Verwenden Sie „crema“ in einem Satz
crema Beispielsätze
crema
1. En el lado de nuestra realidad, un mantel color crema revestía las mesas
2. Mientras tanto, la reina, que habían terminado la operación, que aplican sobre la parte lesionada una especie de color crema, de color rojizo, muy espeso y maloliente
3. La crema empieza a hacer efecto y poco a poco esa sensación de vacío es llenado por algo que no puedo definir; es casi una sensación similar a cuando se forma una burbuja gástrica en la digestión de la prevención en el pecho; la diferencia, sin embargo, radica en el hecho de yo no tengo dificultades para respirar y, de hecho puedo respirar más profundamente que nunca lo había hecho
4. se ponía crema hidratante en todo el
5. Los arenques con crema rusa, el pan negro, los pepinos y el pescado
6. en los días de visita:traía el chocolate, el chocolate con crema, lo
7. Con la algazara que el caso requería se fué acomodando en losprimeros aquella crema
8. CREMA PARA EL CALZADO DE COLOR
9. CREMA PARA EL CALZADO NEGRO
10. Llevó a cabo un inteligente experimento en el que una sola gota de líquido blanco, como crema, no pudo aclarar de modo perceptible el contenido de un gran jarro de líquido oscuro, como vino
11. Los huevos aún estaban calientes; eché un poco de crema en el borde de mi plato y me puse a comer rápidamente
12. Y un bote de crema base, que habría visto en un anuncio —Marilyn se rió—
13. Sirvieron el café acompañado con deliciosos milhojas y pasteles de crema
14. Otros vendían pasteles llamativos, entre ellos unas pirámides de crema enroscadas y cubiertas de azúcar rosa, otros, buñuelos árabes que chorreaban aceite y miel
15. Aquella noche en él, sí, aquellas raíces oscuras y enmarañadas que lo ataban a esa tierra espléndida y aterradora, a sus días ardientes y a sus noches rápidas que embargaban el alma, y que había sido como una segunda vida, más verdadera quizá bajo las apariencias cotidianas de la primera y cuya historia estaba hecha de una serie de deseos oscuros y de sensaciones poderosas e indescriptibles, el olor de las escuelas, de las caballerizas del barrio, de la lejía en las manos de su madre, de los jazmines y la madreselva en los barrios altos, de las páginas del diccionario y de los libros devorados, y el olor agrio de los retretes de su casa o de la quincallería, el de las grandes aulas frías, donde a veces entraba solo, antes o después de las clases, el calor de sus compañeros preferidos, el olor a lana caliente y a deyecciones que arrastraba Didier, o el del agua de colonia con que la madre de Marconi, el alto, lo rociaba abundantemente y que le daba ganas, en el banco de su clase, de acercarse todavía más a su amigo, el perfume del lápiz de labios que Pierre había robado a una de sus tías y que olían entre ellos, perturbados e inquietos como los perros que entran en una casa donde ha pasado una hembra perseguida, imaginando que la mujer era ese bloque de perfume dulzón de bergamota y crema que, en el mundo brutal de gritos, transpiración y polvo, les traía la revelación de un universo refinado{178} y delicado, con su indecible seducción, del que ni siquiera las groserías que lanzaban a propósito del lápiz de labios llegaba a defenderlos, y el amor de los cuerpos desde su más tierna infancia, de su belleza, que le hacía reír de felicidad en las playas, de su tibieza, que lo atraía constantemente, sin idea precisa, animalmente, no para poseerlos, cosa que no sabía hacer, sino simplemente para entrar en su irradiación, apoyar su hombro contra el hombro del compañero y casi desfallecer cuando la mano de una mujer en un tranvía atestado tocaba durante un momento la suya, el deseo, sí, de vivir, de vivir aún más, de mezclarse a lo que de más cálido tenía la tierra, lo que sin saberlo esperaba de su madre y que no obtenía o tal vez no se atrevía a obtener y que encontraba en el perro Brillant cuando se tendía junto a él al sol y respiraba su fuerte olor a pelos, o en los olores más fuertes o más animales en los que el calor terrible de la vida se conservaba, pese a todo, para él, y del que no podía prescindir
16. Después me miró con la expresión del gato al que acaban de dar un plato de deliciosa crema
17. Para dos personas enamoradas se requieren cinco huevos recién puestos por una gallina virgen, media taza de caviar beluga, si es posible traído del mar Báltico, cuatro lonjas finas, pero suculentas, de salmón ahumado de Noruega, mantequilla fresca de campo, cebollines picados, sal, pimienta, dos cucharaditas de crema ácida y, por supuesto, pan tostado
18. Coloque encima el caviar y al lado el pan crujiente recién tostado y la crema agria
19. Me coloco mi mejor vestido, me pinto las uñas de rojo y sirvo la sopa decorada con crema agria en platos calientes
20. la crema y sazone con sal, pimienta y aceite trufado
21. Pase por la licuadora, añada la crema y
22. crema) y el azúcar
23. encima el resto de la crema y cocine 5
24. cuando se dore agregue la crema y el caldo revolviendo
25. Mezcle la crema con las
26. esta crema en copas y cúbrala con la fruta roja
27. Coloque la crema en copas altas y decore con la
28. agregue las claras, la crema, la vainilla y el licor
29. Lo atosigaban con los trozos más grandes de carne asada, le echaban una montaña de crema batida a su postre, cuchicheaban a su espalda, se alborotaban cuando él las sorprendía observándolo, lo tocaban al pasar, siempre en forma casual, pero con tal carga erótica en cada uno de esos roces, que ni un anacoreta hubiera permanecido impasible
30. Se quitaba el maquillaje con crema y aparecía su rostro viril
31. Del cargamento de la nave, Pedro me compró tres camisas de lino y una de fina batista, sayas de diario y otras de seda, botas de trabajo y calzado femenino, jabón, crema de azahar para la cara y un frasco de perfume, lujos que creí que jamás volvería a ver
32. Blanca se limpiaba la cara con crema del Harem, una grasa rosada con perfume de rosas, que tenía fama de hacer milagros por la piel femenina, y se cepillaba cien veces su largo pelo castaño que empezaba a teñirse con algunas canas invisibles para todos, menos para ella
33. Alba la observaba ir y venir por el cuarto, con su camisón de novicia flotando alrededor del cuerpo, el pelo liberado del moño, envuelta en la suave fragancia de su ropa limpia y de la crema del Harem, perdida en un monólogo incoherente en el que se mezclaban las quejas por el precio de las verduras, el recuento de sus múltiples malestares, el cansancio de llevar a cuestas el peso de la casa, y sus fantasías poéticas con Pedro Tercero García, a quien imaginaba entre las nubes del atardecer o recordaba entre los dorados trigales de Las Tres Marías
34. Se detuvieron frente a una casa estilo francés decorada como una torta de crema con angelotes en los frisos
35. Fuese a la pastelería de Botín, que estaba en la esquina de Herradores con San Ginés, y premióse con una cumplida cena en la que no faltaron las especialidades de la casa: ternera en salsa, hojaldres de crema y balas de azúcar
36. Sonrió mientras se frotaba una crema gris desengrasante en las palmas de las manos y luego sobre el resto de las mismas
37. Al llegar, Mary estaba echada en la cama, con crema en la cara, en las piernas y en los hombros, porque se había quemado en la playa
38. Se estaba poniendo crema en el cuello y la garganta
39. Estaba embadurnada de crema
40. Las zapatillas y la ducha, el olor a crema hidratante, el olor de los cuerpos calientes, los suelos brillantes y los espejos, los espejos en todas partes, el brillo aún más intenso de la barra y una voz en su cabeza como la de Adele que le decía: No, no puedes hacer esto
41. Y para satisfacer el deseo del califa, le conté mi iniciación en el estudio de la ciencia, mi asiduidad en seguir la enseñanza de Abu-Hanifah, las desesperaciones de mi pobre madre al verme desertar de la tintorería, y la predicción del imam con respecto a la baluza con crema y aceite de alfónsigos
42. Se vierte esta crema en el fondo de una fuente y se colocan encima los rollos de rape
43. Colocamos los filetes de gallo encima de la crema de guisantes que habremos puesto en el plato, adornamos con un chorrito de aceite de oliva y servimos
44. Para las señoras y niños, sobre grandes charolas de plata mejicana traídas de la vajilla particular de los Sánchez Guinea, hay abundancia de bizcochos mallorquines, melindres, cajitas de Saboya y tortas de crema, acompañados de refrescos de limón, naranja, chocolate con leche a la francesa, té a la inglesa y leche con limón y canela, a la española
45. Les recomiendo el estofado de carne con patatas al horno y la tarta de queso con crema de chocolate
46. Ya que el colesterol es insoluble en el agua, pero soluble en las grasas (estas dos propiedades van casi invariablemente juntas en el caso de los compuestos que contienen carbono), se lo encuentra en las porciones grasas de los alimentos animales: en la yema de huevo, en la gordura de la leche (y por lo tanto en la crema, la mantequilla, el queso cremoso, etc
47. En esa onda navegan tantos menús largos y estrechos de la restauración posmoderna, con gilipolleces como (copio literalmente de la sección gastronómica de cierta revista) "la infusión de tomate y crema montada de patata con jamón de Huelva"; o "el montante de cabeza de ternera con crujiente mango y mandarina con guarnición de trompeta de los muertos" (no se me asusten: la trompeta de los muertos es una seta comestible)
48. Había tenido que hacerlo de prisa y corriendo después de que Klara, la chica con la que compartía piso en el Bronx -que trabajaba de portera en un sex shop del Soho y que debía de medir dos metros de ancho por dos de largo- se enrollara con una «bailarina exótica» (así es como llaman en Nueva York a las strippers), la cual, intimidada por la presencia de Sonia en casa (imponente presencia, debo puntualizar, pues Sonia luce orgullosamente un cuerpo que le permitiría de sobra vivir del baile exótico o de cualquier tipo de profesión en la que tuviera que exhibirlo -y de ahí el sobrenombre de «Slender Sonia»-, pero no lo hace porque además de guapa es lo suficientemente inteligente como para saber buscarse los garbanzos de otras maneras), se dedicó a hacerle la vida imposible a la compañera de piso de su novia mediante trucos tan antiguos pero tan efectivos como hacer desaparecer sistemáticamente los mensajes en el contestador que venían de parte de la agencia Magnum -para la que Sonia trabajaba-, usar su carísima crema hidratante y dejar el bote abierto en la encimera del lavabo o acabar con sus reservas de crema suavizante -también ridículamente cara- para lavarse su abundante melena -teñidísima y permanentadísima, como corresponde a cualquier bailarina exótica que se precie-
49. Por eso -y menos mal- dejé allí lo imprescindible (cepillo de dientes, secador de pelo, crema hidratante, tres mudas) y me llevé el resto, y por eso todavía llevo las llaves en el bolso, porque me olvidé de sacarlas de allí en vez de dejarlas en el apartamento del FMN como suelo hacer porque me parece idiota llevarlas siempre encima y correr el riesgo de perderlas si sé con seguridad que no voy a dormir allí
50. Llevaba traje de chaqueta beige y blusa de seda crema y se había recogido el pelo en la nuca