1.
Estosdeben acomodarse á la edad y estado de los personajes, y al pueblo yépoca en que se supone ocurrir la acción: causa más que suficiente paraobligar á los cómicos al estudio de la historia
2.
Al paso que Madrid se elevaba alprimer rango entre las ciudades de España, ofrecía también á lascompañías de cómicos mayores atractivos para permanecer en ella, y comoconsecuencia de esto, pedía un repertorio más completo que el quellevaban en su vida errante, puesto que cuanto más numerosas y nuevaseran las obras dramáticas, más considerables eran también los ingresosen la caja de los directores y de los hospitales
3.
Muchos otros nombres de poetas cómicos y de actorespodemos añadir á los citados antes
4.
Tal vez se producían resultados que, para unespíritu superficial, pudieran parecer cómicos; pero, en el fondo, todoera muy serio
5.
escritores y cómicos, a quienes en elfondo de su imaginación no
6.
Aquellas mujeres y aquellos hombres eran los cómicos delos coliseos de Madrid
7.
elresultado era que los cómicos se escapaban siempre muertos
8.
cómicos de lalegua, para detenerme ante esta ligera insinuación
9.
caso de mis oraciones la santa que el que hacen los cómicos delos artículos de teatros,
10.
cómicos de lalegua, que andan siempre a caza de niños y los
11.
Y en el teatro delos anamitas, los cómicos
12.
que pasa en el escenario; únicamentecuando los cómicos hacen mucho ruido, bien con armas de
13.
decoraciones de unteatro vistas al sol y a los cómicos en la calle sin los esplendores delgas de las
14.
de las rifas? ¿Pues y loque ganan los cómicos con estas funciones? ¡Oh!, los que están en
15.
corrillos en estos puntos, hablando de sus hazañasjunto a los cómicos sin contrata y
16.
necesitaba? Propuso el proyecto de los cómicos a laJunta del Casino, que formaba como una
17.
favor de esos pobres cómicos que han quedadoen el pueblo y no deben de pasarlo bien
18.
Y de la larga estancia de los cómicos, contratados
19.
se edificaba con losseveros, se divertía con los cómicos, y en
20.
actualidad, gentes quequieren producir efectos cómicos ó trágicos, y los miles y miles decuriosos y de
21.
A las ocho de la mañana se reunieron en casa del Gobernadorcillo,cómicas, cómicos y comparsas,
22.
A solas con su pensamiento, la dama se complacía a veces en deponer convencionalmente su orgullo, dejándole a un lado, como dejan los cómicos entre bastidores la púrpura y la corona con que han hecho el papel de reyes; y entonces construía una sociedad a su manera, con una igualdad a su antojo, sin las diferencias crueles que separan eternamente a lo que por la Naturaleza debiera estar unido
23.
En los extremos de este cuadrado se instalaban, a un lado, el escenario sobre un tablado apoyado en la casa que le ofrecía las entradas y salidas que necesitare la obra a representar y por las que los cómicos iban y venían a sus camerinos para efectuar los cambios correspondientes, y en el otro la cazuela125; como es lógico, bajo ese altillo quedaba un espacio cubierto donde se colocaban los alojeros, que suministraban bebidas y otros refrigerios a los posibles consumidores
24.
Después acostumbran a darnos de cenar, que eso a los cómicos siempre nos viene bien, y en según qué sitios incluso a veces nos hacen un regalo
25.
Y así fue como al terminar la función del corral los cómicos cargaron el atrezzo202 necesario en una galera y se dirigieron al palacete de los Mendoza, que ocupaba toda la manzana entre la calle de la Leche y el prado de San Jerónimo
26.
El chambelán anunció la llegada a la mitad de la actuación de los cómicos y todo el mundo se dispuso a jugar con el incógnito de los antifaces hasta el momento de pasar a los comedores; la orquesta anunció el penúltimo baile, que por cierto era un rugiero (¡cómo me he acordado de vos cuando me decíais que la danza era más importante que la espada en infinidad de ocasiones!), y yo me dispuse a lucir las habilidades que aprendí de monsieur de Lagarteare
27.
No vayáis a pensar por lo que os cuento que soy un picaflor222, pero entre las actrices que esta temporada se han puesto de moda en Madrid está una tal Clara Arnedillo que canta y baila que es maravilla y a la que tenía gran ilusión en conocer, y que pertenece a dicha compañía de cómicos
28.
Esta actividad ha alcanzado nivel de arte y existe un concurso anual para premiar los mejores piropos según su categoría: clásicos, creativos, eróticos, cómicos y poéticos
29.
Lo cierto era que pese al recuerdo de la Noche de los Cuchillos Largos, en la que el Führer hizo asesinar a Ernst Rhöm en plena orgía y pese a las leyes que castigaban el vicio contra natura, éste había florecido de tal manera, entre la influyente clase política e industrial, que, en el Berlín de la preguerra, todos se conocían y los nombres de muchos de ellos estaban en boca del pueblo e inclusive eran veladamente aludidos por los cómicos que en los Kabarets, hacían las delicias del respetable
30.
En las plazas importantes de la ciudad se instalaron tablazones soportados por caballetes para que el público pudiera observar los espectáculos que se habían preparado: volatineros, cantantes, muñecos parlantes y cómicos que habían acudido en tropel atraídos por el acontecimiento
31.
Una frase que por su entonación era perfectamente equiparable al legendario «adelante, imbécil» de los célebres cómicos los Hermanos De Rege
32.
Se sintió como el gato Silvestre en uno de sus mejores lances cómicos
33.
Pasearme por la plazuela de Santa Ana, fingiendo que miraba las tiendas, pero prestando disimulada y perspicua atención a lo que se decía en los corrillos allí formados por cómicos o saltarines, y cuidando de pescar al vuelo lo que charlaban los de la Cruz en contra de los del Príncipe
34.
Tampoco ponía reparos en ser su pareja en las orgías celebradas en casa de la González o la Prado, pues tío y sobrina gustaban mucho de aquella familiaridad con cómicos y otra gente de parecida laya
35.
-¡Malditos sean los cómicos! Es la peor raza de bergantes que hormiguea en el mundo
36.
-No dudo que haya cómicos en el país, ni menos cómicas guapas -dijo riendo-
37.
Y sin pedir nuevos dictámenes a la Musa, puede asegurarse que no escaseaban, en medio de tanto prosaísmo, accidentes cómicos de cierto valor estético
38.
No se contuvo mi mujer en el asombro que tan interesante visita debía de causarle, sino que se divirtió grandemente oyéndome referir los pasajes cómicos, y se rió con ellos como en la representación de un gracioso sainete
39.
A los trágicos y cómicos lances que le referí, y a mis variados cuentos y descripciones, puse un juicio sintético que aquí reproduzco como término de esta parte de mis Memorias
40.
Contribuye sin duda a alejar de nuestras vidas la monotonía y nos proporciona pequeños intermedios cómicos de los que estamos muy necesitados
41.
En el curso de esta, surgen cómicos entorpecimientos
42.
Mientras tanto, el rey se entregaba a sus aficiones, queridas, cómicos y podencos
43.
Medianoche asintió y se puso a observar al guerrero mientras éste caminaba hasta la silla con pasos cortos que hubieran parecido cómicos de no haber sido por la gravedad de su estado
44.
En la estación hablaban los cómicos de lo de siempre
45.
Los cómicos iban por la carretera, en grupos, hacia el teatro
46.
Me mandarían, entonces, a un buen colegio, interno, para que no estuviera en el mundo de los cómicos, que en eso tenía razón la tía Enriqueta
47.
Faltan dos días para el debú en el teatro de la Comedia; es uno de los pocos días que los cómicos tienen de asueto
48.
La posguerra de los cómicos y algunos
49.
Franco ha cambiado los nombres a los dos cafés más frecuentados por los cómicos en Madrid, el 'Lion d'Or' y la Maison Dorée
50.
Estos dos cómicos de antes de la guerra, Puerto y Soldevilla, se han citado allí
51.
El horario de trabajo de los cómicos no es muy compatible con el traje de baño
52.
