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desdén Beispielsätze
desdén
1. Desde niño se observaen él gran amor a lo general y mucho desdén por lo particular
2. —De la hija de mi mujer —replicó Platón con gravedad, echando unamirada de desdén al cuadro de las trenzas
3. Es cosa muy cargante para el historiador verse obligado a hacer menciónde muchos pormenores y circunstancias enteramente pueriles, y que másbien han de excitar el desdén que la curiosidad del que lee, pues aunqueluego resulte que estas nimiedades tienen su engranaje efectivo en lamáquina de los acontecimientos, no por esto parecen dignas de que se lastraiga a cuento en una relación verídica y grave
4. Pasando con desdén por junto a los espiritistas, se sentaba enel círculo de los empleados, oyendo más bien que hablando, ypermitiéndose hacer tal cual observación con voz de ultratumba, quesalía de su garganta como un eco de las frías cavernas de una pirámideegipcia
5. Maximiliano y su mujer se detuvieron un rato aver aquello; pero doña Lupe dirigió a la infantil tropa miradas yexpresiones de desdén, diciendo que la culpa la tenían los padres quetal sacrilegio consentían
6. La situación desairada enque esto le ponía, inflamaba más y más el orgullo de Santa Cruz, y anteel desdén no simulado, sino real y efectivo, que su mujer le mostraba,el pobre hombre padecía horriblemente, porque era para él muy triste,que a la víctima no le doliesen ya los golpes que recibía
7. Lucía, como una flor que el sol encorva sobre su tallo débil cuandoesplende en todo su fuego el mediodía; que como toda naturalezasubyugadora necesitaba ser subyugada; que de un modo confuso eimpaciente, y sin aquel orden y humildad que revelan la fuerzaverdadera, amaba lo extraordinario y poderoso, y gustaba de los caballosdesalados, de los ascensos por la montaña, de las noches de tempestad yde los troncos abatidos; Lucía, que, niña aun, cuando parecía que lasobremesa de personas mayores en los gratos almuerzos de domingo debíafatigarle, olvidaba los juegos de su edad, y el coger las flores deljardín, y el ver andar en parejas por el agua clara de la fuente lospececillos de plata y de oro, y el peinar las plumas blandas de suúltimo sombrero, por escuchar, hundida en su silla, con los ojosbrillantes y abiertos, aquellas aladas palabras, grandes como águilas,que Juan reprimía siempre delante de gente extraña o común, pero dejabasalir a caudales de sus labios, como lanzas adornadas de cintas y deflores, apenas se sentía, cual pájaro perseguido en su nido caliente,entre almas buenas que le escuchaban con amor; Lucía, en quien un deseose clavaba como en los peces se clavan los anzuelos, y de tener querenunciar a algún deseo, quedaba rota y sangrando, como cuando elanzuelo se le retira queda la carne del pez; Lucía que, con suencarnizado pensamiento, había poblado el cielo que miraba, y losflorales cuyas hojas gustaba de quebrar, y las paredes de la casa en quelo escribía con lápices de colores, y el pavimento a que con los brazoscaídos sobre los de su mecedora solía quedarse mirando largamente; deaquel nombre adorado de Juan Jerez, que en todas partes por donde mirabale resplandecía, porque ella lo fijaba en todas partes con su voluntad ysu mirada como los obreros de la fábrica de Eibar, en España, embutenlos hilos de plata y de oro sobre la lámina negra del hierro esmerilado;Lucía, que cuando veía entrar a Juan, sentía resonar en su pecho unascomo arpas que tuviesen alas, y abrirse en el aire, grandes como soles,unas rosas azules, ribeteadas de negro, y cada vez que lo veía salir, letendía con desdén la mano fría, colérica de que se fuese, y no podíahablarle, porque se le llenaban de lágrimas los ojos; Lucía, en quienlas flores de la edad escondían la lava candente que como las vetas demetales preciosos en las minas le culebreaban en el pecho; Lucía, quepadecía de amarle, y le amaba irrevocablemente, y era bella a los ojosde Juan Jerez, puesto que era pura, sintió una noche, una noche de susanto, en que antes de salir para el teatro se abandonaba a suspensamientos con una mano puesta sobre el mármol del espejo, que JuanJerez, lisonjeado por aquella magnífica tristeza, daba un beso, largo yblando, en su otra mano
8. mucho el conocimiento denuestros autores, y aun llegamos á mirarlos con desdén,
9. que en El desdén con el desden no salgan losactores vestidos
10. desdén sobre losinfortunados que alzaban hacia ella los ojos
11. La cordobesa mira con desdén todo esto, o bien porque le es habitual yno le da
12. suingenio y dejando caer con desdén sus fallos de salón en la
13. desdén y la mano de un criado que me pusiera en la calle? ¿Por ventura el trance que me
14. ciudades y puebla los desiertos; un desdén delbienestar y
15. conocían, y tan intensamente se fijó en la imaginaciónde Camacho el desdén de Quiteria, que se
16. consideracióndel rigor y el desdén con que yo siempre la he tratado
17. del desdén de la fortuna y de los trabajos y miserias que enesta vida tienen que sufrir, sino que
18. contándole, como le contaba, la vida de doña Luz en ellugar, su desdén con los galanes, su
19. el desdén con que me dijo que yo no sabíavivir y que me había forjado del mundo una idea
20. tiemposu desdén para con todo el mundo
21. ahogado el manantial de la compasión y de la ternuracon desdén, hasta con asco, de una resignación santa, que el demoniomismo me hubiera pintado como enervada flaqueza
22. compensación contra el desdén deClarita
23. El descuidado desdén, la
24. afectación, hizoun leve mohín de desdén con los labios, y se fué
25. desdén, se lo alargóotra vez diciendo:
26. con un desdén sincero
27. compasión y el desdén
28. ojos casi ocultos bajo lascejas y un gesto de desdén contraía á
29. sorpresa y desdén contraía los labiosde las tres hermanas mayores
30. Ni la traición, ni el desdén, ni las
31. sentimiento de la medida, la vida en el reposo, la graveserenidad, el desdén de los
32. magnífico de desdén por la inutilidad de losviejos, de los
33. las cosas dela tierra y siento un profundo desdén por el mundo y
34. generaciones de críticos y el desdén de las genteshan barrido lo insignificante y
35. Potencias y con el soberbio desdén y secular aborrecimiento deotras, siempre
36. losentusiasmos, tiene cierto desdén de hombre de mundo por la
37. desdén le inspiraban todos ellos: desdéncontra las pérfidas,
38. vez me habló de su vida desoltero, ¡había tanto desdén en sus
39. » El desdén, el desprecio
40. Y la expresé mi desdén, midesprecio: «¡No es cierto!
41. Mas todavía habla con desdén del Gobierno y del general, y anuncia
42. ¿No véis alunitario entero en ese desdén del gaucho, en esa confianza en el
43. conindiferencia; los federales, lomos negros, con desdén, pero sinoposición; los
44. Anteshubiese aceptado el implacable desdén de este
45. aquel precipicio: fue mi soberano desdén hacia eljuicio y la estimación de los hombres
46. El mozo de Rivota se encogió de hombros con cólera y desdén y
47. cualidades, fueron un desdén muyvivo hacia el pobre
48. de inundación, todo el desdén que puede caber en
49. miraba con desdén y,sobre la impresión recibida, ponía un
50. Y la echó con desdén al mar un día: