno de pan, silos para guardar el cereal y dos cuadras de buen tamaño; una con caballos y otra con vacas para su ordeño, además de cinco viviendas donde dormían los trabajadores y una más grande que había servido de residencia a sus anteriores dueños
92.
De vuelta al cortijo, don Bruno manifestó su parecer
93.
El toro Zaragoza, criado en el cortijo de Lesireas, se escapó cuando le llevaban a la plaza en Boetia (Portugal) el día 2 de octubre de 1898, e hirió a numerosas personas
94.
En Pamplona, Manolo se pegaba al teléfono para saber cuántos árboles habían sido arrancados en el cortijo de su padre a causa de la revuelta de los campesinos andaluces
95.
Los bosquecillos de árboles eran talados sin piedad y se hacían hogueras de carbón de encina, se mataban cerdos y gallinas y se robaba el ganado; y el cortijo, que no había sido aún pagado y que quería acabar de pagar Manolo toreando, había sido entregado al pillaje, según el vasto plan de sabotaje de la revolución andaluza
96.
Aquel juicio favorable que pronunció con respecto al cuñado de Legrandin debía de tener fundamento en el aspecto apagado de su persona, que no imponía nada; o quizá fué que aquella señora reconoció en el hidalgo de cortijo con trazas de sacristán los signos masónicos de su propio clericalismo
97.
Mientras permaneció en el cortijo, Juan, a quien se lo conocía sólo con este nombre se unió estrechamente con los hijos mayores de Tomás Harcher, pues sus sentimientos eran en un todo iguales a los suyos, siendo intrépidos partidarios de la reforma y encerrando en su corazón ese odio instintivo contra todo lo que pertenecía a la raza anglosajona, lo que olía a inglés, como se decía entonces en el Canadá
98.
–En el cortijo de Chipogán
99.
Y desde que el señor y la señorita de Vaudreuil estaban instalados en las dos habitaciones más hermosas del cortijo, nada se había sabido del joven patriota
100.
Pedro Harcher fijó su atención en uno de éstos, cuya actitud le pareció sospechosa, pues estaba cierto de que ese intruso no era del país, no habiéndole visto nunca, y hasta se le figuró que procuraba grabar en su memoria la fisonomía de los habitantes del cortijo; tanta era la fijeza con que los miraba