Los cómicos en su mundo
53.
Oía la campanilla del teatro que llamaba a los cómicos a la representación, y veía, enfrente, pasar hombres con la cara blanca y mujeres con vestidos ajados que entraban por la puerta de los bastidores
54.
También sabía que Ethan y Jack iban a gozarla cuando les contase cómo había ido a! aeropuerto, con un melocotón de padre y señor mío, en una limusina de las más largas, aunque tuvo que reconocer que le desagradaba tener que escuchar los relatos ajenos sobre la ingestión de alcohol o el consumo de drogas, las cantidades, los episodios cómicos subsiguientes, etcétera
55.
El pobre Tafetán, empleado antaño en la administración civil de la capital de la provincia, vivía modestamente de su sueldo en la secretaría de Beneficencia, y completaba su pasar tocando gallardamente el clarinete en las procesiones, en las solemnidades de la catedral y en el teatro, cuando alguna traílla de desesperados cómicos aparecía por aquellos países con el alevoso propósito de dar funciones en Orbajosa
56.
-—Que el Señor nos libre de actores, bufones y cómicos de la legua
57.
El teatro moderno es hijo directo del café, como el antiguo lo era del mercado, donde la gente se congregaba frente al atrio de las iglesias a ver entremeses o misterios representados en un carro por cómicos de la legua
58.
[21] Ma y Pa Kettle eran una pareja de cómicos que rodó vanas películas en los años cuarenta y cincuenta
59.
En esas trasnoches me hice amigo de Fidel Pintos, de don Pelele, de Rubino, de Tristán y de otros muchos actores cómicos que, aparte de hacer revista, hacían televisión
60.
Sabía que la mayor parte de sus entrevistas serían arrojadas al cesto en favor de otras informaciones más interesantes, aunque los directores salvarían tal vez algunos recortes cómicos para mitigar el horror del suceso
61.
Piggy y aquella parodia resultaban tan cómicos que los cazadores se echaron a reír
62.
Una legión de horribles, cientos de ellos, medio desnudos o ataviados con trajes áticos o bíblicos o de un vestuario de pesadilla, con pieles de animales y con sedas y trozos de uniforme que aún tenían rastros de la sangre de sus anteriores dueños, capas de dragones asesinados, casacas del cuerpo de caballería con galones y alamares, uno con sombrero de copa y uno con un paraguas y uno más con medias blancas y un velo de novia sucio de sangre y varios con tocados de plumas de grulla o cascos de cuero en verde que lucían cornamentas de toro o de búfalo y uno con una levita puesta del revés y aparte de eso desnudo y uno con armadura de conquistador español, muy mellados el peto y las hombreras por antiguos golpes de maza o sable hechos en otro país por hombres cuyos huesos eran ya puro polvo, y muchos con sus trenzas empalmadas con pelo de otras bestias y arrastrando por el suelo y las orejas y colas de sus caballos adornadas con pedazos de tela de vistosos colores y uno que montaba un caballo con la cabeza pintada totalmente de escarlata y todos los jinetes grotescos y chillones con la cara embadurnada como un grupo de payasos a caballo, cómicos y letales, aullando en una lengua bárbara y lanzándose sobre ellos como una horda venida de un infierno más terrible aún que la tierra de azufre de cristiana creencia, dando alaridos y envueltos en humo como esos seres vaporosos de las regiones incognoscibles donde el ojo se extravía y el labio vibra y babea
63.
Los demás cómicos de la compañía lo imitaron, y se fueron tras él
64.
- En mi tratado sobre el gobierno de esta ciudad -dijo solemnemente-, los cómicos tendrán que hacer sus representaciones en lugares determinados y deberán contar con un permiso especial
65.
No bien se ha llenado la olla, los dos niños, cómicos y juiciosos, vuelven al patio de la granja, a través del gran portón redondo
66.
El segundo se insinúa en una hipérbole inserta en la descripción de la vestimenta de Montesinos: «cuentas (de rosario) mayores que medianas nueces, y los dieces asimismo como huevos medianos de avestruz»; se sigue con la inclusión de detalles «realistas» en contraste con el carácter fantástico del conjunto: el «puñal buido, más agudo que una lezna»; el adjetivo «peluda» (en vez de «velluda») aplicado a la mano de Durandarte; el «pañizuelo de puntas» en que Montesinos envuelve el corazón de su pariente; la serie sal-mal olor-mojama referida al corazón del mismo; la mención de una situación extraordinaria que, por el lugar en que está situada y, sobre [182] todo, por el tono con que está contada, puede tener efectos cómicos: «siendo esto así, y que realmente murió este caballero, ¿cómo ahora se queja y suspira de cuando en cuando, como si estuviese vivo?»; la recitación, por Durandarte, de un romance escrito visiblemente después de su muerte (un romance popular); una declaración de Montesinos que quita a la escena y a sus palabras toda espontaneidad y la mecaniza por repetición: «Esto que agora os digo, ¡oh, primo mío!, os lo he dicho muchas veces, y como no me respondéis, imagino que no me dais crédito o no me oís, de lo que yo recibo tanta pena cual Dios sabe»; un estereotipo (cuyo comentario se hace en el capítulo siguiente) cuya vulgaridad desentona en el conjunto y en labios del difunto Durandarte[41]; por último, la descripción de Belerma como mujer fea, y, momento el más bajo de este sistema en degradación, la mención, por Montesinos, del «mal mensil» y de los años que ha que no asoma por sus puertas (de Belerma), mención que el relato como tal no exige, ya que la causa, expuesta en el segundo miembro de un período subordinado, puede enunciarse correctamente sin el primero
67.
Si a todo esto le añadías que ir a la Luna requería inyectar una cantidad de dinero extra realmente considerable, el embrollo adquiría tintes casi cómicos
68.
¿Son cómicos aficionados?
69.
¿Cuál de las dos Berma era la de verdad? Tenía yo puesta muchas esperanzas en la declaración a Hipólito, trozo que, a juzgar por la significación ingeniosa que los demás cómicos me descubrían a cada momento en partes de la obra menos hermosas, tendría de seguro entonaciones más sorprendentes que las que yo me imaginaba cuando lo leía en casa; pero ni siquiera llegó a los acentos que habrían descubierto Enone o Aricia, sino que pasó con la lisura de una melopea uniforme por todo el párrafo, en el que se confundieron en una sola masa oposiciones clarísimas, cuyo efecto no habría desdeñado no ya una actriz trágica de mediano talento, sino ni siquiera un estudiante de Instituto; además, lo dijo tan de prisa, que sólo al llegar al último verso comenzó mi mente a darse cuenta de la monotonía voluntaria que quiso imponer a los primeros
70.
(Porque el padre de Bloch se las echaba de reaccionario y aparentaba desprecio a los cómicos
71.
Y profesaba la teoría, que era la teoría de sus amigos cómicos, de que entre Saint– Loup y ella había un foso infranqueable, porque eran de raza distinta: ella, una intelectual, y él, aunque aspirara a otra cosa, enemigo de la inteligencia por nacimiento
72.
Estos, casi todos de bastante edad, ofrecían tipos extraordinariamente feos y acusados de curas hipócritas, de confesores mojigatos, con más frecuencia de viejos actores cómicos, cuya frente de pilón de azúcar apenas se encuentra ya más que en las colecciones de retratos expuestos en el fayer humildemente histórico de los teatrillos pasados de moda, en que aparecen representados desempeñando papeles de ayuda de cámara o de sumos pontífices y cuyo tipo solemne parecía conservar este restaurante, gracias a un reclutamiento seleccionado y acaso a una forma de nombramiento hereditario, en un a modo de colegio augural
73.
Por lo mismo, si en el mundo de los pintores y los cómicos tenía el señor de Charlus tan mala reputación, eso dependía de que lo confundían con un conde Leblois de Charlus, que no tenía el menor parentesco con él o sumamente lejano y que había sido detenido, quizás por error, en un allanamiento que se hizo célebre
74.
Durante algunos años, fue más rápido que los chips de Intel, una ventaja que Apple promocionaba en algunos anuncios cómicos
75.
Reunión de pocos y medianos cómicos que recorren los pueblos para explotar alguna obra famosa
76.
Los apoyaban algunos de los poetas cómicos que hacían lo posible pon ridiculizar a Pericles porfiando en su supuesta mezquindad y en su pasión por Aspasia
77.
Se había prohibido a los poetas cómicos criticar por dos años, en la escena, la conducción de la guerra
78.
Pues en Atenas, si bien existen las prescripciones más estrictas para asegurar la observancia de la cortesía en la vida privada, una vieja tradición permitía a los poetas cómicos gozar en la escena de completa licencia para lanzan ataques contra individuos, por prominentes que éstos fuesen
79.
Porción del sueldo contratado dada a buena cuenta a los cómicos por el empresario
80.
«A uno de los cómicos», digo
81.
El Padre Conmee siguió andando y, mientras andaba, sonreía, pues pensaba en el Padre Bernard Vaughan con sus ojos cómicos y su acento cockney
82.
Las grandes intrigas que vinieron luego y, sobre todo, aquellas negociaciones entre Eichmann, Becher y los judíos, todas las historias de rescate de judíos a cambio de dinero, de camiones, sí, estaba más o menos al tanto, e incluso hablaba de ellas, e incluso conocí a algunos de los judíos implicados, y también a Becher, un hombre inquietante que había ido a Hungría a comprar caballos para las Waffen-SS y se hizo a toda velocidad, por cuenta del Reichsführer, con la mayor fábrica de armamento del país, las Manfred-Weiss Werke, sin avisar a nadie, ni a Veesenmayer, ni a Winkelmann, ni a mí, y a quien el Reichsführer encargó más adelante tareas que o bien duplicaban o bien contradecían las mías y también las de Eichmann, algo que, según acabé por entender, era un sistema típico del Reichsführer, pero que, in situ, sólo valía para sembrar cizaña y confusión; nadie coordinaba nada, Winkelmann no tenía influencia alguna ni sobre Eichmann ni sobre Becher, quienes no le informaban de nada; y debo admitir que yo no me portaba mucho mejor que ellos, que negociaba con los húngaros sin que lo supiera Winkelmann, con el Ministerio de Defensa sobre todo, en donde había establecido contacto con el General Greiffenberg, el agregado militar de Veesenmayer, para ver si el Honvéd no podría también darnos sus batallones judíos de trabajo, incluso con garantías particulares de un régimen especial, a lo que, por supuesto, el Honvéd se negó categóricamente, con lo cual sólo nos quedaban, como obreros potenciales, los civiles reclutados a principios de mes, los que se pudieran quitar de las fábricas, y sus familias, es decir, un potencial humano de escaso valor, y ésa fue una de las causas por las que tuve que acabar por considerar aquella misión un fracaso total, aunque no fue la única causa, ya hablaré de ello, incluso a lo mejor hablo un poco de las negociaciones con los judíos, porque eso también, en última instancia, repercutió más o menos en mis atribuciones o, para ser más exacto, utilicé, no, intenté utilizar esas negociaciones para que fueran adelante mis propios objetivos, con muy poco éxito, lo admito de buen grado, por todo un conjunto de razones, y no sólo la que he mencionado ya, también estaba la actitud de Eichmann, que se volvía cada día más difícil de tratar, y Becher también, y la "WVHA, y la gendarmería húngara, todo el mundo ponía de su parte, ¿sabéis?; en cualquier caso, lo que quería decir más exactamente es que si alguien desea analizar las razones por las que la operación de Hungría dio unos resultados tan magros para la Arbeitseinsatz que, bien pensado, era mi preocupación primordial, hay que tener en cuenta a toda esa gente, y a todas esas instituciones, que desempeñaban cada cual su papel, pero también se censuraban mutuamente y a mí también me censuraban, de eso no se privaba nadie, podéis creerme; en resumen, aquello era un follón, un auténtico lío, con lo que, en último término, la mayoría de los judíos deportados se murieron, enseguida quiero decir, los gasearon antes de haber podido siquiera ponerlos a trabajar, pues muy pocos de los que llegaban a Auschwitz eran aptos, unas bajas considerables, un setenta por ciento quizá, nadie está demasiado seguro de nada, por culpa de las cuales se creyó después de la guerra, y resulta comprensible, que ése era el mismísimo propósito de la operación, matar a todos esos judíos, a esas mujeres, a esos ancianos, a esos niños mofletudos y rebosantes de salud, y por eso no había forma de entender por qué los alemanes, siendo así que estaban perdiendo la guerra (pero el espectro de la derrota no estaba quizá tan claro por entonces, desde el punto de vista alemán por lo menos), seguían emperrados en las matanzas de judíos, movilizando recursos considerables de hombres y de trenes sobre todo, para exterminar a mujeres y niños, y, como no había forma de entenderlo, se atribuyó a la locura antisemita de los alemanes, a un delirio de asesinato que se hallaba muy lejos del pensamiento de la mayoría de los participantes, pues, de hecho, para mí como para tantos otros funcionarios y especialistas, se trataba de bazas esencialmente cruciales, encontrar mano de obra para nuestras fábricas, unos cientos de miles de trabajadores que nos permitieran quizá darle la vuelta al curso de las cosas, no queríamos judíos muertos, sino bien vivos, válidos, varones de preferencia, ahora bien los húngaros querían quedarse con los varones o, al menos, con buena parte de ellos, así que de entrada ya empezábamos mal, y además estaban las condiciones de transporte, deplorables, y Dios sabe cuánto me peleé con Eichmann al respecto y él siempre me contestaba lo mismo: «No es responsabilidad mía; es la gendarmería húngara la que llena y dota los trenes, no nosotros», y además estaba también la testarudez de Höss en Auschwitz, porque entre tanto, quizá como consecuencia del informe de Eichmann, Höss había vuelto, como Standortálteste, en lugar de Liebehenschel, a quien habían arrumbado en Lublin, así que estaba la incapacidad obstinada de Höss para cambiar de sistemas, pero de eso hablaré quizá más adelante y con más detalle; recapitulando, pocos de nosotros deseaban deliberadamente lo que sucedió y, sin embargo, me diréis, sucedió, es cierto, y también es cierto que a todos esos judíos los mandaban a Auschwitz, no sólo a los que podían trabajar, sino a todos, es decir, con conocimiento, sin lugar a dudas, de que a los viejos y a los niños los gasearían, así que volvemos a la pregunta inicial: ¿por qué esa obstinación en dejar a Hungría vacía de judíos, en vista de las condiciones de la guerra y todo lo demás? Y, claro, sólo puedo adelantar hipótesis, porque aquello no era mi objetivo personal, o, más bien, en ese aspecto no puedo concretar mucho, sé por qué querían deportar (por entonces decíamos evacuar) a todos los judíos de Hungría y matar en el acto a todos los que no fueran aptos para el trabajo, y era porque nuestras autoridades, el Führer, el Reichsführer, habían decidido matar a todos los judíos de Europa, eso está claro y lo sabíamos, igual que sabíamos que los que fueran a trabajar morirían también antes o después, y el porqué de todo esto es una cuestión de la que ya he hablado mucho y para la que sigo sin respuesta, la gente, por entonces, creía todo tipo de cosas acerca de los judíos, la teoría de los bacilos, como el Reichsführer y Heydrich, esa teoría a la que aludió Eichmann en la conferencia de Krummhübeí, aunque para ellos me parece que debía de ser un punto de vista intelectual; la tesis de las sublevaciones judías, espionaje y quinta columna a favor de los enemigos que se iban acercando, y era una tesis que obsesionaba a buena parte de la RSHA y tenía preocupado incluso a mi amigo Thomas; temor, también, a la omnipotencia judía, en la que algunos creían aún firmemente, lo que, por lo demás, causaba equívocos cómicos, como aquel de primeros de abril, en Budapest, cuando hubo que sacar de sus casas a muchos judíos para que quedaran disponibles sus viviendas y la SP pedía que se crease un gueto y los húngaros se negaban porque temían que los Aliados bombardeasen las zonas de alrededor del gueto y el gueto no lo tocaran (los americanos habían bombardeado ya Budapest mientras yo estaba en Krummhübel); y entonces los húngaros diseminaron a los judíos y los pusieron cerca de los blancos estratégicos militares e industriales, lo que inquietó sobremanera a nuestros responsables, pues, si los americanos bombardeaban, pese a todo, esos blancos, ésa sería la demostración de que el judaismo mundial no era tan poderoso como se creía, y debo añadir, para atenerme a la justicia, que, efectivamente, los americanos bombardearon esos blancos y, de paso, mataron a muchos civiles judíos, pero yo hacía mucho que había dejado de creer en la omnipotencia del judaismo mundial, porque, en caso contrario, ¿por qué se habían negado todos los países a quedarse con los judíos en 1937, y en 1938, y en 1939, cuando todo cuanto queríamos nosotros era que se fueran de Alemania, lo cual, en el fondo, era la única solución razonable? Lo que quiero decir, volviendo a la pregunta que hacía antes, porque me he desviado un poco, es que incluso aunque la meta final fuera indudable, la mayoría de los que intervinieron en esto no trabajaban para cumplir esa meta, no era eso lo que les interesaba y, por lo tanto, no era lo que los movía a trabajar de forma tan enérgica y encarnizada, sino que era toda una gama de motivaciones, e incluso Eichmann, estoy convencido, se comportaba con mucha dureza, pero estoy seguro de que en el fondo le daba igual que matasen a los judíos o que los dejasen de matar, a él todo lo que le importaba era demostrar de qué era capaz, estar en el candelero y también dar salida a las capacidades que había desarrollado; lo demás le importaba un carajo, y tanto la industria como las cámaras de gas, por cierto; lo único que no le importaba un carajo era que nadie se descojonara a su costa, y por eso se ponía tan gruñón en lo de las negociaciones con los judíos, pero ya volveré sobre esto, porque no deja de ser interesante; y lo mismo les pasaba a los demás, todos tenían sus razones, el aparato húngaro, que nos ayudaba, quería que los judíos salieran de Hungría, pero le importaba un carajo lo que pudiera pasarles, y Speer, y Kammler y el Jagerstab querían trabajadores y presionaban encarnizadamente a las SS para que se los consiguieran, pero les importaba un carajo lo que pudiera pasarles a los que no podían trabajar, y además había montones de motivaciones prácticas, yo por ejemplo, sólo tenía que ocuparme de la Arbeitseinsatz, pero no era, ni mucho menos, la única baza económica, como supe cuando conocí a un experto de nuestro Ministerio de Alimentación y Agricultura, un joven muy inteligente a quien le apasionaba su trabajo, que me explicó una noche, en un viejo café de Budapest, el aspecto de la cuestión relacionado con los alimentos; y lo que pasaba era que, tras perder Ucrania, Alemania tenía que enfrentarse a una grave carencia de abastecimientos, sobre todo de trigo, y por lo tanto, había mirado hacia Hungría, que era una gran productora, y, según él, por cierto, ésa era la razón principal de nuestra pseudoinvasión, asegurarnos esa fuente de abastecimiento de trigo y, por lo tanto, en 1944 les estábamos pidiendo a los húngaros 450
83.
Pronto le parecieron cómicos y conmovedores
84.
No oyen, ni ven ni entienden lo que pasa en el escenario; únicamente cuando los cómicos hacen mucho ruido, bien con armas de fuego, o con una de esas anagnórisis en que todos resultan padres e hijos de todos y enamorados de sus parientes más cercanos, con los consiguientes alaridos, sólo entonces vuelve la cabeza la buena dama de Vetusta, para ver si ha ocurrido allá dentro alguna catástrofe de verdad
85.
Así es que a semejanza de los socios de un club madrileño, hablaban a gritos en su palco, conversaban con los cómicos a veces, decían galanterías o desvergüenzas a coristas y bailarinas, y se burlaban de los grandes ideales románticos que pasaban por la escena, mal vestidos, pero llenos de poesía